No estás en la home
Funcinema

La muerte le sienta bien (1992)



DEMASIADO FREAK

Por Mex Faliero

(@mexfaliero)

Habitualmente se piensa que en los años 90’s el cine como idea comenzó su inevitable extinción hasta convertirse en un sucedáneo de tanques de Hollywood destinados a vender muñequitos (hay también quienes creen que eso comenzó antes, en los 80’s). Es una visión mezquina e injusta, obviamente, pero que como mayor pecado comete el de ni siquiera esforzarse para interpretar o repensar no tanto los conceptos del cine, sino también los propios. Y es notable lo que ocurre cuando repasamos algunos de esos films de alto presupuesto que se vieron en los 90’s, principalmente en la primera parte de la década y antes que Día de la Independencia modifique para siempre el esquema de los tanques de Hollywood. En esa primera parte fueron los artífices del mejor cine de entretenimiento de los 80’s, los Steven Spielberg (Jurassic Park), los James Cameron (Terminator 2), los John McTiernan (El último gran héroe), los Robert Zemeckis (La muerte le sienta bien) los que se animaron a ir un paso más allá a partir de las nuevas tecnologías y la posibilidad de generar imágenes que antes eran imposibles. Pero fundamentalmente de reflexionar sobre las posibilidades que esas mismas herramientas brindaban y cómo afectaban tanto al cine como a la vida: tal vez Spielberg y Cameron fueron los más existencialistas al respecto, mientras que McTiernan y Zemeckis se animaron a lo lúdico. Y así les fue. Pero lo cierto es que nos enfrentamos a un cine con aires de masividad que a la distancia podemos ver como reflexivo y construido en base a las ideas.

Antes y después de La muerte le sienta bien, Zemeckis tuvo éxito: antes por la trilogía de Volver al futuro y después porque llegó Forrest Gump, el film que le dio el brillo solemne de los premios. Sin embargo, esta película de 1992 significó un fracaso en su carrera: las críticas fueron despiadadas y el público no respondió como se esperaba, tal vez -y me gusta pensar eso- por la excesiva negrura de la propuesta que descolocó a muchos. Zemeckis lograba juntar un trío exitoso como el de Meryl Streep, Bruce Willis y Goldie Hawn (suena vintage, pero Hawn era por ese entonces una comediante más o menos popular) en el marco de una comedia negra con elementos de ciencia ficción absolutamente desquiciada, que reflexionaba sobre las superficialidad humana y su idealización de la juventud, sí, pero que sobre todo era una suerte de respuesta al cine nostálgico de la década anterior. El público de entonces, tal vez, no estaba preparado para el cinismo como sí lo está el mucho más deshumanizado público actual.

El cine de Zemeckis es un cine que ha trabajado con inteligencia la nostalgia: lo hizo con su gran ópera prima I wanna hold your hand, con el cine de aventuras de Tras la esmeralda perdida, con la emblemática trilogía Volver al futuro, con Amazing stories y Cuentos asombrosos, con la maravillosa ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, y hasta con Forrest Gump. Por eso, es también un nombre identificado fuertemente con los 80’s (caramba, cuando uno ve todo lo que hizo en esa década lamenta mucho más sus apáticas películas del presente), aquella década en la que un grupo de directores tomaron por asalto Hollywood para mirar su infancia, escenificar sus recuerdos y materializarlos con la sustancia del cine. Porque esos recuerdos estaban teñidos por los sueños que iluminó el cine y la cultura popular, por los comienzos de la tele, por las divas y los galanes, por los héroes que podían contra todo.

Y La muerte le sienta bien luce como un cachetazo a todo eso e inaugura los 90’s (como decíamos anteriormente, ese cinismo sería incomprendido en su momento), porque habla del detrás de escena de la nostalgia, de esa noción un poco peligrosa de quedarse en el pasado expresada a partir de cuerpos que buscan la juventud eterna. Zemeckis aprovecha las nuevas tecnologías y a partir del uso del CGI convierte los cuerpos de Streep y Hawn en una caricatura de Chuck Jones. Pero no es la única referencia: la cinefilia se hace presente nuevamente, y resuenan ecos de Frankenstein y Sunset Boulevard, entre citas a Greta Garbo. La muerte le sienta bien es una apuesta extrema, aunque Zemeckis parecía confiado luego de fusionar los universos infantiles con el espíritu adulto en ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, donde de paso homenajeaba a los grandes autores del cartoon clásico con un film noir protagonizado por dibujos animados. Una locura absoluta. Los resultados aquí estuvieron lejos de lo esperado, posiblemente porque el público de la Streep no esperaba verla entre efectos especiales y Willis ya se había convertido en héroe de acción (otra comedia lunática, Hudson Hawk, también fracasó), pero fundamentalmente porque era una película demasiado freak para ser mainstream. Hoy muchos puedan acercarse a ella con la idea de estar viendo una película de culto, porque superficialmente apela a lo ridículo de manera desaforada. Sin embargo lejos estuvo en su momento de ser una producción Clase B. La confusión puede estar dada en el hecho de que en el presente el cine perdió, entre películas que buscan construir mitologías y épica a cada rato, su carácter más lúdico. Zemeckis tuvo esa chispa durante un largo tiempo y La muerte le sienta bien es un ejemplo salvaje para revisitar.

Comentarios

comentarios

Comments are closed.