Capítulo 25

¿Y qué hay de Satanás y el origen del mal?

por Bodie Hodge
También disponible en English y Português

Nota del Editor: Este artículo fue publicado originalmente en la book The New Answers Book 2.

A los cristianos con frecuencia les hacen preguntas acerca de Satanás: ¿Quién es él? ¿Fue creado? ¿Cuándo fue creado?

Estas y otras preguntas similares son preguntas válidas que la gente puede hacer. Para contestarlas, tenemos que tomar en cuenta cuidadosamente lo que dice la Biblia, ya que es la única fuente de información sobre Satanás que es totalmente confiable. La Biblia no da mucha información acerca de Satanás o de los ángeles, pero sí da suficiente información como para responder algunas de estas preguntas.

La Palabra de Dios es infalible y es la autoridad absoluta; por lo tanto, tenemos que desconfiar de las conclusiones que sean extraídas de otras fuentes que no sea la Biblia, como por ejemplo las ideas o tradiciones de los hombres. Veamos lo que la Biblia dice con relación a estas preguntas.

¿Quién es Satanás y siempre se le llamó Satanás?

El primer uso del nombre de Satanás se encuentra en 1 Crónicas 21:1; cronológicamente, Job que fue escrito mucho antes, lo supera en tiempo. Satanás se encuentra en todo Job 1 y 2. Satanás literalmente significa “oponente” en hebreo.

Otro nombre aparece en el Antiguo Testamento en la versión Reina Valera Gómez:

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucifer, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas las naciones. (Isaías 14:12).

Esta es una de las pocas versiones en donde se usa el nombre de Lucifer para referirse a Satanás. La palabra no viene del hebreo sino del latín. Quizás esta traducción al Español fue influenciada por la Vulgata Latina, donde se usa este nombre. En latín, Lucifer significa “portador de luz”

En hebreo es heylel y significa “lucero,” “estrella de la mañana,” o “lucero de la mañana.” Muchas traducciones modernas lo traducen como lucero del amanecer o estrella luciente. En este pasaje, heylel se refiere al rey de Babilonia y a Satanás en sentido figurado. Por supuesto, Jesús reclama este título en Apocalipsis 22:16. Aunque el pasaje de Apocalipsis está en griego y el pasaje de Isaías está en hebreo, en ambos se traduce de manera similar.

Algunos creen que Lucifer era un nombre celestial o angelical que se le quitó a Satanás cuando se rebeló. La Biblia no lo dice explícitamente, aunque a Satanás en ninguna otra parte se le llama Lucifer, sino que se le llama de otras formas como: el diablo, Satanás, etc. Esta tradición podría tener algo de cierto, aunque esta idea no explique bien que este versículo se refiera a él durante y después de su caída; no antes. En otros pasajes de las Escrituras se refieren a él como Satanás; Lucifer no era necesariamente su nombre antes de la caída como tampoco lo sería el nombre Satanás.

A pesar de que Satanás se menciona por primera vez por su nombre en Job, relatos históricos anteriores registran sus acciones (lea Génesis 3, cuando Satanás influyó en la serpiente, y Génesis 4 donde Caín pertenecía a él [1 Juan 3:12]).

En el Nuevo Testamento, otros nombres revelan más sobre la naturaleza real de Satanás. Diablo (diábolos) en griego significa “falso acusador, Satanás, calumniador” y es la palabra de la que se forma la palabra diabólico en español. En Apocalipsis 12:9 y 20:2 se le llama “el dragón”, así como el “maligno” en varios lugares. En Apocalipsis 12:9 se le llama “la serpiente antigua” o “la antigua serpiente” y en Mateo 4: 3 se le llama el “tentador.” Otros nombres para Satanás incluyen Abadón (destrucción), Apolión (destructor, Apocalipsis 9:11), Beelzebú o Belzebú (Mateo 12:27) y Belial (2 Corintios 6:15). A Satanás también se le conoce como el dios de este siglo o mundo (2 Corintios 4:4), príncipe de este mundo (Juan 12:31), y el padre de la mentira (Juan 8:44).

