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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Facultad de Farmacia

Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica

La Historia de la Farmacia
Cubana decimonónica
TESIS DOCTORAL

PROGRAMA DE TERCER CICLO FARMACIA, CIENCIAS DEL MEDICAMENTO

Y ATENCIÓN FARMACÉUTICA

DIRECTORES:

ESTEBAN MORENO TORAL

ANTONIO RAMOS CARRILLO

DOCTORANDO:

José Manuel González de la Peña Puerta

SEVILLA, SEPTIEMBRE DE 2015

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Facultad de Farmacia

Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica

ESTEBAN MORENO TORAL, Doctor en Farmacia y Profesor Titular del Departamento de


Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de
Sevilla, y ANTONIO RAMOS CARRILLO, Doctor en Farmacia y Profesor Contratado
Doctor del Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Facultad de
Farmacia de la Universidad de Sevilla,

CERTIFICAN que la memoria de investigación titulada La Historia de la Farmacia


Cubana decimonónica, elaborada por el Licenciado en Farmacia Don José Manuel
González de la Peña Puerta ha sido realizada bajo su dirección y reúne los requisitos
para su defensa pública ante el tribunal que ha de juzgarla.

Y para que conste a los efectos oportunos firmamos en Sevilla,

a 5 de octubre de 2015

Prof. Dr. Esteban Moreno Toral Prof. Dr. Antonio Ramos Carrillo

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Facultad de Farmacia

Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica

MARÍA LUISA GONZÁLEZ RODRÍGUEZ, Directora del Departamento de Farmacia y Tecnología


Farmacéutica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Sevilla,

CERTIFICA que la memoria de investigación titulada La Historia de la Farmacia


Cubana decimonónica , elaborada por el Licenciado en Farmacia Don José Manuel
González de la Peña Puerta ha sido dirigida por los Doctores Esteban Moreno
Toral y Antonio Ramos Carrillo, habiéndose realizado en este departamento, cumpliendo con
todas las normas vigentes.

Sevilla, 5 de octubre de 2015

Dra. María Luisa González Rodríguez

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................. 8
2. CAPÍTULOS ........................................................................................................................ 14
2.1. CAPÍTULO PRIMERO: LA CUBA DEL S.XIX....................................................... 15
2.2. CAPÍTULO SEGUNDO: LA SANIDAD CUBANA DECIMONÓNICA. ............... 28
2.2.1. JUNTA DE VACUNACIÓN. ..................................................................................... 30
2.2.2. JUNTAS SUPERIOR, PROVINCIALES Y LOCALES DE SANIDAD. ...................... 31
2.2.3. JUNTAS GENERAL Y MUNICIPALES DE BENEFICENCIA Y CARIDAD. ........... 33
2.2.4. LAS REALES JUNTAS SUPERIORES GUBERNATIVAS DE MEDICINA, CIRUGÍA
Y FARMACIA. ........................................................................................................... 35
2.2.5. SISTEMAS DE SANIDAD EN CUBA........................................................................ 36
2.2.6. BOTICAS Y BOTICARIOS ........................................................................................ 39
2.2.6.1. EL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA HABANA ............................ 56
2.2.7. HOSPITALES Y ASISTENCIA SANITARIA. ............................................................. 62
2.2.8. LA FARMACIA EN LOS HOSPITALES MILITARES ............................................... 70
2.3. CAPÍTULO TERCERO: APORTACIÓN ESPAÑOLA A LA FARMACIA
CUBANA DECIMONÓNICA. ............................................................................................. 75
2.3.1. LA REGULACIÓN DE LA SANIDAD: EL REAL TRIBUNAL DEL
PROTOMEDICATO (1711 – 1833). ......................................................................... 76
2.3.2. LA REAL JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE FARMACIA. ........................... 78
2.3.3. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Y LOS ESTUDIOS DE FARMACIA. ............ 92
2.3.4. ALGUNOS DATOS DE LA FACULTAD DE FARMACIA DE LA UNIVERSIDAD
DE LA HABANA. .................................................................................................... 128
2.3.4.1. ALUMNOS MATRICULADOS EN LA FACULTAD DE FARMACIA. 1880-
1899…… ................................................................................................................... 128
2.3.4.2. ALUMNOS QUE RECIBIERON EL GRADO DE LICENCIADO. 1833-
1899… ....................................................................................................................... 129
2.3.4.3. ALUMNOS QUE RECIBIERON EL GRADO DE DOCTOR. 1833-1899. .. 131
2.3.4.4. CUADRO DE ENSEÑANZA PARA EL CURSO DE 1868 A 1869. ............ 133
2.3.4.5. CUADRO DE ENSEÑANZA PARA EL CURSO DE 1871 A 1872. ............ 134
2.3.4.6. BREVE BIOGRAFÍA DE ALGUNOS PROFESORES DE LA FACULTAD
DE FARMACIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA. ............................... 135
2.3.4.7. HOJA DE SERVICIOS DE JOAQUIN LASTRES Y JUIZ ........................... 144
2.3.5. LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS, Y NATURALES DE LA
HABANA. ................................................................................................................ 154
2.3.5.1. ALGUNOS TEMAS SOBRE MEDICAMENTOS QUE SE DISCUTIERON
EN LA ACADEMIA. ................................................................................................ 160
2.3.6. LAS ORDENANZAS DE FARMACIA DE 1883. ..................................................... 167
2.3.7. PUBLICACIONES SOBRE FARMACIA EN CUBA. .............................................. 172
2.4. CAPÍTULO CUARTO: LA IMPORTANCIA DEL LABORATORIO EN LA
ENSEÑANZA DE FARMACIA EN CUBA. ..................................................................... 176
2.4.1. DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS ELEMENTOS Y OBJETOS DE LABORATORIO.
................................................................................................................................. 178

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2.4.2. CONSIDERACIONES ACERCA DE LA ENSEÑANZA EXPERIMENTAL. ........... 185


2.4.3. ALGUNAS RELACIONES DEL MATERIAL DE LABORATORIO DE LA
FACULTAD DE FARMACIA DE LA HABANA (S.XIX). ........................................ 188
2.5. CAPÍTULO QUINTO: EL JARDÍN BOTÁNICO DE LA HABANA Y LA
ENSEÑANZA DE LA BOTÁNICA. .................................................................................. 205
2.5.1. LOS JARDINES BÓTANICOS COMO INSTITUCIÓN CIENTÍFICA. ................... 206
2.5.2. ANTECEDENTES DEL JARDÍN BOTÁNICO DE LA HABANA............................ 208
2.5.3. FUNDACIÓN DEL JARDÍN BOTÁNICO DE LA HABANA. ................................. 211
2.5.4. LA BOTÁNICA AGRÍCOLA EN EL JARDÍN.......................................................... 218
2.5.5. EL JARDÍN BOTÁNICO Y LA FARMACIA. ........................................................... 228
2.6. CAPÍTULO SEXTO: UNA COMPARATIVA ENTRE LA FARMACIA CUBANA
Y ESPAÑOLA DEL S. XIX. ............................................................................................... 254
2.6.1. LA FARMACIA EN ESPAÑA EN EL S. XIX. .......................................................... 256
2.6.2. LAS INSTITUCIONES FARMACÉUTICAS ESPAÑOLAS EN CUBA EN EL S.XIX.
................................................................................................................................. 266
2.6.2.1. EL REAL TRIBUNAL DEL PROTOMEDICATO. ....................................... 266
2.6.2.2. LA JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE FARMACIA. ....................... 272
2.6.2.3. LA UNIVERSIDAD: FACULTAD DE FARMACIA. ................................... 278
2.6.2.4. OTRAS INSTITUCIONES CIENTÍFICAS. ................................................... 279
2.6.3. LOS ESTUDIOS DE FARMACIA EN ESPAÑA Y EN CUBA EN EL S.XIX. .......... 281
2.6.3.1. PLANES DE ESTUDIO Y ASIGNATURAS. ................................................ 282
2.6.4. PUBLICACIONES FARMACÉUTICAS. ................................................................. 288
3. CONCLUSIONES .............................................................................................................. 291
4. ÍNDICE DE ILUSTRACIONES....................................................................................... 296
5. APÉNDICES....................................................................................................................... 298
5.1. REGLAMENTO PARA LA DIRECCIÓN Y GOBIERNO DE LA REAL JUNTA
SUPERIOR GUBERNATIVA DE LA FACULTAD DE FARMACIA. .............................. 299
5.2. PETITORIO FORMADO POR LA REAL JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE
LA FACULTAD DE FARMACIA DE LA ISLA DE CUBA ARREGLADO A LA ÚLTIMA
EDICIÓN DE LA FARMACOPEA ESPAÑOLA. (1834). ................................................... 342
5.3. ORDENANZAS PARA EL EJERCICIO DE LA PROFESIÓN DE FARMACIA Y
COMERCIO DE DROGAS Y PLANTAS MEDICINALES.1883. ...................................... 366
5.4. REFORMAS EN LA FACULTAD DE FARMACIA.1887. ........................................ 402
5.5. DISCURSO DE PRESENTACIÓN Y DE GRACIAS EN LA INVESTIDURA DE
DOCTORA DE MARIA DE JESUS PIMENTEL Y PERAZA. ........................................... 407
5.6. REGLAMENTO DEL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA
HABANA.1880…… ............................................................................................................. 410
6. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................ 422

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1. INTRODUCCIÓN

«Cada día es más imperiosa la necesidad de


estrechar los vínculos de la más sincera amistad
entre España, que llevó la civilización al Nuevo
Mundo que descubrió Colon, y aquellas naciones
que tienen nuestra misma Religión, hablan nuestra
lengua y sienten como nosotros.»

(Torres Lanzas, P.) 1

Han pasado más de 500 años del descubrimiento de América, el Nuevo Mundo, que ha
venido despertando en un gran número de personas de todas las épocas un interés por
todo lo relacionado con ella, su historia, sus costumbres, su desarrollo, interés que ha
perdurado hasta nuestros días. Así, se ha ido forjando poco a poco lo que se ha dado a
conocer como Americanismo, y con él los americanistas, personas que van a consagrar
gran parte de su vida al estudio de algunos aspectos de esos pueblos que antaño
formarían parte de la conocida como madre patria. Permítanme mencionar a una de ellas
por la que profeso gran admiración y respeto, D. Pedro Torres Lanzas (1860-1935), mi
tatarabuelo, americanista de finales del diecinueve, y que fuera director del Archivo
General de Indias y creador de la sección de mapas y planos del mismo.

Pues bien, con estos antecedentes y continuando en esta línea, presento la siguiente
memoria de Tesis Doctoral titulada La historia de la farmacia en la Cuba
decimonónica, enmarcada dentro del programa “Farmacia, ciencias del medicamento y
atención farmacéutica” y concretamente dentro del estudio la historia de la farmacia en
1
«Discurso del Señor D. Pedro Torres Lanzas», Discursos leídos en la Real Academia Sevillana de
Buenas Letras en la recepción pública del Señor D. Pedro Torres Lanzas el día 12 de Octubre de 1924,
Tip. Zarzuela, Sevilla, 1924, p. 19.

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algunas de las que fueran colonias españolas en ultramar, que ha venido desarrollándose
en el Departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de Sevilla.

El conocimiento de cómo estaba estructurada la farmacia y su enseñanza en el S.XIX en


la metrópoli y siendo Cuba una de las últimas colonias ultramarinas nos permite intuir
que el desarrollo de la farmacia en la Cuba decimonónica iría muy ligado a los distintos
episodios que van a ir aconteciendo en ella en ese siglo, adaptándose a las
peculiaridades de la isla y su situación. Esto nos hace preguntarnos cómo va a ser la
planificación, ordenación y enseñanza de la farmacia en la isla en esa época,
cuestionándonos si ésta iría de forma paralela a la metrópoli o se estructuraría de forma
diferente, cuál sería la formación de los farmacéuticos y con qué medios se contarían, al
igual que cómo sería la asistencia sanitaria de los ciudadanos y la evolución de la
farmacia durante ese período. Éstas y otras cuestiones las intentaremos resolver a lo
largo de este trabajo mediante la investigación y profundización en lo que fuera la
farmacia cubana en el S.XIX

El objetivo principal es hacer un recorrido de lo que fuera la farmacia cubana


decimonónica, centrándonos principalmente en el aprendizaje, enseñanzas, o estudio de
la misma en la isla, pero sin dejar de hacer mención a las boticas y hospitales existentes
en aquella época. Se ha intentado aunar en la presente memoria toda la información,
bastante dispersa por otra parte, que hemos ido encontrando en distintos documentos,
libros, publicaciones y revistas, entresacando lo concerniente a la farmacia y,
concretamente, a la enseñanza de la misma.

Pretendemos con estas páginas analizar cómo estaba estructurada la enseñanza de la


farmacia en una de las últimas colonias españolas dentro del contexto de un siglo como
es el diecinueve que tanto en Cuba como en España, fue un siglo de cambios sociales,
políticos, económicos y también sanitarios. Como se verá, la sanidad en Cuba estuvo
condicionada por los diferentes momentos por los que pasó la isla a lo largo del siglo,

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viéndose muy influenciada en el último tercio de esta centuria por las guerras
independentistas.

En general, en cuanto a lo que respecta a la farmacia, el s. XIX fue un siglo de progreso,


ya que sobre todo en su segunda mitad, hubo avances de mucha repercusión, un ejemplo
lo puede constituir la microbiología, con los descubrimientos de Pasteur y también la
llegada de la vacuna de la viruela, algo que sería de pronta aplicación en Cuba debido a
las epidemias de viruela sufrida en su mayoría por esclavos. También tuvo incidencia el
despegue de la industria, que hizo que la farmacia fuera dejando a un lado la
elaboración artesanal del medicamento dando paso al medicamento ya preparado.

En Cuba la farmacia era muy precaria, existía todavía una presencia de curanderos y
charlatanes pero, gracias a la creación de la Universidad (1728), y más tarde el
establecimiento de la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, la
profesión adquirió más rigor científico y se dotó de farmacéuticos más preparados, con
un consiguiente crecimiento en el número de boticas en todo el territorio, lo cual
repercutió positivamente en la salud de la población.

Como se desprende del índice, el estudio que se presenta se inicia con una aproximación
histórica a lo que fuera la Cuba del siglo diecinueve. Simplemente pretende situarnos en
el período en el que nos vamos a desenvolver. No intencionamos que sea más que unas
leves pinceladas de lo que ocurría y de cómo era la vida en la isla.

En un segundo capítulo nos ocuparemos de la sanidad, ya que sin conocer la estructura


sanitaria, las distintas organizaciones existentes y las carencias, nos sería difícil
comprender la importancia de la formación de buenos profesionales en la propia isla. En
este capítulo se ha incorporado una parte dedicada a las boticas y hospitales existentes
en la Cuba decimonónica y concretamente en La Habana, además de aproximarnos a lo

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que fuera la Farmacia Militar, para hacer más completa nuestra visión sobre la sanidad
de la época y acercarnos a la Farmacia de aquel entonces.

Estos dos primeros capítulos derivan de una investigación de tipo bibliográfica, aunque
en el segundo de ellos se referenciarán documentos de archivo y de la época.

Se complementan con otros tres dedicados por completo a la enseñanza y aprendizaje de


la Farmacia como disciplina de carácter experimental, y a una institución como el Jardín
Botánico de La Habana, el cual fue una entidad científica de gran valor en la formación
en el conocimiento y estudio de las plantas y sus virtudes medicinales para distintos
profesionales, entre ellos los farmacéuticos. Todos ellos constituirán el centro u objeto
de nuestra investigación.

En el tercer capítulo abordaremos la enseñanza de la Farmacia, estructurada como fiel


reflejo de la metrópoli. Así, lo hemos dividido en distintos apartados de forma más o
menos cronológica, comenzando con el Real Tribunal del Protomedicato, que abarca
hasta el primer tercio del s. XIX aproximadamente; siguiendo con la Real Junta
Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, con una vida de unos diez años,
donde ya toma forma la farmacia, independiente de la medicina; y la Universidad,
donde aparecerían los estudios de farmacia hacia 1842, consolidándose como facultad
independiente en 1863. No hemos querido dejar atrás la Real Academia de Ciencias
Médicas, Físicas, y Naturales de La Habana, por ser un centro que se crea a mediados
del s. XIX y que contribuye a la mejora de conocimientos, no solo en la farmacia sino
en otras disciplinas. También mencionar algunas publicaciones relacionadas con el tema
por considerar que fueron también una fuente de enseñanza entre los farmacéuticos de
allá.

Como complemento hemos analizado en el cuarto capítulo la importancia del


laboratorio en la enseñanza de la farmacia en Cuba, donde se aprecia la realidad

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existente en cuanto a medios de enseñanza a pesar de los grandes inventarios de


material que figuran en algunos anuarios consultados.

En el quinto capítulo, como se ha comentado, nos ocupamos del Jardín Botánico de La


Habana. En él realizaremos un recorrido histórico del desarrollo de esta institución
centrándonos en la parte más científica y académica de este establecimiento, así como
su relación con la Farmacia, constituyendo un lugar esencial para la práctica y
conocimiento de la Botánica por parte de los aspirantes a farmacéuticos a través de las
cátedras allí establecidas, y sirviéndonos de hilo conductor para ahondar más en el
estudio de esta ciencia de suma importancia para los farmacéuticos debido a la
vinculación de la institución con la Universidad de La Habana.

Estos tres capítulos han precisado de una labor más profunda de investigación y
comparación de documentos.

Como cierre a nuestro estudio, aportamos un último capítulo dedicado a referenciar


sucintamente la Farmacia española del s. XIX buscando diferencias y similitudes entre
lo establecido en la península y en la isla de Cuba con la finalidad de ver como de
parecido fue el desarrollo de la profesión Farmacéutica durante este siglo a un lado y a
otro del Atlántico dado que la investigación se ha realizado desde España.

Para llevar a cabo este trabajo, se ha acudido a fuentes documentales de muy diversa
índole. Entre ellas destacar documentos originales extraídos del Archivo General de
Indias, institución de referencia para cualquier historiador de América, así como del
Archivo Histórico Nacional. Sin dejar de lado una importante revisión bibliográfica, la
cual exponemos al final, que se llevó a cabo en algunas instituciones sevillanas como
son la Escuela de Estudios Hispano Americanos, la biblioteca de la Universidad de
Sevilla y el Instituto Hispano-Cubano de Historia de América. Y, por supuesto, nos
hemos valido de una de las herramientas más actuales como es Internet, en la búsqueda

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de artículos, consulta de documentos de archivo digitalizados y libros de la época


digitalizados de diversas bibliotecas y universidades, destacamos la Biblioteca Digital
Hispánica por habernos facilitado numerosas referencias bibliográficas. También nos
han sido de valioso interés los artículos publicados por los Doctores Pilar Marchante
Castellanos y Francisco Merchán González en la Revista Cubana de Farmacia acerca
de la Facultad de Farmacia y la Universidad de La Habana en la época colonial.

