Medicación sin daño: un objetivo inalcanzable sin las enfermeras.

Medicación sin daño: un objetivo inalcanzable sin las enfermeras.

Este año, el lema de la OMS para el Día Mundial de la Seguridad Del Paciente ha sido “Medicación sin daño”. Con este lema, la OMS quiere concienciar de la importancia de acabar con los eventos adversos relacionados con la medicación, ya que estos son una de las principales causas de daño evitable a los pacientes durante la atención sanitaria. Los errores de medicación tienen múltiples consecuencias en la sociedad, causando morbilidad y mortalidad en los pacientes, una gran carga para los profesionales y un coste de millones de euros a los servicios sanitarios (aproximadamente de 42.000 millones de dólares anuales a nivel mundial según la OMS).

El manejo y la administración de medicamentos representan una parte importante del trabajo diario de las enfermeras y requieren de la realización de tareas complejas que exigen un gran conocimiento teórico, experiencia profesional y concentración para no cometer errores en ninguno de los pasos que implica la gestión de la medicación de las personas que se encuentran bajo su cuidado. 

La excesiva carga de trabajo o las distracciones pueden aumentar el riesgo de cometer un error durante esta tarea, de hecho, un tercio de los de los errores de medicación se producen durante las fases de preparación y administración del fármaco que, por lo general, son competencia de las enfermeras.

Pero las funciones de las enfermeras en relación a la medicación van mucho más allá de la preparación y administración de medicamentos.  Las enfermeras desempeñan un papel esencial en la seguridad del paciente en todo el proceso que conlleva la administración de un fármaco: desde el primer contacto con el paciente o la persona que requiere de sus cuidados, hasta la detección de posibles efectos adversos.

Las enfermeras, trabajando en colaboración con el resto del equipo de salud:

  • comprueban las alergias e intolerancias a los medicamentos,
  • detectan posibles errores de prescripción,
  • valoran si pueden surgir interacciones entre medicamentos,
  • se aseguran de que los medicamentos se conserven de manera correcta para que mantengan sus propiedades intactas,
  • conocen las vías de administración adecuadas para cada medicamento que administran y los tiempos en los que hay que administrarlos,
  • saben cómo desechar los residuos medicamentosos peligrosos,
  • valoran la efectividad del fármaco en el paciente,
  • vigilan la aparición de efectos no deseados tras la administración del fármaco
  • informan a los pacientes y sus cuidadores sobre la medicación, les enseñan como tomársela y resuelven las dudas que puedan surgir,
  • participan en las investigaciones relacionadas con el uso de fármacos.

Estas responsabilidades son de vital importancia para la recuperación o mantenimiento de la salud de las personas, pero se ven eclipsadas en muchas ocasiones por la excesiva carga asistencial y/o la falta de enfermeras, que impide brindar unos cuidados de calidad a las personas que precisan de la atención sanitaria y que disminuyen la seguridad de nuestros pacientes, aumentando la probabilidad de que ocurra un error relacionado con la medicación.

La mejora de las condiciones laborales y un entorno laboral en el que reine un clima de seguridad son fundamentales para mejorar la seguridad de los pacientes y reducir la ocurrencia de todos los eventos adversos, incluidos los relacionados con la medicación.

En definitiva, para lograr una medicación sin daño es indispensable mejorar las condiciones laborales de los profesionales de la salud, disminuir los ratios y permitir que las enfermeras puedan desarrollar todas sus competencias y conocimientos al máximo potencial.

 

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