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El español en Alemania

4. Los inmigrantes hispanohablantes de primera generación

Los movimientos migratorios desde los países hispanohablantes hacia Alemania son claves para explicar el desarrollo del Grupo de Dominio Nativo (GDN) en 2019. En números redondos, nueve de cada diez personas que en Alemania disponen de un dominio nativo del español presentan un trasfondo migratorio (grupos GDN1, GDN2 y GDN3). Solo 38.420 personas escapan a este perfil y han adquirido un dominio nativo mediante el estudio del español como lengua extranjera (GDN4).

Entre los hablantes con dominio nativo, la mayoría son inmigrantes de primera generación con origen en países hispanohablantes (GDN1). A finales de 2019 suman 281.430 personas, lo que supone un incremento respecto del año anterior de 9.705 personas en números absolutos (cf. gráfico 2 y tabla A1a, anexo). Este incremento, de un 3,6 %, revela el grado en que los flujos migratorios han contribuido decisivamente al desarrollo del español en Alemania.

La inmigración hispanohablante de Alemania puede caracterizarse con detalle observando ciertas variables sociodemográficas. En investigaciones precedentes presentamos sus principales rasgos, que son, en síntesis, los siguientes (cf. Loureda Lamas et al. 2020a, 2020b):

  • es un grupo pequeño, que supone apenas el 2,5 % de la inmigración en Alemania y que se ha ido reduciendo paulatinamente en relación con la inmigración en el país; pese a ello, Alemania es un destino preferente de los movimientos migratorios con origen en países hispanohablantes, especialmente de la inmigración cualificada (siete de cada diez inmigrantes acreditaba formación profesional o académica);
  • es mayoritariamente española o intrarregional (dos de cada tres inmigrantes son de primera generación);
  • tiene destinos marcadamente preferidos, pues nueve de cada diez inmigrantes residen en Renania del Norte-Westfalia, Baden-Württemberg, Baviera, Hesse, Berlín, Baja Sajonia y Hamburgo, los siete estados federados más poblados del país y con mayor peso económico;
  • es un grupo joven (la mitad tiene entre 17 y 40 años) y mayoritariamente femenino, combinación esta que supone una desviación notable sobre el patrón de inmigración con origen en otras regiones del planeta;
  • la fundación o la reunificación de la familia es el principal motivo del desplazamiento (casi para la mitad de los inmigrantes);
  • y es reciente, ya que la mayor parte se ha trasladado a Alemania después de 2008.

Estas seis características sociales tienen consecuencias lingüísticas y determinan la presencia de la lengua española en Alemania de dos maneras: primero, el español no figura entre las diez primeras lenguas de inmigración en Alemania; y, segundo, las variedades del español de España son las más extendidas en el conjunto de Alemania y en cada uno de sus estados federados.

Aunque esta realidad social y lingüística se mantiene en lo esencial, durante el año 2019 se han observado comportamientos que en parte la modifican y que conviene exponer en detalle porque parecen inaugurar transformaciones muy significativas.

4.1. Los flujos migratorios y su peso poblacional

El grupo de inmigrantes hispanohablantes sigue siendo pequeño en relación con la inmigración total del país y en comparación con el conjunto de la población alemana (cf. gráfico 4, a continuación, y tabla A5, anexo). Al final de 2019, los inmigrantes hispanohablantes de primera generación representan el 2,5 % de los 11.228.300 inmigrantes con residencia en Alemania, sin apenas variación porcentual con respecto a 2018, y el 0,34 % de la población total del país, peso prácticamente idéntico también al de 2018 (<0,1 %)3.

Para valorar en su justa medida el crecimiento de la migración hispanohablante es preciso tener en cuenta el horizonte demográfico del país. Los movimientos migratorios son, sobre todo desde 2013, el principal motor de crecimiento poblacional de Alemania, un país en el cual la tasa de mortalidad supera a la de natalidad desde su constitución como tal (cf. Statistisches Bundesamt 2021b). Desde la reunificación en 1990 hasta 2019 la población nacional experimentó un decrecimiento anual del 0,11 %; en ese mismo periodo, la población extranjera aumentó un 3,13 % por año. En 2019 esta tónica se ha mantenido: la población del país creció en un 0,18 % (147.498 personas), sobre todo debido al incremento de la población extranjera (+2,9 %, 312.845 personas). En este contexto el grupo hispanohablante aumenta por encima de la media de la inmigración (3,6 %, 9.705 personas). No obstante, dicho crecimiento debe valorarse modestamente dado el reducido tamaño del grupo de inmigrantes hispanohablantes (cf. gráfico 5, a continuación, y tabla A5, anexo).

Por encima de la magnitud del hecho, es importante saber que estas nuevas cifras ponen freno a la continua caída del peso relativo de la inmigración hispanohablante entre la población extranjera de Alemania. En los últimos diez años, el incremento porcentual de la inmigración hispanohablante es casi cinco puntos más bajo que el incremento del total de la inmigración (61,7 % y 66,3 % respectivamente, cf. Statistisches Bundesamt 2021a). Si se toma en cuenta la variación a largo plazo, desde 1991, la diferencia entre la inmigración total y la procedente de países hispanohablantes es negativa para este grupo en más de 28 puntos porcentuales (90,9 % y 62,9 %, respectivamente).

Si la inmigración es clave para la demografía alemana, Alemania también es un destino preferente para la emigración, particularmente para la originada en los países hispanohablantes (cf. ONU 2019; Loureda Lamas et al. 2021). Desde 2015, la migración desde estos territorios ha crecido un 17 % (4.986.083 personas) y ha estado determinada por crisis económicas, sociales y humanitarias4. Ello ha generado sobre todo movimientos interregionales que han favorecido desplazamientos hacia países como Colombia, Perú, Chile, Argentina o Brasil, además de notables flujos transoceánicos a destinos que, como España, comparten cultura y lengua con el origen. Fuera del mismo espacio cultural, la inmigración hispanohablante tiene como destino mayoritario Estados Unidos, en donde en 2019 se contabilizan alrededor de 2.375.629 inmigrantes más que en 2015 (mapa 1). Inmediatamente por detrás se sitúa Alemania, que ha visto como el grupo de inmigrantes hispanohablantes ha crecido un 38 % en los últimos cinco años (aproximadamente 83.000 personas).

Así, aunque en apariencia el grupo de inmigrantes hispanohablantes en Alemania apenas ha variado porcentualmente durante 2019, su crecimiento es significativo, tanto en comparación con el desarrollo de la población alemana, como en comparación con el conjunto de los movimientos migratorios. Alemania es un destino preferente de la inmigración hispanohablante si esta decide no asentarse en la misma región geográfica o cultural, lo que contribuye a estrechar los lazos entre los territorios en los que se habla español y alemán.

4.2. La procedencia geográfica y lingüística

En relación con el lugar de procedencia, la inmigración con origen en los países hispanohablantes durante 2019 presenta dos rasgos principales: se estanca la española y aumenta de forma significativa la proveniente del continente americano (cf. mapa 2, a continuación y tabla A5, anexo). El hecho de que la mayoría de los nuevos inmigrantes, el 82,1 % (7.965 personas), sea americana favorece que la migración hispanohablante se diversifique: si en 2018 los inmigrantes de España representaban el 66 % del total, a finales de 2019 representan solo el 63 %.

El 72,6 % de los nuevos inmigrantes procede de los países hispanohablantes con mayor potencia demográfica y migratoria (Colombia, 23,8 %; España, 17,9 %; Argentina, 9,9 %; y México, 9,8 %), además de Venezuela (11,2 %, un total de 1.090 personas), país este en que la profunda crisis politica, social y económica de los últimos años ha originado uno de los principales éxodos poblacionales de Iberoamérica, especialmente desde 2015 (cf. EASO 2020; tabla A2, anexo).

4.2.1. Los movimientos migratorios de españoles hacia Alemania desde España

El saldo migratorio de Alemania con España tiende a cero durante 2019 (+0,1 %, 1.755 inmigrantes). La migración española ha ralentizado su crecimiento de forma muy evidente, ratificando una tendencia que se observa en los últimos años, después de que entre 2010 y 2013 se registrasen máximos históricos, con un saldo migratorio neto desde España hacia Alemania de 40.822 personas (cf. gráfico 7, a continuación, y tabla A3, anexo). La merma del saldo migratorio de ciudadanos españoles está provocada por la combinación de dos hechos: el estancamiento de los flujos de entrada, que apenas crecen un 0,3 % (18.640 en 2018 y 18.698 en 2019), y el aumento de un 9,8 % de los retornos (16.195 personas en 2019 en comparación con las 14.748 de 2018).

Como se ha indicado, el descenso del flujo de inmigrantes españoles es una tendencia que coincide con un contexto de recuperación económica de España: entre 2013 y 2019 el PIB per cápita aumentó en un 21 % a un ritmo constante (gráfico 7). La recuperación económica de España no ha conllevado la vuelta a niveles de protección social y de renta anteriores a 2008 —por ejemplo, la tasa de paro en 2019 es del 14,1 %, todavía seis puntos porcentuales por encima de los valores anteriores a la crisis—, pero favorece suficientemente las expectativas de desarrollo personal y profesional en el país.

La progresiva recuperación económica provoca el descenso de la emigración española y permite entender también el aumento de los retornos, que responde, a su vez, a dos causas: el incremento de los retornos de inmigrantes de larga duración y el regreso de inmigrantes que han permanecido en Alemania menos de diez años. Esta última inmigración, joven y cualificada, llegó a Alemania a partir de 2010. En pocos años acumuló capital humano (experiencia, conocimientos, competencias lingüísticas, contactos profesionales, etc.) y en contextos de mejora decide retornar e integrarse en el mercado laboral español o internacional5. Este patrón de comportamiento lo siguen tres de cada cuatro inmigrantes españoles que regresaron a su país durante 2019 (10.635 personas, cf. gráfico 8, a continuación, y tabla A4, anexo).

El segundo tipo de retornos se explica por la vuelta a España de inmigrantes que han puesto fin a una larga vida laboral en Alemania: el 11 % de los retornos corresponde a inmigrantes españoles que han permanecido en Alemania más de 30 años (1.620 personas, gráfico 8). Estas personas, llegadas antes de la reunificación, regresan a España, donde han invertido parte de su capital acumulado en una vivienda o en un pequeño negocio, y al tiempo mantienen lazos familiares en Alemania, lo que se ve favorecido por las múltiples posibilidades de la comunicación y el transporte.

4.2.2. Los movimientos migratorios en Alemania con origen en la Iberoamérica hispanohablante

La inmigración procedente de los países de la Iberoamérica hispanohablante ha experimentado un crecimiento notable durante 2019 (cf. gráfico 9, a continuación, y tabla A5, anexo). Ha sido comparativamente mayor que el de cualquier otra región considerada en las estadísticas (8,3 %) y casi tres veces mayor que el de la población extranjera (2,9 %). No obstante, este crecimiento, que es positivo para el desarrollo poblacional de Alemania, debe relativizarse y valorarse en relación con el reducido tamaño del grupo de inmigrantes, que apenas representa el 3 % del saldo migratorio de 2019.

