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19    Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho, y de cómo había matado a

espada a todos los profetas. 2  Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan
los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno
de ellos. 3  Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que
está en Judá, y dejó allí a su criado.

a. Acab dio a Jezabel la nueva de todo lo que Elías había hecho: El reporte llegó como un
gran golpe a este campeón adoración de Baal y Astarot en Israel. Ella tenía en muy alta
estima a estos sacerdotes que ella los mantenía de la tesorería real – y ahora habían
muerta por la mano de Elías.

b. Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto
tu persona como la de uno de ellos : Jezabel escuchó todo lo que Elías había hecho,
abarcando la gran confrontación en el Monte Carmelo. Pero aún su respuesta no fue para
decir, “El silencio de Baal y el fuego de Yahveh prueba que estoy equivocada y que Yahveh
es Dios.” En lugar ella respondió con un voto de matar en 24 horas al hombre que expuso
la mentira de la adoración a Baal, y que demostró la gloria de Yahveh.

1. “Él probablemente pensaba que el milagro en el Carmelo hubiera sido los medios de
hacer efectiva la conversión de toda la corte y del país, pero, al hallarse en el error, él se
desalienta en gran manera.” (Clarke)

c. Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba:
No podemos decir con seguridad si esto era Dios conduciéndole o no. Está claro que Dios
quería proteger a Elías, pero no podemos decir si Dios quería protegerle en Jezreel o
protegerle al sacarle de Jezreel. Sin embargo, Elías fue como 80 millas hacia al sur hacia
Beerseba.

1. “Probablemente Elías había estado en la la mano de Jezabel. Si ella realmente quería


ver muerto a Elías, ella seguramente le hubiera aprehendido sin advertencia y lo
hubiera matado. Lo que ella deseaba era que Elías y su Dios fueran desacreditados
delante de los nuevos convertidos que habían ayudado a Elías al ejecutar a los profetas
de Baal.” (Patterson y Austel)

2. “Elías fracasó en el mismo punto en el cual él era más fuerte. En la Escritura, está el
hombre más sabio que comprueba que es el más necio; y justamente como el hombre
más manso, Moisés habló palabras apresuradas y amargas. Abraham falló en su fe, y
Job en su paciencia; así, quien era el más valiente de todos los hombres, huyó de una
mujer enojada.” (Spurgeon)

Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando

morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
2. (4) La depresión de Elías.

a. Y él se fue por el desierto un día de camino: Más allá de la distante ciudad de Beerseba,
Elías se aisló a si mismo aún más.

b. Deseando morirse: Este poderoso varón de oración – lo suficientemente poderoso para hacer
que la lluvia y el rocío se detuvieran por tres años y medio, y después lo suficientemente
poderoso para hacer que comenzara de nuevo con su oración – ahora oraba deseando morirse.

1. Agradecidamente, esta oración no fue contestada para Elías. De hecho, ¡Elías fue uno de los
pocos hombres en la Biblia que jamás murió! Nos podemos imaginar que mientras que él fue
encontrado en el cielo, él sonrió y pensó en esta oración – y el bendito no que contestó su
oración. El recibir un no como respuesta de parte de Dios puede ser mejor que recibir un sí por
respuesta.

c. Basta ya: Sentimos que Elías quiso decir, “Ya no puedo hacer esto más Señor.” El trabajo era
estresante, agotador, y parecía que no lograba nada. La gran obra en el Monte Carmelo no
resultó en un reavivamiento nacional duradero o el volverse hacia Jehová.

i. “Elías dijo, ‘Basta ya,’ pero aún no era suficiente aún para su propio deleite, pues el Señor tenía
más bendiciones en el almacén para él . . . Fue así con Elías, pues él estaba a punto de tener esa
maravillosa revelación de Dios en el Monte Horeb. Él tenía más por disfrutar, y la vida posterior
de Elías parece ser la de uno de una apacible comunión con su Dios; al parecer él jamás vuelve a
tener un desvanecimiento

d. Oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres: Cuando Elías examinó el
aparente fracaso de su obra, él, de manera instintiva, puso la culpa en su propia indignidad. Era
porque él era un pecador, así como el resto de sus antepasados, que la obra pareció fracasar.

