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Rosemberg
Exploración clínjca
del
CA~ADO \"AC.liNO
...
~Exploración clínica
el el
GANADO VACUNO
por
GUSTAV ROSENBERGER
Doctor en Vettrh,orlo. Cotedr6tlco
Director de lo Clrnlca de Enfermeclodea del go~todo vacuno
de lo Escuela Superior de Veterinario de Honnover
Con la colaboración
de
C. 011\KSEN,
11.-D. GltÜND~B
y M. STÓUEH
EDITORIAL LA*>R, S. A.
IAICRONA • MADIID • BUENOS AllfS
110 DE JANEtlO • MDICO ·MONTEVIDEo
TratluCI' Í•Ín C!' JII'Iiwlu l'.,r el
Cnl ctlrú&ico IIUIIH' I'Itr&n tl t! l' nlulugí~t Ct•ucrnl, l'ropt·tll-ut Ít' ll ~· Eurunu· tlncft•:~ .E,.¡H• IIÍtlintll
f'll In Fue·ult 1ul tlt: \'t•re riunrin tic Zuru¡:uzn
12
Dcrriho de lo · hóvidu 14
Gcncralidadc" 14
Pr<lccdimicnto. de derribo con cuerda · 14
Mc"a portátil de opcracionc 1()
Tranquilización gcnerát 24
Anestesia local 26
Preliminarc 26
Anesttsico locales 27
Anestesia superficial 28
fndicc de: materia
Ane'itC i. p r infiltración
Anc:slc ·ia de e m.lucción .
-28.,
Anc le. iu cxtradural . 29
Hi torial (:.namne i ·) 45
Gener:.tlidadc · 45
Oumción dd padc:dmic:nto 45
aracterc y dc:llarrollo de: 1 'i síntom:h 46
Po il;\lc C'.tU'ia del proc;e~¡u 47
Tratamiento. anteriores 48
Rcsc~a 48
Gcncralidadc 48
Raza y tipo de explotación 4K
Sexo y edad . 49
Exploración aenenal 60
Preliminarc 60
Actitud . 60
Comportamiento. 62
Estado de nutrición 66
Hábito o aspecto • 67
Frecuencia de la rc:'ipiraciones. 68
Frecuencia del pul o . 69
Temperatura corporal . 70
Resumen . 74
lnt.licc di! m. tcri e; Xf
Aparato respiratorio 11 S
Gcneralidade' 115
Plan de la explüración 11 S
Aparato dilh"livo 14
cncr. lidadcs 134
Plan de la cxpJc,racil\n 134
Mama. 217
Genera lidade~ :!17
Plan de la exploración 117
Generalidades
El veterinario es juzgado de acu~rdo con su forma de actuar ante los pa-
cientes. Una actitud tranquila. firme y confiada. con el empl~o de palabr.1s
amistosas y procurando ofrecer alimentos y caricias al animal. logra siempre
mejores resultados. aun en bóvidos con cpsiquismo obtuso•. que los gritos.
golpes o hasta carreras. Sin embargo. cuando no bastan estos cuidados y d
trato carir1oso. para evitar dificultades o accidentes. habrá que recurrir a los
medios de sujeción adecuados. Pura ello se utilizar3n primeramente los pro-
cedimientos más simples (contención de la cabeza. o extremidades). acudiendo
al uso de los sistemas m3s dolorosos (aciaks) sólo cuando aquéllos fracasan .
El pmpictario está obligado a advertir al facultativo sobre los malos hábito~
(pat;adas. afán de embestir) dd bóvido enfermo ~ por otr.1 parte. es misión dd
veterinario proteger al p.aciente y al personal ayudante. dentro de lo posible.
de posibles accidentes y lesiones. durante la exploración y el tratamiento. or-
dcnamJn la adopción de las oportunas medidas de seguridad (responsabilidad).
F ui. l . Empalit .1d.1 .;un 111 :1n~.1 p:ar:.1 conh.' ll\.'f l.h r~"c."' ~· n l i h~.·rt:•ll
de un cerc-ado con num;.:a (fig. 1). en el cual se reúnen todos. entrando uno a
uno en la manga. que puede cerrarse por detrás. Una vez allí. los movim ientos
del animal quedarán muy limitados. y ser-.i posible atarlo por Jos lados. para
proceder así a Ja exploración o al tratamiento en serie.
Extremidades anteriores
Extremidades posteriores
Para mantener quieto al animal duranh! la exploración. o p.ara proh:gerse
de las coces. la extremidad posh:rior que se ha de examinar se suj~ta agarran-
do fm•rremf'/ll(.' nm la numo el plit'gllt' df' la babilla (fig. 7) o imrculuci(.'llclo /u
cola por debajo del mismo (fig. 17). o. tambi~n. recurriendo al empico de un
trozo de cuerda dc 30 a 40 cm de longitud. do blado. que se coloca comn
torn•c/or c/e/ COf\ '(.'j<JII (fig. , 8). S~ logran Jos mismOS fines COn la (JÍII:,ll de/
t<•nddn , según SCHEEL (fig.. 9). que se coloca en el tendón de los gastrocnemios.
Para inmo vilizar s imultáneamente ambas extremidades puede emplearse una
cuerda. que se a ta en R en los dos corvejones. po r encima de los calcáncns.
tirando de la cuerda po r detrás (fig. 11 ). o bi~n las cadenas ele con •t•jt}n. que se
colocan en el tendón a cada lado y se enganchan. tirantes. en los respect ivos
anillos (fig. 10).
Lel:antar las extremidades posteriores en los bóvidos resulta generalmente
más difícil que en los équidos. Lo mejor es emplear para ello un palo (estaca )
sin aristas. de 1.5 m de largo, del grueso aproximado de un brazo. y que se
introduce por debajo del corvejón le\'antando éste y. con ello. la extremidad hacia
arriba. con la ayuda de dos hombres fuertes (fig. 12). Si es necesario, se mantie-
ne el miembro en esta posición gracias a una cuerda. que se desata fácilmente
fijada al palo. o colocando. además. el torcedor de corvejón; SI se procura que
Conlcnción mcdiJnlc procedimicnhh cocrcilivu 7
1-tt. IJ. t•int.l dd h:n<.lt\n ~k Attuiks. 1 u •. 1O. Suj~c: il\ n d • l.h ~·x trtmitl.td.-,
'~~,ttín St 111 11 ptht.-riorc' c:on e ,,kn.h ~k e:un :j,'m
F1G . 11. Su,cción d e las extremidades po tcriores con una cuerda colocada en forma d e 8
~fan~jo d~ lo ~ bóvidos
..
1,
..
FaG. 13. Confcc.:ión de un lazo para trabar y sujetar (las diferentes fa ses, d e izquierda a
derecha); tirando del extremo libre de la cuerda se puede desatar el nudo rápídamcnte y sin
esfuerzo
Cnntl!nci<1n mediante procc<.limicntn"i col!rci ti vth
¡: ,<; . 14. Suj~:c:ión ror v l ~oro~o levantamiento Fm . 1~. Pin1a t.k Ctlla
haci:t arriha de la ra fz d e la cola ocacial dd
r:tho•
Colo
En las intervenciones en las extremidades posteriores. flancos. aparato
genital o mama. la cola de los bóvidos molesta y amenaza co n sus sacudi-
das la limpieza del cam~o operatorio. Para exámenes cortos p.uede ser su¡t•-
tatla por un ayudante. que. simultáneamente. agarra la cabeza (por las nan-
F1c.. 16. Traoado d e la cola 1-"IG. 17. Sujc.:ción d.: b cob por d plk-
guc d e 1::1 h:ahill:t
ces). dirigiéndola hacia atrás por un lado. y tira de la cola hacia delante
por el lado contrario. De esta manera. casi todas las reses permanecen tran-
quilas. Efectos análogos se logran también con el llamado torcedor df! la cvlu.
o sea. levantando fuertemente hacia arriba el maslo de la misma (fig. 14). Cuan-
do la intervención sea más prolongada. es ¡:referible utilizar Ja pinza de cola
(fig. J 5). o atarla en la parte contraria a la operación por encima del corvejón.
con un ramal (lazo de la cola). pero nunca a objetos fijos de las proximidades
(peligro de heridas) más o menos cercanos (fig. 16). Para los tratamientos en
Conh:nción m~diant~ proc\!dimil!nto..; coercitivo;¡ 11
Potros
En muchas intervenciones se facilita el trabajo del veterinario y se evita el
esfuerzo de sus ayudantes utilizando un potro o aparato de contención. En la
figura 19 se representa una instalación adecuada para todas las necesidades
1:! ~anej o de lo~ hóvidns
1 1 1 1
1 1 11
1 1
,_, 1 1
1_1
Fu;. 19. Pot ro fijo rara bthiJo~ (nh:d idas :I Jlro xim.td :h : 1 : JO : lon.:ilud , 1.70 m: ~.n~ hur.l,
O,MO m : ahura, O .~ m : cndav:u.J,, ~.· n d sudo, 0 ,50
p:1ra levantar has extremidades posteriores. deben ser gr•u.Juables. y los pasa·
dores que los sujetan pudrán ser sac;ados con facilidad. Para la limpieza es
deseable una conducción de agua en las cerc:mias. Modernamente se han
construido potros portdtilt·.. ·, para la clínica bovina y p.ara d cuidado de los
cascos (KASTN ER. KNEZEVIC. CLEMENTE).
Los animales jóvenes y las vacas deben ser conducidos. como norma. con
una cabezada (de cuerdas. cadenas o cuero). No es correcto. y hasta puede
resultar peligroso sacar a un bóvido del establo o del prado sólo con la cadena
del cuello o con un cornil. La cabezada debe tener el tamaño adecuado. sin ex·
trcmos colgantes en el morro que molesten al animal con sus lazos. La otra
punta se pasa por det rás de las orejas y se ata o se sujeta con una hebilla. La
persona que guía al animal se sitúa a la izquierda. y mantiene el extremo del
ramal evitando que la res intente marchar demasiado de prisa. para lo cual la
golpeará suavemente en la cara con la cuerda o con un trozo de vara (fig. 20).
En caso necesario se le coloca un antifaz de lona.
Los toros adultos. y como medida de precaución, se llevarán siempre con
ayuda de un bastón de conducción, colocando. además. para mayor seguridad.
una cuerda o una cadena fina atada al anillo nasal (fig. 21). Para conducir a
onten i )n l1l ·di.tnt.: rm ú•tlirnicnllh ·ocrciti\'ll IJ
e to. anima le · ebl! confi· rs~ sól en ayudantes ma. culin s on fuerza . ufi-
cil!ntc. Otro ayudante d~be olaborar en las tareas de at~u y desatar al paciente
en el .: ·ta blo. Par;.t 1 toro e i. ten antibce · adecuado · e n pr lectores ocu-
lart!~. Sin embargo. n todo 1 s animales mue tran mayor tr:.mquilidad con
d antifaz que sin él. p r lo cual hay que e mpr bar previamente ha t krancia
en ada ca o.
Generalidades
Para muchas intc:rvencionc . tales como. por ejemplo. operacion...::s de: brg.a
Juración en la pc;zuña o c;n l s pezonc . es preferible trabajar con el • nimal
tumbado. tanto para r.roteger al paciente y en inter¿s del ¿xit de la operación.
como para facilitar la tarea del veterinario y de su ayudante . Para ello.
igual que: en los équido . puede recurriese. en 1 s bóvidos. al i tema de tra-
bonc de Berlín; sin embargo. e te procedimiento e ha abandonado por 1
peligros que; entraña (lesiones en los cuerno . p lvi o co tillas. rotura de: la
panza repleta o dd útero gestante). Es más seguro y encillo el si tema de
derribo sin trab ne ·. En t do ca o. habrá que di p ner de coldwnt!Ws ele paja
para Lumbar al paciente. sobre todo p.ara col carlas bajo la cabeza. e palda y
antebrazo (en caso contrario. existe el peligro dc: una parálisis del nc'ITio
r,Lulial) •. y tambi¿n bajo la pelvis. El cuerno que queda hacia abajo pucdl!
protl!gcrsc con una cubierta de ucro (funda de cuernos). Además. e rc:comcn-
dabh.! col car ~Ll unirmtl un muifcr:.. i las circunstancias n l exigen otra <.: lsa. ta
res debe tumb~arse cun la pcm:.a hacia alwjo. c. decir. sobre d lado izquit!n.ln.
01.! los distintos métodos utilizabks en clínica bovina para el derribo c:nn
CUt!rdas. ·t)fo s~rán descritOS a <.:Ontinuacit\n dos d~ Jos más antiguos. p.\!rO ade-
CUados para la m¡ayorfa de los casos: platalong:.1 DI! Jong y las técnicas d-
Mads~n y Abd~in. propias par•a determinadas circunstancias.
Para los animalt!s adultos se recomienda utilizar una p/atalun¡.:a larga. qul.!
se ata en nudo corredizo alrededor de ambos cuerno . pa ándola succsivam\!ntl.!
por delante y por detrás de la espalda. así como r.or delante de. la pclvi ·. alre-
dedor del cuello. tórax y abdomen: d extremo libre se lleva ha ia atrás. Ade-
má . se e 1 can trabonc de cuero en el meta<.:arpo y metatars de cada una
de las cuatro extremidades. teniendo en cuenta que la hebillas han de ucd:u
hacia fuera (¡:eligro de heridas). y los anill s. por debajo d 1 abdomen. A con·
tinuación se pone una cuerda en lazo <.:orrcdizo. pa ando por los anill s de
cada uno de los dos par s de extremidades anterior y posterior. dejando sus
extremos libres para tirar de ellos hacia el lado contrario del que se haya
de realizar el derribo. Durante la operación. que se efectúa a una señal del
veterinario. un hombre sujeta p.or debajo la cabeza del paciente y la dobla
hacia el mismo lado. Simultáneamente, dos o tres ayudantes tesan con lenti·
tud la platolonga y, tan pronto como se tumba el animal, dos personas tiran
de cada una de las cuerdas de las extremidades hacia un lado (fig. 22). Cuando
el paciente está tumbado. dos hombres presionan la cabeza y la pelvis sobre el
suelo, para mantenerlo quieto, y comprueban. durante la operación, que las
ont~nción mediante procedimiento ... cocrcitivn 15
ante citados. Por ello se han realizado intentos para ~fectuar la o.pl!ración on
ayuda de instalacione mecánica • a fin de ahorrar e fuerz y mejorar la
trae i 'n de 700 kg '11). Está formada por una parrilla de aria part~. recubier-
tas de goma. s bre la cual pucd ser sujetado d animal e n cincha . y tiene
tambi~n un suelo sobre el que se coloca el animal durante las opaacioncs
de fijación y al tumbarlo o levantarlo. así e m una lanza o timón. gracias al
cual la m~sa p.uede hacerse girar alrededor dd c;;je de su rueda . y que ·irve
además, con los adecuados acoplamientos. para pemtitir el transporte de é ta
como remolque en un coche de turismo. El manej de la me a de operaciones
es muy simple. y se comprende rápidamente por los ayudantes (fig . 24. 25).
El animal que se ha de tumbar se coloca s bre el sud del aparato. provi ·to
de cabe~da. antifaz y cornil. ha la que la cabeza est¿ a la altura del cabezal.
que. previamente, según las necesidades. se habrá situado en el lado izquierdo
o derecho de la parrilla. Entonce e sujeta aquélla a la me a con la cabezada
y el cornil. A continuación se pDnen tres cinchas alrededor del tronco del
animal: las dos anteriores se e tocan en el tórlx y se atan a la parrilla. mien-
tras que la posterior se emplaza alrededor del abdomen. y luego pasando entre
la mama (e;; croto) y la extremidad posterior externa. dirigiénd se hacia atrás
y rodeando inmediatamenh: a la interna para ser fijada luego en la parrilla.
He;; ho e t . y a una serial. e tesan simultáneamente las tre cincha por me-
dio de una manivela. con lo cual. el animal así ujet e coloca fácilmente en
po ición horizontal con la ayuda de tres J:c:rsonas. Dos de ellas agarran la
lanza y tiran hacia abajo; la tcrcc;;ra empuja de una palanca que se ha colocado
en el suelo de la cama. Con el animal tumbado. se: tesan r.ipidámente y de nuc·
vo l;a cinchas y. por último. se atan las extremidades con corre;ls o cuerdas
a la parrilla del aparah>. Para las Opt!raciones en las extremid.adc ·. .abdomen ,,
mama. se quita la placa que forma el suelo. Una colchoneta adecuada de paja
n espuma de gom~a. coloc¡ada por debajn de la espalda y rarte upcriur del
antebrazo. protege contra posibles parálisis del 1wrl'io radial. La incorr.o ra-
ción del animal se lleva a cabo n:alizando las operacil'mcs en cntido inverso:
e sueltan las lig<tdurus de los miembros. se pone en su sitio el suelo de la cama .
. e colo a ~sta en posición vertical. se aflojan y sueltan las cinchas. terminando
con la ligaduras de la cabeza (siempre en últim Jugar). y. finalmente. se quita
al paciente el antifaz.
Fu;. 1t,, V;H::t ~ch:HI:t a 1.1 ru..: M: k h.l coltlO.:.Illo l;a cu~nJa d..: John~:
rara inrcm. r incorJlu r:trl.a
paciente e~tá tumbado. para hl cu;tl <.:Oil\'Ícnc humedecer la piel con un poco
dt.! agua. a fin de logwr una mayor cnnductibilídad. De forma parecida actúan
las instilaciones o inyecciones de pt.!lJUCr1as cantid:.adcs di.! :.agua fria en d paht.>
llón auricular. así com la contt.:nción de la re piración duranh! brt.!vcs momentos
(pág. 127). método este último que no th:bc ·cr aplic:.ado en pacil.!nlc · con in~u·
ficicncia rcspiratori¡a, ·
Incorporación forzada
Con d empkü de la cuerda de Jo/me (fig. :!6) no siempre St! logra el éxito.
P~t ra este procedimiento se prepara una cuen.Ja fu erte. que se coloca y anuda
alrededor del cuerpo del animal prcpurado en dt!cúbito csternal. de t:ll manera
que. pasando por debajo y delante del pecho y articulucioncs cscápulo- humera-
lc:s. rodeu los coxales por la cara externa de las extremidades. Colocada así la
cuerda. tres o cuatro ayudantes pueden agurrarla e intentar de I!Stt: modo le-
va nt ar ~•1 paci.:nte. en la forma indicadu untcriormcnte. Muchas veces. el lazo
de cuerda se desliza hacia los con ejones y por de Junte dd pecho. con lo cual
las extremidades se recogen debajo del abdomen. y así se dificultan sus mo-
vimkntos. impidiendo que el raciente pueda p<>ncrse en pie.
Es más útil el empleo de dos cuerdas. que se colocan perpendicularmente
alrededor del tórax y del abdomen. por del~ulte d~.: las mamas: cw!rdas torcí-
cica y pt!h·ica (fig. 27}. Las cuerdas se tesan y anudan en las posiciones descri-
tas. tras lo cual. uno o clos humhrcs tiran de los extremos hacia arriba para
poner al pacienh! en pie.
También es posible la incorpo ración de Jos bóvidos tumbados con la ayuda
de un aparato de suspensión provisto de poleas. No obstante. para mantener
al animal en pie no es apropiado este método e incluso puede resultar peligro-
so. porque los pacientes se reclinan sobre el aparato. dejándose caer por la
parte posterior; además. esta posición forzada resulta perjudicial para el
aparato circulatorio. En Inglaterra y Estados Unidos. las vacas tumbadas se
levantan también utilizando unas pinzas metálicas que se colocan en ambas
tuberosidades isquiáticas ( Bagslwwe's caule lwist), a las que se adosan las
poleas que. en caso dado. sirven p.ara_mantener a] animal en pie durante algún
tiempo. No obstante, con este sistema pueden producirse lesiones (desgarros
musculares).
22 Manej dt: los bóvidu
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Tra~quilización y anestesia medicamentosas
Tranquilización general
En los caso ~n que se presentan dificultadc para examinar y tratar a b,).
id medro. os o agresivos. 4uc ofrecen mucha rcsish:nci¡t, y tambi~n cuando
falle el personal adecuado. puede hacerse preciso el empleo de los trmu¡uili-
:.tmtes p ra lograr un mejor manejo le lo pacientes. Estos produ<.:t~.c)S. llamados
también m•urvph~~icos. m·urvléptico.r y atarÓC'~kol', actúan produciendo una
inhibición centr:sl psicomotora. sin obnubilacitSn apreciable d~l en orio ni
anulación de la scnsibilid¡1d dolorosa . Los anímate así tratados aparecen m:i:
trnnquilos. con menor irritabilidad y mejores posibilidadc de man~jo. Este
estado ( «lrnnquilidad •) facilita o po ibilita toda clase de operaciones necesa-
rias. tale como. p r ejemplo. exámenes de la cabeza. boca y faringe. extremi-
dades. pezuñas. mamas y pezones. así como lo trabajos de contcnci · n (suje-
ción. derribo). sin que se prc enten movimientos apreciable de defen a e~ ta
dos de excitación. En los transportes. además de la tranquili7.ación con el
empleo de e to productos e evitan lesiones y pérdidas de pe o. El e tad de
tranquilidad se acompaña de un relajamiento de la musculatura. En 1 s t ros.
el pene cae fláccido por su propio peso fig. 30 . o puede ser extraído. examinado
y tratado con el animal en pie.
Pese a lodo. los tranquilizantes. como ya se ha dicho. no producen una
eliminación o disminución apreciable en la sensib.ilidad dolorosa. En las ope-
raciones cruenta . aunque se hayan administrado estos fármacos, habrá que
contar con las naturales reacciones defensivas. o obstante, en tales interven-
ciones la anestesia local o general (pág. 26) pueden realizarse con mayor facili-
dad utilizando esta premedicación.
15
FtGS. ~H a 30. Valor:1ción t.lc los efecto~ de un tr:m~u il iz;lotc : A la izquierda, o jo de un toro
joven antes t.ll! la i n y~o•cción: en el C~o'l\lro, dc,pués tk iniciarse los efectos (JliO)is y prol ap~o
dd c uc:rpo clignot:.anrc: ,¡nc.Jrome de 1lorncr) ; a la dcn:cha, d pene colganlc :l cau~a de! 1:1
accit;n dd tr:1nquili2antc
En Alemania S\! utilizun como tranquilizantcs para los bóvidos. sobre todo.
cl Co mbciJn llaya (Propionilpronwcina): Dcccntán Mcrck ( Pcrfcnacina} y
Domina! Cda (hi<.Jrocloruro de pmtipendil). En los a nimules (sobre todo en los
intranquilos) en que se prescntan dificultades par~• la inyección. los productos
se inycctan por vía intramuscular profunda: cn otro caso. cs prdcrible la
inyecc.:ián intravenosa. porque con ella se logran dcctos m:.ís r•ír.idos. Las in-
yecciones en la vena no tlcbcn dcc.:tuarse con excesiva rapide7.. sino que habd
llliC in vertir en dlas entre 5 y JO segum.los. De no haccrlo así. pucdc succdcr
que d paciente caiga ~ti sudo como consecuencia de un d;.!sccnso brusco de la
p.n.:s ión sanguínea. Las dosis p<tra animales de 500 kg de peso son de lOO a
150 rng de CombeJJn. 75-125 mg de D.:ccnt:.ín o de 300-800 ·mg di! Dominal: los
animales jóvenes recibirán la mitad. y los terneros. la cuarta parte de estas
dosis. mic'ntras que los bueyes y toros pesados habrán de ser tr4.1tados con una
mitad más. Los efectos. tras la inyección cndovenosa. t:mpiezan a manifestarse
pasados cinco o diez minutos. mientras que. tras t... inyección intramuscular.
sólo se hact:n ma nifiestos en tre 15 y 45 minutos. para mantenerse durante 2
a 6 horas. Los primeros síntomas se caracterizan r.o r un descenso de la cabeza.
que se acompaña por una caída de los párpados, con los ojos semicerrados
(figs. 28 y 29). así como por la sequedad del escudo nasal y por la ausencia de
movimientos de defensa al tocar los pabellones auriculares. La seguridad en la
estación se mantiene generalmente. pero.-muchos animales muestran una mar-
cha tambaleante. a causa de ]as con~iguientes dificultades en las extremidades.
como consecuencia de la flaccidez de los tendones. Como quiera que los efectos
residuales se mantienen durante un día, no es aconsejable lle\'ar al animal rápi-
~lancjo di! hh h vidu
damcnte junt a ·us compañdo . Los tor s mue tran una disminucit'>n pasaJera
de la /ihidv de put! de la administración de tranquilizante ·.
Para la intcrvcnci ne en la cavidad abdominal e n d paciente en pk
e recurrirá sólo al u. o de lo trlnquilizantc . cu ndo la. circun tancias lo
hagan absolutamente preciso. En laks ca. os es ac n ·e jable la aplicación intra-
muscular de pequeña do ~i . ya que. de no haccrl a í. e corre el rit:sgo de
que el animal e tumbe bru amente durantt: la or.cra ión. Los tranquilizantes
están tOlatm~nte e ntraindicados en 1 animal~' e n afecciones cardíacu . re -
piratoria o hepática . En tales circun tancia pueden actuar con excesiva
violencia movimientos de tic e n la cabeza y cuc!ll . fal ' a masticaciones.
dccúbitt) y hasta originar graves tra tornos circulat ri con colapso. E to
enfermo . que. por otra parte. permanecen tranquilo a cau a de su padeci-
miento. no precisan el citado tratamiento. Si se ob:crvan íntomas de intoleran-
cia como 1 s citado . e utilizurá para combatirlo ólo la nomdrenalina (Ar-
tcrcn 1 Hocch t. nc r-Epirenan-Byk Gulden • Va ·oprc ina (por ejemplo, Hypo-
fisin Hoechst y cafdna.
Lu Humadas reac·dones parmh'jic:as, curacterizada por uumcnto di! la in-
tranquilidad y agre ividad. son e tra rdinariamente rara en los bóvidos. al
contrario de lt) que sucede.: con lo équidos y cerdos de. pul!s de la administra-
ción de tranqu ilizantl.! ·. Con t do. sed preciso e it4lr al pacicntl.! t da clase de
m >ll.!stias ante. di.! la inyección.