México y Colombia son los principales puntos de partida de la migración hispanohablante a nivel mundial (cf. ONU 2019). Para la migración mexicana hacia Europa, Alemania es un destino importante, el segundo después de España (40,2 %), pues acoge en la actualidad a un 12,8 % del total de inmigrantes mexicanos del continente (gráfico 10)6. La migración colombiana en Alemania, por su parte, representa el 3,7 % de la migración colombiana en Europa. A pesar de su paulatino aumento, tiene todavía otros destinos preferentes, como España (66,7 %), Italia (7,4 %), Francia (5,4 %) o el Reino Unido (4,9 %). A su vez, Alemania también es un destino prioritario de la migración argentina, que ha crecido desde 2016 en un 28 % en el contexto de inestabilidad social y económica del país. La inmigración argentina encuentra en Alemania el segundo destino no hispanohablante receptor de migración en Europa (4,2 %), solo por detrás de Italia (17,7 %):

El crecimiento de la inmigración hispanohablante en Alemania durante 2019 se explica también por el aumento de desplazamientos de personas refugiadas y solicitantes de asilo. El 9,6 % de los nuevos migrantes colombianos (460 personas) y el 40 % de los venezolanos (730 personas) son solicitantes de asilo, un número sin precedentes y que se explica porque Alemania es el principal país receptor de refugiados de Europa (cf. ACNUR 2021). Estas cifras de la inmigración colombiana y venezolana son importantes dentro de los movimientos originados desde Iberoamérica hacia Europa, pero en el conjunto de refugiados de Alemania se trata de un colectivo muy pequeño, que representa apenas el 0,13 % del total (1.839.115 personas)7.

4.2.3. Las variedades del español y la inmigración hispanohablante en Alemania

La procedencia de la inmigración permite deducir las variedades geográficas del español que emplean las personas, lo que facilita un mejor conocimiento del repertorio lingüístico y comunicativo de los hispanohablantes en Alemania. Como se dijo, las variedades del español de España son las más extendidas en el conjunto de Alemania y en cada uno de sus estados federados en 2018 (cf. Loureda Lamas et al. 2020b: 48-53). A finales de 2019 esta situación se mantiene en lo esencial, pero debido a los movimientos migratorios más recientes, el peso relativo de las variedades lingüísticas del español europeo ha disminuido, aunque estas sigan siendo mayoritarias (63,2 %), y, en consecuencia, ha aumentado el peso de las variedades iberoamericanas, especialmente el de las andinas y mexicano-centroamericanas, lo que se debe al incremento cuantitativo de los flujos migratorios procedentes de Colombia y México (cf. gráfico 11, a acontinuación, y tabla A6, anexo).

La procedencia de la inmigración favorece unas prácticas lingüísticas que pueden determinar la comunicación por parte de las generaciones sucesivas. En este sentido es pertinente considerar un horizonte de diversificación variacional (gráfico 12): en el grupo de edad de 18 a 32 años, los inmigrantes procedentes de países iberoamericanos suponen casi la mitad de los inmigrantes hispanohablantes (49,5 %), 12 puntos porcentuales por encima del total (37,5 %). El cambio intergeneracional será más rápido porque el 71 % del grupo de descendientes de los inmigrantes menores de 18 años tiene procedencia iberoamericana (GDN2 y GCL1, cf. § 5 y § 8.1.; tabla A7, anexo).

4.3. Los destinos

4.3.1. Los estados federados (Länder) como destino de la inmigración hispanohablante

En 2019, la migración hispanohablante sigue residiendo mayoritariamente en siete de los dieciséis estados federados: el 87,7 % (2018: 87,9 %) se encuentra en Renania del Norte-Westfalia, Baviera, Baden-Württemberg, Hesse, Berlín, Baja Sajonia y Hamburgo, los estados del país de mayor producto interior bruto y de mayor volumen demográfico y urbano (cf. mapa 3, a continuación, y tablas A8 y A9, anexo). El crecimiento de la inmigración hispanohablante en Baviera (1.895 personas, un incremento interanual del 4,3 %) ha aupado a este estado del sureste alemán a la segunda posición entre los destinos, solo por detrás de Renania del Norte-Westfalia y superando por primera vez a la región vecina de Baden-Württemberg, en la que se observa en 2019 un crecimiento casi cuatro veces menor (unas 400 personas, menos del 1 % de variación e inferior a la media del país). Este cambio se debe a la redirección de los flujos migratorios de procedencias hispanohablantes para los que Baviera, y sobre todo el área metropolitana de Múnich, es uno de sus destinos prioritarios en los últimos años (cf. § 4.3.2).

En relación con los marcos de destino que constituyen los estados federados o Länder, hay otra tendencia de interés social y lingüístico. Las modificaciones registradas en 2019 indican que la inmigración hispanohablante en los estados del este alemán y en Berlín ha aumentado en relación con la inmigración en los estados del oeste. La raíz de ello hay que buscarla en la combinación de los factores indicados anteriormente (cf. § 4.2.1): el pobre saldo migratorio de los españoles, fruto del incremento de los retornos y del descenso de los flujos migratorios con salida de España, y el incremento de la inmigración de los países iberoamericanos hispanohablantes, tradicionalmente más asentada en estos territorios.

La inmigración española presenta saldos positivos excepcionalmente bajos y crecimientos por debajo de la media alemana en todos los estados federados salvo en Renania del Norte-Westfalia y Hesse, donde tradicionalmente se concentra la migración procedente de España. La presencia de migrantes españoles disminuye de forma considerable en Berlín y en Baden-Württemberg, estados con saldos negativos de 240 y 115 personas, respectivamente (cf. Statistisches Bundesamt 2021a; tabla A8, anexo).

Por su parte, la inmigración iberoamericana hispanohablante ha sido la que más ha crecido (12.720 personas, un 2,8 %). Ha aumentado su peso relativo en estados del este alemán como Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, en los que la inmigración hispanohablante tiene mayoritariamente origen transatlántico, y en el estado vecino de Mecklenburg-Vorpormmern. Además, los nuevos flujos migratorios iberoamericanos hispanohablantes se orientan hacia las ciudades estado: en Hamburgo han pasado a ser mayoría —del 49,5 % en 2018 al 51,5 % en 2019— y en Berlín su peso relativo ha crecido en 2,4 puntos porcentuales respecto a la migración procedente de España —del 41,3 % en 2018 al 43,9 % en 2019—.

En síntesis, en 2019 se ha acelerado el proceso de concentración de la inmigración hispanohablante en regiones en las que esta ya tenía un tamaño considerable. Ello responde a la existencia de cadenas migratorias impulsadas por dos dinámicas relacionales (cf. Massey et al. 1987; Faist 2000): la reunificación familiar y la comunicación («capital social»).

La reunificación de la familia es el principal motivo de la migración hispanohablante (28,6 %) y canaliza buena parte de los flujos migratorios a destinos regionales en los que ya existen amplios grupos de residentes (cf. § 4.5). Esta dinámica es muy común entre los migrantes españoles (41 %) y explica la relación aún existente con destinos tradicionales de la migración histórica en Renania del Norte-Westfalia y Hesse.

Más allá de los vínculos familiares, las cadenas de comunicación entre el nuevo migrante y los grupos de la misma procedencia también impulsan los flujos migratorios, dado que minimizan riesgos. Las redes de migrantes de una misma procedencia o comunidad lingüístico-cultural conforman un capital social que sirve de apoyo en las distintas fases de la migración: en la selección del destino, como efecto llamada y como canales de información sobre las oportunidades de una región; en la fase de llegada, facilitando información sobre trámites necesarios (burocracia, primera vivienda, primer trabajo, etc.); y en la fase de instalación, como elemento de integración social (asociacionismo, mantenimiento de tradiciones, etc.) (cf. Martínez Calero y Rohloff 2014; Sevillano Canicio 2014). En este último sentido, las asociaciones de la propia comunidad hispanohablante son un factor positivo para el mantenimiento de la lengua, pues las iniciativas comunitarias demandan, apoyan o gestionan directamente programas educativos de español como lengua de herencia (cf. Loureda Lamas et al. 2020b: 73-77). En la migración reciente el efecto de las cadenas de comunicación se ve acentuado por la inmediatez que propician las tecnologías para la comunicación digital (cf. Blommaert y Rampton 2011; Plöger y Becker 2015; Dekker et al. 2016).

4.3.2. Los espacios urbanos como destino de la inmigración hispanohablante

Los destinos migratorios pueden observarse con más precisión si, en lugar de los estados federados, se consideran los espacios urbanos, que actúan como los más importantes centros de intercambios sociales, culturales y económicos en las migraciones de la actualidad, lo que evita sesgos comparativos. Veamos un ejemplo de ellos. Ciertamente, Renania del Norte-Westfalia es la región con más inmigrantes hispanohablantes en 2019 (67.415) y esta cifra es muy superior a la de Berlín (29.995), Baviera (40.535) o Hamburgo (12.550); pero no es menos verdad que ninguna de las principales áreas urbanas de Renania del Norte-Westfalia, como Colonia, Düsseldorf o Dortmund, tiene un número de inmigrantes comparable al de otras ciudades, como Berlín, Múnich o Hamburgo. Düsseldorf, la ciudad de Renania del Norte-Westfalia con un mayor número de inmigrantes hispanohablantes (6.525), acoge a un colectivo que representa aproximadamente la mitad del que existe en Hamburgo o Múnich y que es cinco veces menor que el residente en Berlín.

En 2019 se ha registrado una gran concentración de la inmigración hispanohablante en los mayores centros urbanos y administrativos del país (cf. mapa 4, a continuación, y tabla A9, anexo). Algo más de la mitad de los nuevos inmigrantes llegados a Alemania reside en áreas metropolitanas de más de medio millón de habitantes: unos 5.675 de 9.705. Estos destinos corresponden a ocho de las diez ciudades más pobladas del país: Berlín, Múnich, Hamburgo, Fráncfort, el triángulo de alta densidad poblacional que delimitan Colonia, Dortmund y Düsseldorf, además de Leipzig, principal centro urbano de los estados del este alemán, y sus áreas metropolitanas limítrofes. En general, estos destinos de los flujos migratorios hispanohablantes coinciden con los de la población extranjera, si bien la nueva migración hispanohablante presenta un grado de concentración mayor que la población inmigrante considerada en su conjunto: los diez destinos principales de la migración de cualquier procedencia acogen solo el 21 % de los inmigrantes mientras que en el caso de los hispanohablantes los diez primeros destinos concentran el 50 %.

La migración hispanohablante de 2019 se dirige a áreas urbanas en las que su presencia ya era significativa. En general, la correlación entre el aumento de inmigrantes en una localidad y el tamaño de la comunidad hispanohablante residente en dicha localidad el año anterior es muy alta: los municipios con un saldo migratorio hispanohablante positivo en 2019 coinciden con aquellos en los que residían más migrantes en 2018. Ello es especialmente evidente en las grandes aglomeraciones urbanas: las seis cuidades con más inmigrantes hispanohablantes en 2018 son las que reciben el mayor número de nuevos inmigrantes en 2019: Berlín, Hamburgo, Múnich, Fráncfort, Dortmund y Düsseldorf. En los censos de cada una de ellas se registran saldos positivos de más de 300 nuevos inmigrantes procedentes de países hispanohablantes.

Los núcleos urbanos grandes, con más de 500.000 habitantes, atraen a la población inmigrante por su oferta de servicios, por la existencia de representaciones administrativas (consulados, embajadas, iniciativas comunitarias, asociaciones), por su oferta laboral y económica, o por las posibilidades formativas que brindan. Alrededor de ellos se establece otro porcentaje alto de la inmigración (un aumento en 2019 de 1.850 migrantes), tanto en municipios limítrofes como en espacios bien comunicados, aunque estén situados a cierta distancia. En estos casos el saldo migratorio es positivo, si bien se trata de grupos más pequeños, que no llegan a 150 inmigrantes nuevos por municipio, salvo en el caso de Chemnitz y en el área metropolitana del Rin-Erft8 (mapa 4). El resto del crecimiento migratorio, un saldo de 4.030 inmigrantes repartidos en 182 municipios, se distribuye en distintas áreas del territorio alemán y son altamente dependientes de dinámicas menos sistemáticas o de carácter más local.