B. El ministerio de Dios hacia el Elías desesperado.

1. (5-8) Dios ministra las necesidades físicas de Elías.

Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo:

Levántate, come. 6  Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y
una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse. 7  Y volviendo el ángel de Jehová la
segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta. 8  Se levantó, pues, y
comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta
Horeb, el monte de Dios.
a. Echándose debajo del enebro, se quedó dormido: Físicamente hablando, él necesitaba
descanso y refrigerio. Dios le dio descanso debajo del enebro, y proveyó milagrosamente
alimentos para el refrigerio.

i. Dios primero ministró las necesidades físicas de Elías. Esto no es siempre Su orden, pero las
necesidades físicas son importantes. Algunas veces, la cosa más espiritual que una persona puede
hacer es solamente el tomar el suficiente descanso y refrigerio.

b. Comió y bebió, y volvió a dormirse: Elías recibió este descanso y refrigerio en repetidas
ocasiones de parte de Jehová. Una rápida siesta y una comida rápida no eran suficientes.

i. “Antes de entrar en comunión con él, la cual era por la corrección de su falsa actitud de temor,
Él le ordenó que comiera, ministrando así a su debilidad física.” (Morgan)

ii. “El espíritu necesita ser alimentado, y el cuerpo también necesita alimento. No olviden estos
asuntos; parecieran para algunas personas que no debería de mencionar tales cosas pequeñas
como la comida y el descanso, pero estos pudieran ser los primeros elementos que realmente
ayudan a un pobre siervo de Dios deprimido.” (Spurgeon)

iii. “Fue muy cortés de parte de Dios el tratar esto con su siervo. Podríamos haber esperado una
reprensión o protesta, rencilla o castigo; pero a duras penas hubiéramos esperado un tato tan
amoroso y gentil como éste.” (Meyer)

c. Levántate y come, porque largo camino te resta: Dios envió a Elías a un viaje de 200 millas,
40 días, hacia el Monte Horeb, también conocido como el Monte Sinaí. Esto muestra que Dios no
demandó una recuperación inmediata de Elías. Él permitió que el profeta tuviera un tiempo para
recuperarse de su depresión espiritual.

i. “El viaje de cuarenta días de Elías no esta sin significado. Así es, un viaje directo desde Beerseba
hubiera requerido un poco más de un cuarto de ese tiempo. Por lo tanto, el periodo es de
propósito simbólico. Como los hijos de Israel tuvieron un notable fracaso espiritual, y tuvieron
que vagar cuarenta años en el desierto, así un Elías derrotado debía pasar cuarenta días en el
desierto.”

2. (9-10) Dios permite que Elías desahogue sus frustraciones.

Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo:

¿Qué haces aquí, Elías? 10  El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos;
porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a
tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.

a. Se metió en una cueva : Literalmente, el Hebreo en definitiva esta describiendo una cueva. “La
cueva pudo bien ser la específica ‘hendidura de la peña’ donde Dios se apareció a Moisés (Éxodo
33:22) en lugar una ‘región de cuevas’ genérica.” Además en dicho lugar, fue cuando Dios
permitió a Moisés ver su espalda

b. ¿Qué haces aquí, Elías? Dios sabía la respuesta de esta pregunta, pero le hacía bien a Elías el
hablar con Jehová libremente y el desahogar su corazón.

i. “Dios tiene maneras de enseñarnos a todos nosotros en nuestros huesos y en nuestra carne,
pero él especialmente sabe como hacer esto con aquellos de los cuales él pone cualquier honor
en su servicio.

