El sueño de la alta velocidad en la mar

La tarde del miércoles día 16 de junio de 1971 llegaba a Barcelona procedente de Marsella una embarcación peculiar, se trataba de un hidroala de pasajeros soviético del tipo Kometa. Gracias a su escaso tamaño y gran maniobrabilidad navegó por sus propios medios entre las dársenas del puerto de Barcelona dirigiéndose al Muelle de la Muralla en donde amarró sus cabos, permaneciendo en la ciudad condal apenas un día.

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Hidroala Kometa (vía fleetphoto.ru)

Este hidroala o aquaplano, como lo nombraba la prensa, se encontraba en crucero de presentación para demostrar sus capacidades de navegabilidad y velocidad en todo tipo de aguas para toda aquella naviera interesada en adquirir estos buques.

Al día siguiente de su llegada el hidroala soviético comenzó su exhibición, a bordo del mismo embarcaron el jefe del Sector Naval el contraalmirante Cervera además de distintos representantes de diversas compañías navieras. A las once y media de la mañana partieron del puerto de Barcelona, tan pronto hubieron dejado atrás las aguas del puerto el piloto del Kometa aceleró rápidamente los dos motores de 1.000 caballos de potencia hasta alcanzar los 32 nudos y demostrando como el hidroala navegaba por encima del agua con una estabilidad prácticamente perfecta. El hidroala navegó primero con rumbo Este, luego bordearon la costa para seguir el trayecto mar adentro. Después de cerca de dos horas de navegación volvieron a puerto para desembarcar a sus exclusivos pasajeros que pudieron comprobar de primera mano las excelentes cualidades de este tipo de buque. El mismo día por la tarde el hidroala Kometa puso rumbo a Palma de Mallorca para continuar con su crucero promocional.

A pesar de que la invención de estos buques se remonta a los inicios del siglo XX, los barceloneses tuvieron su primer contacto con los acuaplanos con el Carabela la Pinta primero que debía de realizar la ruta Barcelona a Port-Vendres en 1964 y posteriormente con los Princesa de las Olas y Reina de las Olas unos años más tarde, no obstante todo terminó tan solo en un sueño.

Los hidroalas

Denominados acuaplanos, hidroalas, alíscafos o por su denominación en inglés hydrofoils, nacieron de la mente del inventor italiano Enrico Forlanini (1848-1930), él mismo empleó los mismos principios que mantienen a los aviones en el aire con sus alas pero reproducido en el agua. Diseñó una embarcación autopropulsada con unos alas por debajo de su casco, al elevar la velocidad del buque las fuerzas hidrodinámicas que actúan sobre las alas sumergidas expulsan a la embarcación del agua elevando su quilla por encima de la superficie dando la sensación de volar, mediante el peso del barco se mantiene una altitud controlada, al disminuir la fricción del casco se pueden mantener altas velocidades con una gran estabilidad.

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Hidroala de Fortanini

La noticia de este nuevo invento corrió como la pólvora y pronto ingenieros, inventores y diseñadores de barcos hicieron su propia carrera por construir este nuevo tipo de barco. El diseñador John Thornycroft construyo el hidroala Miranda IV logrando los 35 nudos de velocidad, y Alexander Graham Bell en 1919 estableció el record mundial de velocidad de 62 nudos con su prototipo denominado HD-4.

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Hidroala de Alexander Graham Bell HD-4

No obstante habría que esperar hasta 1952 para que la compañía italiana Supramar construyera los primeros hidroalas para el transporte de pasajeros en un pequeño astillero en la localidad suiza de Stansstad. El primero en realizar un viaje comercial fue el Supramar PT-10 Freccia d’Oro en el Lago Mayor entre Italia y Suiza. Con un desplazamiento de 7 toneladas tenía una capacidad para 32 pasajeros y su velocidad máxima era de 32 nudos.

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Supramar PT-10 Freccia d’Oro (vía naviearmatori.net)

A partir de ese hito la carrera de los hidroalas no hizo más que ir en aumento convirtiéndose este medio de transporte en el preferido por su velocidad y comodidad en localidades aisladas en archipiélagos, islas, entornos fluviales, lagos y algún que otro destino en alta mar. Sin olvidar sus usos militares en donde se construyeron pequeños patrulleros hidroalas equipados con cañones y misiles.

