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Fractura

No es más que la perdida de la continuidad ósea debido a un trauma o factor externo.

Síntomas

  • Las fracturas generalmente causan hinchazón, pero ésta puede tardar horas en aparecer y, en algunos tipos de fracturas, es muy leve.
  • Cuando los músculos que rodean la zona lesionada tratan de mantener el hueso fracturado en su posición se pueden producir espasmos musculares, causando un dolor adicional.
  • Se producen hematomas cuando existe un sangrado por debajo de la piel. La sangre puede provenir de los vasos sanguíneos del hueso fracturado o de los tejidos circundantes. Al principio, el moratón es de color negro violáceo y se va tornando entre verde y amarillo a medida que la sangre se descompone y el organismo la reabsorbe. Esta puede desplazarse a bastante distancia de la fractura, lo que causa un hematoma de grandes dimensiones o bien un hematoma a cierta distancia de la zona lesionada. La sangre puede tardar semanas en reabsorberse. La sangre acumulada produce dolor temporal y rigidez en las estructuras circundantes. Por ejemplo, las fracturas del hombro pueden causar moratones en todo el brazo y provocar dolor en el codo y en la muñeca.
  • El dolor, igual que la fractura misma, impiden a menudo que la persona afectada mueva la parte fracturada con normalidad.
  • Debido a que los movimientos de la parte lesionada son dolorosos, el paciente generalmente no quiere realizar movimientos. Si el paciente no puede hablar (como en niños pequeños o ancianos), la negativa a mover una parte del cuerpo puede ser el único signo de una fractura. Sin embargo, algunas fracturas no impiden a la persona afectada mover la zona lesionada. El hecho de que la zona lesionada pueda moverse no significa que no haya fractura.
  • Las fracturas pueden ir acompañadas de otros problemas (complicaciones) u ocasionarlos. Sin embargo, las complicaciones graves no son frecuentes. El riesgo de complicaciones graves aumenta si la piel se rompe o si se lesionan los vasos sanguíneos o los nervios.
  • Algunas complicaciones (como la lesión de los vasos sanguíneos y los nervios, el síndrome compartimental, la embolia grasa, y las infecciones) se producen durante las primeras horas o días después de la lesión. Otras (como los problemas con las articulaciones y los defectos de consolidación) se desarrollan con el tiempo.

 

¿Cómo se diagnostica una fractura?

Rayos–X: Las imágenes por rayos-x son una foto de los tejidos internos, huesos, y órganos. La mayoría de las fracturas se diagnostican usando rayos-X.

Otras pruebas (normalmente no se necesitan si la fractura es obvia en los rayos-X).

Resonancia magnética (MRI por sus siglas en inglés): es un procedimiento que produce imágenes más detalladas. Se suele usar para fracturas más pequeñas o fracturas por estrés.

Escáner del hueso: se inyecta un agente que se pega a la zona de la fractura donde la condensación de hueso es mayor de lo normal.

Tomografía computarizada (CT o escáner TAC): un procedimiento de imagen tri-dimensional que usa una combinación de rayos-X y tecnología de ordenador que produce cortes o imágenes horizontales y verticales de corte transversal del cuerpo.

 

Tratamiento

Es importante que la persona que ha sufrido una fractura realice la menor cantidad de movimiento posible, ya que puede causar más dolor o complicaciones. Se debe esperar a que lleguen profesionales médicos que sepan cómo actuar. En caso de que se trate de una fractura abierta, es necesario intervenir rápidamente para evitar que se infecte.

El médico que intervenga al paciente realizará una radiografía para identificar la posición del hueso fracturado. Es importante conocer la causa de la fractura, pues ayuda al médico a identificar los huesos dañados y cómo tratarlos. Una vez identificada, se recolocará el hueso en su posición original. Si el hueso es muy largo o se ha fracturado en más de dos partes, es posible que el médico realice una cirugía e introduzca un clavo de metal para consolidarlo. Este clavo será quitado una vez el hueso haya sanado.

Si no hay necesidad de insertar un clavo, el hueso se recompondrá de forma natural. Los huesos comenzarán a producir células y vasos sanguíneos que irán cerrando las partes fracturadas del hueso hasta recuperar su forma original. También se pueden utilizar injertos óseos para acelerar la cicatrización que producen estas células.

Cuando los huesos se han desplazado en gran medida más allá de su posición original, se lleva a cabo una osteosíntesis, es decir, una cirugía para recolocar los huesos. Esto se hace mediante placas, tornillos, agujas o cerclajes con alambres.

Una vez recolocado el hueso, el médico aplica una escayola sobre la parte afectada y no la retirará hasta que el hueso se haya soldado, proceso que puede tardar de una o varias semanas dependiendo de la gravedad de la fractura.

 

¿Qué puede afectar a la curación de una fractura?

Un hueso puede no curarse tan bien como debiera si alguien:

Sufre una fractura grave

Tiene lesiones en los músculos, la piel y los nervios de la zona de la fractura

Tiene una deficiencia de vitaminas

Tiene una afección médica, como la osteoporosis, la osteogénesis imperfecta, la diabetes o la anemia.

Toma determinados medicamentos (como los corticosteroides)

Bebe alcohol

Fuma tabaco

 

Complicaciones

Las complicaciones en un sujeto fracturado pueden ser de muy diversa índole. Inicialmente debemos distinguir las complicaciones inmediatas , es decir, el daño que pueden haber sufrido los tejidos circundantes a la fractura, y las repercusiones que éstas puede tener para el paciente. Podemos encontrarnos una hemorragia importante que ponga en peligro la vida del individuo, en cuyo caso el tratamiento de la fractura pasará a un segundo término. Puede aparecer una infección, en el caso de fractura abierta, etc. Pueden existir complicaciones derivadas del reposo prolongado (neumonía, trombosis, etc.) o de la propia intervención quirúrgica.

 

Complicaciones inmediatas

Shock traumático

Determinado por el dolor y la hemorragia en el foco de fractura; debe considerarse que fracturas como de diáfisis femoral o pelvis, son capaces de generar una hemorragia en el foco de fractura, que puede llegar a 1, 2 ó más litros de sangre, generando una anemia aguda y shock hipovolémico.

Lesiones neurológicas

Por compromiso de troncos nerviosos, sea por la contusión que provocó la fractura o directamente por los extremos óseos desplazados que comprimen, contusionan, elongan o seccionan el nervio.

Lesiones vasculares

Una arteria puede sufrir lesiones de diversa naturaleza. Cualquiera que sea, el compromiso vascular debe ser detectado precozmente y resuelto de inmediato.

Ignorar la complicación o descuidar su evolución, genera el peligro inminente de necrosis músculo-aponeurótica (necrosis isquémica de Volkman) o gangrena del segmento distal al daño arterial.

Espasmo arterial traumático: sea por la contusión que provocó la fractura, por los extremos óseos desplazados o por un tercer fragmento proyectado sobre la arteria.

Contusión arterial: con trombosis por ruptura de la íntima, que genera además un espasmo que agrava aún más el problema circulatorio.

Compresión, desgarro o sección de la pared de la arterial que determina déficit vascular distal con gangrena de la extremidad.

Pseudo-aneurisma (hematoma pulsátil), fístula arteriovenosa.

Son clásicos ejemplos de lesiones arteriales:

Lesión del tronco femoral por fractura de la metáfisis distal del fémur, desplazando hacia dorsal por acción de los gemelos.

Lesión de la arteria tibial posterior por fractura de la metáfisis superior de la tibia, desplazada hacia dorsal.

Lesión de la arteria humeral por fractura supra-condílea del húmero.

 

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