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ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICAS.

ESCUELA DE DERECHO.

UNIDAD: IV

La Importancia de la Dignidad, el Honor y la Buena fe del Abogado.

ASIGNATURA:

Deontología Jurídica, 2019-3-2-DER327-GV70-1

PARTICIPANTE:

Ángel Antonio Vásquez Fermín (Privado de Libertad)

MATRICULA:

16-8238

FACILITADORA:

Lisbell Peña Persia

PERIODO ACADEMICO:

3er. Cuatrimestre, Septiembre-diciembre, 2019.

FECHA DE ENTREGA:

29 de noviembre del 2019.


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PROVINCIA SANTIAGO, REPUBLICA DOMINICANA.


LA IMPORTANCIA DE LA DIGNIDAD, EL HONOR Y LA BUENA FE
DEL ABOGADO.

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--▪ INDICE ▪--

Introducción……………………………………………………………….………Pág. 4

Objetivos……………………………………………………………………..……Pág. 5

Desarrollo……………………………………………………………………..…..Pág. 6

LA IMPORTANCIA DE LA DIGNIDAD, EL HONOR Y LA BUENA FE DEL


ABOGADO.

 Informe de lectura de la importancia de la dignidad, el honor y la buena fe

del abogado……………………………………………………………….…..Pág.

 Juicio valorativo de la importancia de la dignidad, el honor y la buena fe del

abogado…………………………………………………………….……..Pág. 9

 Los mandamientos del abogado……………………………….……….Pág. 10

 La publicidad del abogado y la importancia de evitar la chicana, en el

ejercicio

profesional…………………………………………………………………Pág. 15

Conclusión………………………………………………………….……..………Pág. 18

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Bibliografías…………………………………………………………......………..Pág. 19

En este trabajo, desglosaremos de una manera minuciosa sobre la Importancia de


la Dignidad, el Honor y la Buena fe del Abogado. Acerca de un juicio valorativo
luego de cotejar la información recabada; los mandamientos del abogado
conforme lo ha establecido la
--▪ INTRODUCCION ▪--
doctrina, de forma que se conozcan los
deberes esenciales que deben adornar a todo profesional del derecho y así
también sobre cómo se maneja la publicidad del abogado y la importancia de
evitar la chicana, en el ejercicio profesional.

La dignidad se explica en mala medida por la autonomía propia del ser humano,
como lo comentan Platón, Giovanni Pico della Mirandola y Kant, pues sólo el que
sabe y puede gobernarse a sí mismo, según un principio racional, resulta "señor
de sus acciones" y en consecuencia, al menos parcialmente, un sujeto libre; al
regular su comportamiento según sus propias normas, ya no es un mero súbdito,
ya no está bajo el dictado de otro, sino que es un ciudadano.

Entendemos que esa autonomía o dignidad es solo un potencial de libertad


respecto a las necesidades e imposiciones naturales o sociales y en la historia
universal del género humano.

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La dignidad se basa en el reconocimiento de la persona de ser merecedora de
respeto, es decir que todos lo merecemos sin importar distinciones. Al reconocer y
tolerar las diferencias de cada persona, para que ésta se sienta digna y libre, se
afirma que la virtud y la propia dignidad del individuo, se fundamenta en el respeto.

General:

 Identificar la Importancia de la Dignidad, el Honor y la Buena fe del


Abogado. .
--▪ OBJETIVOS ▪--
Específicos:

 Presentar un informe de lectura acerca de la importancia de la dignidad, el


honor y la buena fe del abogado.
 Establecer un juicio valorativo luego de cotejar la información recabada.
 Identificar los mandamientos del abogado conforme lo ha establecido la
doctrina.
 Conocer cómo se maneja la publicidad del abogado y la importancia de
evitar la chicana, en el ejercicio profesional.

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1. Realiza un informe de lectura, de no más de tres páginas, considerando:

a. La
--▪ DESARROLLO ▪--

importancia de la dignidad, el honor y


la buena fe del abogado.

De acorde a la importancia de la dignidad, el honor, y la buena fe del abogado se


igualan a su vez lo que son los Deberes sociales del abogado ya que con el paso
del tiempo se comienza a observar que el resultado del proceso judicial no es
extraño al interés, pues en todo proceso se encuentra la aplicación de la ley, o
sea, el respeto de la voluntad colectiva. La sociedad espera que el abogado sea el
sostén de sus instituciones jurídicas.

La moralidad del abogado no se limita al buen ejemplo sino a la acción, al cambio.

