Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
1.‐Definición
La Real Academia de la Lengua1 define el Duelo (del lat. Dolus, dolor) como
dolor, lástima, aflicción o sentimiento que se tiene por la muerte de
alguien. La definición nos remite inmediatamente a emociones negativas
(dolor, lástima, aflicción), pero es poco precisa respecto a con qué se
relacionan estas emociones (sentimiento que se tiene por la muerte de
alguien). En efecto, no es cualquier muerte la que nos suscita las citadas
emociones. Podemos conocer una noticia que hable de la muerte de miles de
personas, sin que se ponga en marcha en nosotros lo que conocemos por
duelo.
Más precisa es la definición que nos propone Bowlby, que lo define como el
proceso psicológico que se pone en marcha debido a la pérdida de una
persona amada2.
- La irreversibilidad de la muerte
- La angustia de enfrentarse a la propia muerte que debe afrontar el
doliente
- La muerte de un hijo o del cónyuge figuran en los dos primeros
lugares en los listados de circunstancias vitales estresantes.
Freud habló del trabajo del duelo. Durante este proceso, el examen de la
realidad muestra que el objeto amado no existe ya, y demanda que la libido
abandone todas sus relaciones con el mismo. Contra esta demanda surge la
resistencia natural a abandonar cualquier posición libidinal, aunque se haya
encontrado alguna sustitución. Recuperar la libido depositada sobre el objeto
que ya no existe requiere un tiempo, ya que la resolución no es inmediata.
Hay ocasiones en que la resistencia puede ser tan intensa que provoque la
huida de la realidad y la conversación con el objeto por medio de una actividad
alucinatoria. Normalmente, la realidad acaba imponiéndose (es la resolución
del duelo), aunque en el proceso se produce un gran gasto de energía y
requiere su tiempo.
Bowlby7 dedicó especial atención a la reacción del duelo y la ligó con su teoría
del apego Denomina apego a un mecanismo biológico de protección que sirve
para asegurar la supervivencia del individuo y de la especie, una conducta
instintiva que se da básicamente entre madre e hijo. Así, el apego, es una forma
básica de conducta, con sus propias motivaciones internas. La amenaza de
ruptura o la ruptura del apego produce una reacción psíquica, somática y
vegetativa que denominó Síndrome de Respuesta a la Separación y que
identificó en niños de la primera infancia separados de sus madres.
-2-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Estos niños, cuando pierden el contacto visual con la madre, ponen en juego
patrones de conducta para restaurar la proximidad del objeto amoroso perdido,
desarrollando un síndrome en tres fases: protesta, desesperación y
desvinculación.
En sus últimos trabajos Bowlby amplió su teoría del apego para incorporar la
respuesta al duelo en adultos: el trastorno emocional que se desarrolla en las
etapas iniciales del duelo se debería a la ruptura del vínculo. Añadió una cuarta
fase a las tres iniciales: estupor, urgencia para recuperar el objeto perdido
(anhelo y búsqueda), desorganización y desesperanza, y reorganización;
estableciendo así, una de las diferentes clasificaciones que se han efectuado
de las etapas del duelo.2
Bowlby también identificó cinco factores que afectan el curso del duelo:
identidad y rol del fallecido, edad y sexo de la persona en duelo, causas y
circunstancias de la pérdida, contexto social y psicológico y personalidad de la
persona en duelo. Concluyó que éste último era el factor de mayor influencia.
