Desde la organización conservacionista SEO/BirdLife aseguran que la supervivencia de pequeñas aves urbanas, como el gorrión, estaría asegurada pese al vaciado de las calles con motivo de la crisis por el COVID-19.

De hecho, desde la asociación destacan que, por lo general, lo perjudicial para estos animales es recibir la comida por parte de las personas. Ya que, por una parte, los progenitores pueden decidir abandonar la búsqueda de los nutrientes proporcionados por insectos, en favor de alimentos menos saludables de los comederos urbanos.

Por otra parte, y pese a la prohibición de muchas ciudades de alimentar a animales silvestres en la calle, esta actividad puede jugar también en detrimento de aves como las golondrinas o los gorriones. Puesto que restos de aperitivos, patatas fritas y otros productos similares perjudican su nutrición; e, incluso, estarían relacionados con el descenso en las poblaciones de estos animales.

Por otra parte, estos restos también pueden suponer la aparición masiva de otras especies, como, por ejemplo, las ratas. La mejor manera de contribuir a una alimentación sana de las aves urbanas, destacan desde SEO/BirdLife, se encuentra en aportar alimentos específicamente saludables para estas especies, como las pipas negras o preparados de alpiste.

Además, recomiendan que solo se les alimente desde la ventana o el balcón, en zonas alejadas de espacios verdes y, sobre todo, durante largas temporadas de lluvias.