FORMAS CLÍNICAS Y LESIONES
FORMAS CLÍNICAS

La enfermedad se manifiesta de tres formas clínicas diferentes: nerviosa, respiratoria y con trastornos de la reproducción, dependiendo de la cepa del virus, de la dosis infectiva y, lo más importante, de la edad de los animales. Así, la forma nerviosa se observa más frecuentemente en cerdos hasta las 9 semanas de vida, mientras que la forma respiratoria lo es en animales de crecimiento-cebo y reproductores.

En cerdos hasta las 9 semanas de vida los signos clínicos de la enfermedad aparecen tras un corto periodo de tiempo (2 a 4 días) mostrándose los animales apáticos, anoréxicos y febriles. Antes de transcurridas 24 horas aparecen los signos nerviosos con temblores, espuma en boca e incoordinación y ataxia que progresan a opistótonos y accesos de tipo epiléptico. Los cerdos pueden adoptar la postura de "perro sentado", presentar movimientos rotatorios o permanecer acostados con movimientos constantes de los miembros (fig.1). La muerte suele ocurrir dentro de las 72 horas iniciados los signos clínicos. La mortalidad es del 100% en animales de 0 a 2 semanas y puede llegar al 50% en cerdos de 3 a 9 semanas.  


Fig.1: Lechón que presenta espuma en boca (hipersalivación) y movimiento constante de los miembros (braceo).

En cerdos en crecimiento-cebo y adultos los signos clínicos aparecen tras un periodo de incubación algo mas largo (3 a 6 días), y los animales se muestran también con depresión, anorexia y fiebre. Los signos respiratorios comienzan con rinitis que se acompaña de descarga nasal y estornudos y que puede progresar a neumonía con tos ronca y respiración fatigosa. Signos nerviosos solo se manifiestan en algunos animales. La morbilidad es muy alta pero la mortalidad, si no hay complicaciones por Pasteurella multocida o Actinobacillus pleuropneumoniae, no suele pasar del 1-2%. Cuando desaparece la fiebre, los animales se recuperan.

En las reproductoras, además de la forma respiratoria, en las hembras se presentan repeticiones de celo, abortos o muertes perinatales dependiendo de la fase de gestación en la que se produce la infección. Las cerdas afectadas no pasan del 20%. En explotaciones con cierto nivel de inmunidad, la enfermedad se manifiesta solo en algunas camadas o en algunos lechones de la camada.

La infección por el ADV se extiende rápidamente bien afectando a animales de todas las edades o bien como una infección inaparente que solo se puede detectar serológicamente. Esta última suele ocurrir en ausencia de cerdos lactantes y coincidiendo con infecciones respiratorias de difícil diagnóstico etiológico.


SIGNOS CLÍNICOS
LECHONES (0-9 semanas)
CERDOS EN CRECIMIENTO-CEBO
CERDOS REPRODUCTORES
Periodo de incubación
2-4 días
3-6 días
3-6 días
Primeros signos de enfermedad
Fiebre (41-42ºC)
Anorexia
Apatia
Fiebre (41-42ºC)
Inapetencia
Depresión
Fiebre (41-42ºC)
Inapetencia
Depresión
Signos Nerviosos
Hipersalivación
Opistótonos
Movimientos Rotatorios
Braceo Persistente
Postura de "perro sentado"
Temblores Convulsiones
Frecuencia
Muy frecuentes
A veces
Signos Respiratorios
Estornudos
Disnea
Tos
Respiración trabajosa
Estornudos
Disnea
Tos
Respiración trabajosa
Fallos Reproductivos
Repeticiones a celo Abortos de fetos frescos o macerados
Nacidos muertos
Signos Digestivos
Vómitos
Diarreas
Frecuencia
Raros
Morbilidad
100%
100%
20%
Mortalidad
50-100%
1-2%
1-2%

LESIONES

LESIONES MACROSCÓPICAS

Las lesiones están ausentes o son mínimas y no detectables , especialmente en la forma nerviosa. Si están presentes, ayudan al diagnóstico cuando se combinan con la anamnesis y los signos clínicos.
Hay rinitis serosa o sero-fibrinosa que puede pasar desapercibida si no se abre la cabeza. Las lesiones se pueden extender a laringe y traquea, y los ganglios regionales están hinchados y hemorrágicos. Las lesiones pulmonares varían desde edema pulmonar (fig.2) a pequeños focos de necrosis, hemorragias y/o neumonía. Frecuentemente se observa una queratoconjuntivitis.

Las lesiones más características son los focos de necrosis que a veces se pueden observar en hígado (fig.3) y bazo, a modo de pequeños puntos de color muy pálido. Son mucho más frecuentes en cerdos que no tienen inmunidad pasiva.

 



Fig.2: Edema pulmonar.

 



Fig.3: Higado con pequeños focos de necrosis.
  Las cerdas recien abortadas presentan una endometritis catarral con engrosamiento de la pared del útero. Los fetos abortados pueden aparecer frescos, macerados o parcialmente momificados. En fetos o cerdos neonatos infectados no son frecuentes los focos de necrosis pero, cuando se presentan, son muy sugestivos de esta enfermedad. En verracos se puede observar un ligero aumento de la bolsa testicular debido a un edema escrotal.

LESIONES MICROSCÓPICAS

Las lesiones en el SNC persisten durante muchas semanas (de 12 a 24 semanas post infección), incluso en infecciones inaparentes, pero pueden faltar en fetos abortados. Se desarrolla una encefalitis o meningoencefaliltis no purulenta muy característica, con fenómenos de degeneración neuronal, satelitosis, manguitos perivasculares (fig.4) y presencia de acúmulos de células gliales. Las lesiones se pueden observar tanto en la sustancia gris como en la blanca y su distribución depende de la vía de entrada del virus en el SNC.
En tonsilas, la necrosis comienza en las áreas subepiteliales y se extiende al epitelio y tejido linfoide.
 



Fig.4: Manguito perivascular




Fig.5: Focos de necrosis

 

Las lesiones en el aparato respiratorio son las de necrosis del epitelio e infiltraciones en la submucosa de las vías de conducción superiores y las de bronquitis, bronquiolitis y alveolitis necrótica en los pulmon que a veces forman focos de necrosis (fig. 5). Se acompaña de edema.

Los focos de necrosis están rodeados por escasas células inflamatorias o estás últimas están ausentes. Son más frecuentes en hígado, bazo, ganglios linfáticos y glándulas adrenales, pero también pueden observarse en otros órganos.


La infección uterina se caracteriza por endometritis y vaginitis linfo-histiocitaria y placentitis necrótica, mientras que en los verracos hay una periorquitis exudativa con lesiones necróticas e inflamatorias en la túnica albugínea. Hay degeneración del epitelio de los túbulos.

Hay cuerpos de inclusión (fig.6) intranucleares en neuronas, astrocitos y oligodendrocitos, pero son más frecuentes en lesiones orgánicas fuera del SNC, especialmente en los márgenes de los focos de necrosis.
 


Fig.6: Cuerpos de inclusión

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