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El poeta Jotamario Arbeláez: “Estoy consternado con la noticia de mi fallecimiento”

El escritor nadaísta colombiano, entre risas, agradece los obituarios que publicaron los medios de comunicación. Su hijo Salvador cuenta que durante más de una hora creyó que su papá había muerto

Juan Miguel Hernández Bonilla
Jotamario Arbeláez
La falsa noticia de la muerte de Jotamario Arbeláez, se difundió en la madrugada del pasado jueves. Horas más tarde se desmintió.rrss

El poeta colombiano Jotamario Arbeláez (Cali, 82 años) está sentado en una silla de un hospital leyendo los obituarios que muchos medios de comunicación escribieron sobre él en la madrugada de este jueves 29 de diciembre, cuando se propagó por redes sociales y hasta Wikipedia la falsa noticia de su muerte. “Es extraño estar vivo para poder leer lo que la gente piensa de uno cuando cree que ha muerto”, dice por teléfono y entre risas Arbeláez, autor de Mi reino por este mundo, Paños menores, Nada es para siempre y otra decena de libros de poesía, crónica y ficción autobiográfica.

En conversación con EL PAÍS, el fundador y uno de los últimos representantes del movimiento nadaísta reconoce que después del susto que le produjo enterarse de su falsa muerte, quedó con una rara sensación de alegría y gratitud. “Estoy un poco consternado por la noticia de mi fallecimiento, pero también feliz por la reacción de las personas. Me han enviado muchos mensajes de afecto. Creo que recibir, mientras se está vivo, el amor de la gente que lo dio a uno por muerto es uno de los privilegios más inesperados que puede tener una persona”.

Desde hace pocos días, Arbeláez está hospitalizado en una clínica en Chía, cerca de Bogotá, por unos coágulos en los pulmones, pero su vida no ha estado ni está en riesgo. El tratamiento ha funcionado como se esperaba y el poeta se siente muy bien de salud. “Estoy perfecto. No tengo ningún dolor“, dice. Y continúa sin salir del asombro: “Imagínate, llamaron de la principal emisora de Colombia para hacerle una entrevista al muerto. Yo estaba dormido cuando me mataron. Fui el primer sorprendido. Lo sentí como una broma macabra o una mala interpretación de algún amigo”.

— ¿De este episodio saldrán ideas literarias?, ¿este acontecimiento inverosímil puede ser fuente de inspiración?

— Seguro, mucha gente me ha dicho que está pendiente de mis próximas columnas y crónicas. Incluso creo que de esto puede salir hasta una buena novela.

— ¿Que se llame Las horas en las que estuve muerto?

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Hijo de Jotamario Arbeláez desmiente la noticia sobre la muerte de su padre.Foto: rrss

¿Cuál fue el origen de la falsa muerte?

Salvador Arbeláez, uno de los hijos de Jotamario, explica a EL PAÍS la cronología de la falsa muerte de su padre. “Mi papá está hospitalizado desde hace unos días por unos exámenes de protocolo; ayer en la tarde puso un mensajito de agradecimiento a la vida en su Facebook y contó que estaba enfermo, pero que no era nada grave. Ese mensaje se multiplicó, se hizo viral y se fue tergiversando con el pasar de las horas”.

Salvador dice que la noticia se desencadenó cuando el poeta Juan Manuel Roca hizo una publicación en su cuenta de Facebook lamentando el fallecimiento de su padre. Ese texto, a su vez, fue el origen para que otro poeta y amigo de ambos, dueño del restaurante Casa de Citas, en el barrio la Candelaria del centro de Bogotá, pusiera un mensaje de condolencias que reprodujeron en casi todos los periódicos y las emisoras radiales del país. “A las 6 de la mañana me desperté con mil llamadas y mensajes de condolencias en el celular. No entendía qué estaba pasando, pero me angustié mucho”, cuenta Salvador por teléfono.

Salvador llamó a su mamá y a su hermana, que habían visitado a su padre en la noche anterior, para confirmar o desmentir la noticia, pero ninguna le contestó. Seguían dormidas. Entonces decidió irse para la clínica. Durante el recorrido en carro desde su apartamento en Bogotá hasta Chía escuchó las noticias de la muerte de su papá sin poderlo creer. “Estuve una hora y media pensando que mi papá estaba muerto”, dice Salvador. Y agrega: “No puedo entender cómo en la radio confirmaron la noticia de la muerte con un mensaje en Facebook en vez de llamar a la clínica. Eso no es periodismo. Fue un irrespeto con nuestra familia”.

Salvador explica que en el periódico El Tiempo, el de mayor circulación de Colombia y en el que su padre es columnista, publicaron un obituario larguísimo en el que contaban detalles de su vida, los premios que había ganado e incluso incluyeron un mensaje que Arbeláez le envió hace unos días a la persona que le recibía las columnas de opinión, diciéndole que no podía enviar su texto porque estaba enfermo. “Mi mamá y mi hermana también se asustaron mucho, pero ellas llamaron a la clínica y les dijeron que todo estaba bien”.

Jotamario Arbeláez
Jotamario Arbeláez, en un hospital de Chía, hablando por teléfono después de enterarse de la noticia sobre su falsa muerte.Cortesía

Salvador cuenta que recibió muchos mensajes de amigos y conocidos que después fueron desapareciendo, igual que las noticias en los medios de comunicación que anunciaron la muerte de su padre. “Ahora estamos muertos de la risa, él y yo solos, recibiendo llamadas y leyendo mensajes de condolencias”, bromea Salvador. Unas horas después de su resurrección, el poeta Jotamario Arbelaéz cuenta que en los próximos meses la editorial del Fondo de Cultura Económico publicará su obra de poesía completa, desde 1960 hasta 2000, y que la editorial Sial Pigmalión, de España, también publicará uno de sus libros de poesía. “Estas son algunas de las expectativas bonitas que tengo en este momento”.

Arbeláez recuerda que en los últimos años, además de algunas crónicas y de su columna en El Tiempo, se ha dedicado a escribir una especie de autobiografía poética de diez tomos que se llama Los días contados. “Cada tomo es sobre un tema distinto: la familia paterna, el movimiento nadaísta, los viajes, las drogas, los libros, la revolución, los amores, el sexo”.

Arbeláez ganó el Premio Nacional de Poesía La Oveja Negra en 1980, el premio de poesía Instituto Distrital de Cultura en 1999 y el Internacional de poesía Valera Mora, en Caracas, en 2008. Como la poesía siempre es premonitoria, años atrás Arbeláez ya había predicho la confusión de su muerte en el poema Poeta de Bolsillo: “El día de tu muerte / que no fue tal porque qué otra cosa había sido tu vida, / corrimos tus horrendos amigos a buscar el poema / antes de enterrarte. / Al meter la mano al bolsillo / de tu gabán de poeta, / ese bolsillo estaba roto y por ahí tu poema / se había ido como tu vida”.

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Juan Miguel Hernández Bonilla
Periodista de EL PAÍS en Colombia. Ha trabajado en Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS, en Madrid, y en la Unidad Investigativa de El Espectador, en Bogotá. En 2020 fue ganador del Premio Simón Bolívar por mejor reportaje. Estudió periodismo y literatura en la Universidad Javeriana.

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