Pese a estas tendencias comunes apreciables en las grandes ciudades, cada una presenta ciertas particularidades. Berlín es el principal destino durante 2019, pues recibe el 10 % de la nueva migración (945 personas). Además de ser la capital y la mayor ciudad del país, es el centro urbano de Alemania que más ha crecido durante el siglo xxi: su población ha aumentado más de un 8 % (287.322 habitantes) desde el año 2000 (cf. gráfico 13, a continuación, y tabla A10, anexo). El principal factor de dicho crecimiento es la inmigración, pues en dicho periodo casi se duplica el número de inmigrantes del área metropolitana (+98 %, 675.350 personas). En este contexto de desarrollo urbano, la migración hispanohablante crece muy por encima de la media (+255 %, de 8.000 a 21.000 personas), si bien se trata de un grupo de tamaño reducido, que supone en 2019 el 3,2 % de los nuevos migrantes. Berlín habla cada vez más español porque el mundo hispanohablante ha encontrado en Berlín un destino preferente desde el año 2000.

En relación con la inmigración hispanohablante, los cambios cualitativos que se registran en Berlín durante 2019 se parecen a los del conjunto del país: la ciudad experimenta un alto crecimiento de la inmigración hispanohablante en números absolutos (aproximadamente 1.000 personas), desciende el número de inmigrantes españoles (-240) y su peso relativo en el grupo de hispanohablantes (56 % frente al 58,7 % en 2018), y aumentan los flujos desde países iberoamericanos (1.185) como Colombia, México, Chile o Argentina, de los que ya había colectivos significativos. Los flujos de los países iberoamericanos hispanohablantes se explican por el incremento de movimientos migratorios de formación9 y por el aumento de desplazados que reclaman asilo, pues existen distintos programas de protección social y administrativa, además de un entorno de acogida más favorable en forma de comunidad hispanohablante (cf. tabla A10, anexo). El saldo negativo que muestra la inmigración española en Berlín durante 2019 se explica por el alto número de retornos (un 11,5 % de los residentes españoles en 2018 dejó la ciudad en 2019, 1.970 personas) y por los posibles movimientos internos dentro del país, después de una primera fase de contacto10.

El patrón de Berlín no está muy alejado del de Hamburgo y del de Leipzig, la mayor ciudad próxima a Berlín y principal centro urbano de Sajonia. Si se consideran conjuntamente la ciudad de Leipzig y sus áreas metropolitanas limítrofes, se observa un crecimiento de más de 300 nuevos innmigrantes, la mayor parte procedentes de la Iberoamérica hispanohablante. Tanto en Leipzig como en la vecina ciudad de Chemnitz se ha asentado más de la mitad de los nuevos inmigrantes venezolanos, en gran número con solicitud de asilo. Este hecho ha propiciado que el grupo de venezolanos de Sajonia se haya duplicado (770 a comienzos de 2019 y 1.495 a finales del año)11. En Hamburgo el grupo mayoritario entre los nuevos migrantes procede de los países iberoamericanos (unas 500 personas), especialmente Colombia y Nicaragua. Los casos de Nicaragua corresponden a expedientes de asilo tras la crisis política iniciada en 2018 y son excepcionalmente altos: de los 165 nuevos migrantes nicaragüenses en Alemania, 115 residen en Hamburgo.

Otras ciudades parecen más alejadas del comportamiento de la migración hispanohablante en la capital (cf. mapa 4). En Fráncfort o Múnich el crecimiento de la población inmigrante hispanohablante no es «compensatorio», pues presenta un crecimiento más equilibrado durante 2019 si se considera la procedencia europea y transatlántica. En ambas ciudades las estadísticas registran saldos positivos de españoles y el crecimiento de la inmigración ibeoramericana, aunque notable, es menos elevado que en Berlín. En Fráncfort, destino tradicional de la emigración española, los flujos de migración procedente de España superan ligeramente a los de migrantes procedentes de la Iberoamérica hispanohablante (210 y 190 personas, respectivamente), si bien en menor medida que en los últimos años. En Múnich la migración hispanohablante de 2019 procede mayoritariamente de Iberoamérica (350 personas respecto a 300 migrantes procedentes de España), pese a lo cual los españoles siguen siendo mayoría en el grupo.

Finalmente, los centros urbanos de Renania del Norte- Westfalia muestran comportamientos particulares. Solo Düsseldorf parece seguir el patrón nacional. Ciudades como Dortmund y Mönchengladbach mantienen mayoritariamente el flujo de inmigrantes españoles, lo que se debe a la existencia desde hace años de fuertes lazos económicos, laborales y formativos de estas ciudades con España: en ambas ciudades la migración española de 2019 es considerable y constituye, respectivamente, el 13 % y el 11 % del saldo migratorio total. La migración en Colonia es más compleja, como se explicó, pues está determinada por movimientos centrífugos de personas que desplazan su residencia a municipios del entorno metropolitano, de ahí que la ciudad presente un saldo negativo de migrantes, incluidos los hispanohablantes, al tiempo que municipios colindantes reciben más población extranjera.

4.4. La edad y el sexo

4.4.1. La edad de la inmigración hispanohablante en Alemania

En 2019 la edad media de la población inmigrante española (42,8 años) era inferior a la de la población alemana (47,3 años) y superior a la de la población extranjera del país (40,6 años)12 (gráfico 14). La media de edad de la inmigración que procede de los países iberoamericanos hispanohablantes era menor que la de la inmigración española (no llegaba a los 40 años) y se aproximaba bastante a la de los inmigrantes en su conjunto. Ello se explicaba por el hecho de que la inmigración procedente de la Iberoamérica hispanohablante es relativamente reciente y se vincula a procesos de formación13.

El flujo migratorio del año 2019 ha subido la media de edad de la inmigración española (de 42,2 a 42,8 años) y, en cambio, ha bajado la media de la iberoamericana (de 39,5 a 39,4 años). Ello se produce en un contexto en el que la media de edad de la población alemana ha decrecido una décima, para situarse en 47,3 años, y en el que la media de edad de la migración ha subido dos décimas, para situarse en 40,6 años (gráfico 14).

El aumento de la edad media de los españoles está causado por los retornos altos de la migración reciente, que se caracterizaba por su mayor juventud: el 72 % de las salidas de españoles son de inmigrantes menores de 40 años (cf. gráfico 8). El descenso de la edad media de la inmigración de la Iberoamérica hispanohablante se debe al reciente aumento de los flujos de inmigración, que, como se ha indicado antes, se caracteriza por ser más joven. Esta tendencia, combinada con la cronología de los procesos migratorios, mucho más tempranos y elevados si su origen es español, explica las diferencias entre los subgrupos de inmigrantes actualmente residentes en Alemania: mientras que el 56 % de los hispanohablantes americanos tiene entre 26 y 45 años, y un 97 % no ha alcanzado los 65 años, los inmigrantes españoles entre los 26 y los 45 años solo son el 41 % del total y poco más del 91 % están en edad activa (cf. gráfico 15, a continuación, y tabla A11, anexo).

Desafortunadamente, sobre el perfil social y el portfolio lingüístico de estos colectivos no existen datos estadísticos oficiales ni un estudio sociolingüístico sistemático. Existen algunas investigaciones parciales que indican que solo un número pequeño de migrantes hispanohablantes entran en el país con conocimientos avanzados de alemán: entre los españoles recién llegados a Berlín después de 2009, el 38 % llegaba sin conocimientos de alemán, el 32 % con conocimientos básicos, el 21 % intermedios y solo el 9 % con conocimientos avanzados (cf. Faraco Blanco 2014). Aunque la tipología del inmigrante hispanohablante de Berlín no es automáticamente extrapolable al resto del país, estas consideraciones merecerían una investigación en profundidad.

4.4.2. El sexo de la inmigración hispanohablante en Alemania

La distribución por sexo tampoco ha sufrido grandes variaciones en 2019 (cf. gráfico 16, a continuación, y tabla A12, anexo). La mayoría de la inmigración hispanohablante está formada por mujeres. Si se considera la inmigración española y del continente americano por separado, se advierten tendencias distintas: la inmigración española es mayoritariamente masculina; la americana, femenina. Este cuadro se ha reequilibrado durante 2019, pues dichas mayorías se han reducido levemente. El porcentaje de hombres entre los nuevos inmigrantes es mayor que entre los inmigrantes que ya residían en Alemania: el 54,9 % de los procedentes de España y el 45,8 % de los procedentes de la Iberoamérica hispanohablante. En el caso de la migración española, el acercamiento de los porcentajes se debe a que desde 2017 los flujos de entrada registran más hombres que mujeres (53 % en 2017, 54 % en 2018 y 55 % en 2019). Del lado de la migración iberoamericana, los flujos de solicitudes de asilo de personas procedentes de Venezuela y Colombia, mayoritamente masculinos (54 % y 56 % en 2019, respectivamente), contribuyen en buena medida al aumento del peso de los hombres.

En el saldo migratorio de 2019 la mayoría del grupo de hispanohablantes son hombres. No obstante, ello se produce por un importante sesgo que introduce la población de origen español, la más alta en números absolutos (cinco veces mayor que la de los países que la siguen) y la que presenta una mayor diferencia entre hombres y mujeres, favorable a los primeros en casi diez puntos porcentuales. Salvo los flujos chilenos, relativamente importantes, los nicaragüenses, condicionados por casos de asilo, y los uruguayos, en cifras muy bajas, todos los demás son mayoritariamente femeninos (cf. mapa 5, a continuación, y tabla A13, anexo).

4.5. Los motivos de la inmigración

El motivo principal de la migración está ligado a las relaciones personales: el 53,4 % de los inmigrantes hispanohablantes declara que la fundación de una familia o la reunificación de una unidad ya existente es la causa del desplazamiento (cf. gráfico 17, a continuación, y tabla A14, anexo). Se trata de una tendencia comparable a la que se observa en otros grupos procedentes de la UE-28 o de América del Norte. Los motivos familiares aumentaron su importancia durante 2019 (2018: 48,4 %). Junto a estas razones, el deseo de desarrollo personal y profesional sigue actuando como un fuerte impulso de la inmigración hispanohablante, pues explica el 18 % de los casos en 2019, lo que representa un incremento interanual superior a los tres puntos porcentuales (2018: 15,1 %).

La comparación entre las estadísticas de 2019 y 2018 refleja dinámicas nuevas. Cuatro de ellas merecen ser subrayadas.