La abogacía tiene envuelta la representación realidad civil de la comunidad. Sin


embargo, hoy, ciertos abogados se caracterizan por su interés lucrativo por
encima del interés social. Mientras tanto, nosotros creemos que el abogado debe

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ser un defensor del bien común y de la buena justicia, y que así dirija la conducta
de los pueblos hacia la construcción de un orden social conforme a las
condiciones de un ideal más humano, para lo que deberá despojarse de su
materialismo.

En tal sentido, la dignidad representa la lealtad, la veracidad y buena fe.

El honor, por su parte, representa el respeto a la ley.

La moderación en sus alegatos, representa la publicidad de los asuntos que se le


encomienda, y las defensas gratuitas, etc.

La dignidad

Los deberes esenciales que la profesión de abogado impone a todo Profesional


del derecho, son: la probidad, la independencia, la moderación y la confraternidad.

La Dignidad del Abogado

La dignidad: Es una norma que establece un deber del abogado, es decir una
obligación moral.

La dignidad: Es una excelencia, realce y decoro en la manera de actuar y de


comportarse, tanto en su vida personal como en el ejercicio de su profesión.

Corresponde al abogado que ha mantenido una conducta intachable el mérito de


una persona que merece algo en sentido favorable digno de alabanza.

El abogado que quiere tener la calidad de digno, su conducta no puede ser


censurable, hay que evitar aptitudes pasivas, que lo haga sospechoso de
complicidad. Tiene que evitar los escándalos y las acusaciones de índole personal
y profesional.

La moderación en el comportamiento de tu vida es norma sine qua non para el


mérito y la dignidad.

De modo que el profesional del derecho debe actuar con irreprochable dignidad,
no sólo en el ejercicio de la profesión, sino en su vida privada.

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Su conducta Jamás debe infringir las normas del honor y la delicadeza que
caracteriza a todo Hombre de bien.

La Buena Fe del Abogado

El abogado debe sentirse seguro de que la labor que está ejerciendo es de su


propio agrado, que le llenará su propio ego y le brindará los ingresos necesarios
para poder vivir como tal; es decir, debe tener fe en sí mismo de lo contrario será
siempre un fracasado.

El abogado que no es ético ni moral como hombre, mucho menos lo será como
profesional, por esta razón se debe insistir sobre la enseñanza de la ética
profesional en todas y cada una de las carreras universitarias. Es por lo
precedentemente expuesto que la lealtad, veracidad y buena fe: En el profesional
del derecho, debe ser con una veraz lealtad hacia sí mismo y su cliente en donde
actuará de buena fe, por tanto no aconsejará ningún acto fraudulento ni hará en
sus escritos citas contrarias a la verdad. Por lo que para el profesional del derecho
estará siempre, antes que su propio interés, la justicia de la tesis que defiende.

El Honor del Abogado

El honor: En su vida el profesional del derecho debe cuidar con todo esmero de su
honor, eludiendo cuanto pueda afectar su independencia económica, comprometer
su decoro o disminuir, aunque sea en mínima medida, la consideración general
que debe siempre merecer. Debe por tanto conducirse con el máximo de rigor
moral.

La conducta privada del profesional del derecho se ajustará a las reglas del honor,
la dignidad y el decoro, observando la cortesía y consideración que imponen los
deberes de respeto mutuo entre los profesionales del derecho.

El respeto a la ley

Los profesionales del derecho deben respetar, como también hacer respetar la ley
y las autoridades públicas legalmente constituidas.

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El abogado como auxiliar y servidor de la justicia y colaborador en su
administración, no deberá olvidar que la esencia de su deber profesional consiste
en defender los derechos de su cliente con diligencia y estricta sujeción a las
normas jurídicas y a la ley moral.

En sus alegatos verbales u escritos

El profesional del derecho debe usa de la moderación y la energía adecuadas,


tratando de decir solamente lo necesario para la defensa de los derechos de la
parte que patrocina. Cuando tuviere que criticar los fallos judiciales o los alegatos
de su contrario, deberá abstenerse de toda expresión violenta o sarcástica; y si la
gravedad del caso exige energía en la expresión, deberá, no obstante, abstenerse
de toda vejación inútil y de violencias impropias.

La Honradez de Abogado

Tener honradez es tener calidad de profesional probo, de proceder con rectitud en


los asuntos que se le encomiendan.

