Nuestra corteza también sufre modificaciones por fallas y pliegues debido a las fuerzas internas de la tierra.
Si estas fuerzas internas actúan sobre materiales rígidos, la corteza terrestre se fractura en bloques, quedando unos levantados en formas de montañas y otros hundidos que dan lugar a zonas bajas o valles. A estas fracturas las denominamos fallas.
Por el contrario, si las fuerzas internas actúan sobre materiales plásticos o blandos, la superficie terrestre se ondula dando origen a los pliegues. Existen cadenas montañosas en zonas plegadas.
Deformación de los estratos rocosos con forma ondulada. Surgen como consecuencia de la presión tectónica en rocas plásticas que, en lugar de fracturarse, se pliegan. Un pliegue está constituido por el conjunto anticlinal (convexo) - sinclinal (cóncavo). Los hay de diferentes tipos: derechos, inclinados o tumbados, en función del buzamiento de su plano axial, y presentan diversos grados de curvatura.