La paz nunca fue una opción: El conflicto como beneficio para nuestra vida laboral.
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La paz nunca fue una opción: El conflicto como beneficio para nuestra vida laboral.

Durante mi formación como Coach Ejecutivo durante el 2023 surgió un tema muy interesante que me puso a reflexionar y fue el “Conflicto” fue tanto mi interés en este tema que tuve que ahondar en diferentes fuentes de información y llegué a una conclusión. Aunque para muchos el conflicto en un equipo de trabajo es algo que buscamos evitar o que casi siempre intentamos culpar a las personas que constantemente están rompiendo el status quo o la rutina de nuestro trabajo, a estas personas erróneamente las catalogamos de forma negativa intentando reprimirlas. Y vamos, todos conocemos a ese colega que siempre tiene algo que decir en contra a la idea propuesta, todos hemos tenido o hemos sido ese jefe o compañero que siempre tiene un “pero” que añadir en una reunión. Recuerdo claramente en una sesión de retroalimentación que tuve como un miembro del equipo de liderazgo me lanzaba el comentario “Podrías ser menos conflictivo, se ve que te gusta llevar la contraria” que me cayó como balde de agua fría. Al reflexionar e interiorizar esto yo le preguntaba de vuelta “¿Que es llevar la contraria?” Te hago la misma pregunta a ti lector. ¿Cómo describirías a una persona conflictiva? Y ¿A un conflicto?

En este articulo intentaré explicar mi reflexión del tema en tres puntos importantes:

1) ¿Qué es un conflicto?

2) ¿Por qué el conflicto es bueno?

3) ¿Cuando el conflicto deja de ser benéfico para todos?

Te invito a indagar en el punto que más necesites tu o tu equipo quizá algo nuevo puedes descubrir.


No toda diferencia es un conflicto ni todo conflicto debe tratarse como una diferencia.

El primer paso dice es el más difícil y en este tema creo que no será la excepción. El definir el conflicto ya genera uno por sí mismo (¿irónico no?) El conflicto es una diferencia de dos o más partes en temas como: intereses, valores, necesidades, perspectivas o acuerdos. Esta diferencia genera tensión, desacuerdos, lucha activa y sobre todo una carga emocional negativa en los involucrados o afectados. Ahora, sé que puedes considerar que es obvio su significado, pero no es tan obvio detectarlo en nuestro mundo laboral así que déjame ponerte unos ejemplos de que si es un conflicto que requiere atención y que es solamente un conflicto saludable:

Conflictos que requieren nuestra atención:

  • Dos gerentes tienen visiones opuestas de como abordar o llevar un proyecto de la empresa. Esto resulta en una asignación cruzada de recursos o instrucciones opuestas al personal.

  • Cuatro colaboradores de un equipo compiten por el mismo reconocimiento o promoción generando que comiencen a evidenciar fallos del otro o a guardar información.

  • Todo el equipo de producción experimenta tensión con los miembros pues no tienen claros sus roles, responsabilidades y tiempos de entrega lo que los lleva a asumir que otros no están haciendo bien su trabajo.

Conflictos saludables:

  • En una sesión de lluvia de ideas dos gerentes tienen opiniones diferentes de la causa raíz de un problema. Aprovechan la sesión para compartir sus perspectivas y llegar a un acuerdo en común.

  • Un supervisor le da retroalimentación a su colaborador de que espera de él enfocándose en ejemplos y situaciones que pudieron haber sido diferentes. Se concluye la sesión creando compromisos de ambas partes.

  • Dos ejecutivos de ventas compiten por romper el récord de ventas. Así que crean unas reglas de trabajo y convivencia.

¿Lograste encontrar el común denominador entre conflictos saludables y no saludables? Te daré una pista, un conflicto sano es aquel que entre las partes involucradas que tienen la diferencia llegan a un acuerdo en común que todos puedan seguir y aceptar. En un conflicto poco saludable se toman decisiones personales o unilaterales en una situación que no solo es tuya, es compartida. La primera clave de un conflicto sano siempre es y será: La generación del conflicto, seguimiento y acuerdos o compromisos deben ser compartidos por todos los involucrados no por un solo afectado. Esto quiere decir que debemos asumir cierta responsabilidad en nosotros cuando un conflicto aparece en nuestras vidas ya que de forma directa o indirecta nosotros ya somos parte de él. Para que haya un conflicto siempre serán requeridas al menos dos partes involucradas.


¡El conflicto es algo positivo y parte de nuestra vida!

En el famoso tratado de Jean-Jacques Rousseau “El Contrato Social” se menciona que el conflicto es algo inherente en un estado en sociedad. Rousseau argumenta que los acuerdos que nos permiten avanzar como un colectivo son resultado de un conflicto y desigualdad. En este sentido, debemos entender que los conflictos son algo inherente e intrínseco de las relaciones humanas. Kierkegaard por otro lado un filósofo danés nos dice que la resolución de conflictos nos da paso a una vida auténtica donde puedes dar y crear un significado a través de la superación de desigualdades, transiciones o situaciones. Con todo esto espero convencerte lector de que el conflicto no solo es algo de lo que no vas a poder huir por siempre, sino que es una oportunidad para la superación, para encontrar un sentido de pertenencia, definir tu personalidad y vivir de forma más plena. El conflicto no es algo bueno o malo de forma intrínseca sino es el como lo abordamos lo que lo vuelve saludable y poco saludable.