El profesional honrado toda la sociedad lo aprecia, lo estima y le tiene respeto por


su dignidad. El abogado que se ha comportado con honradez, en el manejo de los
asuntos de los clientes siempre encontrará demostración de aprecio por su virtud y
mérito.

Quien no tenga respeto y estima de la dignidad propia, no es capaz de luchar y


defender los intereses de la sociedad.

La conducta del abogado debe caracterizarse por el pudor, la honestidad y el


rescato de la persona y la profesión. Hay una vieja expresión que dice: “el que
quiera honra, que la gane”. Esta expresión se usa para responder a las
murmuraciones de la gente.

El abogado que no es honrado permite silenciar las irregularidades en que


incurren los clientes, los secretarios, empleados de los tribunales, abogados y
magistrados.

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Las conductas censurables de los jueces, colegas hay que combatirlas, es una
norma de moralidad, es un deber. No es honrado el abogado que permite que
usen sus servicios y su nombre por personas o buscones que se hacen pasar por
abogados y que no tiene título ni exequátur. La moralidad del abogado queda
afectada, por falta de honradez cuando suscribe escritos que no haya intervenido.

Todo profesional del derecho debe entender que por su honradez lo califican y si
la quiere tener como estima y símbolo, gánatela, actuando y procediendo con
rectitud en todo el proceder de la vida.

b. Emitir un juicio valorativo luego de cotejar la información recabada.

En este espacio podemos resaltar que la dignidad de un abogado es lo más


fundamental de esta profesión, ya que de esta misma se deriva lo que es la moral,
o sea que un abogado sin dignidad, es como un hombre de la época salvaje,
capaz de actuar de manera imprudente, y así, violentando el reglamento de ética
del abogado ya que por tal razón el honor del abogado se iguala a su lealtad al
actuar ante las parte que confiaron en él para tal proceso.

Así también es bueno resaltar que la prenda más bella y de más alto valor que
debe aspirar un abogado es la honestidad. Es un atributo de recto proceder de
toda persona, tiene elementos vivos de decencia, decoro, compostura y modestia.

Un profesional de derecho actúa con buen comportamiento, con humildad y


moderación, desechando la arrogancia.

Para ser honesto basta que tenga el deseo y la convicción de quererlo, solo tiene
que ser ecuánime, justo y razonable.

Anhelar ser honesto consigo mismo, con tus clientes y con la sociedad en general
y será libre en tu vida y en tu profesión, y obtendrá satisfacción personal y
tranquilidad espiritual.

Un abogado es un hombre decente, decoroso, rescatado, pudoroso, razonable,


justo y honrado, actúa con probidad y comedimiento, cortés y disciplinado.

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Finalmente podemos decir que las acciones deshonrosas tanto en lo personal
como en el ejercicio de la profesión, desprestigia tu trayectoria en el camino de la
vida y de la profesión. Por lo que no te dejes sobornar por nada ni por nadie,
mantén una recta orientación ética y gozará de prestigio, el profesional del
derecho no debe seguir los pasos de lo que nada bueno le ofrecen, para no ser
motivo de cuestionamientos, hoy más que nunca nuestra sociedad necesita de
profesionales honestos, dignos, capaces y comprometido consigo mismo para
para mejor la salud de la patria.

c. Describe los mandamientos del abogado conforme lo ha establecido la


doctrina, de forma que se conozcan los deberes esenciales que deben
adornar a todo profesional del derecho.

MANDAMIENTOSDEL PROFESIONAL DEL DERECHO

1. Estudia: El Derecho se transforma constantemente. Si no sigues sus pasos


serás cada día un poco menos Abogado.
2. Piensa: El Derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.
3. Trabaja: La Abogacía es una ardua fatiga puesta al servicio de la Justicia.
4. Lucha: Tu deber es luchar por el Derecho, pero el día que encuentres en
conflicto el Derecho con la Justicia, Lucha por la Justicia.
5. Se Leal: Leal para con tu cliente, al que no debes abandonar hasta que
comprendas que es indigno de ti. Leal para con el adversario, aun cuando
él sea desleal contigo. Leal para con el Juez, que ignora los hechos y debe
confiar en lo que tú dices, y que en cuanto al Derecho, alguna que otra vez,
debe confiar en el que tú le invocas.
6. Tolera: Tolera la verdad ajena en la misma medida en que quieres que sea
tolerada la tuya.
7. Ten Paciencia: El tiempo se venga de las cosas que se hacen sin su
colaboración.
8. Ten Fe: Ten fe en el Derecho, como el mejor instrumento para la
convivencia humana, en la Justicia, como destino normal del Derecho, en la

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paz, como substitutivo bondadoso de la Justicia, y sobre todo, ten fe en la
libertad, sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz.
9. Olvida: La abogacía es una lucha de pasiones. Si en cada batalla fueras
cargando tu alma de rencor, llegará un día en que la vida será imposible
para ti. Concluido el combate, olvida tan pronto tu victoria como tu derrota.
10. Ama tu Profesión: Trata de considerar la abogacía de tal manera que el
día en que tu hijo te pida consejo sobre tu destino, consideres un honor
para ti proponerle que se haga Abogado.