  • La reunificación familiar cobra importancia entre los migrantes españoles (2018: 32,4 %; 2019: 41 %). El aumento está relacionado con las dinámicas expuestas más arriba, que apuntan hacia una disminución de la migración más joven y al efecto de las cadenas familiares en determinados centros urbanos.
  • La migración procedente de España es más laboral (32 % frente al 17 % entre las personas procedentes de la Iberoamérica hispanohablante), si bien este perfil parece haber iniciado movimientos de convergencia entre ambos espacios (aumenta entre los países iberoamericanos y desciende entre los españoles).
  • La inmigración española tiene perfiles motivacionales más diversificados. Este último hecho se observa en el aumento de inmigrantes que no identifican el motivo migratorio entre los tradicionales ofrecidos por el registro (2018: 0 %; 2019: 7,5 %). Al tratarse de una inmigración intrarregional, con menos riesgos y fácilmente reversible, se favorecen perfiles que responden a razones más particulares.
  • La migración procedente de Iberoamérica presenta pocas variaciones con respecto a 2018 aunque la migración laboral y la fundación de una familia ganan ligeramente peso entre las causas de la inmigración. Debe destacarse que la estadística no incluye a los solicitantes de asilo procedentes de la Iberoamérica hispanohablante, de los que se ha hablado más arriba y que constituyen un grupo con un tamaño importante (cf. § 4.2.2; tabla A14, anexo).

4.6. La permanencia en Alemania

La inmigración hispanohablante hacia Alemania ha tenido distintas fases que han dado lugar a diversos perfiles generacionales en la composición actual del grupo. A finales de 2019 el conjunto de inmigrantes llegados al país antes de la reunificación equivale al 20 % del grupo, unas 58.000 personas en números redondos (cf. gráfico 18, a continación, y tabla A15, anexo). La gran mayoría son españoles desplazados en busca de oportunidades laborales, entre los que también se encuentran migrantes llegados a Alemania en los años siguientes al cierre de los acuerdos de trabajo e incluso los descendientes de estas personas. La observación de la variación interanual de los españoles permite advertir que este grupo es menor que solo un año antes, mientras que, si se observa la de los países iberoamericanos hispanohablantes separadamente, el grupo ha aumentado (gráfico 18). Al no haber una pauta común, no se puede asignar la variación únicamente a la mortalidad, sino que debe de haber otras causas.

El número de inmigrantes con origen en la Iberoamérica hispanohablante y con al menos 30 años de permanencia en Alemania ha crecido en 2019 por dos motivos: el bajo flujo de retorno hacia los países transatlánticos y la incorporación al grupo de inmigrantes que llegaron a las dos Alemanias en 1988, una etapa en la que la inmigración americana ya era notable, pues suponía el 16,2 % de la migración hispanohablante (24.514 de 150.916 personas). Por su parte, el decrecimiento del grupo de los inmigrantes españoles se explica por la existencia de flujos de retorno significativos, una vez que se pone fin a la vida laboral. Lingüísticamente, el grupo de retornados y los que permanecen muestran, por lo general, una competencia limitada en alemán y una competencia nativa en español (cf. Estévez Grossi 2016).

En la franja de permanencia de entre 11 y 30 años, la variación interanual es poco significativa. Este grupo es mayoritariamente iberoamericano, fruto de las migraciones de las décadas de 1990 y de 2000, que se combinaron, además, con flujos relativamente modestos desde España. Se trata de un grupo estable, que no presenta retornos notables debido la asimetría social y a la distancia geográfica existentes entre los países de origen y Alemania, y debido a que se encuentra todavía en una fase laboral plena. Lingüísticamente, por su mayor formación e integración laboral, se le atribuye una competencia nativa en español y una competencia menos limitada en alemán que la que presenta el perfil laboral español de permanencia más larga.

En 2019, la magnitud del grupo de corta permanencia, inferior a 10 años, nos da una importante clave para interpretar variaciones en la inmigración hispanohablante. Muchos inmigrantes llegados antes de 2013 continúan residiendo en el país, de modo que se puede explicar el incremento en términos absolutos y porcentuales del grupo que permanece en Alemania entre 6 y 10 años: dobla con creces el registrado solo un año antes. Este grupo es mayoritariamente español e incorpora los saldos favorables a Alemania de la emigración española que hizo las maletas por los efectos económicos y sociales de la crisis de 2008 (cf. tabla A15, anexo). Para ser exactos, no solo se trata de personas que emigraron por primera vez, sino también de casos de «suspensión del retorno», esto es, inmigrantes españoles que habían decidido regresar a España y que volvieron a Alemania porque su situación laboral o económica era notablemente peor. Entre 2015 y 2019 el porcentaje de retornos de inmigrantes españoles que ya habían residido en Alemania es cercano al 10 % respecto del total de nuevas entradas (cf. Statistisches Bundesamt 2021a).

Si situamos la lupa en el grupo de menor permanencia, los que llevan menos de cinco años en Alemania, se aprecia que recientemente se agudiza una tendencia que venía documentándose desde 2015: la pérdida de importancia de la inmigración española, que pasó en solo un año de representar el 61 % del grupo (más de 73.000 personas) a representar solo el 51 % (poco más de 42.000 personas). Ello se explica por las claves ya suficientemente subrayadas: la reducción del flujo de salida desde España, el incremento de retornos y el incremento relativo de los flujos procedentes de Iberomérica.

Dado que los saldos migratorios iberoamericanos crecen más que que los españoles, hasta el punto de cuadruplicarlos, el grupo de inmigrantes más recientes, los de los últimos cinco años, muestra un mayor equilibrio entre hispanohablantes iberoamericanos y europeos. Este equilibrio compensa las tradicionales diferencias en otros grupos de mayor permanencia, especialmente el que lleva entre 6 y 10 años en Alemania, y permite observar la diversificación en la composición del grupo de hispanohablantes de trasfondo migratorio. La inmigración hispanohablante en Alemania es cada vez más policéntrica.

  • (3) Los datos aportados en Loureda Lamas et al. (2020a y 2020b) han sufrido un leve reajuste en las fuentes estadísticas. La cifra de inmigrantes hispanohablantes registrados en 2018 se corrige al alza en 4.770 personas, de los 266.955 computados inicialmente a los 271.725 inmigrantes contabilizados finalmente. El cambio se debió al retraso en el registro de inmigrantes procedentes de España en las estadísticas de Berlín. En general, este tipo de ajustes en los recuentos son frecuentes, aunque raramente suelen afectar a la interpretación realizada, como es aquí el caso. volver
  • (4) Para el análisis comparado de los flujos migratorios mundiales, se emplean las estadísticas de la División de Población de la Organización de Naciones Unidas. La ONU ofrece estimaciones, no recuentos, a partir de datos censales de personas nacidas en países extranjeros, independientemente de su nacionalidad. Ello significa que sus cifras tratan de forma integrada tanto inmigrantes como otras personas con trasfondo migratorio (nacionalizados, descendientes de migrantes, etc.). Por esta razón suelen variar respecto a las cantidades que se obtienen de las estadísticas nacionales, que se han considerado como fuentes prioritarias si están disponibles. volver
  • (5) El aumento de retornos se debe en parte a la existencia de programas nacionales y regionales orientados a la recuperación de capital humano científico. volver
  • (6) Cálculo realizado a partir del total de inmigrantes mexicanos en Europa estimado por la ONU para 2019 (cf. ONU 2019). Los datos para Alemania se toman de la Oficina Nacional de Estadística (cf. Statistisches Bundesamt 2021a). volver
  • (7) En la última década el número de solicitudes de asilo en Europa por parte de cuidadanos de Colombia y Venezuela ha crecido considerablemente, de 475 solicitudes en 2010 a 32.505 en 2019 y de 80 a 45.675, respectivamente. El principal destino es España, que recibió el 84,4 % de las solicitudes de ciudadanos colombianos y el 87,5 % de las de ciudadanos venezolanos. Alemania es el quinto destino para los colombianos (1,7 % del total), detrás de Italia (4,1 %), Francia (3,4 %) y Suecia (2,5 %), y el cuarto destino para los venezolanos (1,7 %), detrás de Italia (4 %) y Francia (2,5 %). volver
  • (8) El área Rin-Erft es un conjunto de municipios al este de Colonia que ha recibido muchos migrantes en 2019. El saldo negativo paralelo que registra Colonia apunta a un desplazamiento de migrantes hacia el entorno inmediato, donde los costes de la vivienda son en torno a un 30 % menores. Este caso se puede considerar un efecto de gentrificación urbana. volver
  • (9) El 17 % de la variación interanual (161 de 945) son nuevos alumnos de la Universidad Libre de Berlín, que es la única que aporta datos de estudiantes extranjeros. Sirve, sin embargo, como indicador del volumen importante de este perfil. Berlín es una de las principales áreas educativas del país, con universidades de excelencia, con centros de formación en artes, humanidades, ciencias sociales y economía, además de centros específicos de estudios iberoamericanos y centros de formación profesional. Si se supone que universidades comparables, como la Universidad Humboldt o la Politécnica, tienen volúmenes parecidos, y asumiendo que toda esta paleta de centros puede constituir el destino de jóvenes hispanohablantes en formación, podemos estimar que los nuevos estudiantes matriculados llegarían a explicar alrededor de un tercio de la variación interanual de la migración hacia la capital alemana. volver
  • (10) La inmigración hispanohablante en Berlín presenta algunas notas diferenciales. Para caracterizarla resulta útil la encuesta realizada por el proyecto «Nueva migración» (cf. Pfeffer-Hoffmann 2014) a 507 inmigrantes españoles que se instalaron en la ciudad entre 2011 y 2013 (cf. Faraco Blanco 2014). En relación con otros grupos de inmigrantes, el perfil de los hispanohablantes era más joven (el 61,6 % entre 26 y 35 años) y más formado (el 51,4 % con estudios universitarios, de ellos el 27,1 % con estudios de posgrado o doctorado) y mayoritariamente sin compromisos familiares (el 78 % estaba soltero/a). Se trata de una migración proactiva (cf. Van Hear 1998), que selecciona Berlín por su atractivo como destino, que viene derivado de la oferta cultural, las condiciones de vida de la ciudad y la imagen de Berlín como ciudad multiétnica y cosmopolita (cf. Lanz 2011; Schmiz 2017; Heyd et al. 2019). La formación y el aprendizaje de alemán son también razones importantes. Los inmigrantes hispanohablantes de Berlín constituyen un grupo con experiencia internacional acumulada: el 59,3 % había trabajado o estudiado en el extranjero. Su integración laboral es rápida: el 54,7 % está empleado en una empresa y el 15,3 % es trabajador autónomo; el 95,7 % considera que está sobrecualificado para el trabajo que realiza. volver
  • (11) En Sajonia existen distintos programas de acogida de refugiados que incluyen numerosas medidas de integración social, laboral y educativa. A comienzos de 2020 residían en Sajonia 22.268 refugiados y solicitantes de asilo (https://www.asylinfo.sachsen.de/ankommen-und-asylverfahren.html). Análogas dinámicas de acogida propician el incremento de los saldos migratorios de ciudades más pequeñas en otros estados federados, como Braunschweig (Baja Sajonia), donde se encuentra un centro de acogida primaria (Erstaufnahmeeinrichtungen) y que ha registrado un saldo positivo de 140 personas, todas ellas procedentes de Colombia. volver
  • (12) En Loureda Lamas et al. (2020a) se utilizó la edad media de la población con trayectoria migratoria, que incluye a los nacionalizados. Ahora se emplea la media de edad de la población extranjera, que permite una comparación más ajustada a las propiedades del grupo. volver
  • (13) El 18 % de la migración hispanohablante de Iberoamérica afirma que su decisión de emigrar se origina en el deseo de continuar su formación. Entre los cursos 2000/2001 y 2019/2020 el número de alumnos universitarios procedentes de Colombia y México, los países iberoamericanos hispanohablantes con mayores flujos migratorios, casi se multiplicó por seis (en números redondos, de más de 500 a más de 3.000 en ambos casos) (cf. Statistisches Bundesamt 2021a). volver

4. Los inmigrantes hispanohablantes de primera generación

Los movimientos migratorios desde los países hispanohablantes hacia Alemania son claves para explicar el desarrollo del Grupo de Dominio Nativo (GDN) en 2019. En números redondos, nueve de cada diez personas que en Alemania disponen de un dominio nativo del español presentan un trasfondo migratorio (grupos GDN1, GDN2 y GDN3). Solo 38.420 personas escapan a este perfil y han adquirido un dominio nativo mediante el estudio del español como lengua extranjera (GDN4).