Anestesia local
Preliminares
AnesMsicos locales
Para la aneste ia 1 al de las mue sa y otro tejido e utiliza. obre tod •
la Pantocaína Hoech t (0.5-2 %) ~ también on adecuado para est fin ...s
la Xilocaína Ciba (1-:! o/ 00). así como la Gingicaína Hoechst en spray (e ·ta
última n puede utilizarse en los ojos). En caso nece ario se podrá emple:.tr
también la Tuto aína Baycr (5 %) como mwstésic superficial.
fl H • II~S I) F. LA . Ctl:>: CRSTI\ACI S F. DI': 1. 0 . SI'!ST F..'I COS LO CAU·:S ISY F.C.T.\ IIL R
Ql f: SR APLI C S LOS IIÓ\'fU OS
Anestesia superficial
Para la anestesia 1 al de las mucosa.\· e utiliza alguno de lo producto ci-
tad en la página 27. apli ándol en g ta p r medio de una torunda de
algod · n. para extender) por la sup.erficie que se ha de anestesiar. Pura inter-
ven iones de larga duración serán precisas la e ncentracione más alt·as. y
las más pequeña ~ pam aquellas otras de rápida ejecución. ta aneste ia su-
~erficial es adecuada. por ejempl . para extra r cu rp s extraños d~ los ojos.
para la end se pia de las f sa na aJes (pág. 123) para pequeñas intervcn-
ci ncs dolor a en la extremidad del pene. Tambi¿n para las operaciones en
el inte tino suele ser preciso eliminar 1 sen ibilidad dolorosa del mesemerio
por medio de la instilación de uno de aquell s productos. o empapando con
una torunda. Por el contrario. la intervenciones en la vagina pueden realizarse
. ó1o recurriendo a la ane tcsia caudal sacra (p:ig. 31 . La ane tcsia por enfria-
miento en la superficies CllttÍm·as t'Xternas. utilizando instilacione de Cloroe-
tileno. tiene p a aplicación en los bóvid . dado d gro or de su piel; por ello
e mcj r realizar una infiltración subcutánea en la zona que se ha de intervenir.
Anestesia de conducción
En los cas en que la infiltración del campo operatorio no sea suficiente
o resulte inadecuada por las alteraciones de los tejidos. se emplea un anestésico
local inyectado en la p rte proximal del camp.o. para interrumpir la sensibili·
dad en el curso de las fibras nerviosas de la región. Este tipo de anestesia es
de gran utilidad, ~or ejemplo. en las amputaciones de las pezuñas (infiltración
de los nervios podales). asf como en las laparotomías (anestesia de las astas
ventrales de los últimos nervios torácicos y de los dos o tres primeros lumbares
=anestesia paravertebral. y también para el descornado (infiltración del ner-
vio del cuerno). Más rara vez se utiliza para intervenciones en el pene (anestesia
del nervio dorsal peneal). También en e tos casos es recomendable un lig~ro
Anestesra eltlradura! Anes:~stae:r:tradu1al A :tes:~s 1 ~~.~r.:d u ral
seqmenlal (dorsolumoar) umhar (lumbcs,cra) s.1cra (sac ococcrgea)
1
1 1 Y2 3
~4
Vertebras
coccigeas
Aracnoides
Espac10 subaracnoideo (hqu1do cefalorraquldeo)
Piamadre
lateua nerv1osa (t~ePIIOS espmales) Inadecuada Correcta
Canal central (liqu1do cefalorraqUideo)
-
masajl.! dd punto di.! inyl.!cción para lograr ml.!jor~s efectos. Las particulari,ht·
des de estas tc.!cnicas de inyección se estudiarán en el tomo correspondiente a
<'11/crmcclmh·s de lo.\· búridos. a l describir los distintos métodos de operación.
A continuación se detallará sólo la técnica de la anestesia ~.:x tradural. porque
tiene aplic~tción en muy distintas intervcncioncs y. por ello. ticnen una gran
importancia. Sus características la ddincn como una anestesia de la conducción
• central •.
Anestesia extradural
Por las mismas razones no pueden utilizarse los vasoconstrictores junto con
los anestésicos en este tipo de inyecciones. Para evitar los efectos del schock
es recomendable! inyectar solamente soluciones -a la temperatura dd cuerpo. y
no con demasiada rapidez. sino lentamente.
lmlicadum:s. La anestesia sacrocaudal es a~ropiada p.ara intervenciones
en la cola. ano. recto. periné. vagina y vejiga urinaria. con d animal en pie.
Por el contrario. para operaciones en las extremidades posteriores. mamas.
aparato genital masculino y las laparotomías con el paciente tumbado. es
preferible la sacrvaneJte..,·ia craneal, con la que. además. se facilita el derribo.
Con la adecuada elección de las concentraciones y de los anestésicos. así como
de sus dosis. es posible la anestesia y extracción del pene en los toros. J:ermane-
cicndo el paciente en la estación (pág. 32). La anestesia lumbar se utiliza.
ocasionalmente. para la castración de los toros y para intervenciones en las
marr.as o en las extremidades p.ostcriorcs. Con todo. en estos casos. se recurre
casi siempre a la anest~sia sacra. La Ollt•stesia se.c!mtmtal logra una insensibi-
lización electiva de las paredes abdominales en la región de los flancos. y es
útil para las laparotomías con el animal en pie. Sin embargo. el método. exige
determinadas com.liciones y experiencia en el op~rador. y Se! corre cl riesgo de
que! el paciente caiga al suelo ·por ddiciencias técnicas (inye~ción subdural o
subaracnoid..:a) o que quede compl..:tamente sin anestesiar (iny..:cción del ancs-
tJsico fuer~a de! las vé rtebras).
Tt!cnica. P~1r~1 la anest('sia sacra es preciso buscar la hendidura existente
entre el cxtrt!mn dd sacro y la apófisis espinosa de la primera vért..:bra caudal.
n la que aparece entre! las apófisis de los dos primeros anillos caudales. lo cual
se logra f:icilm&.:nte palpando con el dedo mientras qu..:. simult:incamcntc. se
mueve la cola del animal hacia arriba y 01hajo (fig. 3~). En este! punto Se! cor-
tan los ¡:dos. y la piel se dcsinkcta y limpi¡a con cuitlóidn. En el punto medio
se clava una aguja estéril - aproximadam..:ntc. de 60 mm de longitud por
l .R mm de diámetro y con lu punta conformada como se ve en la figura 31 - .
con una inclinación de 45 o respecto a la columna vertebral. y de tal manera
que se diri~c haci¡a abajo y adelante. ¡:ara que alcance la luz del canal vertebral
con una enérgica presión. Si la aguja está bien implantada. con frecuencia se
aprecia un débil silbido. debido a la entrada de aire; pero si la punta se ha
enclavado en el cuerpo de la vértebra o en los cartílagos intervertebrales. se
apreciará una resistencia y será necesario extraerla un poco ¡:ara buscar el ca-
mino adecuado. Caso de que fluya sangre por la cánula o pueda ser aspirada
con la jeringuilla. habrá que retirar también la aguja o. mejor. extraerla
totalmente realizando una nueva implantación. Si la posición es correcta. el
líquido anestésico corre sin dificultad. casi de forma espontánea sin que sea
necesario presionar mucho con la jeringuilla (fig. 33). •
Según el tamaño del animal. para · -la-anestesia sacrocaudal bastan de 8
a 10 c. c. del producto anestesiante. Los pacientes jóvenes sólo reciben 6 c. c .•
mientras que los toros grandes precisarán. generalmente. hasta 15 c. c .. según
las circunstancias. Para las anestesias de corta duración se utilizarán las con-
Man~jo de lth hó\' Ídll~
ccntracioncs bajas. y ('iara las intervenciones largas. las altas. tal como se.: dc.:s-
crihe en la rágina 27.
Para la sacroanasrc•sia craneal se emplearán. según el tamaiio de los ani-
maks. de.: 20 a 100 c.c. de anestésico. En las anc.:stc.:sias superficiall!s o en los
<.~nimaks pl!queños bastará b inyección di! 20 c. c.. pero cuando se realicen
laparatomías en las zonas ventrales de la región abdominal. con el animal
echado. serán precisos 100 c. c. o más (la inyección ha de ser lenta). Con todo.
es comeniente no utilizar altas concentr-~cionc.:s de anestésico en la anestesia
l"acrocraneal (pág. 27) a fin de.: e\ itar lesiones mcdubrcs y decúbitos demasiudo
prolongados. Tras la inyección. el animal debe permanecer en un lugar ad~
cuadn t pág. 14 ). Su cabeza debe estar algo más elevada que el rc.:sto del cuer-
po. rara evitar que el anestésico llegue a centros medulares vitales. Mientras
dura la intervención. las extremidades r.ermanecerán atadas. para que el pa-
ciente no realice movimientos perturbadores (intentos de incorporarse con los
miembros anteriores). El animal permanecerá en observación hasta tanto pueda
permanecer en pie. y no será obligado a levantarse con demasiada precocidad.
Después de una anestesia extradural sacra. utilizando 60 a 80 c. c. de la
solución entre el 0.25 y el 0.5 % de Tutocaina. o bien 60 c. c. de Ja solución
al 0.25 % de Hostacaína. se logra en los toros la extracción y tratamiento del
pene en el paciente en pie. No obstante, hay que prever posibles inseguridades
en la estación. intranquilidad en los movimientos o caída al suelo. por lo cual
deberán tenerse a mano los aparatos adecuados (colchonetas y trabones (pá-
gina 14 ]). Modernamente. para los citados fines se emplean casi siempre los
tranquilizantes (pág. 24). o métodos especiales de anestesia de la conducción
Trunqu ili1-ación y an~ .. ~ ~ ~ia medicamento ..a ~ 33
clavando Ja cánula tras la línea de unión. a lo largo d\!l bordl! anterior de las
apófisis transversas de la 11 vértebra lumbar. Primeramente se introduce una
cánula corta dirigiéndola hacia el orificio intervertebral para depositar allí
5 a 10 c. c. del anestésico y. a continuación. y en el mismo punto se introduce.
otra cánula con mandrín de 100 mm de longitud (por ejemplo. núm. 629 a).
tomando una ligera inclinación hacia delante y en sentido medial. hasta que
se atraviesa el ligamento imeracual (resistencia). Cuando se llega a la dura-
madre in/enza se ap¡ccian repent inos movimientos de defensa por parte del
paciente. En este momento se extrae el mandrín y se comyrueba la posición de
la punta de la cánula en el espacio extradural siguiendo los criterios conocidos:
débil silbido producido p.or la corriente de aire. ausencia de sangre o de líquido
al asyirar con la jeringuilla y falta de resistencia al inyectar el anestésico. Para
la anestesia de los flancos son necesarios de 10 a 12 c. c. de una solución de
concentración media (pág. 27). Las concentraciones más elevadas son peli-
grosas porque pueden originar una parálisis en Jos nervios de las extremidades
posteriores (pág. 31). La insensibilidad se comprueba pinchando suavemente
con una aguja en los flancos. y a veces se aprecia un ligero encorvamiento de
la columna vertebral hacia la parte anestesiada.
cida por la tráquea puede ser útil para efectuar una respiración artificial y
para la administración de narcóticos po r inhalación (pág. 37). Con todo. taJes
sondas tienen hasta ahora una aplicación limitada. ya que su empJco requiere
muchos cuidados y una ayuda especializada. Pese a todo no hay que olvidar
Ja posibilidad de Jos citados riesgos cuando se trate d~ anestesias generales
en los bóvidos. procurando que los efectos ni sean muy prolongados ni muy
profundos (ausencia total de reflejos) y colocar al paciente en una posición
adecuada.
Ante tod o. hay que examinar detenidamente al animal p.ara descubrir b
existencia de procesos cardíacos. pulmonares o hepáticos (págs. 92. 124. 174).
En tales casos se prescindirá en absoluto de Ja anestesia general o se hará con
dosis muy bajas. Lo mismo sucederá cuando se trate de hembras en avanzado
estado de gestación o durante el parto (peligro para el ternero). Siempre que sea
posible. los pacientes permanecerán a dieta o beberán lo estrictamente nece-
sario durante las 12 horas previas a la narcosis. p.ara reducir así el volumen
de la ¡:anza. Es recomendable una premedicación con tranquilizantes (pág. 24).
al objeto de facilitar las operaciones previas. disminuir Ja excitación prenar-
cótica y potenciar el anest~sico. Con este procedimiento st: asegura también
la inmovilidad del animal cuando desaparece el efecto de la anestesia general.
Antes de realizar la narcosis será preciso haber tomado todas las precau-
ciones para que p.ueda empezar inmediatamente la intervención. EJ animal
ser¡í tumbado con ayuda de tranquilizantes o relajadores musculares (pág. 24).
Este sistema es recomendable. sobre todo. para evitar la excitación prenarcó-
tica cuando se utiliza éter o cloroformo en inhalación. Para derribar al paciente
se puede esperar también a la acción del narcótico. En Ja anestesia general
por inyección suele bastar un ayudante. que sujeta la cabeZ4l dirigiéndola hacia
arriba. apoyándose simultáneamente contra el dorso y tórax del animal. En
las narcosis por inhalación. y según el tamaait> del animal. harán falta de 3 a
5 ayudantes vigorosos. La posición más adecuada para evitar complicaciones
es la de decúbito esternal. con las extremidades recogidas bajo el cuerp.o. si
bien esta postura. que además es difícil de mantener. imposibilita el acceso al
campo operatorio en muchas intervenciones. Si las circunstancias no exigen
otra cosa. se preferirá el decúbito lateral derecho· (al contrario de Jo acostum-
brado). porque así la panza no recibe la presión de las demás vísceras y. con
ello. disminuye el peligro de reflujo del contenido de los rcservorios; ¡;or otra
parte. en caso necesario. si se presenta un timpanismo. p.uede efectuarse la
punción con un trocar. El paciente debe permanecer siempre atado para impe-
dir los molestos movimientos de defensa que se producen al final de la narco-
sis. y mientras dura la intervención. dos ayudantes sujetarán la cabeza y la
pelvis. El paciente estará tumbado de tal manera. que su tercio anterior y cuello
queden más elevados. pero la cabeza se colocará de forma que el hocico quede
algo más bajo -colocación de un rulo- lleno de paja bajo la espalda y cuello-.
para que la faringe se sitúe en el sitio más alto. Con este procedimiento se logra
que el contenido de la panza y la saliva que refluyen se eliminen directamente
por la boca. Por los mismos motivos, la lengua del animal anestesiado debe
31) M:ml!jo di! los bóvidos
Narcosis oral
Generalidades. Para lograr la narcosis por vía oral se administran los pro-
ductos con la sonda esofágica o con una botella. La ingestión voluntaria con
el agua de bebida se l9gra sólo cuando el animal no ha tomado agua durante
mucho tiempo. ¡:,orque, lógicamente. extraña el olor y el sabor. Las· dosis ne-
cesarias son superiores a las que se administran por vía intravenosa, ya que los
productos se diluyen mucho en el preestómago y se resorben con lentitud;
antes de alcanzar el torrenle circulatorio han de pasar por el hígado. Por estas
razones. los efectos de la narcosis oral son muy lentos. y la intensidad de la
40 M ~1ncjo d.: lo ... bóvidos
anestesia alcanzable. muy insegura. Por ello. cuando no hay ningún motivo
especial para aplicar este método. se prefiere. en general. la inyecció n de
narcóticos.
Alcohol. Con su empleo se logra un estado de embriaguez o hasta de som-
nolencia. con disminución de la sensibilidad y de los reflejos; pero. ocasional-
mente. se han observado también excitaciones y hasta casos de muerte. H FSS
y WvssMANN recomiendan las dosis de 0.5 a l 1 para 200-400 kg: J a 2 1 para
400-fOO kg y 2 a 3 1 para 600-800 kg. de alcohol al 40 ó 50 % (aguardiente).
En muchas zonas se utiliza toda\ ía este sistema de narcosis.
Hidraro de clvral. Se administra por vía oral en dosis dobles de las indi-
cadas para la vía endovenosa : 8 g por cada 50 kg de peso -vivo en 2 a 3 1 de
agua.
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PlAN DE lA EXPLORACIÓN ClÍNICA
.. l.a cxploradón exact:l es el fundamento
dl' la nctlvltla<l vetcrlnari:H
Preliminares
Una adecuada exploración sólo podrá realizarse. también en los bóvidos. en
nmdidom:s apropiadas o modificando las existentes. En los establos. los anima-
les enfermos se examinan. corrientemente. atados en su plaza. En el caso de
que.! los demás animales estorben. se procura retirarlos. Los ruidos y mugidos
molestos para la atención del veterinario en la vaquería pueden evitarse pro-
porcionando alimentos a la totalidad del efectivo. o fijándolos en la purrilkt
en aquellas cuadras que lu tengan. Los terneros en libertad y los novillos debe·
rán ser contenidos por l¡a cabeza por personas de confian7.a (poig. 4). lo mismo
que los ~mimales adultos intmnquilos. La exploración se hace muy difícil en
los establos oscuros. angostos o ruidosos (ruidos de máquinas). así como en
naves con los animales sueltos. En estas circunstancias es preferible conducir
al animal enfermo a un lugar adecuado. a ser posible. ilumin..ado. tr...nquilo y
limpio (era. z..aguán. o pasiJJo). En caso necesario se podrá n!<tli7.ar tumbién
el examen en el exterior. pero •lllí las condiciones no son muy favorables para
la auscultación y la percusión. A los animales en libertad se les conducirá. cuan-
do sea posible. al cobertizo destinado al prado o. en caso contrario. permane-
cerán atados. mientras dure el examen. a un árbol o t:staca.
Para todas las operaciones necesarias de sujeción. administración de ali-
mentos. etc .. es preciso disponer de personas de confianza. inteligentes y vigo-
rosus que presten la ayuda necesaria. Además. habrá que preparar los útil~
necesarios para lavarse. porque el que realiza la cxpJoración en los bóvidos se
ensucia con facilidad.
Además de las vestiduras para protegerse (bata. delantal. guante de goma
largo para la exploración rectal) es preciso disponer. sobre todo. del siguiente
material: fonendoscopio. martillo de percusión ligero y pesado, pleximetro.
linterna. termómetro. catéter uretral y espéculo bivahQ (tamaño para oveja). así
como un recipiente oscuro para examinar la leche. Además. se dispondrá de
abrebocas o anillo bucal. sonda esofágica. así como medios de contención (pá·
gina 3) y recipientes para la recogida y el envío de muestras (frascos. botes.
bolsas de plástico). Otros instrumentos necesarios en buiatría serán descritos
al tratar de la exploración de los diferentes aparatos orgánicos.
Historial 45
Historial (anamnesis)
General idades
La anamnesis dc.be informar al veterinario sobre los caracteres del padcci-
miento antes de su visita; además. complementa la ex~loración de manera im-
portante y. a veces. decisiva. Al interrogar sobre las p.articularidades habrá
que considerar la experiencia y capacidad de observación del propietario.
vaqueros. ordeñadores o pinchc.s. preguntándoles o dejándoles que expongan
la situación conforme a sus ideas. Muchas veces observan acertadamente sín-
to mas característicos en la locali:.aciótl dt!l padt!cimit.mto; por ejemplo. ausen-
cia de rumia. meteorismo periódico. cólico. diarrea (localización en el aparato
digestivo). tos, disnea (en el ar.arato respiratorio). actitudes repetidas como
para orinar. o emisión de orina sanguinolenta (en el aparato urinario). claudi-
caciones (en d aparato locomotor). Con todo. se pondrá sumo cuidado en
diferenciar las a¡:·reciaciones objetivas de las interpretaciones subjetivas. Con
frecuencia. el personal de la vaquería. dado su continuo contacto con los p.a-
cientes. puede informar al veterinario sobre el curso de la enfermedad mejor
que el proph.:tario o d administrador. En otros casos. por existir el temor de
reprimendas pueden darse informes falsos más o menos intencionadamente
(ocullación de las causas. quitar importancia a tos síntomas). Merecen un;a
atención especial en la valoración de la anamnesis los datos referentes a ani-
males quc fueron aJquiridos en época reciente como .wmos, o que apareciero n
t'll/<•rmos ¡:oco tiemp.o dc.spués de ser comprados (reclamación del certificado
de sanidad. página 226).
Es recomendable en gc.ncral. al twcer el interrogatorio. no ajustarse a un
esquema dcmasiadn severo - al contrario de lo que sucederá en la exploración
clínica del animal. que se r~ali1.ará a continuación- . sino que es preferible
efectuar un resumen a lo largo d~ la conversación. que así se lleva con mayor
confianza. Sin embargo, no debe olvidarse ningún punto importante. Las pre-
guntas de mayor interés se referirán a la duración del padl'cimiento, caracterís-
ticas y desarrollo de los síntomas, así como a posih/es causas. informándose.
además. sobre cualquier tratmniento establecido con anterioridad.
Para tuks fines suden ser muy importantes las preguntas referentes ul
desarrullo del padecimiento <r.atogéncsis):
¿Apareció la enfermedad en el establo o en el prado? La respuesta pro-
porciona a menudo datos decisivos p..ara procesos típicos de la estabulación o
del pastoreo. Así. las babesiosis (hemoglobinuria por infección con babesias)
se presenta prácticamente sólo en los ~rudos; mientras que la hemoglobinuria
alimentariu. casi siempre aparece en el establo tras la administración masiva
de coles o de determinados tipos de alimentos.
¿Tiene el padecimiento alguna relación en el tiempo con la cubrición.
inseminación o parto (lesiones o infecciones en el aparato genital). o con la
época de máxima producción láctea (indicio de enfermedades del metabolismo)
y también con el transporte'? (lesiones o transtornos digestivos como consecuen-
cia del cambio de alimentación).
¿Ha presentado el animal afectado síntomas análogos en alguna otra oca-
sión o re~etidas veces? En este caso se tratará de una enfermedad recidivante.
que deberá ser enjuiciada adecuadamente. Por ejemplo. un meteorismo rápido
e intenso de la panza. que: se presenta una sola vez. se debe. generalmente. a
u o cuerpo extraño en el esófago (obstrucción esofágica): a una fermentación
c:spumosa dd contc:nido del rumen (al imentación con kguminoS4lS) o a una lesión
reciente dd bonete por cuerpo extraño puntiagudo (retícu/v-peritonitis trau-
múti<:a). Por el contrario. un meteorismo recidivante y moderado suele acom-
. p.ariar a la par;ilisis dd vago abdominal. que origina estenosis funcionales en
los preestómagos. ~adecimiento que no tiene posibilidades d\! curación. en
contra de Jo qu\! ocurre con los antes citados.
¡,Han enf\!rmado con los mismos síntomas varios o todos los anim011cs. y<t
d\! forma simu ltán\!a o muy succsivam\!nte en el r\!baño"! En este caso se tratará
de un~a infcccit1n (enfermedad cont¡tgiosa o infestación parasitaria). de una
intolerancia para el pienso (¿cambio de alimentación'!) o. quizá. de un enve-
nenamiento. También las reucciones de los animales frente a las condicion\!s
de un ambiente perjudicial pueden ponerse de ma!lifiesto por la frecuente apa-
rición de casos de enfermedad (calor. frío. corriente de aire. humedad. sequía.
humos. suciedad en los prados y otras circunstancias p~trccidas) . Estas p.arti-
cufaridadcs deben conocctrse por las resr:.uestas a las preguntas ad\!cuadas.
Trotomientos anteriores
Es muy interesante. en muchas explotaciones. y también frente a determi-
nadas enfermedades de los bóvidos. conocer la posibilidad de que se haya
establecido ya algún tratamiento. No es infrecuente que se hay:.tn efcclu:.tdo
indicaciones perjudiciales ~or profanos e inexpertos. de cuyas consecuencias
ulteriores el veterinario consultado más tarde debe eludir toda responsabilidad
(aspecto forenst! ). Los ejemplos más corri..:nt-es de tales intentos inadecuados
y defectuosos están en la administración de medicamentos con producción de
neumonía por deglución desviada. así como en las obstrucciones de esófago
al introducir groseramente sondas o instrumentos inap.ropiados. También pue-
den ci~arse las peritonitis consecutivas a la punción de panza con técnicas
inadecuadas. y las claudicaciones originadas por recortes defectuosos en las
¡:ezuñas.
Si el tratamiento previo fue establecido por un veterinario. se podrán
obtener de sus resultados valiosos elementos de juicio para el diagnóstico y
pronóstico.
Reseña
Generalidades
El cuidadoso registro de las características de identidad del paciente es
imprescindible en la exploración. p.ara una ulterior expedición de certificacio-
nes veterinarias (pág. 226) (certificados de s:midad. hi~itoriaks clínicos. infor-
mes. testimonios). Pero. también. los datos que aquí se anotan proporcionan
información de gran im¡:ortancia en los padecimient<>s corrientes y en lo que
se refiere al diagnóstico o pronóstico. tal como se muestra en los ejemplos que
se citarán. En la reseña habrá que distinguir los caracteres pcrmanent~ de los
temporales o pasajeros (raza. sexo. color de la capa. huellas del escudo nasal
y grup.os sanguíne.os. así como edad. peso. marcas en las orejas y hierros o
marcas a fuego.
Rozo y tipo de explotación
Las distintas razas bovinas, cuyas particularidades pueden estudiarse en los
tratados de Zootecnia. pueden presentar una disposición diferente {pág. 67)
frente a· determinadas enfermedades. Así. la dilatación y torsión del cuajar se
ha observado casi con exclusividad en animales pertenecientes a razas de los
valles o de explotación lechera. Las tumoraciones de tipo canceroso en los ojos
(cuncer eye) aparecen en bóvidos dc piel depigmentada en la cabeza (Here-
ford) con mucho mayor frecuencia que en otros animales de cabeza· pigmentada.
También algunos defectos constitucionales se pioducen con mayor incidencia
en determinadas razas. como sucede con el subdesarrollo del aparato sexual
femenino en las novillas blancas Shortborn (white heifer disease), o con la
acondroplasia •terneros bulldog• en la raza Dexter. Finalmente. las diversas
Rc.¡~ña 49
Sexo y edad
Tanto el sexo como la edad predisponen a los bóvidos a determinadas en-
fermedadt!s: por ejemplo. los trastornos metabólicos suelen afectar casi exclu-
sivamente a las hembras adultas. intensamente forzadas por la gestación y la
lactación. Por el contrario. las tumoraciones interdigitales ( Lima:c) son más
frecuentes en las extremidades posteriores de los toros pesados. Los animales
jóvenes tienden. con mayor intensidad. a padecc;:r afecciones parasitarias que
los hóvidl.,S adultos. más inmunizados o d(>tados de p.remunidad. pero en éstos.
por el contrario. son más frecuentes las lesiones dd bonete por cucrr:os extra-
ños metá 1icos.
Corricntl.!menh!. y con refaencia a la edad. se distinguen en los bóvidos
las siguientes /tts('s:
T crll<'ros /acumt('S o mtmtmu•s. Hasta los 3 meses. según la du ración dd
período en que se les administra leche. Los criados con nodriza maman m;is
tiempo. pero toman también otros alimentos. El ternero destetado s..: llama
tam bién be<.'<'rro o choto.
l kccrro.r y b('C<'rras. Desde los 3 meses hasta terminar la fase de recría
(lo cual. según las razas. se logra. en las hembras. a los 20 ó 24 me:;es. y en los
toros. por el contrario. a los 12 meses).