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Hidroalas militares, el italiano Sparviero izquierda y el USS Pegasus derecha

El Kometa / Ракета

El hidroala Kometa (Ракета) fue producto del ingeniero naval soviético Rostislav Alekséyev (1916-1980), en 1951 fundaría la oficia Alekseyev Central Hydrofoil Design Bureau (Конструкторское бюро Алексеева) y él mismo se convertiría en el inventor de una nuevo tipo de aeronave, los ekranoplanos.

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Ekranoplano de la clase Lun

En 1957 diseñó el primer hidroala para el transporte de pasajeros en la Unión Soviética el Raketa, más tarde vendrían otros diseños como los Meteor, Kometa, Sputnik, Burevestnik y Sunrise.

El primer Kometa (o Proyecto 342) fue construido en 1963 para Novorossiysk Shipping Company. Desde entonces se construyeron algo más de 428 hidroalas Kometa en cuatro variantes entre 1964 a 1992 incluidos 34 para la exportación, su construcción se repartió entre los astilleros soviéticos de Feodosia en Ucrania entre 1964 a 1981 y Poti en Georgia entre 1962 a 1992.

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El Kometa 11 (Gennady Tarasov)

El casco y superestructura del hidroala estaba construido con aleación de aluminio, desplazaba 142 toneladas de registro bruto y sus dimensiones eran de 35,1 metros por 10 metros de manga y su calado varia de 3,6 metros estacionado y 1,7 metros en navegación sobre el agua. Era propulsado por dos motores diesel Zvezda M401A de 1.000 hp. cada uno a dos ejes más un motor auxiliar de unos 53 hp., sus dos motores principales le daban una velocidad máxima de 36 nudos con una autonomía de 270 millas.

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Hidroala Sindibad de la compañia Transtour S.A. de la línea Tánger-Marbella (vía fleetphoto.ru)

Su dotación era de tripulantes y podía transportar hasta 120 pasajeros, su medio natural eran las tranquilas aguas fluviales, aunque también era muy capaz de navegar por zonas costeras y mar abierto gracias a su mejorada proa.

El hidroala Carabela La Pinta

En 1964 se creaba la empresa «Hydrofoil Española S.A.» en Barcelona, su intención fue la de inaugurar una línea de hidroalas que cubriera distintas rutas entre la costa Brava, islas Baleares e incluso la costa francesa.

La primera línea Barcelona – San Feliu de Guixols con una escala en Blanes debería haberse inaugurado en el verano de 1965, una segunda línea prevista debía llegar hasta Palamós y Port-Vendres en Francia. La intención de la compañía era la de contar con tres buques, los hidroalas Carabela La Pinta, Carabela La Niña y Carabela La Santa María.

El primer hidroala en llegar fue el Carabela la Pinta, este era un derivado del modelo holandés Aquavion Aquavit 10P de la firma Aquavion Holland, su casco fue construido en los astilleros holandeses de N. V. Haarlemsche Scheerpsbouw y modificado según los requerimientos de la compañía barcelonesa por el ingeniero sueco Abmquist en los astilleros de Nuevo Vulcano en Barcelona, realizó sus primeras pruebas de mar en aguas de Barcelona en noviembre de 1964.

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Hidroala Carabela La Pinta (imagen vía Por el mar de las islas, XV años del jet-foli en Canarias 1980-1995)

Este nuevo hidroala estaba construido en una aleación ligera en base al aluminio, tenía un desplazamiento de 22 toneladas, sus dimensiones eran de 18,25 metros de eslora, una manga en cubierta de 5 metros y 7,20 con los alerones, y un calado de 2,70 en parada y 1,50 en navegación sobre el agua. Era propulsado por una turbina de gas de 720 HP. Pue le daban una velocidad máxima de 36 nudos. Su cabina disponía de 76 asientos para pasajeros.

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Las obras para adaptar al hidroala la Pinta se alargaron más de lo esperado añadiendo problemas burocráticos a la línea de la Costa Brava. El pequeño hidroala quedó en estado de semiabandono en el Muelle de Bosch y Alsina durante un tiempo, y un vez abandonado el proyecto, acabó por ser adquirido por el Servicio de Vigilancia Fiscal del Ministerio de Hacienda en 1966, desconozco su destino final.