¿Fue Satanás originalmente un ángel caído del cielo?

A Satanás se le menciona junto con los ángeles (Mateo 25:41, Apocalipsis 12:9) y los "hijos de Dios" (Job 1:6, 2:1), que muchos creen que son ángeles. Aunque en realidad ningún versículo de la Biblia dice que originalmente era un ángel, se le dice querubín en Ezequiel 28:16. El significado de querubín es incierto, aunque se suele pensar que es un ser angelical o celestial. (Más adelante en Ezequiel 28, hay detalles adicionales.)

En 2 Corintios 11:14, nos encontramos con que Satanás se disfraza como ángel de luz; otra alusión a su condición angelical:

Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz.

Aunque es posible que Satanás haya sido un ángel, tal vez sea mejor decir que era originalmente un “ejército celestial” (que incluiría a los ángeles), ya que sabemos que vino del cielo, pero no sabemos con certeza si él era realmente un ángel. Recordemos lo que dice en Isaías 14:12:

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.

Cuando cayó Satanás, el gran dragón en Apocalipsis 12:9, parece que se llevó a una tercera parte del ejército celestial con él (arrastró con su cola a una “tercera parte de las estrellas” a la tierra con él, Apocalipsis 12:4). Sabemos que a los ángeles caídos no les espera nada bueno:

Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. (Mateo 25:41).

Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio… (2 Pedro 2:4).

Lo que estos pasajes no nos dicen es quiénes eran y dónde estaban los ángeles y Satanás originalmente.

Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó. (Daniel 8:10).

Daniel habla del ejército y de los ángeles celestiales, y muchas veces se les llama estrellas o luminarias (ver Jueces 5:20; Daniel 8:10; Judas 13; Apocalipsis 1:20). Es poco probable que este pasaje se refiera a las estrellas físicas, ya que destruirían la tierra. La palabra hebrea para estrellas (kowkab) también incluye planetas, meteoritos y cometas. ¿Eran estas estrellas cometas y meteoros? Probablemente no, ya que en el contexto se refiere a los seres celestiales, que pisoteó. Esta es una confirmación más de que Satanás (y tal vez algún otro ejército celestial) y sus ángeles pecaron y cayeron.

Otro pasaje clave para esto es Ezequiel 28:15–17 (en adelante, se ve con más detalle). El pasaje indica que Satanás era realmente perfecto antes de su caída. Él estaba en el cielo y fue arrojado a la tierra.

¿Fueron creados los cielos de los cielos, Satanás y sus ángeles?

La Biblia no da una fecha exacta en la que fue creado Satanás ni tampoco de su caída, pero da algunas pistas. Pablo dice en Colosenses que Dios/Cristo creó todas las cosas:

Porque en Él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de Él y para Él. (Colosenses 1:16).

Así que, lógicamente, Satanás fue creado, al igual que los "cielos de los cielos." Hemos aprendido ya que Satanás originalmente estaba en el cielo antes de su caída. Entonces la pregunta es, ¿cuándo se crearon los cielos de los cielos? La Biblia usa la palabra cielo de varias maneras. La primera mención está en Génesis 1:1:

En el principio creó Dios los cielos y la tierra.

La palabra hebrea para cielos es plural (forma dual): shamayim, dual del singular shameh que no se usa. La palabra en sí significa “cielo, cielos, firmamento, cielos visibles, morada de estrellas, universo, atmósfera” y “la morada de Dios.” El contexto ayuda a determinar el significado de la palabra en particular; cielos está en plural correctamente, y muchos eruditos y traductores de la Biblia lo han traducido correctamente como tal.

Por lo tanto, parece seguro asumir que los “cielos de los cielos” fueron creados junto con los cielos físicos (el espacio-tiempo, es decir, el universo físico, donde las estrellas, el sol y la luna permanecerían después de que fueron creados en el día cuarto) durante la semana de la creación.

La definición de la palabra griega para cielo(s) (ouranos) es similar: “la expansión de los cielos con todas las cosas visibles en ella; el universo, el mundo; los cielos aéreos o el firmamento, la región donde se reúnen las nubes y las tempestades, y donde se producen los rayos y los truenos; los cielos siderales o estrellados; la región por encima de los cielos siderales, la sede de la orden de las cosas eternas y perfectamente consumadas donde habita Dios y otros seres celestiales.”