Hcmhras adultas. que se denominan. durante su primera gestación. no ,·i-
1/as o t~ralas y. tras el parto. w1cas, d iferenciando en éstas. según el número de
gestaciones. las primerizas de las que han tenido ya dos. tres o más partos. Al
macho bm•ilw adulto se le llama. según las zonas. toro, semC'ntal o. simplemen-
te. m acho. y a los castrados. bueyes, denominaciones que tienen también rela-
ción con el tipo de explotación: toros ~ara la cría. para el cebo y bueyes de
trabujo o de carne. así como toros esterilizados o recelas. Es muy interesante.
para el que explora a un animal. saber si la hembra que tiene a nte sí está o no
gestante. A veces no compensa un tratamiento largo y costoso en un animal
vacío desde hace largo tiempo, mientras que. por el contrario. en las vacas pre-
ñadas habrá que tender no sólo a conservar la vida y el valor de la madre.
sino también del feto. Por otra parte, determinados medicamentos sólo pueden
4. RO!if.~auc;u : Exploración clíníca del aan•do vacuno.
so Plan de cxrloración clínica
rlti . ,\H . 1nci SÍ VO~ ~rmJn~· ntCS d~ UOJ VJC~ d~ 6 Ji\Oi : lOO:IS bs (lÍI!Z:l'i mu ~.;tr:tn
él de g;a..;tc d ~ !lu supt:rficil' lingual h:a '13 b mít:td
rl(i . ~9. Formación del cuello en los i nci~ivo~ de una v:1ca de 16 aftos
t-:1 0. 40. l nci'i"os di! un:1 v:1ca t.l: 18 ""o" aprox im:adamenll!, '-'" form:a di! mu"on.:s
Peso corporal
El conocimiento dd peso del racientc tic.:nc importancia para enJUICiar su
dc.!sarrollo y estado de carnl!s. comparándolo con los ani males sanos del efec-
ti vo. tratados en fo rma análoga . Po r otra parte.!. se facilita una exacta dosifica-
ción de los medicamentos que se han de administrar y se posibilita la valoración
de la carne en el caso de un sacrificio de urgencia. En las enfermedades de.!
curso prolongado se logran elementos de juicio ¡;ara el pronóstico conociendo
las variaciones dd peso del cuerpo (engorde o adelgazamiento). Para obtener
la necesaria experiencia se compararán. si es posible. con frecuencia. las cifras
obtenidas en la apreciación visual. con las de la báscula. En otro caso es reco-
mendable calcular la cifra media entre las p.roporcionadas por dos o tres perso-
nas expertas. Las cintas métricas utilizadas ocasionalmente para a~reciar el
peso de las reses no suelen proporcionar datos más exactos que los que logra
una persona experimentada.
Coloración de lo capo
Mientras que para las reses de un solo color la capa se po ne bien de;: mani-
ficsto en las descripciones de la raza. en aquellas otras bcrrcndas en negro o
n ~jo. así como cn las manchadas. se hace imprescindible. para asegurar la
cxacta idcntificación dc un dctcrminado animal en las certificaciones. el dctallar
t~ulto cl tama1io como la situación y forma dc cada mancha cn p¡trticular. Tam-
hit!n tiene esto inter~s en la clínica. porque l<ts quemaduras solarc.:s o la Sc.!nsi-
bilidad a la lul (fotoscnsibilidad) sólo afc.:ctan a l;ts zunas cút;ulc.!as dcpigmen-
Fto. 42. Esquema de la~ manchas en la cabeza; de izq uierda a derecha, sobre labio, lucero,
~trella, gran estrella, cordón y morro blanco o cbcbc con el superior-
~e, Plan di! exploraci ó n clínica
Marcos en lo oreja
Un dato importante de identificación. sobre todo pant las reses de un solo
color. lo constituyen las marcas de la oreja (marcas del criador. establo. libro
genealógico. inseminación o vacunaciones). Pero. al contrario de lo que sucede
con las características de la capa. congénitas e invariables. pueden desaparecer
{pequeñas perforaciones en la oreja). rasgarse (cortes en el borde de la misma}
o ser borradas. para ser sustituidas por otras (cauterizaciones}. Estas marcas
se efectúan en la oreja dirigidas hacia fuera y en el centro del borde anterior
dd pabellón auricular. utilizando de preferencia pinzas de marcar o crótalos.
Para kerlas se sujeta la oreja por su base. no por la punta (movimientos def(!n·
sivos ). En lugar de las referidas marcas puedea utilizarse otras con arreglo a
una clave determinada. por medio de unas muescas que corresponden a la serie
numérica.
Morcas de_f_yego
Para señalar a los animales se utilizan también marcas a fuego en las pezu-
ñas o en los cuernos. así como en la ¡;iel (fig. 44). Este tipo de marca es corrien-
te sólo en determinadas zonas (prados comunales, grandes efectivos 'acunos).
Plan d~ c:<ploración clínica
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Exploración general
Preliminares
Actitud
Bajo el concepto de actitud o aspecto hay que considerar la impresión ana-
tómica del paciente. Al enjuiciar el aspecto. el que explora observa sucesiva-
mente la cabeza. cuello. dorso. región lumbar, sacro. coJa, tórax. abdomen y
extremidades del animal, comprobando también la tensión de la pared abdo-
minal tal como se describe en la página 180. Las anormalidades posJulares en
la estación o en el decúbito suelen ser. en los bóvidos. poco expresivas; pero
61
Fu •. 47.
un h~:c~o·rro lUnlh.1do,
con par;ili.;is de l:ls cx-
tremiJ.td e-. fHhh:riorcs,
:t cath:t de comprc..¡ión
nH:dular por mi):racit'S n
llc lan·a-. de hipoll"·rtna
e n d c o nducto \'crt~·hr.ll
ha y una serie <.k actitudt!s inadecuadas que resultan características para dctcr-
min:td a~ enfermedades: así. el dorso encorvado. con la pared abdominal ten-
sa. son síntomas frecuc:ntes de una peritonitis. sobre todo a consecuencia de
lesiones en d bonete por cuerpos cxtraiios puntiagudos (fig. 461. Un cuadm
pareddt) se observa tambi¿n en las metritis gravl.!s y 1.!11 la osteomalacia. El
encorvamiento de la columna vertebral en sentido dorsal. dt!bido a alteraciones
¡:atoh)gicas cong~nitas o adquiridas. se denomina c:ifojis. Si este encorva-
miento tkne sentido ventral se llamará /ortlo.\·is y. pnr último. las anorm:.~lida
des en sl!nt ido lateral reciben d nombre de escoliosi.,·. La abducl'ión dt! las
extremidades anteriores constituye una anormalidad postural q ue se observa
en ),)s padecimientos del pcricard io y de los pulmones. Las cuatro extremida-
des colo<.:adns c:n forma de poi ro de aserrar. junto con la cabeza y el cuello
cstir~tdo y la cola tensa. son características típicas en los bóvidos con t~tan os.
p.adc:dmknto. por lo demás. extremadamente raro en estos animales. La ele-
vación inde¡:endientc de la cola ind ica padecimientos dt)Jt)rosos en el rc<.:lt), ano
o en los aparatos urinario y geniwl. Los animales que aparecen con la cabeza
y cuellt> dohladt>S hada abajo y adelante. en los qut!. a veces. cudga t~ambi~n
la kngu~a fu er~.' de la boca. suden r:adl.!cer af~cdones en la f~\ringe y laringe
1nbstrucci6n f~aríng.e~t o similares) y tambi~n en d aparato respiratorio (dis-
nea). Los bóvidos gravemente enfermos tienen la cabeza c~aída o echada du-
rante largo tiempo. La mayor rurte de las cojeras y parálisis cursan con a<.:ti-
tuc.Jes y posturas car4tctcristicas en la extremidad af~ctada Cfig. 47). En d c.le-
l'Úhitt), la c;.abeza doblada sobre d türax es un síntoma de est~tdo comatoso.
~ohre todo en la parálisis hipuc;ak~m ica trus d parto~ por d contrario. sude
nhscn ar-;e decúbito lateral. con extrl.!mic.J~ades tensas y caheza extendida hacia
atrás. en ka tdania h iponwgnesié mic~t Cfig. 4~).
Comportam iento
r ~< . ~ . 52-S ~ .
Ex.lllh.' n
Jd \.'~t :u.lo
de nut ri·
cj,;n lqcmrllhl
l· u; . ~J . V.tc;t rntll.lc·
rad.Jmcntc out nd.J
Estado de nutrición
Para enjuiciar el estado de las carnes es preciso recurrir a la insr.ccción y pal-
pación del cuerpo del paciente.:. comparando con otros animaks sanos de la
misma ed<ad. Para ello se prestará especial atenció n a las agujas. saliente de
las vt!rtcbras dorsales, costillares. prominencia de las apófisis lumbares. tu bero-
sidades ilíaca e isquiática. así como al maslo de la cola (llamados rm¡ut.•s tft•
mawri/t• o carnict!ro). Así se podrán distinguir los siguientes grados con rt.'S·
pt'clo al esrado de nurridón:
Muy bueno (ceba miento). Todas las formus corporales esttin rcdondeudas;
grueso panículo adiposo en las zonas citadas arriba. Este estado es deseable
para los animales de cebo. si bien es índice parcial de poca car-acidad de re-
sistencia.
Bueno. Las diferentes regiones cor¡x1ralcs aparcccn bien dclimitadas; no
obstante. se ap.recian aún gruesos panículos adiposos.
R egular (flaco o dcdgado). Superficies corporales aplanadas. resaltando los
co ntornos musculares: no hay panículo adiposo. pero tampoco destaca inten-
samente ninguna parte del esqueleto: la piel sc conserva elástica (fig. 5)).
Nlalu. Las partes óseas antes citadas son muy manifiestas. y la piel se halla
in tens:tmente udherida el esqueleto ( 1( piel a garruda u).
1~/uy malo (caquéctico). Atrofia muscular. ojos hundidos. • ph:l y huesos o
esqueleto andante»~ sobre todo se observa en los animales jóvenes con para-
sitosis graves (fig. 54). El p.mnóstico es. casi siempre. deses¡-:crado.
En los pacientes m:al nutridos hay que comprobar si se trata de una suh-
nutriC'iún primaria (l .\'t'Culldaria (inanición). El es t ~tdo de emaciación (subnu-
tridón primaria) se presenta cuando el pienso es inadecuado desde el punto
de vista cuantitatÍVl) o cui.tlitativo. en tal medid u. que no es capaz de cubrir
las necesidades en absoluto (animales mal alimentados) o relativamente (alta
producción de leche. gestación gemelar y otras mtis). Por tanto. los bóvidos
qul.! están completamentl.! sanos pueden adelgazar. por ejemplo. las buenas
vacas lecheras tras el p.arto. El f enÚIII(' /UJ de demacradún (subnutrición se-
cundaria) se origina. por el contrurio. a causa de padecimientos que influyen
indirectamente en el apetito del animal (infecciones generales febriles. intoxi-
cación). trastornan su capacidad para la ingestión de alimentos (actinomicosis
de la lengua. parálisis faríngea) o interfieren la digestión y absorción de los ali-
mentos. Tales enfermedades consuntivas. afectan. generalmente. a grandes
zonas o a la totalidad del tubo digestivo - estenosis funcional de preestómago.
parasitosis gastrointestinal. tuberculosis. paratuberculosis. padecimientos he-
¡;áticos graves- , y suelen tener carácter crónico. Pero también algunos proce-
sos locales y agudos de otros órganos p.ueden Jlcvar con relativa rapidez a la
demacración. como sucede. por ejemplo, en las enfermedades del riñón o en
los padecimientos dolorosos del pie, por los cuales se ve muy limitada la capa-
cidad de movimiento del animal en el prado.
Exploración general 67
Hábito o aspecto
El concepto de hábito expresa. durante la exploración g«!nc!ral. la impn•-
sián clínica t!Xternu dt!l paciente, característica de un estado momentáneo y
no sólo dependiente de la salud o enfermedad. sino también de! la estructura
corporal. alimentación. alojamiento y cuidados. La clase y extensión de las
variaciones externas a¡:reciables proporcionan. al que explora con cuidado.
impo rtantes elemc:ntos de juicio que. comp.arudos con los de los animales
s~nos. permitc:n sacar conclusiones sobre la illfL'nsidm/ y duración del padt•ci-
miento ac:ttutl. Así. las alteraciones en la actitud (pág. 60) y el comportamiento
(püg. 62): las débiles. medianas y graves en el hábito. junto con las de revest i-
miento cutáneo (pág. 75) y del estado de nutrición <r.ág. 66). diferencian a
lus reses con enfc!rmedades agudas O · crónicas de las otrJs sanas. Un animal
muy dc:macrado. rígido e inapc:tentc. cnn el pelo crizado y largo. ticne. por
cjemplll. el hábito o aspecto de un individuo crónica y gravemente enfermo.
mientras quc un p;tcicnte todavía bien nutrido. con el dorso encorvado. abdo-
men tcnso y duro. pelo brillante. que permanece en pie. con la cahc:za baja y
t¡uejándose. muestra d hábito o aspecto de una enfcrmcdad aguda y grave.
y así en otros casos mús.
En correspondencia con la <!poca ud a1io y d alojarni~:nto tic los animales.
se pu~:den distinguir: luíhito d,, ' '<'remo o dd pasto (pdu liso y limpio. a veces
despeinado por el viento: aspecto vigoroso y. casi siempre. huen estado de
nutrición): /uíhito tlt• in\'il'rno o de l'Stahlo (pelo de invierno m:ís groscro: su-
ciedad en el tercio posterior: actitud algo tristona: estado de nutrición corres-
pondiente a la alimentación).
Los conceptos de condición y constitución utilizados comúnmente en Zoo-
tecnia tienen escaso interés en clínica. y no pueden ser confundidos con el de
hábito o aspecto. definido anteriormente. ~e conoce como condición el estado
circunstancial de un animal. o sea. la adquisición de una facultad variable
para determinada actividad fisiológica. lograda por la alimentación y el cuido.
Un bóvido se encontrará. por ello. en condiciones de cría. trabajo o exibición.
ror ejemplo. Por el contrario. se denom ina constitución la suma de r.articula-
ridades heredadas de los padres e influidas con carácter limitado por la Zoo-
tecnia y por el medio ambiente durante el crecimiento. pero . prácticamente
invariables en los animales adultos. Desde el punto de vista zootécnico se di-
ferencian los tipos lechero (grandes mamas). cebo (mayor producción de carne.
y grasas) y trabajo (constitución orgánica vigorosa y con buenos músculos).
En el aspecto clínico sólo puede existir la diferencia entre las reses bastas. ro-·
bustas. vigorosas o fuertes y las finas. gráciles. delicadas o de constitución débil.
Plan de: exploración dinica
nando sobre el vaso con Jos dedos índice y medio. La frecuencia se mide con
el reloj (! ). por lo menos durante 15 segundos y. mejor. durante 30 ó 60 segun-
dos. Lus cifras varían normalmente. conforme a la edad. sexo y peso del ani-
mal. entre los siguientes límites :
Pnr miuutu
Terneros y becerros 90-110
Novillos . . . 70-90
Vacas vacías o en gestación poco
avanzadas . . 70-80
Vacas muy avanzadas . 70-90
Grandes toros y bueyes . 60-70
Temperatura corporal
Se considera como • temperatura • en los bóvidos. gencmlmente. la illlt'riur
dd cuerpo. que se mide con los termómetros corrientes de máxima. colocados
en el recto. durante el período de tiempo prescrito para ellos. Tras lubrificac ión
de la cubeta de mercurio con agua. jabón o mucílago. se introduce el termó-
metro casi totalmente en el ano. siendo preferible sujetarlo a la raíz de la cola
del paciente con una pinza que se ata a su extremo libre. Sólo cuando es impo-
sible o no aconsejable la medida de la temperatura en el recto. podrá tomarse
la vaginal en las hembras de forma excepcional. Pero en este caso habrá que
hacer constar esta circunstancia en la anotación. La temperatura vaginal es
casi siempre algo más baja que la rectal. En las inflamaciones del recto o de
la vagina. las temperaturas son muy altas. Por el contrario. cuando el ano
cierra defectuosa mente (a causa de parálisis del esfínter o inmediatamente
Exploración general 71
después de una exploración rectal). o bien cuando los labios vaginales no coac-
tan adecuadamente (durante las fases avanzadas de la gestación. en el puerperio
o en las heridas. l~s cifras son bajas).
La temperatura nvrmal del cuerpo, que tiene oscilaciones muy grandes en
los bóvidos. se influye. sobre tO<h). por los factores siguientes:
Edad. Terneros. 38.5 °-39.5° ; novillos. 38 . -39" ; animales adultos. 3g ·•
a 39 ~ C. Ocasionalmente pueden encontrarse también valores inferiores o su-
periores a los dichos. en animales completamente sanos.
Hvra dd día. Por la tarde. la temperatura corporal suele ser casi siem-
pre 0.5 ° a 1o e más elevada que por las mañanas.
Circunstancias ambienwles. Cuanto más intc:=nso sea el grado de humedad
del aire. tanto más vigorosamente influirán sobre la temperatura corporal las
variaciones calóricas extremas ambientales. Así. en los días calurosos de \era-
no. en establos con mucha evaporación. o en las praderas sin sombra. los ani-
males sanos pueden dar valores termométricos febriles. mientras que en invier-
no tales valores alcanzan los límites inferiores.
El trabajo fmigoso, así como los 11U>\'imie11to~· vigorosos y la ingestión de
pjensos. conducen a ekvaciones pasajeras de la temperatura. como consecuen-
cia del natural incremento metabólico; ¡:;or otra parte. las cifras suelen ser
algo más elevadas en las reses gordas que en las delgadas.
Las fundom.•s stJxualt's ejercen asimismo influencia sobre la tempemtura
en las hembras vacunas. En los últimos días. antes dd celo y en los previos
¡al parto se observa un paulatino aumento de la temperatura. que se troca en
un descenso inmediatumente antes de estas circunstancias.
Aunque las cifras termom~triC4lS obtenidas en los bóvidos. en el curso de
cnfermed¡ades infe,cinsas. no tengan proporción con el resto de los síntomas
dd proceso - por ejemplo. en la peritonitis o pericarditis infecciosas difusas-· .
la termo metría tiene en estos animales la m isma importancia que en los demás
y que en el hombre. También en la buiatría. la medida d~ la temperatura dd
cuerpo proporciona valiosos datos para el diagnóstico y el pronóstico. por lo
cual no se debe prescindir de ella en la exploración general.
En las elevaciones patológicas de lOJ temperatura corpoml hay que distin-
guir. según las causas. la hipertermia (•ndúg<'ml (fiebre propiamente dicha) y
b.a hipertermia t•.tÓJ.:('Ila. por lo demás. muy rara (golp.e de calor e insolación).
La /ittbre es un estado patológico con hiperproducción calórica (incremento
del metabolismo) y disminución de las pérdidas de calor. que se considera
como un importante factor en el proceso de curación y defensa del organismo
enfermo. Por lo general se acompaña de retención de Hquidos. trastornos de
la digestión. así como incremento en la frecuencia respiratoria y cardíaca
(págs. 68 y 97). En los bóvidos con padecimientos febriles se aprecia también un
aumento de la temperatura en la superficie corporal (pág. t73) o una distribución
irregular; además, las mucosas de la nariz. boca y vagina es~án pastosas y pe-
gajosas; el hocico, seco, y los ojos. con brillo febril. A veces se aprecian es-
calofríos. La fiebre se produce por substancias extrdñas al organismo. casi siem-
pre de carácter proteico. procedentes del microorganismo o resultantes del
Plan de cxrlnración clínica
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Ira" punción
~•um\!ntar las ddensas y la capacidaJ d\! curación del animal se inyectan c¡tsi
siempte soluciones de contenido proteico. que produc\!n una /ic:hrt• c:uratiw1
o m\!dicam\!ntosa. Nn obstante. los fármacos qu\! se utilizan corrientemente en
buiatría para la terapéutica incspccifica (por ej\!mplo. Yatrén-Cesdna Bayer
u Omnadina Hoechst). no suden r.roducir. en gcneml. incrementos apreciables
de la temperatura orgánica. Por el contrario. el tratamiento endovcnoso. con
yodo o sales yódicas. origina casi siempre elevación de la misma.
Grado de la fiebre•. Las temperaturas comprendidas entre el límite supe-
rior de la normalidad y los 40° C. se designan como clébiles: entre 40° y 41 " .
como medias. y. por último. se llamará fiebre alta la comprendida entre 41 a
y 42• . Las cifras más altas (hiperpiresia) se encuentran sólo de forma excep-
cional.
El curso ele la fiebre suele ser poco característico en los bóvidos. La vigi-
lancia continuada de la temperatura. en lo cual. si es necesario. ha de colaborar
el ¡:ropietario. proporciona. no obstante. en estos animales. mejores elemen-
tos de juicio sobre la evolución del padecimiento. que la medición aislada. En
las infecciones por virus suele observarse una curva febril en dos fases (pri·
mera subida: viremia; segunda: infección bacteriana secundaria). La difu-
sión de una peritonitis va acompañada. generalmente. por un paulatino ascenso
de la temperatura. con grandes oscilaciones a lo largo del día. con lo cual esta
curva toma la forma de agujas (fig. 56). Tanto en las bronconeumonías agudas
Exrloracit\n ¡;cncml 73
Resumen
Terminada la exploración general. Jos resultados. con los datos ref\!rentes
a la actitud. comportamiento. estado de nutrición. hábito. frecuencia respira-
toria y pulso. así como de la temperatura corporal. junto con la información
lograda en la anamnesis. se resumen en la forma siguiente:
l. El estado gt 1Wral del animal no está alterado o lo está sólo en forma
1
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Exploración especial
Preliminares
En los pacientes con afcccionc:s internas se realiza un examen sucesivo de
los diferentes sistemas orgánicos sobre el fundamento de los datos obtenidos
en la amnesis y en la exploración general. que permiten suponer cuáles son
los enfermos o afectados. Con el fin de no pasar por alto ninguna unidad im·
p.ortante. se recomienda el examen de los aparatos orgánicos siguiendo siempre
el mismo orden. en el plan de exploración que se relaciona en los capítulos
siguientes:
Pdo. piel. tejido subcutáneo y mucosas visibles.
Aparato linfático.
Circulatorio.
Aparato respiratorio.
Aparato digestivo.
Aparato urinario.
Aparato locomotor.
Si st~.:ma nervioso central.
ó rganos de los sentidos.
Aparato genital y mama.
Plan de lo exploración
Fw . 57 . Exploración d e l:1 mu co~a hucJI 1-'u;. 58. Posición d e la cabeza para la cx-
plor::~ció nde la conjuntiva csdcml y d i!
los capilares cpicsclcrah:s
t-to . ~·1 . lnh:n,.a cxh.:u,j.¡ cul :inc~• en un:a , .u:o~ con cnh:riti"' crl;nica: .1 c:ltha ~k 1.1
pérJida e l\ l01 .:Ja,lkÍll.uJ t.k l:1 {lÍ1:J, l<h f'l ic.:uc:\ p~·rtnancccn dur:llliC 11\IIChO l Íl'O'If"O
pid ríg.iu;a. reseca o • correosa» en l~as pro m in encías {)seas. tal como l.!n las
ap6fisis esr.ino4ias di.! la columna vertebral. zona de la escápu la o en las costi-
llas (coriago). Las inflamaciones agudas y crónicas producen abultamientos
depresiblcs más o menos manifiestos (fases in iciales). o hasta engrosamientos
resecos y firmes (fases avanzadas). confo rme se o bserva en los flemones. ac-
tino micosis. sa rna o hiperqueratosis.
En diferentes padecimientos de estos animales hay prurito, qu e se mani-
fiesta po r intranquilidad. rascamiento con las pezuñas o con los cuernos. estre-
gamientos y frotamientos contra objetos cercanos. lameduras y mordiscos de
las zonas afectadas y por cabeceos. Dado el peligro de contagio (sobre todo
en las tricofitosis). el prurito no se comprobará con el dedo, sino con un palito
o espátula. En caso positivo. los pacientes muestran su com'p lacencia estirando
la cola. cabeza y cuello y po r el deseo de_ permanecer en contacto con el ob-
jeto rascante. El prurito localizado es un síntoma que acompaña casi regular-
mente en las afecciones parasitarias, sobre todo en las fases iniciales ; y muy
rara vez se observa también en la rabia. en eJ punto de la mordedura. El
80 Pbn d~ cxplorJción clini:a
:lUnque también pueden presentarse en cualquier otra parte del cuerpo Cfig. 60).
Para lograr una segura diferenciación con Jos abscesos. se recurre circunstan-
cialmente a una punción. con las consiguientes precauciones de asepsia. Las
hemorragias dr.: la pid propiamente dichas se denominan pett•quias o t•quimo-
shi. Muy rara vez se observan estas hemorragias de la pid en forma de emisio-
nes espontáneas (sudor dé sangre. Juwwhidrul·is) en las alteraciones de la coa-
gulación y de la permeabilidad capilar. En los bóvidos. los envenenamientos
con mdiloto y helecho macho. así como las intoxicaciones con restos de soja
l ' u;. (lll. Volurnino-.o hcrnJIOrn:t suhcul :iOl'O en el flanco derecho y hajo vi4.'11ltl.',
a c:au.;a de una cornadJ
tratada con tricloroetilc nu. entre otros. cursan con una particular tendenc ia a
tales hemorragias (clicít('sis ltemorrá¡.:ic:a): en tales cusos aparecen no sólo en
la r.icl y tejido subcutúnco sino también en las mucosas y órganos internos.
las neoformaciones cutcím:us más frecuentes en los bóvidos son los aumcn·
tos de volumen de carácter in/ecc.:ioso en las actinomicosis (casi siempre. en
la cabeza) y p.apilomatosis (cabeza, cuello y bajo viemre). Los engrosamientos
cutáneos debidos a tuberculosis o leucosis. asr como los nódulos de la dermatitis
nodosa y los tumores malignos que ~·ueden presentarse después de constante
irritación (sarcoma carcinoma). son extraordinariamente raros. Mientras que la
actinomicosis y la papilomatosis casi siempre pueden ser reconocidas por su
aspecto, en las demás lesiones citadas sólo se logra generalmente una segura
identificación por el examen histológico de las muestras de tejido (pág. 86).
Las queratinizaciones o cornificaciones de la piel, que se ponen de manifiesto
Pel os. piel. tejido c¡ubcutánc\l y muco'Qs vi,ihlc:s 83
1
1
Fto . M . Dos ¡:.rrap:ll:ts hcmbr:l:l; (l.nxl~s ridmu) ; la iz41uierda, vista por d dor o ; la dcrcch:.,
por d abdomen : t:amJ"o norm:tl, dc-.dc un:1 cahcza d..: alfiler hasta el de un.1 c.:rcza p.:quci\J ;
S aumcnros
FaG. 6S . Ácaro Sarcopus (hembra); tam:af\o n1tural, o.~ a O,S mm ; 300 aumentos
S6 Pl an d\! c:<plomción clínica
de costras. Los Dt•nzoclt'X (fig. 66) que tambi¿n son raros en los bovinos. se en-
cuentran en pequeños nódulos. aunque la piel permanece intacta.
Las /an·as de lripoderma (fig. 67) se albergan en el interior de las caracte·
rísticas protuberancias. del tamaño de una avellana al de una nut:z. en prima-
vera y verano. bajo la piel dd dorso. rt:giones lumbar y sacra. donde perforan
un orificio p~tra respirar.