Por último, en orden de aclarar la lectura de este trabajo, adelantamos en estas líneas
que para hacer referencia a los documentos se han utilizado las siglas AGI cuando se
trate de un documento extraído del Archivo General de Indias o bien AHN cuando se
trate del Archivo Histórico Nacional.

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2. CAPÍTULOS

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2.1. CAPÍTULO PRIMERO: LA CUBA


DEL S.XIX.

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El siglo XIX, en España como en Cuba, fue una época en la que se sucedieron muchos
cambios. Cuba fue una de las últimas posesiones españolas en ultramar, que alcanzó su
independencia en 1898. Realizaremos un recorrido cronológico a lo largo de todo este
siglo describiendo los acontecimientos o situaciones más relevantes que ocurrieron en la
isla.

España comenzó el siglo con la invasión, por parte de las tropas napoleónicas, de la
península. El pueblo español reaccionó desatándose la guerra de la independencia en
1808. Durante este período en que la madre patria se debilitó, muchas de sus colonias
del otro lado del Atlántico comenzaron a independizarse; Colombia en 1810, Venezuela
en 1811, Méjico en 1821, entre otras. Estas corrientes también llegaran a Cuba aunque
más debilitadas y muy perseguidas. Existieron muchas conspiraciones para la libertad,
de hecho en 1825 varios patriotas cubanos fundaron en Méjico la “Junta Protectora de la
libertad cubana” e incluso Simón Bolívar barajó el propósito de libertar Cuba pero las
dificultades eran grandes y el proyecto fracasó.2

Sin embargo, los comienzos de siglo en Cuba a nivel económico fueron espléndidos. La
industria azucarera [Ilu. 1] alcanzó su máximo apogeo. Existían infinidad de
plantaciones azucareras y molinos. Todo ello sostenido gracias a la mano de obra
esclava y al tráfico con los mismos. Las diferencias de clases eran muy grandes y esto
generaba una atmósfera de inconformismo y lucha por la libertad, ideales no
compartidos por una nueva clase burguesa criolla que se negaba a la independencia por
miedo a perder sus beneficios y riquezas que el sistema le generaba. Esto fue muy
aprovechado también por los distintos gobernantes de la isla para sofocar estos
pequeños levantamientos. En Cuba imperaba una política de tipo dictatorial donde el
estado también se enriquecía con el comercio del azúcar. Así, mientras que en otros
países como Inglaterra se luchaba por el fin de la esclavitud, en la isla se protegía este
tráfico de esclavos por los beneficios que a la larga reportaba.

2
“La Guerra de los diez años (Cuba) (1868-1878)”, Historia Militar de España. Batallas y combates.
Disponible en URL: http://www.ingenierosdelrey.com/guerras/1868_cuba/1868_cuba.htm.

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Según nos describe Hugh Thomas, una plantación constaba de lo siguiente: “todas
tenían en el centro la casa de vivienda, construida a base de piedra, y donde residían el
propietario o el administrador, con el suelo embaldosado (a veces de mármol), enormes
ventanas sin cristales, normalmente de un piso de altura, construida alrededor de un
patio, cubierto de jazmín o de heliotropo, y con frecuencia lleno de niños negros y
caballos. También solía haber una capilla, así como casas para los trabajadores blancos
y los técnicos, el hospital, los barracones de los esclavos, la guardería infantil y los
talleres del caldero, el carpintero y el herrero. Dentro de la propiedad también había el
potrero, palabra que sirve para designar los corrales del ganado. […].”3

Ilustración 1. Ingenio azucarero “Flor de Cuba”.1857.4

La proporción alcanzada por el desarrollo de la industria azucarera hizo que apareciese


una sociedad con gran opulencia y mucho dinero, como ya comentamos anteriormente.

3
Thomas H., Cuba. La lucha por la libertad, ed. Debate, Barcelona, 2004, pp. 115 -116.
4
CANTERO, J.J., LAPLANTE, E., Los Ingenios: colección de vistas de los principales ingenios de
azúcar de la Isla de Cuba, impreso en la litografía de Luis Marquier, Habana, 1857. Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/chc9999&CISOPTR=2787&REC=3

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Esto dotó a la isla de una personalidad propia. Volviendo de nuevo al libro de H.


Thomas, podemos hacernos idea de cómo era esa Cuba y concretamente La Habana
[Ilu. 2] en el S. XIX: “La Habana tuvo todas las características de una ciudad española.
[…]. En las casas había mucho mármol blanco, a veces italiano, aunque generalmente
de la isla de Pinos, pero una habitación de billar era más frecuente que una biblioteca.
En el salón había los inevitables sillones, un largo espejo o dos en las casas más ricas, a
veces el retrato de un antepasado, y en casas como la de los Montalvo o los Pedroso, un
candelabro; no había alfombras sino, a lo sumo, una esterilla; y a menudo una candela,
que era una bandeja de plata llena de ascuas, para encender los habanos. […] Había, no
obstante, una serie de plazas y parques: desde la Plaza de Armas [Ilu. 3], todavía la
principal de la ciudad, al Parque Colón, asentado sobre la antigua casa de campo del
conde de Villanueva; Campo Marte, anteriormente utilizado como campo de ejercicios
militares; la gran plaza del capitán general Tacón, el Parque Central, el Jardín Botánico,
y la Quinta de los Molinos, la residencia campestre del capitán general, en las afueras de
la ciudad. Todos estos lugares estaban dominados por altas palmeras. […] Hacia 1860,
la ciudad contaba ya con 140000 habitantes y una superficie de unos cinco kilómetros
cuadrados. […] Incluso en períodos de paz normal, los soldados españoles, con
uniforme de lino y sombrero de paja con escarapela roja, se veían en gran número en La
Habana. […] Los aristócratas competían por tener un carruaje más lujoso, y las joyerías
de La Habana eran famosas incluso en Norteamérica. […] En la década de 1860 existían
muchos hoteles. El Santa Isabel, en lo que había sido el palacio de los condes de
Santovenia, fue convertido en hotel por el coronel Lay, de Nueva Orleans. Había
algunos buenos restaurantes, como el Tullerías, el Noble Habana, el Crystal Palace y el
Restaurant Français. […] Se gastaba mucho en diversiones. El baile era una pasión
colectiva, y eran muy populares la danza criolla o habanera y la contradanza (importada
de Saint Domingue). En La Habana se celebraban innumerables bailes, a menudo de
trajes o de máscaras, y había algunos salones públicos, es decir, para todas las clases
sociales. También se daban con frecuencia representaciones teatrales, con algunos
artistas europeos en el gran teatro Tacón [Ilu. 4]. […] Esta aristocracia cubana carecía
de espíritu social. Ningún sacrificio era excesivo por la familia o los amigos: «La vie de
famille, à la Havane –escribió la condesa Merlin- renouvelle les charmes de l’âge d’or»;

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 2. Plano de La Habana S.XIX.5

5
Escuela de Estudios Hispanoamericanos. Plano de La Habana, 1874.

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Ilustración 3. Plaza de Armas. La Habana. 1839.6

Ilustración 4. Teatro de Tacón. La Habana. 1839.7

6
MIALHE, F., Isla de Cuba Pintoresca, 1839. Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/chc9999&CISOPTR=63&REC=1
7
Ibidem.

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

pero cualquier servicio era demasiado grande para la comunidad. Un síntoma particular
de esto era el estado de las carreteras.”8

Durante la primera mitad de siglo destacaron en Cuba personas como Francisco Arango
y Parreño (1765 – 1837) defensor de los propietarios de ingenios9. Estaba a favor de la
esclavitud y de hacer trabajar todavía más a los esclavos. También defendía el hecho de
divulgar conocimientos técnicos para producir mejor. El contrapunto a éste quizá lo fue
el escritor José Antonio Saco expulsado por el general Tacón por difundir doctrinas en
contra de la esclavitud. De hecho el señalaba que el tráfico de esclavos suponía una
terrible amenaza en el sentido de que una influencia africana tan fuerte llevaría a la
revolución.

En el ámbito científico destacó Tomás Romay (1764-1849), del que hablaremos en


posteriores capítulos por ser el primero que aplicó la vacuna de la viruela en Cuba.
También durante esta época de principios de siglo se publicó el Papel Periódico de La
Habana y se abrió la primera biblioteca pública impulsada por la Sociedad Económica
de Amigos del País. Otra figura de este tiempo fue el padre José Agustín Caballero
(1762-1835) que estaba en contra de los anticuados métodos de enseñanza de la iglesia.
En general se discutía sobre los asuntos que preocupaban a los propietarios de la tierra.
Esto repercutía en el progreso de la isla, ya que todas las mejoras para aumentar la
producción y el comercio iban ligadas a un desarrollo de la ciencia y de la cultura.

Como ya comentábamos siempre existió un trasfondo donde se hacía palpable un aire


de independencia o de liberación, quizás alentado o cuya chispa residió en cierta manera
en el acontecimiento de la toma de la Bastilla en Francia en 1789 símbolo de la rebeldía
de los pueblos contra las clases dominantes, que en Cuba se tradujo en las protestas de
los esclavos contra los amos. Ya desde 1810 se comienza a hablar de independencia por

8
THOMAS H., Cuba. La lucha…, Ob. Cit., 2004, pp. 130 -135.
9
Ingenio es la palabra que se utilizaba para designar las plantaciones azucareras con su correspondiente
molino.

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

la clase media, es conocida la insurrección negra de 1812 liderada por José Aponte
negro liberado que fue condenado a muerte ese mismo año. Debido a esto durante el
gobierno de Miguel Tacón (1775 – 1855), anteriormente citado, se acentúa el régimen
de explotación y represión de los esclavos, dando facilidades que beneficiaban a los
grandes propietarios y de esta manera garantizándose un apoyo por parte de la clase
adinerada en contra de cualquier tipo de revolución.

Pero el sentimiento de libertad nunca cesó, se recoge muy bien en palabras de Emeterio
S. Santovenia en su libro “Cuba y su historia”. Hablamos de 1828 y dice así : “A
medida que el tiempo avanzaba, la generalidad de los hombres nacidos en la Isla creyó
recibir, junto con la vida, el deber inexcusable de consagrarla, cuando la ocasión llegara,
al la obra de emancipar la tierra madre de la vieja y distante Metrópoli.”10

Hacia 1850 los ingenios comenzaron a mecanizarse, y debido a esto y la escasa


instrucción que recibían los esclavos de cómo manejar estas máquinas, se trajo mano de
obra extranjera con superiores conocimientos.

Durante este período apareció una corriente de tendencias anexionistas para que la isla
formase parte de los Estados Unidos, debido a que éstos compraban la mayor parte del
azúcar que se producía en Cuba. Así, aparecieron conspiraciones anexionistas como la
llevada a cabo por el general Narciso López (1798 – 1851). Sin embargo había otros que
rechazaban el colonialismo español y el anexionismo norteamericano.

En 1865 cesó la esclavitud en los Estados Unidos y durante la década de 1850 a 1860
muchos trabajadores comenzaron a participar en conspiraciones. Esta situación hace que
en 1868 estalle la llamada “Guerra Grande o Guerra de los diez años”.

10
SANTOVENIA, E. S., SHELTON, R. M., Cuba y su historia, Tomo I, Ed. Cuba corporation inc.,
Miami, Florida, U.S.A., 1966, p. 278.

22
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Esta guerra comenzó el diez de Octubre de 1868 en la finca La Demajagua propiedad de


Carlos Manuel de Céspedes donde liberó a sus esclavos incorporándolos a su ejército y
leyó la Declaración de Independencia o manifiesto del diez de Octubre. Fue apoyado
por más hacendados. El día 11 de Octubre Céspedes y otros patriotas unidos a la causa
atacaron el caserío cercano de Yara aunque de forma infructuosa, de ahí que el
comienzo de esta guerra tome el nombre también del “Grito de Yara”.

En estos momentos España contaba con unos siete mil soldados en la isla, mientras que
el ejército rebelde, llamado mambí [Ilu. 5], contaba con ciento cuarenta y siete
voluntarios con escaso armamento.

Posteriormente, la ciudad de Bayamo fue capturada, solicitando diez días después el


consejo municipal revolucionario de Bayamo la proclamación de la abolición de la
esclavitud. El ejército mambí fue creciendo hasta contar con unos doce mil hombres.
Esto hizo que España reforzara su posición mandando a los mejores oficiales a dirigir
sus tropas, incorporando más soldados y enviando catorce buques de guerra.

El dieciséis de Enero de 1869 se alcanzaron victorias por parte del Teniente General del
ejército cubano Antonio Maceo y sus hombres en Mayarí y en Guantánamo. A finales
de ese año España contaba con una gran flota, esto le permitió impedir cualquier ayuda
de tipo exterior a los mambises. Su ejército forzó al ejército rebelde a abandonar la
provincia de Las Villas y retirarse a Camagüey.

23
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 5. Soldados Mambises.11

Entre los incidentes de esta guerra descollamos el fusilamiento el 27 de Noviembre de


1871 por parte de los españoles de ocho estudiantes de medicina acusados de haber
rayado la tumba de un periodista español.

A finales de 1872, como resultado de sucesivas victorias por parte de la fuerza rebelde,
el capitán general Valmaseda renunció. El nuevo capitán general, Cándido Pieltán,
añadió cincuenta y cuatro mil hombres más al ejército español y demás artillería y
caballería. En este momento el ejército rebelde contaba con siete mil hombres.

11
Disponible en URL: http://www.arnac.cu/redciencia/index.php/fotografias-grabados/campamentos-
mambises-1895/162.html

24
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Se seguían librando batallas como la de “Las Guásimas” en Febrero de 1874, donde el


ejército rebelde sale victorioso a pesar de ser minoría. Fue en Diciembre de 1877
cuando el ejército mambí se dispuso disponer discutir términos de paz con el general
Martínez Campos, aunque tras esto se siguieron sucediendo algunos enfrentamientos.
En Febrero de 1878 en una reunión en Zanjón, en Camagüey, se aceptó el pacto de
Zanjón. Los esclavos que habían luchado en la guerra eran liberados y Cuba permanecía
bajo el dominio de España. Pero fue en Mayo cuando definitivamente el gobierno
rebelde aceptó los términos españoles para la paz, dándose por concluida la Guerra de
los diez años.12

Tras el fracaso para los rebeldes de la guerra de los diez años, frustrada con el Pacto de
Zanjón, el descontento y la insatisfacción llevó a un nuevo alzamiento. Así, en Agosto
de 1879 dio comienzo la fugaz “Guerra Chiquita” encabezada por varios generales de la
revolución como fueron Calixto García, José Maceo y Guillermo Moncada. Esta
contienda fracasó tras haber pasado menos de un año de su comienzo debido a la falta
de unidad al igual que en la Guerra Grande. Esto fue una evidencia clara de que, a pesar
del pacto de Zanjón, el espíritu independentista seguía presente entre los cubanos.

Así quedó patente el veinticuatro de Febrero de 1895 cuando estalló la Guerra de la


Independencia bajo la dirección del escritor y filósofo José Martí, una figura muy
importante en Cuba por ser considerado el padre de la Patria. Ya en 1881 tras
establecerse en Nueva York comenzó a planificar y organizar la independencia de Cuba
fundando el diez de Abril de 1892 el Partido Revolucionario Cubano en Florida.

La guerra comenzó en cuatro lugares a la vez: en Bayate, bajo Bartolomé Masó; en


Ibarra, bajo Juan Gualberto Gómez [Ilu. 6] y Antonio López Coloma; en Baire, con los
hermanos Saturnino y Mariano Lora; y en Guantánamo, con Emilio Giró y otro. En
Abril de 1895 murieron en combate dos hombres importantes de la rebelión cubana

12
PEREZ, J. F., “Historia de Cuba. La guerra de los diez años 1868-1878”. Disponible en URL:
http://www.juanperez.com/historia/1868.html.

25
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

como fueron Adolfo Flor Crombet y Guillermo Moncada. Esto desencadenó que se
pusiese a Martí al mando de la rebelión, cayendo muerto el diecinueve de Mayo de 1895
cuando su grupo de hombres fue sorprendido por soldados españoles al mando del
Coronel Jiménez de Sandoval. En Septiembre de 1895 una Asamblea formada por los
cinco cuerpos que formaban el Ejército Libertador se reunió en Jimaguayú y eligió a
Salvador Cisneros Betancourt como Presidente de la República.

Ilustración 6. Caballería del Ejército del Gral. Gómez - Remedios, Cuba13

En 1896 España sustituyó al general Martínez Campos por el general Valeriano Weyler,
el cual puso en marcha una táctica de guerra basada en la lucha sin tregua y en la
represión firme y tenaz. Este sistema dio buenos resultados al principio y sirvió para
replegar a las tropas cubanas. Esta forma de actuar pronto se volvió en contra de los
españoles debido a que muchos periódicos estadounidenses criticaron el trato que las

13
“Historia de las Guerras de Cuba”, Ed. Elizondo, 24 de Marzo de 2008. Disponible en URL:
http://www.cubagenweb.org/mil/e-war-hist.htm.

26
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

tropas españolas daban a los cubanos. El comercio entre Cuba y Estados Unidos se
interrumpió mostrándose estos últimos a favor de una intervención militar en la isla.

En Octubre de 1897 España destituyó a Weyler y puso en su lugar a Ramón Blanco en


un intento de limar asperezas con los norteamericanos. Sin embargo, esto no consiguió
evitar las discrepancias y, en Enero de 1898, Estados Unidos con el fin de proteger a los
ciudadanos estadounidenses que vivían en Cuba mandó el acorazado Maine a La
Habana.14 La explosión del mismo en la noche del quince de Febrero causando la
muerte a más de doscientas personas fue el detonante para que Estados Unidos
declararan la guerra a España e invadieran Cuba el veinte de Junio de 1898. Tras varias
batallas en Santiago de Cuba, en Julio de 1898 España firmó un tratado de paz.
Finalmente, el diez de Diciembre de 1898 se firmó el Tratado de París poniendo fin a la
presencia española en la isla. El uno de Enero de 1899 España pasó formalmente el
gobierno de Cuba a los Estados Unidos.15

14
MERINO, S., “Guerra de la Independencia Cubana 1895-1898”. Disponible en URL:
http://www.portalmundos.com/mundohistoria/batallas/independenciacubana.htm.
15
PEREZ, J. F., “Historia de Cuba. La guerra…, Ob. Cit.

27
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2. CAPÍTULO SEGUNDO: LA


SANIDAD CUBANA
DECIMONÓNICA.