Por su uso, esto podría incluir los cielos de los cielos. Sin embargo, otros pasajes bíblicos también ayudan a responder si los cielos de los cielos fueron creados.

Tú solo eres Jehová; tú hiciste los cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos; y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te adoran. (Nehemías 9:6).

Hay una clara distinción entre al menos dos cielos; los cielos físicos y los cielos de los cielos. Los cielos físicos incluyen la expansión hecha en el día segundo, el lugar donde las estrellas se colocaron en el día cuarto, y la atmósfera (por ejemplo, en 1 Reyes 14:11; Job 12:7; Salmo 104:12 se dice que las aves son “del cielo” y “de los cielos”). Los cielos de los cielos son el lugar en el que residen el ejército celestial, los ángeles, y así sucesivamente. Este parece ser el tercer cielo, que Pablo menciona:

Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. (2 Corintios 12:2).

El pasaje de Nehemías indica que Dios hizo los cielos; no son infinitos como lo es Dios. Así que, ahora la pregunta es, ¿cuándo?

Ya que los cielos de los cielos se mencionan junto con la tierra, los mares y el cielo físico, podemos asumir con seguridad que todos fueron creados durante el mismo marco de tiempo, durante la semana de la creación. La creación de los cielos de los cielos no tuvo lugar en el día séptimo, ya que Dios descansó en ese día después de todo el trabajo de la creación. Así que debe haber ocurrido en algún momento durante los seis días anteriores.

Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto. Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. (Génesis 1:31 a 2:1).

Todo lo que Dios hizo, ya sea en la tierra, los cielos, los mares o el cielo, era “bueno.” ¿Incluye esta información los cielos de los cielos, Satanás y los ángeles? ¡Definitivamente! A Satanás es a quien se le habla en Ezequiel 28:15.

Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

Este pasaje dice que no se hallaba culpa en Satanás, es decir, él era bueno en un principio. Entonces, tendría sentido que los cielos de los cielos también hayan sido beneficiarios de esta palabra bendita, ya que Satanás lo fue. De hecho, esto es lo que esperaríamos de un Dios bueno: una creación buena. En Deuteronomio 32:4 dice que toda obra de Dios es perfecta. Así también los cielos de los cielos, Satanás y los ángeles eran buenos originalmente.

En Ezequiel 28:15 dice que "desde el día" (se agrega énfasis) en que se creó a Satanás. Entonces, obviamente Satanás tuvo un principio; él no es infinito como lo es Dios. Por lo tanto, Satanás tiene alguna atadura con el tiempo. Otras Escrituras también revelan la relación entre Satanás y el tiempo.

Por esta razón, alegraos, cielos y los que moráis en ellos. ¡Ay de la tierra y el mar, porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo (Apocalipsis 12:12)!

Cuando el diablo hubo acabado toda tentación, se alejó de él hasta un tiempo oportuno (Lucas 4:13).

Siendo un ser creado y teniendo un principio, Satanás está limitado por el tiempo. Él no es omnipresente como lo es Dios, ni es omnisciente. Dios ha declarado el fin desde el principio (Isaías 46:10); Satanás no lo puede hacer.

¿Podemos estar seguros de que Satanás, los cielos de los cielos, y todo lo que hay en ellos tuvieron un principio?

¿Cuando fueron creados los ángeles y Satanás?

La Biblia no da la fecha exacta de la creación de Satanás y los ángeles; sin embargo, podemos hacer varias deducciones de las Escrituras sobre el calendario. Comencemos examinando Ezequiel 28:11–19:

11 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:

12 Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura.

13 En Edén, en el huerto de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro, carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.

14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te paseabas.

15 Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad.

16 A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector.

17 Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti.

18 Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran.

19 Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser.

