¿Qué es el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) ruso? - El Orden Mundial - EOM
EOM explica Geopolítica Rusia y espacio postsoviético

¿Qué es el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) ruso?

El Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) es la red de espías rusos que recopila información política, económica y militar en el extranjero. Es una de las agencias rusas herederas del KGB soviético y opera a través de sus embajadas y consulados
¿Qué es el Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) ruso?
Bandera del Servicio de Inteligencia Exterior ruso. Fuente: Wikimedia Commons

El Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) es la agencia de espías rusos en el extranjero. Es una red compuesta por oficiales ilegales y agentes bajo cobertura diplomática que recopilan información política, económica y en menor medida militar. Por esta última compite con el servicio de inteligencia de las Fuerzas Armadas (GRU), mientras que en la guerra de información se ha solapado con el Servicio Federal de Seguridad (FSB). Son disputas que el propio Gobierno ruso ha fomentado y alentado.

Heredera del KGB

El Servicio de Inteligencia Exterior ruso es una de las agencias herederas del KGB soviético. Surgió en 1991 y el presidente Borís Yeltsin encomendó su dirección al político Yevgueni Primakov hasta 1996. Para el año 2000, ya con Vladímir Putin en el poder, contaba con 15.000 oficiales. El SVR funciona bajo control directo del presidente, que escoge a su director, miembro a su vez del Consejo de Seguridad. Serguéi Narishkin ocupa el cargo desde 2016 e informa con regularidad a Putin sobre sus actividades.

La agencia ha seguido la estela de su antecesora, conformando redes de espías y operaciones a largo plazo para conseguir información. Su trabajo está repartido en oficinas de contrainteligencia, de inteligencia ilegal, política, económica, entre otras, que operan en función de los intereses respectivos de Rusia. Junto con los otros servicios de inteligencia, el SVR es un aliado y un arma para Putin, en este caso frente a Occidente y para mantener el control sobre sus zonas de influencia.

Infiltrados entre los servicios diplomáticos

La red de espías del Servicio de Inteligencia Exterior ruso se extiende por embajadas y consulados en otros países. Los agentes trabajan encubiertos y alejados de la cadena de mando, como agregados o secretarios, desde donde buscan obtener información, aunque pueden tener labores diplomáticas. Incluso en las embajadas sus operaciones se mantienen en secreto, pues tienen la autoridad suficiente para no tener que informar al embajador ni al Ministerio de Exteriores.

Por ejemplo, Estados Unidos ha acusado a Rusia de financiar a través de sus servicios secretos a organizaciones y partidos euroescépticos para desestabilizar la cohesión política de la Unión Europea. Después de que Rusia invadiera Ucrania en febrero de 2022, muchos países europeos expulsaron a cientos de empleados de las embajadas y consulados rusos, acusándolos de estar implicados en espionaje.

También son habituales las luchas entre los servicios de inteligencia rusos. A menudo operan en el mismo territorio, pero rara vez se coordinan y más bien compiten por información. Por ejemplo, el SVR se enfoca en información económica y política y el GRU en la militar, pero ambas agencias trabajan en este caso desde las embajadas, donde se sabotean sobornando al personal para hacerse con información. De igual manera, el SVR, el GRU y el FSB luchan por el favor del Kremlin desde países específicos, como los bálticos. Esta rivalidad les ha llevado a asumir cada vez más riesgos en sus operaciones.

Transparencia y desinformación del SVR

El Servicio de Inteligencia Exterior ruso ha dado a conocer más sus actividades en los últimos años. Es la nueva imagen que promueve su director, que comparte con la prensa viajes y eventos de su agenda, y que ha incluido un documental sobre el servicio de inteligencia y sobre el propio Narishkin. Tales pasos buscan mejorar la imagen pública de los servicios rusos y disipar las especulaciones sobre sus prácticas, pero también forman parte de la estrategia rusa para difundir desinformación.

De hecho, Narishkin recibió la reprimenda de Putin por los errores al principio de la guerra en Ucrania. El presidente ruso les reprochó a sus servicios de inteligencia la resistencia política con la que Ucrania respondía a la invasión y que Estados Unidos hubiera tenido tanta información sobre lo que estaría por venir. En concreto, el SVR y las demás agencias no contrarrestaron el espionaje estadounidense ni confeccionaron la red de apoyos prorrusos que Putin les había encargado conseguir en Kiev.

Carlota García

Gijón, 1998. Graduada en Estudios Internacionales y Máster en Geopolítica y Estudios Estratégicos. Interesada en el análisis de conflictos, geopolítica, seguridad y las relaciones internacionales.