Entre los hablantes con dominio nativo, la mayoría son inmigrantes de primera generación con origen en países hispanohablantes (GDN1). A finales de 2019 suman 281.430 personas, lo que supone un incremento respecto del año anterior de 9.705 personas en números absolutos (cf. gráfico 2 y tabla A1a, anexo). Este incremento, de un 3,6 %, revela el grado en que los flujos migratorios han contribuido decisivamente al desarrollo del español en Alemania.

La inmigración hispanohablante de Alemania puede caracterizarse con detalle observando ciertas variables sociodemográficas. En investigaciones precedentes presentamos sus principales rasgos, que son, en síntesis, los siguientes (cf. Loureda Lamas et al. 2020a, 2020b):

  • es un grupo pequeño, que supone apenas el 2,5 % de la inmigración en Alemania y que se ha ido reduciendo paulatinamente en relación con la inmigración en el país; pese a ello, Alemania es un destino preferente de los movimientos migratorios con origen en países hispanohablantes, especialmente de la inmigración cualificada (siete de cada diez inmigrantes acreditaba formación profesional o académica);
  • es mayoritariamente española o intrarregional (dos de cada tres inmigrantes son de primera generación);
  • tiene destinos marcadamente preferidos, pues nueve de cada diez inmigrantes residen en Renania del Norte-Westfalia, Baden-Württemberg, Baviera, Hesse, Berlín, Baja Sajonia y Hamburgo, los siete estados federados más poblados del país y con mayor peso económico;
  • es un grupo joven (la mitad tiene entre 17 y 40 años) y mayoritariamente femenino, combinación esta que supone una desviación notable sobre el patrón de inmigración con origen en otras regiones del planeta;
  • la fundación o la reunificación de la familia es el principal motivo del desplazamiento (casi para la mitad de los inmigrantes);
  • y es reciente, ya que la mayor parte se ha trasladado a Alemania después de 2008.

Estas seis características sociales tienen consecuencias lingüísticas y determinan la presencia de la lengua española en Alemania de dos maneras: primero, el español no figura entre las diez primeras lenguas de inmigración en Alemania; y, segundo, las variedades del español de España son las más extendidas en el conjunto de Alemania y en cada uno de sus estados federados.

Aunque esta realidad social y lingüística se mantiene en lo esencial, durante el año 2019 se han observado comportamientos que en parte la modifican y que conviene exponer en detalle porque parecen inaugurar transformaciones muy significativas.

4.1. Los flujos migratorios y su peso poblacional

El grupo de inmigrantes hispanohablantes sigue siendo pequeño en relación con la inmigración total del país y en comparación con el conjunto de la población alemana (cf. gráfico 4, a continuación, y tabla A5, anexo). Al final de 2019, los inmigrantes hispanohablantes de primera generación representan el 2,5 % de los 11.228.300 inmigrantes con residencia en Alemania, sin apenas variación porcentual con respecto a 2018, y el 0,34 % de la población total del país, peso prácticamente idéntico también al de 2018 (<0,1 %)3.

Para valorar en su justa medida el crecimiento de la migración hispanohablante es preciso tener en cuenta el horizonte demográfico del país. Los movimientos migratorios son, sobre todo desde 2013, el principal motor de crecimiento poblacional de Alemania, un país en el cual la tasa de mortalidad supera a la de natalidad desde su constitución como tal (cf. Statistisches Bundesamt 2021b). Desde la reunificación en 1990 hasta 2019 la población nacional experimentó un decrecimiento anual del 0,11 %; en ese mismo periodo, la población extranjera aumentó un 3,13 % por año. En 2019 esta tónica se ha mantenido: la población del país creció en un 0,18 % (147.498 personas), sobre todo debido al incremento de la población extranjera (+2,9 %, 312.845 personas). En este contexto el grupo hispanohablante aumenta por encima de la media de la inmigración (3,6 %, 9.705 personas). No obstante, dicho crecimiento debe valorarse modestamente dado el reducido tamaño del grupo de inmigrantes hispanohablantes (cf. gráfico 5, a continuación, y tabla A5, anexo).

Por encima de la magnitud del hecho, es importante saber que estas nuevas cifras ponen freno a la continua caída del peso relativo de la inmigración hispanohablante entre la población extranjera de Alemania. En los últimos diez años, el incremento porcentual de la inmigración hispanohablante es casi cinco puntos más bajo que el incremento del total de la inmigración (61,7 % y 66,3 % respectivamente, cf. Statistisches Bundesamt 2021a). Si se toma en cuenta la variación a largo plazo, desde 1991, la diferencia entre la inmigración total y la procedente de países hispanohablantes es negativa para este grupo en más de 28 puntos porcentuales (90,9 % y 62,9 %, respectivamente).

Si la inmigración es clave para la demografía alemana, Alemania también es un destino preferente para la emigración, particularmente para la originada en los países hispanohablantes (cf. ONU 2019; Loureda Lamas et al. 2021). Desde 2015, la migración desde estos territorios ha crecido un 17 % (4.986.083 personas) y ha estado determinada por crisis económicas, sociales y humanitarias4. Ello ha generado sobre todo movimientos interregionales que han favorecido desplazamientos hacia países como Colombia, Perú, Chile, Argentina o Brasil, además de notables flujos transoceánicos a destinos que, como España, comparten cultura y lengua con el origen. Fuera del mismo espacio cultural, la inmigración hispanohablante tiene como destino mayoritario Estados Unidos, en donde en 2019 se contabilizan alrededor de 2.375.629 inmigrantes más que en 2015 (mapa 1). Inmediatamente por detrás se sitúa Alemania, que ha visto como el grupo de inmigrantes hispanohablantes ha crecido un 38 % en los últimos cinco años (aproximadamente 83.000 personas).

Así, aunque en apariencia el grupo de inmigrantes hispanohablantes en Alemania apenas ha variado porcentualmente durante 2019, su crecimiento es significativo, tanto en comparación con el desarrollo de la población alemana, como en comparación con el conjunto de los movimientos migratorios. Alemania es un destino preferente de la inmigración hispanohablante si esta decide no asentarse en la misma región geográfica o cultural, lo que contribuye a estrechar los lazos entre los territorios en los que se habla español y alemán.

4.2. La procedencia geográfica y lingüística

En relación con el lugar de procedencia, la inmigración con origen en los países hispanohablantes durante 2019 presenta dos rasgos principales: se estanca la española y aumenta de forma significativa la proveniente del continente americano (cf. mapa 2, a continuación y tabla A5, anexo). El hecho de que la mayoría de los nuevos inmigrantes, el 82,1 % (7.965 personas), sea americana favorece que la migración hispanohablante se diversifique: si en 2018 los inmigrantes de España representaban el 66 % del total, a finales de 2019 representan solo el 63 %.

El 72,6 % de los nuevos inmigrantes procede de los países hispanohablantes con mayor potencia demográfica y migratoria (Colombia, 23,8 %; España, 17,9 %; Argentina, 9,9 %; y México, 9,8 %), además de Venezuela (11,2 %, un total de 1.090 personas), país este en que la profunda crisis politica, social y económica de los últimos años ha originado uno de los principales éxodos poblacionales de Iberoamérica, especialmente desde 2015 (cf. EASO 2020; tabla A2, anexo).

4.2.1. Los movimientos migratorios de españoles hacia Alemania desde España

El saldo migratorio de Alemania con España tiende a cero durante 2019 (+0,1 %, 1.755 inmigrantes). La migración española ha ralentizado su crecimiento de forma muy evidente, ratificando una tendencia que se observa en los últimos años, después de que entre 2010 y 2013 se registrasen máximos históricos, con un saldo migratorio neto desde España hacia Alemania de 40.822 personas (cf. gráfico 7, a continuación, y tabla A3, anexo). La merma del saldo migratorio de ciudadanos españoles está provocada por la combinación de dos hechos: el estancamiento de los flujos de entrada, que apenas crecen un 0,3 % (18.640 en 2018 y 18.698 en 2019), y el aumento de un 9,8 % de los retornos (16.195 personas en 2019 en comparación con las 14.748 de 2018).

Como se ha indicado, el descenso del flujo de inmigrantes españoles es una tendencia que coincide con un contexto de recuperación económica de España: entre 2013 y 2019 el PIB per cápita aumentó en un 21 % a un ritmo constante (gráfico 7). La recuperación económica de España no ha conllevado la vuelta a niveles de protección social y de renta anteriores a 2008 —por ejemplo, la tasa de paro en 2019 es del 14,1 %, todavía seis puntos porcentuales por encima de los valores anteriores a la crisis—, pero favorece suficientemente las expectativas de desarrollo personal y profesional en el país.

La progresiva recuperación económica provoca el descenso de la emigración española y permite entender también el aumento de los retornos, que responde, a su vez, a dos causas: el incremento de los retornos de inmigrantes de larga duración y el regreso de inmigrantes que han permanecido en Alemania menos de diez años. Esta última inmigración, joven y cualificada, llegó a Alemania a partir de 2010. En pocos años acumuló capital humano (experiencia, conocimientos, competencias lingüísticas, contactos profesionales, etc.) y en contextos de mejora decide retornar e integrarse en el mercado laboral español o internacional5. Este patrón de comportamiento lo siguen tres de cada cuatro inmigrantes españoles que regresaron a su país durante 2019 (10.635 personas, cf. gráfico 8, a continuación, y tabla A4, anexo).

El segundo tipo de retornos se explica por la vuelta a España de inmigrantes que han puesto fin a una larga vida laboral en Alemania: el 11 % de los retornos corresponde a inmigrantes españoles que han permanecido en Alemania más de 30 años (1.620 personas, gráfico 8). Estas personas, llegadas antes de la reunificación, regresan a España, donde han invertido parte de su capital acumulado en una vivienda o en un pequeño negocio, y al tiempo mantienen lazos familiares en Alemania, lo que se ve favorecido por las múltiples posibilidades de la comunicación y el transporte.

4.2.2. Los movimientos migratorios en Alemania con origen en la Iberoamérica hispanohablante

La inmigración procedente de los países de la Iberoamérica hispanohablante ha experimentado un crecimiento notable durante 2019 (cf. gráfico 9, a continuación, y tabla A5, anexo). Ha sido comparativamente mayor que el de cualquier otra región considerada en las estadísticas (8,3 %) y casi tres veces mayor que el de la población extranjera (2,9 %). No obstante, este crecimiento, que es positivo para el desarrollo poblacional de Alemania, debe relativizarse y valorarse en relación con el reducido tamaño del grupo de inmigrantes, que apenas representa el 3 % del saldo migratorio de 2019.

