La importancia de la pluralidad

Reflexionar sobre la tarea parlamentaria hoy en día se convierte en un ejercicio obligado para pulsar el ritmo de la nación. No hay duda de que el terreno legislativo es hoy el territorio donde se crean los cambios históricos que va requiriendo la marcha del país.

La norma se tiene que adecuar a la circunstancia; en este mundo cambiante se hace necesario un trabajo parlamentario moderno, inclusivo y democrático. 

Como en un juego de espejos, la plural conformación del Poder Legislativo es fiel reflejo de la circunstancia política que se vive en México. ¿Qué toca a esta soberanía? La pluralidad es un regalo de la democracia, las mujeres y los hombres que hoy integran este cuerpo colegiado tendrán la responsabilidad histórica de dotar de los instrumentos constitucionales al futuro de nuestro país. 

¿Por qué es importante la pluralidad política? Podríamos ser simplistas y decir que es importante porque todas las voces lo son, y claro, tendríamos razón. Pero el valor de la pluralidad va más allá. La pluralidad es la inclusión convertida en norma; es la expresión histórica de nuestra diversidad cultural, son las voces y los acentos de nuestra geografía diversa, son la geometría política convertida en votos. 

La pluralidad es, finalmente, el gran valor antropológico de la vida. Significa la posibilidad de ser y pensar distinto, y ese gran valor es patrimonio de todas y todos los mexicanos. Toca a estas generaciones cuidarle y respetarle. 

Hoy tenemos que aprender a vivir en pluralidad, caminar y encontrarnos a la mitad del camino con una visión de alteridad respetuosa, de ahí que esta legislatura será histórica no sólo por los temas que habrá de discutir, lo será porque hoy desde la tribuna más alta de la nación entendemos que se debe y tiene que ser leal a nuestras convicciones. Si se quiere avanzar en el espacio democrático de nuestro país tenemos que aprender que en la diversidad de opiniones se pueden encontrar puntos de coincidencia. 

México vive hoy tiempos de desafíos. El mundo no se detiene y exige que los países pongan su reloj democrático a la hora que demandan los cambios. Vivimos un mundo que no solamente ha globalizado la economía. Hoy mismo se habla en todos los idiomas y lenguas de temas que son sustantivos para el desarrollo democrático de las naciones, como lo son la transparencia, rendición de cuentas, respeto a los derechos humanos, la equidad de género. 

Vivir en y con democracia nos demanda esfuerzos importantes. No podemos olvidar que las tentaciones del poder están ahí y se activan a la menor provocación. Vivamos de manera gozosa esta circunstancia que siempre nos permitirá enriquecer nuestra vida política y personal. La vida misma, como la gran maestra que es, nos enseña que nadie es dueño de la verdad, que no hay verdades absolutas y que dos cabezas serán siempre más acertadas que una.  

No podemos, ni debemos postergar la marcha del país. La línea entre el debate fuerte, la diferencia de opciones y la confrontación suele ser más delgada de lo que quisiéramos. ¿Entonces, cómo vacunarnos contra la descalificación del otro, del que no piensa como nosotros? Honremos nuestra historia que está formada por una maravillosa diversidad. Recordemos que sólo en el respeto a lo que piensa el otro alcanzaremos, como lo definió el maestro José Vasconcelos, “La Dimensión de una Raza Cósmica” y así seremos capaces de dar el gran salto que requiere nuestro país. ¡De nosotros depende el que lo logremos! 

Las opiniones vertidas en este texto son responsabilidad única y exclusiva del autor. 

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