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Personalismo de emmanuel mounier 1- BIOGRAFA Emannuel Mounier (1905-1950) naci en Grenoble Francia. Durante su juventud milit en la Accin Catlica.

. Sus estudios incluyeron entrenamientoen filosofa en su ciudad natal y luego en Pars. Obtuvo un profesorado en filosofa en el liceo de Saint Omer, marcando una distinguida carrera universitaria. Luego se pone bajo la proteccin de un sacerdote, quien le propone una experiencia muy difcil en un barrio pobre; esto har que surja en el, un cambioradical en su actitud. En 1932 publica "Esprit", un peridico que el esperaba que iluminara un tanto espiritualmente a la malicia religiosa de Francia. Fue en este peridico en el que los principios del Personalismo fueron por primera vez lanzados. Se convierte en uno de los grandes, o porque no decirlo, "el ms grande promotor del Personalismo". Tuvo un carcter y un espritu combativo y original, esto llevo a que se rodeara de personajes con sus mismos ideales; busco ayuda de colaboradores, siendo los ms importantes: Jacques Maritain, Georges Izard y Marcel Peguy. La circulacin del Esprit fue discontinuada debido a una prohibicin por parte del gobierno; esto no silenci a Mounier, mientras se converta en un miembro activo de la resistencia. Mounier se debata frente al desorden establecido, como calificaba la situacin imperante, frente al peligro del Nacionalsocialismo de Hitler que amenazaba a toda Europa, y frente a un ambiente donde el comunismo tenia fuerza social, sindical y poltica. En 1939, ante la situacin poltica que viva Europa, con el avance de la fuerza militar de Hitler, ingreso a la vida militar, integrndose a los "Cazadores Alpinos". Fue capturado en un momento, pero mas tarde fue liberado luego de declararse en huelga de hambre. Cuando termino la guerra, se dirigi a la Sociedad Personalista de Londres y dio clases brevemente en el Institut Francais. Desafortunadamente su capacidad de trabajo no pudo mantener el paso con su tenacidad fsica. Muri prematuramente de un ataque al corazn en 1950. 2 - INTRODUCCIN "El Personalismo es toda una doctrina que sostiene el valor de la persona frente al individuo, a la cosa o a lo imperial. El Personalismo se opone tanto al individualismo como al impersonalismo". (Ferrater Mora) El principal exponente del Personalismo es Emmanuel Mounier, pero se cuentan como personalistas tambin a Jacques Maritain, Paulo Freire, etc... Los personalistas toman como eje principal de sus teoras a la personalidad humana, en donde se rescata el valor de la persona por sobre los totalitarismos y los individualismos. Mounier se confesaba un personalista cristiano, el tenia la conviccin de que su movimiento generara una revolucin cristiana en contra del conservadorismo catlico ortodoxo, del fascismo, del comunismo y del capitalismo. Sistematiza el pensamiento filosfico del Personalismo de manera clara y evidente. Considera que "el Personalismo no puede ser sistematizado, porque la incertidumbre no es sustancial con el hombre. Su primer volumen acadmico fue realmente una introduccin al existencialismo de la poca. Sus escritos acerca de la tensin filosfica, no implicaban que el estaba totalmente de acuerdo con las ideas perpetuadas por tales pensadores como Jean Paul Sartre. Mounier neg alinearse con la abandonada visin del hombre que tenan los principales existencialistas; en cambio l postulo la existencia como: "un empuje de energa, una bsqueda por esperanza y amor, una invocacin aquello que est ms all de la existencia del hombre" (No temis XXIII).

Mounier creo una filosofa que buscaba reemplazar el existencialismo ateo de Sartre. La filosofa de Mounier proyect un entendimiento alternativo de la persona, la libertad y el estado, no solo en contra de la visin fatalista de Sartre sino tambin en contra de la errnea antropologa de Karl Marx. Si Mounier tena algo en comn con Sartre, su aversin a la filosofa sistemtica. Mounier le agrega a la filosofa una capa de subjetividad a laepistemologa del Personalismo, en la espera de tomar en cuenta las varias experiencias que son nicas en cada ser humano. 3- CARACTERSTICAS PRINCIPALES DEL PENSAMIENTO DE MOUNIER De acuerdo con su fe en la libertad creativa de la persona humana, Mounier se niega a aceptar jerarquas sistemticas, sobre regimentadas e impersonales. Es la aficin y tendencia humana por la creatividad espontnea la que hace de las frmulas econmicas y sociales insuficientes para explicar el alcance y la predecibilidad de la actividad humana. La complejidad de la actividad humana es meramente una reflexin de la complejidad del ser humano. El hombre es todo cuerpo pero tambin es todo espritu. El hombre no puede existir sin el cuerpo, ciertamente, pero es el reconocimiento de su espritu el que completa su antropologa. Es el espritu el que nutre el pensamiento y el cuerpo el que lleva el pensamiento a la expresin: "no puedo pensar sin ser, y no puedo ser sin mi cuerpo, el cual es miexposicin, a mi mismo, al mundo, a todos los dems, a travs de l solamente puedo escapar de la soledad de un pensamiento que sera solamente un pensamiento acerca del pensamiento" (Mounier). En resumen la existencia objetiva del cuerpo, combinada con las experiencias subjetivas del espritu actualizan a la persona. La terminologa de Mounier es crtica para entender sus ideas acerca de la sociedad. El compuesto que conforma la persona no es necesariamente un sinnimo con el uso de Mounier del trmino "individuo". El individuo es aquel cuyo ego y libertad indirecta e ilimitada disminuye su sentido de vocacin moral, especficamente hacia otros. Esta es la "libertad" expuesta por los existencialistas, especialmente de Sartre, pero esta es una fuerza aislante que restringe al hombre a trabajar para s mismo, para darle sentido a su aparentemente innecesaria existencia. Mounier sin embargo argumenta que el aislamiento del hombre permanecer penetrante hasta que renueve su sentido de vocacin moral, algo que es posible solamente en comunidad. La persona y la vocacin, en las palabras de Mounier son posibles: "solo en su sin igual obediencia al orden de Dios, el cual es llamado amor al prjimo" (Mounier). Amar a otros involucra las relaciones interpersonales y la interaccin comunitaria cuyo resultado es "reconciliar al hombre as mismo, exaltarle y transfigurarle". Esto deja al hombre abierto a experiencias y a la trascendencia, experiencias que no estn disponibles al individuo aislado. "Entonces, si la primera condicin del individualismo es la centracin del individuo en s mismo", concluye Mounier, "la primera condicin del Personalismo es su descentralizacin para poder colocarle en las perspectiva abierta a la vida personal". 4- LAS ESTRUCTURAS DEL UNIVERSO PERSONAL "La persona no es el mas maravilloso objeto del mundo, un objeto al cual conoceramos desde afuera, como a los dems. Es la nica realidad que podemos conocer y que al mismo tiempo lo hacemos desde adentro." "Es una actividad vivida de autocreacin, de comunicacin y de adhesin, que se aprehende y se conoce en su acto, como movimiento de personalizacin." (E. Mounier, El Personalismo) Mounier sostiene que no se puede definir "persona", ya que solo se puede definir lo externo, a lo sumo se puede describir uno mismo de adentro hacia fuera y teniendo en cuenta que el ser humano es una realidad mutable, imprevisible e inconclusa. El ser humano es el nico que tiene un proyecto de vida por tener racionalidad y por ende libertad. Mounier afirma que la prioridad absoluta radica en la persona por encima de las

necesidades materiales y de los mecanismos colectivos que se utilizan para desarrollar esas necesidades (mecanismos:estado, educacin, inconsciente, etc.) 4:1- EXISTENCIA INCORPORADA O ENCARNADA " La unin indisoluble del alma y el cuerpo es el eje del pensamiento cristiano, Este no opone el "espritu" y el "cuerpo" o la "materia" en su acepcin moderna. Para l, el espritu en su sentido compuesto del espiritualismo moderno, que designa a la vez el pensamiento, el alma y el soplo de vida, se fusiona en la existencia con el cuerpo" El hombre es cuerpo y alma, no se lo puede definir completamente. "El hombre as como es espritu, es tambin cuerpo. Totalmente cuerpo y totalmente espritu" "El hombre se singulariza por una doble capacidad de romper con la naturaleza. Solo el conoce este universo que lo devora, y solo el lo trasforma..." (E. Mounier, El Personalismo) La persona es: integracin, comunicacin, compromiso, donacin. El individuo es: dispersin, separacin, evasin, egosmo. El hombre es una persona encarnada en un individuo. Si la individualidad domina, el hombre se dispersa y se convierte en una cosa, se deshumaniza. Si predomina la personalidad, el hombre realiza plenamente la peculiaridad de su vocacin. 4:2- LA COMUNICACIN "Al liberar a aquel a quien llama, la comunin lo libera y lo confirma" "No vivo entre otros, soy otro" (Mounier). Nadie llega a la plenitud solo sino que este mrito se logra a travs de la vivencia en comunidad. La persona es esencialmente comunitaria. La persona como un ser integrado en una comunidad es aquella que va unificando progresivamente todos sus actos, situaciones y personajes que conviven en ella dentro de su propia individualidad. La realizacin de este proceso de unificacin constituye la "vocacin personal". La persona se funda en una serie de actos originales que no tienen su equivalente en ninguna otra parte del universo y sus caractersticas son:

1. Salir de s: la persona es una existencia capaz de separarse de s misma, de desposeerse,


de descentrarse para llegar a ser disponible para otros. 2. Comprender: se deja de colocar en su propio punto de vista para situarse en el punto de vista de otro. 3. Tomar sobre s: asumir el destino, la pena, la alegra, la tarea de los otros, "sentir dolor en el pecho". 4. Dar: la fuerza viva del impulso personal no es ni la reivindicacin, ni la lucha a muerte, sino la generosidad o gratuidad, es decir, en ltima instancia el dar sin medida y sin esperanza de devolucin. 5. Ser fiel: la consagracin de la persona, el amor, la amistad, solo son perfectos en la continuidad. La fidelidad personal es una fidelidad creadora. 4:3- CONVERSIN NTIMA "La vida personal comienza con la capacidad de romper con el contacto con el medio, de recobrarse, de recuperarse, con miras a recogerse en un centro, a unificarse." "Entre mi vida secreta y mi vida publica, lo privado recorta el mundo donde trato de mantener, en mi ser social, la paz de las profundidades, la intimidad compartida de persona a persona." "La vocacin: recogindose para encontrarse, luego exponindose para enriquecerse y volverse a encontrar, recogindose de nuevo en la deposicin, la vida personal..." (E. Mounier, El Personalismo) Alude a la interioridad. Todos necesitamos salir de s para comunicarnos con otros pero tambin necesitamos de un perodo de silencio y conversacin consigo mismo para llegar a la reflexin individual y de all a la comunal (sera la contraparte de la comunicacin).

La valoracin de la persona como "vocacin - interiorizacin trascendencia" es uno de los elementos claves. Solo el hombre como persona puede trascender en su existencia, descubriendo el sentido de la vida. 4:4- AFRONTAR "La persona se muestra, se expresa: hace frente, es rostro." "Existir es decir si, es aceptar, es adherir. Pero si acepto siempre, si no me niego jams, me hundo. Existir personalmente es tambin, y a menudo, decir no, protestar y arrancarse." "La fuerza es uno de los principales atributos. No la fuerza bruta del poder o de la agresividad, en que el hombre renuncia a si mismo para imitar el choque material, sino la fuerza humana, a la vez interior y eficaz, espiritual y manifiesta." "Ser es amar, hemos dicho. Pero ser es tambin afirmarse." (E.Mounier, El Personalismo). Es el compromiso consigo mismo, con los otros y con la vida. Es hacer frente a lo que me compromet, es aceptar las responsabilidades, las obligacionesy los derechos. Es adems la capacidad de decir "NO" ante una situacin a la cual creemos injusta, es la fortaleza y el valor de decisin, es el negarse a las imposiciones dictatoriales e injustificadas. Es la capacidad de eleccin. 4:5- LIBERTAD CONDICIONADA "La libertad del hombre es la libertad de una persona, y de esta persona constituida y situada en si misma de determinada manera, en el mundo y antelos valores. Esto implica que por regla general estrechamente condicionada y limitada por nuestra situacin concreta. Ser libre es, en primer lugar, aceptar esta condicin para apoyarse en ella. No todo es posible, no todo es posible en todo momento. Estos lmites cuando no son demasiados estrechos, constituyen una fuerza. La libertad solo progresa, como el cuerpo gracias al obstculo, a la eleccin, al sacrificio." "No soy libre por el solo mero hecho de ejercitar mi espontaneidad; me hago libre si inclino esta espontaneidad en el sentido de una liberacin, es decir, de una personalizacin del mundo y de mi mismo." (E. Mounier, El Personalismo) Nadie goza de una libertad absoluta, sino se convierte en libertinaje, estando determinada por factores exgenos. La verdadera libertad es la que seconquista. La libertad no es algo que se consigue en el plano social solamente sino adems que tambin en el plano personal. Todos estamos sujetos a normas y deberes, nadie puede hacer lo que le plazca, si eso que hace irrumpe la ley y coarta los derechos de los dems y por ende de la comunidad, no es libertad. 4:6- EMINENTE DIGNIDAD "La aspiracin trascendente de la persona no es una agitacin, sino la negacin de si como un mundo cerrado, suficiente, aislado en su propio surgimiento. La persona no es el ser, y solo es consistente en el ser a que apunta. Sin esta aspiracin, se dispersara". (Muller-Freienfels) "La persona es, pues, en definitiva, movimiento hacia un transpersonal que anuncia simultneamente la experiencia de la comunicacin y de la valoracin." (E. Mounier, El Personalismo). Son los valores que cada uno detenta. Es el trascender a la realidad concreta. El hombre es original en el mundo. El hombre es digno por el solo hecho de ser tal, y nadie tiene el derecho o el poder de arrebatarle tal cualidad. 4:7- EL COMPROMISO "Que la existencia es accin, y la existencia mas perfecta accin mas perfecta, pero accin de todos modos"

"No hay accin valida sino all donde cada conciencia particular, auque sea en el retiro, madura a travs de la conciencia total y la drama total de su poca." Las Cuatro dimensiones del hacer:

1. En el hacer: "El hombre no se satisface con fabricar y organizar, si no encuentra en


estas operaciones su dignidad, la fraternidad de sus compaeros de tarea, y cierta elevacin por encima de la utilidad; ni si quiera fabrica bien sino en estas condiciones" 2. Desde el ngulo del obrar: la accin ya no apunta principalmente a edificar una obra exterior, sino a formar el agente, su habilidad, sus virtudes, su unidad personal. Esta zona de la accin tica tiene su fin y su medida en la autenticidad." 3. Accin contemplativa: "Hay que precisar en seguida que esta contemplacin no es, para nosotros, mera cuestin de inteligencia, sino que atae al hombre entero, no es evasin de la actividad comn hacia una actividad escogida y separada, sino aspiracin a un reino de valores que invada y envuelva toda la actividad humana. Su fin es la perfeccin y universalidad, pero a travs de la obra finita y de la accin singular." 4. No necesitamos volver sobre la dimensin colectiva de la accin. Comunidad de trabajo, comunidad de destino o comunin espiritual son indispensables para su humanizacin integralNo es con clamores de los solitarios sin esperanza como se despertara hoy una accin agotada de desesperacin." "Rehusar el compromiso es rehusar la condicin humana" "La fuerza creadora nace de la tensin fecunda que suscita entre la imperfeccin de la causa y su fidelidad absoluta a los valores correspondientes." (E. Mounier, El Personalismo). Abarca e implica a todas las anteriores. Se puede observar que una persona est comprometida cuando lucha por algo, cuando se la ve en accin. 5- DERIVACIONES PEDAGOGICAS DE LA FILOSOFA DE MOUNIER Para Mounier nadie nace persona, hay que hacerse persona, y es un proceso que nunca se termina de realizar. La educacin debe apuntar al desarrollo de la estructura personal. El fin ltimo de la educacin es "despertar personas", no hacer personas, para que las estructuras se vayan ajustando a las personas. "El fin de la educacin no es adiestrar al nio para una funcin o almodarle a cierto conformismo, sino hacer que madure y descubra su vocacin, que es su mismo ser, y el centro de reunin de sus responsabilidades de hombre" (Mounier). Hay que conseguir ms accin, ms compromiso, consiste en que cada persona sea duea de s misma y que tenga una configuracin definida de s. Para Mounier es un error pensar que educar es adaptar al educando a su medio, para l, educar es promover la autonoma. La escuela no es la que educa sino que es solo uno de los tantos responsable en la formacin personal (por ejemplo: la familia, la sociedad y por ltimo el Estado). Mounier consideraba que el papel de Estado era: "el Estado es una comunidad espiritual, o una persona colectiva en el estricto sentido de la palabra. No est sobre la Patria, ni sobre la Nacin, ni a mayor abundamiento sobre las personas". Afirmaba que el Estado es un instrumento al servicio de las sociedades y a travs de ellas con ella si fuera preciso, al servicio de las personas, es un instrumento artificial y subordinado pero necesario. Su funcin en cuanto a la educacin se refiere es garantizarla para que esta exista. 6- CONCLUSIN El personalismo es una filosofa, no es solamente una actitud. Es una filosofa, no un sistema. Si bien no huye de la sistematizacin. Pues conviene que haya orden en los pensamientos;

conceptos, lgica, esquema de unificacin, no son solo tiles para fijar y comunicar un pensamiento que sin ello se disolvera en instituciones opacas y solitarias. El Personalismo parte de la persona. Hay diversas formas de expresar los criterios que se pueden tener sobre la persona humana. En este sentido Mounier hizo una designacin, que es una descripcin completa: "la persona es un ser espiritual constituido como tal por una especie de la subsistencia y de su independencia en su ser; conserva esta subsistencia por su adhesin a una jerarqua de valores adoptados libremente, aislados y servidos a travs de un comprometerse responsable y de una constante conversin". Mounier representa dentro del cristianismo social el promotor del personalismo y de la sociedad comunitaria. Su voz fue como una levadura que fermenta para formar hombres cristianos capaces de reconstruir la sociedad, clama por la necesidad de un hombre nuevo y fuerte por la virtud de la fortaleza. Los aspectos positivos de su teora pueden ser: 1. Busca la plena realizacin del hombre mediante el encuentro con su vocacin. 2. Da gran importancia a la trascendencia y a su influencia directa sobre la relacin del hombre con los dems y consigo mismo. 3. Valora, ante todo, la libertad personal de cada uno para realizarse como persona segn su vocacin. La corta vida de Emmanuel Mounier tuvo un profundo impacto en el panorama filosfico de la Europa moderna. Su preocupacin no era el formular un nuevo sistema de economa o el disear un Estado utpico fuera de la tierra de desechos social de la Europa de post guerra. En cambio, Mounier buscaba preservar la dignidad humana que la Primera Guerra Mundial haba desestabilizado. l busc no solo en los principios de la fe cristiana para apoyar sus argumentos, sino tambin a un tipo de filosofa humanstica, las cuales le ayudaron en su ataque a la desesperacin y existencialismo ateo. Su trabajo servira ms delante de inspiracin para muchos, incluyendo al Papa Juan Pablo II y otras luminarias religiosas. .

http://www.monografias.com/trabajos29/personalismo-mounier/personalismomounier.shtml

INTRODUCCION II. LA SINTESIS DEL MANIFIESTO 1. Una luz en la oscuridad 2. Los principios de la nueva humanidad 3. De lo personal a lo comunitario III. PERSONALISMO O SOCIETARISMO EN LA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO 1. El artculo fundamental 2. Los derechos constitucionales de la persona humana IV. LA REALIDAD DE LAS COSAS EN LA SOCIEDAD V. CONCLUSIONES VI. NOTAS VII. BIBLIOGRAFIA I. INTRODUCCION El nombre de Emmanuel Mounier puede no ser tan conocido para las nuevas generaciones de seres humanos inmersos en la vorgine de la lucha por el poder terrenal, en el contexto de un mundo globalizado a partir de referentes econmicos y tecnolgicos. Su destino, que linda con la frontera del olvido, se parece al del gran filsofo Giordano Bruno, trgicamente muerto por los asesinos de la inquisicin catlica de la Edad Media. La injusticia del olvido de los mencionados hombres de reflexin est siendo remediada y subsanada a travs de la obra de profesores de filosofa contemporneos, conocidos mayormente en el mbito de sus centros de labores. En esa medida, el rescate del legado de Bruno, y tambin en esa medida el rescate de la doctrina personalista de Mounier. La doctrina elaborada por este filsofo francs se localiza histricamente en el tiempo entre los aos de 1930 a 1950; esto es, con una comprensin del mundo que tena todava fresca o reciente la experiencia de dos devastadoras guerras mundiales. La Primera Guerra Mundial posibilit que la obra de Mounier Manifiesto al Servicio del Personalismo contara con un material de posguerra muy rico para el debate y la crtica profunda. El Manifiesto personalista fue escrito cuando el autor francs contaba con treintain (31) aos de edad. La fecha exacta del prefacio de su obra en mencin tiene como fecha 1936; es decir, cuando en el mundo primaban las ideologas sistmicas que en lo poltico se consolidaban como bandos contrarios e irreconciliables a la luz de sus principios, aunque flexibles a la hora de las transas o coaliciones por conveniencia tctica y circunstancial. En ese sentido, Mounier dirige su Manifiesto contra la ideologa sociopoltica de su tiempo, formulando puntualmente una propia doctrina de ndole personalista, porque pone nfasis en la persona humana dentro del desenvolvimiento de las sociedades organizadas. Por tanto, no tarda en chocar, en un acto de defensa de principios intelectuales, con el liberalismo capitalista y el marxismo socializante de la poca, adems del fascismo por cierto. En lugar de alinearse con cualquiera de las ideologas sistemticas del momento, con los consecuentes rditos polticos, el autor francs prefiere la soledad del creador; esto es, la inicial incomprensin, acompaada por las previsibles consecuencias y ataques desde todos los frentes. Tal fue el precio del lanzamiento de su Manifiesto, aunque tambin, en trminos actuales, la total indiferencia es una forma de aniquilar al creador. Despus de todo, las sociedades en donde reina la exclusin social, no hacen mucho esfuerzo para aplicar su arma preferida: la indiferencia como nota caracterstica de la no inclusin social.

Sin tratar de emular al estilo del manifiesto comunista de Engels y Marx, la obra de Mounier, escrita en 1936, no puede evitar caer en la tentacin de la emisin de la declaracin de principios, de corte personalista, pero tambin de carcter provisional, como el mismo autor lo seala en su prefacio, seguramente ms como muestra de sencillez y humildad de pensamiento que como inestabilidad en su construccin doctrinaria. Es de sealar que el prefacio de Manifiesto al Servicio del Personalismo est inmediatamente acompaado por un escrito que rotula Medida de nuestra accin, en el cual desde el inicio define especficamente al personalismo, en trminos que se refieren a la doctrina personalista como propia de toda civilizacin que afirma el primado de la persona humana sobre las necesidades materiales y sobre los mecanismos colectivos que sostienen su desarrollo. La pretensin de Mounier es clara: ir ms all del fascismo, del comunismo y del mundo burgus decadente. Este ir ms all por cierto que no significa un radicalismo de los mismos, sino, por el contrario, su desconsideracin y superacin heroica en cuanto su propsito central viene a ser nada menos que el primado de la persona humana. Pero en el camino de su misin particular, el filsofo francs hace una necesaria precisin cuando advierte que el personalismo no es ms que un santo y sea significativo, una cmoda designacin colectiva para doctrinas distintas, pero que, en la perspectiva de la situacin histrica concreta, pueden ponerse de acuerdo en las condiciones elementales, fsicas y metafsicas, de una nueva civilizacin. En palabras textuales del autor, el personalismo no anuncia, pues, la creacin de una escuela, la apertura de una capilla, la invencin de un sistema cerrado. Testimonia una convergencia de voluntades, y se pone a su servicio, sin afectar su diversidad, para buscar los medios de pesar eficazmente sobre la historia. Hecha esa aclaracin, la doctrina de Mounier, adems de personalista introduce elementos de un destacable realismo, pues admite, desde ya, la existencia vlida de varios personalismos. Y esto es un acto propio de un buen autor, de un buen filsofo y de una buena persona. Mounier busca, con la construccin de una doctrina flexible sobre el personalismo, una civilizacin dedicada a la persona. Es as que su finalidad inmediata es el definir el conjunto de primeras aquiescencias que pueden dar fundamento a tal tipo de civilizacin. Este realismo del filsofo francs lo previene de futuros sectarismos y fosilizaciones tericas, pues admite expresamente que hay la posibilidad, dentro de las visiones personalistas de la sociedad, de visiones distintas de los fines superiores de toda civilizacin. Resulta claro que Mounier no quiere la imposicin de una ideologa comn, no la busca ni la anhela, pues lo indicado es el aceptar un acuerdo mnimo sobre verdades de base. Debemos entender por estas ltimas a las certezas extradas en el propio devenir de la existencia humana, que hacen posible la misma convivencia en sociedad sin caer en el caos o la anarqua. En tiempos de Mounier tales verdades tenan fresco el recuerdo de la Primera Guerra Mundial; esto es, la insercin histrica traa consigo nuevas experiencias, traducidas como nuevos datos. En esa medida, el personalismo de Mounier rebasa todo sntoma de individualismo, erigindose, al decir del autor, en seal de unin, cual faro de esperanza para el cumplimiento de una misin. Al margen de las motivaciones de Emmanuel Mounier para dirigir sus energas y esfuerzos intelectuales a la creacin de una corriente de pensamiento que ayude o haga posible una mejor civilizacin humana en el planeta, lo cierto es que uno de sus primeros objetivos es aislar y anular a los esquemas estrechos de concepcin, tan comunes tanto en ciencia como en filosofa. Precisamente esta estrechez de concepcin histricamente tuvo en enorme demrito de ocasionar la paralizacin y hasta el retroceso civilizatorio [(]1). En este sentido, se advierte a s mismo contra toda forma de doctrinarismo, e incluso de moralismo, cuando precisa la peligrosidad del acto de concebir reglas y exigencias morales tomadas en su ms amplia generalidad; esto es, en fraseologa de Mounier, por ser los moralistas, como los doctrinarios, extraos a la realidad viva de la historia. Aqu el autor critica al moralismo por ineficaz precisamente por caer en la generalidad, y no sobre concretos procesos histricos, que para el caso de las sociedades humanas admiten unafuerte estructura espiritual. El filsofo francs admite acertadamente que la civilizacin tiene un carcter de suma complejidad cuando seala que toma a la misma en toda su profundidad, al mencionar los referentes vlidos

constituidos por los valores espirituales, afirmando la primaca de los mismos, teniendo a la vez conciencia en que tal reconocimiento no implica caer en el error doctrinario o moralista. Mounier tiene tanta consideracin a la civilizacin que la lleva a los niveles de una respuesta metafsica frente a una llamada metafsica, pero no elude la obligacin intelectual de precisar la definicin. Y en tal sentido, para el filsofo francs la civilizacin viene a ser el progreso coherente de la adaptacin biolgica y social del hombre a su cuerpo y a su medio; la cultura es concebida como la ampliacin de su conciencia, la soltura que adquiere en el ejercicio del espritu, su participacin en cierta forma de reaccionar y pensar, particular de una poca y de un grupo, tendente a lo universal; y la espiritualidad es definida como el descubrimiento de la vida profunda del ser humano.Esos tres conceptos vienen a constituirse como las tres mesetas ascendentes de un humanismo total. En esta perspectiva de totalidad, el autor despliega una visin revolucionaria que lo aproxima con el marxismo l mismo lo reconoce- en cuanto que una espiritualidad encarnada, cuando es amenazada en su carne, tiene como primer deber liberarse y liberar a los hombres de una civilizacin opresiva. Pero a su vez se distancia del marxismo cuando afirma los referentes metafsicos de su doctrina, concretamente respecto a la civilizacin y a la cultura humanas. En este orden de ideas concibe un plus acerca del trabajo, de la ciencia, del arte y de la vida personal; esto es, lo laboral debe referirse a linderos que van ms all de la mera produccin, la ciencia debe trascender la utilidad, as como el arte debe trascender el simple pasatiempo, y la vida personal ha de descubrir lo universal que se anida en cada particularidad humana. Con esto ltimo Mounier se descubre como un excelente metafsico y filsofo, detentador de un realismo pocas veces visto en tal condicin. En un contexto de cuestionamiento prctico a las sociedades de religin cristiana, Mounier se erige como una voz que clama en el desierto frente a una humanidad diezmada. Empujado por una fuerza espiritual, desconocida por gran parte de sus contemporneos, el filsofo francs se dirige contra el mundo burgus y sus dolos paganos (el dinero y el confort), as como contra los colectivismos (marxismo, fascismo) para desde el campo de la metafsica y la filosofa dejar una concreta esperanza como legado para las futuras humanidades por venir. Lo que a simple vista parece ser extrado del museo de la historia sin embargo asume aparentemente cierta actualidad cuando los preceptos constitucionales declaran que la persona humana (o la defensa de la misma) es el fin supremo de la sociedad y del Estado (artculo 1 de la Constitucin Poltica del Estado). En esa medida, estaramos ante una Constitucin personalista, por lo que cabe plantearnos la siguiente interrogante: Resulta ser o no de ndole personalista la Constitucin Poltica del Estado vigente a la luz de lo preceptuado en su primer artculo ? II. LA SINTESIS DEL MANIFIESTO 1. Una luz en la oscuridad.- Despus de precisar la existencia de un mundo contemporneo adverso a la persona, Mounier suea con una civilizacin personalista como aquella cuyas estructuras y espritu estn orientados a la realizacin como persona de cada uno de los individuos que la integran. Pero, tras distinguir dos planos distintos entre individuo y persona, se ve obligado a dar una definicin, en estricto, de esta ltima. Es as que concibe a la persona como un ser espiritual constituido por una forma de subsistencia y de independencia en su ser. La subsistencia necesita de una adhesin a una jerarqua de valores libremente adoptada, con lo cual el libre albedro resulta fundamental en la doctrina personalista. 1.1 La doctrina personalista.- La filosofa personalista constituye para algunos el sntoma y para otros la respuesta a esa situacin de nihilismo, cuando ni la soledad, ni la muerte permiten responder a la pregunta por el sentido, y la persona se divisa en el horizonte conceptual como alternativa la crisis de la modernidad. Frente a los vacos existenciales de la humanidad de posguerra, el individuo es ignorado como solucin a las crisis de las sociedades humanas. Segn el creador del movimiento personalista, Emmanuel Mounier, el personalismo fue usado en