28
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

La sanidad en Cuba durante el siglo XIX vino marcada en gran parte por las epidemias
de viruela y fiebre amarilla, ésta última endémica de aquel lugar. La ciudad de La
Habana, según relata Humboldt en su libro Ensayo Político de la Isla de Cuba
presentaba en esta época un aspecto “asqueroso”16. Según el libro de Hugh Thomas en
la década de 1840 las calles eran estrechas, sucias y malolientes.17 Esto nos da una idea
de cómo pudo ser la situación sanitaria de la isla en el siglo diecinueve.

La primera institución que reguló de alguna manera la salud pública en Cuba fue el Real
Tribunal del Protomedicato, que se estableció allí a semejanza de la metrópoli. Aunque
si miramos hacia atrás en el tiempo, en el S.XVI llegó el Licenciado Gamarra que
ejerció las ramas de medicina, cirugía y farmacia, como veremos más adelante.

En el S. XIX debido al desarrollo experimentado que referíamos en el capítulo anterior,


en la isla y sobre todo en la ciudad de La Habana se fundaron diversas instituciones
encargadas de velar por la salud de la población cubana, además de conocer notable
incremento en el número de boticas y hospitales.

Expondremos de forma cronológica los diversos organismos y sistemas sanitarios que


se crearon en la Cuba decimonónica, muchos de ellos sostenidos con recursos
económicos de carácter privado debido a la floreciente burguesía manufacturera.

16
HUMBOLDT, A., Ensayo político sobre la isla de Cuba, Biblioteca Ayacucho, Venezuela. Disponible
en URL: http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=2&tt_products=326, p.
33.
17
THOMAS, H. Cuba. La lucha por la libertad. Ed. Debate, Barcelona, 2004, p. 130.

29
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2.1. JUNTA DE VACUNACIÓN.

En 1793 se fundó en La Habana la Sociedad Patriótica de Amigos del País. Esta


sociedad impulsó la creación de instituciones encargadas de velar por la salud de los
cubanos. Una de las grandes preocupaciones de la Sociedad fueron las dos grandes
enfermedades que azotaban a la isla, la viruela y el vómito negro (fiebre amarilla). Esto
hizo que en 1804 diera comienzo en Cuba la vacunación antivariólica y la creación de
manos de la Sociedad de la Junta Central de Vacunación de La Habana. Todo ello
gracias también a la actuación del doctor Tomás Romay [Ilu. 7].

Ilustración 7. Tomás Romay.18

La Junta llevaba a cabo vacunaciones dos veces a la semana en el Ayuntamiento. “Entre


sus funciones estaba la de obtener, conservar y aplicar la vacuna, remitir el pus vacuno
entre cristales a las distintas poblaciones del país y llevar el control estadístico de toda
esta labor, la que sería informada anualmente ante la Real Sociedad Patriótica de

18
QUIRANTES HERNANDEZ, A., “El Doctor Tomás Romay y la vacunación en Cuba”. Disponible en
URL: http://www.cuba.cu/noticia.php?archivo_noticia&id=4404

30
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Amigos del País de La Habana.”19 También vacunaba obligatoriamente a los esclavos


llegados al puerto de la ciudad.

Esta Junta presentaba Juntas subalternas en ciudades importantes de la isla. Siempre


dependió de la Sociedad Patriótica pues el gobierno colonial nunca sufragó ningún
gasto. Este organismo desapareció en 1849 siendo sustituido por otros.

Además de la Junta de Vacunación la Sociedad Patriótica de Amigos del País también


promovió la creación de distintas cátedras de carácter médico en la Universidad de La
Habana. Así como la fundación de una Academia de Parteras en el Hospital de Mujeres
de San Francisco de Paula dotando a las embarazadas con menos posibilidades de una
mejor asistencia.

A nivel farmacéutico destacamos un hito importante promovido por esta ilustre


Sociedad como fue la creación del Jardín Botánico de La Habana en Mayo de 1817. Se
nombró una comisión dedicada al estudio y siembra de plantas medicinales cuya
finalidad sería el tratamiento de los enfermos en los hospitales.

2.2.2. JUNTAS SUPERIOR, PROVINCIALES Y LOCALES DE SANIDAD.

Al igual que otras instituciones, se establecieron en Cuba en 1807 las Juntas de Sanidad
a semejanza de las existentes en España.

En la isla contarían con una Junta Superior en La Habana y otras subalternas en diversos
municipios de la misma.

19
DELGADO GARCÍA, G., ”La salud pública en Cuba durante el período colonial español”,
Conferencia tres, Cuadernos de Historia de la Salud Pública Nº 81, 1996. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/his/vol_1_96/hissu196.htm, p. 2.

31
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A partir de 1813, por decreto de las Cortes constituyentes de Cádiz, este organismo pasó
a llamarse Junta Provincial de Sanidad. Entre sus funciones estaban las de celebrar
sesiones ordinarias cada quince días y otras extraordinarias; obligar a los facultativos a
informar de los enfermos contagiosos que a su vez serían comunicados a través de la
misma al Capitán General; disponer desinfecciones, aislamientos, cordones sanitarios e
inspeccionar las embarcaciones que entraran al puerto.20

Estas Juntas servían para auxiliar en sus funciones al Real Tribunal del Protomedicato.
En 1813 se creó otra Junta Provincial en Santiago de Cuba y en 1814 ya habría otras de
carácter local en distintas poblaciones importantes de la isla antillana.

Esto se mantuvo así hasta 1839 que, por Real Orden, se creó en La Habana la Junta
Superior de Sanidad -mismo nombre que tomaría a sus comienzos- pasando el resto a
ser subalternas de ésta. En 1857 se estableció también la Junta Subalterna de La Habana
quedando la Superior como consultiva.

Este sistema de Juntas absorbió las funciones sanitarias del Real Tribunal del
Protomedicato a partir de 1833, año de desaparición del mismo. Sin embargo, sus otras
funciones como eran las fiscalizadoras del ejercicio médico y farmacéutico quedarían en
manos de las Reales Juntas Superiores gubernativas de las facultades de Medicina,
Cirugía y Farmacia, organismo que sustituyó al obsoleto tribunal. En 1842, año de
desaparición de estas Reales Juntas, sus misiones pasaron a las Juntas de Sanidad al
igual que en 1849 también adquirieron todo lo referente a la vacunación tras el cese de
la actividad de la Junta de Vacunación.

20
DELGADO GARCÍA, G., ”La salud pública en Cuba durante el período colonial español”,
Conferencia tres, Cuadernos de Historia de la Salud Pública Nº 81, 1996. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/his/vol_1_96/hissu196.htm, p. 3.

32
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A lo largo de toda su existencia fueron aumentando sus responsabilidades y


agregándosele numerosas secciones como las de Higiene o Veterinaria entre otras.

Contando con muy pocos recursos económicos estatales realizaron una labor muy
importante, sobre todo durante la epidemia de cólera, aunque durante la guerra de
independencia no pudieron hacer frente a problemas higiénicos y epidemiológicos.

2.2.3. JUNTAS GENERAL Y MUNICIPALES DE BENEFICENCIA Y


CARIDAD.

En 1823 se fundó en La Habana una Junta Local de Beneficencia con la finalidad de


reunir todos los establecimientos de beneficencia, hospitales y asilos que estuvieran
fuera del control eclesiástico.

No obstante, debido al restablecimiento mismo año de la monarquía absoluta, se cierra


esta Junta y volvió la iglesia a tomar el control de asilos y hospitales. Esto continuó así
hasta 1833, año en que una gran epidemia de cólera azotó la isla, organizándose de
nuevo la beneficencia y cuyo control pasó a ser compartido entre el estado y la iglesia.

La beneficencia en la isla de Cuba estuvo organizada de la siguiente forma a partir de


1833: una Junta General en La Habana presidida por el Gobernador General de la isla; y
Juntas Municipales en La Habana y en las principales ciudades y pueblos de la isla,
poseyeran o no hospitales, presididas por los alcaldes municipales.

También, como parte de este sistema en muchos pueblos y ciudades se fundaron


asociaciones de beneficencia domiciliaria encargadas de la atención y cuidado de los
enfermos más pobres.

33
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Estas Juntas de Beneficencia además de los hospitales tendrán a su cargo distintas Casas
de Beneficencia de distintas poblaciones de la Habana como la Real Casa de
Beneficencia y Maternidad de La Habana [Ilu. 8], la Casa de Beneficencia de Niños
Pobres de Matanzas, la Casa de Beneficencia de Mujeres de Sancti–Spiritus, la Casa de
Beneficencia de Santiago de Cuba y la Casa de Recogidas de San Juan Nepomuceno de
La Habana.21

Ilustración 8. Real Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana.22

21
DELGADO GARCÍA, G., ”La salud pública en Cuba…, Ob. Cit., 1996, p. 4.
22
MIALHE, F., Isla de Cuba Pintoresca, 1839. Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/chc9999&CISOPTR=63&REC=1

34
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2.4. LAS REALES JUNTAS SUPERIORES GUBERNATIVAS DE


MEDICINA, CIRUGÍA Y FARMACIA.

Estas instituciones se crearon en Cuba en 1833 tras la desaparición del Tribunal del
Protomedicato.

Cada una de las instituciones estaban integradas por tres vocales facultativos y un
secretario no facultativo. Las Juntas estaban bajo la subordinación del Gobernador
General de la isla y poseían subdelegados en casi toda la totalidad de ciudades, villas y
pueblos.

Como comentamos anteriormente, sus funciones eran fiscalizadoras del ejercicio


profesional, encontrándose entre ellas la de expedir títulos, examinar y sancionar a
infractores, entre otras.23

Estas Juntas tuvieron vigencia hasta 1842, cuyas funciones de enseñanza pasaron a la
Universidad (secularizada ese mismo año) y las fiscalizadoras del ejercicio profesional a
las Juntas de Sanidad, como ya mencionamos. Adelantamos en este punto que la
Universidad de la Habana desempeñó un papel muy importante en la formación de
profesionales sanitarios durante todo el siglo diecinueve.24

23
En el capítulo tercero expondremos a fondo la estructura de la Real Junta Superior Gubernativa de la
Facultad de Farmacia.
24
En el capítulo tercero conoceremos más sobre ésta y la facultad de farmacia.

35
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2.5. SISTEMAS DE SANIDAD EN CUBA

Ya hemos referido, aunque de forma muy breve, la organización estatal de la salud


pública en Cuba. Ahora analizaremos otros sistemas sanitarios que surgieron debido a la
incapacidad gubernamental para asistir a la población.

A partir del segundo cuarto de siglo surgieron las denominadas Casas de Salud. No eran
más que instituciones sanitarias de carácter privado cuyo nacimiento fue debido a la
nueva clase social burguesa de tipo manufacturero que apareció ligada al crecimiento
del comercio de diversas materias primas.

La primera institución de este tipo en aparecer fue la “Quinta Sanitaria Belot”25 en


1821. Otras que podemos mencionar fueron la “Quinta Garcini” [Ilu. 9] o la “Quinta del
Rey”26. Este fue un subsistema privado paralelo al estatal muy utilizado por la burguesía
española y criolla.

25
Este establecimiento debía su nombre al médico francés fundador del mismo Carlos Belot. Su idea fue
la de establecer una casa de salud donde pudiesen ser asistidos por la ciencia en caso de enfermedad, por
una cuota fija mensual, aquellos que no quisieran ir a los hospitales públicos, que no tuvieran familia que
les cuidase, ni alojamiento idóneo para una larga curación, algo común en dependientes de casas de
comercio, mercaderes y empresas industriales. Tenía capacidad para 300 enfermos contando también con
botica y demás materiales para una correcta asistencia médica.

En DE LA PEZUELA, J., Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la isla de Cuba, Tomo 3º,
Imprenta del establecimiento de Mellado, Madrid, 1863.
26
La Quinta sanitaria de Garcini tuvo gran fama por el tratamiento de los enfermos sifilíticos mediante
fumigaciones, al igual que por sus baños naturales, tibios, de vapor, hidrosulfurosos, antisifilíticos,
aromáticos de cloro, gaseosos y de otras clases. Poseía una máquina eléctrica y otra galvánica para los
afectos nerviosos. Tenía un movimiento anual de unos 200 enfermos. La Quinta del Rey, establecimiento
similar a los anteriores atendía a enfermos de clases menos acomodadas. Otros establecimientos de este
tipo para gente muy pudiente fueron la Casa de Salud de San Leopoldo y la Casa de Salud La Nacional. Y
para enfermos de las tripulaciones del puerto la Casa de Salud de La Marina, con precios de admisión más
módicos que las anteriores.

En DE LA PEZUELA, J., Diccionario geográfico, estadístico…, Ob. Cit., 1863.

36
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 9. “Quinta Garcini”. Siglo XIX.27

Otro subsistema de salud lo constituyó el creado por los centros regionales españoles28,
los cuales comenzaron a ofrecer a sus asociados servicios médicos y fundaron las
llamadas Casas de Salud de los Centros Regionales. Algunas de ellas fueron la “Casa de
Salud de la Purísima Concepción”, casa de salud “La Covadonga” creada por el centro
asturiano, además de otras más en distintas poblaciones de la isla. Este fue el sistema
mutualista utilizado principalmente por trabajadores.

La asistencia médica a soldados y marinos españoles constituyó otro sistema más de


sanidad dentro de la colonia. Ésta fue creada en 1837 y reorganizada en 1846. Durante
este período y hasta 1855 los hospitales de carácter militar van a estar a cargo de las
Juntas de Beneficencia y Caridad. A partir de 1855 quedaran bajo la dirección del
Cuerpo de Sanidad Militar.

27
Disponible en URL: http://www.habanaelegante.com/Fall_Winter_2010/Templete.html.
28
Éstos fueron creados por agrupaciones de inmigrantes de diferentes regiones de la península.

37
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

De los hospitales militares el más importante de los veinticinco que había fue el
Hospital Militar de San Ambrosio.

Fig 1. Enfermos en los hospitales de La Habana.29

El cuerpo de Sanidad Militar español estaba muy bien organizado y dotado de personal
médico y farmacéutico. Sin embargo, a pesar de los recursos con los que contó, fue
incapaz de dar una asistencia de calidad frente las epidemias de fiebre amarilla y
paludismo. Las enfermedades tropicales supusieron un gran problema al ejército
español, el cual se vio afectado por las mismas.

Según el cuadro [Fig. 1], extraído del libro Ensayo político de la isla de Cuba de A.
Humboldt y las anotaciones de éste, eran más la media de fallecidos en el Hospital
General que en el militar, pero esto no era debido a los métodos para sanar empleados
por uno u otro, sino a los diferentes enfermos que iban a cada uno de los hospitales. Así,
en el General, entraba gente más moribunda, aunque es de destacar que se atendían más
enfermos con fiebre amarilla en el de San Ambrosio, según el libro mencionado.

29
HUMBOLDT, A., Ensayo político sobre la isla de Cuba, Biblioteca Ayacucho, Venezuela. Disponible
en URL: http://www.bibliotecayacucho.gob.ve/fba/index.php?id=97&backPID=2&tt_products=326,p. 47.

38
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Durante la guerra independentista de 1895 a 1898 comenzó a debilitarse todo el sistema


de salud cubano debido a que muchos médicos se exiliaron o pasaron a integrarse en los
ejércitos. El sistema sanitario durante este período quedó reducido al militar, mientras
que los sistemas mutualista y privado de los que hablamos sobrevivieron como
pudieron. En la facultad de medicina se redujo la actividad y se nombraron catedráticos
a médicos militares. Las Juntas de Sanidad y Beneficencia quedaron muy
desorganizadas y con muy pocos recursos los hospitales de caridad. Así quedaba el
estado sanitario tras el cese de la permanencia española en la isla de Cuba.

2.2.6. BOTICAS Y BOTICARIOS

La historia de la farmacia en Cuba podemos decir que comienza con la llegada del
Licenciado Gamarra a la isla, al cual se le autoriza “para ejercer las tres ramas,
medicina, cirugía y botica” el 26 de Febrero de 1569, no pudiendo practicar otros sin el
consentimiento del mismo. Así aparece en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de
La Habana, que recoge José López en su obra:

«En la Villa de San Cristóbal de la Habana desta Ysla de Cuba de las Yndias del mar
océano en veinte a seis días del mes de febrero de mil e quinientos e sesenta e nueve
años habiendo tratado el Sor. Gobernador y Justicia e Regimiento desta dicha villa la
gran necesidad que esta dicha villa tiene, de botica y médico y cirujano ansi para los
vecinos como muchas personas que a ella ocurren en flotas y fuera dellas y por que el
Licenciado Gamarra que al presente esta en esta villa es graduado en Alcalá de
Henares en todas tres ciencias y concurren en él todas las calidades que se requieren se
ha obligado como se obliga de hacer su asiento en esta dicha villa y poner botica
[…].»30

30
LÓPEZ SÁNCHEZ, J. La Medicina en La Habana. 1550- 1730. (Cronología de los hechos médicos
consignados en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana). 1ª Parte, La Habana, 1970, p. 63.

39
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Hasta pasados veintinueve años (1598) no contó La Habana con otra botica más. Estas
boticas se surtían de medicamentos venidos de Castilla, que normalmente llegaban en
mal estado.

La tercera botica se estableció en 1723, comenzarían ya a crearse también boticas en


otras provincias, así en 1736 aparece la primera botica en la provincia de Puerto
Príncipe. Todo paralelo a un paulatino crecimiento demográfico en la isla.

Como brevísimo resumen referíamos que a mediados del siglo XVIII los medicamentos
más usuales eran: mercurio, ipeca, opio, ruibarbo, vejigatorios y antiflogísticos,
cocimientos de cardosanto, esclaviosa, alcanfor, sal volátil, cuerno de ciervo y diversos
jarabes, vinagre de castilla, nitro y alcanfor en fomentos para la cabeza. Se empleaba
para la ictericia sal volátil y azafrán, agua de cerezas negras, agua de canela, jarabe de
diacodón, entre otros. En 1773 se aliviaba el dolor de los operados con láudano y
bebidas alcohólicas.

Pero es en el siglo XIX cuando la farmacia verdaderamente despega en Cuba, algo en lo


que coinciden otros investigadores diciendo: “El verdadero auge de la farmacia en
Cuba tiene lugar a partir del siglo XIX, cuando esta rama va adquiriendo su propia
independencia respecto la práctica médica.”31

El siglo XIX en Cuba comenzó con un hito de gran importancia como fue la aplicación
de la vacuna antivariólica por el doctor Tomas Romay en 1804 como ya hemos
comentado anteriormente. En la segunda década del siglo existían en La Habana doce
boticas (1826), contando en 1886 con sesenta y ocho. Para la farmacia va a ser el
diecinueve el siglo de más importancia, aunque lo va a ser también para la investigación
ciencia en general, la cual experimentará nuevos avances, gracias al crecimiento de la

31
MENÉNDEZ, S., RODRÍGUEZ, A., “Farmacias Habaneras”. Opus Habana, Vol. V, Nº 2, 2001.
Disponible en URL:
http://www.habananuestra.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=240&Itemid=26&limit=1
&limitstart=1, p. 1.