En las secciones anteriores a esta, la palabra del Señor fue directamente para Tiro (Ezequiel 27:2) y al rey de Tiro (Ezequiel 28:2). Comenzando en Ezequiel 28:11, un lamento (expresión de dolor o de duelo por eventos pasados) se le expresa al rey de Tiro; o más específicamente, al que influye en el rey de Tiro. También tenga en cuenta que el rey de Tiro nunca fue un modelo de perfección (versículo 12), ni estuvo en el monte de Dios (versículo 14), ni estuvo en el jardín del Edén (versículo 13; tenga en cuenta que el Diluvio ya había destruido el jardín del Edén varios cientos de años antes de este período de tiempo).

Dios ve fácilmente la influencia de Satanás y se dirige directamente a él. Más adelante el Señor le habló a la serpiente en Génesis 3: Génesis 3:14 se le dice a la serpiente; Génesis 3:15 se le dice a Satanás, que influyó en la serpiente. Jesús reprendió a Pedro y luego habló con Satanás (Marcos 8:33). En Isaías 14, en el pasaje se le habla al rey de Babilonia y en algunas partes a Satanás, que estaba influyendo en él.

En el pasaje de Ezequiel observamos que Satanás originalmente era perfecto (sin culpa) a partir del día en que fue creado, hasta que pecó (se halló maldad en él). Por lo tanto, podemos deducir que Satanás fue creado durante la semana de la creación; ya que él era inocente, estaba bajo la “buena” proclamación de Dios (Génesis 1:31) al final del día sexto.

En Job 38:4–7, Dios le habló a Job:

¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?

Aunque es un pasaje poético, puede decirnos que los ángeles pudieron haber presenciado algo de la obra creadora de Dios y que las estrellas del alba alababan. ¿Son las estrellas del alba símbolo del ejército celestial u otros seres angelicales? Es posible; recuerde que con frecuencia las estrellas son el equivalente de seres angélicos o celestiales, y la mayoría de los comentaristas sugieren que se refiere a los ángeles.

Si es así, la creación de los ángeles fue antes del día tercero durante la semana de la creación. En Génesis 1, Dios creó los cimientos de la tierra ya sea en el día primero (en el que se creó la tierra) o en el día tercero (en el que se separó la tierra del agua). La inferencia lógica es que los ángeles fueron creados ya sea en el día primero, o al menos en el día tercero.

Si no, entonces las estrellas físicas (creadas en el día cuarto) estuvieron presentes, mientras los ángeles se regocijaban. Si este fuera el caso, entonces las estrellas del alba y los ángeles alabaron y se regocijaron después de que se crearon las estrellas.

Lo más probable es que las estrellas del alba simbolizan al ejército celestial. A Satanás, un ejército celestial, se le llamó una estrella del alba; por lo tanto, Satanás y los ángeles fueron creados en algún momento antes del día tercero (o temprano en el día tercero), posiblemente en el día primero.

¿Cuando cayó Satanás?

Satanás pecó cuando la soberbia se apoderó de él y ya no fue perfecto (Ezequiel 28:15–17). ¿Cuándo fue esto? La Biblia no da una respuesta exacta tampoco, pero nuevamente las deducciones se pueden hacer con las Escrituras.

¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. (Isaías 14:12–14).

Cuando él pecó, fue echado del cielo (Isaías 14:12). Esto debe haber sido después del día sexto de la semana de la creación porque Dios declara que todo era muy bueno (Génesis 1:31). De lo contrario, Dios habría declarado que la rebelión de Satanás era buena; sin embargo, en toda la Escritura, Dios absolutamente asevera que el pecado es detestable delante de Sus ojos.

Dios santificó el día séptimo. Parece poco probable que Dios hubiera santificado un día en el que se produjo una gran rebelión. En Génesis 1:28, Dios ordenó a Adán y Eva que se fructificaran y que se multiplicaran. Si hubieran esperado mucho tiempo para tener relaciones sexuales, habrían pecado contra Dios por no ser fructíferos. Por lo tanto, no podría haber sido mucho después del día séptimo que Satanás tentó a la mujer a través de la serpiente.