primer lugar como concepto por el poeta norteamericano Walt Witman en su libro Democratic vistas de 1867, y entr en filosofa de la mano de Renouvier que defini con esta palabra su sistema filosfico en 1903. Sin embargo, en su uso moderno, el personalismo" es una escuela filosfica muy concreta, que se origina en la obra de Mounier y en la revista Esprit a partir de la fundacin del movimiento en la localidad pirenaica de Font-Romeu en el mes de Agosto del ao de 1932. La filosofa personalista es la expresin del existencialismo cristiano o, si se prefiere, del inconformismo religioso que se desarroll principalmente entre catlicos en Francia, pero tambin, y simultneamente, en pequeos ncleos judos y protestantes de Alemania, en las dcadas de 1930 a 1950. Las races del personalismo habra que buscarlas en la tica fenomenolgica de Jaspers y de Max Scheler, autor de Naturaleza y formas de la simpata, El sentido del sufrimiento, El genio, el hroe, el santo, La idea del hombre y la historia, etc; as como en la filosofa de Alain, un profesor que consigui una singular audiencia en ambientes cristianos de la poca. El personalismo no propugnara una filosofa de la historia, ni una antropologa, ni una teora poltica, sino que se tiene a s mismo por un movimiento de accin social de tipo cristiano que une fuertes elementos comunitarios con la reflexin conceptual de raz metafsica (para algunos teolgica) sobre el sentido trascendente de la vida. En ese sentido se puede decir que los personalistas no se consideran como militantes de un sistema o de una ideologa sistmica, sino que asumen el personalismo como una orientacin de la vida en sentido comunitario. As el personalismo consiste, ms que en una teora cerrada, en una matriz filosfica cristiana, o una tendencia de pensamiento dentro de la cual son posibles matices muy diversos pero que tiene en comn asumir la perspectiva creyente y la condicin dialgica de la persona, es decir, la apuesta por el dilogo comunitario, como condicin que hace posible la filosofa. Para comprender su propuesta es necesario asumir, casi como un axioma, o como una regla de vida, que persona significa mucho ms que hombre, e incluso llega a simbolizar precisamente lo contrario de individuo. Entre los principales autores personalistas tenemos: - Emmanuel Mounier (Manifiesto al servicio del personalismo; El Personalismo y especialmente la revista Esprit, rgano del movimiento); - Gabriel Marcel (Ser y tener, Diario metafsico, Los hombres contra lo humano); - Jean Wahl (Estudios kierkegaardianos); - Jean Lacroix (Persona y amor, El personalismo como antiideologa); - Paul-Ludwig Landsberg (Experiencia de la muerte). Este ltimo autor, judo de origen alemn, fue ayudante de ctedra de Scheler y, tras las leyes antisemitas de Hitler se traslad primero a Pars, donde particip en el Colegio de Sociologa y, posteriormente, a Barcelona, llamado por Joaqun Xirau para formar parte del profesorado de la Universidad Autnoma; de manera que ambos pueden ser considerados los iniciadores del personalismo filosfico en Espaa. Landsberg terminara sus das suicidndose con una dosis de cianuro, en un campo de concentracin nazi. El personalismo, por su esencia democrtica, se despleg de una forma muy significativa, tanto antes como despus de la guerra civil espaola de 1936-1939. Por esa poca floreci un importante movimiento religioso y cultural cuyo autor ms significativo fue el abogado y escritor Maurici Serrahima, amigo personal de Mounier y colaborador de la revista Esprit. La viuda de Mounier, Paulette, fue incluso detenida en Barcelona bajo el franquismo, el 29 de enero de 1969, durante el estado de excepcin al reunirse con jesuitas e intelectuales antifranquistas. El personalismo espaol en lengua castellana fue, sin embargo marcadamente minoritario antes de la guerra, limitndose a la revista Cruz y Raya de Jos Bergamn y a las colaboraciones en Esprit de Jos Mara de Semprn y Gurrea, padre del escritor antifascista Jorge Semprn. Fuera del crculo intelectual espaol, muchos intelectuales catlicos han tenido relacin con el movimiento personalista. As puede considerarse tambin personalista alguna obra de Jacques Maritain (especialmente Humanismo integral). Junto a la filosofa, el personalismo ha tenido

un importante componente literario. As, por ejemplo, se ha llegado a considerar que la obra de Mounier resulta difcil de comprender sin la literatura de Charles Pguy. El personalismo, aunque ha contado con autores judos, como Buber, Landsberg o Levinas, y protestantes como Ellul, vendra a ser segn los crticos un existencialismo bsicamente catlico, teniendo, todo lo indica, un papel fundamental en la renovacin del pensamiento eclesistico previo al Concilio Vaticano II que, asumiendo gran parte de sus tesis sobre la relacin entre Iglesia y mundo seglar, lo dej casi sin objeto. De hecho, la revista Esprit se ha movido polticamente desde hace ms de medio siglo en la rbita del socialismo democrtico intelectualizado. Por eso se afirma que en tanto existencialismo ledo en clave creyente, el movimiento personalista sustituye el nihilismo desesperado por la esperanza trascendente y por la experiencia comunitaria. En esa medida, el hombre es persona en la medida en que no se esconde en la masa, ni se deja negar por la tecnologa, ni cae en abstracciones conceptuales individualistas. a) La Persona.- El personalismo se constituye a su vez como lo contrario al colectivismo, donde el sujeto se convierte en nmero, y como lo contrario al individualismo, que nos vuelve incapaces de comunicarnos entre nosotros mismos como entidades inexorablemente relacionadas entre s. En palabras de Mounier, el individividuo es la dispersin de la persona en la materia, dispersin y avaricia. Mounier, en el contexto de su doctrina, afirma que la persona no crece ms que purificndose del individuo que hay en ella. Contra el individualismo, propio de una sociedad despersonalizada, se reivindica a la Persona como ser concreto (no subjetivo) y por ello relacional y comunicativo, es decir, comunitario. En plena posesin de una dialctica existencial, el personalismo, luego de desechar gramaticalmente el trmino individuo para referirse al ser humano en solitario, aislado como unidad teniendo en cuenta la humanidad como referencia mxima con la cual cotejar, centra sus esperanzas en el trmino lingstico persona [(]2). Textualmente, Mounier afirma sobre la persona: Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una manera de subsistencia e independencia de su ser; mantiene esta subsistencia por su adhesin a una jerarqua de valores libremente adoptados, asimilados y vividos por un compromiso responsable y una conversin constante: unifica as toda su actividad en la libertad y desarrolla, por aadidura, a impulsos de actos creadores la singularidad de su vocacin. Al margen de las dificultades inherentes a toda traduccin idiomtica, en Mounier las cosas estn claras en lo referente a la importancia que tiene el trmino gramatical persona. b) La comunidad.- Una vez precisados el lugar y la importancia de la persona en la estructura de la doctrina personalista de Mounier, es en la comunidad, en la relacin concreta de comunicacin con los dems, donde realmente se constituye la persona. Para el personalismo, los dos conceptos bsicos que daran unidad al pensamiento son persona y amor. Ambos conceptos se han encontrado tambin en el pensamiento liberal y en el romanticismo pero con otra significacin radicalmente distinta. Segn el movimiento personalista el significado que de ellos se ha dado, incluso en el mbito creyente, ha sido puramente instrumental y alienante. As, por ejemplo, el socialismo marxista tiene razn en denunciar el idealismo y la superficialidad de ambos conceptos porque se ha tendido a pensarlos como puras abstracciones, descarnadas. En consecuencia, cumple con cambiar el punto de vista desde el que se ha reflexionado sobre ellos. En esa medida, la persona debe ser comprendida desde un punto de vista relacional, puesto que se realiza en medio de una coexistencia. El hecho de que esta relacin sea profunda, ntima, est en absoluta contradiccin con el cosmpolitismo burgus, heredado del Renacimiento y de las Luces. En tal sentido, Mounier era taxativo. En el contexto de su doctrina lleg a afirmar que quizs solamente quien

ha penetrado profundamente en Dios, es capaz de amar a todos los hombres. Sin embargo l mismo advirti que no amaba a la humanidad, que no trabajaba por la humanidad, sino que amaba a algunos hombres, habindole resultado la experiencia tan frtil que por ella se senta ligado a cada prjimo que atravesaba por su camino. En tal virtud, persona y amor deberan ser considerados no desde el punto de vista simblico, o como abstracciones conceptuales, sino como transcendentales y como expresin de la sacralidad de la vida. Por eso mismo el personalismo tiene una profunda vocacin pedaggica: se trata no slo de amar, sino de educar para el amor y la trascendencia a una nueva humanidad. As educar no consiste en hacer mejores personas, sino en despertar a la persona, pues para Mounier una persona se suscita por una llamada, no se fabrica por domesticacin. c) La visin intrasistemtica.- Sin caer en confusin, en cuanto que la doctrina personalista no obedece a esquemas cerrados de concepcin, la concepcin personalista del mundo es claramente contraria a la versin que sobre el hombre ofrece la ciencia positiva, en la medida que para esta filosofa lo humano es, por definicin cualitativo y, por tanto, ajeno al modelo descriptivo, cuantificable y analtico de las ciencias, que se daba por supuesto en el mundo acadmico francs desde la fundacin de la Sociedad de Biologa (1848) y de la Sociedad Mdico-Biolgica (1855). La ciencia positivista, segn el personalismo, describe al hombre desde fuera pero lo ignora interiormente o lo considera, como Freud, slo como pulsin de placer. Pero el hombre tiene aspiraciones morales, estticas y religiosas que la ciencia no recoge, ni comprende. El hombre es persona, es decir, conciencia interior ms all de la burda materia. Y esa conciencia es, adems, relacional, es decir, est abierta a lo religioso, en cuanto que religa o rene, y a lo comunitario. En otras palabras, en cuanto persona el hombre no es slo cuerpo sino tambin alma. Y esa alma necesita de amor. En lnea secuencial de la doctrina de Mounier, slo por el amor se accede a la persona. De ah la importancia del testimonio que se da mediante la propia vida por encima incluso de la accin poltica. Por eso se ha llegado a afirmar que el personalismo se ve a s mismo como una teora de la esperanza. En el contexto de su doctrina, Mounier seal que el nihilismo, del que se desprende el espritu de catstrofe, es una reaccin masiva de tipo infantil, pues, en sus palabras, slo los seres dbiles, los nios, los enfermos y los nerviosos se desalientan. En ese sentido, para este filsofo personalista, la angustia de una catstrofe colectiva del mundo moderno es, ante todo, en nuestros contemporneos una reaccin infantil de viajeros incompetentes y alocados. Mucho entusiasmo o no en el porvenir de la humanidad, lo cierto es que una sociedad personalista sera, pues, la consecuencia de una actitud comunitaria, que sita la comunicacin, la fraternidad, entendida como virtud cristiana y no como imperativo republicano, en el centro de la accin poltica. 2. Los principios de una nueva humanidad.a) Un recetario.- En el contexto de su doctrina, se puede decir que Mounier esboz cinco puntos, a manera de recetario, que se hacen necesarios para que pueda llegar a desarrollarse una sociedad personalista y comunitaria: 1.- Salir de s mismo; esto es, luchar contra el amor propio, que hoy denominamos egocentrismo, narcisismo, individualismo; 2.- Comprender: Situarse en el punto de vista del otro, cual empata; no buscar en el otro a uno mismo, ni verlo como algo genrico, sino acoger al otro en su diferencia; 3.- Tomar sobre s mismo, asumir, en el sentido de no slo compadecer, sino de sufrir con el dolor, el destino, la pena, la alegra y la labor de los otros; 4.- Dar, sin reivindicarse como en el individualismo pequeo burgus y sin lucha a muerte con el destino, como los existencialistas. Una sociedad personalista se basa, por el contrario, en la donacin y el desinters. De ah el valor liberador del perdn; 5.- Ser fiel, considerando la vida como una aventura creadora, que exige fidelidad a la propia persona.

El recetario es dado por Mounier, con la previa aclaracin que el asumir al individuo como persona no significa perderse en un espiritualismo ms o menos platnico, o sublimar un doble imaginario de los humanos concretos, sino aceptar que el sujeto humano es carne espiritualizada, transcendida en cuanto que el amor (imagen de un amor divino) se vive en lo concreto, y en lo material -por eso mismo se dice que el movimiento personalista, tras un breve instante de vacilacin con el colaboracionismo de Vichy, en la segunda guerra mundial, se aline con los comunistas en la resistencia antinazi-. Utilizando las mismas palabras de Mounier, la persona es existencia encarnada, y olvidar eso conduce a despersonalizar a los humanos. Y para este filsofo francs la despersonalizacin se traduce inevitablemente como deshumanizacin. El personalismo quiere fundar un nuevo humanismo cuyo sentido ltimo se halla en la idea de la persona como expresin del amor divino. Por eso el personalismo es radicalmente antiliberal en la medida en que no acepta la idea de los humanos como meros tomos sociales; a la idea de libertad irrestricta le opone la de comunidad, por lo que ese es el nico mbito en que la libertad resulta pensable. La sociedad es, ante todo, una comunidad de almas, es decir, una totalidad construida como suma de esfuerzos conjuntados en que lo material, no sera ms que smbolo. El liberalismo conducira a lo que Mounier llamar existencia dramtica es decir, a la que ve el tiempo y el ser no como plenitud, sino como vaco, que se expresa filosficamente en el existencialismo sartriano. Aqu es de anotar que el enfrentamiento con Sastre -a quien Mounier pretendi ningunear, situndolo en la rama izquierda del rbol existencialista cuyo tronco vendra a ser Kierkegaard y en cuya base est Pascal para hundir sus races en San Agustn- no tiene tanto que ver con el atesmo cuanto con lo que Mounier denomina el ala mundana, la moda burguesa del decadentismo. Sin embargo, ms all de las particulares disputas entre uno y otro autor, el ser, y especficamente, el ser humano, es un misterio profundo y, como tal, transciende toda solucin. En la medida en que lo humano es incapaz de perdurar, cualquier yo pierde sentido ante el misterio que, en cambio, permanece siempre. Fidelidad, amor y admiracin seran los valores que nos constituyen, en tanto que seres humanos, ante el misterio. Asumiendo que el hombre, en tanto que persona, corresponde a la categora de misterio, Mounier dar un paso ms considerando que su filosofa no es un estudio sobre el hombre, sino un combate por el hombre. b) Los temas bsicos.- Emmanuel Mounier fue un lder del movimiento personalista, sin duda su principal idelogo, en cuanto asume el sentido de un Manifiesto, y ha corrido el peligro de convertirse en un autor olvidado, slo apto para uso en contextos clericales o de escolstica pedaggica. Es de recordar que el filsofo francs muri a los 45 aos de edad, y gran parte de su obra es estrictamente de combate, pero aunque su retrica tiene algo de crispado y su vocabulario suena hoy a los aos 30, su obra no debiera interesar slo en el mundo eclesistico, pues su revista Sprit sirvi como medio de expresin para escritores no precisamente catlicos ni personalistas en estricto sentido. Mounier pretendi pensar una filosofa cristiana conscientemente contempornea en un momento en que cristianismo y modernidad se haban dado, aparentemente en forma definitiva, la espalda. Por eso mismo su obra no puede entenderse sin advertir que se trata de la respuesta creyente a la filosofa de la sospecha, representada por Marx, Nietzsche o Freud. Sin embargo, paradjicamente, Mounier anuncia sin saberlo la postmodernidad al proponer el Rehacer o reconstruir el Renacimiento como objetivo de un pensamiento catlico que no puede estar frontalmente contra la modernidad sino que debe mostrar la insuficiencia del modelo humanista individualista heredado del renacimiento y de la ilustracin. Rehacer el Renacimiento significa optar por explicar el mensaje de Jess a travs del camino de Erasmo de Rotterdam en vez de hacerlo por el de Lutero o Descartes. En tal sentido, podramos decir que se trata de un pensamiento moralista que, toma conciencia del desorden, como alternativa a un pensamiento mecanicista que conduce a la degradacin del hombre, a la insignificancia de lo humano ante la mquina y el dinero.