Entre las micosis cutáneas sólo tiene inter¿s en estos animales la Tric:ho -
/ilia (producida por el Tricltophylcm l't•rrucosum y otros). Origina. sobre todo
en los becerros. lesiones cutáneas en la cabeza y cuello. a veces tambi¿n en
otros puntos. de forma red ondeada. des provistas de pelo y con un recubri-
miento como de ceniza.
Obtt•nción dt' mul'stras. Los piojos y trichodectes vivos y sus liendres
se encuentran en los meclumes de pelo arrancados. o se recogen con una rus-
cadera fina. Para comprobar el contenido de los pelos en cobre o manganeso.
cuando se sospecha una carencia de estos elementos. se recortan tmu'slras
pilosas y se recogen en zonas limpias del cuerpo. Pura conocer la etiología lk
las caídas locales dd pdo (sarna y ti1b) se toman muestras de rctspatl11ras cu-
táneas (con un objeto afilado. hasta hacer sangrar) en los bordes de la zona
afectada. En los aumentos de volumen puede obtenerse por punción una mu\!s-
tra del líquido que contiene, previo rasurado y desinfección del campo y
empleando cánula y jeringuilla estériles, o, también. un trozo de tejido del
tamaño de una guinda que interese todas las capas cutáneas. El material ob-
Pelos. piel. tejido ~ubcUI:lnco y muco ~H vi,ihlc'i 87
tenido se envía al laboratorio sin añadirle ningún producto cuando hayan dt!
realizarse estudios bacteriológicos. parasitológicos o micológicos. y añadiendo
fnrmalina al 5 % cuando se trate de realizar estudios histológicos. las particu-
Flli. l11. Larvas t.k barro, "'XIr:.tki:h tk ~us nódulo, Ch.' 'f'lldc•rmtt /ull'i\) :
1:1m :u~ o
n:uur:ll, ~O :1 :\U mm: 1 · ~ t.k la im:tgén n:uur:~l
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Sistema linfático
Generalidades
La exploración dd sistema linfático tiene importancia en un doble sentido:
por una parte. tanto los ganglios como los vasos linfáticos pueden afectarse.
c:on pn:sentación de lesiones más o menos características. tal como sucede en
la actinomic.:osis. estreptotricosis. tuberculosis y supuraciones. rero. sobre todo.
cn la leucosis o 1infadenosis. Po r otra parte. intervienen en d curso de los
padecimientos de las diversas regiones. originando muchas veces tumefacci n-
nes. dolorimientos e infartos reactivos. que proporcionan datos adecuados
para conocer afecciones en los órganos que no puc;:den sc;:r explorados () snn
difíc.:ilment~ asequibles. El examen dd aparato linfático sc realiza por in!l-
pecciün y palpación de los ganglios que lo permiten. y. en caso dado. también
d~ los vasos linfáticos altcnu.Jos. Cuando sohrc el fundamento de la anamne-
sis. u ante la presencia de ganglios C.:l)n engrosamientos tumorales, se Sllspcd~c
una lcucosis. h~thr:i <JUC r.rnceder a e,'(aminar d cuadro lcucncitario. En d~:
taminados casos pueuen enviarse muestras de tejidos para el examen histtl·
lúgi~o . (1 líquido de runci,)n r a ra la exrloración h~tc.:teriohígka .
Plan de lo exploración
En la palradó n de Jos ganglios linftíricos. que. norm¡llmente. arar~l·~n
con una tensa clastici<lad. f¡icilmcntc movibles y si n lobulacid ncs. es rrccis<>
observar los posibles aumentos de tamaño. dolc.;rimientos. aumento <le la con-
sistencia o la formación de nódulos. así como las adherencias a los órganos
subyacentes y la posible fo rmación ad icional de nodul¡tciones Jinfo iucs. Al
palpar los ganglios de la cabeza y del encuentro. el explorador se sitúa junto
al tercio anterior del a nimal y examina simultáneamente los cuatro pares de
ganglios que se relacionan a continuación (en ambos lados. y comrarando):
los demás se exploran aisladamente (fig. 68).
Ganglios del canal exterior (ganglios mandibulares). Entre el extremo
anterior de la glándula numdibular y la mandíbula inferior; normalmente
tienen el tamaño de una aveJlana o una nuez aplastadas. Afectan a la mitad
inferior de Ja cabeza. En la palpación debe evitarse la confusión con la glán-
dula mandibular. que es más grande y lobulada: en condiciones no rmales.
los ganglios mandibulare.\· no son palpables.
Ganglios sulmuriculart!s (yang/ios parotídc.'os). Situados ~ligo por dl!bajo
di! la articulación de la mandíbula y en si tuación media l en el borde o ral de
la glcíndula parútica. con la cual snb rl!sak un ~oco en el mis mo sentid o. Su
tamaño es parecido al de.! los ganglios mand ibula res. T o man lu linfa de la
pa rte supe rio r de la cabc:za. Se palpan pellizcando el extremo do rsal de la
parótida. algo por debajo de la oreja. En general sólo S:! aprecian muy ten ue-
mente.
Ganglios faringeus imernos (gang/ioJ rerrofaríngc.·o~· mctlialcs). Si1uados
en posición caudodorsal sobre la faringe: no rmalmente no son palpables:
reciben la linfa de! los órganos internos de la cabe1.a. incluyendo la ringe y
f u;. M . E~f'l nracit'lll f';tlpa loria d.: los }.!:tll¡:Jio, linf:\lico' : l. gan¡:Jjo.¡ rarinl{CO ~: ~ . gan~no ..
parol ld.:n"': 3. ~a n~l ios f;t ríng~:o" inh:rnm: 4. ~;tnglios J')rc~:-.carwlarc-.: ~. ganglios prl'cn•rak':
1\. gangliu-. mama rio.;
faringe. Para palparlos se introduce n las puntas de los dedos por ambos lados
entre las ramas de ]a mandíbula. laringe y columna vertebral. intentando a sí
establecer contacto co n los dedos de la mano s ituados en el lado con trano:
de esta manera no se producirá dific ultad respiratoria ni se apreciarán entre
las yemas de los dedos formaciones dunss. siempre que los ganglios no estén
aumentados de tamaño ni haya otras variaciones de volumen en la hendidura
laríngea (abscesos. flemones. etc.). Los ¡.:anglivs farín¡:eos externos (ganglios
r etrofaríngeos laterales) se sitúan por detrás de la fosa de la's alas del atlas y
está n cubiertos por el extremo dorsal de .la _glándula mandibular, por lo cual
no son palpables. Tiene escaso interés para la exploración clínica.
Ganglios preescupu/ures (ganglios cervicalt.!s superficiales). Están recu-
biertos de músculos y situados por delante y algo hacia arriba de la articula-
90 Plan d~ exploración clínica
Bibliografía
•
Aparato circulatorio
Generalidades
La exploración d~ los órganos de la circulación proporciona datos para
sa~r si el pacic:nt~ sufn: un traswrno circulatorio y. t:n caso dado. tras las
oportunas comprobaciones. ¡:ara distinguir si el proceso es de tipo primario
o sccund~trio. o sea. si la circulación está afectada directamente por el curso
de la enfermedad (por cj~mplo. en la pt•ricttrtliti~· rrmwuirku) o sólo d~ munera
indirecta y sintomática (como en lus afeccio nes cardíucas y de los vasos en los
pnx:esos infc:cciosos y tóxicos gr..aves). El res ultado del examen del aparato
circulatorio es de gran importancia. y hasta decisivo. para el t:njuicia miento de
las posibilidades de curación. al considerar f¡ts posibles y ulteriores c:onse·
cuencias sobre s u cap~tcid•td funcional. sobre tudo. en Jo que ••1 coruzó n se
refiere.: ( insufic.:icncia circulatoria o cardíac~• ). Pnr c~tas razoncs. lu decisil)n
de s;tcrificur necesariamente una res enferma se der iva muchas veces de los
datos obtenidos en el a,.:urato circulatorio. y con su ohscrvación. el vcterimt·
rio est;i en conc.l icinncs tic ordem1 r el aprnvec hu m icntn del valor económ ic:n
del paciente.
La <'Xploraciún del aparatn circulutorio se inicia en el corazón. pasando
luego a las arterias y capilares p¡tra llegar a las grandes venas. En muchos
casos es necesario también el examen de una muestra de sangre en lo que se
refiere a determinados componentes o particularidades. Además. todo ello debe
compkmentarsc con la explo raci ón del bazo.
más por retención (fig. 69): por otra parte. en esta zona pueden aprcctar-
se también grandes aumentos de volumen por flemones gaseosos (pág. 81) o
por la acción de ganglios leucóticos (pág. 88). que interfieren el flujo hcmá-
tico dificultándolo ~n las venas yugulares.
La palpación se realiza con la punta de los dedos de la 'mano izquierda.
introducida hacia la superficie limitante con el cuarto espacio intercostal entre
el codo y la pared del abdomen. mientras que la mano derecha descansa sobre
el dorso del paciente (fig. · 70). Dura nte esta operación se o6servan las caracte-
rísticas del golpe cardíaco y los posibles _temblores ulwriures de la pared ab-
dominal. así como las reacciones dolorosas en la región cardíaca. El golpe del
corazón se produce por la contracción del miocardio. asociada a una ligera
torsión del músculo hacia la izquierda . que se transmite más o menos clara-
Plan de cxph,ració n clínica
Fh, . i l . l'cn;u'\illll ud coradm . En C<l'\0" l"<ltUJ,)¡,tiCO~ u , o,pcdUhO\ ~e fi.'<II Í/Ál ·~•mhién 1." 11 d
lado derecho. Pcrcutil:nuo a lo larl(o d e: IJ s linea" t. ~ y ·' · or,c dct~·rm ina la zona d ~· m:uid~·'·
rdativa (ray:u..l.sl. su-. Hmitcs cnudalc'i y d c:\nj:ulo con aire•. tJmhién caudal : sonido" pcr·
c utarios: O -:: ruido pulmon:sr: • = matic.Jct rclat Í\'a (coral.ón) ; e mat idct progrcsiv.s ha 'I ta
.shsoluia (lo,tctrl\lll, prCl'\tl\0\.lgo)
huhuu-clup disociación
del 1.t'r tonn
httlt "llttlt-(/ttf1 desdobla m icn to
/Jttll·clttclttfJ disociación .,
del 2." tono
buu-d11p / c/u p desdoblam iento f
La irregularidad completa de la activiclud cardíaca (arritmia cardíaca. corazón
intermitente o tumultuoso) corresponde a trastornos en la conducción de las
excitaciones o a debilidad miocárdica grave. pero las pequeñas arritmias pue-
den observarse también en animales completamente sanos.
Todo lo que se escuche durante la auscultación del corazón. en dependencia
con su actividad, fu:- ra de los tonos primero y segundo. debe ser considerado,
Aparato circulatorio 9Y
/lmu-clup prcsistólico
huu/-dup sistólico }
( Soplos ~ndocárdic,>s
lmu-fdup J'\n:di.atólico
lum -dupf diatól ico
es decir. que disminuye d volumen y presión h\!mát icus en las arh.:rias que
parten del mismo. y. además. un cstasis en las venas. La \!stasis \!n las t·cmls
pulmonares pu\!d\! alcanzar. \!11 la circulación m\!nor (u vía retrógrada •). en
casos muy avanzados. al ventrículo izquierdo. desde donde se transmiten a
las \'C nas yugular y mamaria. La ausencia de= ruidos endocárdicos accesorios
no indica necesariamente que d animal afectado no padezca una k sión val-
vular o una endocarditis.
Los ruidos ucc(•soriul· ti:rtt.·r11os o pl!riClírdicos SI! producen fuera dd corazón
pero en sus inmcdiaciont:s directas. Se auscultan en correspondencia con la
acti\1idad cardíaca. pl!ro no se hallan tan exactamente vinculados a determina-
das fases de la misma como los ruidos endocárdicos. Los pcricárdicos se ap.re-
ciun como roces. crujidos. respaduras. crepitaciones. chasquidos o explosiones
que vienen como • más di! cerca " (inmediatamente bajo el fonandoscopio) y
que tienen una duración. intensidad. tono y pumn múximo variables (es nece-
saria una auscultación prolongada o repetida). Las causas más frecuentes de
los ruidos extracardí::lcos de los bovinos están en la pericurditis tram11titica, en
la cual no sólo se acumulan líquidos en la bolsa pericárdica recubierta de
fibrina y con tejido granuloso (ruidos de roce) sino que tambi¿n, en determina-
das circunstancias. se producen gases (ruidos como de chasquidos). Lesiones
parecidas se presentan tambi~n en la pericarditis tuberculosa y en lu leucosis
del corazón. Ocasionalmente. tras lesiones del diafragma. d golpe del corazón
sobre el bonete prolapsado en la cavidad torácica puede auscultarsc como un
ruit.ln accesorio cxtracardíaco. parecido al que se produce al golpear con un
pañuelo. Los chasquidos que se originan al contraerse d bonete (pág. 155) se
escuchan. en estos casos. inmediatame(lte por detrás del corazón. pen> ellos
solos no demuestran la existencia de una tal distopía del retículo.
Todos los ruidos c¡,¡rdíacos se auscultan más claramente tras (•l'fuer:.os cor·
por11h•s (can1inar rápidamente. contener la respiración por unos nwmentns
1pág. 1271). La pruelm ele la com(~ndón sirve para reforzar los ruidos pcricár·
dicus: después de tener colocada la bolsa de goma en el hocico. para conten~.:r
la respiración durante 30 segundos aproximadamente. se retira para que el
animal inspjre profundamente. y se vuelve a colocar de manera inmediata: los
pulmones. que entonces se han llenado de aire al máximo, comprimen al peri-
cardio y hacen más manifiestos los ruidos de roce. mientras que la respjración
permanece cortada.
En los casos con un aumento masivo de la matidez cardíaca puede recu-
rrirsc ocasionalmente a una punción de la bolsa pericárdica para aclarar dudas.
aunque en tales circunstancias el pronóstico. aparte las características del lí-
quido acumulado. suele ser muy sombrío. Para esta operación se utiliza una
cánula ancha o un trocar fino, que se clavan . tras la oportuna p.reparación del
punto de la punción (pág. 86). ya lateralmente. en un espacio intercostal de la
matidez cardíaca y siguiendo una dirección crancomedial. o inmediatamente
en el ángulo que se forma entre el extremo ventral de la arcada costal iz-
quierda y la apófisis del esternón. después de seccionar la piel y la muscula-
tura y guiando con el dedo que palpa el pericardio en dirección craneodorsal.
Apar.thl cin:ula toriu 101
Arterias
La \!xplo r~aci,;n de las a rteri~as se rdiere a l <' .rtiiiiCII del pul.,·o por pal pación.
c. 1u ~ se dcctú;a gcnerulmcnt~ en ht arf('ria maxilar c·xtana (fig. 55) en la fo rma
descrita \!n la página 69. Durante \!ste ex.a mcn hay q ue considerar, junto con
la frecuencia. estudiad a ya en la ~xr.ln ración gen~ral. el ritmo y la calidad
del pulso.
Normalment~. el ritmo del puls(J es regular. o sea. que los es pacios entre
las pausas aisladas tie ne n la mism ~a duración (pulso re'gular ). El pulso sin
ritmo (pulso irregular) se observa en los trastornos de la prod ucció n de los
estímulos y de la conducción de tos m ismos. así como en la d ebilidad cardíaca
manifiesta y. ocasionalmente. aunque en menor grado. como hallazgo casual
en animales completamente sanos. Las causas más frecuentes de la a rritmia
del pulso en los bó\~dos son la leucosis cardíaca y las lesiones del miocardio
consecutivas a la glosor.eda.
La calidml del pulso se refiere a la amplitud. fuerza y duración de la o nda
pulsátil. así como al estado de plenitud de -Jas arterias. Estas particularidades
dependen de la actividad cardíaca (energía contráctil. volumen-minuto, capa-
cidad de las válvulas). así como de la presió n hemática (perfil y tensión de
los vasos. cantidad de sangre circulante) y varían en relación co n aquéiJas.
Pla n d~ exploración clini.:a
Se ar,rccian cjerci~ndo una presión creciente con los d~dos. bajo lns cuales
se desli7.a suavemente el vaso que se ha d~ examinar. La amplitud. fuerz:t y
duración de la onda pulsá til son normahnente regular~s (pulso i~ua/). El pulso
irregular (pulso desigual) dl!b~ ser siempre considl!rado como síntoma pato-
lógico (intensa debilidad cardíaca. anormalidad~s valvulares). La amplitud
del pulso. así como la plenitud de las arterias se manifiestan por d aumento .
de tamaño del vaso durante la onda pulsátil. y se diferencian el pulso grande
o lleno. con arterias muy repletas (pulso maRno o p/('no), y el pequeño o vacío
con los vasos sólo muy poco llenos (pulso par\'O o ,·acuo ). dd pulso normal.
en el que los vasos tienen una plenitud intermedia (pulso normal). La fuerza
del pulso se determina en virtud de la presión que los dedos han de ejercer para
cont rarrestar la onda o para anular del todo la r-ulsación. Por lo gen~ral. d
pulso de los bóvidos e~ moderadamente fuerte (más blando que en los équi-
dos). La fuerza del pulso puede considerarse como una medida del trabajo
cardíaco (pulso fuerte o débil) y de la tensión de las paredes vasculares (pulso
duro o blando). Con independencia de la duración normal dd pulso. se dis-
tingue el pulso saltón (pulso cc!lc·re : amplio. débil y corh1) y el pulso reptante
(pulso tardo: pequeño. débil y largo). Son signo de mal pronóstico. el pulso
corn\) cde alambre» (pulso comractus), as{ como el pequeiio y blando (pulsa
filiforme).
La tt'nsión Jlt'mútic'a puede s~r también medida en los bóvidos . si bi~n
hasta ahora no ha encontrado gr:and~s apl icaciones el procedimi~nto. El ml.!-
todo m~s :adt!cuado ~s la medici,)n indirt!cta con un:1 mangueta en la artaia
cacd¡.:ca. S~ obtienen valor~s normales ~ntre 100 y 200 mm di! mt!rcurin p~1ra
la presión sistólica y 60 :a 140 mm para la diastt>lica. La presillll hemática se
ve influida por la p.ostura del cuerpo. ingestión de alimentos. rumia. cdn. g~s
taciün y otras circunstancias.
V t!llllS
Paru kt exploración de las grandes 'emts. snbrc todo de la yugular y de la
suhcwtínt'a dd ahclmllt'll (\'t~na mamaria. vena de la h:che). se recurre a su ins-
pección y palpación . para comprobar su ('l'tmlo de ph•11itud y mm·imit:m os o
¡mlsaciones apreciables. En el examen hay qul! obsl!rvar si d lil>rl! flujo de la
\ 't!IUI \'Ugular no cstd dificultadl> por lns instruml!nlos de sujeción. Mientras
c.¡ue las venas 1mamarius. dada su situación po r dc.:b:ajo dd corazón. normal-
mentl! aparcc..:n bien ll..:nas. el mismo hecho. cuando se refiere a las v..:nas yugu-
lares. dehc ser considerado como l\Íntoma p:.ttológico. Cuando hts \'ellas yug't·
/are.\ están mtormalmt'llle llena.\· (estasis) aparecl!n cilíndricas. a veces. hast:.a
con d gmsnr de un hrazo. y s..: aprecian con una consistenci:t elástica y fluc-
tuant..:. Este.: estado se origina r.or dificultades dd flujo venoso. qu..: se dchcn.
sohrc todo. a restricciones de la actividad cardíaca. consecutivas a p..:ric<lrditis.
aunh.:n tns de tamaño de origen tuberculoso o l..:ucüticn en la entrada dd t6rax.
o. en el mcJia~tino. a lcsion..:s d..: la vá lvula tricúspide o a debilid:td cardiaca
gcn..:ral. Las variaciones del volumen en la yugular. caracterizatbs P<lr aumento·
y disminuci6n de su perímetro cn la cntratla tlcl t()rax. sincrónicas con la
espiración e inspiracil)n y c.kbidas a las diferencias de lJ presión intratorá·
cica. se llaman ondulaciones. síntoma que es más claro en la respiración difi- ·
culto«>a. El pulso \'ello.w m·wuh·o. en la \'<'na yugular. se dcb..: al reflujo de.:
sangre durante la sísto:e auricular (por eso se llama tambi~n pulso nmoso au-
ricular o prcsistólico). Este tipo de pulsación no es patológico (pulso venoso
fis iológico). y puede obsen ~ rse en la mayor parte de los bóvidos no muy
musculosos ni con piel gruesa. En b prm•ha de compresión de la yugular, o
sea. al presionar sobre ella en la mit:td superior del cuello. el pulso negativo
llega a desaparecer. en la parte que queda entre el dedo y el corazón. por el
natural flujo de la sangre hacia el mismo. mientras que la r.orción que queda
por encima del dedo se llena de sangre 'Cí'"tonsecuencia de estasis. Por el con-
trario. el p.ulso venoso posilh·o. se produce por insuficiencia de la válvula
tricúspide ; la sangre venosa se dirige entonces activamente durante h sístole
hasta la aurícula derecha. para alcanzar las venas (pulso venoso ventricular o .
Fra. 73. MucoSls intensame me J- Jt;. N. ExJmcn de la muco..a dd ve)tíbulo v~1 gin :l l.
anémic:ts que :1quí ap:Hcce con tinción i.:téric:l
H a . 7~ . V.t'l>'> cpi,c:Jcralcs normalme nte n:plc tu'i y F t<i. 7h. V:I,O'i cpi11dcraks mu)' r~· ·
bien manilie'-tO'l pktu~ (inycct.t c.Jo,l
t-Jc;. 7M. l' ru~ha t.l ~ 1:1 c,t:bi'\ v~no~ . En ~o.'\tc Jntmal. 1:& );ln¡:r~ no fluyt.! ul corazón d ~~c l.l
rMrtc t.l i'J ~tl dl· l.t \~n:l ~ ugul:lr, a c :1u~• c.h: un:1 in\uficiencia c:udf:sca gr:t\c (l'thJoc:arditi, Y:.tl·
vul:lf d e la 1ric,hpit.lc'
Bazo
El bazo está situado. en los bóvidos adultos. dorsolateral sobre la p.anza
y bonete. en la mitad izquierda de la cúpula diafragmática, o sea. completa·
Aparato ci rculalorio 105
mente d\!nt ro dd tó rax ( fig. 79). y tiene una longitud de 2 palmos. 1 ~ anchura
de una mano y el g rosor de un dedo. con forma de lengua~ el extremo ve ntral
puede alcanza r en los to ros la rl'gión xifoidea y puede ser herido por traumas
de cu\!rpos extraños. E n la emloscopia desde el flanco izquierdo. solamente
puede examinarse d tercao dorsal dd bazo. La palpación desde el exterior
.:s posible sólo por d.:trás dd a rco costal izq uierdo en los C4tsos de extraordi-
nario aumento de volumen (~.o r ejemplo. a causa de leucosis); por vía rectal
no es asequible. Po r el contrario. al abrir la cavidad abdo minal (laparatomía
ex plo radora; pág. 181) o a través de los preestómagos (ruminotORlÍa explora-
dora. pági na 178) se puede palpar en toda su extensió n. El bazo normal es
demasiado delgado para producir ruidos en la percusión; la matidez. que
a veces se aprecia solamente en la parte dorsal. corresponde a un manifiesto
~lU mento de tamaño del ó rgano (a menudo. leucosis). Con la pttrcusión para
comprobar t.'/ dolor se obsen a. en ocasiones. en la zona de proyección del
bazo. una clara sensibilidad. a causa de traumas por cuerpos extraños. absce-
sos esplénicos. lcucosis o carbunco. Los bóvidos con lcucosis es plénica mues-
Fl<i. 79. Zona de proyección d el bazo (rayada) ; el sonido pcrcutorio m:nc se logra -;ólo en
Jos aumentos mash·os d el tamaño del bazo y en la zona dors:1l d e este campo ; - - - - .
arcad a costal
Sangre
Las llllll'slra.\· tle sangre se obtienen generalml!nle l!n los bóvidos en la
l 'c>IW yugular ingurgitada. con .ayuda de un lazo de cuerda. cadena o pinzas
de compresión (fig. 80). y. excepcionalmente. tambi~n de la vena mamaria
(l't!llll subcutlÍm'a del alulomen). Para motivos especiales. tales como la demos·
tración de babesias. es más apropiada la vena de la oreja (\ '(' llll auricular
Fto. 80. Aparatos para comprimir la v,•na yul(ubr en Jo, ht)vídos. al ohjcto di! ohtcncr mues·
tra' de sangre. D e izttuil!rda a d crcchn: cucr<kl d e sa ngría (un cordt;n, d e 5 mm d e gro.sor. con
un ~ ..a. cuerda trcnz~d :1 con anillo y pa!lado r), tuho de JlOma con ntancha . tuno comprc~or con
gancho y cadena . cadena d e '\:tn¡;tría con rc~(>rlc según Wrrrf. . y pinla d i! san¡;da 'lcgún Snn:t " t; K
limpio y desengrasado. dejá ndola secar al atn! y anotando des pués sobre la
misma los datos con lápiz (no con bolígrafo).
El volumen hc•mático de los bóvidos alcanza 1/ 15 del peso corporal. Por
tanto. a cada kilogra mo de peso corresponden 60 a 70 c. c. de sangre. El exa·
men de la sangre incluye. junto con las características organolépticas (color.
viscosidad). el recuento microscópico. diferenciación y distinción moñológica
de los elementos celulares (eritrocitos. ~ leucocitos, trombocitos) y. en caso ne·
cesario. el estudio bioqurmico, serológico. rrticrobiológico. parasitológico o
toxicológico. para la determinación de ciertas propiedades o substancias en
la sangre, plasma o suero (coagulación. reacciones de labilidad sérica; hemoglo·
108 Plan Lh: explo ració n clinica
fou;s . R1 y 83. Los elemento, ~clulare:o., en unJ cxtcn,j,\n de sanjlre de bóvido (\!oJo-
ración de l,appenhcim : 1000 aurn~IHOS). lzttuicrd:l: Linfodto (urribu), inmediat:tml!nh:
por encima dos trombodtos : un granuludto c:osinólllo (Ct'lllro i:.qttic•rdtt): ¡ranulocito
nc:utn~fHo scl(mcntado (ubujo): eritrocitos. lXr~ha: granulodto nc:utrótilo sc:g·
me01:1t.lu (urriha), monocito (ahttfo) : critrocihh
Médula ósea
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,.
Aparato respiratorio
Generalidades
También en la exploración del aparato rcspi ratl)tio de los bóvidos hay que
t ~ner en cuenta varias particularidades. Hay que observar. ante todo, la ac-
tividad respiratoria desde un lugar próximo al animal (pasillo de servicio o
pasillo de separación). De esta manera se puede prestar atención a cualquier
ruido asociado a la respiración. Finalmente. se e.xaminan en d animal mismo
las diferentes partes dcl apan.tto respiratorio. siguiendo. sucesivamente. el
camino de la corriente de aire inspirada: aire respirado. ollures. fosas nasales
y senos accesorios. laringe y faringe. tráquea y pulmones. Además se realiza
un examen de.: la p.ared torácica para comprobar la cxist..:ncia de.: posibles al·
lcraciuncs patológicas.
