Capital Adecuacy 

Adecuación de Capital


El módulo de análisis y evaluación de la Adecuación de Capital, tiene como propósito fundamental determinar la capacidad autónoma del patrimonio de las entidades bancarias sujetas a control, para absorber pérdidas o desvalorizaciones del activo que manejan; es decir, que cualquier deterioro de los mismos sea absorbido contra los recursos propios y nunca afecte los haberes de los depositantes y demás acreedores.


En este módulo el esfuerzo se concentra en examinar la autonomía de los recursos propios para soportar los cargos o exigencias mínimas de capital por riesgos de crédito, mercado y operacional. Asimismo, será un aspecto relevante a considerar, la evaluación de la suficiencia patrimonial de la entidad bancaria para financiar los propósitos financieros y estratégicos del patrimonio bancario.

En tal sentido, será de gran importancia determinar con los indicadores financieros y los criterios cualitativos definidos (ambos soportados por modelos y metodologías para tal fin), la suficiencia de la base patrimonial de las entidades bancarias para financiar las pérdidas y demás desvalorizaciones de los activos asociadas al desenvolvimiento de sus actividades (Propósitos Financieros).

Igualmente, se busca en éste módulo de análisis, la evaluación de los propósitos estratégicos, a través de la determinación de la autonomía del patrimonio para financiar el norte de la institución (plan estratégico de negocios, plan de expansión de los canales tradicionales y alternativos de distribución, procesos de reconversión de la plataforma tecnológica, planes de inversiones en activos fijos, grado de endeudamiento bancario y apalancamiento financiero, etc.), mediante el empleo de las herramientas y metodologías diseñadas para tal fin.


El propósito es medir y ponderar el capital adecuado que una institución requiere para cumplir tanto con los propósitos estratégicos como con los propósitos financieros para lo cual fue constituido el capital.

Se entiende que la base patrimonial de una entidad bancaria debe gozar de suficiencia en calidad y en cantidad, no solo para financiar la absorción de pérdidas y deterioros en la calidad de los activos (propósitos financieros) sino para financiar el norte estratégico de la institución, es decir darle continuidad al negocio bancario en el tiempo.

Será clave inferir si los recursos propios son suficientes no sólo para dar cumplimientos a los requerimientos mínimos de solvencia exigido por el supervisor, sino para darle cobertura al potencial de activos improductivos de riesgo o inmovilizados registrados dentro y fuera del balance.

En este orden de ideas, CAMELS Ratings  categoriza a las entidades bancarias por su grado de riesgo:

Matriz de Análisis de Suficiencia Patrimonial

  • Si la institución se ubica en el CUADRANTE I, posee una excelente capacidad autónoma para afrontar planes de expansión y por lo tanto presenta un “Muy Bajo nivel de Riesgo”.
  • Si la institución se ubica en el CUADRANTE II, refleja un alto endeudamiento con terceros pero baja vulnerabilidad patrimonial, producto de una buena calidad del activo y por lo tanto posee “Riesgo Medio”.
  • Si la institución se localiza en CUADRANTE III, refleja un bajo endeudamiento pero insuficiencia patrimonial para cubrir las inmovilizaciones del activo (elevada inmovilización relativa), por lo que la entidad posee un “Riesgo Medio Alto”.
  • Si la institución se localiza en el CUADRANTE IV, denota una elevada insuficiencia patrimonial (elevada condición de irregularidad financiera) y un alto endeudamiento que exige aportes de capital de riesgo inmediatos por parte de los accionistas; por tanto, la entidad posee un “Muy Alto Riesgo”.

Se trata de evaluar la autonomía financiera de la entidad bancaria para cubrir con recursos propios todos los activos inmovilizados, incobrables o de dudosa cobrabilidad que puedan implicar pérdidas reales y diferidas para la entidad bancaria. Se evalúan:

  • El riesgo potencial de insolvencia medido por el coeficiente de capital, ratio inverso al apalancamiento financiero que expresa el grado de exposición a pérdidas que se produce cuando una entidad bancaria crece en operaciones activas y pasivas a tasas relativas más que proporcionales al patrimonio bancario.
  • La suficiencia o insuficiencia patrimonial que se deriva de la cobertura patrimonial de activos inmovilizados, coeficiente que cuantifica el grado de permanencia (o extinción) del capital financiero de la institución. Este coeficiente debe ser mayor o igual a 100%. Una cobertura patrimonial inferior al un 100% supone la utilización de recursos de terceros (captaciones del público, entre otros) para financiar inmovilizaciones.

De lo anterior se deriva que existen dos tipos de pérdidas:

  • Pérdida propia, la absorbida por el patrimonio de la entidad;
  • Pérdida ajena, la que involucra los recursos del público o los fondos obtenidos de otros acreedores

De allí que el esfuerzo se concentre en visualizar las entidades bancaria que hacen aplicaciones adversas de los depósitos del público o de los fondos de la institución.

Una vez más se trata de determinar el grado de exposición al riesgo de los depositantes y demás acreedores financieros de las instituciones financieras.

Ahora, determinar la real suficiencia de capital de las entidades bancarias en el ámbito financiero latinoamericano, supone entender las limitaciones que imponen los criterios contables que definen al patrimonio en libro (contable) y por otra parte las debilidades existente en el formato que conocemos con el nombre de patrimonio técnico (patrimonio primario y patrimonio secundario).

 

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