40
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

industria azucarera, motor económico del país, la cual promoverá esa investigación para
intentar conseguir mejoras en la productividad y en el rendimiento.

Esto queda patente en un pequeño artículo aparecido en el Diario de La habana de 21 de


Marzo de 1842, donde se da constancia de la apertura de una nueva Oficina de
Farmacia:

«Nuevo establecimiento de Farmacia – Con la mayor satisfacción vemos los rápidos


progresos que día en día hacen entre nosotros las artes, la industria y demás ramos del
saber humano y las mejoras que se verifican en todos los establecimientos públicos de
nuestra ilustrada capital, mejoras que no podemos mirar con indiferencia, puesto que
contribuyen en gran manera al crédito del país, al paso que proporcionan a sus
habitantes el goce de lo que es necesario, facilitándoles lo que desean para su diversión
y entretenimiento. Díganlo si no esas transformaciones que han experimentado los
establecimientos de géneros, víveres, cera y seda, las confiterías, como la Dominica y
la Diana, las fondas y cafees y por último las Boticas. Efectivamente, todos pueden
echar la vista sobre el establecimiento de farmacia que hace esquina a las calles de
Lamparilla y Aguiar y todos se convencerán de la verdad de nuestras palabras.
Soberbios estantes de caoba, magnífico mostrador de la misma madera, hermosos potes
de porcelana, capacidad y abundancia, son los dotes de esta hermosa botica digna rival
de las más afamadas de Europa y de las de S. Felipe y Santo Domingo. La culta
Habana no podrá menos de mirar con placer un establecimiento que tanto realce da a
la capital de Cuba y sus dueños pueden contar con una recompensa digna y
proporcionada a sus trabajos.»32

En el artículo se ensalza en todo momento el progreso del país durante los comienzos de
este siglo, haciendo referencia a la magnificencia de la botica establecida. La botica a la
que se alude era la Botica “San José”, cuyo nombre recibía por haber sido abierta el 19

32
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 271, exp.3, «Reformas de Plan de Estudios de Cuba», Diario de La
Habana, 21 de Marzo de 1842.

41
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

de Marzo de 1842, y regentada por los Licenciados Luis Le Riverend 33 y D. Victor


Basset, la cual se anunciaba en el mismo diario el día 27 de Marzo de 1842. El anuncio
lo reproducimos a continuación:

«BOTICA DE S. JOSE.
Con el permiso de la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia y bajo el nombre
que encabeza este anuncio se abrió el 19 del presente mes una nueva oficina de
Farmacia en la calle Aguiar n. 42 esquina opuesta a las tiendas de ropa la Estrangera
y la Escocesa.
Los licenciaos en Farmacia D. Luis Le Riverend y D. Victor Basset, dueños de la
botica la han surtido de cuantos medicamentos se emplean en el día para la curación
de las enfermedades, habiendo ido uno de ellos espresamente a Europa para proveerse
en las mismas fábricas de aquellos medicamentos cuya preparación en este país es
imposible.
En este concepto la recomiendan a los Sres. facultativos, cuyas recetas serán
despachadas con toda la escrupulosidad necesaria, no creyéndose en caso alguno
autorizaos para sustituir con un equivalente aquella sustancia medicinal, que tengan a
bien ordenar a sus enfermos, aun cuando llegasen a carecer de ella.
El local es espacioso adornado a la par de los primeros establecimientos de esta clase
pudiendo asegurar que e el conjunto no se ha omitido gasto alguno para que fuese
digno del público a quien lo dedican sus propietarios.»34

La botica como ya rezaban los artículos del Diario de La Habana estaba entre las más
afamadas de La Habana, caracterizándose por la aplicación de los conocimientos

33
El Dr. Luis Serafín Le Riverend era natural de Constantes, Francia, y llego a Cuba con quince años. Se
graduó de licenciado en la Facultad de Farmacia en 1836, estableciendo la botica “San José”, de gran
fama, donde se reunían los hombres más adelantados que seguían los descubrimientos y avances
científicos de la época. En 1858 fundó “La Revista Médica”. Tras treinta y cuatro años de labor dejó esa
botica y adquirió otra en Marianao, a la que llamó “Santa Teresa”. Murió en 1864. (García Hernández,
1967, p. 43).
34
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 271, exp.3, «Reformas de Plan de Estudios de Cuba», Diario de La
Habana, 27 de Marzo de 1842.

42
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

farmacéuticos franceses más novedosos de la época, y ser centro de reunión de la


intelectualidad habanera.

En 1876 pasó a manos del Dr. Antonio González Curquejo, farmacéutico gaditano, y
además el primer graduado con el título de doctor en Farmacia de la Universidad de La
Habana en 1868. Fundador de la Sociedad de Higiene35 (1891) y de revistas como
“Repertorio Médico Farmacéutico” y “La Enciclopedia”. Éste logró mantener el
prestigio del establecimiento y llevarlo a un nivel aún más alto, para lo que se construyo
un nuevo local que abarcaba los números Habana 12 y Lamparilla 36, 38 y 40, el cual
inauguró el 15 de Julio de 1894. Este moderno edificio se distinguía por sus
comodidades y sus salones que alojaban diferentes dependencias, como por ejemplo el
Escritorio, la Droguería y los laboratorios químicos y farmacéuticos. En él se destacaba
un elegante mueble de color rojo quemado, confeccionado con maderas preciosas
talladas con refinado lujo. Sobre éste se tiene la referencia de haber sido premiado en la
exposición de Chicago de 1893, ciudad donde se construyó y desde donde se trajo
expresamente para la reinauguración de la Farmacia “San José”. A dicho evento,
celebrado con una visita y un espléndido almuerzo, asistió un selecto grupo de médicos,
farmacéuticos, escritores, periodistas, banqueros y políticos.

Este establecimiento destacó por la elaboración de preparados farmacéuticos especiales,


al igual que los que se traían del extranjero llamados “de patentes”, llegando a ser la
suministradora de gran número de boticas y hospitales de la Isla. Se distinguía además
por los anuncios de sus medicamentos, los cuales aparecían en los principales
periódicos y revistas farmacéuticas de la época.36

35
LOPEZ ESPINOSA, J. A., “Junio 12 de 1891. Fundación de la Sociedad de Higiene de La Habana”,
Fechas Memorables, Universidad Virtual de Salud Cuba, 14 de Agosto de 2006. Disponible en URL:
http://www.uvs.sld.cu/humanidades/plonearticlemultipage.2006-07-21.3804544796/junio-12-de-1891-
fundacion-de-la-sociedad-de-higiene-de-la-habana, p. 1.
36
VALERO GONZÁLEZ, M., “Reinauguración de la sala de Farmacia del museo «Carlos J. Finlay»”,
Revista 16 de Abril, 13 de Mayo de 2003. Disponible en URL:
http://www.16deabril.sld.cu/rev/221/museo.html, p. 1.

43
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En el primer artículo también se hacía referencia a otras dos boticas, las cuales eran
consideradas como muestra del esplendor que vivía el S. XIX, debieron ser sin duda
grandes dispensarios. La de San Felipe fue propiedad del Doctor Guillermo Lobé, que
fue el gran reformador de los establecimientos farmacéuticos en Cuba.37 Éste dio a
conocer los nuevos productos farmacéuticos que salían de las principales droguerías en
Francia, Inglaterra, Alemania y los Estados Unidos. Esta botica pasado el tiempo fue
conocida como “La Central”, y estuvo establecida en la calle Obrapía, entre las calles
San Ignacio y Cuba. La de Santo Domingo perteneció al Doctor Cayetano Aguilera.

Entre los remedios dispensados durante la primera mitad del siglo XIX, voy a destacar
los “Papelillos calmantes”, preparado que se utilizó para tratar el cólera, más
concretamente los dolores de vientre, diarreas y vómitos. Su composición era: Opio
bruto, una dracma38; Catecú, dos dracmas; Tanino puro, seis gramos y Cuerno de ciervo
calcinado, nueve onzas. Se pulverizaba todo y se dividía en 216 papelillos a partes
iguales. Su administración se realizaba, según anotan los doctores Garcia Hernández y
Martínez Fortún y Foyo en su libro, de la siguiente forma: “Se disolverá un papelillo en
dos cucharadas de agua azucarada y se le dará al enfermo de hora en hora, mientras
no cesen los referidos síntomas; no tomará alimento ni medicina hasta pasadas cuatro
horas. Podrá tomar agua y azúcar tibia por cucharadas y a las 24 horas empezará a
tomar caldo en el mismo orden. Si el estómago está ocupado, no se administrará
medicamento, sin antes desalojarlo, dándole a beber agua tibia. Los niños que pasan de
dos años, tomarán la mitad del papelillo y los que no lleguen a esta edad, la quinta

37
Según nos aclaran los Doctores Manuel García Hernández y Susana Martínez-Fortún y Foyo en su
libro Apuntes históricos relativos a la Farmacia en Cuba: “En 1834 las boticas estaban como en tiempos
primitivos, toscos armarios de pino, pomos de loza ordinaria con tapas de hoja de lata y por rótulo
usaban unas tiras de papel, en las que se escribía el nombre de la medicina que contenía.” No fue hasta
la llegada de del Dr. Lobé cuando todo esto se mejoró.
38
La dracma medicinal era la unidad de medida de masa empleada antiguamente por los boticarios
españoles. Pesaba 3, 5944 gramos y equivalía a 72 granos ó 3 escrúpulos. 8 dracmas eran igual a una onza
medicinal y 96 dracmas a una libra medicinal.

44
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

parte. Si se enfriara el enfermo, se envolverá en frazadas zahumadas con alhucema y se


le pondrán sinapismos de agua y mostaza.”39

Como las farmacias anteriores, otra de renombre fue la Farmacia “La Reunión”[Ilu. 10],
establecida en la calle de Teniente Rey. Esta farmacia quizás sea el máximo exponente
de las boticas cubanas del diecinueve, llegándose a conocer debido a su esplendor y
rentabilidad como “La Mayor del Mundo” [Ilu. 11]. Fundada en La Habana el 20 de
Mayo de 1853 por la sociedad Catalá, Sarrá y Co. formada por Valentín Catalá, José
Sarrá y Catalá, Antonio González y José Sarrá y Valldejulí, y en ella se vendían
fórmulas de medicamentos alopáticos y homeopáticos40. En 1865 se disuelve la
sociedad creándose otra llamada Sarrá y compañía, la cual adquirió un local cercano,
situado en la calle Compostela para almacén, ampliando así su extensión. Doce años
más tarde fallece su fundador quedando al frente de la botica su sobrino José Sarrá y
Valdejulí, quien sería el primer presidente del Colegio Farmacéutico 41 hasta 1882. Éste
adquirió también otras casas anexas situadas en la calle Compostela y pertenecientes al
Monasterio de Santa Teresa, e hizo algunas remodelaciones de tipo estructural en la
misma, ya que a la botica, drogueria y escritorio que ya existían desde 1865 por la calle
Teniente Rey y a los almacenes por Compostela, agregó área de oficinas y producción
de medicamentos, además de remozar mobiliarios y decorar los mostradores con
hermosas vidrieras. El 15 de Octubre de 1898 murió en Barcelona José Sarrá y
Valldejuí, formándose el 2 de Mayo de 1899 por su viuda Celia Hernández y su hijo
Ernesto Sarrá la sociedad Viuda de Sarrá e Hijo. Tras la muerte de su viuda años más

39
GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos relativos a la
farmacia de Cuba, Cuadernos de Historia de la Salud Pública Nº 33, La Habana, 1967, pp. 23-24.
40
De ahí su nombre, por agrupar en un mismo establecimiento las farmacias homeopática y alopática.
41
El Colegio farmacéutico se crea en 1880. El día primero de Mayo de 1882, a las ocho de la noche,
quedó inaugurado el Colegio Farmacéutico de La Habana, en la sede de la Real Academia de Ciencias. El
presidente, Ramón Botet Janullá, hizo una demostración de los grandes servicios prestados por los
farmacéuticos en la medicina y en la higiene. El Colegio se ocupó de introducir los adelantos de la
química y la farmacia modernas, de organizar congresos e invitar a destacadas personalidades de la
especialidad. En el año 1886 el químico inglés Carlos J. Christie, en una de sus intervenciones en la
Academia habanera, presenta un trabajo sobre la acción de los fermentos pancreáticos y vegetales.
Durante el corto período de su existencia, el colegio sirvió de coordinador y divulgador entre los
farmacéuticos cubanos y extranjeros; las relaciones internacionales permitieron la presencia cubana en las
exposiciones de Ámsterdam, Madrid y París. FUENTE

45
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

tarde su hijo continuará al frente de la botica ampliándola aún más, funcionando durante
todo el S. XX, y convertida hoy en museo. [Ilu. 12 y 13]42

Ilustración 10. Farmacia “ La Reunión”. Siglo XIX.43

Ilustración 11. Anuncio Drogueria “Sarrá”: “La Mayor del Mundo”.44

42
RODRIGUEZ GONZÁLEZ, A., “La Reunión, su historia”, Opus Habana, Habana, 29 de Julio de
2004. Disponible en URL: http://www.opushabana.com/noticias.php?id_brev=126, p. 1.
43
Disponible en URL: http://www.habanaelegante.com/Fall_Winter_2010/Templete.html
44
Disponible en URL: http://secretoscuba.cultureforum.net/t1286p961-fotos-de-cuba-solamentes-de-
antes-del-1958

46
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 12. Vista actual de la farmacia “La Reunión” restaurada.45

Ilustración 13. Interior actual de la farmacia “La Reunión” restaurada.46

45
Disponible en URL:
http://www.panoramio.com/photo_explorer#view=photo&position=1612&with_photo_id=29172840&or
der=date_desc&user=8557

47
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

De los medicamentos que en ella se vendían descolla “La Magnesia Sarrá” [Ilu. 14],
elaborada por José Sarrá durante 1881. Consistía en magnesia efervescente, antibiliosa y
purgante, indicada para las indigestiones, afecciones del estómago, intestino, dolores de
cabeza, mareos, pérdida del apetito, debilidad nerviosa, gota, reumatismo y erisipela.
Otro fue “El aceite de Hígado de bacalao purg de Sarrá”, para el raquitismo y las
afecciones pulmonares. Y, por supuesto, productos importados de otros países, de los
que destacamos los importados de los almacenes Le Pedriel-Reboulleou de París, como
el Emplasto de Thapsia contra la bronquitis, dolores, reumatismos, lumbagos y angina,
o el Carbonato Citrato de Lithina efervescente contra la ciática, los dolores reumáticos y
mal de piedra.

Ilustración 14. Anuncio de “Magnesia Sarrá”.47

A mayor abundamiento, citaremos la Farmacia Taquechel, cuya fundación data de 1898,


último año de presencia española en la Isla, hoy reconvertida también en museo [Ilu. 15]
. Esta farmacia situada en una antigua casa de vivienda en el nº 155 de la calle Obispo,
transformada por el eminente farmacéutico Francisco Taquechel, gozó de gran
reconocimiento y prestigio. En ella se encuentran, entre sus anaqueles, una fastuosa

46
Ibidem.
47
Disponible en URL: http://www.habanaelegante.com/Fall_Winter_2010/Eos.html

48
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

colección de frascos de porcelana francesa del S. XIX y recipientes de cristal [Ilu. 16],
al igual que otros numerosos útiles de farmacia y de laboratorio como morteros, vasijas
y mezcladores, entre otros.48

Ilustración 15. Museo Farmacia Taquechel.49

48
LOZANO CHAVES, M. E., “En La Habana colonial. Taquechel: La historia de las antiguas boticas y
sus tradiciones medicinales”, Farmacia, nº 21, Colegio Oficial de Farmacéuticos de Cádiz, Cádiz, 2010,
pp. 47-48.
49
Disponible en URL: http://www.ohch.cu/museos/museo-de-la-farmacia-taquechel/

49
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 16. Interior de la Farmacia Taquechel.50

Hemos mencionado algunas boticas de interés en La Habana por ser las más notables,
pero no solo en La Habana se experimentaría un crecimiento en el número de
establecimientos farmacéuticos a lo largo del diecinueve, sino en todas las villas
fundadas en Cuba, en las que irían apareciendo poco a poco nuevas oficinas de
farmacia, como las llamamos actualmente en España.

Sirva de ejemplo Santiago de Cuba, en la que en 1800 existía solamente una botica,
pasando en 1827 a existir diez. Durante este primer tercio de siglo el ejercicio de la
profesión aún era complicado en Santiago de Cuba debido, no solo a la presencia de
charlatanes, sino a la carencia de medicamentos, ya que éstos, como mencionáramos,
eran traídos de España, lo que se solucionó, mediante la siembra y recolección de
plantas medicinales. Así comenzaron a usarse nuevos remedios como el guaco, la hoja
de vaca, el bejuco del ajo o la hierba de calentura, por citar algunos.

50
Disponible en URL: http://travelswithrarecat.blogspot.com.es/2012/03/cuba-old-havana.html

50
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En el año 1882 había en toda la provincia 22 farmacéuticos; diez en Santiago de Cuba,


dos en Gibara, tres en Manzanillo, dos en Guantánamo, dos en Holguín, dos en Baracoa
y uno en Puerto Padre, aunque eran pocos teniendo en cuenta que el territorio era muy
extenso.

En lo tocante a los requisitos para poder abrir una farmacia, conocemos el proceso para
hacerlo en Santiago de Cuba en aquella época, algo que podemos extrapolar a todo el
territorio isleño.

Para la instalación de una botica el interesado debía abrir un expediente en el


ayuntamiento, el cual constaba de una solicitud con lo datos del farmacéutico, el título
universitario, un plano de la farmacia, el aval del párroco, y un petitorio o lista de todo
el instrumental y sustancia con la que se contaría. Cuando el solicitante cumplía los
requisitos exigidos, de inmediato el alcalde pasaba el expediente al subdelegado de
farmacia, quien procedía a la visita del local en compañía de dos o tres testigos que eran
profesores de medicina y cirugía, el subdelegado de veterinaria y el secretario del
ayuntamiento; en ocasiones el propio alcalde participaba de la visita. El solicitante
pagaba un arancel al subdelegado de farmacia en concepto de la visita de inspección,
que solía ser de doce pesos con cincuenta centavos. Posteriormente, si el
establecimiento reunía las condiciones necesarias de capacidad, aseo y ventilación, se
notificaba la aprobación por parte del secretario del Ayuntamiento y se devolvía el título
al farmacéutico.