Plan de la exploración
¡\1/o\'imh•lllo.\' rc•spiratorios
Para examinar la actividad r..:spiratoria se d..:ctúan las observaciones des-
critas en la página 68. Jndependientcmcnh: de la {rt'cu('ncia, ya consid..:rada
en ha exploración general. hay que prestar atención a la intensidad. tipo y rit·
mo respiratorios.
La imensiclad eh• la n •spiración en los bóvidos se caracteriza normalmente
por su vigor. de tal manera que los movimientos respiratorios son así clara-
mente apreciables (volumen respiratorio. 3 a 4 J por movimiento); después de
movimientos y trabajos se refuerza considerablemente. Las dificultades en
la respiración se acompañan casi siempre de una intensificación de los movi-
mientos. mientras que. por el contrario. disminuye en los estados dolorosos de
la cavidad torácica y del espacio abdominal anterior. así como en Jos trastornos
del sistema nervioso central.
En los bóvidos sanos. el tipo respiratorio es costoabdominal. o sea. que las
paredes torácica y abdominal intervienen igualmente en Jos movimientos de
la respiración. El predominio o la presencia absoluta de rc!spiración costal se
produce cuando disminuye por causas mecánicas la actividad del diafragma
(alteraciones en las porciones craneales del-abdomen) o a consecuencia de do-
lores (trastornos inflamatorios en la zona diafragmática). Por el contrario, el
tipo respiratorio abdominal se observa en los procesos dolorosos de la pared
del tórdx. · ·- · · -
JI(,
A in• n •spirmlo
Colocando los dorsos d\! ambas manos ddant.: de las aberturas nasaks.
se.: comprueba si la t·orrh•me de aire u d uire espirculu es igualmente intensa
en los dos lados. Una corriente desigual indica la existencia de una estenosis
en el interior d\! la nariz (se comprueba obstruyendo alternativamente un ollar).
El aire respirado carece. normalmente. de olor. o. a lo más. éste es dulzaino.
suave. u a vacan. El olor desagradable o pútrido es patológico. Cuando se apre-
cia sólo en un oJiar. la causa estará en la mitad nasal correspondiente: en caso
contrario. habrá que buscarla también en la boca {supuraciones dentarias. nc-
crobacilosis o parecidos) y también en los r .ulmones (neumonía por deglución.
gangrena). El olor a frutas en el aire respirc1do se observa en las vacas de leche
con acetonemia. No todos los que exploran tienen la misma sensibilidad olfa-
tiva frente a este olor a acetona; por ello. esta capacidad debe s\!r comprobada
y mejorada examinando pacientes acetonémicas.
1/ocicv
Normalmente. tanto el hocico como los oll .. n:s están húmedos. r\!cubiertos
de un líquido seroso (producto de las glándulas del hocico). Por tul razón. esta
zona aparece relativamente fría. Un hocico seco y más caliente Cen procesos
febriles generales) c.s siempre patolúgicu. ln mismo que.: cuando se halla fran-
camente.: frío (disminución de.: la temperatura corp.n ral en el fracaso circul;ltn-
rio). Los enrojecimientos y las pc!rdidas epiteliales c.:n animales que lo tienen
depigmentado Sllll índice de.: fotosensibilidad: las erosiones y anillos necrüti-
cos alrededor de los ollares ~on consecuencia de sujeciones brutales por la
nariz. fiebre catarral maligna o enfermedad de las mucosas: finalmente. las
aftas correspondc.:n a la glosopeda. La cl~ra tumefacción edematosa en la zona
del hocico (cara de hipopótamo) aparc.:ce en la enfermedad maculosa y. a vt!ces
en la urticaria.
La secreción nasal desecacla, formando un anillo alrededor de los ollares.
se observa en las citadas enfermedades y en el catarro de la nariz: pero el
mismo síntoma aparece también en Jos estados comatosos y en el botulismo. por-
que el animal enfermo no p.uede lamerse. Por el contnsrio. el flujo n1sal pato-
lógico. que puede provenir de las partes más profundas del aparato respira-
to rio. se aprecia sólo en los bóvidos. casi siempre. tras cuidadosa observación
-examen de la entrada de la nariz. durante algún tiempo, con una linterna- .
porque. en general. estas secreciones se limpian periódicamente con la lengua
y se degluten. El aumento de las secreciones y las hemorragias procedentes de
la nariz se deben a heridas -al ag&rr~r a los animales. introducción inade-
cuada de la sonda nasal- o a inflamaciones . .tumores o cuerp.os extraños · en
las fosas nasales o en sus senos accesorios. Se considerará si el flujo nasal es
uni o bilateraL En el primer caso, la salida de pus a borbotones se obsen•a a
11'}
o-
oc
Faa. 8~.ln~trumcntos para la obtención tk mu\.~tra~ de moco traqu~·al : di.' Brriba abajo. sonda
traqut':~l
oral de: Mulla Cd al:tmbrc: pJr3 la torunda c:stá sacado). cokctor d ~ laringt: d e:
H.autm:tnn. c:a nula traqul.":ll y :tlam~rc po rtatorundas para l.l extracción crucm:a d.!.! muc-~tras
en la tr;ic.tu~·a
't
este momento, el operador sujeta la laringe con la mano libre y mueve la sonda,
siguiendo esta guía. hacia delante y atrás. •buscando• (fig. 86). La entrada en
la tráquea se aprecia bien a través de los anillos de la misma ; ~r otra parte.
cuando se ha introducido correctamente, el animal reacciona tosiendo de manera
l \ ~tl"1 ¡\ lf 1
F1o. 89. Situación y cun.o del esófago (p:1rdo). a f como topogrnHa del corazón en un bóvido
Aparato re!opi r~tt orio t~t
obtener estas muestras propuestos. •en los métodos de lucha contra la tubl!r-
culosis,, r-or V oN Ü STERTAG. y que se reali7.aban con la ayuda de la llamad a
cánula traqueal. que se im¡:lanta en la zo na ventral del cuello. en el interio r d e
la traquea. así como el fundamentado en el colector del moco faríngeo (fig. 85).
han sido totalmente abandonados. dadas las man ifiestas desventajas que mos-
traban. Asim ismo. la sonda nasotraqueal de goma de V oN H oNt:. utilizada
para los mismos fines. hoy sólo tiene impo rta ncia histórica.
<9
Fsc . 91 . Jnstrum1.-ntal para cndoscopia d e las cavidades orgánicas. De arriba abajo, troca r para
introducir el endo copio en Ja cavidad abdominal, endoscopio d e Li~ss. c:abl\! de contacto )
transformador c:on regulador de tensión
de Liess (fig. 91). y con este método pueden obser\'arse también la laringe y la
faringe. El aparato se introduce por el meato nasal del animal. previamente tr.t- ·
tado con tranquilizantes (pág. 24) y que se anestesia. además. superficialmente.
(pág. 26). hasta llegar a la faringe. y. una vez allí. se inspecciona el interior
Aparaln r~ ,p iralurio 123
F u ;.;;_ 91 y 93. Fa r in~oto y llringoscopia con d espéculo tubular. lzt~uic rda , fijación y explora-
c ión : dl!r~ocha. cuadro cndo:~eó p ico de la laring.:
Farin¡.:t• y /arill~!C'
T rcíc¡uea
S<11u es ascquihlc a la l.!xploración la porcton cervical de la tráqul.!a. que
~e examina por in.rp<•cciún. pa/padcí11 y. en caso necesario. por mtsndt 1tcicín.
Hay lJUI.! prestar atención a las heridus. variaciones de volumen y sensibilidad
a la presión. Los ruidos estenóticos (pág. 117) l.!n d interior de la tráquea son
muy raros en los bó\ idos. y se localizan mejor con el fonend oscopio. El son-
dai<' para fines exr:loratorios no es corril.!ntc en estos aninmles. Para lo rdati vt'
a la obtención de muestras del moco traqueal. véase página 119.
Pulmmu•s y pleura
Para Ja exploración de los pulmones y de la pleura se recurre. además de
al examen de los movimientos respiratorios (págs. 68 y 118). a la percusión y aus·
cultación del campo de proyección pulmonar. Este último método proporciona
datos más precisos si se contiene previamente la respiración del animal du·
rante unos momentos. Para la diferenciación etiológica de un padecimiento
pulmonar diagnosticado clínicamente son precisos. al mismo tiempo, Ja prueba
1:!5
FIC; . ~ . Zon~1 pn:.:~apu iM y tor:1cica dd pulm,\n de lo' hóvido'\ (linea d e tróllO continuo) : en
nt.1 última. 1a lona vcntr:tl con l.1 m:liKkt c:.mJflca rclativ.1: arcada co, tal. Hn ~·a d e tr:11.o'
Interrumpidos
los y el estado de carnes dd animal. ti~ne una anchura entre 2 y 5 dedos. Para
la exploración clínica desempeña un papel secundario. El campo pulmonar
tor.ícico es relativ-amente pequeño en los bovinos. dado el escaso número de
costillas ( 13 en los bóvidos. 18 en los équidos) y la posición del diafragma.
Está limitado. dorsalmente. por el borde laten.tl del músculo dorsal. y craneal-
mente. en la parte superior, por la orilla caudal de la escáp.ula y por los an·
cóneos en la parte baja. Según el estado de carnes y la musculatura del pa-
ciente. los límites anteriores describen una línea convexa cranealmentc o incli-
nada ; los animales muy bien alimentados muestran esta línea en forma de
arco. suavemente dirigido en sentido caudal. Los límites posteriores del campo
pulmonar se extienden desde el extremo-superior del penúltimo espacio in·
tercostal (XI). describiendo un ligero arco que pasa por el centro de la 9! cos·
tilla y alcanza. aproximadamente. dos anchos de dedo por encima de la punta
del codo, para junlarse con la línea del límite anterior y de la zona de matidez
Plan ,,k ~~plorac:ión cHnic;\
b zona ventral dl!l campo pulmonar. con unos límites dorsales. genl!ralmente
muy claros. por una clara línea horizontal.
Para la pt•rcusión du/ormm se utiliza un martillo percutor pesado o. en caso
dado. uno ligero de carpintero ; por lo demás. se procederá como en las r.rue-
bas dd dolor para los cuerpos extraños (pág. 158). Con este procedimiento se
produce dolor en el campo pulmonar. sobre todo en las pleuritis (que. cir-
cunstancialmente. pueden ser tr<tumáticas) y en el enfisema pulmonar. En
Ftci. 95 . P~ rcu"i,) n en la /.Olla ruhnon.u toractca . Uru ve¿ fiJados lus limite' calk.l.Jics r or
J"~rcu ~iún ho r iLontal CHnea<o 1-.S). ,e n.~llil.a l.t pcrcu, ión pcr~ndtc ul a r (l hll":l' h·IJ ). ob~rvando
los posihlcs punto~ d e m .ttidc:t. : hay I.IUC prc tar :atenció n a l.t lOna di! matidez. rcl:uiv:a c:ardiJca
(r:ay:ado) y •al dngulo con a~re • llituado c:au~J:almc nte a éste (lineas 6, 7 y 8); sonidos pcrcutorios :
O = dar o pulmonar : • ~ matidet relat i v:~ (corazón . zonas dorsales del intc,tino): e :=o matidez
p rogrc~i va ha ~ la nhsoluta fmu ~culatura. h ig:Jdo, prccstómago" y 7.00a'l vcntralcs d e intestino.
co;tcrnt\n)
FH •. ')6 . Conh:nd,\u J~: 1:1 n:,piraci,)n con una hol-;a t.k lo:Oill3 p.tr:l rdorl:H lu-. r u1do.¡
pulmon:l rl.'s
los labios como para pronunciar la ktra V. y se origi na por el múltiple choque
de la corriente de ai re en los bordes dd árbo l alveolar. Por el contrario. la
resp.iración bronquial es un ru ido cstcnótico que se produce en el sistema tu-
bular relativa mente rígido. compuesto por la tráquea y bronquios. y que se:
imita fonéticamente pronunciando en la espiración la letra ch. y se debe a los
torbellinos de ai re que se forman en los estrecham ientos naturales de las víus
respiratorias altas. Tras contener la respiración. tanto el murmullo vesicular
como la respiración · mixta se refuerzan considerablemente en la auscultación.
Ruidos respiratvrius plUológicvs. El murmullo vesicular se debilita o
dc:saparcce cuando la pared torácica es muy gruesa (ani males cebados. edemas.
engrosamientos pleurales) y en aquellas zonas en las que el tejido pulmonar
no contiene aire (neumonía. edema p.ulmonar. qu istes equinocócicos). La res-
piración vesicular reforzada se ausculta. por el contrario. en la disnea (i nspi-
ración profunda) y sobre zonas pulmonares enfisematosas. El soplo bronquial
aparece reforzado. sobre todo. en las estc:nosis de las vías respiratorias altas
(laringitis. traqudtis. bronqu itis). y entonces puede enmascarar completamente.
en dctc=rminadas circunstancias. el murmullo vesicular. Sobre las zonas neu-
mónicas se ausculta mejor. gracias a la más fácil conducción de los ruid os por
los h:jidos hepatiwdos (soplo tubárico).
Fu;. 97. Oi~tribución de los ruid os rcspir:uorio normales !'obre el c~ampo pulmon:1r tor:ícico:
• = murmullo vesicul.tr. e =rcspir.1ción mixta
c~n al pasar la corriente de aire por las hendiduras alveolan:s y los pequeños
bronquios. en el ~nfisema pulmonar. edema y la neumonía reciente. Los t!S-
tertores húmedos se auscultan sólo rara vez en los bóvidos. Se producen cuan-
do los bronquios contienen líquido. a través del cual burbujea d aire (edema
pulmonar. hemorragia pulmonar rccic11te. bronconeumonía catarral inicial.
verminosis pulmonar. neumonía por deglución). El ruido se oye como burbujas.
crujidos o borboteos. y se diferencian Jos estertores de pequeñas y grandes bur-
bujas. Los procesos innamatorios. dado su alto contenido en fibrina. dan casi
siempre al aparato respiratorio de los bóvidos una consistencia áspera. y for-
man en los bronquios tabiques y prominencias que vibran al paso del aire.
originando los ruidos crepiumtt•s sl!cos. Éstos. que se manifiestan como gemi-
dos. pitidos. sibilancias o ronquidos. suelen permanecer largo tiempo con el
mismo tono y en el mismo emplazamiento, al contrario de lo que sucede con
los crep.itantes húmedos. y acompañan a la brvnconeumonla cutarral y a la
purulema a\·anzadas, así como a la neumonía crupal. No obstante. cuando
tales ruidos permanecen en el mismo sitio durante varios días. o hasta semanas.
habrá que considerar la existencia de graves lesiones anatómicas en el terreno
pulmonar. como nódulos tuberculosos. abscesos. quistes de equinococos u otros
parecidos. Al moverse las hojas pleurales. alteradas por los procesos inflama-
torios. se producc:n. raramente en Jos bovinos. manifiestos ruidos de roce
(frotaciones. raspaduras). p.orque los exudados acumulados en el espacio pleu-
ral impiden el roce o lo disminuyen.
Los ruidos siguientes. que rued\!n apreciarse \!11 la auscultación de los pul-
nmnes. no dcb\!n considerarse como ruidos respiratorios acccs"uios; temblorcs
muscularcs (sacudidas dc la coampana dcl funcndoscopio). crcpitaciones de los
pelos. degluciones. eructo. rumia o movimientos de los r.rcstómagns.
La n•cupt•rud/m n•.,·pirmoritt después de la contención . o sea. el tiempo que
se mvierte en recuperar la frecuencia normal. cs. (X,r lo general. de uno o dns
minutos. siendo patológicos Jos períodos más largos.
Entre los métodos exploratorios adccuados para comprobar la etiología
de un padecimiento pulmonar diagnosticado se hallan d t'Xamen de las hec<'S.
para comprobar la existencia de \'t!flllt dd pulmón que se estudia en la pági-
1
.\'
na 172. y la obtC'nción d(• mueJ·tras de moco trcu¡m•cll, que se trata en la pág. 119.
Para la prueba tuhacu/Fnica illlradérmica se recorta el pelo en una super-
ficie del tamaño de una caja de cerillas. a un ancho de mano por delante de la
espina de la esr.alda. aproximadamente a la mitad de su altura. y. tomando
un pliegue cutáneo. se mide con un cuthpetro de muelle. Luego se procede a
la inyección intracutánea de 0.1 c. c. de tuberculina en el centro del pliegue.
empleando una jeringuilla de tuberculina a propósito (tal como el instrumental
de Stuttgart); la posición correcta del líquido en la piel se comprueba palpando
con el dedo (es fácil notar un abultamiento como una lenteja). La reacción
debe leerse no antes de las 72 horas ni después de las 96. Para ello se vuelve
a medir el grosor del pliegue cutáneo en el punto de la inyección (ob~eniendo
la cifra del incremento real al restar las anteriores). y se comprueba la sensi-
bilidad dolorosa en la zona apretando suaYemente la piel entre los dedos.
Aparato n:-.piratoriu 131
Para dif~renciar en los bóvidos las r~acciones positivas tuberculin icas ines-
pecíficas (es decir. producidas po r M . tuberculosis avium, M . parutuberculosis
o micobacterias apatógenas). que se observan a veces. de las específicas
(por inf~cción co n NI. wberculvsiJ· bo,·is u lw minis), es adecuada la tuber-
culización simultánea con tuberculina bovina y aviar en dos puntos distin-
tos. Hay que aceptar una reacción inespecífica cuando. siendo negativa o
dudosa la reacci6n a la tuberculina bovina. d a uml.!nto del grosor de la pid
en el punto de inyecció n de la a viar es de 3 mm o superior. o cuando. con
reacción positiva a la tuberculina bovi na. la de la a via r es <k 3 mm como mí-
nimo o supera esta cifra.
La pundvn eh• la cm·it/ad torcídca para detectar la acumulación de líquidos
en el espacio pleural. se realiza rara vez en los bóvidos. Para dio se utili1.a una
cánula gruesa. de 100 cm de longitud . <.¡UI.! se enclava. tras preparar y desinfec-
tar la riel. algo lateralmente de la Vc' IUI .\'llhcutcÍIIC'll tlt'l abclomen. en el V o V 1
csracio intercostales. ¡1spiranuo lentam\!nt~ con una j\!ringuilla. Dada la ca-
racterística particularidad que tienen lns bóvidos de prod ucir adherencias con
Jos productos de la inflamaci(>n. a veces se obtiene poco Uquidu o no se ob-
tiene ninguno. La muestra de la punción se cxamin~• respecto al color. olor.
consistencia y composición : trasudado (seroso. claro. sin olor y líquido). ex u-
dados (turbios. purulentos. con coágulos. conti~nen fibrina y células: a me-
nudo. mal olor) o sangre.
La exploración rm•nt;.:eno/úgica del tóra x se aplica s'">lo en los puntos do nde
se dispone de las instalaciones adecuadas rara el caso. Los datos que propor-
cionan pueden ser interesa ntes cuando existen focos tuberculosos calcificados.
quistes de equinococos. así como lesiones traumáticas pulmo nares JX>r cuerpos
extrdños procedentes del estó mago. y fract uras de los huesos torácicos y
otros más.
Pared torácica
En la exploración del aparato resp!!ato rio hay que prestar atención tam-
bién a la pared del tórax. para descubrir posibles enfisemas cutáneos, edemas.
hematomas (págs. 80 y 81). así como fractums de costillas o del esternón y heri-
das abiertas, que pueden tener relación con los padecimientos del aparato respi-
ratorio.
132 Pbn d~ explor3ción clínica
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Aparato rc:spir.atorio 133
Generalidades
Plan de lo exploración
A pelito
El impulso o instinto de ingerir alimentos se considera. con razón. como
uno de los síntomas de mayor importancia para la salud del animal. Normal-
mente. los bóvidos que no están satisfechos ingieren. el pienso que se les ofre-
ce. con voraz apetito. rápida y totalmente. sin interrupción. siempre que el pienso
sea suculento y conocido por el animal. Muchos bovinos. por ejemplo. des·
precian alimentos concentrados •extraños,., pese a que tengan unas caracterís·
ticas perfectas y buen sabor. Por ello. para comprobar el apetito se deben ofre-
cer al animal sucesÍ\~amente varios piensos (hierba. heno. ensilado. remolachas.
recortes o peladuras) ~ entonces se observa cuál de ellos se prefiere. Esta prueba
no se sustituye simplemente por el interrogatorio del dueño. ya que el contenido
del pesebre vado puede haber sido ingerido por los animales de las plazas
vecinas. Además. es muy importante observar todo el proceso durante la in·
gestión del pienso (pág. 135). Según el tamaño carporal y la situación (período
de lactación. gestación) de cada animal. así como la composición del alimento
Aparato digc,tivo l.U
Sed
Los bóvidos adultos. durante el perfodo de alimentación seca, necesitan
al día de SO a 60 1 de agua, y durante el período de verde. de 25 a 40 l. Cuando
la temperatura ambiente es muy elevada, sobre todo en el pastoreo en los días
calientes y soleados. las necesidades aumentan considerablemente. La sed
está incrementada en los animales con alta producción de leche. así como en la
diarrea. o en los padecimientos febriles o exudativos y en Ja insuficiencia
renal. Como quiera que, modernamente. en los establos los animales beben el
Aparato dice tivo 137
Rumia
Tanto para los bóvidos como para los demás •rumiantes•. la rumia es
imprescindible p.ara la digestión de las grandes cantidades de alimentos ricos
138 Plan de cJtploración cUnic:l
Jirup/tiS
Los eruptos que se oyen. en la eliminación de los gases formados en los
fenó menos fermentativos de los preestómagos (normalmente. 600 1 a l día poco
más o menos. contient:n. aproximada mente. 66 % de C0 2 • 26 % de CH ,.
6 % de N,. O. 1 % de H ::S y p.o co menos del 1 % de 0 2 ) son fundamentales para
la vida de los rumiantes. La frecuencia del eructo difiere según el alimento y
la producción de gast:s. Con dieta pura de heno, la cifnl es de 15 a 20 p.or
hora. aproximadamente; con hierba de pasto (hierba o leguminosas) suele ser
139
más eh:vada (60 a 90 por hora). Por el contrario. el crupto es más raro o falta
en las estenosis u obstrucciones del esófago (pág. 144). así como en determina-
das afecciones del preestómago (reticulu-peritonitis traumática aguda. estenosis
funcionales. fermentación espumosa del contenido de panza). con lo cual se
produce una acumulación de gas en el preestómago (timpanismo) (pág. 148).
Vómitos
La salida activa del contenido gástrico. por contracción de los preestó-
magos y presión simultánea de la prensa abdominal. es bastante rara en los
bovinos. En tales casos. el animal muestra intranquilidad. se mueve hacia atrás
}' se queju. manteniendo estirados la cabeza y el cuello; muchas veces saca
la lengua de la boca. y entonces se expulsan repentinamente grandes masas
de alimentos (5 a 20 1) en torrente por la boca y. ocasionalmente. tambi¿n de
manera simultánea por las narices. El examen del vómito permite aclarar si
éste procede en realidad del preestómago (consistencia semilíquida. como de
pun!. restos alimentarios muy triturados. olor y color propios del contenido
de la panza) o del esófago (mezclado con saliva. poco triturado. masas de
alimento toda vía •frescas•). o si está mezclado con pus. sangre o trozos de
h:jidos. lo cual indica una herida en el esófago. Solamente en el primer caso
se trata de un \'Vmito puro: por el contrario. en los últimos. que cursan con
rt'J.tllrgitadom•s más bien en torrente o borbotones. se deben a irritaciones. di-
lataciones. estenosis y tumores en d esófago. Las causas dd vónlito puro se
encuentran en diferentes estados patológicos. como alteraciones mediastíni-
cas. anormalidudes en la cntrada dcl esófago y cardias. sobrecargas. trastornos
funcionales csh!nóticos y tumores de los prcestómag~.ls. contcnido gástrico allc-
mdo o tl)xico y ac~.:toncmia nerviosa; más r-.lramente. tamb i~n en la r(•ticulo-
P<'ritonitis trmmuítica: cs de importancia diagnóstica la d iferenciación entrc
los \Ümitos con dolores y manifiesto trastorno dd estado genl.!ral. di.! aqul.!llos
otros quc no se acompañan de estos sfntomas Los primeros suelen debcrsl.! a
hcridas o inflamaciones en el esófago. así como a alimentos tóxicos. mientras
que los otros son consecutivos a un divertículo csofácico. Para aclarar las
dudas sobre el vómito. se procede siempre a un sondaje de esófago (pág. 144)
y. en caso necesario. también a una ruminotomía explomtoria (pág. 154).
Defecación
Los bóvidos defecan entre lO y 24 veces al día. sobre todo cuando se le-
vantan y durante la comida. encorvando moderadamente el dorso y levantando
la cola. para eliminar. en total. entre 30 y 50 kg de heces pastosas. Cuando
hay dificultad para la evacuación de heces, los animales hacen repetidos es-
fuerzos (prensa abdominal). y muchas veces-muestran hasta síntomas de cólico:
en estos casos se encuentran a veces en el recto grandes cantidades de residuos
fecales. Si la cola se mantiene continuamente levantada. la causa estará en
proceso eaterítico o doloroso en la cavidad pélvica. pero también se puede
14() Plan <k explüración clintca
Fw. 9lL lnlltrum ~ ntos para l:a c:xplor:tción de: l:a hoca . A la i~t¡ui.:rd3 , arriba, cui\.t hucal de
O.ty"·r. que se introt!uce entre: l:u muda~ (fi~ . •Nt. A l.t iz4 uic:rda .th.ljo, anillo hucal di! Christoph,
,,u¡:, lo mi)mo '}uc: d ahrchoc:a" de: Wc:in)tart (dc:rc:ch.t), se mtrodu..:c: en c:l c:srucio entre ta~ mud.ts
y lo<~ inci,ivo, de la mandfhul.t infc:rior Hia. 100)
r1
F1c •. 100. E~tnlorac it\n ú~ la cavid.Jú hucal ut ili1ando el amllo Ú\: h ocJ d~ t'hri,tunh
Esófago
El esófago de los bóvidos contiene sólo musculatura estriada. y corre por
la parte lateral del cuello primeramente dorsaL luego a la izquierda y. por
Aparato di¡;~~tivo 143
Prc:estómagos
De los pn:cstómagos de los bóvidos - que tienen una capacidad total ap.roxi-
mada de 200 a 250 1 (figs. 103- 104)- . los sacos dorsal y ven tral de la panza
ocu pan casi por completo la mitad izquierda de la cavidad abdominal~ est'-=
último a1canza. con su saco ciego caudoventral. algo más hacia la derecha.