Un conflicto nos ayuda a generar y promover el pensamiento crítico, generar acuerdos benéficos para todos y sobretodo desarrollar el sentido de desarrollar intereses colectivos. En un estudio publicado por Wenli Yuan en Agosto del 2010 nos demuestra la relación que existe entre el como abordamos un conflicto con la felicidad percibida por los colaboradores y los éxitos de un equipo. El conflicto no es algo de lo que le tengamos que huir pues nos ayuda a generar flexibilidad al encontrar acuerdos en común, mejora nuestras habilidades de comunicación, de verbalizar nuestras necesidades y algo que yo creo más importante, de mejorar nuestra inteligencia emocional.


Cuando un conflicto se convierte en una guerra.

Un conflicto puede convertirse fácilmente en una masacre si no se tienen los lineamientos correctos, pero ¿Cómo sabemos cuando el conflicto ya no esta siendo bueno para todos o para algún miembro del equipo? Existen muchos factores a analizar, pero te dejo debajo los que a mi parecer son los indicios mas notorios cuando un conflicto ya comienza a hacer mas daño que beneficio:

  • La comunicación se vuelve agresiva o pasivo-agresiva:  Logras escuchar frases como “¡Es que estás mal!” o “No me estas escuchando” o “Pues eso dices…” Esta comunicación crea distancia emocional entre los involucrados que a su vez genera un conflicto entre individuos no entre ideales, ideas o prioridades. Así mismo un lenguaje agresivo tiene detrás juicios y creencias que se enfocan en quien lo dice y no el problema real. En su libro Comunicación no Violenta el Dr. Marshall Rosenberg nos habla de cómo podemos mejorar este estilo de comunicación. Lectura totalmente recomendada.

  • Las personas solo arrojan más leña al fuego: En alguna ocasión me tocó participar en una sesión de causa raíz para un problema de extravío de inventario, en esta sesión las personas tomaron más de la mitad del tiempo haciendo comentarios como “Y es que además, esto era muy importante” o “Incluso esto ya había sucedido con anterioridad” y finalmente mi favorita por ser la más frecuente “No es la primera vez que sucede esto”. Quiero dejar claro algo, es importante siempre dejar el contexto de la situación sin embargo cuando las sesiones se convierten en “¿Cómo hacer el problema más grande?” pierde totalmente el sentido de un conflicto saludable. Todos los involucrados deben tener en mente el llegar a acuerdos que nos permitan enfrentar el problema, básicamente lo resumiría en una frase “Somos tú y yo como equipo, contra este problema”. 

  • La participación es siempre de los mismos: Yo me considero uno de aquellos que siempre creen tener algo que aportar en un tema a discutir y vamos no es que sea una característica negativa, sin embargo, si en un conflicto comienzas a percibir o notar que las mismas personas están opinando, compartiendo o debatiendo comienza a dejar de ser un conflicto y empieza a ser un monólogo, una imposición de ideas. Un conflicto deja de ser saludable cuando un grupo o una persona comienza a acaparar el foro sin espacio a la réplica.

  • Comienzan a dañar las relaciones interpersonales: Hace poco hablé de como tener una conversación difícil con un colega de trabajo. Esto fue originado por un mal manejo de conflictos pues comenzó a distanciarnos como compañeros a un tal nivel que estaba afectando nuestra emocionalidad y salud mental en el ambiente laboral. Un conflicto puede conducir a una ruptura irreparable de las relaciones afectando negativamente no solo a las personas involucradas sino a los resultados de un equipo o empresa. Puedes detectar esto notando si los involucrados comienzan a aislarse entre sí, normalmente puedes notar que empiezan a generarse grupos o alianzas con sus respectivos equipos, reducen su comunicación y finalmente empiezan a circular rumores de los involucrados. Si detectas esto es probable que tengas no solo que mejorar el lidiar con un conflicto sino comenzar a buscar ayuda externa para lidiar con el manejo de un equipo ante esta situación.

  • El conflicto nos distrae de las metas reales: Aquí apelaré al sentido común de los involucrados en un conflicto y simplemente a hacerse las siguientes preguntas. ¿Vale la pena entrar en conflicto por esto? ¿Esta discusión nos acerca o nos aleja de nuestra meta como equipo?  Vaya no es por menospreciar los conflictos de los equipos sin embargo hay que preguntarse ¿Invertir 40 minutos por el color de la etiqueta nos genera valor? Tal vez si se trata de la etiqueta que verá el cliente en el producto final si vale la pena. Sin embargo, si es un proceso que no es tan relevante o de tanto impacto puedas hacer mano de otras habilidades como el delegar para que aquellos expertos puedan dar solución y enfocarnos en aquello que es realmente importante para tus funciones o las de tu equipo.


El conflicto en el entorno laboral no debería ser temido, y mucho menos evitado. El ideal sería enfrentarlo de manera estratégica y constructiva, aceptando y abrazando su naturaleza humana, con el objetivo de aprovecharlo para potenciar el desarrollo y el crecimiento profesional. Al adoptar una postura positiva, centrada en el bienestar del equipo y en la resolución efectiva de problemas, se logra mejorar las relaciones interpersonales y alcanzar las metas propuestas. La gestión del conflicto no solo es una habilidad crucial para cualquier líder, sino también un catalizador para la mejora continua.

A través de esta exploración e investigación sobre el tema, he llegado a comprender el mensaje implícito en esa retroalimentación que mencionaba “Podrías ser menos conflictivo, se ve que te gusta llevar la contraria”. No se trata simplemente de mantenerse callado y seguir las sugerencias, sino de aprender a manejar el conflicto como una oportunidad de crecimiento, desarrollo de habilidades como la escucha activa, la flexibilidad no solo en el ámbito personal sino también para todo el equipo involucrado.

JD

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