Entre las sustancias que se dispensaban en estas farmacias señalamos a modo de


ejemplo: Alta variedad de sales como acetatos, cloruros, nitratos, oxalatos y sulfatos;
ungüentos, aceites ( de hígado de bacalao, lino, oliva, ricino, cacao, entre otros),
bálsamos (de tolú, belladona, benjuí), extractos (de belladona, cornezuelo de centeno,
digital, genciana, opio, quina, ruibarbo, valeriana, zarzaparrilla), flores ( de amapola,
manzanilla, naranjo, sanguinaria, sauco, tilo, violeta), resinas, hojas ( de laurel, beleño,

51
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

llantén, menta, sen , salvia, entre otras), raíces (de altea, árnica, cinoglosa, ipecacuana,
jalapa), entre otras sustancias orgánicas, inorgánicas y naturales.

También se suministraban sanguijuelas dragonas, debido a la terapéutica galénica


basada en las sangrías y la producción de hemorragias, y a la que colaboró mucho la
doctrina de Francisco Victorio Broussais (1772-1838).51

Otra botica de importancia y de gran esplendor en la Cuba decimonónica fue la


conocida como Botica Triolet o francesa [Ilu. 17], hoy dedicada a museo, de la región
de Matanzas. Fue fundada en Enero de 1882 por Ernesto Triolet Lelievre (francés) y
Juan Fermín de Figueroa y Veliz (cubano). La farmacia, de estilo francés, la constituía
un edificio de tres plantas y patio central. Su interior [Ilu. 18] albergaba numerosas
estanterías con frascos muy bien decorados donde se guardaban esencias de orégano,
menta geranios, extractos fluidos de eucalipto, algodonero, alcoholes de jengibre, clavo,
canela, jarabe simple de quina, de café compuesto (patente de Triolet, utilizado para el
asma y la bronquitis), ungüentos de belladona, además de poseer numeroso instrumental
farmacéutico. En ella se dispensaban preparaciones como el Agua de Azahar, Vino
Aromático de Quina, Solución de Bromuro de Sodio, Tintura de Benjuí, Extracto fluido
de Belladona, entre otras. Elaborándose desde su fundación hasta final de siglo una gran
cantidad de fórmulas con diversas plantas medicinales, como la manzanilla, hierba
santa, romero y rosas, además de comino, nuez moscada, lúpulo, belladona, y canela.
De esto queda constancia, tal como nos narra Patricia Dopico en su artículo Breve
reseña histórica de la Botica Francesa Dr. Ernesto Triolet, hoy Museo Farmacéutico
de Matanzas, en los libros copiadores de recetas de dicha botica donde aparecen recetas
de los médicos más destacados de la época, valga de ejemplo la siguiente, fechada en 17
de Enero de 1886, con el número 24.429 y prescrita por el Dr. Abascal:

51
Francisco José Victorio Broussais cirujano del ejército napoleónico, tenía por tratamiento preferencial,
antiflogístico y debilitante, la aplicación de centenares de sanguijuelas en el abdomen, el cuero cabelludo
e inclusive las mucosas (anal y gingival) de sus pacientes. Fue el más sanguinario de los médicos que
recuerda la historia, tanto que de él y sus seguidores se dijo que hicieron verter más sangre que la
revolución. El auge del empleo de aquel anélido hematólogo fue tal entonces que a Francia fueron
importadas cuarenta y un millones de sanguijuelas en un año. FUENTE Y MUY EXAGERADO

52
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Vino de Jerez...............................60 g.

Extracto blando de quina.............4 g.

Infusión de canela........................90 g.

Coñac añejo..................................10 g.

Ilustración 17. Botica “Triolet”.52

52
Disponible en URL: http://www.prensa-
latina.cu/images/stories/Fotorreportajes/BoticaFrancesa/BoticaFrancesa.html

53
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 18. Interior de la botica “Triolet”.53

La farmacia continuó en funcionamiento hasta bien entrado el siglo XX, adaptándose a


los tiempos y ofreciendo siempre productos de gran calidad. Otras farmacias de
Matanzas fueron La Central, del doctor Ambrosio Sauto, la del doctor Domingo
Lecuona y Madan, la del doctor José María Riboll y la del doctor Antonio Morales.54

Como bien sabemos, la farmacia es un establecimiento sanitario, pero sin dejar de lado
su condición de empresa privada, así que durante este período, en el ámbito económico,
los boticarios se regían por los aranceles o tarifas de precios vigentes, y para el ejercicio
sanitario, más concretamente la preparación y dispensación de medicamentos lo hacían

53
Ibidem.
54
DOPICO BORREGO, P., “Breve reseña histórica de la Botica Francesa Dr. Ernesto Triolet, hoy Museo
Farmacéutico de Matanzas”, Revista médica electrónica, 2011; 33(2). Disponible en URL:
http://www.revmatanzas.sld.cu/revista%20medica/ano%202011/vol2%202011/tema18.htm

54
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

según lo marcaba la Farmacopea Española55en vigor en ese momento, libro que


contenía las reglas y preceptos que debían cumplirse en la preparación de los
medicamentos oficinales, los galénicos y los químicos.

Según palabras del doctor Peset Cervera, la Farmacopea Española no estaba a la altura
del S.XIX ya que, al parecer, se había quedado un tanto anticuada, debido a que
contenía drogas que ya habían caído en desuso, y se seguían usando pese a los avances
de la química que proporcionó nuevos medicamentos y preparados galénicos elaborados
a partir de productos vegetales junto a productos animales o minerales.

Otra localidad a la que podemos hacer referencia de sus farmacias es Pinar del Río, en
este pueblo su primera farmacia data de 1844, fundándose otra más en 1853 llamada
“La Modernista”, la cual es descrita así: “este establecimiento contaba con una exquisita
mueblería construida por expertos ebanistas, por lo que constituía una obra de arte, así
como la presentación de sus medicamentos en pomos56de porcelana”.57

En 1860 se abrió la tercera, surgiendo en 1870 otra más denominada “San Agustín”, y
tan solo cuatro más hasta finalizar el siglo.

55
Durante el siglo XIX se utilizaba la Pharmacopoeia matritense, cuya primera edición se hizo en 1739,
con una segunda edición en 1762 y una tercera en 1803. Su cuarta edición ya se titulaba Farmacopoea
hispana (1817), continuando sus ediciones en los años 1865 y 1884, respondiendo a las Ordenanzas
vigentes para el ejercicio de la profesión de Farmacia y comercio de drogas y plantas medicinales, dadas
por Real Orden del 4 de Enero de 1883.
56
Pomo: Frasco o vaso pequeño de vidrio, cristal, porcelana o metal que sirve para contener y conservar
cosméticos, fármacos, que sean de consistencia líquida o cremosa.
57
-----donde se describe?

55
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2.6.1. EL COLEGIO DE FARMACÉUTICOS DE LA HABANA

El Colegio de Farmacéuticos de la Habana tiene su origen, según escribía el Dr. D.


Antonio de Gordon y Acosta en su discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos de La
Habana el 29 de Septiembre de 1895 [Ilu. 19], en el interés de muchos farmacéuticos
por ingresar y no poder hacerlo en la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y
Naturales, debido a que el número de miembros farmacéuticos en ésta era limitado.
También el hecho de que se constituyera el Círculo de Abogados el 19 de Enero de
1879, hizo brotar la idea de formar el Colegio de Farmacéuticos de La Habana, cuya
primera sesión tuvo lugar el 30 de Abril de 1880 con la asistencia de treinta y ocho
farmacéuticos.

La primera reunión para comenzar los trabajos de organización del mismo fue presidida
por el Dr. D. Cayetano Aguilera promovido por los doctores Manuel Vargas Machuca
y José de J. Rovira principales artífices de la idea de creación de un colegio profesional.
En esta reunión se eligieron los farmacéuticos que ocuparían con carácter interino los
distintos cargos de la corporación. El resultado fue el siguiente:

Presidente: Ldo. D. José Sarrá.


Vicepresidente: Dr. D. Ramón Botet.
Secretario General: Dr. D. Rafael de León.
Vicesecretario: Ldo. D. Eligio Villavicencio.
Secretario de la correspondencia: Dr. D. Antonio González Curquejo.
Tesorero: Ldo. D. Francisco Torralbas.
Bibliotecario: Dr. D. Manuel Johnson.
Conservador del Gabinete: Ldo. D. Francisco Figueroa.

56
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 19. Portada del Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos de La


Habana por el Dr. D. Antonio de Gordon y Acosta. 1895.58

58
GORDON Y ACOSTA, A., Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos de La Habana el día 29 de
Septiembre de 1895, Imprenta “La Constancia”, Habana, 1895.

57
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Una vez tomaron posesión de sus puestos, el primer acto de Gobierno consistió en el
nombramiento de una comisión para la confección del Reglamento de la corporación,
quedando ésta de la siguiente manera: Presidente, Dr. Vargas Machuca; Vicepresidente,
Dr. Rovira; Vocales, Dres. Francisco Lastres y Cayetano Aguilera; y Secretario, el Ldo.
Delgado Carabot. Los estatutos se discutieron en las sesiones del 8 y 11 de Mayo de
1880, elevándose los mismos al Gobernador General el 17 de Mayo de 188059:

«Excelentísimo Señor Gobernador General = Don José Sarrá, Licenciado en Farmacia


establecido en la calle del Teniente-Rey a V. E. respetuosamente expone:= Que
deseando los farmacéuticos de esta ciudad constituir un Colegio, con el fin de mejorar
el estado científico y material de la profesión de Farmacia en esta Isla, se han reunido
diferentes ocasiones previo permiso de la Autoridad local en los salones de la Real
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y habiendo formulado, discutido y
aprobado el Reglamento que ha de trazar su marcha y modo de ser.= A V.E. acude
suplicándole el que suscribe, como Presidente interino de dicho Colegio en proyecto
para que se sirva aprobar el referido reglamento que se acompaña conceder la
autorización definitiva para el establecimiento del referido Colegio que tan excelentes
resultados se propone.= Es gracia que no duda obtener de V.E.= Habana diez y siete
de Mayo de mil ochocientos ochenta.= Excmo. Señor= José Sarrá.= Hay una
rúbrica.»60

Por oficio de 25 de Mayo de 1881, el Gobernador General de la isla concedió


autorización para fundar el Colegio de Farmacéuticos de La Habana.

59
GORDON Y ACOSTA, A., Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos..., Ob. cit., 1895, pp.19-20.
60
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 167, Exp. 51, «Creación de un Colegio de Farmacéuticos en La
Habana».

58
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En su reglamento –el cual exponemos en su totalidad en los apéndices del trabajo-


estructurado en siete capítulos, quedaron muy bien definidos diferentes aspectos sobre
el funcionamiento de la corporación entre los que podemos destacar el objeto y
organización de la misma (capítulo primero), la Junta de gobierno (capítulo segundo),
las distintas secciones (capítulo tercero), una parte dedicada a las sesiones (capítulo
cuarto) o los premios que el Colegio concedería (capítulo sexto).

En los primeros artículos del reglamento quedaba definido el carácter de la corporación,


al igual que los distintos tipos de colegiados:

«Art. 1. El Colegio de Farmacéuticos de La Habana, es una asociación científica de


profesores de Farmacia y sus ciencias auxiliares, cuyo objeto es promover y propagar
los adelantos de dichas ciencias, velar por el buen orden en el ejercicio de la profesión
y contribuir al decoro y prosperidad de la clase farmacéutica.

Art. 2. Se pondrá bajo la protección de S.M. el rey Don Alfonso doce y en su augusto
nombre del Excmo. Señor Gobernador y Capitán General, quien será su presidente
nato.

Art. 3. Los individuos de este Cuerpo, que serán en número indeterminado, se dividirán
en colegiales de número, corresponsales, de mérito y honorarios.»61

En sus estatutos se precisaba como se debía regir esta asociación profesional,


estableciéndose una Junta de gobierno constituida por once cargos:

«Art. 12. La Junta de gobierno, o sea la Mesa, que es la encargada del régimen interior
y administrativo del Colegio ejercerá sus atribuciones desempeñando cada individuo de
ella su respectivo cargo en la forma que expresan los artículos siguientes, no pudiendo

61
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 167, Exp. 51, «Creación de un Colegio de Farmacéuticos en La
Habana».

59
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

celebrar sesión si no se reúne la mayoría de sus individuos incluso en ella el Presidente


y el secretario y quienes le sustituyan en el acto mismo.

Esta Junta estará obligada a someter a la deliberación del Colegio todos los asuntos
extraordinario que se promuevan y los corrientes de que se ocupe, previo el informe de
las secciones correspondientes. Se compondrá de once individuos que son: Presidente,
Vice-presidente, Secretario, Vice-secretario, Secretario de la Correspondencia,
Bibliotecario, Conservador de los gabinetes, Tesorero, y una comisión de publicaciones
compuesta de tres individuos. Estos cargos serán gratuitos y honoríficos y se renovaran
cada dos años, debiendo recaer en Colegiales de número.»62

A mayor abundamiento, se establecieron tres secciones dentro del Colegio: Científica,


Económica y de Vigilancia:

«Art. 25. Para facilitar los trabajos del Colegio se agruparán los individuos de número
en tres secciones designadas; Científica, Económica y de Vigilancia, que serán
formadas anualmente en Junta general sin perjuicio de las comisiones extraordinarias
que el Colegio determine por especial acuerdo en caso de trabajos determinados.»63

En sus comienzos compartió ubicación con la Real Academia de Ciencias Médicas,


Físicas y Naturales de La Habana:

«Art. 60. El Colegio de Farmacéuticos se instalará por ahora en el local de la Real


Academia de Ciencias Médicas, en virtud de la concesión otorgada por la misma,
entendiéndose que tan pronto como sus fondos lo permitan se instalará en local aparte
y propio.»64

62
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 167, Exp. 51, «Creación de un Colegio de Farmacéuticos en La
Habana».
63
Ibidem.
64
Ibidem.

60
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En la sesión del 13 de Febrero de 1882 fueron inscritos gran número de socios


fundadores y se eligió la Junta de Gobierno definitiva, quedando oficialmente
inaugurado el Colegio de Farmacéuticos de La Habana el primero de Mayo de 1882 a
las ocho de la tarde.

Según nos expone el Dr. Gordon y Acosta en su ya mencionado discurso, la


inauguración oficial del Colegio tuvo lugar en dicho día y hora en el salón de sesiones
de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales bajo la presidencia del
Excmo. señor Gobernador de la Provincia D. José Arderius, asistiendo comisiones de
todos los cuerpos científicos, así como un numeroso y escogido público. En ese acto el
Dr. Botet pronunció un discurso en que puso de manifiesto los servicios prestados por
los farmacéuticos a las Ciencias, las Artes y las Industrias desde el pasado hasta
entonces. El Secretario General dio a conocer una reseña de las labores preparatorias, y
los señores Rovira y Delgado Carabot, leyeron interesantes trabajos: el primero sobre la
historia de los Colegios farmacéuticos y el segundo un elogio fúnebre de los
compañeros farmacéuticos ya fallecidos. El Rector de la Universidad de La Habana, Dr.
D. Fernando González del Valle, mostró su satisfacción ante la conducta seguida por los
farmacéuticos, y el Excmo. Señor Presidente del Colegio, tras expresar su gratitud por
la misión que le confiara la Autoridad Superior, declaró constituido el Colegio de
Farmacéuticos de La Habana. Posteriormente se siguieron celebrándose notables
sesiones.65

El Colegio de Farmacéuticos de La Habana, desde su fundación publicó los Anales del


Colegio de Farmacéuticos de La Habana, donde se recogieron actas y documentos
relacionados con la corporación, así como clasificaciones y nomenclatura de los

65
GORDON Y ACOSTA, A., Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos..., Ob. cit., 1895, pp. 20-
21.

61
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

productos farmacéuticos. Se publicó hasta 1884.66Posteriormente, y para dar


cumplimiento al artículo setenta y dos del reglamento, se fundó en 1895 el Boletín del
Colegio de Farmacéuticos de La Habana por el Doctor Alfredo Ángel Bosque y Reyes.
En este boletín se recogieron actas, trabajos que sirvieron para la propagación de la
ciencias farmacéuticas, biografías de farmacéuticos, el reglamento del Colegio, y todo
aquello que contribuyera al desarrollo y avance de la Farmacia, manteniendo al
corriente siempre de la situación de la Farmacia en la Isla y en España, e incluso en
otras naciones. Se publicó periódicamente hasta enero de 189767, probablemente debido
a la situación de enfrentamiento y cambio por la que pasaba la Isla.

2.2.7. HOSPITALES Y ASISTENCIA SANITARIA.

Al igual que la llegada del licenciado Gamarra, acontecimiento importante en la historia


sanitaria de Cuba, otro hito substancial fue el establecimiento del primer hospital en la
isla. Cabría pensar que fue en La Habana, pero no fue así, las noticias que se tienen
acerca del primer hospital coinciden en que éste estuvo ubicado en la ciudad de
Santiago de Cuba, y fue uno de los primeros que tuvo América. Autorizado por bula
papal de Alejandro VI en 1501, y que empezaría a funcionar hacia el año 1522 o 1523,
situado muy cerca de la catedral. Probablemente, según lo describe el doctor Mario del
Pino y de la Vega en su obra Apuntes para la historia de los hospitales de Cuba (1523 a
1899), (obra que nos servirá de guía para la realización de este epígrafe), debió ser un
barracón con techo de guano, pues así solían ser todas las viviendas de entonces.

El segundo hospital sí se ubicó en la ciudad de San Cristóbal de La Habana, aunque


sobre la fecha de su fundación sólo se conoce que hubo de ser anterior a 1545. Sobre su
dedicación hay controversia, pues para algunos autores parece que se dedicó a enfermos
y heridos militares, y para otros a civiles. El tercer hospital fue fundado en Bayamo en

66
LÓPEZ ESPINOSA, J. A., “Contribución a la historia de la bibliografía farmacéutica cubana”, Acimed,
Vol. 8, nº 1, enero- abril 2000. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/aci/vol8_1_00/aci05100.htm, p. 48.
67
LÓPEZ ESPINOSA, J. A., “Contribución a la historia de la bibliografía ...., Ob. cit., 2000, pp.54-57.

62
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1544. En ese mismo año, según cita el doctor del Pino, haciendo referencia al autor
Arístides A. Moll se fundaría el segundo hospital de La Habana, y cuarto en la isla,
siendo en 1556 cuando se fundaría el tercer hospital habanero.