Para Mounier, la respuesta al atesmo se encuentra en el necesario humanismo concreto; esto es, no hay seres en abstracto y desarraigados sino personas miembros de una comunidad, de una cultura espiritual en cuyo seno se realizan. En palabras de Mounier, la desesperacin no es una idea, es sobretodo un corrosivo. Por eso para el personalismo el ser humano no es un individuo errtico, sino un proyecto de comunicacin y una ntima participacin en la vida. En consecuencia, el principal error del existencialismo ateo sera el de definir al hombre como proyecto pero sin prestar atencin a las condiciones por medio de las cuales dicho proyecto tiene sentido: el amor, la familia, la comunidad. Son precisamente esas instancias comunitarias las que evitan caer en la desesperacin, en el desarraigo, y nos permiten abrirnos al sentido en un mundo cada vez ms cosificado. Sentido y transcendencia se descubren como remedios contra la angustia y la desesperacin existencial. La revolucin del siglo XX no sera, para Mounier, el socialismo que considera a los individuos como nmeros y miembros de una masa, sino el redescubrimiento de una comunidad donde el hombre logre ser persona y no simple nmero. Ello exige, por lo dems, superar la perspectiva tecnolgica e instrumental del humanismo renacentista, para recuperar la trascendencia. En el personalismo del autor francs podemos apreciar cierta primaca de lo espiritual sobre lo material, la de los valores de la cultura sobre los valores vitales, y la de estos valores accesibles a todo el mundo en la alegra, en el sufrimiento, en el amor de cada da, traducidos como valores de amor, de bondad, de caridad. Por otro lado, Mounier, que nunca redact su tesis doctoral en filosofa y senta un indisimulado menosprecio por la Academia, fue, ms que un pensador de sistema, un considerable constructor de metforas, cuya vigencia sigue siendo central en el pensamiento crtico, incluso a extramuros del mbito cristiano. Sealemos algunas que estn marcadas por el intento de reivindicar el cristianismo reapropindose de temticas surgidas alrededor de Marx y Nietzsche: Desorden establecido: Situacin de la sociedad en que el orden social se fundamenta exclusivamente en lo econmico y cuya vigencia degrada a la persona. Ya no hay ms que un dios sonriente y horriblemente simptico: el Burgus. El hombre ha perdido el sentido del Ser, que no se mueve ms que entre cosas, cosas utilizables, privadas de su misterio, dice en Manifiesto al servicio del Personalismo. El desorden establecido puede definirse tambin como trivializacin de la vida, el reino de la banalidad y lo superficial. Rehacer el Renacimiento: Alternativa al desorden establecido, que no podr llevarse a cabo mientras no se separe lo espiritual de lo poltico y de lo econmico para recuperar la espiritualidad ocultada por el pensamiento tcnico. El primer Renacimiento malogr el Renacimiento personalista y desatendi el comunitario -dice Mounier-. Contra el individualismo se ha de reemprender el primero, pero slo se conseguir con el auxilio del segundo. Cristiandad difunta: Como la que ha muerto por connivencia con el poder del mundo, por olvidar la profeca, por desatender el sentido de la parbola del buen samaritano. Para Mounier es esencial comprender que no hay dos historias, una sagrada y profana la otra, sino que la Iglesia debe optar por lo que denomina sobrenaturalismo histrico. Tercera fuerza: Espacio poltico definido por la doctrina social de la iglesia, entre el comunismo (ateo) y el liberalismo (explotador, utilitarista). Durante algn tiempo esta posible salida fue explorada por el personalismo como sntesis y superacin dialctica de las contradicciones. Mounier, sin embargo, se desdijo muy pronto de este intento porque le pareca poco espiritual. Adems era contrario a moverse en el mbito confesional, poco proftico. La pretensin del personalismo es clara: Restituir a la poltica su bello sentido lleno del aprendizaje total del hombre hacia las cosas de la comunidad. Posteriormente el concepto fue usado por la socialdemocracia y por el poltico ingls Tony Blair, a finales del siglo 20, como Tercera va.

Revolucin personalista: Mounier lleg a proclamar que la revolucin ser moral o no ser. Tambin la defini como una tcnica de los medios espirituales. En otras palabras, se trata de asumir que la sensibilidad y la personalidad de la persona representan una fuerza transformadora; esto es, sin una conversin de la persona, la revolucin sera slo un cambio de gobierno, o un cambio en las condiciones de la opresin pero no la finalizacin de esta ltima. Humanismo concreto: El que se opone a convertir a los hombres en smbolos y los asume como personas desde su diferencia pero tambin desde su espiritualidad. Viene a ser el humanismo que surge de la revolucin personalista. En cualquier caso, el personalismo es una teora democrtica en el sentido profundo de la democracia; es decir, ms all del puro planteamiento estadstico, el personalismo vincula la democracia con el valor, cualitativo, de la persona y de la comunidad. Por ello mismo, en momentos de degradacin de los valores, como en la misma postmodernidad, el personalismo reaparece como un sntoma. Como dira el propio Mounier, se trata a la vez de: - Una perspectiva que ve al hombre como un ser material pero a la vez interior y transcendente; - Un mtodo para analizar la historia y la accin humana desde la perspectiva de la persona; - Una exigencia de compromiso total y condicional a la vez. Total porque no se limita a la simple crtica de lo que ocurre, y condicional, pues la persona a la que se aspira, no es la que vive en el aturdimiento colectivo o en la evasin. Resulta un tanto difcil valorar hoy la actualidad del personalismo por muchas razones. En cualquier caso est claro que la filosofa personalista, como tambin el existencialismo, qued al margen de la corriente de pensamiento central en el siglo XX, es decir, fuera del anlisis lingstico; muchas de sus metforas aguantaran mal un anlisis de este tipo. Es significativo que los actuales pensadores comunitaristas, muchos de ellos catlicos, prcticamente nunca reconocen su deuda con el movimiento personalista pese a que ste se basaba muy especialmente en la reivindicacin de la comunidad. Y la explicacin puede ser sencilla: el comunitarismo actual es de tipo liberal, mientras que Mounier abominaba del liberalismo que consideraba anticristiano por poner al hombre bajo el dinero. Para Mounier no ser posible establecer jams una comunidad si no se asume que lo gratuito, lo simblico y en general el mbito de la comunicacin han de mantenerse al margen del dinero, que por su propia esencia lleva a romper la cohesin social. Al individualismo que denunciaba, se aade hoy un cosmopolitismo en las comunicaciones, y una interculturalidad que puede comprenderse difcilmente desde una tica de mximos. Sin embargo, no es casualidad que algunas crticas personalistas a la sociedad burguesa hayan reaparecido donde menos se les poda esperar; es decir, en el anlisis sociolgico de la postmodernidad. Puede entenderse fcilmente que sea precisamente el postmodernismo de Lyotard y Vattimo el que beba de fuentes personalistas porque es precisamente la crtica de Jaspers, Scheler y Mounier la primera que se dirigi simultneamente y en profundidad a la herencia progresista de la Ilustracin y contra el totalitarismo pesimista de Marx, Nietzsche y Freud. c) Ms all del individualismo.- Mounier construye su doctrina personalista sobre las cenizas del individualismo burgus derrotado por la evasin y el hedonismo monetario. En ese orden de ideas, Persona es una entidad superior, ms avanzada, respecto al individuo. Sin embargo, la civilizacin burguesa e individualista, duea hace pocos aos de todo el mundo occidental, an se halla en l firmemente instalada. Las mismas sociedades que la han proscrito oficialmente siguen todas impregnadas de ella. Adherida a los cimientos de una cristiandad a la que contribuye a dislocar, mezclada con los vestigios de la poca feudal y militar, con las primeras cristalizaciones socialistas, produce, con los unos y las otras, unas amalgamas ms o menos homogneas, el estudio de cuyas variedades sera demasiado extenso hacer. Nos contentaremos con examinar su ltimo estado histrico y destacar sus lneas dominantes, sin

perjuicio de las temperanzas ms o menos felices que le aportan aqu y all el azar de las mescolanzas o el ingenio de las personas vivas. Cierta forma de caricaturizar a cualquier burguesa, igual que determinados tpicos de la pluma y del dibujo, familiares a la prensa de izquierdas, descienden muy a menudo a una mayor vulgaridad que sus modelos. Tampoco se desconoce las virtudes y, sobre todo, las virtudes privadas que impregnan an algunos hogares privilegiados de la sociedad burguesa. Ni mucho menos ignoramos el sentido vivo de la libertad y de la dignidad humana que anima a ciertas apologas a favor del individualismo ms profundamente que los errores cuyas frmulas propagan. Pero, lo rescatable de la civilizacin burguesa se desdibujara poco a poco cuando el individuo convierte a la libertad en el libertinaje propio de dioses brbaros: el dinero y el confort, con olvido del destino de los dems. La concepcin burguesa es la culminacin de un perodo de civilizacin que se desarrolla desde el Renacimiento. Procede de una rebelin del individuo contra una estructura social que se hizo demasiado pesada y contra una estructura espiritual cristalizada. Esta rebelin no era en su totalidad desordenada y anrquica, pues en la misma latan unas exigencias legtimas de la persona. Pero pronto se desvi hacia una concepcin tan estrecha del individuo que llevaba en s desde el comienzo su principio de decadencia -he aqu los esquemas estrechos de concepcin-. Hemos de aclarar que la atencin orientada hacia el hombre singular no es, como a veces parece creerse, disolvente en s misma de las comunidades sociales; pero la experiencia ha mostrado que toda descomposicin de estas comunidades se establece sobre un hundimiento del ideal personal propuesto a cada uno de sus miembros. En tal virtud, el individualismo viene a ser una decadencia del individuo antes de ser un aislamiento del individuo, pues habra aislado a los hombres en la medida en que los ha envilecido. Razones no le faltan a Mounier para criticar duramente al individualismo burgus, pero este mismo autor francs reconoce a plenitud que, por ejemplo, la era individualista ha partido de una fase heroica, pues su primer ideal humano, el hroe, es el hombre que combate solitario contra potencias masivas, y en su combate singular hace estallar los lmites del hombre. En un destacable anlisis que hace Mounier sobre el capitalismo, manifiesta que durante un tiempo los jefes de empresa, o incluso ciertos aventureros de las finanzas, han continuado mediante operaciones una tradicin de altos vuelos, pues mientras lucharon con cosas y con hombres, es decir, con una materia resistente y viva, templaron de ese modo una virtud innegable, hecha de astucia y a menudo de ascetismo. Al extender a los cinco continentes el campo de sus conquistas, el capitalismo industrial les dio unas posibilidades provisionales de aventura; pero, cuando invent la fecundidad automtica del dinero, el capitalismo financiero les abri al mismo tiempo un mundo de facilidades donde toda tensin vital iba a desaparecer. Las cosas con su ritmo, las resistencias, el paso del tiempo, se disuelven bajo el poder infinitamente multiplicado que confiere, no ya un trabajo a la medida de las fuerzas naturales, sino un juego especulativo, el de la ganancia obtenida sin prestar ningn servicio, tipo al que tiende a asimilarse toda ganancia capitalista. A las pasiones de la aventura se sustituyen entonces progresivamente, los blandos goces del confort; a la conquista, el bien mecnico, impersonal, distribuidor automtico de un placer sin exceso ni peligro, regular, perpetuo: el que distribuyen la mquina y la renta. Una vez que se ha internado por los caminos de esa facilidad inhumana, una civilizacin no crea ya para suscitar nuevas creaciones, sino que sus mismas creaciones fabrican una inercia cada vez ms tranquila. De esa manera, razona Mounier, la sustitucin de la ganancia industrial por el beneficio de especulacin, y de los valores de creacin por los valores de la comodidad, han usurpado poco a poco el ideal individualista, y abierto el camino en las clases dirigentes primero, y despus, por descensos sucesivos, hasta en las clases populares, a este espritu que llamamos burgus a causa de sus orgenes y que se nos presenta como el ms exacto antpoda de toda espiritualidad. En consecuencia, la sociedad individualista no tiene realmente valores espirituales. Al decir de Mounier, por un gesto de orgullo viril, ha conservado el gusto por el poder, pero por un poder fcil, ante el cual el dinero disipa el obstculo y ahorra una conquista de frente; un poder, adems, garantizado contra todo riesgo, una seguridad. Tal es la victoria mediocre soada por el

rico de la Edad Moderna; la especulacin y la mecnica la han puesto al alcance del primer recin llegado. No es ya el dominio del seor feudal, unido a sus bienes y a sus vasallos, ni sera incluso la opresin de un hombre sobre otros hombres. Y es que el dinero separa a los hombres al comercializar toda relacin, al falsear las palabras y las conductas, al aislar en s mismo -lejos de los vivos reproches de la miseria- en sus barrios, en sus escuelas, en sus vestidos, en sus vagones, en sus hoteles, en sus relaciones, en sus misas, al que no sabe ya soportar ms que el espectculo cien veces reflejado de su propia seguridad. En esa medida, el hroe ya no existe en la sociedad individualista. El rico de la vieja poca, incluso est en vas de desaparecer. No hay ya sobre el altar de esa triste iglesia ms que un dios sonriente y horriblemente simptico: el burgus. El hombre que ha perdido el sentido del Ser, que no se mueve ms que entre cosas, cosas utilizables, despojadas de su misterio. El hombre que ha perdido el amor; cristiano sin inquietud, incrdulo sin pasin, hace tambalear el universo de las virtudes, en su loca carrera hacia el infinito, alrededor de un pequeo sistema de tranquilidad psicolgica y social: dicha, salud, sentido comn, equilibrio, placer de vivir, confort. El confort es, en el mundo burgus, lo que el herosmo era en el Renacimiento y la santidad en la Cristiandad medieval: el valor ltimo, mvil de la accin. El confort pone a su disposicin a la consideracin y a la reivindicacin. La consideracin es la suprema aspiracin social del espritu burgus; cuando ya no encuentra gozo en su confort, encuentra al menos una vanidad en la reputacin que posee con l. La reivindicacin es su actividad fundamental. Del derecho, que es una organizacin de la justicia, el mundo burgus ha hecho la fortaleza de sus injusticias, de ah su radical juridicismo. Por otro lado, entre este espritu burgus, satisfecho de su seguridad, y el espritu pequeo burgus, inquieto por alcanzarla, no existe diferencia alguna de naturaleza, sino nicamente de grado y de medios. Los valores del pequeo burgus son los del rico, deformados por la indigencia y la envidia. En su relato sobre el individualismo burgus, que al final se reduce a un individualismo absoluto, Mounier despliega una excelente capacidad de anlisis que concluye sealando que el supremo valor del individualismo es la economa, pero la economa a costa de la alegra, la fantasa, la bondad: la lamentable avaricia de su vida miserable y vaca. 3 De lo personal a lo comunitario.- En orden a establecer la importancia de la persona y de la comunidad en el edificio terico del personalismo, es de citarse el hecho que Mounier, como Sartre, tena cierta aversin a la filosofa sistemtica. Mounier le agrega una capa de subjetividad, acorde con el mbito de discrecionalidad que necesita su doctrina, a la epistemologa del personalismo, en la espera de tomar en cuenta las varias experiencias que son nicas a cada ser humano. De acuerdo con su fe en la libertad creativa de la persona humana, Mounier se niega a aceptar jerarquas sistemticas, sobreregimentadas e impersonales. Y es que la complejidad de la actividad humana es meramente una reflexin de la complejidad del ser humano. Para el personalismo, el hombre es todo cuerpo, pero tambin, es todo espritu. Esta ltima nocin restaurara la dignidad inherente al ser humano, mientras combate la conviccin de Marx, de que el hombre es nicamente cuerpo. Mounier utiliza la expresin de "existencia encarnada" para connotar la unidad entre cuerpo y espritu. Es el espritu el que nutre el pensamiento, y el cuerpo quien lleva el pensamiento a la expresin. La existencia objetiva del cuerpo, combinada con las experiencias subjetivas del espritu, actualizaran a la persona. a) La sociedad.- Como medio en donde se desenvuelve la persona, lo societario adquiere una especial importancia. La terminologa de Mounier es crtica para entender sus ideas acerca de la sociedad. Para el personalismo, el individuo es aquel cuyo ego y libertad indirecta e ilimitada disminuye su sentido de vocacin moral, especficamente hacia otros. Esta es la "libertad" expuesta por los existencialistas, especialmente Sartre, pero esta es una fuerza aislante, que restringe al hombre a trabajar para s mismo para darle sentido a su aparentemente innecesaria existencia. Mounier, sin embargo, argumenta que el aislamiento del hombre permanecer penetrante hasta que