Se cierra una puerta y se abre otra

Al tiempo que se anunciaba el cierre de la nonata línea de la Costa Brava, la prensa se hacía eco de la llegada de otra compañía la Marítima Antares. Esta última pretendía unir los puertos de Barcelona o Valencia con las Islas Baleares. En abril de 1966 Marítima Antares presentaba el primer hidroala español, el Corsario Negro, construido en los astilleros alemanes de Blomm & Voss en Hamburgo y derivado del norteamericano Grumman Dolphin. Este era un hidroala de 27,40 metros de eslora con un desplazamiento de 83 toneladas de registro bruto, su turbina a gas Rolls-Royce lo propulsaba a 50 nudos y tenía una capacidad para 88 pasajeros. El Corsario Negro nunca realizó la ruta con la cual se promocionó y terminó prestando un breve servicio entre Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.

Uno de los últimos intentos por proveer a Barcelona con una línea de hidroalas fue el que emprendió la compañía Isleña de Navegación S.A. en 1971. En junio de ese mismo año se anunciaba la próxima abertura de una línea entre la península y las Baleares con salidas desde Alicante y Barcelona. La compañía Isleña de Navegación S.A. se dotó de dos hidroalas adquiridas al armador noruego John Prestus, estos eran los Queen of the Waves renombrada a Reina de las Olas y Princess of the Waves renombrada a Princesa de las Olas.

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Princess of the Waves / Princesa de las Olas (vía Revista Classic fast ferries enero de 2015 Nº 54)

Estos buques fueron construidos por los astilleros noruegos de Westermoens Mandal en 1970, tenían una eslora de 37,90 metros y desplazaban 309 toneladas de registro bruto. Eran propulsadas por dos motores diesel de 7.925 hp. con una velocidad de crucero de 36 nudos. Podían transportar a 250 pasajeros o 150 pasajeros y 8 vehículos. Una vez más las pruebas realizadas no obtuvieron los resultados esperados y la línea fue suprimida devolviendo los buques a su propietario.

Fin del sueño, llegan los fast ferries

Hasta finales de los años ’80 y principios de los ’90 diversos hidroalas de la compañías Alisur S.A., Balearia, JKL Shipping y Trasmediterránea entre muchas otras prestaron servicio en las Islas Baleares, así como en el Estrecho de Gibraltar y las Islas Canarias. Mas debido a su alto consumo de combustible, la escasa capacidad de carga y su elevado coste de mantenimiento estos hidroalas fueron sustituidos gradualmente por los fast ferries monocasco o catamaranes.

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Una variante de los hidroalas los jet-foil, este es el Princesa Dácil de la Trasmediterránea

A día de hoy muchos siguen en activo, no en España, pero si en países como Rusia y aledaños aun se pueden ver navegar a los Kometa, Meteor y Voskhod, en Italia y Grecia también se siguen utilizando para comunicar las diversas islas aisladas del continente, en Vietnam, Corea del Sur y Japón.

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Último diseño salido del la oficina de Rostislav Alekséyev el hidroala Kometa 120M

Por lo visto a pesar de su alto coste la alta velocidad en la mar se resiste a desaparecer.

 

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Más información:
Línea marítima de «acuaplanos» en La Vanguardia del día 7 de junio de 1964 página 33
Llegada y exhibición del hidroala Kometa en el diario ABC del día 18 de junio de 1971 página 55
Libro de Juan Carlos Díaz Lorenzo «Por el mar de las islas, XV años del jet-foli en Canarias 1980-1995»
Foro en Internet Marinos Mercantes entradas del mes de octubre de 2008 «Historia de las embarcaciones de alta velocidad en España»

5 comentarios en “El sueño de la alta velocidad en la mar

  1. Gracias por citar en la bibliografía utilizada para escribir este artículo, el blog de marinos mercantes, ya que fui el autor del post bajo el seudónimo de Imanol, que trataba de las embarcaciones de alta velocidad. Una parte de mi tesina de licenciatura que realicé hace algunos años en Tenerife.

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