Revista literaria Baquiana, más de dos décadas al servicio de la cultura

Por definición, las revistas literarias son publicaciones periódicas dedicadas a la literatura en las que aparecen cuentos, poemas, ensayos, reseñas de libros y entrevistas. Son, también, esos necesarios espacios creativos que le permiten a los nuevos escritores dar a conocer sus obras.

Se considera que la primera de ellas fue Nouvelles de la république des lettres, fundada en Francia por Pierre Bayle en 1684. Le siguieron, ya en el siglo XIX, Atheneum, iniciada en Londres en 1828 por James Silk y La Revista de Madrid, fundada por Pedro Pidal y Gervasio Gironella en 1838.

Con el tiempo, también las hubo en Latinoamérica. En Argentina, la emblemática revista Sur, fundada por la escritora Victoria Ocampo en 1931, tuvo un impacto significativo en toda la región. Algunos años después, en Cuba, Lezama Lima y José Rodríguez Feo fundaban la famosa revista Orígenes. En 1955, la revista colombiana Mito, dirigida por el poeta y ensayista Jorge Gaitán Durán, influyó tremendamente en la modernización de la literatura y en la crítica literaria. Y en México, ya en los años setenta, Octavio Paz, fundaría su celebre revista Vuelta.

En la ciudad de Miami, aunque no es un país, también las hay. Son varias y muy valiosas. Una de ellas, Baquiana, acaba de publicar su Anuario XXII que, como siempre, es un compendio de todo lo publicado previamente en sus ediciones digitales. Su contenido no es solo de una gran diversidad genérica (poesía, narrativa, ensayo, teatro, reseña y entrevista) sino también geográfica (España, Argentina, Chile, Venezuela, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Cuba).

En la sección de poesía, por ejemplo, aparecen trabajos de María Luisa Angarita y Gloria Milá, de Venezuela; Alejandra Ferraza, de Argentina; Antonio Mijail Pérez, Laura Ymaya y Osiris Valdés, de Cuba; Alfredo Pérez Alencart, de Perú; Antonio Ramírez Córdova y Daniel Torres, de Puerto Rico; y Francisco Álvarez, María José Mielgo y Enrique Arias, de España.

De las reseñas se ocuparon Carlos Clementson, Rigoberto Díaz Cutiño, Teresa Dovalpage, Carlos Cuadra, Noemí Pastor, Francisco J. Peñas y los propios editores de la revista Baquiana, Maricel Mayor y Patricio E. Palacios.

En la parte narrativa se destacan los cuentos, Como un animal, de Verónica Añover; Los estragos del olvido, de José Alcántara; La otra oreja de Van Gogh, de Guillermo Arango; El fantasma de Ana, de Homero Quezada; Volver a Barlovento, de Antonio Ureña y Ya no quise saber, de Lourdes Vázquez, asi como los textos titulados Corazonada Andina y Ciclo infinito, de Dionisio Biscarri y Emilio José Serrano, respectivamente.

En el ámbito académico cabe señalar los ensayos Intuición y memoria histórica, de Carlos Cuadra; Tres poemas de Dulce María Loynaz, de Humberto López-Cruz y La lozana andaluza, de Manuel Rodríguez Ramos.

En esta edición no podían faltar las entrevistas. Todas hechas por Maricel Mayor. Los entrevistados son el escritor argentino Jorge I, Covarrubias; la investigadora venezolana Naida Saavedra y la poeta cordobesa Juana Castro, ganadora del Premio de las Letras Andaluzas.

En la sección de opiniones se incluyen dos lúcidos artículos de Guillermo Arango. Uno sobre el recientemente fallecido poeta cubano Ángel Cuadra, titulado La vida como rastro luminoso. Y otro, Hondura y vigencia, sobre el escritor y traductor cubano Calvert Casey, quien se suicidó en Roma en 1969.

Y, por último, en la sección de teatro, dos obras: La hija de la llorona, de Teresa Dovalpage y Pandemia humana, de Pedro Monge.

Más de veinte años después de su fundación, la revista Baquiana sigue cumpliendo con los compromisos que sus editores, Maricel Mayor y Patricio E. Palacios, se impusieron: ser la plataforma desde la que los autores hispanos -de todas las nacionalidades- puedan expresarse en libertad y darse a conocer.

Lo he dicho otras veces, pero no es ocioso repetirlo: Baquiana es, más que una revista, una institución.