c. He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos: Elías protestó con Dios, “Te he
servido fielmente y ahora mira el peligro en el cual esto.” Para Elías – y muchos siervos de Dios
desde entonces – parecía injusto que un fiel siervo de Dios debiera ser hecho para sufrir.

d. Sólo yo he quedado: Esto no era certero, pero reflejaba como se sentía Elías. Aún atrás, en la
confrontación en el Monte Carmelo, Elías dijo Sólo yo he quedado profeta de Jehová (1 Reyes
18:22). Tiempos desalentadores hace que los siervos de Dios se sientan más aislados y solos de lo
que están.

e. Sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida: De una manera extraña, las
razones que Elías dio eran en realidad razones importantes para que él quedara con vida. Si él en
realidad era el último profeta o creyente vivo, ¿no debería de buscar el vivir el mayor tiempo
posible? Si los enemigos de Dios, como Jezabel, le querían muerto, ¿no debería de buscar él el
derrotar su malvada voluntad? Elías aquí poderosamente mostró la naturaleza irrazonable de
incredulidad y temor.

3. (11-12) Dios se muestra a Si mismo a Elías.

11 
El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un
grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero
Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.
12 
Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible
y delicado.

a. Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová: Dios sabía lo que el deprimido y
desalentado Elías necesitaba. Él necesitaba un encuentro personal con Dios. No había nada
fundamentalmente mal con la teología de Elías, pero en el momento había algo que faltaba en su
experiencia.
b. He aquí Jehová que pasaba: Dios trajo Su presencia ante Elías, pero primero para mostrar
donde Él no estaba. El Señor no estaba en el viento, Él no estaba en el terremoto, Él no estaba en
el fuego. Como muchos otros, Elías probablemente solo buscaba a Dios en manifestaciones
dramáticas. Ciertamente, Dios algunas veces aparece de tales maneras, pero Él a menudo aparece
en ambientes menos dramáticos.

i. “Esta misma lección debe de ser aprendida una y otra vez por todos nosotros: repitámosla, ‘No
por espada, ni por ejercito, sino por mi Espíritu, dice el Señor.’

c. Tras el fuego un silbo apacible y delicado: Este último fenómeno era un marcado contraste
hacia las previas manifestaciones. Dios en realidad se encontró con Elías en el callado silbido de
una voz, en lugar del fenómeno del terremoto que antes se había ido.

i. Wiseman llama silbo apacible una voz apacible.

Muchas veces tenemos tanto ruido alrededor que no podemos escuchar ese silbido apacible

iii. Elías quizás pensó que la demostración dramática de poder en el Monte Carmelo haría que la
nación diera un giro. O quizás él pensó que la demostración radical del juicio de Dios en contra
de los sacerdotes de Baal, seguida por la vindicación en el Monte Carmelo, cambiaría los
corazones de la nación. Nada de esto funcionó. Este ejemplo es importante para los ministros
Cristianos, especialmente los predicadores, hoy en día. Muestra que demostraciones de poder y
el predicar la ira de Dios no necesariamente cambian los corazones. En lugar, el silbo apacible de
Dios hablando al corazón humano es en realidad más poderoso que las demostraciones externas
de poder o demostraciones del juicio de Dios.

4. (13-15) Después de este ministerio, Dios le da a Elías trabajo para hacer.

Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y
13 

he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? 14  El respondió: He sentido un vivo celo
por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus
altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la
vida. 15  Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y
ungirás a Hazael por rey de Siria.

a. Cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva: Inmediatamente


Elías sintió que Dios estaba presente en el silbo apacible de una manera en la cual Él no estaba en
los fenómenos anteriores y más dramáticos. Debido a que el sintió la presencia especial de Dios,
Elías inmediatamente se humilló a si mismo cuando él cubrió su rostro con su manto.