México y Colombia son los principales puntos de partida de la migración hispanohablante a nivel mundial (cf. ONU 2019). Para la migración mexicana hacia Europa, Alemania es un destino importante, el segundo después de España (40,2 %), pues acoge en la actualidad a un 12,8 % del total de inmigrantes mexicanos del continente (gráfico 10)6. La migración colombiana en Alemania, por su parte, representa el 3,7 % de la migración colombiana en Europa. A pesar de su paulatino aumento, tiene todavía otros destinos preferentes, como España (66,7 %), Italia (7,4 %), Francia (5,4 %) o el Reino Unido (4,9 %). A su vez, Alemania también es un destino prioritario de la migración argentina, que ha crecido desde 2016 en un 28 % en el contexto de inestabilidad social y económica del país. La inmigración argentina encuentra en Alemania el segundo destino no hispanohablante receptor de migración en Europa (4,2 %), solo por detrás de Italia (17,7 %):

El crecimiento de la inmigración hispanohablante en Alemania durante 2019 se explica también por el aumento de desplazamientos de personas refugiadas y solicitantes de asilo. El 9,6 % de los nuevos migrantes colombianos (460 personas) y el 40 % de los venezolanos (730 personas) son solicitantes de asilo, un número sin precedentes y que se explica porque Alemania es el principal país receptor de refugiados de Europa (cf. ACNUR 2021). Estas cifras de la inmigración colombiana y venezolana son importantes dentro de los movimientos originados desde Iberoamérica hacia Europa, pero en el conjunto de refugiados de Alemania se trata de un colectivo muy pequeño, que representa apenas el 0,13 % del total (1.839.115 personas)7.

4.2.3. Las variedades del español y la inmigración hispanohablante en Alemania

La procedencia de la inmigración permite deducir las variedades geográficas del español que emplean las personas, lo que facilita un mejor conocimiento del repertorio lingüístico y comunicativo de los hispanohablantes en Alemania. Como se dijo, las variedades del español de España son las más extendidas en el conjunto de Alemania y en cada uno de sus estados federados en 2018 (cf. Loureda Lamas et al. 2020b: 48-53). A finales de 2019 esta situación se mantiene en lo esencial, pero debido a los movimientos migratorios más recientes, el peso relativo de las variedades lingüísticas del español europeo ha disminuido, aunque estas sigan siendo mayoritarias (63,2 %), y, en consecuencia, ha aumentado el peso de las variedades iberoamericanas, especialmente el de las andinas y mexicano-centroamericanas, lo que se debe al incremento cuantitativo de los flujos migratorios procedentes de Colombia y México (cf. gráfico 11, a acontinuación, y tabla A6, anexo).

La procedencia de la inmigración favorece unas prácticas lingüísticas que pueden determinar la comunicación por parte de las generaciones sucesivas. En este sentido es pertinente considerar un horizonte de diversificación variacional (gráfico 12): en el grupo de edad de 18 a 32 años, los inmigrantes procedentes de países iberoamericanos suponen casi la mitad de los inmigrantes hispanohablantes (49,5 %), 12 puntos porcentuales por encima del total (37,5 %). El cambio intergeneracional será más rápido porque el 71 % del grupo de descendientes de los inmigrantes menores de 18 años tiene procedencia iberoamericana (GDN2 y GCL1, cf. § 5 y § 8.1.; tabla A7, anexo).

4.3. Los destinos

4.3.1. Los estados federados (Länder) como destino de la inmigración hispanohablante

En 2019, la migración hispanohablante sigue residiendo mayoritariamente en siete de los dieciséis estados federados: el 87,7 % (2018: 87,9 %) se encuentra en Renania del Norte-Westfalia, Baviera, Baden-Württemberg, Hesse, Berlín, Baja Sajonia y Hamburgo, los estados del país de mayor producto interior bruto y de mayor volumen demográfico y urbano (cf. mapa 3, a continuación, y tablas A8 y A9, anexo). El crecimiento de la inmigración hispanohablante en Baviera (670 personas, un incremento interanual del 4,3 %) ha aupado a este estado del sureste alemán a la segunda posición entre los destinos, solo por detrás de Renania del Norte-Westfalia y superando por primera vez a la región vecina de Baden-Württemberg, en la que se observa en 2019 un crecimiento casi cuatro veces menor (unas 400 personas, menos del 1 % de variación e inferior a la media del país). Este cambio se debe a la redirección de los flujos migratorios de procedencias hispanohablantes para los que Baviera, y sobre todo el área metropolitana de Múnich, es uno de sus destinos prioritarios en los últimos años (cf. § 4.3.2).

En relación con los marcos de destino que constituyen los estados federados o Länder, hay otra tendencia de interés social y lingüístico. Las modificaciones registradas en 2019 indican que la inmigración hispanohablante en los estados del este alemán y en Berlín ha aumentado en relación con la inmigración en los estados del oeste. La raíz de ello hay que buscarla en la combinación de los factores indicados anteriormente (cf. § 4.2.1): el pobre saldo migratorio de los españoles, fruto del incremento de los retornos y del descenso de los flujos migratorios con salida de España, y el incremento de la inmigración de los países iberoamericanos hispanohablantes, tradicionalmente más asentada en estos territorios.

La inmigración española presenta saldos positivos excepcionalmente bajos y crecimientos por debajo de la media alemana en todos los estados federados salvo en Renania del Norte-Westfalia y Hesse, donde tradicionalmente se concentra la migración procedente de España. La presencia de migrantes españoles disminuye de forma considerable en Berlín y en Baden-Württemberg, estados con saldos negativos de 240 y 115 personas, respectivamente (cf. Statistisches Bundesamt 2021a; tabla A8, anexo).

Por su parte, la inmigración iberoamericana hispanohablante ha sido la que más ha crecido (12.720 personas, un 2,8 %). Ha aumentado su peso relativo en estados del este alemán como Sajonia, Sajonia-Anhalt y Turingia, en los que la inmigración hispanohablante tiene mayoritariamente origen transatlántico, y en el estado vecino de Mecklenburg-Vorpormmern. Además, los nuevos flujos migratorios iberoamericanos hispanohablantes se orientan hacia las ciudades estado: en Hamburgo han pasado a ser mayoría —del 49,5 % en 2018 al 51,5 % en 2019— y en Berlín su peso relativo ha crecido en 2,4 puntos porcentuales respecto a la migración procedente de España —del 41,3 % en 2018 al 43,9 % en 2019—.

En síntesis, en 2019 se ha acelerado el proceso de concentración de la inmigración hispanohablante en regiones en las que esta ya tenía un tamaño considerable. Ello responde a la existencia de cadenas migratorias impulsadas por dos dinámicas relacionales (cf. Massey et al. 1987; Faist 2000): la reunificación familiar y la comunicación («capital social»).

La reunificación de la familia es el principal motivo de la migración hispanohablante (28,6 %) y canaliza buena parte de los flujos migratorios a destinos regionales en los que ya existen amplios grupos de residentes (cf. § 4.5). Esta dinámica es muy común entre los migrantes españoles (41 %) y explica la relación aún existente con destinos tradicionales de la migración histórica en Renania del Norte-Westfalia y Hesse.

Más allá de los vínculos familiares, las cadenas de comunicación entre el nuevo migrante y los grupos de la misma procedencia también impulsan los flujos migratorios, dado que minimizan riesgos. Las redes de migrantes de una misma procedencia o comunidad lingüístico-cultural conforman un capital social que sirve de apoyo en las distintas fases de la migración: en la selección del destino, como efecto llamada y como canales de información sobre las oportunidades de una región; en la fase de llegada, facilitando información sobre trámites necesarios (burocracia, primera vivienda, primer trabajo, etc.); y en la fase de instalación, como elemento de integración social (asociacionismo, mantenimiento de tradiciones, etc.) (cf. Martínez Calero y Rohloff 2014; Sevillano Canicio 2014). En este último sentido, las asociaciones de la propia comunidad hispanohablante son un factor positivo para el mantenimiento de la lengua, pues las iniciativas comunitarias demandan, apoyan o gestionan directamente programas educativos de español como lengua de herencia (cf. Loureda Lamas et al. 2020b: 73-77). En la migración reciente el efecto de las cadenas de comunicación se ve acentuado por la inmediatez que propician las tecnologías para la comunicación digital (cf. Blommaert y Rampton 2011; Plöger y Becker 2015; Dekker et al. 2016).

4.3.2. Los espacios urbanos como destino de la inmigración hispanohablante

Los destinos migratorios pueden observarse con más precisión si, en lugar de los estados federados, se consideran los espacios urbanos, que actúan como los más importantes centros de intercambios sociales, culturales y económicos en las migraciones de la actualidad, lo que evita sesgos comparativos. Veamos un ejemplo de ellos. Ciertamente, Renania del Norte-Westfalia es la región con más inmigrantes hispanohablantes en 2019 (67.415) y esta cifra es muy superior a la de Berlín (29.995), Baviera (40.535) o Hamburgo (12.550); pero no es menos verdad que ninguna de las principales áreas urbanas de Renania del Norte-Westfalia, como Colonia, Düsseldorf o Dortmund, tiene un número de inmigrantes comparable al de otras ciudades, como Berlín, Múnich o Hamburgo. Düsseldorf, la ciudad de Renania del Norte-Westfalia con un mayor número de inmigrantes hispanohablantes (6.525), acoge a un colectivo que representa aproximadamente la mitad del que existe en Hamburgo o Múnich y que es cinco veces menor que el residente en Berlín.

En 2019 se ha registrado una gran concentración de la inmigración hispanohablante en los mayores centros urbanos y administrativos del país (cf. mapa 4, a continuación, y tabla A9, anexo). Algo más de la mitad de los nuevos inmigrantes llegados a Alemania reside en áreas metropolitanas de más de medio millón de habitantes: unos 5.675 de 9.705. Estos destinos corresponden a ocho de las diez ciudades más pobladas del país: Berlín, Múnich, Hamburgo, Fráncfort, el triángulo de alta densidad poblacional que delimitan Colonia, Dortmund y Düsseldorf, además de Leipzig, principal centro urbano de los estados del este alemán, y sus áreas metropolitanas limítrofes. En general, estos destinos de los flujos migratorios hispanohablantes coinciden con los de la población extranjera, si bien la nueva migración hispanohablante presenta un grado de concentración mayor que la población inmigrante considerada en su conjunto: los diez destinos principales de la migración de cualquier procedencia acogen solo el 21 % de los inmigrantes mientras que en el caso de los hispanohablantes los diez primeros destinos concentran el 50 %.

La migración hispanohablante de 2019 se dirige a áreas urbanas en las que su presencia ya era significativa. En general, la correlación entre el aumento de inmigrantes en una localidad y el tamaño de la comunidad hispanohablante residente en dicha localidad el año anterior es muy alta: los municipios con un saldo migratorio hispanohablante positivo en 2019 coinciden con aquellos en los que residían más migrantes en 2018. Ello es especialmente evidente en las grandes aglomeraciones urbanas: las seis cuidades con más inmigrantes hispanohablantes en 2018 son las que reciben el mayor número de nuevos inmigrantes en 2019: Berlín, Hamburgo, Múnich, Fráncfort, Dortmund y Düsseldorf. En los censos de cada una de ellas se registran saldos positivos de más de 300 nuevos inmigrantes procedentes de países hispanohablantes.

Los núcleos urbanos grandes, con más de 500.000 habitantes, atraen a la población inmigrante por su oferta de servicios, por la existencia de representaciones administrativas (consulados, embajadas, iniciativas comunitarias, asociaciones), por su oferta laboral y económica, o por las posibilidades formativas que brindan. Alrededor de ellos se establece otro porcentaje alto de la inmigración (un aumento en 2019 de 1.850 migrantes), tanto en municipios limítrofes como en espacios bien comunicados, aunque estén situados a cierta distancia. En estos casos el saldo migratorio es positivo, si bien se trata de grupos más pequeños, que no llegan a 150 inmigrantes nuevos por municipio, salvo en el caso de Chemnitz y en el área metropolitana del Rin-Erft8 (mapa 4). El resto del crecimiento migratorio, un saldo de 4.030 inmigrantes repartidos en 182 municipios, se distribuye en distintas áreas del territorio alemán y son altamente dependientes de dinámicas menos sistemáticas o de carácter más local.

