La crítica
- Por Hilda Pupo Salazar
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“No soporto a esos que siempre traen la crítica en el gatillo y se creen con el total derecho de bombardearte como si fueran perfectos, parecen los jueces de todos y, muchas veces, muestran ese viejo proverbio: Haz lo que digo, no lo que hago”, comenta una amiga de este espacio.
La palabra crítica procede del latín criticus, que designaba al juez de obras del espíritu como también a la filosofía crítica. De manera se refiere a un juicio que puede ser objetivo o subjetivo.
En la cotidianidad se conoce como crítica la reprobación, ataque, censura… determinas acciones de la sociedad o personas de diferentes categorías en las relaciones humanas.
Hay quienes se ganan el epíteto de “criticón” no están de acuerdo con nada, siempre encuentran dificultades, defectos, a todas las personas, si hay frío es malo, el calor igual y practican el correveidile, sin importar luego el posible desenlace, son armadores de falsos problemas hasta se afilian a los llamados chismosos.
Según algunos especialistas la crítica puede evaluarse de buena y mala. La primera es constructiva con el fin de resolver un problema o ayudar a mejorar cualquier aspecto del implicado, la otra su único objetivo es destructivo, hacer daño, herir, ultrajar, irradiar energías negativas, sin importar sentimientos ni el dolor ajeno, muchas veces camuflan venganza o represalia, muy bien guardadas.
Hay quienes sufren, en exceso, el éxito ajeno, en cualquiera de las disciplinas y critican, desde la envidia, con enfermizos rencores, porque, interiormente, están auto enfadados al no tener el valor de atreverse ni a poder intentarlo para probarse si pueden triunfar y sufren constantemente con altas energías negativas.
Antes estas y otras situaciones, semejantes, psicólogos aconsejan poder conocer si la crítica es constructiva o destructiva, tener paciencia y no responder inmediatamente, el pensamiento polarizado puede ser nocivo, debe evitarse, tratar de conocer un poco más del asuntos con algunas preguntas, llegar a la verdad, saber separar sentimientos de los hechos, con una alta autoestima, en un ambiente relajante.
Defienden que lo mejor, en muchos casos, es callar, asentir, no entrar en un dime que te diré y hasta mostrar una sonrisa de inmutabilidad, no de sometimiento, para no aflorar si hay fastidio interno, confiar mucho en ti, especialmente en tus pasiones, es mejor darse tiempo, para luego reflexionar sobre el tema. Sólo entonces distinguir lo útil de lo accesorio, para extraer una valiosa enseñanza.
Reflexionemos con Montesquieu, escritor, historiador, filósofo y abogado francés: “El hombre de talento es naturalmente inclinado a la crítica, porque ve más cosas que los otros hombres y las ve mejor, mientras para el poeta e historiador romano Tacito: “ Quien se enfada por las críticas, reconoce que las tenía merecidas”.
Podemos hacerlo, también, con el escritor, poeta, historiador y político francés Alphonse de Lamartine: “La crítica es la fuerza del impotente”, o con el religioso británico William Penn: “Tienen derecho a censurar los que tienen corazón para ayudar.”
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