Ten fe en la libertad sin la cual no hay derecho, ni justicia, ni paz. Cada ser
humano es libre en manejarse en la vida con una conducta digna de ser un
ejemplo a seguir respetándose y respetando al prójimo, manteniendo siempre un
nivel de equilibrio en sus pensamientos y en sus acciones. Dando prioridad
absoluta a la justicia a la moral y las buenas costumbres. Quedará en la
conciencia de cada abogado velar por el cumplimiento fiel y leal de las leyes,
omitiendo el poder que su conocimiento implican y sin sacar provecho de este
noble título para enriquecerse a costa de otros así que también denunciando a
aquellos que así lo hicieren.

Deberes de los Profesionales

1. Observar la Constitución Política y la ley.

2. Defender y promocionar los Derechos Humanos, entendidos como la


unidad integral de derechos civiles y políticos, económicos, sociales y
culturales y de derechos colectivos, conforme a las normas constitucionales
y a los tratados internacionales ratificados por Colombia.

3. Conocer, promover y respetar las normas consagradas en este código.

4. Actualizar los conocimientos inherentes al ejercicio de la profesión.

5. Conservar y defender la dignidad y el decoro de la profesión.

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6. Colaborar leal y legalmente en la recta y cumplida realización de la
justicia y los fines del Estado.

7. Observar y exigir mesura, seriedad, ponderación y respeto en sus


relaciones con los servidores públicos, colaboradores y auxiliares de la
justicia, la contraparte, abogados y demás personas que intervengan en los
asuntos de su profesión.

8. Obrar con lealtad y honradez en sus relaciones profesionales. En


desarrollo de este deber, entre otros aspectos, el abogado deberá fijar sus
honorarios con criterio equitativo, justificado y proporcional frente al servicio
prestado o de acuerdo a las normas que se dicten para el efecto, y
suscribirá recibos cada vez que perciba dineros, cualquiera sea su
concepto.

Asimismo, deberá acordar con claridad los términos del mandato en lo


concerniente al objeto, los costos, la contraprestación y forma de pago.

9. Guardar el secreto profesional, incluso después de cesar la prestación de


sus servicios.

10. Atender con celosa diligencia sus encargos profesionales, lo cual se


extiende al control de los abogados suplentes y dependientes, así como a
los miembros de la firma o asociación de abogados que represente al
suscribir contrato de prestación de servicios, y a aquellos que contrate para
el cumplimiento del mismo.

11. Proceder con lealtad y honradez en sus relaciones con los colegas.

12. Mantener en todo momento su independencia profesional, de tal forma


que las opiniones políticas propias o ajenas, así como las filosóficas o
religiosas no interfieran en ningún momento en el ejercicio de la profesión,
en la cual sólo deberá atender a la Constitución, la ley y los principios que la
orientan.

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13. Prevenir litigios innecesarios, inocuos o fraudulentos y facilitar los
mecanismos de solución alternativa de conflictos.

14. Respetar y cumplir las disposiciones legales que establecen las


incompatibilidades para el ejercicio de la profesión.

15.Tener un domicilio profesional conocido, registrado y actualizado ante el


Registro Nacional de Abogados para la atención de los asuntos que se le
encomienden, debiendo además informar de manera inmediata toda
variación del mismo a las autoridades ante las cuales adelante cualquier
gestión profesional.

16. Abstenerse de incurrir en actuaciones temerarias de acuerdo con la ley.

17. Exhortar a los testigos a declarar con veracidad los hechos de su


conocimiento.

18. Informar con veracidad a su cliente sobre las siguientes situaciones:

a) Las posibilidades de la gestión, sin crear falsas


expectativas, magnificar las dificultades ni asegurar un
resultado favorable;

b) Las relaciones de parentesco, amistad o interés con la


parte contraria o cualquier situación que pueda afectar su
independencia o configurar un motivo determinante para la
interrupción de la relación profesional;

c) La constante evolución del asunto encomendado y las


posibilidades de mecanismos alternos de solución de
conflictos.