renueve su sentido de vocacin moral, algo es posible solamente en una comunidad. As amar a otros involucra las relaciones interpersonales y la interaccin comunitaria, cuyo resultado es "reconciliar al hombre a s mismo, exaltarle y transfigurarle." Esto deja al hombre abierto a experiencias y a la trascendencia, experiencias que no estn disponibles al individuo aislado. En fraseologa de Mounier, si la primera condicin del individualismo es la centralizacin del individuo en s mismo, la primera condicin del personalismo viene a ser su descentralizacin, para poder colocarle en las perspectivas abiertas de la vida personal. El nfasis de Mounier en la comunidad y su habilidad para ayudar al individuo en la trascendencia de s mismo podra indicar tendencias marxistas. A pesar de que Mounier reconoci que el personalismo tiene algn compaerismo con la filosofa de Marx, las diferencias, segn l mismo, son significativas, puesto que el personalismo iluminara ms el campo de la interioridad y la trascendencia que la mayora del marxismo. Al enfatizar la "interioridad" cambia radicalmente el lugar de la persona humana en el entendimiento marxista de la economa. Cuando una persona existe solamente como una tuerca en una mquina productora de riqueza, slo en su aspecto fsico, o aquello que fabrica los medios para la prosperidad, pierde su valor. Para prevenir que la persona se convierta en el medio para un fin econmico impersonal, Mounier respondi al fracaso marxista al reconocer plenamente la dimensin espiritual del hombre. Y es que sin tener en cuenta la naturaleza dual del hombre, el trabajo, por ejemplo, se puede convertir en una actividad degradante y deshumanizante. Mounier tambin tena poca simpata por un gobierno intrometido en las vidas de las personas. El argumenta que la inevitabilidad del Estado no necesariamente le otorga autoridad. En cambio, su autoridad deviene de personas libres que dependen de ella para preservar sus libertades dirigidas. Para Mounier, el hombre libre es aquel a quin el mundo le plantea cuestiones y las resuelve adecuadamente; es el hombre responsable, siendo la libertad de este tipo una fuerza que une, no que divide, y lejos de tender a la anarqua, es, en el sentido original de la palabra, religiosa y devota. Aqu el cristianismo catlico de Mounier se deja apreciar con cierta nitidez, sin embargo, yendo al origen de la palabra religin (religar, reunir, volver a unir) podemos admitir que, en esencia, cuando la libertad existe como un fin en s misma, removida de su aplicacin religiosa, "centraliza" al hombre en s mismo, causando divisin en las comunidades. Cuando esto ocurre, los individuos, no las personas segn la doctrina de Mounier, ven hacia el Estado para que les provea aquello que la comunidad puede proveer. En ese sentido, una sociedad de individuos no puede prevenir por mucho tiempo el advenimiento del estatismo. b) El Estado.- Como organizacin administrativa que representa a la nacin, Mounier reflexiona sobre el lugar adecuado del Estado para la humanidad. El Estado, para la doctrina personalista, no es la nacin, ni siquiera es una condicin que debe ser cumplida antes de que la nacin pueda llegar a existir. Al decir de Mounier, slo los fascistas proclaman abiertamente que su meta es el bien del Estado. Pero desde una visin humana de la historia, el Estado es aquello que le da objetividad, fuerza y concentracin, a los derechos humanos; emergiendo espontneamente de la vida de los grupos organizados, y en este respecto, viene a ser la garanta institucional de la persona. En palabras de sntesis, el Estado est hecho para el hombre, no el hombre para el Estado, as como la economa est destinada para servir al hombre, y no el hombre al servicio de la economa. En trminos del personalismo de Mounier, el Estado no es una comunidad espiritual, o una persona colectiva en el sentido propio de la palabra. No est por encima de la patria ni de la nacin, ni mucho menos respecto a las personas. En ese sentido, viene a ser un instrumento al servicio de las sociedades, y, a travs de ellas, al servicio de las personas, teniendo el carcter de artificial y subordinado, pero al fin necesario. Debido a la naturaleza dual del ser humano, en cuanto tiende tanto al bien como al mal, las personas y las sociedades sucumbiran a la anarqua sin la presencia del Estado.

El Estado se constituye como el ltimo recurso para arbitrar los conflictos de los seres humanos entre s. He ah a la jurisdiccin del Estado. Pero, en cuanto relacin de medio a fin, se puede detectar ya que, segn la doctrina personalista, el Estado viene a ser el medio, y la persona el fin. El Estado existe para que las personas encuentren su realizacin, desde un primer plano de aseguramiento de una coexistencia superadora del ms absoluto caos social. El Estado slo existe en beneficio de la persona realizada en sociedad. c) La nacin.- En terminologa de Mounier, la nacin viene a ser el abrazo que rene a la abundancia de sociedades diversas alrededor de las personas (sociedades econmicas, culturales, espirituales), bajo la unidad viva de una tradicin histrica y de una cultura particularizada en su expresin, con poder de cierta universalidad. Para el filsofo francs la nacin es una realidad mixta y no cristalizada. Por un lado, la nacin sera receptculo de una multiplicidad de sociedades a las que tiene que mantener con vigor; y, por otro lado, si no comunidad en sentido estricto, s sera al menos una entidad comunitaria, vnculo flexible y vivo entre la universalidad que nicamente cada persona como tal puede alcanzar y llevar, y las sociedades carnales que rodean y retienen al individuo. Sin embargo, el personalismo de Mounier coloca por encima de la nacin a la comunidad espiritual personalista, que se realiza ms frecuentemente a pequea escala entre personas, permaneciendo como el modelo lejano del desarrollo social. La nacin as se constituira como el punto intermedio entre sociedad y Estado, alcanzando su plena realizacin en una comunidad personalizada. Al fin de cuentas, Mounier habla de una comunidad internacional, y del derrumbamiento del Estado nacin. d) Plataforma de combate por un rgimen personalista.- En su Manifiesto al servicio del Personalismo Emmanuel Mounier se atreve a esbozar, a modo de plataforma de combate, las estructuras fundamentales de un rgimen personalista, que comienzan con los principios de una educacin personalista, traducidos como las siguientes declaraciones de doctrina: - La educacin no tiene por finalidad el modelar el nio al conformismo de un medio social o de una doctrina de Estado; - La actividad de la persona es libertad y conversin a la unidad de un fin y de una fe. Una educacin fundada sobre la persona no puede ser totalitaria; - El nio debe ser educado como una persona por las vas de la prueba personal y el aprendizaje del libre compromiso. Luego de ello, Mounier no duda en precisar al mximo los enunciados programticos para lograr una ciudad personalista, dentro de una sociedad humana personalizada. Su personalismo trascendental hace que valore el papel de la mujer en la sociedad de su tiempo, dirigida por hombres, mucho antes que se le reconozca, entre otros derechos, el derecho al voto, por ejemplo. Habla incluso del paso de la familia celular a la familia comunitaria, y, al querer abarcar la amplia gama de asuntos que conciernen a la sociedad organizada, menciona que una economa personalista se traduce como una economa pluralista, como sntesis del liberalismo y del colectivismo. Esto es de comentarse porque la ciudad y la sociedad personalista que Mounier anhela tienen que considerar el factor econmico como parte del desarrollo de los pueblos. Segn sus palabras, el personalismo conserva la colectivizacin y salvaguarda la libertad apoyndola en una economa autnoma y flexible en lugar de adosarla al estatismo. La economa personalista admite, pues, en estricta correspondencia con lo enunciado, dos sectores: un sector planificado, destinado a la produccin del mnimo vital, y un sector libre, donde actan, sin amenazar el mnimo vital de las personas, la libre creacin y la libre emulacin. En este sentido, podemos decir que la economa personalista pensada por Mounier se aproxima al concepto constitucional que subyace en la denominacin economa social de mercado.

Mounier bien pudo haber dejado que la posteridad se encargue de enunciar unos ciertos principios de un mundo mejor, pero se tom la molestia de soar en concreto su sociedad personalista, y para ello estableci expresamente los principios de un rgimen personalista. Soador o no, lo cierto es que Mounier por su doctrina personalista ha dejado un legado difcil de ignorar en la civilizacin occidental de cultura judeocristiana. Y pensar que hasta hace poco corra el riesgo de ser totalmente olvidado, pero por algo la corta vida de Emmanuel Mounier tuvo un profundo impacto en el panorama filosfico de la Europa moderna. Al decir de muchos, su preocupacin no era el formular un nuevo sistema de economa o el disear un estado utpico fuera de la tierra de desecho social de la Europa de postguerra, sino el buscar preservar la dignidad humana que la Primera Guerra Mundial haba desestabilizado. Y es que Mounier busc no slo los principios de la fe cristiana para apoyar sus argumentos, sino tambin a un tipo de filosofa humanstica, las cuales le ayudaron en su ataque a la desesperacin y existencialismo ateo. Su trabajo servira ms adelante de inspiracin para muchos, incluyendo al Papa Juan Pablo II, y otras connotadas figuras de religin institucionalizada. Entre las principales obras de Emmanuel Mounier tenemos:

Manifiesto al Servicio del Personalismo (1938); Personalismo (1952); No Temis: Estudios de Sociologa Personalista (1951); El Despojo de los Violentos (1955); El Carcter del Hombre (1956); Oeuvres, 4 vols. (1961-63).

Algunas de sus obras son de edicin pstuma, pero tal bagaje constituye la herencia intelectual de Emmanuel Mounier para los tiempos venideros. III. PERSONALISMO O SOCIETARISMO EN LA CONSTITUCION POLITICA DEL ESTADO 1. El artculo fundamental.- La doctrina personalista de Mounier no parece haberse quedado al mero nivel de los enunciados teorticos, propios de intelectuales soadores, cuando damos lectura a la Constitucin Poltica del Per, especficamente en lo que concierne al TITULO I, denominado DE LA PERSONA Y DE LA SOCIEDAD, CAPITULO I (DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA PERSONA), en su primer artculo, como sigue a continuacin: Artculo 1.- La defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la sociedad y del Estado. Si bien se ha modificado la redaccin constitucional respecto al artculo 1 de la Constitucin Poltica de 1979, que deca que la persona humana es el fin supremo de la sociedad y del Estado, y que todos tienen la obligacin de respetarla y protegerla, el fondo de lo preceptuado resulta siendo lo mismo, cuando el referente mximo viene a ser la persona humana, pues el respeto de su dignidad no es concebible sin la existencia de la primera [(]3). La distincin de la persona humana tiene sentido toda vez que existen otros tipos de personas, como por ejemplo la persona jurdica. Ms bien lo que s amerita un comentario es el orden de prelacin que ocupa la persona humana en la actual Constitucin Poltica, as como en la inmediatamente anterior como es la Constitucin de 1979. Y es que, a diferencia de otras Constituciones Polticas del Per, en donde la redaccin constitucional del primer artculo comenzaba con la definicin del Estado, en las dos ltimas Constituciones stas empiezan con

los derechos fundamentales de la persona, por lo que la ideologa que las asiste no es precisamente reflejo de una concepcin estatista de la vida, sino, por el contrario, reflejara una cierta aproximacin a una concepcin personalista, en mbitos cercanos a la doctrina del personalismo cristiano de Mounier. En ese sentido se puede decir que, por ejemplo, la Constitucin Poltica de 1979 pretenda ser una Constitucin personalista y eminentemente cristiana [(]4). Pero el personalismo de Mounier no es tan sencillo de asimilar en trminos de una recepcin constitucional o no. En todo caso, el destacamiento de la persona humana, que efecta nuestra Carta Magna, hay que ubicarlo, en un plano inicial, en la dimensin de la defensa irrestricta de los derechos humanos. La doctrina personalista de Mounier en este sentido tiene enormes coincidencias con el tema actual de los derechos fundamentales y constitucionales de la persona humana, y en consecuencia el personalismo pudo haber sido asimilado como corriente filosfica en nuestras dos ltimas Constituciones Polticas. Sin embargo, la doctrina de Mounier hace tambin hincapi en el correlato correspondiente; esto es, a los deberes de la persona humana para consigo misma y en relacin con su comunidad. Al rescatarse la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad no se hace sino cumplir con mandatos propios de religiones del amor como son el cristianismo y el budismo, por ejemplo. Mas, al estar nuestra cultura inmersa dentro la denominada civilizacin occidental, el referente directo viene a ser, pues, el cristianismo, la religin fundada por el Cristo hebreo, aunque tambin podramos hablar del rescate de un autntico humanismo, asentado en races de justicia y compasin, para no citar religiones institucionalizadas que tienen su propio historial de desencuentros prcticos respecto a sus enunciados tericos. La persona humana, tras las diversas guerras mundiales que asolaron la humanidad del siglo XX, ha sido revalorada, pues sucede que en la ltima guerra mundial los pases se enfrentaron exhibiendo nada menos que doctrinas de Estado, como el patente caso de Italia, Alemania o la antigua Unin de Repblicas Socialistas Soviticas por citar slo unos ejemplos-. Tales doctrinas de Estado reducan al ser humano a meras piezas dentro de un engranaje mayor: el Estado. El ser humano haba sido concebido, en teora y prctica, como simple medio de la realizacin plena del respectivo Estado fascista, nazista o socialista (estalinista). Las millones de vidas humanas perdidas en el altar del Estado nacin con doctrina sistmica y totalitaria han sido la experiencia necesaria y suficiente para que se devuelva a la persona su dignidad inherente, que fue objetivamente mancillada. La humillacin concreta de las personas en las doctrinas de Estado ha servido, pues, de incentivo para, desde una respuesta dialctica, fomentar precisamente lo contrario; es decir, la defensa y el respeto de la persona humana, en su inmanente dignidad. Tal revaloracin de la criatura humana tiene que ver con el hecho de ser una parte especial en el ecosistema de la vida: una parte pensante y sensible, que, desde el primer acto de asombro y planteamiento acerca de su identidad, se reconoce como agente de conocimiento del mismo universo infinito, eterno e increado. Sin ser necesariamente la cspide de la evolucin, el ser humano finalmente ha sido revalorado por el propio ser humano, en un cierto cumplimiento de antiguos preceptos religiosos y humansticos. El artculo 1 de la Constitucin Poltica del Estado peruano no hace sino reconocer esa tendencia mayoritaria. El Estado es el medio; la persona humana, el fin. Incluso, en la terminologa constitucional, la sociedad se somete a la persona; esto es, est para servirla en aras de su plena realizacin. En este ltimo sentido, podemos apreciar una cierta diferenciacin para con la doctrina personalista de Mounier, pues en sta la persona humana slo puede encontrar su realizacin en la comunidad. No es que la sociedad est al servicio de la persona humana. La sociedad no existe separada de la persona, ni la persona existe separada de la

