Factores que interfieren en la producción avícola

Conocer los avances genéticos nos ayudará a desarrollar estrategias más eficientes para mejorar la respuesta productiva y prevenir los principales problemas asociados a la producción de pollos de engorde.

Autor: Cristian Uculmana M. – Coordinador Técnico Regional de Olmix

Nuestro sector está relacionado directamente con la alimentación humana, y por tanto debemos estar alineados con las tendencias mundiales  en este rubro: bienestar animal, resistencia a los antibióticos, inocuidad alimentaria, huella de carbono e impacto ambiental. En los últimos años se viene hablando de alimentación animal sostenible, que involucra todos los factores mencionados anteriormente. La nutrición será una herramienta necesaria para los nuevos cambios que se avecinan en nuestro sector pero también se deben de tomar en cuenta los principales factores que intervienen en la producción avícola, a continuación se mencionan algunos de mayor relevancia.

Micotoxicosis

Cuando los hongos encuentran un lugar apropiado para proliferar, como mecanismo de defensa y para posicionarse en el medio (alta competencia por los nutrientes y espacio), producen lo que conocemos como micotoxinas. Un parámetro importante a tomar en cuenta es la actividad de agua, si sus valores se mantienen por debajo de 0.70, la proliferación de hongos se limita.

Se han reportado más de 500 tipos de micotoxinas. Los géneros de hongos más importantes por la formación de micotoxinas perjudiciales son: Aspergillus, Penicillium y Fusarium. Algunas micotoxinas tienen mecanismos de acción muy bien estudiados, pero aún desconocemos gran parte de las interrelaciones y sinergia de la mayoría de las otras micotoxinas. La unidad de cuantificación más usual es ppb.

Estas pequeñas cantidades son las que causan los grandes daños que conocemos. Dentro de los efectos negativos que afectan directamente a la producción animal se encuentran: reducción de la ingesta de alimento, disminución de la ganancia de peso, inmunidad afectada, daño a órganos, aumento de mortalidad e inflamación crónica del intestino.

Las principales micotoxinas, ya sea por su alta presencia en los insumos o por los impactos negativos en avicultura, son:

• Fumonisinas (FUM): trastornos intestinales y de la bioquímica sanguínea. Tienen una absorción limitada en el TGI de monogástricos por su gran tamaño; sin embargo, el daño lo ocasiona a nivel de lumen intestinal, dañando y evitando que se regenere el epitelio intestinal.

• Tricotecenos: las más conocidas son T-2 y deoxinivalenol (DON). La presencia de estas micotoxinas incluyen lesiones orales y en la molleja, microhemorragias, retardo del crecimiento, regresión de la bursa de Fabricio, daño hepático y estrés oxidativo. Cuando se encuentran niveles altos de DON y FUM, el efecto negativo sobre el TGI se incrementa.

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• Zearalenona: efecto a nivel hormonal y al sistema reproductor. Principalmente perjudicial para cerdos, y en menor medida para gallinas ponedoras y reproductoras.

• Aflatoxinas: generan toxicidad hepática e interfieren con la digestión de carbohidratos, proteínas y lípidos. También tienen efecto inmunosupresor y favorecen el estrés oxidativo.

• Ocratoxina: toxicidad hepática y de riñón. Amplifica el efecto negativo de las coccidias.

Una manera práctica para clasificar a las micotoxinas es por su origen, si son micotoxinas de campo (fumonisinas, tricotecenos, zearalenona) o de almacenamiento (aflatoxinas y ocratoxinas).

Para la prevención y control se tiene que trabajar con la cadena de suministro y tener en cuenta la manera en la que se ha producido el maíz y la soya, esa información debe ser abierta para determinar el uso y niveles de los aditivos que van a entrar en la ración. Las condiciones en las que se almacenan los insumos una vez que llegan a la planta de alimentos, así como el almacenamiento de alimentos en granja.

Finalmente, desde el punto de vista nutricional, existen diferentes estrategias disponibles para  contrarrestar a las micotoxinas (carbón activado, aluminosilicatos, paredes de levadura, métodos enzimáticos, montmorillonita interespaciada).

Los ingredientes de estas formulaciones deben tener estabilidad en un amplio rango de pH, minimizarse la tasa de desorción, no secuestrar nutrientes y no deben afectar el normal funcionamiento del sistema digestivo.

Finalmente, se debe tener en cuenta el muestreo de materias primas evaluándose una cantidad representativa del total de determinado insumo utilizado en un día (A. Mallmann, 2019).

Desequilibrio en el TGI por bacterias/parásitos

La superficie de la mucosa intestinal está constantemente expuesta a patógenos y factores indeseables.

El epitelio intestinal constituye una barrera que permite que el entorno se encuentre en homeostasis; sin embargo, este equilibrio se rompe constantemente y el animal depende de su capacidad, en ese momento, para reaccionar y volver al equilibrio.

En los últimos trabajos de investigación se toma mucho en cuenta la integridad intestinal medida a través de las uniones estrechas. Las uniones estrechas son un grupo de proteínas (las principales son la ocludina y la claudina) que van a dar anclaje a los enterocitos y es por donde se realiza la absorción paracelular.

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Algunos agentes causan un deterioro muy marcado en estas proteínas o no dejan que se regeneren a la tasa normal, el resultado final es: pérdida de la integridad intestinal y por tanto pérdida en la producción; además, puede haber una contaminación por bacterias presentes a nivel de lumen.

Cuando no hay una adecuada integridad intestinal, existe mayor probabilidad de que se presenten casos de coccidiosis y clostridiosis.

La coccidiosis es la enfermedad parasitaria más ampliamente distribuida en todo el mundo, que a lo largo de los años ha sabido resistir el continuo intento por erradicarla.