19. Renunciar o sustituir los poderes, encargos o mandatos que le hayan


sido confiados, en aquellos eventos donde se le haya impuesto pena o
sanción que resulte incompatible con el ejercicio de la profesión.

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20. Abstenerse de aceptar poder en un asunto hasta tanto no se haya
obtenido el correspondiente paz y salvo de honorarios de quien venía
atendiéndolo, salvo causa justificada.

21. Aceptar y desempeñar las designaciones como defensor de oficio. Sólo


podrá excusarse por enfermedad grave, incompatibilidad de intereses, ser
servidor público, o tener a su cargo tres (3) o más defensas de oficio, o que
exista una razón que a juicio del funcionario de conocimiento pueda incidir
negativamente en la defensa del imputado o resultar violatoria de los
derechos fundamentales de la persona designada.

Deberes Sociales

La función social de la Abogacía exige establecer unas normas


deontológicas para su ejercicio. A lo largo de los siglos, muchos han sido
los intereses confiados a la Abogacía, todos ellos trascendentales,
fundamentalmente relacionados con el imperio del Derecho y la Justicia
humana.

Y en ese quehacer que ha trascendido la propia y específica actuación


concreta de defensa, la Abogacía ha ido acrisolando valores
salvaguardados por normas deontológicas necesarias no sólo al derecho de
defensa, sino también para la tutela de los más altos intereses del Estado,
proclamado hoy como social y democrático de Derecho.

Como toda norma, la deontológica se inserta en el universo del Derecho,


regido por el principio de jerarquía normativa y exige, además, claridad,
adecuación y precisión, de suerte que cualquier modificación de hecho o de
derecho en la situación regulada, obliga a adaptar la norma a la nueva
realidad legal o social.

Durante siglos, los escasos cambios operados en las funciones del


Abogado y en la propia sociedad motivaron reducidas modificaciones en
unas normas deontológicas que venían acreditándose eficaces para la alta
función reservada al Abogado, casi siempre motivadas por drásticas

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convulsiones sociales, pero que terminaron devolviendo al Abogado su
función y la normativa deontológica con que la desempeña.

Es a partir de la segunda mitad del siglo XX, desde el momento en que los
Estados decididamente consagran la dignidad humana como valor supremo
que informa todo el ordenamiento jurídico, cuando la función del Abogado
alcanza su definitiva trascendencia, facilitando a la persona y a la sociedad
en que se integra, la técnica y conocimientos necesarios para el consejo
jurídico y la defensa de sus derechos.

De nada sirven éstos si no se provee del medio idóneo para defender los
que a cada cual le corresponden.

d. Describe cómo se maneja la publicidad del abogado y la importancia de


evitar la chicana, en el ejercicio profesional.

La publicidad: es el alza de la justicia.

Este principio es el que le da naturaleza al proceso acusatorio, la caracteriza le da


transparencia al juicio acusatorio, lo caracteriza le da transparencia al juicio,
muestra a la comunidad el contenido de la imputación, la defensa del imputado,
los derechos de las demás partes envueltas en el debate y la actuación del Estado
a través del juez o jueces, en su función jurisdiccional y el ministerio Público o
Fiscal que dirige la acusación y permite el control de la sociedad sobre los órganos
jurisdiccionales.

Resulta indiscutible que los abogados hacemos frecuentemente publicidad y que


siempre investigamos los medios más ingeniosos para crear de modo discreto y
de modo tal que nadie se percate; sin embargo, los métodos utilizados son tan
obvios que al final resultan mensajes muy confusos para el consumidor de
servicios legales.

En tal sentido, iniciamos nuestra reflexión mostrando que la publicidad de los


servicios legales y de abogados, soberanamente de que sea no ética ejecutar, no
es un acto ilegal y en estricto término legal no se encuentra prohibida; es más, en

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supuesto que se decida hacerla debe ser analizada de acuerdo a lo establecido
por las normas que regulan la publicidad y la competencia.

Entendemos que los consumidores de servicios legales tienen el derecho


invariable de contar con información respecto de los servicios que van a contratar,
la especialidad del abogado, los grados académicos que posee, la experiencia en
el manejo de casos que pretende encomendar, quienes son sus clientes y demás
asuntos que puedan ser determinantes para que sus procesos de consumo sean
acertados.