El estudio de estos sucesos vitales sugiere que los más peligrosos para las
personas son aquellos que son duraderos en sus efectos, que requieren
que las personas revisen profundamente sus creencias y formas de captar el
mundo y, finalmente, aquellos que sobrevienen sin tiempo suficiente para
prepararse. Por lo tanto, si la muerte se produce inesperadamente, y se trata
de una persona con la que tenemos organizada la vida, su ausencia
determinará un gran cambio en nuestras vidas (i.e., la muerte de la pareja
tras una larga relación), y será especialmente difícil elaborar la pérdida y
realizar los cambios necesarios – de rutinas, reglas, roles, etc. – para
adaptarse a esa nueva realidad de la que el difunto está ausente.8
-3-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
La persona que pierde a un ser querido pasa por toda una gama de
emociones y adopta diferentes comportamientos: en algunas de ellas la
manifestación del duelo sigue primero las normas sociales; en otras
predomina el estado de shock; algunos manifiestan el deseo de devolver al
ser querido a la vida; otros buscan su presencia activamente o tras una
aceptación inicial niegan la desaparición, mientras que otros lo aceptan como
una fatalidad: “Estaba escrito, le llegó su hora, era su destino”. Hasta la
intensidad del dolor puede variar considerablemente de una persona a otra,
con arreglo a los siguientes factores:
El duelo, con las limitaciones que acabamos de citar, puede describirse como
un proceso a través de los siguientes estadios:
A. Estupor o Shock
B. Confusión
C. Búsqueda
D. Aceptación
E. Reintegración
-4-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
A. Estupor o shock
B. Confusión, Desequilibrio
C. Búsqueda
Desolación
Al principio del estadio de búsqueda todas las emociones experimentadas por
la persona son dolorosas. No es raro que una profunda tristeza y el deseo de
hacer revivir al difunto se acompañen de síntomas físicos tales como
agitación, malestares, vómitos y alteraciones del sueño. Más tarde, el
sentimiento de desolación se difumina y las crisis de llanto pueden
contenerse más fácilmente. Las personas aprenden a dominar su sufrimiento,
por ejemplo, llorando cuando el contexto lo permite.
Desesperación
Viene luego la desesperación. La persona en duelo se da cuenta que es
impotente para cambiar la situación.
-5-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Culpabilidad
El sentimiento de culpa, cuya dimensión es útil evaluar, puede estar justificado
o no. Con frecuencia, comprenderlo permite superarlo. Los supervivientes
pueden sentirse culpables por ciertos actos o palabras intercambiadas antes
de la muerte, aunque éstos/as se hayan producido tiempo atrás en el curso de
la vida compartida con el ser querido. Por ejemplo, el hecho de haber
deseado, bajo un estado de cólera, la muerte del ser querido, constituye una
carga terrible si éste fallece. Del mismo modo, la culpabilidad es más
pronunciada cuando los sentimientos que experimentaba el allegado hacia el
difunto eran ambivalentes. Puede suceder que el allegado reaccione con
enfado hacia el desaparecido al enterarse de su muerte.
Por último, si el allegado ha tenido algo que ver en la muerte del ser querido,
aún de manera accidental, genera unos sentimientos de culpa difíciles de
erradicar.
Miedo
El miedo puede tener muchas causas y expresarse de muchos modos. La
persona cercana al fallecido puede angustiarse por el clima de incertidumbre
(“¿qué va a pasar? ¿Podré salir adelante? ¿Cuál será mi situación
económica?). Además, el miedo puede ser engendrado por sentimientos
abrumadores: de no poder dominar sus emociones, de perder la razón o de
no hallarse en situación de realizar las tareas más rutinarias.
Celos
La persona cercana al fallecido también puede sentir celos de quienes todavía
tienen sus padres, esposos o niños. Si considera tal reacción como anormal
e inaceptable, puede ocasionar un sentimiento de culpabilidad.
Malestar
La persona en duelo experimenta, a menudo, desconcierto cuando expresa
su dolor, sobre todo en los hombres pertenecientes a una cultura que asocia
la exteriorización de los sentimientos con un comportamiento femenino. Los
esfuerzos desplegados para rechazar estos sentimientos pueden obstaculizar
el duelo. Es lo que sucede particularmente cuando el desconcierto lleva al
allegado a aislarse, lo que en general, agrava la situación. También puede
suceder que, poco después de la defunción, la persona en duelo se
encuentre a disgusto en su nueva situación: por ejemplo, una viuda que se
sienta incómoda con la compañía de parejas.