Las Eimeria son consideradas el mayor impacto económico en la producción de pollos de engorde por su característica de atacar a nivel subclínico, con enormes pérdidas en la productividad. Una de las estrategias más convenientes es la de alternar las familias de anticoccidiales para disminuir la resistencia. En reproductoras se suele trabajar incluso con programas de vacunación.

El clostridium perfringens es una bacteria que normalmente forma parte de la microbiota del íleon y de los ciegos; sin embargo, hay un riesgo de clostridiosis cuando hay un desbalance de la microbiota y microroturas a nivel del epitelio intestinal.

Otro punto importante es la digestión efectiva. Si no hay una adecuada digestión/absorción, más nutrientes irán hacia las secciones distales del sistema digestivo favoreciendo la proliferación de microorganismos potencialmente patógenos.

También en este punto importante tomar en cuenta la calidad de las materias primas y los factores antinutricionales.

Signos de alerta:

  • Se observa pasaje de alimento en las excretas
  • Se observa mucosidad y descamación del epitelio en las excretas
  • Pigmentación inadecuada
  • Desuniformidad del lote
  • Disminuye el consumo de alimento

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Relación nutrición y manejo productivo

Es bien conocida la relación que existe entre la nutrición/producción, en cualquiera de los dos caminos: la nutrición afecta la producción o cuando hay cambios en el manejo productivo se deben ajustar los niveles nutricionales.

Se presentarán dos casos recientes y no tan conocidos sobre esta relación:

La metionina, además de su papel en la síntesis de proteínas, también tiene relación directa con el metabolismo de lípidos.

Recientemente (Liu et al., 2019), se ha estudiado la interacción entre niveles de metionina (0.30% y 0.33%) y dinámica de alimentación (16 h luz y 8 h oscuridad pero distintas horas de inicio de luz) sobre los niveles de glucosa y metabolismo de lípidos en gallinas ponedoras (41 – 51 semanas) en base a la expresión génica de 27 proteínas relacionadas con el metabolismo de carbohidratos y lípidos, encontrándose
que cambios en las cantidades de metionina consumida a diferentes horas del día afecta el metabolismo de gallinas ponedoras.

El nutricionista necesita esta información para realizar programas de alimentación específicos.

El triptófano (Trp) está asociado con varios roles fisiológicos como síntesis de proteína, mejora en la utilización del alimento, reduce la ansiedad y el estrés (por efecto en síntesis de aminas biogénicas), y también tiene relación en la integridad esquelética. El Trp es metabolizado por 3 vías (Khattak y Helmbrecht, 2019): la primera va direccionada a la síntesis de serotonina en el cerebro, la segunda es la desaminación y descarboxilación para producir ácido indolacético y la tercera, que ocupa el 95%
de su metabolismo (Davis y Liu, 2015), es por la ruta de la quinurenina.

La quinurenina se transforma en ácido quinolínico, y luego existe la formación de nicotinamida o ácido nicotínico, y el ácido nicotínico tiene relación directa con el metabolismo de carbohidratos, proteínas y lípidos (Andres, 2012). Khattak y Helmbrecht
(2019) evaluaron 8 niveles de triptófano digestible (desde 0.10 – 0.31, agregándose
0.03% para pasar al siguiente nivel) en gallinas ponedoras (22 – 38 semanas); formularon en base al 105% para un consumo medio de 110 g/día, en donde el nivel recomendado de Trp dig fue de 0.16. Los autores recomiendan el uso de 0.22% de Trp dig para mejorar la respuesta productiva sin interferir con la calidad interna ni externa. Los niveles de Trp dig de las líneas genéticas Hy-Line, Lohmann y Hisex suelen estar cercanas a 0.16% para un consumo de 110g, por lo que se debe validar esta información bajo nuestras condiciones. La recomendación de hizo para un consumo medio de 110 g/día; sin embargo, debemos ajustar este valor cuando el consumo de alimento es mayor (en invierno, por ejemplo).

Otros factores son 

• El estrés por calor juega un papel importante en la homeostasis y además tiene efectos perjudiciales sobre la respuesta productiva, fisiología, microbiota, inmunidad y morfología intestinal. La microbiota puede cambiar si existe estrés por calor (Shi et al., 2019).

• Formulación de precisión. Preferir trabajar con requerimiento de AA digestibles y tener como referencia el requerimiento de proteína total. Ajuste de aminoácidos para mejorar la respuesta inmune y disminuir problemas asociados con calidad de carne. Además, al trabajar con requerimiento de AA dig, también reducimos el impacto ambiental.

• Todos los puntos relacionados con la bioseguridad.

• Programas de vacunación por zona geográfica conociendo el reto sanitario local.

• Respetar los tiempos de limpieza en granja. Período de descanso total (entre campaña y campaña) y descanso efectivo (luego de aplicar los desinfectantes).

• Limpieza de equipos en plena crianza. Desinfección periódica para disminuir carga bacteriana.

• Destinar un área específica para desechos biológicos.

• Calidad de agua (necesitamos hacer análisis a nivel físico-químico y microbiológico).

• El tamaño de partícula ideal, por especie y por edad fisiológica.

• Elección de un secuestrante de toxinas de reconocida eficacia.

• Uso de potenciadores de la digestión. Los resultados se verán reflejados en mejor respuesta productiva pero también en el balance de una microbiota ideal.

• Conocer los avances genéticos nos ayudará a desarrollar estrategias más eficientes para mejorar la respuesta productiva y prevenir los principales problemas asociados a la producción de pollos de engorde (síndrome de muerte súbita, integridad ósea, excesivo contenido de grasa abdominal, miopatías, inmunidad) y gallinas de postura (mejorar el desarrollo integral de la pollita en el levante, pico de producción, persistencia, inmunidad).

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