El bonete. que está situado delante de la panza. ocupa la mitad inferior de la
cúpula diafragmática. junto con los extremos ventrales del hígado y del bazo.
distribuyéndose casi igualmente a derecha e izquierda de la línea media. El
librillo, que se comunica con el bonete por la gotera esofágica y por la abertura
retículo-saltérica, está situado a la derecha. por delante y. aproximadamente, a
la mitad de la altura de la cavidad abdominal, entre el hígado. pared abdomi-
nal. cuajar y saco ciego anterior de la panza. Los diferentes divertículos de los
preestómagos dotados de formaciones mucosas especialmente apropiadas para
sus diversas funciones - papilas en la panza, celdillas ordenadas en retículo.
Ft<.. 104. Topogra(ta del prcc tóm3go d e los bóvid o en el bdo derecho
la desintegración del contenido de éstos se rcaliz.a. sobre todo. por vía fcrmen·
tativa ba~teriana. En este r.roceso desempctia el papel más importante la dc.:s·
~')mposición de los hidratos de carbono (celulosa. almidón. azúcares) hasta
ácidos grasos (ac¿tico. hutirico. p.ropiónico y l:ictico). que constituye la fcr-
mcntacilSn de la panza. Junto a esto se descompon\!n p1!4ueñas cantidades de
protdnas y se sintetizan aminoácidos. prótidos y vitaminas (complejo B. vita·
mina K). fenómen os en los cuales intervienen tambi~n los infusorios. Por últi·
mo. se producen en los prccstómagos. junto con la disgregación de las grasas
por las lipasas microbianas. la hidrogenación de ácidos grasos insaturados y
la síntesis de grasas y lipoidcs en los microorganismos de la flora microbiana.
partiendo de otras materias primas. Los productos de la digestión en los precs·
tómagos se absorben. en parte. en ellos mismos (por ejemplo. las grasas) y. en
otra parte. sólo en el cuajar y en el intestino (proteínas).
Panza
t:u;. lOft. Ex,o:.ición c~w:rnática del ciclo motnr del prcc'ltt; maltO y cua~u en un bóvido
CeJe St•I·N, /)laJlmlfticu r trrnpla ,J,./1,. malattit' dt'KII .rrumuC'i tlt'i bol'i~ti. Farmit.•li;a-S. A. Far-
maccutici hali.t)
B. Contracción p:ucial del bonete, permaneciendo cerrada 1:. abertura bonl.'tc·lihrillo ; pro-
gresiva contracción del librillo .
C. Contracción completa d el bonetl.'. con la abertura hacia el librillo, :abierta : flaccickz y dila-
tación dd librillo y cuajar.
D . Cierre de la abertura bonete-librillo. fl:.ccidcz del bonete, contracción del saco crancodorsal
de la panza y del bonete, :as{ como contracción total del librillo y cuajar.
FJfl. 1117. t\u..¡cultach'lll lh: la flanla . Para cauc no fl.l~ inadvcrtit.l.& una fltNhk d t~tOJ1tJ del
c uaJar. e recomienda cot,>ear el fonc ndo~or io no ~~;ólo en el ij.1r it.'lukrdo, ,¡no I.Jn\htén en
1.1 1nna ' Uflcrior del ~núhimo ~·~racio illlcrco,lal
m.tgos. con intensa influencia snbrl.! el estado gcnl.!ral. De acuerdo con lo dicho.
puedl.!n distinguirse trastornos motores de la pan:.a. primarios y .\'<.'cwularios
(sintomáticos}. En las parálisis del vago abdominal (estl.!nosis funcionales). en
\\!Z del ruido normal como crcpjtantl.! se aprl.!cia otro más estrepitoso y zum·
bante - tensiones y distensiones no fisiológicas y alternant\!s de la pared de la
panza con desituaciones de la bolsa gaseosa dorsal sin que se mueva la masa
alimentaria-. En la panza semivacía o completamente llena de líquidos (falta
d\! clasificación de los alimentos cuando el contenido de la panza es inactivo
o está descompuesto). se producen ruidos de chapoteo o burbujeo y. ocasional-
mente. también sonidos más metálicos. muy parecidos a los que se aprecian
en la torsión del cu:1jar hacia el lado izquierdo (pág. 164).
La percusión de la panza en la p.ared abdominal izquierda (sucesivamente.
de arriba abajo) da. por Jo general. en las zonas dorsales. un claro sonido tim-
ISO Plan d~ exploración cl ínica
panaco; en las vcntralcs a éstas se aprecia una zona horizontal variable. algo
más elevada en dirección caudal. del tamaño de un ancho de mano. en la que
se va incrementando paulatinamente la matidez del sonido percutorio. mientras
que en la mitad inferio r de la panza se produce un profundo. pero no completo
sonido mate. En la sobrecarga. o cuando se apdotonan en la p.anza masas gro-
~ems de pienso. pero. sobre todo. en el enarenamiento. pueden aparecer zonas
ventrales con matidez total. Por el contrario. el ruido pcrcuto rio en el campo
dorsal de la panza es resonante. como de tambor. en los timpanismos y en
las fermentaciones espumosas. Asilllismo. en la torsión del cuajar hacia la
izquierda se percute. en la región dorsocaudal. en la pared del tórax. una
zona oval inclinada. que produce un sonido muy alto. Ocasionalmente al
percutir en el suelo de la panza se obtiene un ruido localizado o completa·
mente difuso. de carácter hipcrsonoro (!Jamado tono dtt cajcl). Aparece. sobre
todo. en padecimientos graves agudos del preestómago (por ejemplo. en las
retículo-¡x•ritnnitis traumáticas reciellles). para dcsa~areccr en algunos días.
al extenderse en dirección caudal {EKELUND. STÁLFORS. Ntcow). Las causas
de este fenómeno no están aclaradas. La pt•rcusión clo/uro.m de la p.anza se
efectúa como en el bonete (pág. 158): en las ruminitis y en los abscesos de panza
res ulta positiva.
Modernamente ha encontrado acogida en el diagnóstico clínico de los bl')·
vidos. el examen del líquido de panza (HOFLUNO. HoLTt:NIUS. 8JÜRCK). Alguna
de estas pruebas pueden dcctuarsc tambi~n en el medio rural Ct) n poco gasto.
Para ello se extraen. aproximadamente. 500 c. c. del cont\!nidn líquido del
rumcn utilizando una sonda apropiada. tal como la de Sor\!nsen y Schamby.:
(figs. 108· 109). pnlcediendo. a ser pos ihle. de rorma inm\.'tliata. a observ·a r b!\
particularidades siguientes (teniendo en cuenta que entre la ohtención y el
citado examen no deben pasar más de 9 horas . si la muestra se almacena a la
temperatura del laboratorio) ( DIRKSI:I'I y Wor.F).
Culor. Normalmente. según el alimento. es más verde (verde o liva o pardo
verdoso). Durante el pasto reo. el tono es verde puro. cuando los animalelii se
alimentan con reco rte de remolachas. gris y amarillo p;,trdusco cuando predo·
mina el ensilado o la paja. Si el lí..¡uido aparece completamente k-choso gri·
sácco (exceso de paja) o verde negruzco (largo estasis. podredumbre de los ali·
mcntos en el prccstómago) se considera como patológico.
Consistt'ncia. Normalmente. algo viscosa; el contenido acuoso de la pan·
za es inactivo. En las fermentaciones espumosas. la muestra es muy rica en
espuma. En las muestras sensiblemente viscosas predomina tal vez la saliva.
por lo cual. en estos casos habr.í que aclara r la duda haciendo una nue\'a ex·
tracción.
Olor. Normalmente es •aromático•. o sea, no repelente. y es influido in·
tensamente por el alimento (heno. hierba. remolachas. coles. ensilados. etc.).
El olor mohoso pútrido. desagradable (descomposición de las proteínas) y
el ácido penetrante (excesiva formación de ácido láctico. después de la sobre-
alimentación con piensos ricos en hidratos de carbono. así como el olor soso
e insustanéial (líquido de panza inactivo) son patológicos.
151
Vn/or t!t'l p/1 (fig.. 11 0). Se mide con papd indicador. comparando con
la escala de colores. Normalmente. conforme a la cnmposicic.)n de lo alimentos
y al t i~ mpo transcurrido desde la última comida. el pH \'aría entre 6.~ y 7.2.
Los valores más altos se observan en los fl.!n ómenos de dl.!scomposición. 1.!1\ la
alimentación prcdominanteml.!nte proteica y cuando hay un contenido excesivo
de saliva en la muestr:.a : por el contrario. se observan \'alon:s bajos cuando la
dicta es rica \! n ft!cula. Un manifiesto descenso de lns \'alorcs de pH. h"1sta
cifras inferiores a 5. se aprecia en la sobrealimentación con productos que
con tien~n muchos hidratos de carbono fácilmente dil!~riblcs (salvado. remo-
lacha azuca rera. hojas de remolacha azucarera. patatas o manzanas), como con-
secucn~o.·ia de la excesiva ferm\!ntación Jáctica.
Setlimt•nwción y florm:idn (fig. 111). El líqu ido de la panza recién obte-
nido y. a ser posible. pri\ado de las partes más gruscras. se coloca en una
probeta para su observación. Normalmente. las partes más gruesas empiez:.tn
a sedimentarse inmediatamente. y. con más lentitud. las partículas alimenticias
pequc•ias. mientras que los grandes trozos fibrosos tienden a subir hacia arriba
junto con las burbujas de gas que se desprenden en la fermentación. y aquí
~e sitúan bajo una znna espumosa de más o menos anchura (fig. 111 izquierda).
Se mide el tiempe que s~ inviert\! en la totalidad del fenómeno de scdimcnta-
ch)n y fl ntacit)n. desde que S\! llevó el líquido ul r\;cip i~ nl\!. Por lo general. s~
gún la alimcnto.tción y conforme al intcrv;.llo \!xistcnte cntr\! la úllima comida
y la toma dc muestra. d tiempo dc estos fcmSml.!nns I.!S de! 5 a 1O minutos.
cuando no e~tá alterada la ti ig\!st it)n prcgástriea. Más tard\!, si el liquido de
panza \!S activo. c:omien1an t ~unbit!n a subir a la s up~rficil.! las partícubs ;ali-
mentarias <.Jlle '\e !;etlimentarun y a caer las t¡ue quedart)ll en la superficie. Si
el líqu ido es inactivo. o aparece acuoso. o con cualquier t)tra anormali<.Jad
(hambre. alimentadt>n iJw<.kcuada. indigestiones). se observa una r~~ pida sed i-
mentacit>n. y \!st;i disminuida o anuhada la fl otacit)n. Pnr el contrario. en la
putrefacción del contenido de la ram~a . () en la fl.!rlllentación espumosa. la fhl-
tación es extraordinariamente rápida. y se acompai'ia de intensa fnrmaci(m de
espuma.
1::1 cmrtt'nitlo de infusorio.\· (fig. 112). El líqu ido de pan la cnntil!ne mlis
de JO tipos de r;rotnzoos del onJI.!n Holotricos (!so y IJcLrytridws) y 0/igotri-
cho.\· (Diplo y Emodiuium. Opltryso.,·col<.'x). Son 4lllaerohios Clbligados y. posi-
blemente. no imprescindibles para la vida de los animales y para el desarrollo
de los p.rcestórnagos de los ternl!ros. No obstant\!. los infusorios transforman
las proteínas vegetales de Jos al imentos en proteínas animaks de gran valor
biológico y de fácil digestión , siendo capaces. ad~.:más. de contribuir a la for-
mación de glucógeno a r-artir de la fécula del pienso. así como de la fructosa.
inulina y cclobiosa; también sintetizan las vitaminas del comr.lejo B. El nú-
mero normal de infusorios conteni<.Jos en d líquido de la panza. es. en núme-
ros redondos de 10 ' /c. c. Según el tamaño (20 a 200 .">· se distinguen los infu-
sorios pequeños. medianos y grandes. El examen de los infusorios proporciona
datos de gran valor sobre la actividad de la mucstn del líquido de panza.
A menudo. la concentración y la intensidad de movimientos de estos protozoos
153
de cristal cae al fondo. En otros casos. este procc.:so dura bastante más
tiempo.
Capacidad th• fernlt'llllJción de la glucosa (rig. 114). Se.: ponc.:n 1O c. c. de
líquido de panza con 0.5 c. c. de una solución de.: glucosa al 16 % en un saca-
rómetro de fermentación. que se lleva a la est ufa a 39 " C . para hacer la lectura
a los 30 y 60 minutos. El líquido de panza normal p.roduce 1 ~t 2 c. c. de gas
~or ho ra. mientras que las muestras inactivas sólo forman poco o nada. Por el
contrario. en la fermentación gaseosa. el gas es muy abundante. casi siempre
con manifiesta formación de espuma.
Reducción de los ni1ri1vs (fig. 115). Tres tubos de ensayo se llenan. cada
uno. con 10 c. c. de líquido de panza. añadiéndoles. respecti vamente, 0.2. 0.5
y 0.7 c. c. de una solución al 0.025 % de nitrito potás ico. y se llevan a la
estufa a 39 ., C. Cada 5 minutos se pone una gota de estos tubos sobre una placa
de porcelana y se les añaden 2 gotas de reactivo 1 (ácido sulfanílico. 2 c. c. ~
ácido acético al 30 %. c. s. hasta 200 c. c.) y de reactivo ll (u-naftilamina.
0.6 c. c.; ácido ucélinJ concemratlo. 16 c. c.; DJ:tW destiltulu, 140 c. c.). En
tanto las muestras contienen nitritos. aparece coloración roja. Tal coloración
debe desaparecer sucesivamente a los 5-10 minutos rara el primer pozal. y a
los 20 y 30 para los otros dos. Según la actividad dd líquido de panza. la reac-
ción será más rápida (alimentos verdes. putrefacción. meteorismos) o más knta
(~llimentos defectuosos. afecciones de los preestómagos).
Ácidos ~:rasos \'v/titilt•s. Se determinan según el método de Schambye.
Nom1almente se encuentran. en tntal. 9 a 12. en los cuales. el ácido acético.
propiónicu y butirico están en la proporción aproximada de 60-65 : 20:20-25.
mientras que el ácido láctico. así como el valeriánico. caprónico y fórmico
sólo están en cantidades vcstigiales {inferiores a JO mg por lOO c. c.). Cuando
el líquido de p.anza es inacthu. la cantidad de ácidos grasos disminuye. mien-
tras que las cifras son más elevadas que las citadas cuando rara vez se determi-
na un retardo en la resorció n en los mismos. la cual. por Jo general. se produce
con gran rapidez. Los valores bajos del pH en el líquido de la panza van aso-
ciados comúnmente a un aumento patológico del ácido láct ico (sobrec:arga
con hidratos de carbono de fácil digestión).
La ruminotomía exploratoria (llamada también ruminotomía de prueba
o dia~:nástica) permite el examen interno del contenido de Ja panza {cantidad.
composición. asr;ccto. grado de trituración . olor y color). la inspecció n de una
p.arte de la pared del rumen (enrojecimiento y pérdidas epiteliales en la rumi-
nitis) y. tras evacuar una parte del contenido. la palpación desde el interior de
la totalidad de la panza. así como de los órganos vecinos (bonete. librillo.
cuajar, bazo. hígado y vesícula biliar. así como las porciones intestinales y del
útero gestante no asequibles por vía rectal). En muchos casos en los que el
problema no puede ser aclarado por otros procedimientos. puede llegarse a
un diagnóstico exacto por Jos datos obtenidos en los órganos citados. tales
como adherencia. variaciones en la situación, tamaño o consistencia. así como
dolores localizados; además. p.u ede recurrirse eventualmente a una terapéutica
adecuada en la misma panza (evacuación y sustitución del contenido descom-
155
Bmwtc•
El c•stúmago de reyeccwn, o retículu, no es asequible a la inspección y
palpación externa. a causa de su situación predominantemente intratorácica.
y po r la tensión de la pared del abdomen propia de la zona del apéndice ester-
nal. Al explorarlo. la percusión y auscultación tienen una importancia secun-
daria frente a las llamadas pruebas dt!l dolor o de los cuerpos extrmios. Los
detc:ctores de metales. así como la ruminotomfa exploratoria. prestan servicios
muy valiosos. La laparoscopia y la exploración roentgenológica del bonete
son. por el contrario. poco aptos para fines prácticos. y. casi siempre. también
inútiles.
En la pC'rcusiún el bonete produce un sonido macizo en el lado izquierdo.
ventral por detrás del campo pulmonar y a la altura de la 6.• a s.· costillas.
parc.!cido al que se escucha en las partc.!S bajas de la panza. La matidez complc!ta
en aquella zona permite inferir la existencia de gr~ndes adherencias o de abs-
cesos voluminosos. La mtsculwdón del bonc:te se realiza en d extremo ventral
de la 6." ó 7.• costillas del lado izquierdo. Aquí pueden escucharse los ruidos
como de chapoteo -- originados por las contmccionc!s del retículo. que!. según
la consistencia de su contenido. se acompañan o se siguen de murmullos o de
borborigmos- . Además. en este punto se oyen también ruidos asociados a la
deglución. erupto y rum i4t. Normalmente. el bonete se contrae cada 40 ó 60
segundos ~n dos fases. separadas pnr una corta pausa (primero parcialmente y
luego r.nr completo). que. sin embargo. no se distinguen en la auscultación. Se
corresponden con el principio y el fin dd ciclo de los preestómagos (fig. 106).
La reyccción del bolo de la rumia coincide casi siempre con la primc.!ra fase
de la contracción del bonete. En genc.!ral. Jos movimientos del retículo son mús
intensos y frecuentes durante la comida y la rumia: los trastornos motores de
los prc.!cstómagos .actúan comúnmente de. forma anáioga sobre la panza y sobre
el bonc.!te. Los bóvidos con traumas en el retículo emiten. no rara vez. un
quejido doloroso. sincronizado con las contracciones del rcservorio (LAGERLOF,
GoTZE. Wtt.UAMS): este «lamento reticular• puede apreciarse por palpación
de la ~anza. que se contrae inmediatamente tras el bonete. auscultando a la
vez en los pulmones o en la tráquea. Lo mismo puede hacerse si se auscultan
un mismo tie.mpo el bonete y la traquea (véase más adelante).
Las llamadas pruebas del dolor de los cuerpos extraños sirven para demos-
trar un aumento de la sensibilidad dolorosa en el peritoneo parietal de la zona
del bonete. que. ~r lo general. se debe a una retículo-peritonitis traumática.
En casos positivos. los •dolores de la cavidad abdominal • característicos se
manifiestan por quejidos cortos como gemidos espiratorios. En procesos pato-
lógicos recientes se aprecian estos quejidos casi siempre con claridad al explo-
rar esta zona. lo cual no sucede en los casos más inveterados. en los que la
156 Pla n de c-<J)Inra~iun cl ínica
sensibilidad dolornsa puede hall~t rse tan all:nuada. que los gemidos S<! m:.ani -
fiestcn sólo de forma muy imperceptible (detem:ión de la n:spiración) o no se
producen. Por otra parte. no deb~.:n ser confu nd idos con h )S ruidos respiratorios.
Por estas razones. la reacción debe det~rm i narse en la práctica. casi siempre
con la colaboración de un ayudante. que se coloca frente a la cabeza del ani-
mal. Todavía mejor se detectan los quejidos durant.: las pruebas del dolor.
auscultando d mismo \'eterinario en la tráquea o en la laringe (lll:ss); para
esto puede apreciar e tambit!n la vibración con la mano abierta. lo cual faci-
lita la exploración en ambientes ruidosos (STORER). Hay que diferenciar las
siguientes pruebas del dolor. las cuales. particularmente las tres pri meras. dc-
bl.!n realizarse siempre que s~ sospecha un radecimiento por cuerpos extraños:
Pdli:.caminrlt> del dorso. Se coge un pliegue cutáneo sobre la cruz. a ser
posible. en d momento cu lminante de la inspiración. apretando a la vez hacia
abajo el dorso del paciente (fig. 11 6). Al realizar esta operación se producen
desituacioncs orgánicas y distensiones dolorosas de las posibles adherencias
en las vísceras de hl regiún xifuitft•a. El rellizcamiento se efectúa primero con
sua vidad y luego con enagía. a fin de comr,mbar el grado de la sensibilidad .
En los animaks grandes y vigorosos puede ser necesario efectuar la compro-
bación con la ayudu de un p;tlo. convirtit! nJola entonces en una • prueba del
palo pura el dorso••.
Prueba del palo . Se realiza ut ili7~11H.Io un palo sin aristas Je 1 a 1.5 m de
hmgitud. y del g.rosnr ;aproximado de un bwzo. el cual se introduce perpcn-
dicularmentc bajo el .animal. con lo cual dos ayudantes pueden levantar len-
tamente el abdomen. dejándolo caer bruscamente (fig. 117); la operación se
inicia tras el apéndice xifoides y se continúa hacia atrás con intervalos de un
ancho de mano - se procurará proteger-el pene en los machos y el útero
en las hembras en gestación avanzada-. Como quiera que los animales tien-
den así a encorvar el dorso y el abdomen. es aconsejable obligarlos a tomar la
postunt inicial de tiempo en tiempo. pellizcando fuertemente la piel del dorso.
158 Plan de exploración clínica
F1a . 119. l'crcu .¡i\~ n dolorosa (ejemplo). En J;a percusión horiLon1.1l a lo lar.:o de las lin~o.·a,
1 a 4 :~e :aprecia :o.cn'\ihilidad en l:a regió n "ifoidca: J:a wn:1 duloro'a '\C ddimita por pcrcusion
e-
V\.' rl ic:tl :a lo J:ar¡:o de l:u Hncas 5 :a 9 : reacción al dolor : nula . • - débil. • - clara :
arcada co'ilal - ·- -
sentan a veces dolor más o menos difuso en la región del origen del diafr.1gma
Co sea. en una faja del tamaño aproximado de una mano por detrás de los lí-
mites caudales del campo de percusión pulmonar). que se debe a una progre-
sión de las sacudidas por el diafragma en la región del bonete. En la percusión
del bajo vientre se escucha a veces e el ruido de caja .. descrito en la página 150.
Dt•terminadón dd tlolor por palpación. Es una prueba poco corriente.
que consiste en comprimir fuertemente con la mano o con el puño en la zona
de proyección del bonete (figs. 120-121); para reforzar la presión. el que ex·
plora puede apoyar el codo sobre su rod illa.
fws . 1~O y 1:!l. Zo na <k proyecció n dd boncle, según L tPSS (ray:td o) . U mih:s: dorsal por
d bordl! c:~ud;al del campo fiUimonar ; cr:ancal por la Unca que une d apéndice xifoides y el
codo ; c.1udal por 1:1 linea que une d ombligo con el punlo d e inlcrsccción del borde c3u~bl d~l
~.:a mpo pulmon:ar y l.a horiLOnl al que p:au por d codo (lado izquierdo) o un :\ncho d e m:1no
por d eh:~jo d d encucn1ro (IJdo d erecho) lfnc:as d e oric:nl:lción, "7 - - -
Pruebas del cmninctr y bajar por plmrus indimu/o.\". A veces. los bóvidos
con padecimientos dolorosos del bonete emiten quejidos espont~ncos al h:van-
tarsc. a causa de la presión de las vísceras sobre el diafragma. En las zonas
montañosas. el do lor puede comprobarse de manera parecida. dejando que el
animal camine sucesi\'<amentc hacia arriba y hacia abajo por un camino incli-
nado. Esta prueba cs. generalmente. innecesaria.
Pruí•ba e/(' las zonas. Este método de exploración se funda en la discutida
suposición de que. también en los bóvidos. se producen zonas cutáneas hipe·
ralgésicas en el curso de padecimientos dolorosos internos. que p.ueden ser
utilizadas con fint!s diagnósticos. Estas zonas se deberían al arc(l reflejo vfs·
cero-cutáneo. ya que los segmentos medulares inervan simultáneamente aqué-
llas (y se sensibilizan con las vísceras doloridas) y a los focos enfermos del
organismo animal. Se llaman zonas de Hcad. La czona del bonete• parece estar
situada en la región caudal de la cruz. extendiéndose hacia atrás según el
grado y duración de las lesiones del retículo y del peritoneo. hasta alcanzar
las primeras apófisis transversas de las vértebras lumbares. y. en sentido late-
ral, hacia los lados y parte ventral de las... paredes del tórax y del abdomen.
Esta sensibilidad se comprueba tocando. desituando o peUizcando la piel. y
también tirando suavemente de los pelos; con estas operaciones se producen
manifestaciones dolorosas en los pacientes (gemidos. quejidos o cortes e inte-
Plan de exploración cHnic:I
/
¿_~- 2
Librillo
El estómago de desecación y trituración, u omaso. que interviene en los
procesos patológicos. tanto de los preestómagos como del tracto cuajar-intestino.
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Fu: . 114. Zon.1 t.k f'lcrc u~ i l\ n <.11.'1 librillo (ray:ulo) ; Uncas d e micntacit\n - -- -
tlím itc.; c:au(,bk.; dd pu lmt~n. rnati<.Jc¿ car<.l f;u:a y arcada c<htall
- hígado (pág. 174). pulmon~s (pág. 1:!6). cuajar (pág. 165). intestino (pági-
na 167}-. Cuando está aumentado el tamaño. se incrementan también el pcrí-
mdro y Ja intensidad de la matidez. mientras CJUC falta cuando el librillo dismi-
nuye de \Olumen o está separado de Ja pared torácica. Los ruidos crepitantes
que se producen rítmicamentc con las contracciones del bonete no siempre
se aprecian clar:.amcnte durante la ausculracicin en el centro dd campo de
proyección. o difieren co n dificultad de los sonidos más intensos originados en
los otros p.reestómagos. En Jas e~tenosis funcion:.tles se escucha a veces. en lu-
gar de las crepitaciones. un ruido como de líquido en la misma zona. Normal-
mente. el orificio bonete-librillo se abre durante la segunda fase de la contrac-
ción del retículo (pág. 155). para cerrarse inmediatamente y seguir una violenta
contracción dd librillo. seguida de otras o hasta tres más débiles (fig. 106). Al
contraerse en la segunda fase el bonete. pasan al librillo cada vez 80 c. c.
aproximadamente del contenido de los preestómagos triturado y lí4uido (total
al día. unos 120 1). En este punto se reduce el contenido acuoso de los ali-
mentos por presión y resorción. y éstos son triturados y más finamente molidos.
Tras la ruminotomía (pág. 154). d librillo se palpa desde el bonete y desde
los dos sacos ciegos anteriores de Ja panza. en los 2 / 3 de! su superficie. En
esta palpación se tienen en cuenta su tamaño. consistencia. sensibilidad y po-
sibles adherencias con las inmediaciones. El librillo sano tiene el tamaño de
una cabeza hasta el de un balón de consistencia p.astosa. con1pucta. sin resis-
tencia manifiesta a lu pn:sión. y es inscnsibl~. Los moderados aumentos del
volumc:n no ti~n~n particular import~mcia sino van ~&sociados a una apreciable
variación de la consistencia. En la llamada ¡mre!J·ia dd librillo. el órgano está
duro (contracción espástica). a¡:c:nas o muy poco dcprcsible. y muy doloroso;
por el contrario. en Jus c:stcnosis funcionales uparcce a vc:ccs fláccido y blando.