Cólera
La cólera es una reacción completamente normal, sin embargo es influida por
una prohibición que la hace más difícil de aceptar. La cólera se dirige con
frecuencia contra los profesionales sanitarios que “fallaron” en su tarea.
-6-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Algunos se enfadan con dios o con el destino y se preguntan por qué les ha
tenido que tocar a ellos. Además, la cólera puede dirigirse hacia el difunto; en
tal caso, el allegado tiene la impresión de haber sido traicionado. Por
ejemplo, una joven viuda que debe sacar adelante a sus niños, quizá sólo
puede reaccionar de ese modo. Contrariamente a la tristeza, la cólera puede
expresarse con sutileza y la mayor parte del tiempo en casa. Por otra parte,
como la cólera se acepta mal por parte de los allegados, la situación se hace
difícil para la persona que la expresa.
Negación
La negación se manifiesta a lo largo del duelo. Este sentimiento aumenta y
luego se reabsorbe gradualmente hasta la aceptación final de la defunción.
Conviene distinguir entre la negación cognitiva o emocional frente a la muerte
del otro y el hecho de guardar un vínculo simbólico con el fallecido. La
negación puede ser interpretada como un intento de guardar un vínculo con el
desaparecido.
D. Aceptación
-7-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
E. Reintegración
4.‐Duelo Patológico
-8-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
-9-
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Durante el duelo son muy frecuentes las ideas de suicidio, aunque pocas
veces estas ideas se llegan a consumar. Hay que valorar, sin embargo, el
duelo como factor de riesgo, e interrogar siempre al paciente acerca de la
ideación suicida. El principal factor de riesgo de suicidio es la pérdida de
una persona significativa en edad temprana. El suicidio sería una forma de
evadirse del dolor del duelo o de reunirse con la persona amada; también
podría ser una expresión de rabia contra Dios o el Mundo, o una forma de
acabar con algo que parece interminable15.
Grupos de riesgo son los viudos con cierta edad, que viven solos o que
se sienten como una carga para el resto de la familia. En las mujeres jóvenes
- 10 -
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Cualquier intento o acto suicida debe ser tenido en cuenta y debemos poner
los medios a nuestro alcance para prevenir su posibilidad: apoyo familiar,
internamiento en casos graves, etc. La primera medida es promover el
acompañamiento continuado.
- 11 -
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
5.2.‐Apoyo y Consejo
Los objetivos específicos tienen que ver con las tareas del duelo, tal y como
las formula Worden17:
- 12 -
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
Utilización de Medicación
- 13 -
Evolución y diagnóstico del duelo normal y patológico Roberto Pereira
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
2.‐ Bowlby, J.: El Apego y la Pérdida. Vol. III, Pérdida. Barcelona. Paidós. 1980.
3.‐ Aries, P.: El hombre ante la muerte en el mundo occidental. Madrid. Taurus. 1977.
4.‐ Pereira, R.: Un aproccio sistémico al lutto. Psicobiettivo, 2006; XXVI, 1: 98‐108.
6.‐ Freud, S.: Obras completas. Madrid. Biblioteca Nueva. pág. 1075. 1967.
7.‐ Bowlby, J.: El Apego y la Pérdida. Vol. II, Separación. Barcelona. Paidós. 1973.
12.‐ Cuendet C.‐L.; Grimaud de Vincenzi A.: Des rituels de deuil : libération pour
les parents, liberation pour les enfants. Thérapie familiale, 2003; 24, 2: 161‐168.
13.‐ Parkes, C.M. y Weiss, R.: Recovery for bereavement. N. York. Basic Books. 1983.
14.‐ Parkes, C.M.: Bereavement. Studies of grief in adult life. Londres. Penguin
Books. 1991.
16.‐ Thomas, L.V.: Rites de mort. Pour la puix des vivants. Paris. Fayard. 1985.
18.‐ Pereira, R.: Duelo: desde el punto de vista individual al familiar. Sistemas
Familiares, 2002; 18, 1‐2: 48‐61.
- 14 -