Todo lo anterior es muy discutido, pero sí se conoce mucho mejor todo lo acontecido
desde la fundación del Hospital Real de San Felipe y Santiago. Aunque por su nombre
pudiera pensarse que se trataba de un magnífico hospital, la realidad era bien distinta,
pues gran cantidad de autores hacen referencia a un documento del Archivo de Indias
donde se dice que el hospital estaba constituido en 1575 “por dos salas y un capilla
caída”68. A partir de 1602 por estar regido por los religiosos de San Juan de Dios, pasó a
llamarse Hospital de San Juan de Dios. Este hospital contenía tan solo una veintena de
camas, y estaba dedicado a civiles y militares. A principios del siglo XIX, que es lo que
nos ocupa, su situación económica era difícil. En 1804 se inauguró la vacunación de sus
enfermos. En 1806 entraron en todo el año 1138 enfermos, curaron 820, murieron 250 y
quedaron en cama al final del año 8469. En el siguiente año alojó numerosos enfermos
de gripe y algunos de viruela por las epidemias reinantes. Las medicinas en este hospital
eran de buena calidad aunque no suficientes para el elevado número de enfermos
durante el comienzo de la segunda década del diecinueve. Algo común a los hospitales
que trataremos es que, con la vuelta de Fernando VII a España, se hicieron actos
especiales70. Se asistían muchos casos de difteria, conocida como garrotillo y
pulmonías.

68
DEL PINO Y DE LA VEGA, M., Apuntes para la historia de los hospitales de Cuba (1523 a 1899),
Cuadernos de Historia de la Salud Pública. Nº 24, La Habana, 1963, p. 30.
69
MARTÍNEZ FORTÚN-FOYO, J. A., “Historia de la Medicina en Cuba. Primer cuarto del s. XIX
(1801-1825)”, Historia de la Medicina en Cuba 1751-1839, Cuadernos de Historia de la Salud Pública Nº
97, Ciudad de La Habana, Cuba 2005. Disponible en URL:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/his/his_97/hist0397.htm, p. 22.
70
Según el artículo de Martínez Fortún-Foyo titulado “Historia de la Medicina en Cuba. Primer cuarto del
s.XIX (1801 – 1825)”, en el Hospital de San Ambrosio se hicieron comidas extraordinarias en Septiembre
de 1814 para celebrar la vuelta de Fernando VII, al igual sucedió en el Hospital de San Felipe y Santiago
contando en algunas de ellas con el ilustre Ayuntamiento el cual dio limosna los enfermos allí asistidos. Y
del mismo modo también lo celebraron en el Hospital San Francisco de Paula.

63
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En 1821 cesó su administración por los frailes y fue entregado al Municipio de la


ciudad71, en cumplimiento de una Real Orden de 9 de Noviembre de 1820, aunque el
estado del hospital era lamentable, había tal falta de limpieza que los vecinos de La
Habana ni se acercaban debido al olor insoportable que se desprendía del hospital.

Durante esta época, el establecimiento estaba congestionado por enfermos y presos, por
lo que con relativa frecuencia se daban funciones benéficas en el teatro y plaza de toros
para su auxilio. La contratación de las medicinas estaba a cargo de D. Ignacio Dedín, de
la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, cobrando éste 212 pesos
mensuales.

A mediados de siglo (1861), el hospital fue trasladado a los altos de la cárcel,


trasladándose urgentemente cuatrocientos enfermos, por un derrumbe ocurrido en el
caserón donde se hallaba emplazado. Este hospital fue siempre muy pobre, y atendió
durante mucho tiempo a la tropa de marinería.

En el Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba de Jacobo de la


Pezuela, impreso en 1863, encontramos una buena descripción del edificio que nos
permite acercarnos a cómo era en esa época, incidiendo en lo que ya veníamos
exponiendo acerca de sus malas condiciones higiénicas:

«Este edificio, situado entre las calles de lo empedrado y San Juan de Dios, Habana y
Aguiar, carece de las condiciones higiénicas, que se recomiendan para esta clase de
71
Dar una fecha exacta de cuando el hospital pasa a manos del Municipio es algo muy controvertido,
pues es en 1793 cuando se retira a los Hermanos la administración del mismo (según cita en su libro el
doctor Del Pino. Pero en 1817 era Prior del hospital Fr. Francisco de Rojas, y en 1831 figura como Prior
Fr. Francisco Pacheco, y en 1857 permanecía en el hospital un religioso de la misma orden. Esta es la
última fecha en que se consta la presencia de algún hermano “juanino” al servicio del hospital (según el
artículo de Ortega Lázaro). Nuestro dato lo tomamos de otro de los artículos que nos sirven de referencia
como es el de José A. Martínez- Fortín Foyo, que es el más actual de todos, y donde nos reseña que eso
figura en las Actas del Ayuntamiento de La Habana. Quizás desde esta fecha es cuando aunque hubiera
frailes al frente del nosocomio estaban supeditados a las disposiciones del Ayuntamiento.

64
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

establecimientos, no teniendo la ventilación debida por hallarse rodeado de casas cuya


elevación le impide renovar en sus salas el aire con la facilidad necesaria. Se compone
de 2 grandes claustros con pisos altos, en los cuales están establecidas las salas para
blancos, una para cirugía, otra de convalecencia, 2 de clínica médica y otra donde se
cura a los enfermos por el sistema homeopático; y tiene habitaciones destinadas a las
hermanas de la Caridad. La parte baja está dividida en 2 salas de clínica médica, una
de cirugía, otra para los presos, la botica y demás oficinas y dependencias necesarias
para su servicio. En el centro de cada claustro hay un patio con jardines para recreo de
los enfermos convalecientes, dando uno frente a la puerta principal que se comunica
con la iglesia y otro que sale a la que tiene por la calle de lo Empedrado.»72

Otro de los primitivos hospitales de La Habana fue el citado Hospital de Mujeres de San
Francisco de Paula. Se fundó en 1664, estando constituido por una sala con cuatro
camas. Fue destruido por un temporal en 1688, reconstruido en 1730, ampliado en 1771
y totalmente terminado en 1799, con una capacidad ya entonces de ciento nueve camas.
Un hito importante en la historia de este hospital fue la apertura de la Academia de
Parteras en 1828 promovida, como ya anotamos, por la Sociedad Patriótica de Amigos
del País.

Este hospital constaba de dos salas altas para mujeres blancas, dos bajas para las de
color, otra para enfermedades contagiosas, y otra que daba al sur destinada al refugio de
negras y mulatas viejas. En 1862 su personal facultativo lo constituían un médico, un
cirujano y un practicante.

El hospital [Ilu. 20] con sus dependencias y la iglesia formaba un cuadrilongo irregular
entre el baluarte y la calle de su mismo nombre, y entre la orilla de la bahía y la calle de

72
DE LA PEZUELA, J., Diccionario geográfico, estadístico…, Ob. Cit., 1863, p. 162.

65
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

San Ignacio. El piso superior, con azotea almenada, presentaba siete ventanas con vistas
a la bahía y el inferior poseía un portal con seis columnas.73

Ilustración 20. Hospital de Mujeres San Francisco de Paula.74

Posterior a la fundación de éste último fue el Hospital de San Lázaro que abrió sus
puertas en 1681. Fue un hospital destinado al tratamiento de enfermos con lepra,
también conocida como elefancia, elefantiasis o mal de San Lázaro. Según el artículo
de Martínez Fortún-Foyo: “En 1834 estaba administrado por José Rodríguez Castro con
su mayordomo Vicente González. Recibía muchos regalos y limosnas para su
sostenimiento. El promedio de enfermos era de 90 por mes. Figuraba como director
médico el Dr. J.J. de Hevia. En mayo de 1835 alojaba 83 enfermos. Su vida como la de
casi todos los hospitales de la época: triste y pobre. En 1836 entraron 114 y murieron
23. En el mes de noviembre de 1837 sostenía 90 enfermos. En 1838, en febrero, alojaba
84 enfermos; en mayo 84 y estaban 13 en la enfermería.”75

73
Ibidem.
74
MIALHE, F., Isla de Cuba Pintoresca, 1839. Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/chc9999&CISOPTR=63&REC=1
75
MARTÍNEZ FORTÚN-FOYO, J. A., Historia de la Medicina en Cuba 1751-1839, Cuadernos de
Historia de la Salud Pública Nº 97, Ciudad de La Habana, Cuba 2005. Disponible en URL:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/his/his_97/hist0497.htm, p. 15.

66
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Otro hospital fue el Hospital de los Belemitas o también llamado Convalecencia de


Belen fundado en 1704. Contaba en sus comienzos con cuatro camas para atender a los
enfermos que eran dados de alta de otros hospitales pero sin haber conseguido
recuperarse por completo. En 1833 prestó buenos servicios durante la epidemia del
cólera. En 1836 el General Tacón dispuso el establecimiento dentro de la convalecencia
de un “Hospital de Ojos” estando al frente del mismo el Dr. Floriano Fontray que
practicaba operaciones de cataratas.

Otro importante hospital es el Hospital Militar de San Ambrosio, ya también referido


anteriormente, que data de 1744 y estuvo situado en la calle de San Isidro. A la plantilla
de este hospital perteneció el Dr. T. Romay como médico principal durante varios años.
En 1842 se trasladó a la antigua Factoría de de Tabaco, después de haber realizado
reformas en la misma. A partir de entonces se conocería como Hospital general militar
y contaría con mil camas. Estaba ampliamente dotado de personal y atendió a enfermos
de tisis, viruelas, tifus, sífilis, cólera y fiebre amarilla.

Siguiendo con este repaso de algunos de los hospitales existentes en Cuba


referenciamos ahora el Hospital de Nuestra Señora de las Mercedes [Ilu. 21] al cual
fueron trasladados los enfermos del Hospital de San Felipe y Santiago debido a su mal
estado. Éste fue fundado en 1886, aunque los accesos al mismo no eran muy buenos. Se
puede decir que fue el continuador del Hospital de San Felipe. Contó también con
amplio personal, entre los cuales figuraba la presencia de un farmacéutico. Estaba
alejado de aglomeraciones de población, de terrenos pantanosos y anegadizos, y contaba
con buena ventilación. Era un edificio con planta en forma de cruz [Ilu. 22], quedando
cuatro patios en los que se levantaban los pabellones destinados a los enfermos. Estos
pabellones eran en total diez y desembocaban en la galería central de la cruz. Cada uno
de ellos estaba separado por patios bien soleados y aireados. La galería central que
forma el aspa vertical de la cruz estaba dedicada a dependencias del servicio, como la
capilla y sacristía, botica, refectorio de las hermanas de la Caridad, habitación del
médico de guardia, dos pequeñas habitaciones para enfermos operados que necesiten

67
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

aislamiento y, por último, el salón de conferencias y operaciones, y la despensa. A la


entrada del edificio existía un cuerpo de fábrica independiente de dos pisos que servía
para oficinas en la planta baja y en la superior para habitaciones de las hermanas de la
Caridad y despacho de la Dirección. Entre las enfermedades que fueron tratadas en este
hospital destacamos las del aparato respiratorio, como fue la tuberculosis pulmonar con
un alto índice de mortalidad; afecciones del aparato circulatorio y del corazón; fiebre
amarilla; fiebre tifoidea; paludismo; sarampión; viruelas; sífilis; hemorragias;
enfermedades renales y tumores.76

Además de estos hospitales, en Cuba existieron otros hospitales para dementes,


hospitales de sangre y otros en las distintas provincias.77

Ilustración 21. Hospital de Nuestra Señora de las Mercedes.78

76
Hospital civil Nuestra Sra. De las Mercedes antes San Felipe y Santiago. Datos históricos
administrativos. Estadística médica, Imprenta del “Avisador Comercial” de Pulido y Díaz, Habana, 1889,
pp. 26-28, 37-39.
77
Según el libro del Dr. Del Pino y de la Vega, en el año de 1859 funcionaban un total de veintiocho
hospitales en Cuba, repartidos en distintas provincias (Bayamo, Matanzas, Puerto Príncipe, Sancti
Spíritus, Trinidad, Villa Clara, entre otras). Además de éstos existían dieciséis Casas de Salud en toda la
isla.

68
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 22. Plano del Hospital Civil “Ntra. Sra. De las Mercedes”.79

78
MARTÍNEZ-FORTÚN FOYO, J. A., Historia de la Medicina en Cuba (1840-1958). Período de 1850 a
1859. Cuadernos de Historia de la Salud Pública, nº 98, La Habana, 2005. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/his/his_98/f05his98.jpg
79
Hospital civil Nuestra Sra. De las Mercedes antes San Felipe y Santiago. Datos históricos
administrativos. Estadística médica, Imprenta del “Avisador Comercial” de Pulido y Díaz, Habana, 1889.

69
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.2.8. LA FARMACIA EN LOS HOSPITALES MILITARES

Una aproximación a lo que fuera la Farmacia militar durante los años de guerra en Cuba
la tenemos gracias a la Memoria acerca de la Farmacia Militar de La Habana en el año
económico de 1871-1872 realizada por D. Leto López y Villaluenga en 1872, la cual se
expone en los apéndices.

La Memoria se realizó debido a que en los años 1870-1871 se pidieron grandes


cantidades de medicamentos a la farmacia del hospital militar de Bayámo, de ahí que se
hiciera un pequeño estudio acerca de los medicamentos que en aquel entonces fueran
consumidos por los enfermos del hospital y de los dispensados para los diferentes
destacamentos que se proveían de aquella farmacia.

Hemos de recordar que durante esos años Cuba estuvo envuelta en la conocida como
Guerra de los diez años o Gran Guerra.

El autor constató que en algunos pedidos que se hacían no se veía la menor noción de lo
que era un medicamento, algo que según el mismo se habría podido subsanar
repartiendo a las compañías dos o tres libritos donde se explicaran las dosis y formas de
uso de los medicamentos más frecuentes en virtud de las enfermedades más comunes en
la zona.

En la Memoria se realizó una relación de los productos químicos y naturales, y de todos


los efectos consumidos en la curación de enfermos de los hospitales militares, así como
su forma de administración, entre los que podemos mencionar: aceites, de almendras
dulces, azahar, anís, clavo, menta, tomillo, rosas, mostaza, espliego, entre otros; ácidos
de distinta índole como el cítrico y el sulfúrico; sumidades de diversas plantas, entre las
que podemos destacar, beleño, belladona, anís, altea, laurel, borraja, cedro, cólchico,

70
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

digital, espliego, genciana, ipecacuana, manzanilla; otros productos como almizcle,


cantáridas, sulfato de atropina, de cobre, de morfina, sanguijuelas, resinas, nitrato de
plata, extractos, codeína, bicarbonatos, boratos, entre un sinfín de productos. En lo
referente a los efectos de curación se encontraban algodón, bragueros, candelillas de
cera, jeringuillas de estaño y de cristal y suspensorios.

Con los distintos productos descritos se confeccionaban las diferentes fórmulas


magistrales u oficinales para el tratamiento de los enfermos entre las que señalamos:
aceites, alcoholes, bálsamos, cataplasmas, ceratos, cocimientos, colirios, electuarios,
emulsiones, enemas, infusiones, jarabes, linimentos, píldoras, soluciones, tinturas,
tisanas, ungüentos, entre otros.

El autor nos hablaba de que en La Habana existían tres hospitales militares: dos
provisionales y uno que llamaría Central que era fijo. Las Farmacias de los dos primeros
(situadas en el Cuartel de Madera y en los Barracones del Castillo del Príncipe), como
eran provisionales, no reunían ni local ni material que sería necesario que tuvieran si
fuesen fijas. Presentaban buenas anaquelerías, buenos mostradores y buenos envases
para contener medicamentos, pero carecían de hornillas por lo que confeccionar tisanas
y cocimientos requería un grandísimo trabajo. La precariedad de los mismos se aprecia
cuando se hacía mención a que cada vaso con medicinas que salía de la farmacia
debería ir cubierto con una tapadera, debido a que, dada la cantidad de insectos, se
llenaba la superficie de moscas.

Se hacía una buena descripción del local de la Farmacia del llamado hospital Central, lo
que nos permite acercarnos a como podía ser una farmacia de un hospital militar de la
época.

El local que ocupaba la Farmacia se componía de cinco departamentos: oficina,


despacho del farmacéutico, un cuarto, laboratorio y almacén, además de un patio.

71
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

La oficina estaba compuesta en su pared del frente por una buena anaquelería con diez
y ocho estantes y cajones en la parte baja, con una pequeña ventana situada encima de la
anaquelería. Tenía una mesa con diez cajones donde se dispensaban las medicinas y otra
más hacia dentro con básculas y otros efectos.

El despacho servía de escritorio y archivo, y conectaba con el patio por medio de un


zaguán cercado por una verja.

El cuarto comunicaba la Farmacia con el Laboratorio y servía para dispensar las aguas a
través de una ventana que daba a un corredor.

El laboratorio tenía en el centro un fogón de hierro, además presentaba un grifo que


facilitaba las operaciones de los preparados y la limpieza, estaba bien ventilado y
comunicaba con el patio.

El patio era espacioso y bien ventilado siendo el lugar donde se confeccionaban o se


terminaban de realizar la mayor parte de las fórmulas. Presentaba una fuente, y suelo de
baldosas de piedra como el resto de los departamentos descritos.

Al fondo del patio se situaba el almacén, pequeño, bajo de techo, con pavimento de
tierra y sin ventilación suficiente. El material con el que contaba además del esencial,
estaba constituido por dos alambiques de cobre, una prensa de hierro, una máquina para
moler café, otra para cortar raíces, otra para exprimir limones, un embudo lixiviador,
unas cuantas retortas, algunos balones, ocho o diez crisoles y un surtido bastante regular
de cápsulas de porcelana y cristal. Había también, un Hidrotímetro (Hidrómetro) de

72
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Boutron y Boudet80, una colección de areómetros para graduar toda clase de líquidos,
una caja de reactivos, un gasógeno de Mr. Biett81, un barómetro y un termómetro.

Añadiremos que contó con un personal escaso pero pudieron confeccionarse gran
cantidad de medicamentos.82

En época de guerra médicos y farmacéuticos tenían que agudizar su ingenio para así
suplir las carencias de algunos productos farmacéuticos, utilizando la riqueza vegetal
que brindaba la flora de Cuba. Así se utilizaron fibras de la guacacoa (Daphnopsis
guacacoa) como vendajes, la yamagua (Guarea guara) como hemostático, la miel de
abejas y el polvo de café y tabaco como antisépticos en la curación de heridas y úlceras.

