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Gobierno|12 de abril de 2021

Capitalismo vs Socialismo

Aspectos generales, principios básicos y principales críticas a los modelos de organización económica y social que predominan en el mundo. 

Por Nahuel Lozano

Trader de análisis técnico - Experto en el Mercado de Capitales del IAMC

 

Resulta, en todos los casos, una trampa intentar reducir los sistemas de organización económica y social de los países en una batalla entre capitalistas y socialistas. Si bien son los modelos imperantes en el mundo, no hay ejemplos puros de capitalismo o socialismo per se en la actualidad. Esto se debe a que todas las economías se encuentran atravesadas por elementos de ambos modelos. Pero a fines de este texto, intentaré delinear los rasgos más importantes sobre cada uno de ellos.

 

Capitalismo

El capitalismo es un modelo económico y social que está basado en el respeto de la propiedad privada y la libertad, estableciendo un sistema en el cual los medios de producción se encuentran en manos del sector privado. Es el mercado quien dispone libremente sobre los bienes, que se consideran escasos, de manera eficiente, y es el capital la fuente indispensable para crear riqueza. En el capitalismo, son los individuos los que deciden las métodos y el ordenamiento mediante el cual se lleva a cabo la producción de bienes y servicios. La inversión para poder producir tiene un origen privado y depende de un mercado de consumo que represente ganancias para el productor.​ El intercambio de dichos bienes y servicios se organiza bajo la ley de oferta y demanda, que incentiva a los agentes económicos a depender de la búsqueda de su propio beneficio económico.​ Toda actividad comercial dentro del sistema capitalista genera información vital para su correcto funcionamiento: El precio. Los precios se forman de la interacción entre oferta y demanda, y son necesarios para la coordinación de una economía basada en el intercambio de mercancías.

 

Las instituciones fundamentales del capitalismo son: La propiedad privada, los mercados libres, la competencia, la división del trabajo y la cooperación social. Si bien cada una de estas instituciones es relevante por sí mismas, algunas de ellas puedan y deberían ser tratadas de modo agrupado, tal como es el caso de la propiedad privada y los mercados libres.

 

La propiedad privada son los derechos de las personas a disponer, según su criterio, del capital personal. Les permite conservar y gozar en paz de los frutos de su trabajo. Esta seguridad es el principal incentivo para el trabajo mismo.

 

Los mercados libres otorgan libertad para que todos los individuos puedan intercambiar su propiedad por otras propiedades o por dinero o la utilicen para los fines que les complazcan. Se entiende como un mercado libre al que es acordado por el consentimiento entre los vendedores y los compradores mediante las normas de oferta y demanda y sin ninguna obligación externa.

 

La competencia se basa en la libre entrada y salida de agentes en una economía capitalista, con el fin en que los recursos se reasignen entre aquellos sectores económicos donde el precio señala que hay escases, y por lo tanto una demanda sin satisfacer.

 

La división del trabajo es la utilización eficiente de los recursos humanos dentro de un medio de producción. Teniendo en cuenta las diferencias inherentes a la raza humana, se busca encontrar aquellas aptitudes laborales en las cuales los trabajadores se destaquen para así poder colocarlos en el puesto laboral en el que mejor puedan desempeñarse. Así, se crean diferentes puestos, con características, sueldos y horarios laborales propios, según la valoración del mercado.

 

La cooperación social es aquella que tiene su fundamento en que no se puede ser exitoso dentro de un sistema capitalista si no se le sirve a la sociedad con mejores y más baratos bienes y servicios. Así, se desarrolla una retroalimentación, un círculo virtuoso en el cual el productor beneficia al comprador con bienes de excelente calidad y al mejor precio del mercado, mientras que el consumidor lo recompensa con su compra.

 

Si bien a lo largo de los años el capitalismo ha mutado con el surgimiento de teorías económicas como el keynesianismo, los estudiosos de un corte más liberal, como los representantes de la escuela austríaca, señalan que estos cambios son sólo un camino hacia un sistema de organización socialista que es, por lejos, más inmoral que el capitalista. Sostienen que las reformas al capitalismo introducidas por Keynes son pasos previos al cambio de orden económico y que no ofrece los beneficios de ninguno de los dos modelos. 

 

Aunque los críticos más duros del capitalismo sostienen que éste es un sistema profundamente inmoral, y que ninguna modificación puede alterar esa característica fundamental. Se le otorga una condena por lo que es una condición inherente a la naturaleza misma del ser humano, la desigualdad. Estos detractores, argumentan que el capitalismo sería moralmente aceptable siempre que la desigualdad pudiera justificarse por razones morales, lo que resulta imposible. De esta base parte la idea que las reformas al capitalismo no pueden atacar la raíz del problema y que la única manera de solucionar esa desigualdad entre los hombres es con un sistema económico y social completamente distinto: El socialismo. 

 

Socialismo

El socialismo nace como una respuesta emocional negativa al capitalismo y se puede definir como un sistema económico y social en el cual sus bases ideológicas se centran en la defensa de la propiedad colectiva y estatal de los medios de producción y distribución. El principal fin es una sociedad justa y solidaria, libre de clases sociales y que se reparta la riqueza de forma igualitaria. Para ello, los medios productivos no tienen que ser de propiedad privada, porque se considera que de esta manera acaban perteneciendo a una minoría capitalista que domina los mercados, aprovechando de su posición para controlar al trabajador y al consumidor. El socialismo propone una economía donde los medios de producción deben pertenecen al Estado, que se encarga de proteger a la ciudadanía garantizando una situación de justicia social. A efectos conceptuales, es la posición económico-social contraria al capitalismo. Y, en muchos casos, fue la etapa anterior al comunismo.

 

Los principios o características básicas del Socialismo son:

 

  • La propiedad de los medios de producción es colectiva o estatal.
  • Se busca el bien social antes que el beneficio personal.
  • Al estar en manos del estado, los beneficios que otorgan los bienes de producción se reparten de forma igualitaria entre los ciudadanos, eliminando la diferencia de clases.
  • Un estado gigante que decide tanto en el aspecto económico como en el social, donde no se deja poder de decisión y control en el mercado. 
  • Un gobierno o una estructura estatal fuerte y con amplio poder en la toma de decisiones en materia económica y de distribución de rentas y bienes.

Con el paso de los años, las posturas socialistas también sufrieron cambios sustanciales. Si bien se mantiene el concepto central del control del gobierno en el ámbito económico y financiero y la protección del ciudadano, se trata introducir conceptos del capitalismo, generando así sistemas económicos mixtos conocidos como socialismo de mercado o socialdemocracia.

 

Las críticas hacia el socialismo abundan, ya que es uno de los modelos económicos más repudiados por el mundo moderno, que ha abrazado al capitalismo como orden económico y social predominante. Una de las razones de ello es que el socialismo erradica la propiedad privada, los mercados y elimina el cálculo racional. Esto tiene que ver con que no se puede realizar un cálculo económico racional sin la información que los mercados, y principalmente los precios, brindan. También se critica los presupuestos blandos que tiene el socialismo, por lo que no existe un mecanismo para descartar métodos de producción ineficientes. Otro punto en contra del socialismo es que abolir la propiedad privada y reemplazarla por el Estado distorsiona los incentivos, ya que los individuos no tienen la posibilidad de progresar ni de mejorar sus condiciones de vida en un sistema igualitario. 

 

Dejando asentadas las bases de cada uno de los modelos económicos, el debate continuará en redes sociales, bares y cafés, pero aún me queda una pregunta por responder, ¿Esta batalla entre capitalistas y socialistas continuará por muchos años más o veremos nacer un nuevo sistema que logre superar a ambos?