sociedad, dado que el ser humano encuentra su plena realizacin en sociedad, as como la sociedad se explica por medio del ser humano. Est claro que Mounier fue consciente de tal interrelacin vital. La persona no puede existir sin la comunidad, y la comunidad no puede ser concebida sin la persona. Slo el individualismo, recogiendo fraseologa personalista, tiende a la evasin y el aislamiento, no la persona. Slo el liberalismo burgus resquebraja a la comunidad en sectores privilegiados y pauperizados, no el personalismo. Slo el colectivismo aplasta al ser humano dentro de una estructura monoltica que deja poco o ningn lugar para las cuestiones del alma. Sin ser estrictamente personalista, la Constitucin Poltica del Per coincide con muchos de los postulados de Emmamnuel Mounier. Sin estar necesariamente enterados de la doctrina personalista, los legisladores constituyentes han coincidido con el personalismo cristiano de Mounier en muchos de sus puntos. Quizs slo por eso este filsofo francs, hombre de buena voluntad y de buena fe, puede sonrer con cierta tranquilidad desde la eternidad. 2. Los derechos fundamentales de la persona humana.- La revaloracin de la persona humana, efectuada en la Constitucin Poltica del Estado, se traduce de modo especfico y puntual en el articulado constitucional a travs del artculo 2, cuando se estipula que toda persona tiene derecho: 2.1 A la vida, a su identidad, a su integridad moral, psquica y fsica y a su libre desarrollo y bienestar. El concebido es sujeto de derecho en todo cuanto le favorece; 2.2 A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religin, opinin, condicin econmica o de cualquiera otra ndole; 2.3 A la libertad de conciencia y de religin, en forma individual o asociada. No hay persecucin por razn de ideas o creencias. No hay delito de opinin. El ejercicio pblico de todas las confesiones es libre, siempre que no ofenda la moral ni altere el orden pblico; 2.4 A las libertades de informacin, opinin, expresin y difusin del pensamiento mediante la palabra oral o escrita o la imagen, por cualquier medio de comunicacin social, sin previa autorizacin ni censura ni impedimento algunos, bajo las responsabilidades de ley. Los delitos cometidos por medio del libro, la prensa y dems medios de comunicacin social se tipifican en el Cdigo Penal y se juzgan en el fuero comn. Es delito toda accin que suspende o clausura algn rgano de expresin o le impide circular libremente. Los derechos de informar y opinar comprenden los de fundar medios de comunicacin; 2.5 A solicitar sin expresin de causa la informacin que requiera y a recibirla de cualquier entidad pblica, en el plazo legal, con el costo que suponga el pedido. Se exceptan las informaciones que afectan la intimidad personal y las que expresamente se excluyan por ley o por razones de seguridad nacional. El secreto bancario y la reserva tributaria pueden levantarse a pedido del Juez, del Fiscal de la Nacin, o de una comisin investigadora del Congreso con arreglo a ley y siempre que se refieran al caso investigado; 2.6 A que los servicios informticos, computarizados o no, pblicos o privados, no suministren informaciones que afecten la intimidad personal y familiar; 2.7 Al honor y a la buena reputacin, a la intimidad personal y familiar as como a la voz y a la imagen propias. Toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de comunicacin social tiene derecho a que ste se rectifique en forma gratuita, inmediata y proporcional, sin perjuicio de las responsabilidades de ley; 2.8 A la libertad de creacin intelectual, artstica, tcnica y cientfica, as como a la propiedad sobre dichas creaciones y a su producto. El Estado propicia el acceso a la cultura y fomenta su desarrollo y difusin; 2.9 A la inviolabilidad del domicilio. Nadie puede ingresar en l ni efectuar investigaciones o registros sin autorizacin de la persona que lo habita o sin mandato judicial, salvo flagrante delito o muy grave peligro de su perpetracin. Las excepciones por motivos de sanidad o de grave riesgo son reguladas por la ley;

2.10 Al secreto y a la inviolabilidad de sus comunicaciones y documentos privados. Las comunicaciones, telecomunicaciones o sus instrumentos slo pueden ser abiertos, incautados, interceptados o intervenidos por mandamiento motivado del Juez, con las garantas previstas en la ley. Se guarda secreto de los asuntos ajenos al hecho que motiva su examen. Los documentos privados obtenidos con violacin de este precepto no tienen efecto legal. Los libros, comprobantes y documentos contables y administrativos estn sujetos a inspeccin o fiscalizacin de la autoridad competente, de conformidad con la ley. Las acciones que al respecto se tomen no pueden incluir su sustraccin o incautacin, salvo por orden judicial; 2.11 A elegir su lugar de residencia, a transitar por el territorio nacional y a salir de l y entrar en l, salvo limitaciones por razones de sanidad o por mandato judicial o por aplicacin de la ley de extranjera; 2.12 A reunirse pacficamente sin armas. Las reuniones en locales privados o abiertos al pblico no requieren aviso previo. Las que se convocan en plazas y vas pblicas exigen anuncio anticipado a la autoridad, la que puede prohibirlas solamente por motivos probados de seguridad o de sanidad pblicas; 2.13 A asociarse y a constituir fundaciones y diversas formas de organizacin jurdica sin fines de lucro, sin autorizacin previa y con arreglo a ley. No pueden ser disueltas por resolucin administrativa; 2.14 A contratar con fines lcitos, siempre que no se contravengan leyes de orden pblico; 2.15 A trabajar libremente, con sujecin a ley; 2.16 A la propiedad y a la herencia; 2.17 A participar, en forma individual o asociada, en la vida poltica, econmica, social y cultural de la Nacin. Los ciudadanos tienen,conforme a ley, los derechos de eleccin, de remocin o revocacin de autoridades, de iniciativa legislativa y de referndum; 2.18 A mantener reserva sobre sus convicciones polticas, filosficas, religiosas o de cualquiera otra ndole, as como a guardar el secreto profesional; 2.19 A su identidad tnica y cultural. El Estado reconoce y protege la pluralidad tnica y cultural de la Nacin. Todo peruano tiene derecho a usar su propio idioma ante cualquier autoridad mediante un intrprete. Los extranjeros tienen este mismo derecho cuando son citados por cualquier autoridad; 2.20 A formular peticiones, individual o colectivamente, por escrito ante la autoridad competente, la que est obligada a dar al interesado una respuesta tambin por escrito dentro del plazo legal, bajo responsabilidad. Los miembros de las Fuerzas Armadas y de la Polica Nacional slo pueden ejercer individualmente el derecho de peticin; 2.21 A su nacionalidad. Nadie puede ser despojado de ella. Tampoco puede ser privado del derecho de obtener o de renovar su pasaporte dentro o fuera del territorio de la Repblica; 2.22 A la paz, a la tranquilidad, al disfrute del tiempo libre y al descanso, as como a gozar de un ambiente equilibrado y adecuado al desarrollo de su vida; 2.23 A la legtima defensa. 2.24 A la libertad y a la seguridad personales. En consecuencia: a. Nadie est obligado a hacer lo que la ley no manda, ni impedido de hacer lo que ella no prohbe. b. No se permite forma alguna de restriccin de la libertad personal, salvo en los casos previstos por la ley. Estn prohibidas la esclavitud, la servidumbre y la trata de seres humanos en cualquiera de sus formas. c. No hay prisin por deudas. Este principio no limita el mandato judicial por incumplimiento de deberes alimentarios. d. Nadie ser procesado ni condenado por acto u omisin que al tiempo de cometerse no est previamente calificado en la ley, de manera expresa e inequvoca, como infraccin punible; ni sancionado con pena no prevista en la ley. e. Toda persona es considerada inocente mientras no se haya declarado judicialmente su responsabilidad. f. Nadie puede ser detenido sino por mandamiento escrito y motivado del Juez o por las autoridades policiales en caso de flagrante delito.

El detenido debe ser puesto a disposicin del juzgado correspondiente, dentro de las veinticuatro horas o en el trmino de la distancia. Estos plazos no se aplican a los casos de terrorismo, espionaje y trfico ilcito de drogas. En tales casos, las autoridades policiales pueden efectuar la detencin preventiva de los presuntos implicados por un trmino no mayor de quince das naturales. Deben dar cuenta al Ministerio Pblico y al Juez, quien puede asumir jurisdiccin antes de vencido dicho trmino. g. Nadie puede ser incomunicado sino en caso indispensable para el esclarecimiento de un delito, y en la forma y por el tiempo previstos por la ley. La autoridad est obligada bajo responsabilidad a sealar, sin dilacin y por escrito, el lugar donde se halla la persona detenida. h. Nadie debe ser vctima de violencia moral, psquica o fsica, ni sometido a tortura o a tratos inhumanos o humillantes. Cualquiera puede pedir de inmediato el examen mdico de la persona agraviada o de aqulla imposibilitada de recurrir por s misma a la autoridad. Carecen de valor las declaraciones obtenidas por la violencia. Quien la emplea incurre en responsabilidad. Adems de lo exhaustivo de los derechos enunciados, el artculo 3 de la Ley de leyes establece que la enumeracin de los derechos establecidos en el Captulo I del Ttulo I no excluye los dems que la Constitucin garantiza, ni otros de naturaleza anloga o que se fundan en la dignidad del hombre, o en los principios de soberana del pueblo, del Estado democrtico de derecho y de la forma republicana de gobierno. En consecuencia, los derechos de la persona humana adquieren una destacable amplitud, con cierta proyeccin hacia el infinito. Esto ltimo ha ocasionado choques con los intereses de la sociedad, y aun con los derechos de personas distintas, por lo que se han puesto correctivos procedimentales a travs de la publicacin del Cdigo Procesal Constitucional, en lo que respecta a las condiciones de ejercicio de la antigua accin de amparo. Pero esto es motivo de otro trabajo. Lo que s podemos decir es que el abuso de las acciones de amparo se explicara tal vez por una falta de desarrollo de la persona humana. Mounier con su doctrina personalista precisamente persigue el desarrollo integral del ser humano, para convertirlo en persona; esto es, en una entidad humana plenamente realizada. Resulta obvio que tal realizacin se dara en el contexto de la comunidad; esto es, en un perfecto equilibrio entre los derechos y los deberes. IV. LA REALIDAD DE LAS COSAS EN LA SOCIEDAD Las declaraciones a favor de la persona humana, que lleva a cabo el texto constitucional, en una lnea lgica secuencial exenta de conflictos implicaran un mundo societario en donde el hombre se ha desarrollado de tal manera que habra suprimido, por ejemplo, la pobreza, la ignorancia y las guerras. Estaramos ante un mundo ideal, pletrico de justicia, paz y bienestar. Pero la contrastacin con los hechos nos lleva a un mundo en caos social y conflictos diversos. Y es que las ciudades urbanas se han convertido en selvas de cemento, en donde cada cual vela con salvaje devocin por sus propios intereses, cuando no importan los dems, sino solamente uno mismo, en una competencia desleal, concebida contra los dems, y no alrededor del propio desarrollo del individuo. En tal sentido, la comunidad podra ser vista como el resultado lgico obligatorio de un proceso de imposicin de los ms fuertes hacia los ms dbiles. Y es que la comunidad se explica en primera instancia por la existencia previa fsica de las personas naturales que la integran. Como se dira, la comunidad no es concebible sin individuos que le den sustento a la misma, ya que la comunidad, como tal, no pasa de ser un mero concepto que para no ser una ilusin necesita de un carcter diferenciador, puesto que una simple reunin fsica de personas no tiene porqu identificarse con lo que es o puede ser en s la comunidad. La comunidad, as como el todo, no es una llana suma de las partes. Pensar o creer lo contrario es caer en un simplismo exagerado que hara que llamsemos comunidad a simples

conglomerados de individuos que se pueden reunir partiendo por duros nimos de lucro extremo y terminando por no santos objetivos propios de bandas delincuenciales. No se puede llamar comunidad a una simple reunin mecnica de individuos porque tal reunin, por ser simple, no va acompaada de actos concretos de solidaridad y preocupacin por el destino de los dems. Las actuales urbanizaciones o sectores urbanos de nuestras ciudades para ser comunidades deberan de practicar esos actos, cumplir esos requisitos, ms an cuando sus habitantes dicen profesar la fe catlica o cristiana en general. Dnde est la solidaridad? Dnde est la compasin o piedad? Dnde el amor al prjimo? En quines se ve el rostro magnnimo de Dios? Y es que en los actuales conglomerados urbanos, por ejemplo, en dos casas vecinas uno de sus habitantes puede estar disfrutando, feliz de la vida, el logro de un doctorado, mientras el otro, el vecino, puede estar apretando el gatillo de un arma de fuego para poner fin, por mano propia, a su existencia. Esa es la lamentable realidad actual. Y el Estado brilla por su ausencia, a diferencia de su omnipresente presencia a la hora de cobrar los tributos e impuestos. En ese sentido, la comunidad puede ser vista como una imposicin dirigida a guardar las formas, para aparentar lo que no es real. El cristianismo formal de la mayora de los occidentales choca con la selva de cemento en que se han convertido las calles de las ciudades y pueblos. El instinto de conservacin de los individuos, sumado a su ansia de poder y sojuzgamiento de semejantes, marcan la pauta en las sociedades occidentales, de cultura judeocristiana. El superhombre amoral, en la prctica de las cosas, es ms considerado que el hombre bueno y justo. As de sencillo y simple. Nada ms y nada menos. Puede parecer cruel lo dicho. Pero es la verdad, y como tal, si hemos de querer cambiar el estado de cosas al respecto, lo primero que tenemos que hacer, nos guste o no, es aceptar la verdad. Luego surge el legtimo por qu?. Por qu se considera ms al superhombre amoral que al hombre bueno y justo? Por qu el primero se lleva los mejores lauros y los ms ovacionados aplausos? Por qu tal realidad si en los cdigos morales y religiosos se proclama lo contrario? Por qu tal realidad? Por qu? Por qu? Luego est la bsqueda de respuestas. Y en ese nimo nos encontramos con la naturaleza inherente al ser humano. Esa naturaleza dual, que tiende tanto al bien como al mal, y propia de un ser en eterno conflicto desde los mismos albores de la creacin. Si bien es cierto que las nociones universales de bien y mal varan de acuerdo al espacio y tiempo de que se trate, no se puede negar que el bien est ligado a todo aquello que es propio de la bondad humana, y que el mal, por el contrario, viene a ser la exacta correspondencia de la maldad humana, entendida sta como lo que, implicando actos de injusticia, busca el sojuzgamiento y la destruccin de los dems. Es de resaltar que la destruccin, en la poca actual, se verifica desde el ataque y erosin de la imagen y credibilidad de las personas hasta el asesinato por encargo va sicarios profesionales. El relativismo sobre el bien y el mal ha sido y es utilizado hbilmente por los convenidos y vendidos de siempre, esos que, a lo largo de la historia, han pululado como grmenes y que han medrado entre las ruinas de cada una de las civilizaciones. Para los mercenarios de la vida, no hay mejor arma ideolgica que el relativismo. Desde los niveles primarios de las abstracciones hasta la universalidad de las filosofas, para tales mercenarios y convenidos de siempre es importante que el relativismo alcance el rango de principio universal, vigente ms all de las formalidades institucionales de las contemporneas sociedades occidentales u orientales, porque de ese modo tienen cierta autorizacin implcita para actuar sin mayores dificultades. Como el ser humano tiende, en trminos generales, tanto al bien como al mal, el relativismo es un arma ideolgica mortal. Sin embargo, las diferencias entre lo que es bien y mal en diversas culturas y personas son en realidad de forma, no de fondo. Si hemos de hablar de fondo, queda claro que el bien es uno solo a travs de todas las eras, lo mismo sucede respecto al mal. Pese a ello, los traficantes y mercenarios de la vida destacan las formas por

encima del fondo para entronizar el relativismo en el imaginario de los pueblos con el nico fin de justificar los saqueos de las sociedades humanas. Mantener a la gente en la ignorancia respecto a lo que se esconde detrs del relativismo es tarea de los vendidos de siempre, aunque hay que tener cuidado en la vehemencia al condenar el relativismo porque no est lejos el caer en el otro extremo, el cual es el absolutismo propio de Estados tiranizantes y opresores de la libertad individual de las personas. En tales formas de gobierno opresoras y tiranas, tambin se destacaran las formas sobre el fondo pero respecto al absolutismo de sealar una sola manifestacin de bien, a la cual todos deben considerar como nico y universal referente a la hora de realizar los actos y hechos concretos. No obstante que puede haber buena fe en ello, no obstante que, en un principio, pueden haber existido buenas intenciones, las sociedades y Estados en los cuales rige el absolutismo van a engendrar en su mayor parte individuos fanticos y cerrados en esquemas estrechos de concepcin, pues habrn, a manera de reaccin, minoras reacias a ser regidas por el totalitarismo de considerar una nica forma o manifestacin de bien. Mientras esperamos el logro de mejores sociedades, y por ende de mejores seres humanos, la realidad es inclemente y cruda. Y quizs por eso mismo urge actuar, ms que nunca, con fe en un futuro construido por nosotros mismos, cuando nuestros actos se dirijan hacia el sol de los ideales imperecederos, hacia el sol de los tiempos nuevos.