Se utilizaban otras plantas medicinales como la Aguedita (Picramnia pentandra) y los


limones como febrífugos, el guaguasí (Casearia sylvestris) y el manzanillo (Hippomane
mancinella) como purgantes, el extracto de cedro como astringente, además de los

80
«Los procedimientos hidrotimétricos evalúan la dureza de un agua o la cantidad de sus sales de cal y
de magnesia por el volumen de solución alcohólica de jabón, necesario para transformarlas en sales
insolubles de ácidos grasos.

El líquido hidrotimétrico consiste en una disolución de 50 grms. de jabón blanco de Marsella en 800
grms. de alcohol de 90° centesimales. Para valorar este líquido se emplea una disolución de 0'25grms.
de cloruro cálcico puro y fundido en 1 litro de agua destilada; de modo que, sabiendo la cantidad de cal
contenida en m centímetros cúbicos de ésta, se determina en seguida los n c.c. de la solución de jabón,
necesarios para precipitar toda la cal; el término se indica por la espuma persistente, que se forma
agitando la mezcla en un frasco.

Los Sres. Boutron y Boudet se sirven de una bureta especial, cada uno de cuyos grados equivale a
0'0114 gramos de cloruro cálcico por litro de agua ensayada; de modo que, si se gastan 18° de la bureta
para 100 c.c. de agua, esto quiere decir: que en 1 litro de agua hay 18 x 0’0114 gramos de cloruro
cálcico; y que, para formar espuma persistente, son necesarios 18 decigramos de jabón para 1 litro de
agua.»

En MARROLAIN SAN JUAN, P., Ejercicios prácticos de Química Moderna, tomo primero,
Establecimiento tipográfico de Poch y Creixell, Málaga, 1895.
81
El gasógeno es un aparato que genera combustible gaseoso a partir de la combustión de materia
orgánica.
82
LÓPEZ Y VILLALUENGA, L., Memoria acerca de la Farmacia Militar de La Habana en el año
económico de 1871 a 1872, Imprenta de viuda de Barcina y Compañía, Habana, 1872, pp. 5-33.

73
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

mencionados con anterioridad. El aguardiente y el agua con miel fueron panaceas de los
males del mambí.83

Como vemos, se trataba de una situación sanitaria bastante precaria pues en época de
guerras los recursos escaseaban y se carecía de suficientes profesionales sanitarios y de
infraestructuras adecuadas para atender a la población y soldados heridos.

83
PICAZA Y PINO, S., “La Medicina en las Guerras de Independencia”, Revista bimestre cubana, vol.
LXII, Nº 4,5, y 6, Julio-Diciembre 1948, pp. 29-30.

74
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3. CAPÍTULO TERCERO: APORTACIÓN


ESPAÑOLA A LA FARMACIA CUBANA
DECIMONÓNICA.

75
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.1. LA REGULACIÓN DE LA SANIDAD: EL REAL TRIBUNAL DEL


PROTOMEDICATO (1711 – 1833).

Como es sabido, el Real Tribunal del Protomedicato en España data del año 1477, y su
creación se debió a los Reyes Católicos, con el fin de ser un órgano que regulara las
actividades sanitarias, entre ellas el ejercicio farmacéutico. Era una institución que se
ocupaba, en este ámbito, de todas las actividades farmacéuticas, los exámenes y la
concesión de licencias para poder ejercer de forma legal.

Este organismo se estableció en todos los dominios españoles de las Indias. Sin
embargo, en Cuba pasarían muchos años hasta su establecimiento en 1634 gracias al
médico español Francisco Muñoz de Rojas, graduado en Sevilla y residente en Cuba, el
cual fue nombrado Protomédico de la Isla. Hasta entonces, todos los aspirantes a
cirujanos, barberos, boticarios y parteras debían hacer su examen en Nueva España —
actual Méjico—, de cuyo Protomedicato dependía la Isla.84

Así se hace constar en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana:

« (…) Lcdo. D. Francisco Muñoz de Rojas, he tenido y por la presente tengo por bien
que ahora y de aquí en adelante cuanto mi voluntad fuese, seais mi protomédico
ecsaminador de todos los doctores, cirujanos, barberos, boticarios y parteras de la
dicha ciudad de la Habana y Ysla de Cuba, y que como tal podaís usar y useis el dicho
cargo en los casos y cosas a él anejas y concernientes según y de la manera que lo usan
y pueden y deben usar los protomédicos y ecsaminadores destos reinos y de la ciudad

de Megico, Los Reyes, Santa Fe, y Cartagena, ecsaminando y dando títulos y licencias
a los que hallárades hábiles y suficientes para los dichos oficios, (…). »85

84
SANTOVENIA, E. S. El Protomedicato de La Habana, La Habana: Ed. Neptuno, 1952, p. 15.
85
LÓPEZ SÁNCHEZ, J. La Medicina en La Habana. 1550- 1730…, Ob. Cit, 1970, p. 63.

76
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

El tribunal existió mientras el Ldo. Muñoz de Rojas vivió. Tras su muerte desapareció,
quedando la isla sin regulación ninguna y a merced de individuos no cualificados, en
muchas ocasiones curanderos o charlatanes, hasta la llegada de Francisco Teneza y
Rubira que, sin ser médico —pues era doctor en Derecho Civil—, pero de reconocida
valía por sus destacadas acciones asistenciales y médicas en travesías navales, pudo
ostentar el cargo de Protomédico de La Habana y fundar el Real Tribunal del
Protomedicato de La Habana en 1711, similar a los ya existentes en otras colonias
españolas, y que estaría presente en la Isla hasta 1833.86

La importancia de esta institución radica en que nos encontramos en una época de


grandes carencias en materia sanitaria, pues en Cuba todavía no se estudiaba Medicina,
ni Cirugía, y eran pocos los médicos venidos de fuera. Esto lo podemos extrapolar al
resto de profesionales sanitarios, abundando, como hemos expuesto, la presencia de
prácticos y curanderos.

Este tribunal se encargaba de examinar a boticarios, especieros y herbolarios, controlaba


de la venta de medicinas y a los médicos que invadían el campo de los farmacéuticos,
algo que era bastante habitual en esta época.

En lo referente a los requisitos que debía cumplir un aspirante a boticario y a su


examen, se desprende de las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana
recopiladas en la obra de José López Sánchez (donde quedan recogidas numerosas
solicitudes de Licencia para ejercer el Arte Farmacéutico por parte de Maestros
Farmacéuticos con título expedido por el Protomedicato, ya sea de La Habana o de
Méjico) que, para ser examinado por el Real Tribunal del Protomedicato, era necesario
haber estado cuatro años de práctica con un Maestro Boticario, además de presentar una

86
SANTOVENIA, E. S. El Protomedicato…, Ob. cit., 1952, pp. 15-22.

77
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

serie de documentos como su fe de bautismo, limpieza de sangre, buena vida y


costumbres, y tener cumplidos veinticinco años.

Cumplidos los requisitos, el candidato podía optar a examinarse. El aspirante era


examinado de latinidad y teórica de dicho Arte, donde se valoraba su conocimiento de
las drogas; empleo y elección de yerbas; preparación y duración de las medicinas; modo
de mezclar los compuestos, y demás concerniente al mencionado Arte. En dicho
examen se le daba un libro de farmacia, que normalmente era el libro de los Cánones de
Mesué y se le hacía leer y explicar un párrafo escogido por el tribunal, posteriormente se
le hacían diversas preguntas acerca de lo leído y de cualquier aspecto farmacéutico.
También había una parte práctica realizada en una botica donde debía reconocer
distintas medicinas y graduar distintos pesos, pesas y medidas, tras lo cual se tenía que
enfrentar a un turno de preguntas.

Si estas pruebas eran superadas, se le permitía poner botica pública en cualquiera de los
dominios de S.M., y se le hacía juramento de defender la Purísima Concepción de la
Virgen María y de usar adecuadamente su facultad, además de pagar “media annata”
en concepto de derechos.87

2.3.2. LA REAL JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE FARMACIA.

La Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia apareció en España en


el año de 1800 tras la desaparición del Real Tribunal del Protomedicato, el cual debido a
los complejos cambios políticos que acontecieron en la España decimonónica, volvió a
reestablecerse, aunque ya con una vida efímera.

87
LÓPEZ SÁNCHEZ, J. La Medicina en La Habana. 1731-1799. (Cronología de los hechos médicos
consignados en las Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana). 2ª Parte, La Habana 1970, pp.
56-62, 76-81, 95, 97, 110, 194 y 205.

78
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Al igual que el caso español, ésta también se instauró en Cuba en 1833, fruto de la
existencia de un Protomedicato cada vez más en decadencia y cuya ineficacia se pondría
de manifiesto tras la aparición en la Isla de una epidemia de Cólera morbo-asiático.

Esta Junta, según su Real Cédula de erección, era independiente de la Junta de Medicina
y Cirugía, y a su vez de las establecidas en España. Se componía de tres vocales y un
secretario, no facultativo, nombrados por S. M. de acuerdo a la propuesta que la propia
Junta hacía a través del Gobernador. En sus comienzos los vocales fueron Antonio
Gervasio de Mendoza (Presidente), D. Ignacio Dedín de la Torre y D. Mariano Medina
(Boticario honorario de la Real Cámara). Su secretario fue Antonio María Muñoz. Así
consta no solo en su reglamento, sino en numerosos documentos que aparecen firmados
y rubricados por los mismos.

El reglamento para la dirección y el gobierno de la Junta refleja todas las misiones y


atribuciones de la misma. Sus funciones fueron muchas, pues era quien regulaba la
Farmacia en todos sus aspectos. Mencionaré algunas de ellas:

Era, además quien expedía los títulos de grados menores y mayores en la Facultad,
firmados por sus individuos y refrendados y sellados por el Secretario, debiendo de dar
cuenta al consejo de todos los grados de Licenciado y Doctor que confería, con
certificación del secretario que debía acreditar el haber hecho el graduando todos los
años de estudios y exámenes que se requerían, y hallarse con las cualidades necesarias,
sin exigir a los interesados por esta diligencia derechos. De esta forma, los que así
obtuvieran sus títulos y los que ya los tuvieran, gozarían respectivamente de las mismas
facultades, gracias, prerrogativas y exenciones que los graduados en medicina y cirugía,
y en las demás facultades mayores en las universidades de los dominios de S. M.

De esto nos dejan constancia algunos documentos, de los que reproducimos uno de
ellos:

79
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

« Dirijimos a V. S. seis certificaciones del Secretario de esta Real Junta relativos a los
grados de Licenciado en la facultad de Farmacia que la misma ha conferido a D. José
Gabriel García Espinosa, D. Cayetano García, D. Francisco Soler, D. Ignacio Antonio
Dedín, D. Manuel Fernández Rodríguez y D. Alejandro del Río; a fin de que se sirva V.
S. dar cuenta a la Sección correspondiente del Consejo Real de España e Indias en
estricto cumplimiento de lo que se dispone en el artículo seis del Reglamento aprobado
por S. M. para la dirección y gobierno de dicha Real Junta.

Dios guarde a V. S. muchos años. Habana 31 de Octubre de 1834.

D. Antonio María Muñoz, Escribano de S. M. y secretario de la Real Junta Superior


Gubernativa de la Facultad de Farmacia de la Isla de Cuba.

Certifico en debida forma que habiéndose presentado a la Real Junta D. José Gabriel
García Espinosa natural de Managua en esta Isla de edad de veinte y tres años
solicitando el grado de Licenciado en la facultad de Farmacia acompañando al mismo
información de legitimidad limpieza de sangre buena vida y costumbre aprobada
judicialmente con citación del síndico procurador general del Común y Certificación
del Farmacéutico D. José Calisto Pérez en que acredita haber estudiado y practicado
la farmacia el tiempo de dos años y otra en que también consta haber estudiado cinco
años. Se pasaron dichos documentos a informe del Doctor D. Francisco de Paula
Suarez, Maestro de Ceremonias Fiscal y con lo que este expuso fue admitido a examen
el cual tubo efecto en las sesiones extraordinarias de seis y quince de Septiembre del
corriente año contestando en el tiempo de dos horas en cada una a las diversas
preguntas que se le hicieron por los Señores Vocales, quienes satisfechos de la
suficiencia del expresado D. José Gabriel García Espinosa tanto en teoría como en
práctica lo aprobaron por unanimidad de votos, admitiéndolo enseguida a prestar el
juramento que hizo ante mi en la forma legal y con arreglo a la cláusula que contiene
la Real orden de siete de Febrero último, y el Señor Presidente a nombre de la Junta y
en uso de las facultades que S. M. se ha dignado concederla por el artículo veinte y dos
del Reglamento aprobado por Real orden de veinte y uno de Octubre del año próximo
pasado le confirió el grado de Licenciado en la susodicha facultad de Farmacia
acordando se le despachase el correspondiente título.

80
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Y para dar cuenta al Consejo Real de España e Indias como se previene en el artículo
seis del citado Reglamento pongo la presente en la siempre fidelísima Ciudad de la
Habana a veinte y uno de Octubre de mil ochocientos treinta y cuatro años.

Antonio Mª Muñoz. »88

En ella recaía la potestad para nombrar los visitadores, vistas en aduanas marítimas e
inspectores de medicina en los reales hospitales del ejército y marina, los cuales habían
de ser farmacéuticos aprobados, con pericia y probidad conocidas.

Ésta fijaba la tarifa de los precios [Ilu. 23] a los que se debían de vender las medicinas
simples y compuestas por los boticarios, ajustándose y tomando como referencia la
establecida en la Península en 1831:

«La Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia de la Isla de Cuba.


Teniendo la exclusiva facultad de arreglar los precios a qué se hayan de vender las
medicinas tanto simples como compuestas en las oficinas de farmacia de toda la Isla,
ha procedido a formar la Tarifa que sigue a continuación conforme a la publicada en
Madrid el año pasado de mil ochocientos treinta y uno, aumentando solamente los
vegetales indígenos que no se han incluido en aquella, y bajando los precios de otros
cuya adquisición aquí es menos costosa; consiliando el interés y mejor servicio público
con el de los facultativos: por tanto en uso de la autoridad gubernativa que nos está
concedida por S. M. en el artículo nueve del Reglamento, mandamos: que todos los
farmacéuticos de la Isla vendan los medicamentos a los precios que van designados en
la presente Tarifa (...).»89

88
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 11, Exp.13, «Expedición de título de licenciado en Farmacia a varios
aspirantes», 1834.
89
Tarifa de los precios a que hayan de venderse los medicamentos simples y compuestos en las Oficinas
de Farmacia de la isla de Cuba, Oficina de D. Pedro Martínez, impresor del Ramo, Habana, 1834.

81
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 23. Tarifa de los precios a que hayan de venderse los medicamentos simples
y compuestos en las oficina de Farmacia de la Isla de Cuba (1834).90

90
Tarifa de los precios a que hayan de venderse..., Ob. cit., 1834.

82
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

De la misma forma, establecía el Petitorio con todo lo que debían poseer los
farmacéuticos en sus boticas, en lo que se refiere a sustancias medicinales y químicas,
preparados, útiles de laboratorio y libros obligatorios:

«La Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia de la Isla de Cuba.


Considerando que es de absoluta necesidad la formación de un Petitorio que manifieste
el orden con que deben estar arregladas las oficinas farmacéuticas, y estando facultada
para ello por el artículo nueve del Reglamento aprobado por S. M. en Real orden de
veinte y uno de Octubre de mil ochocientos treinta y tres, manda: que todos los
farmacéuticos de la isla, organicen y provean sus boticas de las máquinas, utensilios y
medicamentos que se espresan en el presente Petitorio, rotulando para mayor claridad
las vasijas en que estos se conserven con la nomenclatura moderna, sin perjuicio de
poner igualmente en ellas los nombres de la antigua, para evitar cualquier duda que
pudiera ocurrirles en su despacho; debiendo sujetarse en los actos de visita así a dicho
Petitorio (...).»91

Este Petitorio recogía que en las boticas debían disponer de la cuarta edición de la
Farmacopea Hispana y el libro de los Elementos de Farmacia del Dr. Carbonell en la
elaboración de sus medicamentos. En cuanto a todos los requerimientos de material de
laboratorio, sustancias químicas, medicinales y preparados, era en todo momento
similar al español de 1831, añadiendo además plantas medicinales propias de la Isla,
entre las que podemos citar: Tengue (Poeppigia procera), su corteza poseía propiedades
tónicas y astringentes, y era utizada para tratar las diarreas crónicas; Coccoloba uvifera,
de propiedades febrífugas y astringentes; Yaba (Geoffroea inermis), cuya corteza se
usaba como vermífugo; Ciguaraya (Trichilia glabra), de variadas propiedades
medicinales; Manajú (Rheedia aristata), cuya resina tenía propiedades
antihemorrágicas, laxantes y antirreumáticas entre otras; Guaguaci (Laetia apetala), de

91
Petitorio formado por la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia de la Isla de
Cuba arreglado a la última edición de la Farmacopea española. Para las visitas de Botica de esta Isla,
Oficina de D. Pedro Martínez, impresor del Ramo, Habana, 1834.

83
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

su resina se hacía uso como purgante drástico y en el tratamiento de enfermedades


venéreas; y Guira silvestre (Crescentia cujete), con propiedades diversas.

La Real Junta revisaba y aprobaba las obras o anuncios que se imprimían en la isla
relacionados con la farmacia. Prohibía la venta de medicamentos a todo aquel que no
fuera farmacéutico, solamente permitía la venta de medicamentos simples sin
preparación alguna a los comerciantes o almacenistas, siempre que no vendieran menos
de cuarterón de libra92. Si esto no era respetado la Junta multaba con 100 pesos la
primera vez, 200 la segunda vez, y si reincidía 250 y prohibición de vender el género.

En su artículo 18 volvía a reafirmarse en que los únicos capacitados para la venta de


medicinas eran los farmacéuticos, lo que demuestra una vez más la presencia de gente
no cualificada comerciando con remedios, algo sobre lo que la Junta, como se observa,
pondría orden e intentaría erradicar. Textualmente dice lo siguiente:

« Para precaver los daños que se notan en perjuicio de la salud pública, del abuso de
muchos imperitos, que sin ser farmacéuticos aprobados se introducen a elaborar y
vender algunos medicamentos, se prohibe, bajo las mismas penas establecidas en el
artículo 16, que ninguna persona de cualquier calidad y profesión que sea pueda
elaborar ni vender medicina alguna simple ni compuesta, ni aun con el pretesto de
específico o secreto, pues uno y otro es y será privativo de solo los farmacéuticos
aprobados (….).»93

Este organismo se encargaba también de hacer un listado de las plantas venenosas o


perjudiciales para la salud que publicaba para que nadie pudiese venderlas.