El Arzobispo Ussher, el gran erudito de la Biblia del siglo 17, coloca la caída de Satanás en el décimo día del primer año, que es el Día de la Expiación. El Día de la Expiación parece reflejar de vuelta al primer sacrificio cuando Dios hizo túnicas para Adán y Eva con pieles de animales (Génesis 3:21). Puede ser que las generaciones venideras (de Abel a Noé a Abraham hasta los israelitas) siguieron este patrón de hacer sacrificios por los pecados en el Día de la Expiación.

En cualquier caso, la caída de Satanás probablemente habría tomado lugar un poco después de día séptimo.

¿Cómo pudo Satanás, que fue creado bueno, convertirse en un ser malo?

La respuesta a esta pregunta se adentra profundamente en el debate de “la soberanía de Dios frente a la responsabilidad del hombre” sobre el cual la Iglesia ha luchado durante mucho tiempo.

Por lo que podemos decir por medio del estudio de la Biblia, Satanás fue el primero en pecar. Él pecó antes de que la mujer pecara y antes de que Adán pecara. Algunos afirman que pecamos porque Satanás entra en nosotros y nos hace caer en pecado, pero la Biblia no enseña eso. Pecamos ya sea si Satanás entra en nosotros o no. Satanás estaba influyendo en la serpiente cuando la mujer pecó y cuando pecó Adán; ellos pecaron por su propia voluntad, sin poder decir, "Satanás me obligó a hacerlo."

Pero, ¿qué causa este pecado inicial?; ¿por qué Satanás pecó en el primer lugar?

Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte. (Santiago 1:13–15).

La muerte es el castigo por el pecado. El pecado se origina en el propio deseo; nuestro propio deseo. Santiago 1:14 da a entender que el mal viene de la voluntad de cada quien. Fue por el deseo propio de Satanás que su soberbia en su propia hermosura y habilidades se apoderaron de él.

En la creación original que era "buena", parece que es probable que Satanás y la humanidad tuvieran el poder de tomar decisiones contritas. En el Jardín del Edén, la mujer se convenció por su propio deseo (el árbol era codiciable para alcanzar la sabiduría, Génesis 3:6). Satanás no había entrado en ella; su propio deseo la sedujo.

Dios no es el autor del pecado; nuestros deseos lo son. Dios no engañó ni embaucó a Satanás para que se llenara de soberbia. Dios odia la soberbia (Proverbios 8:13), y no sería parte de Su naturaleza causar que uno se volviera soberbio. Tampoco fue Él quien engañó a Eva. El engaño y la mentira van de la mano (Salmo 78:36; Proverbios 12:17), además, Dios no miente ni engaña (Tito 1:2; Hebreos 6:18).

Tenga en cuenta que, dado que los propios deseos de Satanás causaron su soberbia, Dios no puede tener la culpa de que entrara el mal en la creación. Para aclarar, esto no significa que Dios no estaba al tanto que esto pasaría, pero Dios permitió que sucediera. Dios es soberano y actuó con justicia echando a Satanás del cielo después de que él se rebeló contra el Creador.

Por lo tanto, cuando Dios encarnado vino a destruir el mal y la obra del diablo (1 Juan 3:8), realmente fue un acto de amor, no un truco para corregir lo que Él “había echado a perder.” Él fue glorificado en Su plan para la redención.

Algunos han preguntado por qué Dios no envió a Satanás al infierno en lugar de echarlo a la tierra, asumiendo que eso habría evitado la muerte, el sufrimiento o las maldiciones de la humanidad. Pero Dios es amor, y esto muestra que Dios fue paciente con él como Dios es paciente con nosotros. Tal vez Satanás hubiera tenido una posibilidad de salvación si no hubiera seguido en su rebelión y sellado su destino, aunque en Génesis 3:15 se revela que la cabeza de Satanás sería aplastada (después de su continuo pecado y el engaño a la mujer).

Una pregunta que se relaciona es: ¿Era necesario Satanás para que el hombre pecara? La tentación de Satanás a la mujer la instigó a mirar el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, pero fue ella quien lo deseó y pecó. ¿Realmente podemos decir con certeza que en algún otro día, sin Satanás, la mujer o Adán no hubiera deseado el fruto y no hubiera pecado? Sin embargo, en las palabras de Aslan, el león en Las Crónicas de Narnia de C.S. Lewis, “There are no what-ifs” (no hay que deliberar en lo que no ha pasado).

