El día de hoy hablaremos de un comportamiento muy común en el ser humano, algo que aplicamos en nuestras relaciones personales y que incluso llevamos a nuestro entorno laboral.
¿Alguna vez has sentido una admiración muy grande hacia alguien? Logras notar en una persona una serie de cualidades que la hacen sobresalir de los demás. Por lo general las personas nos rodeamos de otros individuos con intereses afines, ya que es donde nos sentimos más cómodos. Pero a lo largo del camino termínanos encontrando personajes con los cuales entablamos una conexión fuerte y sólida.
No son personas con las mismas costumbres o forma de pensar, sino todo lo contrario. Empezamos a ver en ellos todas esas habilidades que nosotros deseáramos tener en nuestro bolsillo. Sin explicación alguna una gran admiración genuina es entablada.
¿Por qué sucede esto? Bueno, simplemente porque nos gustaría ser como ellos, ellos tienen los logros que nosotros deseamos. Y nos comportamos sedientos por poder aprender. Nos convertimos en esponjas y es que regresamos a una etapa de aprendizaje, donde tratamos de imitar todas aquellas cosas que queremos sean parte de nuestro armamento.
Aunque no lo expresemos, cada quien sabe en donde tiene fallas (claro que existen personas un poco más soberbias, a quienes no les gusta admitir que tienen debilidades). Pero en su mayoría, lo admitimos o lo sabemos a un nivel interno. Y al saber que tenemos ciertas carencias, es que empezamos la búsqueda de aquellos individuos que tienen de sobra lo que nosotros carecemos.
En realidad esto no es una mala práctica. Como seres humanos que somos debemos de estar en constante crecimiento. Y a la hora de aprender necesitamos buscar personas que tengan esas fortalezas para llenar esos vacíos que son parte de nosotros. Una regla primordial en la vida es que busquemos a individuos que tengan lo que deseamos y hacer lo que ellos hacen.
Debemos de estar siempre en busca de mentores. Esto demuestra que somos personas educables, siempre abiertos a consejos. Pero sí debemos de aprender a filtrar, ya que los consejos deben de provenir de aquellos que tengan los frutos que añoramos. Alguien en quiebra no podría darnos consejos sabios de cómo ser financieramente independientes.
Al buscar a tus editores de vida, habla bien de ti. Significa que ya llevas un paso al frente, esto revela tu sed de cambio y las ganas de mejorar. Sin embargo debes de asegurarte de no dejar algo muy importante por fuera: la acción posterior al consejo. Otro gran principio de vida es la Ley de la Acción. Esto básicamente dice que toda idea debe de ir respaldada por un acto. He aquí donde el 98% de la población suelta el balón. Es en esta área donde debemos de enfocar mucha de nuestra energía. Debemos de asegurarnos de que sí estamos siendo constantes en poner en práctica los buenos hábitos que estamos duplicando de nuestros mentores. Sino no estamos haciendo nada.
Así que para finalizar recuerda:
- Antes que todo auto-analízate para ver qué áreas necesitas mejorar.
- Encuentra a esos lobos con frutos.
- Duplica sus buenos hábitos.
- Aprende a seguir instrucciones.
- Dales a tus mentores el permiso de corregirte.
- La constancia será tu mejor aliado.
Lic. Carlos Delgado
Gerente de Operaciones de Fundación BPN
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