El problema de buscar empleo sin experiencia (y cómo solucionarlo)

Habrás visto que se critica mucho a recursos humanos y los procesos de selección por lo absurdos que pueden llegar a ser los llamados laborales. Para cargos de entrada (o entry-level) pareciera necesario que los candidatos tengan conocimientos de astronáutica, ser capaces de conducir una expedición a marte y tener experiencia en viajes al centro de la Tierra.

Por qué se piden tantos conocimientos

Cuando veas una oferta laboral extensa, no te dejes amilanar por tantos requisitos. Muchos de ellos no son indispensables. La empresa simplemente te está transmitiendo lo que valora en un candidato para ese puesto. Los que debes reunir son los que figuran como «indispensables» o «excluyentes».

Los demás son elementos que suman y, cuantos más tengas, mayores serán tus chances de éxito. Si te sirve de algo, te diré que hay quienes están en un extremo opuesto al tuyo y están igual de desconcertados que tú: reúnen todos los requisitos y, aún así, no son llamados.

Cómo adquirir conocimiento rápidamente

Si ves que un conocimiento aparece reiteradamente en las ofertas laborales y no lo tienes, ponte en campaña para obtenerlo. Hay cursos por muy bajo costo en diversas plataformas. Incluso gratis, que solo te cobran por el certificado.

Y ni hablemos de YouTube, que posee información valiosa. Aventúrate en el saber. Ten la disciplina de tomar notas de los materiales que estudias. El interés por aprender es tan valorado como el conocimiento en sí. Y la única forma de demostrarlo es aprendiendo.

Cómo voy a tener experiencia si no me dan trabajo

Han llegado a mi consulta buscadores de empleo que manifiestan la dificultad para conseguir trabajo debido a la falta de experiencia. Pero cuando entramos a indagar en su historia, resultaba que sí la tenían, solo que no la valoraban como tal.

Habían participado de proyectos, habían tenido contratos temporales, habían realizado pasantías. Todo eso es experiencia y suma mucho en las primeras etapas de tu carrera.

Cuando postulé para mi primer contrato de trabajo en una radio, me preguntaron por mi experiencia. Yo había realizado un programa radial en otra emisora pequeña y había participado en programas de otros. Cuando relaté esas experiencias, fueron contabilizadas por la extensión de tiempo que las había desarrollado. No se tuvo en cuenta la cantidad de horas totales de trabajo. Fue así que me contrataron y trabajé por trece años en la radio. Creo que lo hice razonablemente bien.

Años de experiencia son años de experiencia

Con esto, lo que quiero decir es: si te piden dos años de experiencia no están diciendo que debes haber trabajado ocho horas durante 730 días seguidos. Están pidiendo «años» de experiencia, y esas experiencias pueden haber sido a tiempo parcial, pueden haber sido a cambio de algún beneficio no monetario e incluso totalmente voluntarias. Repito: no están pidiendo «horas» de experiencia ni tampoco el recibo de cobro.

Pero si eres muy nuevo en el mundo laboral y no has tenido la oportunidad de integrar un equipo de trabajo, debes valorar toda microexperiencia que hayas tenido. Desde liderar un grupo de compañeros de estudio en la realización de un proyecto, la investigación para la entrega de un trabajo o la participación en alguna actividad extracurricular.

Créeme que los reclutadores querrán ver eso en tu currículum y que se lo cuentes en la entrevista laboral. Son datos que ayudan a valorarte como candidato. Y además, agradecerán que se lo cuantifiques.

Qué puedo hacer si no tengo experiencia laboral

Carlos había egresado de la escuela de gastronomía con su diploma de cocinero, pero debido a la pandemia no tuvo la oportunidad de realizar pasantías en restaurantes, ya que los pocos que permanecieron abiertos no arriesgaban su seguridad sanitaria con personal externo.

Tuvo entonces que indagar en lo realizado durante el período de estudio y rescató la experiencia de haber colaborado preparando alimentos en un club de su comunidad. Expresó en el currículum la cantidad de personas alcanzadas y las habilidades puestas en práctica.

A ello le sumó el haber colaborado en la atención al cliente en una empresa de la familia. Cuantificó la cantidad de personas atendidas por cada jornada y las tareas realizadas.

Todos esos detalles sirvieron como palabras clave y demostraron su capacidad para trabajar colaborativamente, ajustarse a procedimientos, aptitud para el servicio y trato con personas. La cuantificación, aunque no fue significativa, sirvió para ilustrar a los reclutadores lo realizado, demostrar interés en resultados y preocupación por la calidad.

Así se presentó a su primer trabajo formal, donde se desempeña exitosamente al día de hoy.

¿Cómo se consigue experiencia?

Si no tienes nada que ofrecer, es hora de ponerse creativos. Ana Clara soñaba con dar clases de inglés, pero no se había atrevido a enseñar por su cuenta. Comenzó a publicar microlecciones de 280 caracteres en Twitter, a las que luego agregó imágenes elaboradas con Canva.

Con el tiempo, su cuenta se transformó en un portfolio que evidenció el enorme interés por la lengua y aptitud para elaborar contenido educativo, lo que fue valorado positivamente en una pequeña academia donde le dieron un primer grupo para enseñar. No era mucho, pero ya estaba en camino.

No te enfoques solo en lo que te hace falta

Como ves, buscarle el lado sencillo a las cosas y utilizar los recursos disponibles puede ser de gran ayuda para iniciar tu camino profesional. No tienes que esperar a que te den la primera oportunidad: créala tú y preséntala como un aporte de valor que puedes amplificar en la organización que te contrate.

Nadie está queriendo ponerte trabas para que ingreses al mercado. Al contrario, el mercado está esperando que tu talento se manifieste para aprovecharlo de la mejor manera. Se valorará tu interés. Demuéstralo, cuantifica lo realizado y dale el valor que corresponde.

Tienes lo que se necesita. Aprende a contar tu historia.