EL «GOLPE DE AIRE»: un mito a derribar.

EL GOLPE DE AIRE o el terror de incontables generaciones de padres latinos que, ante la mínima brisa, hemos perseguido a nuestros retoños a la voz de “¡Ponte la chaqueta!, vas a constiparte”. Y hemos recibido, invariablemente, la respuesta “¡Pero si NO tengo frío!” de la criatura objeto del abrigo.

EL GOLPE DE AIRE o ese un enemigo invisible, terrible, dispuesto a desatar la enfermedad de nuestros preciosos hijos. Y pese a que nuestros climas cada vez son más tórridos en verano y más suaves en invierno, este temor, atávico, sigue muy arraigado.

A mí me ha ayudado mucho hablar con un experto sobre este tema, para derribar mitos sobre una cuestión que, junto al «corte de digestión» fue uno de los pilares de mi infancia.

Además, resulta que en tiempos de pandemia, la ventilación es la mejor aliada contra el covid y una de las razones por las que las escuelas no se han convertido en los focos de infección que se temía. Gracias a la ventilación suave y sostenida las clases han dejado, además, de oler «a hacinamiento» y se han reducido considerablemente otras enfermedades respiratorias infecciosas.

Así me lo cuenta el doctor Juan Antonio Ortega, de la Asociación Española de Pediatría, que también me revela: 1) Que el golpe de aire, a diferencia del golpe de calor, NO es dañino 2) Que uno se resfría si hay virus, NO si enfría y 3) Que los niños toleran mejor las bajas temperaturas: su confort térmico se alcanza a temperaturas más bajas que las de los adultos. Así que perdamos el miedo AL GOLPE DE AIRE. Yo voy a intentarlo… Os dejo el artículo que he escrito en la sección de Parenting del Magazine de La Vanguardia, solo tenéis que clickar en este link.

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