i. “A través del horror y temor de la presencia de Dios, al ser sensible de que él no era ni digno ni
capaz de soportar la vista de Dios con el rostro descubierto.” (Poole)
ii. “El primero cubrió su rostro con su manto – — él se volvió dominado e impactado con
admiración – lleno de reverencia. ¡Oh! Es una gran cosa cuando un pecador esta dispuesto a
cubrir su rostro cuando él esta confundido, y dice, ‘No puedo defender mi causa; soy culpable.’
Sabemos que si en nuestros estrados un hombre se declara culpable, él es castigado; pero en el
propiciatorio del evangelio, cualquiera que se declara culpable es perdonado. Cubre tu rostro.”
(Spurgeon)

b. ¿Qué haces aquí, Elías? Dios le hizo la misma pregunta a Elías – y recibió la misma respuesta –
como en 1 Reyes 19:9-10. Había algo útil para Elías en esta pregunta y en el proceso de la
respuesta.

c. Ve, vuélvete por tu camino . . . ungirás a Hazael por rey de Siria: Dios le dio a Elías algo por
hacer. Él necesitaba una tarea en la cual enfocarse, para que evitara una excesiva introspección. Él
necesitaba parar de verse a si mismo y a sus propias circunstancias (difíciles). Él necesitaba seguir
con lo que Dios quería que él hiciera.

i. “Luego el Señor hizo lo que quizás era lo mejor de todo para Elías, él le dio algo de trabajo por
hacer. Él le envió hacia los negocios de su Amo otra vez; y les garantizo que, cuando Elías regresó
a ese camino, iba con un paso muy diferente que el que lo trajo hacia Beerseba. Él había ido
angustiado y aterrorizado; pero ahora él regresa con la majestad que le pertenece al Tisbita, él ya
no tiene más temor de Jezabel.” (Spurgeon)

5. (16-18) Más seguridad para Elías.

A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola,
16 

ungirás para que sea profeta en tu lugar. 17 Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo
matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18 Y yo haré que queden en
Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.

a. A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel: Dios tenía más trabajo que Elías debía
hacer. Él también demostraría la elección de Dios sobre Jehú para ser el rey que suceda al
corrupto Acab y a su mujer Jezabel.

b. Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar: Dios le dio
algo más al profeta desalentado y deprimido, más que trabajo por hacer. Él también le dio un
amigo y sucesor.

i. Elías necesitaba un amigo; el núcleo de su queja delante de Dios era que él estaba solo. Dios le
hizo saber que había un hombre listo para aprender del gran profeta, y ser su discípulo y
compañero.

ii. Elías también necesitaba esperanza, y ya que Eliseo podía ser levantado como un sucesor del
cargo profético de Elías, Elías entonces sabía que su obra continuaría aún después de su muerte.
c. Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de
Jehú, Eliseo lo matará: Esta era otra fuente de aliento para Elías. Con esta promesa, que al final la
justicia sería hecha, y Dios no permitiría la persecución institucionalizada de la idolatría se fuera
sin castigo.

d. Yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal: Este era el
aliento final hacia Elías. Él en repetidas ocasiones se lamentó de que él estaba solo de entre los
verdaderos seguidores de Dios (1 Reyes 18:22, 19:10, y 19:14). Esto le aseguró a Elías que él no
estaba solo, y que su obra como profeta en sí había sido fructífera.

i. Esto le mostró a Elías que su ministerio silencioso a través de los años en realidad llevó más
fruto que el ministerio espectacular en el Monte Carmelo. “Pero, mientras que esa vil idolatría se
propagaba en Israel, la adoración al Dios verdadero estaba siendo retenida por siete mil almas
fieles, aunque Elías no sabía que había alguien más aparte de él. ¿Cómo fueron ganados para
Jehová? Ciertamente no por la impresionante demostración de Elías en la cima del Carmelo, pues
eran fieles al Señor antes de eso . . . El silbo apacible había estado haciendo por Israel lo que Elías
no podía hacer.” (Spurgeon)

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