Pese a estas tendencias comunes apreciables en las grandes ciudades, cada una presenta ciertas particularidades. Berlín es el principal destino durante 2019, pues recibe el 10 % de la nueva migración (945 personas). Además de ser la capital y la mayor ciudad del país, es el centro urbano de Alemania que más ha crecido durante el siglo xxi: su población ha aumentado más de un 8 % (287.322 habitantes) desde el año 2000 (cf. gráfico 13, a continuación, y tabla A10, anexo). El principal factor de dicho crecimiento es la inmigración, pues en dicho periodo casi se duplica el número de inmigrantes del área metropolitana (+98 %, 675.350 personas). En este contexto de desarrollo urbano, la migración hispanohablante crece muy por encima de la media (+255 %, de 8.000 a 21.000 personas), si bien se trata de un grupo de tamaño reducido, que supone en 2019 el 3,2 % de los nuevos migrantes. Berlín habla cada vez más español porque el mundo hispanohablante ha encontrado en Berlín un destino preferente desde el año 2000.

En relación con la inmigración hispanohablante, los cambios cualitativos que se registran en Berlín durante 2019 se parecen a los del conjunto del país: la ciudad experimenta un alto crecimiento de la inmigración hispanohablante en números absolutos (aproximadamente 1.000 personas), desciende el número de inmigrantes españoles (-240) y su peso relativo en el grupo de hispanohablantes (56 % frente al 58,7 % en 2018), y aumentan los flujos desde países iberoamericanos (1.185) como Colombia, México, Chile o Argentina, de los que ya había colectivos significativos. Los flujos de los países iberoamericanos hispanohablantes se explican por el incremento de movimientos migratorios de formación9 y por el aumento de desplazados que reclaman asilo, pues existen distintos programas de protección social y administrativa, además de un entorno de acogida más favorable en forma de comunidad hispanohablante (cf. tabla A10, anexo). El saldo negativo que muestra la inmigración española en Berlín durante 2019 se explica por el alto número de retornos (un 11,5 % de los residentes españoles en 2018 dejó la ciudad en 2019, 1.970 personas) y por los posibles movimientos internos dentro del país, después de una primera fase de contacto10.

El patrón de Berlín no está muy alejado del de Hamburgo y del de Leipzig, la mayor ciudad próxima a Berlín y principal centro urbano de Sajonia. Si se consideran conjuntamente la ciudad de Leipzig y sus áreas metropolitanas limítrofes, se observa un crecimiento de más de 300 nuevos innmigrantes, la mayor parte procedentes de la Iberoamérica hispanohablante. Tanto en Leipzig como en la vecina ciudad de Chemnitz se ha asentado más de la mitad de los nuevos inmigrantes venezolanos, en gran número con solicitud de asilo. Este hecho ha propiciado que el grupo de venezolanos de Sajonia se haya duplicado (770 a comienzos de 2019 y 1.495 a finales del año)11. En Hamburgo el grupo mayoritario entre los nuevos migrantes procede de los países iberoamericanos (unas 500 personas), especialmente Colombia y Nicaragua. Los casos de Nicaragua corresponden a expedientes de asilo tras la crisis política iniciada en 2018 y son excepcionalmente altos: de los 165 nuevos migrantes nicaragüenses en Alemania, 115 residen en Hamburgo.

Otras ciudades parecen más alejadas del comportamiento de la migración hispanohablante en la capital (cf. mapa 4). En Fráncfort o Múnich el crecimiento de la población inmigrante hispanohablante no es «compensatorio», pues presenta un crecimiento más equilibrado durante 2019 si se considera la procedencia europea y transatlántica. En ambas ciudades las estadísticas registran saldos positivos de españoles y el crecimiento de la inmigración ibeoramericana, aunque notable, es menos elevado que en Berlín. En Fráncfort, destino tradicional de la emigración española, los flujos de migración procedente de España superan ligeramente a los de migrantes procedentes de la Iberoamérica hispanohablante (210 y 190 personas, respectivamente), si bien en menor medida que en los últimos años. En Múnich la migración hispanohablante de 2019 procede mayoritariamente de Iberoamérica (350 personas respecto a 300 migrantes procedentes de España), pese a lo cual los españoles siguen siendo mayoría en el grupo.

Finalmente, los centros urbanos de Renania del Norte- Westfalia muestran comportamientos particulares. Solo Düsseldorf parece seguir el patrón nacional. Ciudades como Dortmund y Mönchengladbach mantienen mayoritariamente el flujo de inmigrantes españoles, lo que se debe a la existencia desde hace años de fuertes lazos económicos, laborales y formativos de estas ciudades con España: en ambas ciudades la migración española de 2019 es considerable y constituye, respectivamente, el 13 % y el 11 % del saldo migratorio total. La migración en Colonia es más compleja, como se explicó, pues está determinada por movimientos centrífugos de personas que desplazan su residencia a municipios del entorno metropolitano, de ahí que la ciudad presente un saldo negativo de migrantes, incluidos los hispanohablantes, al tiempo que municipios colindantes reciben más población extranjera.

4.4. La edad y el sexo

4.4.1. La edad de la inmigración hispanohablante en Alemania

En 2019 la edad media de la población inmigrante española (42,8 años) era inferior a la de la población alemana (47,3 años) y superior a la de la población extranjera del país (40,6 años)12 (gráfico 14). La media de edad de la inmigración que procede de los países iberoamericanos hispanohablantes era menor que la de la inmigración española (no llegaba a los 40 años) y se aproximaba bastante a la de los inmigrantes en su conjunto. Ello se explicaba por el hecho de que la inmigración procedente de la Iberoamérica hispanohablante es relativamente reciente y se vincula a procesos de formación13.

El flujo migratorio del año 2019 ha subido la media de edad de la inmigración española (de 42,2 a 42,8 años) y, en cambio, ha bajado la media de la iberoamericana (de 39,5 a 39,4 años). Ello se produce en un contexto en el que la media de edad de la población alemana ha decrecido una décima, para situarse en 47,3 años, y en el que la media de edad de la migración ha subido dos décimas, para situarse en 40,6 años (gráfico 14).

El aumento de la edad media de los españoles está causado por los retornos altos de la migración reciente, que se caracterizaba por su mayor juventud: el 72 % de las salidas de españoles son de inmigrantes menores de 40 años (cf. gráfico 8). El descenso de la edad media de la inmigración de la Iberoamérica hispanohablante se debe al reciente aumento de los flujos de inmigración, que, como se ha indicado antes, se caracteriza por ser más joven. Esta tendencia, combinada con la cronología de los procesos migratorios, mucho más tempranos y elevados si su origen es español, explica las diferencias entre los subgrupos de inmigrantes actualmente residentes en Alemania: mientras que el 56 % de los hispanohablantes americanos tiene entre 26 y 45 años, y un 97 % no ha alcanzado los 65 años, los inmigrantes españoles entre los 26 y los 45 años solo son el 41 % del total y poco más del 91 % están en edad activa (cf. gráfico 15, a continuación, y tabla A11, anexo).

Desafortunadamente, sobre el perfil social y el portfolio lingüístico de estos colectivos no existen datos estadísticos oficiales ni un estudio sociolingüístico sistemático. Existen algunas investigaciones parciales que indican que solo un número pequeño de migrantes hispanohablantes entran en el país con conocimientos avanzados de alemán: entre los españoles recién llegados a Berlín después de 2009, el 38 % llegaba sin conocimientos de alemán, el 32 % con conocimientos básicos, el 21 % intermedios y solo el 9 % con conocimientos avanzados (cf. Faraco Blanco 2014). Aunque la tipología del inmigrante hispanohablante de Berlín no es automáticamente extrapolable al resto del país, estas consideraciones merecerían una investigación en profundidad.

4.4.2. El sexo de la inmigración hispanohablante en Alemania

La distribución por sexo tampoco ha sufrido grandes variaciones en 2019 (cf. gráfico 16, a continuación, y tabla A12, anexo). La mayoría de la inmigración hispanohablante está formada por mujeres. Si se considera la inmigración española y del continente americano por separado, se advierten tendencias distintas: la inmigración española es mayoritariamente masculina; la americana, femenina. Este cuadro se ha reequilibrado durante 2019, pues dichas mayorías se han reducido levemente. El porcentaje de hombres entre los nuevos inmigrantes es mayor que entre los inmigrantes que ya residían en Alemania: el 54,9 % de los procedentes de España y el 45,8 % de los procedentes de la Iberoamérica hispanohablante. En el caso de la migración española, el acercamiento de los porcentajes se debe a que desde 2017 los flujos de entrada registran más hombres que mujeres (53 % en 2017, 54 % en 2018 y 55 % en 2019). Del lado de la migración iberoamericana, los flujos de solicitudes de asilo de personas procedentes de Venezuela y Colombia, mayoritamente masculinos (54 % y 56 % en 2019, respectivamente), contribuyen en buena medida al aumento del peso de los hombres.

En el saldo migratorio de 2019 la mayoría del grupo de hispanohablantes son hombres. No obstante, ello se produce por un importante sesgo que introduce la población de origen español, la más alta en números absolutos (cinco veces mayor que la de los países que la siguen) y la que presenta una mayor diferencia entre hombres y mujeres, favorable a los primeros en casi diez puntos porcentuales. Salvo los flujos chilenos, relativamente importantes, los nicaragüenses, condicionados por casos de asilo, y los uruguayos, en cifras muy bajas, todos los demás son mayoritariamente femeninos (cf. mapa 5, a continuación, y tabla A13, anexo).

4.5. Los motivos de la inmigración

El motivo principal de la migración está ligado a las relaciones personales: el 53,4 % de los inmigrantes hispanohablantes declara que la fundación de una familia o la reunificación de una unidad ya existente es la causa del desplazamiento (cf. gráfico 17, a continuación, y tabla A14, anexo). Se trata de una tendencia comparable a la que se observa en otros grupos procedentes de la UE-28 o de América del Norte. Los motivos familiares aumentaron su importancia durante 2019 (2018: 48,4 %). Junto a estas razones, el deseo de desarrollo personal y profesional sigue actuando como un fuerte impulso de la inmigración hispanohablante, pues explica el 18 % de los casos en 2019, lo que representa un incremento interanual superior a los tres puntos porcentuales (2018: 15,1 %).

La comparación entre las estadísticas de 2019 y 2018 refleja dinámicas nuevas. Cuatro de ellas merecen ser subrayadas.