En realidad, sufrimos la muerte y la maldición porque Adán pecó (Génesis 3) y nosotros pecamos en Adán (Hebreos 7:9–10) y seguimos pecando (Romanos 5:12). Adán hizo su parte, pero tenemos que asumir la responsabilidad de nuestra parte por cometer alta traición contra el Creador del universo. Es incorrecto pensar que la muerte y el sufrimiento son el resultado de la rebelión de Satanás. El hombre tenía el dominio sobre el mundo, no Satanás. Cuando Satanás se rebeló, maldijo al mundo; cuando Adán pecó, la tierra fue maldita, la muerte entró en el mundo, y así sucesivamente. Es por eso que necesitábamos a un último Adán (1 Corintios 15:45), no a una última Eva ni a un último Satanás. Es por eso que Cristo vino. La buena noticia es que para aquellos que están en Cristo, el castigo por el pecado (muerte) no tendrá ningún aguijón (1 Corintios 15:55).

¿Por qué Dios, que no es malo, permite que la maldad continúe existiendo?

Al igual que con las otras preguntas en este capítulo, grandes teólogos han luchado sobre cómo responder esta pregunta con eficacia. Pablo, en su libro a los cristianos en Roma, ofrece una idea de la perspectiva dominante que debemos tener:

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. (Romanos 8:28).

Todas las cosas, incluyendo el mal en este mundo, tienen un propósito. Dios es glorificado a través del plan de salvación que Él preparó desde el principio. Desde el primer Adán hasta el último Adán, Dios planeó una manera gloriosa para redimir a un pueblo para sí mismo a través de la promesa de un Salvador que venció tanto al pecado como a la muerte.

Jesús fue glorificado cuando Él venció a Satanás, al pecado y a la muerte por medio de Su muerte y resurrección (ver Juan 7:39, 11:4, 12:16, 12:23, 1 Pedro 1:21, Hechos 3:13). Ambos, Dios Hijo y Dios Padre fueron glorificados a través de la resurrección (ver Juan 11:4, 13:31–32). Todo lo que sucede es para la gloria de Dios, incluso cuando no podemos ver cómo Dios puede ser glorificado desde nuestra perspectiva limitada.

Los que han recibido el don de la vida eterna esperamos el momento en que nos uniremos a Dios en el cielo; un lugar donde no habrá maldad (Apocalipsis 21:27). Este mundo viejo y maldito de 6.000 años es solo un problema pasajero comparado con la eternidad. Este tiempo relativamente corto en la tierra es el único tiempo en el que se permitirá que exista el mal.

¿Qué será de Satanás?

Los días de Satanás están contados, y será condenado eternamente.

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo. (Apocalipsis 12:12).

Y lo arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un poco de tiempo. (Apocalipsis 20:3).

No debemos tenerle miedo a Satanás y a sus secuaces, ya que Dios tiene poder sobre él y ya ha declarado cuál será su consecuencia (una segunda muerte) el castigo eterno llamado infierno.

Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.(Mateo 25:41)

Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apocalipsis 20:10).

Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. (Apocalipsis 20:14)

Algunas personas pueden decir que quieren “gobernar con Satanás en el infierno,” en vez de ir al cielo y disfrutar de la infinita bondad de Dios. Lamentablemente, estas personas no se dan cuenta de que Satanás no tiene poder en el infierno, ni ellos lo tendrán. Satanás no es el “gobernador” en el infierno, sino un prisionero igual que lo serán ellos si no reciben el don de la vida eterna mediante el arrepentimiento de sus pecados creyendo en la obra terminada de Jesucristo en la cruz.

Confiamos en que aquellos que lean este libro se darán cuenta de que la única forma de salvación se encuentra a través de una relación personal con Jesucristo. Dios ha provisto un camino de salvación, una relación justa con Él, y un medio de perdón; ¿ha recibido Ud. a Cristo como su Salvador?

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