Su contc.!nido pued~ ser examinado introduciendo dos o tres dc.!dos por el ori-
ficio bon~l~·librillo. desprendiéndolo con cuidado de entre las hojas: normal-
mente. tiene una coloración verdosa pardo oscur•'· y aparece casi seco. Los
restos de alimentos groseros y sin d igerir. ¡&sí como los líquidos ~n el librillo,
constituyen haJiuzgos patológicos.
Cuajar
La exploración clínica del cthcmrasn. o ('stómaRo glandular. ha adqui· ido
im ~ ortancia al aumentar Jos conocimientos sobre sus padecimientos. Este •es-
tómago propiamente dicho de los bóvidos• interviene de una manera funda-
mental en la digestión de las proteínas. y en su interior está recubierto por una
mucosa en forma de pliegue como hojas de curso en csp:ral. En Jos terneros.
de leche. su tamaño es doble que el de la panza. siendo la mitad de ésta a Jos
3 meses. p.ara alcanzar unn novena parte. aproximadamente. del volumen del
rumen. en los animales adultos (10 a 15 J.)_._ Por tales razones. su zona de pro-
yección. en las paredes ventrales del abdomen. difiere con la edad y se influye
cranealmente por Jas contracciones del bonete. y caudalmente. por el útero.
que, durante la gestación av~nzada, presiona fuertemente hacia adelante (figu-
IM Pl an d~ cxrloración clínica
ms 125-128). Mi\!ntras que en los terneros jthcnes ocup~ una grau p~trt~ del
suelo dd abdomen. desde la arcada costal h~s ta poco ~ntcs de la peh is. sobre
todo a la izquierda de la línea med ia . en los bóvidos adultos la porción fúndica
se encuentra inmediatamente por detrás dd bonete en la regiti11 xifoidea. y
se extiende. a partes iguaks. a la derecha y a la izqUierda de la línea blmwa
en dirección caudal. donde la p.orción pilóric:1 gira en la región del ombligo
o 1 ó 2 anchos de mano por delante de ella y por debajo del polo del li-
brillo hacia atrás. a la derecha. y en posición dorsal. po r la arcada costal
(fig. 132). Las distopias patológicas del cuajar dilatado se presentan en los bó-
vidos, con mucha frecuencia. en los últimos años. En tales circunstancias. el
abomaso, lleno de mayor o menor cantidad de gas y liquido. se desplaza hacia
el fla nco derecho (dislocacivn dt! abomaso hacia la tlerc.•clw, a veces con tor-
sión). o se introduce entre la panza y la pared izquierda del tórax y del abdo-
Ftl:~ . 125-118 . 7.on.t d~ p rov~'Ccil\n dd cu;1jar e n lo, t·u)vido" ( vi .. t:a ventral). Oc ÍL.4 uierda 3
derecha : ternero recién n Jc id ~>; ternero eJe 3 rnc~c; : v:u::t de 5 a"o"~ y vac:.1 d e 7 :I"O!\ en 8C.:stación
;1vannd.1
F1c;. 129. Punci.:m úd cu;~J;tr . Lu~;~r d~: imr'lanta<:i\)n d~: 1.1 c:i nut;, y ohh:nci\jn
dd líqu ido d~: r'UIIciün
Por el examen de las mm•stra.r ele ht•(·c•s pueden demostrarse las hemorw-
gias del abomaso. que. comú nmente. se deben a ulcer:scioncs (casi siempre. a
consecuencia de lc ucosis del cuajar). ut ilizando. para tal efecto. la prueba de
la bencidina (pág. 170). En las parasi tosis del estó mago pueden verse los huevos
de los vermcs (pág. 171).
Intestino
El intestino de los bóvidos. excepto la po rción inicial del intestino delgado
(duodeno ). que asciende por la ho ja parietal del gran epiplón. está situado en
el interior de la bursa supraomt•ntalis. y ocupa los 2/ 3 posteriores de la m itad
derecha de la cavidad abdominal. .donde. según el estado de repleción de la
pa nza. es emp.u jado hacia la derec ha. y en sentido ventral durante la gestación.
Apamto digc·aivo 167
Explvración rectal
Para la exploración rectal se ut iliza· u·n guante largo de goma. lubricado
con mucílagos. no sólo por razones de higiene, sino para evitar el peligro de
una alergización. Durante 1a operación. un ayudante sujeta la cabeza y la cola
del animal (como se describe en la página 10). Si el animal no defeca espon·
168 Plan d~ exploració n clínica
FJGS. DO~ 131. Excn:cion.:.,. :-.c ucJomcmhr~l nO'Ia' de fihrina procct.h.·nh:' d.:l intcM ino th:l~:tdo
(i,qu k rd:~) y d .:l intestino ~ctru;:w (l.fcrccln)
(· JG. JJ~. Topografi:l del i ntc~tino. ao;r como del hi~1 do y Cl1.1j..r en un bc;vido (vi.,.ta dc,dc la
dcrech.1, de~pués de separar una parte del diafragma y d el gr;:¡n epiplón). F.n la cavidJd abdo-
minal : uma rillo, duodeno: mor.1do, yeyuno : rojo, fll·on ; verde, as."\ cspirnl del colon a..ccndcnle:
aLul, colon descendente : gris, cic¡.to, cuajar e hígado. En la c.1vidad torácica : rojo. aorta y
:ulerias interc<Xtales ; a zul, vena cava caudal: :1marillo, nervio frén ico
171
e::
, - - ...
1 ..;..-
..
..
Fu. . 1H . Método comhin:uJo ~k \~:tl i nh: lll :.u:iün y flotaciún p.1r.1 Fll; . 1.\4. Método d.:
l.t J~:mo, trac ici n t.h: hu~:vo.¡ ~k trico,lron~llidth. ;;,cari,, ten ia.; y di.;. la m Í!tr:ac i ~,;n
pu" 1.1
lom .t~, ;a,j COIIHl tk OOt¡IIÍ'itC'i d-· C:OCC: ÍdtO' .:n J,¡, h ~:c~:~ clcmo'l r.tcu'n th: IJr·
va.; d e vcrm::'i pulmo·
nJr~:' en la ~ h cc.:~
.
trata de una invasión con Mcmit•da. se aprecian en las heces a simple vis-
ta- . el resto de los parásitos. en sus diferentes fases de desarrollo. corrien-
tes en las heces de los bóvidos. son visibles sólo al microcopio (a 80 y 104 au-
mentos).
Métodvs de d<•ccmtaciún. La muestra fec:.&l. bien mezclada con agua. se
pasa por un colador poco fino y se deja en una placa de Petri durante 6 horas
o toda la noche. hasta que se forme un claro sedimento. el cual se estudia al
microscopio después de dec-Jntar con cuidado el agua que sobrenada; con
ello. los parásitos aislados que se encuentren indican la invasión del paciente.
Este método permite descubrir todas las fases parasitarias en las heces bovi-
nas. suponiendo que se hallen en número suficiente.
Método combinado de sedimentación y flotación (fig. 133). Para el enri-
quecimiento de huevos de trichostrongnidos. áscaris. tenias y distomas. así
como de quistes de coccidios. se lleva una muestra de heces. del tamaño de
'"'"1- Plan d~ \!Xploración clínic.t
.
~i>''
•""':
r
FICi. 135. Huevo de trico:.tronyílido!t : t:t· FtG. 136. lluevo ~k Nc>mllwclirus : tamai\o
m:11'10 n.1tural , 30 :l 50 y 70 :1 110 Jl : n:uurll, 80 por 160 ·" ; 300 aumentos
300 aumentos
Fto. 143. Huevos de pequeño distoma FtG. 144. Larva d e ve rme pulmonar (Dictyocau-
(DicroCJelirun dendriticwn); tamaño n;uu- lus l'ÍI•i.pnrus); tamaño na:ural, 0,4 mm: 100 au-
Tal, 25 por 40 p. ; 300 aumentos mentos
17-'
Hígado
El diagnóstico clínico de las enfc!rmedades hepáticas presc!nta. en los bóvi-
dos. ci~nas dificultad~s. Aun en los más grav~s proc~sos dd hígado faltan a
vec~s síntomas característicos. tal~s como ictericia y aumento o dolor del cam-
po d~ percusión hepát ica. Además. p.ueden fallar las pruebas dd laborator io
par... demostrar los trastornos de la función. si permanece intacta una tercera
parte del parénquima. Sin embargo. el conocimiento del estado dd hígado es
importante. porque en muchos procesos patológicos se ve afectado de forma
primaria o secundari:1. y ~orqu~ todas las lesiones h~pát ica s actúan sohre d
metubolismo y. con ello. sobre la salud y c~tpadd~td del anim;1l. Po r t~1ks ra7.o-
nes. y pese a llls resultados parcialmente poco expresivos. d~he recurrirse a to·
dos los ml!todos de ~xa men rcali1.ahles. para enjuiciar lu~gn los datos en su
totalidad. En general. la exploración del hígado en los bóvidos se funda en la
inspección de l:ts mucos;ts visibles. en ht palpaci\)n y ¡:ercusión de la zo na h\.!p:í-
tira . prueba del azul de metileno en la orina y ex~lm~n de las h~ces para descu-
hrir huevos de distoma. Sin embargo. son m~s efectivas. aUIHJUe m:is costosas.
la determinación del contenido de bilirrubina y fermentos en el suero. así
como J¡,¡s prueb~1s de función con la bromos ulfaldna. Si es necesario. pu-.:de
recu rrirsc tambil!n. para resolver el problema. a la laparoscopia . laparotomía
exploradora o a biopsia del hígado.
lns¡u:ccicín, palpación. percusicín. En la in sp~cción de las mucosas visi-
bles hay que prestar atención a la posible ictericia (pág. 76). 4ue. en los bóvi-
dos. sólo se produce. en general. en las lesiones hepáticas graves. con un cont~
nidn sérico en bilirrubina su perior a los 2 mg ~:r•. Las lesiones cutá neas conse-
cuti vas a la fotosensibilidad (pág. 78) y la manifiesta tendencia a las hemo rra-
gias (págs. 82 y J JO) será n siempre consideradas como indicación de un trastorno
hepático. Las anormalidades palpables por vfa externa. son apreciables sólo
en los aumentos excesivos en el tamaño del hfgado (grandes abscesos. vesícula
biliar obstruida. hígado congestionado. equinococosis) y en la zona dorsal por
detrás de la arcada costal izquierda; también por vía rectal se palpan sólo en
la parte anterior del flanco derecho los gra ndes aumentos del hígado; no
Aparato d i gl!~ tivo 17.5
ffi-- _,
~ \
\
\
\
''
Fu ;. 1-1~ . Zo11.1 de pcrcu,i•ín <h.•l hr~ ;t\J o (ray:u.lo) ; limite.¡ caudak" lh:l (luhn,;n y ~ucada cu,.
tal -- -
una mano (fig. 145) frente al campo pulmonar (sonido pulmonar lleno) y por
ddante de la zona dorsal de los intestinos (sonido timpá nico): la matidez pue-
de correrse de 1 a 3 dedos en dirección craneal durante la gestación avanzada
o en los procesos que afectan a los órganos abdominales. o. por el contrario.
desviarse la misma distancia en dirección caudal cuando existe enfisema pul-
monar. Los aumentos del campo percutorio del hígado que alcanzan 5 ó 6
anchos de dedo y aún más. deben considerarse. por lo general. como p.atoló-
gicos. sobre todo si coexiste en la zona sensibilidad dolorosa. Cuando el hí-
gado está muy aumentado de tamaño se prod uce a veces. en lugar del sonido
mate. un ruido alto. correspondiente a los intestinos. porque el lóbulo hepático
derecho. J:Or su propio peso o por la vesícula biliar con un \ olumen incremen-
tado. se separa de la pared del abdomen ~- En el curso de la distopia del cuajar
hacia la derecha (pág. 164). la matidez del hígado desaparece cuando se pasa
de la dislocación a la torsión del estómago.
176 Plan tk ~xploración clínica
•...._ - -
t-'Ui. 146. lns1rumcntal par;l 1.1 b iopsia de h l~ad~ (dcsm~nt:~do) s~o.• gún Ln~ Sl!<ilmtTI Y MAKSII.
lk arriha ahajo: E"'tilctc y vain:1 del trocar (con corte d entado en el e:<tremo ~•nh:rior y tornillo
limit:1ntc en d centro), "'' como jer"•nguilla p.m a .,h,orhcr d cilindro de la hiop'ia
El l.!xamcn clcctroforético de las pro/eÍIWJ ele/ sw!ro. así corno las pruebas
(/(' labilidcJd S<:ric:a (pág. 110) son poco demostrativas para el diagnóstico de
padecimientos en los bóvidos. En la fórmula lt~ucocitaria (pág. 109). sólo en
las hepatitis agudas graves (como en la retención biliar o cuando hay absce-
sos grandes en el hígado) puede determinarse una granulocitosis manifiesta con
desviación a la izquierda; pero en la colangitis distvmatosa no s1empre se
aprecia una clara eosinofilia.
La biopsia dd hígado se efectúa con un trocar especial (fig. 146). 20 a
30 cm a un lado de la línea media del dorso en la zona de matidez hepática
(fig. 145), en el espacio intercostal Xl o XII. Cuando se alcanza el hígado. se
retira el esHlete. y la cánula. con su punta cortante y succionante. se intro·
duce en el parénquima con un giro. El trozo de tejido obtenido debe medir.
a ser posible, 0.5 cm de grosor y ser compacto; se introduce en formalina
al 5 % y se envía para el estudio histológico. En la práctica. la biopsia del
hígado tiene el inconveniente de que los resultados se conocen sólo después
de unos días (más rápidamente, en los frotis simples. para los cuales basta
J~ una mano. tamaño de un puño. cte.). o~ esta manera p.uedcn ser diferencia-
das y enjuiciadas la nwyor parte de las afecciones hepáticas. valorando. en
conjunto. con los demás datos clínicos obtenidos.
En determinados procesos patológicos se hace necesario. tras la muerte del
animal. el envío a l laboratorio de un tro:.o (/(' tt'jit!o IU'plítico del tamaño de
j'
J
1
\
\\
'
F1os . 147 y 141L Vi ~t:J d i! las 1ona ~ hc p~itica:. pJ ipabks (r:~yado) J tr:1vé~ de 1:1 panl3 y bonctl!
( izquierda) y d l!st.lc la cavid ad ahdomin:~l (d crcch;a)
En la in.,·pección ele las purech•s ahtlomina/C's hay que considerar Jos aumen-
tos de volumen localizados. como hernias. alteraciones c.:utáneas o subcutá-
neas (pág. 81) y bs heridas. Se sacan conclusiones diagnósticas obscrvanuo
el contorno por detrás. para apreciar las variaciones manifiestas en la forma
normal ovalada vertical (fig. 149). las cuales. no obstante. requieren una com-
probación mediante la explon.tción de los órganos afectados (v~anse éstos).
La tt!nsiñn de las parcclc•s dt'l abtlomt'll se examina. por delante del pliegue
derecho de la babilla. con los dt:dos extendidos (fig. 150). Normalmente. las
paredes están blandas; la tensión en grados diferentes. acomp.a ñada a veces de
sensibilidad. se produce en los padecimientos dolorosos del abdomen y en la
sobrecarga intensa de los intestinos. Pese a la irritación peritoneal, la tensión
puede ser ocasionalmente normal. tal como en la debilidad completa consecu-
tiva a una intens:1 peritonitis generalizada.
F1o. 149. ReJlrcsent:ación c~qucm :ít ic:~ del pcrfmctro del ubdom.:n d.: Jos bdvidos, visto por
detr:ú
u) Normal. b) Timp:~n i,mo a¡udo con boiS3 g:a~o'>a dor~l. e) F~rm.:ntacidn espum~ tra ..
ulimc:ntación con lc:gumino~ s. ,¡, En la c~hmosis funcion~11 :anterior c:onsccutiv4 :1 lesión del
v:aao. r) f.n 1:1 oscit io¡ o hidro;amnio.;, /) En la dil:~tación y di,topia int'-'n'a" h:tci.a la derecha
dd cua jar, o ~n la d ilatación y tor,ión del cica:o
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Aparato urinario
Generalidades
La exploración de los riñones. de las vras urinarias. así como de la orina
misma. es útil para reconocer los padecimientos que afectan a estos órganos;
por otra parte. también una serie de afecciones con localización fuera del apa·
rute> urinario - por ejemplo. hemoglobinemia. acetonemia. lesiones hep3ticas
graves e intoxicaciones- cursan con elirninación por la orina de una serie
de substancias patognomónicas (hemoglobina. cuerpos cetónicos. derivados de
los pigmentos biliares o venenos). La exploración del aparato urinario se lleva
a cubo observando la micción ~spontánea o provocada. examinando la orina
y efectuando la palpación rectal (circunstancialmente. también \'aginal) de los
ürganns urinarios internos. así como por la inspcc<.:ión indin.:cta. palpación y
sondaje de la uretra asequible desde d exterior~ la vejiga urinaria de has hem·
bras bovinas puede ser examinada así por cndnscopia. En casos nccc.:s:arios.
la vaginotomia o la laparotomía (pág. 181) ofrecen la posibilidad de p01lpar
directamente todos los araratos urinarios situados en d uhdomen y cavidad
pélvka. En la anamnesis. cuando se sospecha un padecimiento renal. tie11en
importan<.:ia las preguntas referentes a la sed dd paciente (página 136; canti·
dad de agua bebida. en caso necesario. mid iéndola con un cubo). La estrecha
dependencia funcional y anatómica entre los aparat04\ urinarios y genital (fi-
guras 151. 164) es causa de que los padecimientos del primero arecten no rara
vez a los genitales (y viceversa). lo cual se hu de poner en cuenta en Ja ex·
pi oración.
Plan de la exploración
Micción
La micción esponflínea la realizan las hembras bovinas. sobre todo. casi
inmediatamente después de lt!vantarse. unas S a 8 veces al día: algo menos los
toros. con un total de 6 a 12 1 (máximo. 25 1) de orina. La cantidad total de
orina eliminada en el día apenas puede ser comprobada si no se efectúan re-
cogidas regulares; el aumento manifiesto (poliuria), con incremento de la sed
(polidipsia), así como la clara disminución (oliguria) son patológicos. Duran-
te la micción hay que observar los síntomas de micción dificultosa (frecuentes
posturas como para orinar. expulsando sólo pequeñas cantidades ( polaquiuria)~
Apara to urinario 189
f'u; , 1S~ . Tom;t de orina ~: n una vaca con c:l l'',éculo y d c:atétcr Utl•rino curvo (moddu
Orc.·,J.ut) y la j~ri ngu illa lk Jand
Ftos. 153·1 !í4. Obt~ncilin d¡; orina ~o un toro; a la iLqui~rda . ma~k tkl pr~Jlucio : a la
d ~n:cha, r"-colc:cción d~o• l:t orina
Fra . 1SS. Orina nomaal, con contenido hcmogloblnico (tr:ln .. parcncia bc:ulJ) y hcmático (no
trln p:~re nte)
Frc. 1S6. Oc i14uicrda .1 cJcrc:ch... , reacc i one:~ negativa~ y po'iatavas c:n las pmc:b.a'i d e albúmin:..
tlc rivado'i de los pigmentos biliarc:!!l. hc:mo¡dobina y cuerpos cctónico-.
F1o. 157. Reacción negativa y p~i t i va de cuerpos cc:tónicos con tabletas test
FIGS. 158- 160.
Componentes del
s~dimcnto urina-
rio de los bóvidos
Riiíom·s
En los bóvidos. el riñón izquierdo (con un polo <.:audal engrosado y cra-
neal puntiagudo. así como con la superficie que establece contacto con la
panza. aplastada). está situado por detrás del derecho (irregularmente oval
y plano). por debajo de la columna \ ertebral. Mientras que el riñón derecho.
en situación directamente retroperitoneal. es poco deslizable. el izquierdo cuel-
ga de un ligamento de hasta un ancho de mano. y se mueve más o menos. se-
gún la plenitud de la panza. generalmente. un p.almo hacia la derecha de la
línea media. El riñón izquierdo se extiende. aproximadamente. desde la 12.* \ ér-
tebra torácica a la 3:' lumbar. y el izquierdo. desde aquí hasta la 5.a vértebra
lumbar. En la ~xplornción rectal (pág. 167) sólo se alcanza. por lo general. el
riñón izquierdo. aunque. ocasionalmente. se puede llegar también a una parte
dd derecho. Hay que considerar las posibles adherencias con las inmediacio-
nes. sohre todo con la p.anza (peritonitis por punción). así como la cantidad
y consistencia del panículo adiposo. tamaño de los riñones y características de
su superficie (normalmente es lisa : patológicamente aparece áspera. blanda o
fluctuante). La sensibilidad de los riñones puede ser también examinada me-
diante la ptn.~usión en la zona de las vértebras lumbares. Si los dato~ son irre-
gulares. hay que considerar que existe un padecimiento renal. El aumento de
.amario de los riñones. reconocible por la vra rectal. acompañado a veces de
signos de dolor. exceptuando la h:ucosis renal. se observa en las fases avanza-
das de la mayor parte de los procesos nefríticos (leucosis. pidmrefriris. nefro-
sis-amiloidea. hidronefrosis). mientras que la disminución del volumen (cirro-
sis renal) se obser\'a sólo rara vez en Jos bóvidos. En las ndritis supuradas me-
tastásicas. la superficie renal aparece siempre granulosa y con nódulos. A veces.
en las ncfropatías sólo se aprecia diferencia de tamaño y de consistencia en
los lóbulos aislados. La situación extraperitoneal de los riñones permite la
imbibición gelatinosa de éstos al producirse una retención de orina. circuns-
tancia en la cual aumentan de tama11o hasta alcanzar la cavidad pelvica (con-
sistencia como de gelatina). Si. para aclarar la etiokgfa de un cólk9. se pro-
cede a una /apara o vu¡.:inotomía, hay que efectuar siemrre el examen pal-
patorio de los riñones. uréteres y vejiga urinaria (cálculos). La inspección en-
doscópica de los riñones. desde el flanco derecho, presenta dificultades cuando
t!stos se hallan bien recubiertos de grasa ; en otro caso. una coloración gris-
amarillenta generalizada. con abultamiento de los lóbulos aislados, será índice
de una degeneración renal: los focos grises limitados por bordes rojizos son
síntoma de nefritis supurada. y las manchas gris blanquecinas. parcialmente
alargadas. corresponden a una '11!/ritis intersticial focal.
Para las pruebas de función renal son adecuados el examen de las subs-
tancias contenidas en sangre que deben eliminarse por orina (nitrógeno o urea
en suero). así como la prueba de concentración de Volhard y la de sobrecarga
con soluciones colorantes inyectables; sin embargo. estos métodos han sido
todavía poco estudiados en los bóvidos. Para la práctica, el procedimiento más
sencillo es la investigación de urea en suero con ayuda de papeles test (GOdecke.
Af'arato urin~&rio IIJ7
Los uréteres. que. partiendo de las pelvis renales. tuman dirección dorso-
lateral. pura situarse. primero. retroperitonealmente y luego en el pliegue de
la serosa (plica urogenirul) hasta llegar a la vejiga. tienen. normalmente. el
grosor aproximado de una paja. y no se pueden palpar en la exploradún rt'C:·
tal u va¡.:inal. Por lo general. enferman a consecuencia de una pielonefritis o
cistitis, y más raramente por obstrucciones debidas a c~lculos; entonces apa-
recen en animales no muy cebados. casi siempre unilateralmente. como cordo-
nes del grosor de un dedo hasta el de un brazo de niño. y dolorosos. El mis-
mo aspecto puede producirse en el engrosamiento leucótico de sus paredes.
caso. en el cual, sin embargo. suele faltar una apreciable sensibilidad dolorosa.
Las alteraciones tuberculosas de los uréteres. que antes se observaban muy a
menudo y en las que éstos aparecían como •barras de sah, son hoy muy raras.
La desembocadura de los uréteres en la vejiga puede ser examinada por cis·
toscopia.
Vejiga de la orina
En los toros y bueyes, la vejiga de la orina se encuentra debajo del recto,
y en las hembras vacunas. por debajo de la vagina y sobre el suelo de la pelvis
19S
Urt•trtl
La uretra de las hembras bo\ inas se inspecciona desde la vagina (cs¡Xculo
bivalvo y linterna). y también se palpa con los dedos o se sonda con el cat~ter
uterino curvado (modelo Breslau) (pág. 189). Obsérvense las posiQles heridas.
inflamaciones. obstrucciones y cuerr-os extmi'\os. Ocasionalmente se aprecian
acumulaciones de orina en la vagina. fl3ccida y pendiente hacia delante (uro-
Wigina) , que pueden originar una infección de las vías urinarias.
La uretra de h)s toro.\' y lmeye.,· se exp.lura por inspección y palpacil)n: b
primer.1. en el perin15. y la segunda. en la po rción pdvic~t (rectal: entonces se
observan las contracciones rítmicas de los mtíscu/os url'tralt'.\' ), así como de la
r-orción p~lvic¡a (desde el exterior). considerando su característica form¡t de S.
Así se obtienen datos sobre las dificultades del flujo urin<Jrio --vejiga lh.:n.t. ure-
tm aumcnt~ada de tamar1o o dolorosa. manifiestas contraccinnes violentas en
las porciones pélvicas o perineales- . caso en el cual es aconsejable un son-
daje. Para ello se extrae el pene. a ser posible. con el animal tumbado. despu~s
de la anestesia extradural sacra (pág. 32) o administrundo un tr~nquilizante
(pág. 24). introduciendo la sonda lubricada con glicerina (cat~ter de Rusch .
que se pone rígid o con un alambre de sierra de Liess: las sondas metálicas
finas. con la punta redo ndeada son. po r el contrario. menos apropiadas). La
obstrucció n de la ure tra masculina po r concrementos se produce casi siempre
en la flexura sigmoiclt!u o a la altura de la porción isquiática (fig. 164).
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Generalidades
Los órganos del movimiento de los bóvidos enkrman casi siempre de for-
ma independiente; no obstante. pueden también presentar trastornos funcio-
nales patognomónicas. consecutivos a determinadas afecciones generales (por
ejemplo. alteraciones metabólicas: osteomalacia; intoxicaciones: fluorosis;
infecciones: po/iarrriris mt•rasrúsica). Su examen se efectúa por la adecuada
inspección de la actitud y postura de las extremidades. así como por el com-
J:Ortamicnto en ·reposo (con el animal echado o en pje) y en movimiento. Las
partes de las extremidades de las que se sospeche se encuentran enfem1as o lo
están en realidad. se someten. según la necesidad dd caso. a ulteriores exá·
menes por palpación. percusión. movimientos pasivos. sond~&jes o punciones
y comprobación de la sensibilidad cutánea.
Plan de la exploración
En todos los demás casos se hace que el animal st' le,·tmle. y entoncc:s se
comprueba si hay variaciones en el comportamiento (incorporación. ante todo.
del tercio anteri01. permanencia de rodillas sobre las articulaciones del carpo
durante largo tiempo l fig. 49]. tambaleos. flexiones en las articulaciones y
otros).