  • La reunificación familiar cobra importancia entre los migrantes españoles (2018: 32,4 %; 2019: 41 %). El aumento está relacionado con las dinámicas expuestas más arriba, que apuntan hacia una disminución de la migración más joven y al efecto de las cadenas familiares en determinados centros urbanos.
  • La migración procedente de España es más laboral (32 % frente al 17 % entre las personas procedentes de la Iberoamérica hispanohablante), si bien este perfil parece haber iniciado movimientos de convergencia entre ambos espacios (aumenta entre los países iberoamericanos y desciende entre los españoles).
  • La inmigración española tiene perfiles motivacionales más diversificados. Este último hecho se observa en el aumento de inmigrantes que no identifican el motivo migratorio entre los tradicionales ofrecidos por el registro (2018: 0 %; 2019: 7,5 %). Al tratarse de una inmigración intrarregional, con menos riesgos y fácilmente reversible, se favorecen perfiles que responden a razones más particulares.
  • La migración procedente de Iberoamérica presenta pocas variaciones con respecto a 2018 aunque la migración laboral y la fundación de una familia ganan ligeramente peso entre las causas de la inmigración. Debe destacarse que la estadística no incluye a los solicitantes de asilo procedentes de la Iberoamérica hispanohablante, de los que se ha hablado más arriba y que constituyen un grupo con un tamaño importante (cf. § 4.2.2; tabla A14, anexo).

4.6. La permanencia en Alemania

La inmigración hispanohablante hacia Alemania ha tenido distintas fases que han dado lugar a diversos perfiles generacionales en la composición actual del grupo. A finales de 2019 el conjunto de inmigrantes llegados al país antes de la reunificación equivale al 20 % del grupo, unas 58.000 personas en números redondos (cf. gráfico 18, a continación, y tabla A15, anexo). La gran mayoría son españoles desplazados en busca de oportunidades laborales, entre los que también se encuentran migrantes llegados a Alemania en los años siguientes al cierre de los acuerdos de trabajo e incluso los descendientes de estas personas. La observación de la variación interanual de los españoles permite advertir que este grupo es menor que solo un año antes, mientras que, si se observa la de los países iberoamericanos hispanohablantes separadamente, el grupo ha aumentado (gráfico 18). Al no haber una pauta común, no se puede asignar la variación únicamente a la mortalidad, sino que debe de haber otras causas.

El número de inmigrantes con origen en la Iberoamérica hispanohablante y con al menos 30 años de permanencia en Alemania ha crecido en 2019 por dos motivos: el bajo flujo de retorno hacia los países transatlánticos y la incorporación al grupo de inmigrantes que llegaron a las dos Alemanias en 1988, una etapa en la que la inmigración americana ya era notable, pues suponía el 16,2 % de la migración hispanohablante (24.514 de 150.916 personas). Por su parte, el decrecimiento del grupo de los inmigrantes españoles se explica por la existencia de flujos de retorno significativos, una vez que se pone fin a la vida laboral. Lingüísticamente, el grupo de retornados y los que permanecen muestran, por lo general, una competencia limitada en alemán y una competencia nativa en español (cf. Estévez Grossi 2016).

En la franja de permanencia de entre 11 y 30 años, la variación interanual es poco significativa. Este grupo es mayoritariamente iberoamericano, fruto de las migraciones de las décadas de 1990 y de 2000, que se combinaron, además, con flujos relativamente modestos desde España. Se trata de un grupo estable, que no presenta retornos notables debido la asimetría social y a la distancia geográfica existentes entre los países de origen y Alemania, y debido a que se encuentra todavía en una fase laboral plena. Lingüísticamente, por su mayor formación e integración laboral, se le atribuye una competencia nativa en español y una competencia menos limitada en alemán que la que presenta el perfil laboral español de permanencia más larga.

En 2019, la magnitud del grupo de corta permanencia, inferior a 10 años, nos da una importante clave para interpretar variaciones en la inmigración hispanohablante. Muchos inmigrantes llegados antes de 2013 continúan residiendo en el país, de modo que se puede explicar el incremento en términos absolutos y porcentuales del grupo que permanece en Alemania entre 6 y 10 años: dobla con creces el registrado solo un año antes. Este grupo es mayoritariamente español e incorpora los saldos favorables a Alemania de la emigración española que hizo las maletas por los efectos económicos y sociales de la crisis de 2008 (cf. tabla A15, anexo). Para ser exactos, no solo se trata de personas que emigraron por primera vez, sino también de casos de «suspensión del retorno», esto es, inmigrantes españoles que habían decidido regresar a España y que volvieron a Alemania porque su situación laboral o económica era notablemente peor. Entre 2015 y 2019 el porcentaje de retornos de inmigrantes españoles que ya habían residido en Alemania es cercano al 10 % respecto del total de nuevas entradas (cf. Statistisches Bundesamt 2021a).

Si situamos la lupa en el grupo de menor permanencia, los que llevan menos de cinco años en Alemania, se aprecia que recientemente se agudiza una tendencia que venía documentándose desde 2015: la pérdida de importancia de la inmigración española, que pasó en solo un año de representar el 61 % del grupo (más de 73.000 personas) a representar solo el 51 % (poco más de 42.000 personas). Ello se explica por las claves ya suficientemente subrayadas: la reducción del flujo de salida desde España, el incremento de retornos y el incremento relativo de los flujos procedentes de Iberomérica.

Dado que los saldos migratorios iberoamericanos crecen más que que los españoles, hasta el punto de cuadruplicarlos, el grupo de inmigrantes más recientes, los de los últimos cinco años, muestra un mayor equilibrio entre hispanohablantes iberoamericanos y europeos. Este equilibrio compensa las tradicionales diferencias en otros grupos de mayor permanencia, especialmente el que lleva entre 6 y 10 años en Alemania, y permite observar la diversificación en la composición del grupo de hispanohablantes de trasfondo migratorio. La inmigración hispanohablante en Alemania es cada vez más policéntrica.

  • (3) Los datos aportados en Loureda Lamas et al. (2020a y 2020b) han sufrido un leve reajuste en las fuentes estadísticas. La cifra de inmigrantes hispanohablantes registrados en 2018 se corrige al alza en 4.770 personas, de los 266.955 computados inicialmente a los 271.725 inmigrantes contabilizados finalmente. El cambio se debió al retraso en el registro de inmigrantes procedentes de España en las estadísticas de Berlín. En general, este tipo de ajustes en los recuentos son frecuentes, aunque raramente suelen afectar a la interpretación realizada, como es aquí el caso. volver
  • (4) Para el análisis comparado de los flujos migratorios mundiales, se emplean las estadísticas de la División de Población de la Organización de Naciones Unidas. La ONU ofrece estimaciones, no recuentos, a partir de datos censales de personas nacidas en países extranjeros, independientemente de su nacionalidad. Ello significa que sus cifras tratan de forma integrada tanto inmigrantes como otras personas con trasfondo migratorio (nacionalizados, descendientes de migrantes, etc.). Por esta razón suelen variar respecto a las cantidades que se obtienen de las estadísticas nacionales, que se han considerado como fuentes prioritarias si están disponibles. volver
  • (5) El aumento de retornos se debe en parte a la existencia de programas nacionales y regionales orientados a la recuperación de capital humano científico. volver
  • (6) Cálculo realizado a partir del total de inmigrantes mexicanos en Europa estimado por la ONU para 2019 (cf. ONU 2019). Los datos para Alemania se toman de la Oficina Nacional de Estadística (cf. Statistisches Bundesamt 2021a). volver
  • (7) En la última década el número de solicitudes de asilo en Europa por parte de cuidadanos de Colombia y Venezuela ha crecido considerablemente, de 475 solicitudes en 2010 a 32.505 en 2019 y de 80 a 45.675, respectivamente. El principal destino es España, que recibió el 84,4 % de las solicitudes de ciudadanos colombianos y el 87,5 % de las de ciudadanos venezolanos. Alemania es el quinto destino para los colombianos (1,7 % del total), detrás de Italia (4,1 %), Francia (3,4 %) y Suecia (2,5 %), y el cuarto destino para los venezolanos (1,7 %), detrás de Italia (4 %) y Francia (2,5 %). volver
  • (8) El área Rin-Erft es un conjunto de municipios al este de Colonia que ha recibido muchos migrantes en 2019. El saldo negativo paralelo que registra Colonia apunta a un desplazamiento de migrantes hacia el entorno inmediato, donde los costes de la vivienda son en torno a un 30 % menores. Este caso se puede considerar un efecto de gentrificación urbana. volver
  • (9) El 17 % de la variación interanual (161 de 945) son nuevos alumnos de la Universidad Libre de Berlín, que es la única que aporta datos de estudiantes extranjeros. Sirve, sin embargo, como indicador del volumen importante de este perfil. Berlín es una de las principales áreas educativas del país, con universidades de excelencia, con centros de formación en artes, humanidades, ciencias sociales y economía, además de centros específicos de estudios iberoamericanos y centros de formación profesional. Si se supone que universidades comparables, como la Universidad Humboldt o la Politécnica, tienen volúmenes parecidos, y asumiendo que toda esta paleta de centros puede constituir el destino de jóvenes hispanohablantes en formación, podemos estimar que los nuevos estudiantes matriculados llegarían a explicar alrededor de un tercio de la variación interanual de la migración hacia la capital alemana. volver
  • (10) La inmigración hispanohablante en Berlín presenta algunas notas diferenciales. Para caracterizarla resulta útil la encuesta realizada por el proyecto «Nueva migración» (cf. Pfeffer-Hoffmann 2014) a 507 inmigrantes españoles que se instalaron en la ciudad entre 2011 y 2013 (cf. Faraco Blanco 2014). En relación con otros grupos de inmigrantes, el perfil de los hispanohablantes era más joven (el 61,6 % entre 26 y 35 años) y más formado (el 51,4 % con estudios universitarios, de ellos el 27,1 % con estudios de posgrado o doctorado) y mayoritariamente sin compromisos familiares (el 78 % estaba soltero/a). Se trata de una migración proactiva (cf. Van Hear 1998), que selecciona Berlín por su atractivo como destino, que viene derivado de la oferta cultural, las condiciones de vida de la ciudad y la imagen de Berlín como ciudad multiétnica y cosmopolita (cf. Lanz 2011; Schmiz 2017; Heyd et al. 2019). La formación y el aprendizaje de alemán son también razones importantes. Los inmigrantes hispanohablantes de Berlín constituyen un grupo con experiencia internacional acumulada: el 59,3 % había trabajado o estudiado en el extranjero. Su integración laboral es rápida: el 54,7 % está empleado en una empresa y el 15,3 % es trabajador autónomo; el 95,7 % considera que está sobrecualificado para el trabajo que realiza. volver
  • (11) En Sajonia existen distintos programas de acogida de refugiados que incluyen numerosas medidas de integración social, laboral y educativa. A comienzos de 2020 residían en Sajonia 22.268 refugiados y solicitantes de asilo (https://www.asylinfo.sachsen.de/ankommen-und-asylverfahren.html). Análogas dinámicas de acogida propician el incremento de los saldos migratorios de ciudades más pequeñas en otros estados federados, como Braunschweig (Baja Sajonia), donde se encuentra un centro de acogida primaria (Erstaufnahmeeinrichtungen) y que ha registrado un saldo positivo de 140 personas, todas ellas procedentes de Colombia. volver
  • (12) En Loureda Lamas et al. (2020a) se utilizó la edad media de la población con trayectoria migratoria, que incluye a los nacionalizados. Ahora se emplea la media de edad de la población extranjera, que permite una comparación más ajustada a las propiedades del grupo. volver
  • (13) El 18 % de la migración hispanohablante de Iberoamérica afirma que su decisión de emigrar se origina en el deseo de continuar su formación. Entre los cursos 2000/2001 y 2019/2020 el número de alumnos universitarios procedentes de Colombia y México, los países iberoamericanos hispanohablantes con mayores flujos migratorios, casi se multiplicó por seis (en números redondos, de más de 500 a más de 3.000 en ambos casos) (cf. Statistisches Bundesamt 2021a). volver
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