Cuando una persona pide los servicios de un abogado es porque está en una
situación de dificultad y espera que ese profesional le solucione o por lo menos
haga su mayor esfuerzo para lograr resultados positivos.

Lastimosamente hay muchos abogados que se aprovechan de esas situaciones y


lo que hacen es complicarle más la situación al cliente utilizando diferentes tipos
de artimañas.

Algunos abogados solo se preocupan por el dinero que les pagan los clientes y no
hacen un buen uso de los mejores recursos jurídicos para tratar de obtener
buenos resultados para sus representados.

Opino que los abogados que mienten a los representados ya sea no sustentando
bien desde el punto de vista jurídico un expediente, muchos dejan caer los casos
por no respetar los plazos, hacen acuerdos o transacciones por no litigar en los
tribunales, otros llegan a acuerdos con la parte contraria etc.

Si bien es cierto que el colegio de abogados tiene un departamento que sanciona


esas malas prácticas, las mismas no son muy conocidas por la población y
también, en mi opinión, las sanciones aplicables son muy leves.

La importancia de evitar la chicana, en el ejercicio profesional.

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El profesional del derecho debe ser una persona íntegra con valores y principios
claro para con su carrera y sus clientes, debe ejerce su ejercicio de una manera
clara y respetando los principios y la misma ley.

Si bien es cierto a los profesionales del derecho de hoy en día se le denota como
chicana en el ejercicio de su profesión porque algunos irrespeta su investidura ya
que le prometen cosas a sus clientes que saben que no podrán lograrlo, también
incurren en charlatanerías en no cumplir ni siguiera con la asistencia a una simple
audiencia, es lamentable pero se dan ese tipo de situaciones en esos
profesionales del derecho que hoy en día son denominados como chicanas.

Este término de chicana (Artimaña, subterfugio o cualquier procedimiento


malicioso de que se vale una parte para dilatar un procedimiento o trámite judicial),
se le ha otorgado a aquellos profesionales del derecho que son irresponsables en
todo el sentido de la palabra y que la condición en que se envuelven para realizar
su carrera no plasman un cambio para quietar esta grieta que se abrió en el
derecho.

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--▪ CONCLUSION ▪--

Al finalizar este trabajo hemos sentido la satisfacción del deber cumplido en el


desarrollo sobre la Importancia de la Dignidad, el Honor y la Buena fe del
Abogado.

Es importante tomar en cuenta que el profesional del derecho necesita tener el


conocimiento y la experiencia en el litigio para ofrecerle a su representado una
disyuntiva válida conforme a la legalidad. Por tal motivo debe hacer conciencia si
desea iniciar o no el procedimiento encomendado. En la actualidad la abogacía
como profesión ha decaído como prestigio; al abogado se le acredita por ser
irresponsable, usurero por cobrar honorarios muy costosos por el litigio realizado
incluso no terminado. Punto importante del deber ético del abogado es el
salvaguardar los documentos, bienes muebles, bienes inmuebles y la vida privada
de sus clientes.

Por otro lado, estamos frente a la falta de ética profesional del abogado negligente
y, en concreto, el daño denominado "a profesional pudiendo detectar distintos
procederes de algunos legistas en el procedimiento; el abogado carente de ética
es el que, con el fin de evitar un juicio, decide abordar cualquier precio o arreglo
con la contraparte provocándole en ocasiones un prejuicio al cliente dando como
resultado un encausamiento legal dudoso. Encontramos también al abogado
negligente, que al no estar preparado para un juicio en concreto, realiza acciones
inadecuadas provocando la afectación del cliente. No obstante debemos
reconocer al abogado profesional, el que se interesa en las pretensiones de su
cliente, y lo representa todo el procedimiento; tomando en cuenta que pone
atención a los fundamentos de la contraparte resultando en la mayoría de los
casos un juicio favorable para su defendido.

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--▪ BIBLIOGRAFIAS ▪--

BASICA:

 Del Orbe B. Alejandro Sócrates. Deontología Jurídica. Ediciones


Fundación Hombre y Universo. 2007.

COMPLEMENTARIA:

 Alcántara Juan Félix, Manual de Ética Profesional, Ediciones UAPA.


Santiago de los Caballeros, r. D. 2003.
 Osorio Ángel, El Alma de la Toga.
 Código de Ética del Colegio de Abogados de la R. D.
 Los Mandamientos del Abogado , Eduardo J. Couture.

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