Con el animal e11 reposo, el que explora observa la actitud de las extre-
midades (flexiones o extensiones anormales. inclinación de los corvejones. ga-
rra de oso). su posición con relación al tronco (hacia fuera. adentro, addantc
o atrás; posición de banco de aserrar: extremidades claramente remetidas bajo
el vientre. en la congestión de las pezuñas). así como el comportamiento del
paciente (pisar con cuidado. estremecimientos. caminar con p.asos cortos. sa-
cudidas o nexioncs de los miembros. tambaleos. caídas). Al observar al pacien-
te por delante y por detrás se aprecian. por comparación de las extremidades
derechas e izquierdas. aumentos de volumen o atrofias (asimetrías). así como
las heridas; estos datos pueden proporcionar valiosos informes sobre la loca-
lización del padecimiento.
Finalmente. se procura que el animal camine para descubrir posibles tr..ts-
tornos en la marcha y en el nwl·imienu>. Según esté acortada la fase de apoyo
(sost~n y propulsión) o la de elevación (elevación y avance) de los miembros
enfermos. se tratará de una cojera de a¡::oyo o de elevación. respectivamente.
o de una claudicación mixta cuando coexisten trastornos de ambas partes. La
causa de las cojer..ts de ele\-ación se localiza. casi siempre. en las zonas dista-
les. mientras que Jos padecimientos de las rodillas. articulación del encuentro.
suelen cursar con claudicación mixta. en tanto que. por el contrario. las de la
espalda y las de la articulación podal se manifiestan por cojeras de elevación.
En las de apoyo. con los miembros en manifiesta abducción. el padecimiento
suele estar localizado muchas veces en la pezUiia externa. mientras que cuan-
do los procesos dolorosos afectan a la uña interna. la extremidad interesada
se sittía. por 1() general. algo p.o r delante de la contraria. para descargar el peso.
y. a veces. en reposo. Jlegan hasta cru1.arse (sobre todo en los miembros ante-
riores). Los animales con dolores muy intensos en la zona de Jos pulpejos o de
los tendones flcxores procuran apoyarse con la punta de las p.ezuñas. micntr..ts
que. por el contrario. si la sensibilidad se halla en las partes anteriores de las
uñas (por ejemplo. en la infosum). se observa tendencia a a~oyarsc sobre los
pulpejos. Según la intensidad de la claudicación. se distinguen cinco grados
de cojeras: 1.0 • ligera; 2.0 • manifiesta; 3.0 • de grado medio; 4.0 • grave;
5!», muy grave. En las cojeras de quinto grado la extremidad afectada es inca-
paz de apoyarse o de elevarse: el animal camina sobre los otros tres miembros.
Después de esta inspección con el animal echado. en la estación y en la
marcha se lleva a cabo una exploración detenida de la extremidad afectada.
así como de las masas articulares enfermas. Para ello se da por supuesto el
conocimiento de los métodos adecuados ·de- sujeción (págs. 5 y 6). Si todavía no
se conoce claramente la localización del Jrastorno causante de la cojera. se
procede a examinar detenidamente desde las partes distales a las proximales.
La exploración de las pl'zuñas se efectúa con el miembro levantado (pági-
Pl~n d\! cxrloración clínica
las fístulas se examinan por sondaje con instrumentos estériles y con cuidado.
tms limpieza y desinfección de las zonas limítrofes. a fin de determinar la pro-
fundidad de los tejidos afectados (huesos, articulaciones. tendones o vainas
tendinosas).
Finalmente. se procede al examen de las zonas pruximalt!s d(' los miembros
(articulaciones. tendones. músculos y huesos) (:Or medio de la palpación (pre-
sión con Jos dedos). percusión y movimientos pasivos. para apreciar aumentos
de volumen. consistencia. incremento de temp.e ratura o de la sensibilidad do-
lorosa. así como la motilidad. La exploración de las urticulaciones. \'aínas ten-
dinosas y bulsas sino\·iales se dirige. con independencia de la palpación. a
descubrir aumentos de la temperatura y de la sensibilidad al dolor sobre b s
partes enfermas. así como las nudosidades en los sacos sinoviales y vainas
tendinosas (alifafes). que serán cuidadosamente palpados ~ara apreciar con
la punta de los dedos el aumento de su contenido (abultamientos fluctuantes y
tensos). La reacción dolorosa ante la flexión. distensión y torsión de la supues-
ta articulación enferma proporciona informes complementarios para conocer
la localización dd padecimiento. Los estados inflamatorios agudos particular-
mente dolorosos. en los que hay complicación de Jos tejidos perisinoviales.
hacen suponer una infección. Las cxostosis y crepitaciones en las articulacio-
nes se obscrv~ln en l~ls artrosis avanzadas. Si. pese a la exploración meticulosa.
no puede aclararse la localización dd padecimiento articular. podrá recurrirse
a la anestesia diagnóstica. Para esto se utiliza un anestésico local de alta con-
centración (pág. 27). que se inyecta a la dosis correspondiente. en espacio
sino' ial (hasta 30 c. c.). por vía intraarticulur (para los puntos de inyección.
véase 1( Enfermedades de los btívidos • ). Después de 20 a 39 m in utos se com·
¡-,rueba si ha desaparecido la cojera. Por medio de la punción diagnóstica de
los órganos sinoviales. y con d examen dd líqu ido así obtenido. no sólo
puede llegar a conocerse la existencia de un proceso. sino. muchas veces. tam-
bién el tipo y fase dd mismo. Lu sino\'ia normal es un líquido claro. algn
anmrillo y opalt:scente. inmJoro. el cual forma filamentos. y que pese a una lar-
ga conservación. no se coagula. A 4" C permanece líquido hasta 48 horas. En
la prudw ele la mucimr. la sinovia sana forma. en un líquido claro. coagulitos
de mucina elásticos y ásperos. Para esto se utiliza la parte que sobrenada dd
líquido de punción después de centrifugar ; 1 c. c. de éste se deposita con cui-
dado. sin tocar las f¡aredes del tubo. en una solución dt! 4 c. c. de agua desti-
lada y 0.1 c. c. de ácido acético 7 N. Antes de la lectura se deja la prueba
en rc~oso durante una hora a la temperatura del laboratorio (VAN P ELT y CON·
NER). La sinovia infectada tiene un color amarillo perdusco y es más líquida
o. por el contrario. ap.arece cremoso-purulenta. turbia y. en ocasiones. tam-
bién con coágulos. A veces se aprecian considerables anormalidades en el olor.
Los procesos asépticos. sobre todo los de naturaleza crónica. no causan alte-
raciones en la sinovia. o éstas son insignificantes; sin embargo. en estos casos.
la prueba de la mucina muestra un líquido floculoso y turbio. Otras ~osibi
lidades de examen de la sinovia. que se han de realizar en el laboratorio. son
las siguientes: determinación y diferenciación de las células que contiene -en
Plan de ~xplomción clinic:•
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Sistema nervioso central
Generalidades
Plan de la exploración
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Órganos de los sentidos
Generalidades
las alteraciones no complicadas de los sentidos clt!l gusto y c/d olfato. as(
como dd uído, no s6lo se aprecian con dificultad y raramente en los bóvidos.
sino que. en general. tienen una importancia práctica secundaria. ya que influ-
yen muy poco o nada sobre las posibilidadc:s de utilización de los animales.
Tambi~n las reses con trastornos th• la \'Üidn, que no influyen en su estado
general. pueden ser explotados en estabulación. Sin embargo. no son a~ropia
dos p.ara el pasto. los padecimh:ntos del sistema nervioso central están asocia-
dos a veces a altl'raciomw ele! /u sensibilitlacl (pág. :!07) o de los demás sentidos.
y. conoci~ndolas. se facilita el diagnóstico del proceso. En los ojos de lns
bovino:; pucuen aparecer diversos padecimientos primarit>s; por otra parte.
!\e a fectan en una serie de r-adccimientos generales. a veces de forma patug-
nomónica. por lo cual su explorución tiene importancia rráctica. al contrario
de lo que sucede con los demás órganos de los sentidos. El examen se lleva ..
efecto por insr:ección a la lu1. del día - ·la inspección del interior del ojo se rea-
li?.a con ayuda de una linterna y. caso dado. tambi~n con un es()\!jo oftálmico - .
de los púrpados. globo ocular (conjuntiva. córnea. esclerótica). cámara ~ante·
rior. iris. cristal in o. humor vítreo y retina. así como comprobando los reflejos
oculares. capacidad v isuHI y permeabilidad del conducto lacrimal.
Plan de la exploración
utilizando una sonda botonada fina para lavarlo. o un cat~ter de R üsch para
sondarlo; con estos procedimientos se comprueba su permeabilidad y se ob-
serva el posible contenido patológico (sangre. moco. pus . ve rmcs ocula res).
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Aparato genital
Generalidades
Los p.adecimientos de los órganos sexuaks tienen una particular impor-
tancia en los bóvidos. si se exceptúan los an imales de cebo. cuando influyen
sobre su capacidad reproductom y hacen así problemático su ulterior aprove-
.
Fu;. 1M. V isit~n esquemática de los
gcnitah:=' dd toro. con urc~tcrcs, vcji-
l!a urinJria y uretra : obsérvc~ la cur·
v:uura t.ld ¡lene ~· u rorm:~ d..: S
Plan de la exploración
La exploración de los genitales maséulinos (fig. 164) se limita. de acuerdo
con lo indicado anteriormente. a la inspección y palpación de los órganos
sexuales externos e internos y a la observación del comportamiento durante la
:!14
cópula. El .wwo lt'llicular. ft'l l iculos - ~:n lns toros adultos. upmx imada men-
te <.)e) tamatlO d~ Ull hUC\t) lk ganso, elásticos y apretados- . t•pic/ídimo -- Cabe-
za en el polo testicula r dorsal. Cl llllO un ~apuc hón suavemente granuloso~ cuer-
po en posil:ión medial dd mismo. corto. liso. dd grosor de un lápiz: cola
situada en el polo ventral. de consiste!ncia tensa en forma d~ calota. dd tamaño
de la yema de un dedo- . cordón t•sp"rnuírico y ganglios pudendvl· (pág. 90) se
exu minan por detrás con el animal sujeto. haciendo palpuciones comp~trativas
sobre la situación. tama•1o. forma. con istenci..a. aumc!nto de! calor > sensi-
bilidad dolorosa. De las partes intcrrns dd aparato sexual masculino son
palpables. en la t!Xploraciún rc•cllll (pág. 167). inmediatamente por delante de
la porción péh-ica de la uretra. sobre el sudll de la p.clvis. y la vejiga. los
conductos seminales (grueso de una paja) y sus ampollas (grosor de un lapi-
cero hasta el de un dedo pequeño), así como las ''esícu/us seminah•s (tamaño
aproximado de un dedo. cornificadas. lobuladas y con elasticidad blanda)~
se observa rán posibles variaciones en h simetría. así como endurecimientos
y sensibilidad. La exploración dd pellt y del prc•pucio se re:tliu por ins¡}(!C-
1
Porcitin ,·aginal dL'I cuello. forma del hodco d\! t\! nca ( normalm~nte. en
forma d\! taco o cono =- T : forma de roseta = R ; muy caída = C: fláccida y
lobulada = f): abertura y tamuiiú dd orificio (c,lmpl\!tamc ntc cerrado ;: O;
ob\!rlura del grosor de una rfaja = 1 ; dd grosor d\! un lápiz = :!: del grosor de
un dedo = 3; del grosor de dos d\!dos = 4: o que p\!rmite \!l p:.tso de tre
dedos -= 5). obstrucción con tapón mucoso. flujo y otros datos.
En la palpuc:ión a trm·és del recio. el útero. que está situado encima o a un
ludo d\! la \ejiga. y a dif\!rente distancia sobre el sudo d\! la pelvis. dirigiéndose
craneoventralmentc a la cavidad abdominal. se distingu\! por su bifurcación.
A partir de ella se palpan lns cuernos uterinos en forma cilindroide. así como
las trompas y los ovarios. Hay que considerar las r:·articularidades siguientes :
Ovarios. Situación. tamaño - normalmente. de una avellana al de un
huevo de paloma - . consistencia (elásticos tensos). superficie (lisa). movilidad
(libres o con adherencias. o pegados a las inmediaciones) y sensibilidad dolo-
rosa. Por otra parte. habrá que determinar el número. tamaño y consistencia
de las formaciones vesiculosas (folículos. qu istes) y del cuerpo amarillo.
Trompas. Grosor (diámetro de un hilo de bramante ; sólo palpable tras
engrosamientos patológicos). consistencia. sensibilidad dolorosa. adherencias.
Vtero. Situación. tamaño - en las hembras jóvenes cabe perfectamente
en la mano : cuernos del tamaño aproximado de un dedo = U 1 : cabe justa-
mente en la mano: cuernos del tamaño aproximado de dos dedos = U 11;
sobresale fácilmente en la cavidad abdominal: cuernos del tama ño aproximado
de tres dedos= U 111: mayor aún = U IV- , forma o simetría. consistencia y
212 Plan d'- expl o ración clínica
utilizando una sonda botonada fina para lavarlo. o un cat~ter de Rüsch para
sondarlo; con estos procedimientos se comprueba su permeabilidad y se ob-
serva el posible contenido patológico (sangre. moco. pus. vermes oculares).
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Aparato genital
Generalidades
Los p.adc:cimieotos de los órganos sexualc:s tienen una particular impor-
tancia c:n los bóvidos. si se exceptúan los animales de cebo. cuando influyen
sobre su capacidad reproductora y hacen así problemático su ulterior aprove-
Plan de la exploración
La exploración de los genitales masculinos (fig. 164) se limita. de acuerdo
con lo indicado anteriormente. a la inspección y palpación de los órganos
sexuales externos e internos y a la observación del comportamiento durante la
216 Plan de exploración clínica
Bibliogrofro
Generalidades
El oportuno diagnóstico de los padecimientos de la glándula mamaria de
las vacas no sólo es una fundamental exigencia de la higiene de la leche. sino
decisivo para un tratamiento eficaz. con el que se evitarán alteraciones perma-
nentes que disminuyan la producción. Particularmente interesante es el rápido
descubrimiento de las infecciones mamarias durante el tiempo del ordeño
a máquina. Algunas afecciones de la mama pueden producir graves altera-
ciones generales. y conducir a largos procesos o hasta a la muerte. La ex-
ploración de la glándula mamaria se realiza por inspección. palpación y exa-
men de la secreción. Durante ella no se ha de olvidar que la unidad clínica de
la mama es el cuarterón. por lo cual. en las mastitis se ha de sentar el diagnós·
tico para cada cuarto aislado.
Plan de la e xploración
Al realizar la inl·pt.•ccit;, por un lado y por detrás se comprueban el tama-
ño. asientn y forma de la mama en total. de sus cuarterones aislados y de los
pezones.
A4cmw. Es deseable la • mama de máquina ordeñadora,., a ser posible.
con cuarterones y pezones uniformes; por lo menos Jo~ dos cuartos anterio-
res y los posteriores deben tener. respectivamente. el mismo tamuño: se en-
juician desfavorablemente las mamas en escalera. de cabra. semiesféricas y
colgantes.
Pc·zmll!s. Deben tener. aproximadamente. la longitud de un ancho de ma-
no: no son con\'enientes los pezones demasiado largos ni demasiado cortos.
así como los oblicuos o su~emumerarios (intermedios. colaterales. posteriores).
La cúpula del pezón debe tener forma semiesférica. no puntiaguda. plana. en
embudo o en bolsa.
Además. durante la inspección se han de observar las alteraciones cutáneas
en la mama. fístulas de leche. aumentos de volumen (hematomas. abscesos.
neoformaciones y otras más). heridas y pérdidas espontáneas de la leche.
La palpación de la mama considerará la (Úel de la misma. las dos partes
del pezón (esfínter. cisterna). la cisterna mamaria y el tejido glándular for-
mador de la leche en el cuarterón. Aquf. cada cuarterón, que posiblemente
Plan <k exploración clinka
ha sido nrdcriado con anh:riorillad. se levanta hacia arriba con ambas manos
y se palpa primero superficialmente. Juego en la profund idad y. como es na-
tural. de abajo arriba sucesivamente.
Piel t/(' la mmnn. Cuando la mama está orderiada. se distiende normal-
mente con facilidad; en caso contrario. apa r~.:cc tensa en los diferentes cuar-
tero nes. según el gmdo de plenitud. lnmediataml.!nte antes y después del
parto. se produce un edema fisiológico (pág. 80); el intenso edema del parto.
con ulterior induración (•acucado•. mama aco rchada). así como los edemas
inflamatorios (pág. 80) dunmte la lactación y el período seco. son síntomas
patológicos.
Esfínter. Normálmentc se palp.a. al rodar entre los dedos la punta del
pezón. como un pequeño y consistente grano de cebada. En esta palpación hay
que comprobar la existencia de tumefacciones. heridas y neoformaciones en
la punta o en la luz del canal. así como la sensibilidad al dolor. La ~rmeabi
Jidad (facilidad de ordeño del esfínter se comprueba extrayendo algunos cho-
rros de leche; las causas de la dureza de ord~ño. están casi siempre en el
esfínter; más raramente. en la cisterna.
Cistt•rtw. La mucosa de la dsftirJw dd pe:.ón se palpa también rotando
éste entre los dedos ; todo engrosamicntu. endurecimiento o dolor son pato-
lógicos ; el paso a la cisterna glmululur dcbe permitir la entrada de un dedo
empujando desde abajo. Los estrechamientos (anillos). nódulos. tabiques par-
ciales o totales) y hts dilataciones son también anormales. En los p(!zones hay
que p.rest.ar atención a las tumefacciones y heridas. así como a las fístulas de
Jedte (• fugas • ). Los llamados ccílculos lácteos están formados por concrcmentos
Lle los componentes de la leche~ se mueven libremente en el hueco del pc?.ón.
y duwnte el orderio pueden obstruir el esfínter en forma de válvula.
Cu<'rpo glcmclu/ar. Cada cuarterón se examina para observar su consis-
tencia Cgranuhtcinnes. formaci(;ll de núdulos. induraciones d ifusas. hipertrofia
o atrofia) y su sensihi lid:.td l.loloros:t. El tejido mamario sa no (parénquima e
intersticio) se nota. Llespués del ordci1o. finamente granuloso blando. y. por
el contrario. cuando no se ha ordeñado. tenso y firme. Cuando hay edema
muy manifiesto en la mama. Jos cuarterones glandulares se J:alpan a veces
con dificultad o no pueden p.:.alparsc. Los datos obtenidos en la palpación se
relacionan en la forma siguiente :
ormal =Tl.!jido mamario con fina granulación. blc.1ndo (tras ordeño) o tenso
(sin ordeñar).
1 = Compacidades y granulaciones en focos.
11 = Compacidades y granulaciones generalizadas; nódulos local izados.
111 = Nudosidades generalizadas.
IV = Nudosidades con endurecimiento difuso en algunos puntos.
V = Difusamente endurecido.
VI = Inflamación difusa aguda (calor y dolor).
VIl = Imposible de palpar, ~ causa del edema fisiológico.
2 19
Ganglios. Junto con los ganglios mamarios cst:ín a veces tambil.!n afec-
tados. es decir. engrosados. en Jos padecim ientos infecciosos de la mama, los
ilíacos internos. Si las afeccione~ se localizan en la piel. se infanarán los prc-
crurales. Su exploración se ha estudiado ya en otro luga r (pág. 90).
Examen dt' la secreción. La lt:che se enjuici:J desde un p.unlo de vista
cmmlitmil•o , rdcrido al total del ordeño y compara ndo la producción de cada
cuarterón. o cualirari\·o. en relación con alteraciones macroscópicas (aspecto.
olor); en caso necesario. examinando también los caracteres químicos o anor-
malidades de composición ( J: H. células) o por el estudio bacteriológico (deter-
minación de gérmenes).
Fw. 166. Eumcn d~: la ,,·crc..•ciun ma n1.tri.1 ~ohrc una ~uhcta negra
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Evaluación de los datos obtenidos en la exploración
Tratamiento y profilaxis
Según el destilh) e importanci~t . hay qu-.: distinguir. -.:n los historiales clíni-
cos veterinarios. las ct!rlijicac:ium·s simph•s (certificado de sanidad. certificado
de seguro) de los informes completos (punto de vista profesional en cuestiones
judiciales. reclamaciones de responsabilidades. etc.). En el primer caso se li-
mita a una exposición resumida de los datos y a Ja exposición del diagnóstico
completo. En el último. esta exposición se fundamenta y razona sobre hechos
científicos, sobre todo en lo referente a las causas. posible culpabilidad. dura-
ción del padecimiento y p¿rdida de valor dd animal. También es imprescindi-
ble siempre conservar la identidad dd animal resumida en su reseña. Si. entre-
tanto. el paciente fue sacrificado o murió. habrá que exponer el resultado de
la necropsia. exposición en la cual se hará un estudio crítico de las lesiones
que se han encontrado relacionadas con la enfermedad (tiempo de desarrollo
de las mismas. causas. repercusiones). El estilo literario del escrito se acomo-
dará a quien vaya dirigido. ya sea p.rofano (agricultores. compañías de segu-
ros) o veterinarios o comisionados. Las expresiones propias de la clínica son a
menudo, desconocidas· o poco claras para quienes no están acostumbrados a
esta materia. por lo ·cual pueden o riginar juicios cquivocados. Por tanto. de-
ben. suprimirse o vulgarizarse. para su mejor entendimiento.
En la ensnian:a clínica. los cstudiant~:s. al redactar los ltistorialt•s ele sus
paci<'II/('S, deben procurar seguir d pl¡ul dc: eo:Jtploradón p.ropucsto (reseña.
anamnesis. hallazgos nnrm¡ah.:s y patnlógicos en la exploración general y es-
r-ecial de los órganos aislados. di¡agnósticu. di¡tgnóstico difer~:nci¡al. pronóstico
en relación con las posibilidades de curacic.)n y las p;artic.:ularidades terapéu-
ticas). e incluirán tam bi~n inftlnnación sobre d tratamiento establecido. Su-
poniendo que d animal se~t sacrificado o muera. d-.:herán rec.htctar un breve
informe de necropsia. en d 4uc las lesiones halladas en el cadáver se comp.urcn
con Jos síntomas clínicos observados en el anim¡tJ vivo.
ÍNDICE ALFABÉTICO
Ed~mas locah:' por t:!ltancamicnto, 80. Examen para)itológi-:o d e la-. h ~ccs. método
- malignoo;, 81. combinJdo d~ scdimcntacidn y fl otaciJn, t 71.
- no inrlamatorio'i, 80. - - - métodos de decantación, 171.
- p:uológicos, 80. Ex:1ntcm:1. 78 .
- n.: n:tlc~. 80. Excitación, 64 .
F.lcctrocardiograml, 101 . Excori:lcion~ , 83 .
Endocardia valvul:~r, Q9, Exico i), 79.
Enfermedad de Aujco;Lky, 80. Ex o o enolftalmo-., :! 1O.
- Redacción dd hi.¡torial d e l:i. "!:!6. Exploración clínica, Plan de la. 44 .
Enfi~m:1, 91. - e pedal, 75 .
Enteritis fibrinou, 170. - Pl:ln d e la, 134.
Entcrotoxcmi:l, n.. - rectal. 167, 197.
Eritrocitos, Núml•ro de, 10K. - rocntgcnoscópic:a vesical. 197 .
F.rosiones, 83. Extensión de sangre, 107.
Eruptos. 138. Extremidades :sntcriorcs, 5.
Esófago, 14~ . - posteriores, 6.
- fno;pección extcrnl del, 14~ . - - f nervación de las. 30.
-Palpación d el, 143.
- Somfajc d el. 144.
Factor d e d ifusión. 27.
Espa~mo o ~r~li is, 136.
Falsos anillos córneos, 53.
Est:ldo &encral. 60. Faringe, fnspccción de la, 140
- de nucor;is, 36.
--externa de la, 1:!3.
- d e: nutrición, 66.
- - interna de la, 1:!3.
E'it:tsio; venoso. 17.
- Palpación de la. 140
E~tc:rtores, 11 7.
Fermentos sérico.,, 11 1.
- o crepiL:lcioncs. 1:!').
Fiebre. 71.
- h umedos, 130.
-atípica, 73 .
F.'tornudo, 11 7.
- continua, 73 .
E~otr.abi~mo. ~10 .
-curativa, n .
l!'ltr:m¡:uria, 189.
- intermitente, 7.1 .
€ter, 37.
-- recurrente. 7.'.
F.tiolo,:l:l. 47 .
- r~·mitcntc. 73 .
F.upnl.'a, 116.
- traum ~hica, 7:!.
Examen d e l;~.¡ hcce-1, cant id ad . lfl') .
t:lemom."'\, 81.
--color, 1h9.
Foetor ex o re, 14:!.
- - consi,tl..'n<:Íla, ltW.
t:ormas juvenil\...;, 109.
- - olor, 169.
Fórmula lcucucitaria, 1041.
- - 'uh'lt:tncia'l mczcl:ld:J 'i. 1(;9,
Fo'' ' nasales. 1:! l.
- de 1:1 kchc. ddcrm inacilín dd pi l. :!:!0.
- - Explotación de la~ . 121 .
- - - pruch:1 d e I.A m~t,titi'i de California. 110.
- - 1ll'IJX'Cci\m ex tema d e: ~;, .., 1:!~.
- - prueha de Whitcsidc. 210.
- - Palp:u:ión eJe 1.... 1:!:!.
- - prucha'i qulmic:ts r~tpida,, ~~0 .
- - Pcrcu,.ión de la , 12:!.
- del liquido de p::anl.J . 1~0.
Fotoscnsihilidad. SS.
- - - c olor. 1 ~0.
Fr:~cc io nC"ll ~p:u:~blcs por dectroforc\is d el sue·
- - - consio;tcnci~l. 1 ~0 .
ro. 110.
- - - olor, ISO.
Frccuencia c.ard faca, 97.
- Examen d e las muestra dc hccc'\, 1M.
- de la orina, 190.
--color, 191. C ;~ nglius del canal exterior, lUJ .
- - conli,tcncia. 191 . -cervicales profundos, 90.
- - contenido de albúmin:1. 19:!. --superficiales. 89.
- - - en hcmoglobin<l, 192. -de la entr::ada d el pecho, 90.
- - cuerpos cetónicos, 194. - farfngcos externos. 89.
--derivados d e Jos pigmentos biliarzo¡, 192. - - internos. 89.
- - examen bacteriológico, 194. - d :: la fosa ilfaca, 90.
- - olor, 192. -hipogástricos o lumbares aórticos, 90.
- - peso especifico, J92. - itcomcdiales. 90.
--sedimento, 194. ...:_inguinales, 90.
--transparencia, 191 . - - superficial~. 90.
--valor d el pH, 192·. - internos d el fleon, 90.
- polpatorio d el inte5tino por vf3 rectal. 168. - inte5tinales. 90.
- para~itológico de: I3S heces, 171. -linfáticos. 88.
130 lnc.Jicc alfabético