V. CONCLUSIONES 1. La filosofa personalista constituye para algunos el sntoma y para otros la respuesta a esa situacin de nihilismo, cuando ni la soledad, ni la muerte permiten responder a la pregunta por el sentido, y la persona se divisa en el horizonte conceptual como alternativa a la crisis de la modernidad. 2. El personalismo se constituye a su vez como lo contrario al colectivismo, donde el sujeto se convierte en nmero, y como lo contrario al individualismo, que nos vuelve incapaces de comunicarnos entre nosotros mismos como entidades inexorablemente relacionadas entre s. 3. Para Mounier, el individividuo es la dispersin de la persona en la materia, dispersin y avaricia. La persona no crece ms que purificndose del individuo que hay en ella. Contra el individualismo, propio de una sociedad despersonalizada, se reivindica a la Persona como ser concreto (no subjetivo) y por ello relacional y comunicativo, es decir, comunitario. 4. El personalismo, luego de desechar gramaticalmente el trmino individuo para referirse al ser humano en solitario, aislado como unidad teniendo en cuenta la humanidad como referencia mxima con la cual cotejar, centra sus esperanzas en el trmino lingstico persona. Sin embargo, desde una perspectiva de anlisis de fondo del lenguaje, el individuo que Emmanuel Mounier condena y ataca es lo mismo que la persona. Slo que para este autor personalista se hizo necesaria la creacin de un trmino que simbolice lo que l precisamente trataba de poner en duda abierta y en franca oposicin a su doctrina, obviamente con fines de ubicar claramente al enemigo principal, al cual ya se poda destinar los ms cruentos ataques en el mundo de lo intelectual. 5. Razones no le faltan a Mounier para criticar duramente al individualismo burgus, pero este mismo autor francs reconoce a plenitud que, por ejemplo, la era individualista ha partido de una fase heroica, pues su primer ideal humano, el hroe, es el hombre que combate solitario contra potencias masivas, y en su combate singular hace estallar los lmites del hombre. 6. El Estado, para la doctrina personalista, no es la nacin, ni siquiera es una condicin que debe ser cumplida antes de que la nacin pueda llegar a existir. Al decir de Mounier, slo los fascistas proclaman abiertamente que su meta es el bien del Estado. Pero desde una visin

humana de la historia, el Estado es aquello que le da objetividad, fuerza y concentracin, a los derechos humanos; emergiendo espontneamente de la vida de los grupos organizados, y en este respecto, viene a ser la garanta institucional de la persona. El Estado est hecho para el hombre, no el hombre para el Estado, as como la economa est destinada para servir al hombre, y no el hombre al servicio de la economa. 7. En terminologa de Mounier, la nacin viene a ser el abrazo que rene a la abundancia de sociedades diversas alrededor de las personas (sociedades econmicas, culturales, espirituales), bajo la unidad viva de una tradicin histrica y de una cultura particularizada en su expresin, con poder de cierta universalidad. 8. La nacin as se constituira como el punto intermedio entre sociedad y Estado, alcanzando su plena realizacin en una comunidad personalizada. Al fin de cuentas, Mounier habla de una comunidad internacional, y del derrumbamiento del Estado nacin. 9. El personalismo conserva la colectivizacin y salvaguarda la libertad apoyndola en una economa autnoma y flexible en lugar de adosarla al estatismo. La economa personalista admite dos sectores: un sector planificado, destinado a la produccin del mnimo vital, y un sector libre, donde actan, sin amenazar el mnimo vital de las personas, la libre creacin y la libre emulacin. En este sentido, podemos decir que la economa personalista pensada por Mounier se aproxima al concepto constitucional que subyace en la denominacin economa social de mercado. 10. El destacamiento de la persona humana, que efecta la Constitucin Poltica del Per, hay que ubicarlo, en un plano inicial, en la dimensin de la defensa irrestricta de los derechos humanos. La doctrina personalista de Mounier en este sentido tiene enormes coincidencias con el tema actual de los derechos fundamentales y constitucionales de la persona humana, y en consecuencia el personalismo pudo haber sido asimilado como corriente filosfica en nuestras dos ltimas Constituciones Polticas (de 1979 y 1993). Sin embargo, la doctrina de Mounier hace tambin hincapi en el correlato correspondiente; esto es, en los deberes de la persona humana para consigo misma y en relacin con su comunidad. 11. El artculo 1 de la Constitucin Poltica del Estado peruano no hace sino reconocer la tendencia mayoritaria del respeto de los derechos humanos. El Estado es el medio; la persona humana, el fin. Incluso, en la terminologa constitucional, la sociedad se somete a la persona; esto es, est para servirla en aras de su plena realizacin. En este ltimo sentido, podemos apreciar una cierta diferenciacin para con la doctrina personalista de Mounier, pues en sta la persona humana slo puede encontrar su realizacin en la comunidad. No es que la sociedad est al servicio de la persona humana. La sociedad no existe separada de la persona, ni la persona existe separada de la sociedad, dado que el ser humano encuentra su plena realizacin en sociedad, as como la sociedad se explica por medio del ser humano. 12. Sin ser estrictamente personalista, la Constitucin Poltica del Per coincide con muchos de los postulados de Emmamnuel Mounier. Sin estar necesariamente enterados de la doctrina personalista, los legisladores constituyentes han coincidido con el personalismo cristiano de Mounier en muchos de sus puntos. VI. NOTAS (1) Respecto a los esquemas estrechos de concepcin a travs de la historia podemos citar a la oscuridad filosfica y cientfica imperante en la Edad Media, en donde, por ejemplo, se lleg a afirmar como dogma que la tierra era plana y que las estrellas y dems cuerpos celestes giraban alrededor de nuestro planeta. (2) Sobre la problemtica del lenguaje, es de destacar que, por ejemplo, para Ludwig Wittgenstein no existe un lenguaje ideal, perfecto, que nos mostrara la esencia del lenguaje, lo

que el lenguaje realmente es y cuyo descubrimiento sera el objetivo final de la investigacin sobre el lenguaje. Los estudios de este filsofo sobre el lenguaje han hecho revalorar la importancia del lenguaje ordinario y el lugar que el uso ocupa en el tratamiento del mismo. En ese sentido, el individuo que Emmanuel Mounier condena y ataca es lo mismo que la persona. Slo que para este autor personalista se hizo necesaria la creacin de un trmino que simbolice lo que l precisamente trataba de poner en duda abierta y en franca oposicin a su doctrina, obviamente con fines de ubicar claramente al enemigo principal, al cual ya se poda destinar los ms cruentos ataques en el mundo de lo intelectual. (3) Los conocidos hermanos Chirinos Soto al respecto sealaban que la persona no puede ser, como tal, fin de la sociedad ni del Estado, pues la defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad s pueden ser no slo uno de los fines, sino el fin supremo de la sociedad y del Estado. Con tal tautologa, no queda mucho por agregar, salvo el hecho de que lo ms propio seria hablar de una realizacin plena del ser humano como objetivo mximo de la sociedad y el Estado peruanos. (4) CHIRINOS SOTO, Enrique y Francisco Chirinos Soto. Constitucin de 1993: Lectura y Comentario. Lima Per. 1997. p 17.

VII. BIBLIOGRAFIA

CHIRINOS SOTO, Enrique y CHIRINOS SOTO, Francisco. 1997. Constitucin de 1993: Lectura y Comentario. 4 e. Lima Per. 545 pp.

GUEVARA VASQUEZ, Ivn. 2004. El Ocaso de los Maestros. 1 e. Ro Santa Editores. Chimbote Per. 216 pp

MOUNIER, Emmanuel. 1938. Manifiesto al Servicio del Personalismo. Traduccin de Julio D. Gonzlez Campos. Ed. Taurus. 371 pp.

http://www.tuobra.unam.mx/publicadas/041216173347.html

Breve antologa del pensamiento de Emmanuel Mounier LA PERSONA Una persona es un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia de su ser; mantiene esa subsistencia con su adhesin a una jerarqua de valores libremente adoptados, asimilados y vividos en un compromiso responsable y en una constante conversin; unifica as toda su actividad en la libertad y desarrolla por aadidura, a impulsos de actos creadores, la singularidad de su vocacin. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) EL PERSONALISMO Llamamos personalista a toda doctrina, a toda civilizacin que afirma la primaca de la persona humana sobre las necesidades materiales y sobre los mecanismos colectivos que sustentan su desarrollo (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) CIVILIZACIN PERSONALISTA Una civilizacin personalista es una civilizacin cuyas estructuras y cuyo espritu se orientan a la realizacin como persona de cada uno de los individuos que la componen. Las colectividades naturales son all reconocidas en su realidad y en su finalidad propia, diferentes de la simple suma de los intereses individuales y superiores a los intereses del individuo considerado materialmente. Sin embargo tienen como fin ltimo el poner a cada persona en estado de poder vivir como persona, es decir, de poder acceder al mximo de iniciativa, de responsabilidad, de vida espiritual. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) NI INDIVIDUALISMO NI COLECTIVISMO El verdadero mal del siglo est en que, comnmente, la persona falta a todos. Dos enfermedades la atacan permanentemente: el individualismo y las tiranias colectivas (...). El individualismo ha cambiado la persona por una abstraccin jurdica sin vinculaciones, sin tejido, si entorno, sin poesa, intercambiable, entregada a las primeras fuerzas que llegan. El capitalismo ha llegado a ser ese no-ser con su medida montona, el dinero, sus sentimientos ya hechos, sus ideas ya hechas, su prensa ya hecha, su educacin ya hecha, su jurismo de cuartel y, bajo la mscara de viejos ideales, ha empujado la anarqua hasta su peor tirana, la tirana que suelda un magma de almas descoloridas y sin resistencia. El individualismo ha proclamado la suficiencia del ciudadano reivindicador, ha rechazado el misterio y la llamada de las presencias espirituales. El capitalismo ha llegado a desclasarse, ha denominado valores espirituales a las preciosidades derivadas de su cdigo de moral burguesa y de las mscaras virtuosas de su desorden. Ha llamado materialismo a las reivindicaciones de la justicia y a las cleras de los hombres pobres que han credo que era verdad y han acudido donde se les rechazaba. Camino abierto al dinero y a la vida tranquila. Un tipo de hombre absolutamente vaco (...) de toda locura, de todo misterio, del sentido del ser y del sentido del amor (...). Cuando el individualismo y el capitalismo se presentan como defensores de la persona, de la iniciativa y de la libertad, mienten lo mismo que cuando se dicen defensores de la propiedad. Defienden la palabra para mejor expropiar la cosa (...) En en todas estas dimensiones a la vez donde hay que hacer una restauracin del sentido de la persona. Si se insiste por un solo lado, nos arriesgamos a un mal peor. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) Slo hay sociedad entre miembros distintos. Las dos herejas de toda sociedad posible son la confusin y la separacin. El hombre que se evade de la materia se rene con el hombre que se pierde en ella. As sucede en la sociedad que los hombres construyen entre ellos. Cada uno crece en ella verticalmente, hacia su libertad, su personalidad, su propio dominio; pero est

llamado tambin a un intercambio horizontal de abnegaciones. La historia parece haber querido disociar el descubrimiento de esta doble vocacin. Tras dos tentativas de armonizarla, la antigua y la cristiana (me limito a Occidente), un primer humanismo abstracto se constituy a partir del Renacimiento, dominado por la mstica del individuo; un segundo humanismo tan abstracto y no menos inhumano se constituye hoy en la URSS, dominado por la mstica de lo colectivo. La lucha gigante que se libra bajo nuestros ojos no se circunscribe a cierto tipo de paz o ciertas frmulas de bienestar, sino que afronta el primer Renacimiento que se desmorona y el segundo que se prepara. Lo trgico del combate es que el hombre est en los dos campos; y que si uno aplasta al oro, pierde una mitad inalienable de s mismo. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) FAMILIA La familia no es slo una utilidad biolgica o social y no defendindola sino en su aspecto funcional muchos pierden su sentido. Sentido que consiste en ser el punto de articulacin de lo pblico y lo privado, en unir cierta vida social a cierta intimidad. Socializa al hombre privado e interioriza las costumbres. Por ese rol de mediacin es el nudo capital del universo personal (...). En cuanto comunidad incorporada, la familia sufre, por parte de las condiciones del medio, modificaciones de su estructura que pueden afectar profundamente su figura sin alcanzar su ser. La organizacin de la juventud como edad independiente, la mayor movilidad de los desplazamientos, la democratizacin de las costumbres, aflojan lentamente el viejo haz familiar. Para bien o para mal? Si es verdad que la indisciplina creciente de las costumbres y los ltimos sobresaltos del individualismo minan peligrosamente la institucin familiar en lo que tiene de ms valioso, no hay que confundir esta descomposicin con su renovacin y su promocin a una mayor universalidad. (El Personalismo, 1949) LA NACIN La nacin es el abrazo que rene a ese florecimiento espontneo de sociedades diversas alrededor de las personas bajo la unidad viva de una tradicin histrica y de una cultura particularizada en su expresin, pero con poder de universalidad. Es, como se ve, una realidad mixta y no cristalizada: por abajo, receptculo de una multiplicidad de sociedades que no puede digerir, sino que mantener con vigor; por arriba, si no comunidad en el sentido perfecto de la palabra, s al menos entidad comunitaria, vnculo flexible y vivo entre la universalidad que nicamente cada persona como tal puede alcanzar y llevar, y las sociedades carnales que rodean y retienen al individuo. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) El nacionalismo aparece hoy con toda evidencia como anticuado, ruinoso y regresivo. No obstante, el sentido nacional es an un poderoso auxiliar contra el egosmo vital del individuo y de las familias, contra el dominio del Estado y el avasallamiento de los intereses econmicos cosmopolitas. Desde esa posicin alta, se regula una parte del equilibro humano; la nacin no concierne slo al ciudadano: es un elemento integrante de nuestra vida espiritual. (El Personalismo, 1949) EL NACIONALISMO El patriotismo se eleva de las personas a la nacin; el nacionalismo desciende del Estado a las personas, e histricamente de las grandes naciones a las pequeas. El nacionalismo se sirve del patriotismo como el capital se sirve del sentimiento natural de la propiedad personal, a fin de dar a un sistema de intereses o a un egosmo colectivo un alimento espiritual al mismo tiempo que una justificacin moral. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) EL ESTADO El Estado, servidor de las personas, tiene como funcin poner a disposicin de estas iniciativas los mecanismos de coordinacin que facilitarn sus esfuerzos (...).El Estado personalista no es neutro, es personalista. (...) No tiene el Estado por qu determinar la vocacin de las personas ni

la orientacin que esa vocacin ha de seguir; ni tiene por qu solicitar gestos que perpeten la hipocresa social y el servilismo espiritual. (...) El papel del Estado se limita, de una parte, a garantizar el estatuto fundamental de la persona; de otra, a no poner obstculos a la libre concurrencia de las comunidades espirituales. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) LAS INSTITUCIONES El personalismo debe imprimir a las instituciones una doble orientacin:

1. Un condicionamiento negativo: no hacer nunca de ninguna persona una vctima de su


torpeza o un instrumento de su tirana; no usurpar la parte propiamente personal en el terreno privado y en el pblico- de la vida de los particulares; proteger esta parte sagrada contra las opresiones posibles de otros individuos o de otras instituciones; limitar las violencias necesarias a las exigencias de las necesidades naturales y a las de un orden pblico dotado de un rgimen flexible de control, de revisin y de progreso. 2. Una orientacin positiva: dar a un nmero cada vez mayor de personas, y en definitiva dar a cada uno, los instrumentos apropiados a las libertades eficaces que le permitirn realizarse como persona; revisar a fondo unas estructuras y una vida colectiva que desde hace un siglo se ha desarrollado con una rapidez prodigiosa al margen de la preocupacin por las personas y por consiguiente contra ellas; hacer presentes en todos los engranajes de la ciudad virtudes de la persona, desarrollando al mximo, en cualquier nivel y en todo lugar, la iniciativa, la responsabilidad, la descentralizacin. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) PROGRESO, TCNICA Y HUMANIDAD El personalismo no puede experimentar ms que irrisin hacia las ideologas progresistas: el hombre no est automticamente purificado por el progreso de la civilizacin material (...). Pero el personalismo tampoco tiene ninguna complacencia con las ideologas antiprogresistas (...). Le incumbe el papel capital de organizar con el esfuerzo humano una economa de fuerzas o de circulacin y un aumento de eficacia. A condicin de seguir estando al servicio de la persona, la tcnica la libera constantemente, en la base de su actividad, de la complicacin, del azar, del despilfarro, del espacio y del tiempo (...). Es, por tanto, para el hombre, si la domina, una poderosa posibilidad de liberacin. Lo que hay, pues, que reprochar a la civilizacin tcnica no es que sea inhumana en s, sino estar an inhumanizada y servir a un rgimen inhumano. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) LIBERALISMO No hay que desconocer que el liberalismo ha mantenido justas reivindicaciones contra todos los dogmatismos colectivos, y por estar razn ha rendido un homenaje implcito a la verdad, que trasciende tanto a las sociedades como a los individuos. Pero no se libera a los hombres desligndoles de los vnculos que los paralizan, se ven liberados cuando se les vincula a su destino. Se les libera comprometindoles all donde, con un poco de esfuerzo, llegarn a reconocer su ms profunda autonoma. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) FASCISMO No tenemos la intencin de ser simples. Tampoco negaremos que los fascismos aportan, con respecto a los regmenes a los que reemplazan, un elemento de salud y una alteza de miras que no son energas desdeables. (...) Pero denunciaremos ms profundamente el fascismo como un tipo de actitud humana y como la dimensin ms peligros que nos pueda hoy en da ser propuesta. Pseudohumanismo, pseudoespiritualismo que doblegan al hombre bajo la tirana de los ms pesados espiritualismos y de las msticas ms ambiguas: culto de la raza, de la nacin, del Estado, de la voluntad de poder, de la disciplina annima, del jefe, de los xitos deportivos y de las conquistas econmicas. A fin de cuentas, nuevo materialismo, si el materialismo es reducir y avasallar, en todos los aspectos, lo superior a lo inferior. Ser necesario que los

optimistas liberales lo sepan de una vez por todas: no se combate una mstica con una mstica de rango inferior (...). Nuestro deber no es slo rechazar la facilidad, sino tambin enderezar este spero deseo de grandeza que sin embargo se va engolfando por caminos indeseables. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) MARXISMO Hay mucho que aprender del marxismo. Pero hay un marxismo que no es slo un loable mtodo de investigacin o un conjunto de intuiciones sobre la condicin del hombre, entre las cuales algunas se aproximan a los ms profundos puntos de vista de Pascal y del cristianismo. Hay un marxismo, filosofa totalitaria, que convierte toda actividad espiritual en un reflejo de las circunstancias econmicas, ocultado o negando los misterios del ser y del hombre, no considerando otra superficie del hombre que la relacionada con una vida de nutricin y de relacin, y amenazando a la persona con los mismos mecanismos que destina a liberarla. Existe un comunismo histrico cuyas grandezas conocemos, cuyo mensaje entendemos y en cuyo seno acechamos, para darles nuestra alegra, todos los verdaderos impulsos, mas en el cual debemos constatar asimismo que no representa en la historia del mundo y del propio comunismo sino la dictadura (...) Qu defendemos nosotros a nivel ms elevado contra la dictadura comunista? (...) Defendemos la posibilidad para cada hombre, una vez sometidos a las disciplinas mateiales necesarias, de realizar su destino y elegir las lneas de libertad que prefieran, aunque sean opuestas a la opinin del poder. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) El antimarxismo es una actitud no menos confusa ni menos falaz que el antifascismo (...) El personalismo es el nico terreno sobre el cual puede trabarse un combate honrado y eficaz con el marxismo. Pero el bloque antimarxista, tal y como lo hemos visto hasta ahora constituido, es un rgano de defensa del capitalismo. No se combate un error con el desorden que lo engendra (...). Nosotros no oponemos la revolucin espiritual a la revolucin material; afirmamos nicamente que no existe revolucin material fecunda sin que est enraizada y orientada espiritualmente (...). Aunque se quiera lo contrario, de un brote puramente econmico no pueden salir otros valores que el confort y el poder (...). El trabajo revolucionariamente profundo no es, por tanto, despertar en el hombre oprimido la conciencia de su sola opresin, incitndole as al odio y a la reivindicacin exclusivos, y por ende a una nueva evasin de s mismo; es ante todo mostrarle como fin ltimo de esa rebelin la aceptacin de una responsabilidad y la voluntad de una superacin (...). La laguna esencial del marxismo es haber desconocido la realidad ntima del hombre, la de su vida personal (...). (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) CAPITALISMO El capitalismo no cae slo bajo un juicio tcnico (Marx) ni solamente bajo un juicio moral (en este caso bastara una depuracin) sino bajo uno y otro a la vez (...). Lo que consideramos til denunciar aqu son sus principios radicales. Pensamos que nada se ha hecho mientras que una crtica del capitalismo los deja intactos. Sealaremos en primer lugar, subyacente a todo el sistema, el principio metafsico del optimismo liberal; dejadas a su propio impulso, las necesidades humanas, se piensa, establecen espontneamente la armona. Pero la experiencia ha demostrado, por el contrario, que la libertad sin disciplina cede el campo a los determinismos del mal que los ms fuerten desposeen y oprimen a los ms dbiles. En seguida pasamos a sealar tres principios (si los podemos llamar as) de moral social.

Primado de la produccin. No es la economa la que est al servicio del hombre, es el hombre el que est al servicio de la economa. En otros trminos, no se regula la produccin sobre el consumo y ste sobre una tica de las necesidades humanas, sino el consumo, y a travs de l la tica de las necesidades y de la vida, sobre una produccin

desenfrenada. La economa se convierte en un sistema cerrado, con su propio juego, y el hombre debe someterse a sus modos y principios (...).

Primado del dinero. No es el dinero el que est al servicio de la economa y del trabajo, son la economa y el trabajo los que estn al servicio del dinero. El primer aspecto de estas soberana es el primado del capital sobre el trabajo en la remuneracin y en el reparto del poder econmico (...). El segundo aspecto es el reino de la especulacin o juego sobre el dinero, mal todava ms nefasto que el productivismo. La especulacin transforma la economa en un inmenso juego de azar indiferente a las consecuencias de sus contrapartidas econmicas y huamanas.

Primado del beneficio. En consecuencia, el beneficio del dinero es el mvil dominante de la vida econmica. El beneficio capitalista no es la retribucin normal de los servicios prestados, sino una ganancia doblemente desarraigada. Primero, tiende siempre al provecho adquirido sin trabajo, asegurado por los diversos mecanismos de fecundidad del dinero. Por otra parte, no est regulado por las necesidades, sino que es en principio indefinido. Finalmente, cuando est regulado, se mide por los valores burgueses y capitalistas, confort, consideracin social, representacin, indiferentes al bien propio de la empresa o de la economa. La preocupacin por el beneficio, en el lmite algo puramente mecnico y deshumanizado, expulsa o desva progresivamente todos los valores humanos: amor por el trabajo y su objeto, sentido del servicio social y de la comunidad humana, sentido potico del mundo, vida privada, vida interior, religin.

(Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) EL TRABAJO El trabajo (...) representa para cada uno el medio de asegurarse al mnimo la propia subsistencia y la subsistencia de los que tiene a su cargo; normalmente debe permitirle adems las condiciones de una vida plenamente humana (...). El trabajo es adems para la persona (...) un notable instrumento de disciplina. Saca al individuo de s mismo (...). El trabajo es un estado econmico y social en el que ocupa la mayora de las horas el hombre, es una de las fuentes principales de las camaraderas, la cual prepara comunidades ms profundas. Se enriquece con el sentimiento colectivo de la plaza ocupada, del servicio social que desborda con mucho la buena vecindad del taller o de profesin (...). Teniendo todos los hombres un derecho absoluto a un mnimo vital y no pudiendo mantener ese mnimo por otro medio que el trabajo de todos, exigiendo por otra parte un mnimo de trabajo para seguir siendo humanos, existe para cada hombre un derecho al trabajo. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) ECONOMA PERSONALISTA La economa capitalista es una economa completamente subvertida, donde la persona est sometida al consumo y ste a la produccin, que a su vez est al servicio de la ganancia especulativa. Una economa personalista regula por el contrario la ganancia por el servicio realizado en la produccin, la produccin por el consumo, y el consumo por una tica de las necesidades humanas situadas en la perspectiva total de la persona. Mediante intermediarios la persona es la piedra angular del mecanismo, y ella debe hacer sentir este primado en toda la organizacin econmica (...). 1. Una economa personalista parte de una tica de las necesidades (...).

2. La economa personalista regular su produccin mediante una estimacin de las necesidades reales de las personas consumidoras (...). Resultan de ello varias inversiones de jerarquas que producirn sus consecuencias sobre todo el apartado econmico: 1. Primaca del trabajo sobre el capital (...). El capital (...) no es un bien productivo susceptible de fecundidad automtica, sino slo una materia de cambio y un instrumento cmodo, pero estril, de la produccin. La economa personalista suprime la prolijidad del dinero bajo todas sus formas (...) Elimina toda forma de especulacin y reduce las bolsas de valores o de mercancas a un papel regulador. Reglamenta colectivamente el crdito (...). El capital-dinero como tal no tiene ningn derecho directo sobre el producto del trabajo en el que colabora. Aqu es necesario hacer una distincin entre el capital de complemento, cuyo detentador es extrao a la empresa, y el capital personal, que participa en la vida de la empresa mediante el trabajo de su poseedor y con su propio riesgo. En la remuneracin de ste ltimo no se trata de un capital que recibe un dividendo, sino de un ttulo de copropiedad que participa en los beneficios igual que participa en los riesgos: la ganancia sigue siendo personal, como el compromiso. Muy distinto es el capital exterior e irresponsable, producto de un ahorro anterior y procedente del tenedor de fondos ajenos a la empresa. ste, cuando no pueda ser evitado, no tendr ningn derecho sobre la gestin o sobre las ganancias de la empresa (...). No se trata, como puede verse, de suprimir el capital, sino de restablecer una relacin de valor esencial: el capital no es ms que el material econmico. Un un material ni gobierna ni prolifera. El trabajo es el nico agente propiamente personal y fecundo de la actividad econmica. 2. Primado de la responsabilidad personal sobre el aparato annimo(...).El anonimato debe desaparecer del conjunto de la economa. El capital de complemento, extrao a la empresa, ver transformados sus ttulos al portador en ttulos nominativos o de endoso. (...). El capital, aunque est nominalmente bloqueado en la empresa, no tiene sobre la gestin de la empresa ms que un poder de control sin voz deliberante (...). No tiene ningn derecho a parcela alguna de la autoridad o de la gestin. Autoridad y gestin pertenecen exclusivamente al trabajo responsable y organizado. Esta exigencia echa por tierra los dos pilares del desorden capitalista: el gobierno de los bancos y el de los consejos de administracin, el salario capitalista (...). En el terreno de la produccin, la exigencia democrtica as entendida quiere que cada trabajador sea colocado en condiciones de ejercer al mximo las prerrogativas de la persona: responsabilidad, iniciativa, dominio, creacin y libertad, en el papel que le est asignado por sus capacidades y por la organizacin colectiva (...). 3. Primaca del capital sobre la ganancia (...). 4. Primaca de los organismos sobre los mecanismos (...). El movimiento propio de una economa personalista es un movimiento descentralizador (...). Es todo lo contrario a una economa colectivista (en el sentido clsico) en donde la estatalizacin es el movimiento propio (...). Una economa personalista es una economa descentralizada hasta el nivel de la persona. La persona es su principio y su modelo (...). La unidad econmica primaria no es el individuo productor, como en el rgimen individualista, ni la nacin o la corporacin nacional, como en el rgimen estatizado, sino la clula econmica o empresa (...). El plan econmico no debe ser la militarizacin de la economa en un sistema dictado desde el centro. Ha de apoyarse en un censo de las evaluaciones y de las propuestas locales estudiadas en cada lugar, transmitidas tras estudio y aprobacin local, para diversificarse de nuevo, sobre la realidad viva, en su aplicacin (...). Una economa personalista resuelve el conflicto pendiente entre el liberalismo y el colectivismo. El liberalismo (terico) debe su fuerza a una dfensa de los valores personales de la libertad y de iniciativa y a una justa crtica de las maldades del estatismo; pero entrega sus realidades

personales a la presin capitalista que priva de ellas a la mayora de los hombres. El colectivismo tiene razn cuando proclama la necesidad de colectivizar ampliamente la economa para salvarla de la dictadura de los intereses particulares, pero entrega la libertad, atada de pies y manos, a la dictadura estatista de un partido o de un cuerpo de funcionarios. El personalismo conserva la colectivizacin y salvaguarda la libertad apoyndola en una economa autnoma y flexible en lugar de adosarla al estatismo. (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) DEMOCRACIA Llamamos democracia, con todos los calificativos y superlativos que sean necesarios para no confundirla con sus minsculas deformaciones, al rgimen que descansa sobre la responsabilidad y la organizacin funcional de todas las personas constituyentes de la comunidad social. Entonces s, estamos sin ambages al lado de la democracia. Aadamos que, desviada desde su origen por sus primeros idelogos, y aniquilada luego por el mundo del dinero, esa democracia no ha sido jams realizada de hecho y apenas nada en los espritus (...). La doctrina de la soberana popular no significa nada para nosotros si ella viene reclamada por la ley del nmero inorganizado, o por el optimismo ingenuo sobre la infalibilidad popular (...). Un rgimen personalista es el que da a todas las personas, cada una en el lugar que le asignan sus dones y la economa general del bien comn, una parte de las funciones de la unidad; que intenta, por consiguiente, reducir progresivamente la situacin, inhumana y peligrosa, de gobernado pasivo (...). La democracia no es el reino del nmero, sino el reino del derecho (...). Y no deseamos comprar una popularidad barata por medio de esa confusin de la democracia real con la democracia liberal y parlamentaria. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935) REVOLUCIN La revolucin del siglo XX debe proporcional al hombre contemporneo un instrumento tcnico racional y una organizacin social justa. Pero ella tiene por cometido tambin proporcionarle una razn para vivir y morir y en primer lugar una consistencia. (Qu es el Personalismo, 1947) La revolucin comienza a instalarse en cada persona mediante una inquietud (...). Una revolucin a favor de la persona no puede emplear ms que unos medios proporcionados a la persona (...). (Manifiesto al Servicio del Personalismo, 1936) Nos afirmamos revolucionarios de dos maneras. Una primera vez (...) porque la vida del espritu es una conquista sobre nuestra perezas, porque a cada paso tenemos que reaccionar contra el sopor, el nuestro y tambin el del orden establecido, adaptarnos a la revolucin nueva, expandirnos hacia el paisaje que se ampla. Una segunda vez (...) porque el moho del mundo moderno se halla tan avanzado, es tan esencial, que el derrumbamiento de toda su masa carcomida es necesario para la aparicin de nuevos tallos (...). No queremos un mundo dichoso, queremos un mundo humano, y un mundo no es humano sino a condicin de dar posibilidades a las exigencias esenciales del hombre. Toda transformacin que no sea inspirada por esas posibilidades, toda revolucin no acompaada por una transfiguracin, morir su misma muerte (...). Estamos con Pguy: la revolucin ser moral o no ser. (Revolucin Personalista y Comunitaria, 1935).

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