92
El cuarterón de libra era una unidad de peso que equivalía a cuatro onzas, pues una libra eran dieciséis
onzas y cuya equivalencia actual son ciento quince gramos.
93
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 14, Exp.16, «Reglamento para la Dirección y Gobierno de la Real
Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia», Habana, 1834.

84
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En su artículo 21 de nuevo remarcaba que sería quien otorgaría los grados (entiéndase
Bachiller, Licenciado y Doctor), lo dice así:

«La Junta esta facultada para conferir grados, previo un examen rígido en la materia,
debiendo exigir para entrar en él los años de estudio que se han necesitado hasta el
día.»94

Otro de sus cometidos fue establecer subdelegados, doctores en farmacia, en los pueblos
que creía conveniente, otorgándoles sus títulos y designándoles las obligaciones de su
empleo de acuerdo a los estatutos, y sin perjuicio de las visitas, cuyo encargo les podía
delegar a cualquier otro del ramo.

Como hemos podido comprobar las atribuciones de la Junta eran gubernativo–


económicas, siendo como se cita en uno de los artículos del reglamento, “cabeza y gefe
de la facultad de Farmacia”.95

De esta forma, la farmacia quedaba controlada por farmacéuticos y no por médicos,


como sucediera durante la existencia del Protomedicato.

En cuanto a la formación, la Junta estableció un Plan de Estudios de Farmacia, así se


establecieron tres cátedras: Farmacia Teórica, Química y Botánica.

La provisión de las cátedras se haría por rigurosa oposición, la cual se hacía pública y se
daba un plazo de tres meses para todos los que quisiesen presentarse a dicha

94
Ibidem.
95
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 14, Exp.16, «Reglamento para la Dirección y Gobierno de la Real
Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia», Habana, 1834.

85
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

convocatoria. Los temas que debían defender los presentados los fijaba la Junta dando
un tiempo de dos horas para cada ejercicio, media hora para disertación sobre la materia
y hora y media de examen. Los temas o puntos a tratar se sacaban de diversos libros, así
para la oposición a la cátedra de Farmacia Teórica era de los elementos de “Farmacia
Carbonell”. Para la de Botánica, “el curso de Cabanillas”; y para la de Química “La
Química demostrada en veinte y cinco lecciones”.96 Concluidos los ejercicios se
valoraban los méritos del candidato, incluyéndolos en su expediente de oposición. Tras
esto, los jueces de la oposición, que eran los vocales de la Junta, el farmacéutico doctor
más antiguo y el comisionado Real, se reunían y procedían a la aprobación de ejercicios
y propuesta de catedráticos. Ésta se hacía saber a S. M. a través del Gobernador Capitán
General, y al resto de aspirantes. A los nombrados catedráticos, por Real Cédula
correspondiente, se le daban títulos separados del de doctor.

Opositores podían ser todos los doctores y bachilleres en Farmacia, siendo requisito
para estos últimos, el graduarse de doctor si obtenían la cátedra. Para las cátedras de
Química y Botánica se exigía además demostrar mediante certificación haber estudiado
estas ciencias con maestros públicos aprobados, o bien con quienes tuvieran
reconocidos conocimientos y aptitudes en estas disciplinas.

El primer catedrático de Botánica que tuvo la Junta fue D. Pedro Alejandro Auber. En
su expediente de oposición se describe muy bien todo lo citado anteriormente sobre la
provisión de cátedras, al igual que su examen que a continuación reproducimos:

Tras haber recibido las proposiciones sobre las cuales debía disertar,

«expuso la teoría de las clasificaciones botánicas, los diversos métodos que se había
seguido en la ciencia desde su infancia hasta la época actual, el grande impulso dado
por Linneo a esta parte de la Botánica descriptiva, las modificaciones que otros sabios

96
Ibidem.

86
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

hicieron en ella especialmente la del Señor Cabanilles refundiendo en quince clases las
veinte y cuatro del célebre sueco, las más recientes alteraciones que a la distribución
de las plantas en familias se habían hecho por Dejusier Decandolle y otros
contemporáneos, la analogía que se observaba entre el método natural y las
propiedades medicinales de las plantas como objeto digno de evitar la atención así del
médico como del farmacéutico aclarando todas estas doctrinas y explicaciones con
ejemplos oportunos tomados de las plantas cubanas. Terminada su disertación se
procedió a hacerle preguntas por los señores vocales y Juez Real, habiendo entre otras
varias. Satisfecho a las concernientes a la dosificación y determinación de tres plantas
que arbitrariamente se le dieron resultando ser el Hibiscus rosa sinensis, la canna
indica, y la casia alata, con cuyo motivo tuvo ocasión de explanar algunas de las ideas
indicadas en su disertación que la escasez de tiempo no le había permitido
desenvolver.»97

Concluido este acto, el exponente pasaba a manifestar sus méritos y circunstancias


como fundamento de la colocación que solicitaba. Esto nos permite conocer la amplia
formación adquirida por D. Pedro Alejandro Auber hasta llegar a ocupar dicho cargo.

Había estudiado botánica en el Real Jardín Botánico de la corte, durante los años 1811 y
1812. La Zoología y Mineralogía en el Real Museo de Historia Natural. La anatomía del
cuerpo humano en el Real Hospital General donde profesaba entonces el cirujano
principal del ejército francés. La fisiología en el mismo hospital bajo la dirección del
profesor Peña. La química y física en el laboratorio del mismo hospital con el Boticario
en Jefe del ejército francés. Habiendo continuado después estos estudios por afición a
las ciencias naturales, físicas y matemáticas.

La naturaleza de sus estudios y las relaciones que adquirió en la Corte, le valieron para
obtener en 1818 el título de miembro de la Real Academia Matritense. También,

97
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 3, Exp.7, «Provisión de cátedra de Botánica de la Facultad de
Farmacia», 1835.

87
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

durante los años de 1812 hasta 1823 regentó la dirección de hospitales de campaña, pero
sus ideas políticas le obligaron a emigrar a las Islas Canarias donde en los ocho años y
medio que permaneció en ellas hizo excursiones botánicas y contribuyó a los adelantos
de la industria introduciendo de su cuenta un alambique de los perfeccionados por
Adam y sus sucesores.

Tuvo ocasión de aplicar sus conocimientos en la enseñanza particular de la juventud y


durante el viaje científico que hicieron a las Islas Canarias los señores Webb y Barthelos
en el año de 1830, a los que acompañó y con los que mantuvo amistad y
correspondencia, al igual que participación en la publicación de la flora canariensis que
se hizo en Paris en esa misma época. Mas, no ofreciendo aquellas islas los recursos para
el sostenimiento de su numerosa familia, resolvió en 1832 pasar a la rica isla de Cuba
con una colonia de pobladores blancos que bajo su auspicio y la aprobación del
Gobierno dejo establecidos en su parte oriental en terra de Moa.

Desde su llegada a La Habana en 1832, consideró al Jardín Botánico como el centro de


sus tareas particulares en todo el tiempo que le dejaban libre sus ocupaciones; y esta
asistencia y las excursiones que hizo en compañía del director de dicho establecimiento
le proporcionaron ensanchar la esfera de sus ideas sobre botánica con el conocimiento
práctico de las plantas cubanas.98

Para la ocupación de la cátedra de Farmacia Teórica se designó a D. Antonio Benach y


Serra, tras una oposición a la que también se presentaron los aspirantes D. Joaquín de la
Cruz Mendoza y D. Luis Gonzaga Valdés, siendo los puntos sobre los que tuvo que
disertar los siguientes: el primer punto fue tomado de la sección segunda: “De los
medicamentos simples del Reino Vegetal”; el segundo del capítulo séptimo: “De los

98
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 3, Exp.7, «Provisión de cátedra de Botánica de la Facultad de
Farmacia», 1835.

88
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

operatos farmacéuticos magistrales”; y el tercero del mismo99. Entre los méritos que
alegaba para ostentar dicho cargo, y que nos permiten conocer su valía, están los
siguientes: haber sido discípulo del Real Colegio de Farmacia de San Victoriano de
Barcelona, y Bachiller en Artes por el mismo, habiendo tenido que hacer para la
obtención del mismo estudios de gramática latina, de retórica, de lógica y de
matemáticas en clases aprobadas por S.M. También profesaba haber estudiado la
historia natural, Física y Química, materia farmacéutica y Farmacia experimental y
habiendo recibido el grado de Bachiller en farmacia por el mismo Real Colegio y que
tras realizar la correspondiente práctica en el laboratorio y oficina de productos
Químicos de D. J. Codina en Barcelona le valdría el grado de Licenciado otorgado por
la Real Junta ante la cual se presentaba ahora para ocupar el puesto de catedrático, el
cual le fue otorgado.100

La primera cátedra de Química correspondió a D. José Luis Casaseca Silván, natural de


Salamanca. Fue Químico y Tecnólogo industrial, profesor e investigador. Licenciado en
Ciencias en la Universidad de París (1822). Adquirió aprendizaje experimental, entre
1819 y 1822, como ayudante del químico Thenard durante sus lecciones públicas en el
Colegio de Francia. Se le puede considerar “Padre de la química cubana”, pues formó a
figuras importantes como Antonio Caro, Ramón María de Hita (del cual hablaremos en
otro apartado por idear y fabricar un medicamento que resulto ser de dudosa eficacia,
los llamados “Polvos de Hita”, además de formar parte de la Real Academia de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales de La Habana), Joaquín Fabián de Aenlle, Cayetano
Aguilera y Álvaro Reynoso, éste último, su discípulo predilecto en el Colegio de San
Cristóbal, entre 1844 y 1845, y su sustituto en el Instituto de Investigaciones Químicas
de La Habana.

99
Los puntos pertenecen a diversos capítulos y secciones del libro “Elementos de Farmacia fundados en
los principios de la Química moderna” del Doctor Don Francisco Carbonell, que como ya se había
comentado era el libro de referencia para la oposición a la cátedra de Farmacia Teórica.
100
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 10, Exp.11, «Provisión de cátedra de Farmacia Teórica de
Universidad de La Habana», 1838.

89
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Fue el primero en impartir una enseñanza sistemática de la química experimental en


Cuba, a cuya labor se dedicó por espacio de veintidós años. Llegó a La Habana a
instancias de Ramón de la Sagra hacia finales de 1836, dando atención a la Cátedra de
Química de la Real Junta de Fomento (1837-1841), a la Cátedra de Química de la Real
Junta Superior Gubernativa de Farmacia (1839-1842) y, desde 1845 hasta 1849, a la
Cátedra especial de Física y Química aplicada a la industria y a la agricultura,
oficialmente adscrita al “ Colegio Universitario” (antecedente de la Escuela General
Preparatoria, creada en 1857), dentro del proceso de secularización de la Universidad de
La Habana, comenzado en 1842.

Fue fundador en 1848 del Instituto de Investigaciones Químicas de La Habana, uno de


los primeros laboratorios de química en el mundo dedicado exclusivamente a la
investigación industrial. Formó parte de importantes sociedades y su contribuyó en gran
medida al avance de la ciencia y a la técnica entre otros hasta su fallecimiento en
Barcelona en 1869.

En cuanto a la estructura de los estudios, decir que duraban un total de cinco años y se
debían cursar en tres años de teoría y dos de práctica. La parte teórica se estructuraba de
la siguiente forma: los estudiantes comenzaban por la Botánica, dividida en dos cursos,
de marzo a junio el primero y de septiembre a diciembre el segundo. Para comenzar a
estudiar botánica era necesario haber cursado filosofía. Las clases se impartían en el
Jardín Botánico, aunque más tarde pasaron a impartirse en la Universidad. Esto en el
primer año. Tras obtener la certificación101 de haber cursado Botánica, en el segundo
año se matriculaban de Química, también estructurada en dos cursos, de septiembre a
febrero el primero y de marzo a junio el segundo. Al igual que en el caso anterior,
habiendo obtenido la certificación correspondiente de haber cursado Química, el
alumno se matriculaba en Farmacia Teórica, constituyendo éste el último año de los
estudios teóricos, y dividida en los mismos cursos que para la Química.

101
Según aparece en el reglamento de la Junta, en su artículo 97 los catedráticos negarían la certificación
de cualquiera de las asignaturas a los que tuviesen de diez a doce faltas consecutivas.

90
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Los días de clase eran los lunes, miércoles y viernes, y el sábado asistían a la
conferencia o sabatina, presidida por el vocal más antiguo de la Junta. Las horas de
clase eran de siete a nueve por la mañana, y por la tarde de tres a cinco en invierno, y de
cuatro a seis en verano. El sábado la conferencia tenía lugar de diez a doce de la
mañana. Los alumnos de las tres cátedras estaban obligados a defender conclusiones,
públicas o privadas, siempre que el catedrático los nombrase.

Una vez concluidos los cursos se graduaban de Bachilleres en Farmacia mediante un


examen que hacía la Junta. Con este grado de Bachiller, podían matricularse de práctica
y, transcurridos los dos años de práctica, y tras obtener su certificado, podían
presentarse a examen ante la Junta, para así obtener el grado de Licenciado, lo cual le
confería la facultad de abrir Oficina de Farmacia.

También se contemplaba la opción de obtener el grado de Doctor pero, para optar a él,
tenían que haber pasado como mínimo dos años después de haber recibido el de
Licenciado.

Obviamente, cualquier alumno que deseare graduarse tenía que pagar unos derechos, así
por ejemplo, para el grado de Bachiller, las tasas eran de treinta y cuatro pesos, ciento
dos por el de Licenciado y el doble por el de Doctor. A esto hay que sumar una propina
de tres pesos para cada examinador de Bachiller y cuatro para los de Licenciado y
Doctor.102

102
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 14, Exp.16, «Reglamento para la Dirección y Gobierno de la Real
Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia», Habana, 1834.

91
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.3. LA UNIVERSIDAD DE LA HABANA Y LOS ESTUDIOS DE


FARMACIA.

Para hacer una evolución cronológica sobre los estudios en la universidad y


particularmente los de Farmacia, haremos una división en cuatro períodos: el primero
desde su fundación hasta su secularización; el segundo desde su secularización hasta
1863; un tercero desde 1863 a 1880; y un cuarto desde 1880 hasta el fin del
colonialismo español.

La Universidad de La Habana se fundó en 1728 por los religiosos de la Orden de


Predicadores, también conocidos como dominicos, bajo el nombre de Real y Pontificia
Universidad de San Jerónimo de La Habana, y estaba ubicada en el Convento de San
Juan de Letran [Ilu. 24]. Durante este primer período existían cinco facultades:
Teología, Cánones (Derecho canónico), Leyes (Derecho Civil), Medicina y Artes
(Filosofía). Había veinte cátedras, cuyos catedráticos se renovaban cada seis años,
dieciséis de ellas formaban parte de esas cinco facultades y las otras cuatro restantes
eran independientes, entre ellas Matemática y Gramática. En todas las facultades se
otorgaban los grados de Bachiller (Grado Menor), Licenciado y Doctor (Grados
Mayores), excepto en la de Filosofía en la que se confería el grado de Maestro en lugar
del de Doctor. Para la obtención de dichos grados era necesario la realización de unos
ejercicios que solían ser orales. Es curioso destacar que los ejercicios para la obtención
de Grados Mayores eran anunciados mediante repique de campana, y que el conducente
al rango de Doctor era un acto de gran pompa y boato. También se había de acreditar
mediante documentos, legitimidad, limpieza de sangre y buena vida y costumbres.103

103
ARMAS, R. de, y col., Historia de la Universidad de La Habana (1728-1929), Vol. 1, La Habana:
Editorial de Ciencias Sociales, 1984, pp. 49, 52 y 53.

92
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 24. Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana.104

Tras varios intentos de reforma fallidos, en 1842 siendo Gobernador Superior Civil de
la isla el Excmo. Sr. D. Jerónimo Valdés se secularizó la Universidad recibiendo el
nombre de Real y Literaria Universidad de La Habana, estableciéndose un nuevo plan
de estudios y reglamento, que regiría en las islas de Cuba y Puerto Rico. Con este plan,
la enseñanza que se daría en la Universidad correspondería a la secundaria elemental y
superior, y la de facultades, que serían Jurisprudencia, Medicina, Cirugía y Farmacia.

Por este plan se establecían dos clases de catedráticos, unos propietarios y otros
supernumerarios. No se podía llegar a ser propietario sin antes haber sido
supernumerario, y este cargo se obtenía previa oposición. Los sueldos de un catedrático
propietario se fijaban en mil pesos los de entrada, o que no llevaran doce años de
enseñanza, mil quinientos cuando llevaran más de doce años, y dos mil los que pasaran
de veinte años.

La dirección de la Universidad quedaba a cargo de un Rector, debiendo en los asuntos


arduos deliberar con el Claustro general o particular. Había un Secretario, un Oficial, un

104
Disponible en URL: http://www.patgr.cult.cu/efemerides/funda-real-pontificia-universidad-san-
geronimo-habana

93
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

vicesecretario y dos escribientes. Y también un vicerrector, que sólo intervenía en los


asuntos académicos a falta del Rector, aunque este cargo estuvo suprimido durante
algún tiempo, utilizándose el sueldo correspondiente al mismo a la compra de libros
para la biblioteca.

El curso académico comenzaba el primer día de Octubre de cada año, y el coste de la


matrícula ascendía a ciento dos pesos, que se pagaban en dos veces coincidiendo con los
dos semestres del curso.

También la reforma hizo que la biblioteca del Establecimiento fuera mejorada con la
adquisición de un gran número de obras.105

Vemos como ya en este segundo plan de estudios aparece como tal la Facultad de
Farmacia. De esta forma, la formación farmacéutica se va cimentando en continuidad
con la labor de reglamentación de la profesión y regularización de su estudio llevada a
cabo por la citada Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia.

En esta facultad se estudiaban dos años de teoría: en el primer año se cursaban las
asignaturas de Elementos de Farmacia Teórica y Química aplicada a la Medicina y a la
Farmacia, teniendo que asistir además a la clase de Química de la Universidad y en el
segundo las de Farmacia Experimental y Práctica, y Botánica. Habiendo cursado estos
dos años de teoría, se necesitaba hacer dos años de práctica para licenciarse y, durante
los mismos, en el primer año de práctica se exigía repetir la asistencia a la clase de
Farmacia Experimental y en el segundo a la de Materia Médica y Arte de Recetar de la
Facultad de Medicina.106

105
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 272, Exp.3, «Memoria acerca del estado de la enseñanza en la
Universidad de La Habana en el curso de 1868 a 1869», Habana, 1870.
106
Ibidem.

94
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Se puede observar como los estudios de Farmacia se encontraban asociados a los de


Medicina, pues algunas de sus asignaturas se impartían en dicha facultad.

Los libros de texto utilizados para las distintas asignaturas fueron: el Tratado de
Farmacia teórica y práctica de Mr. Soubeiran para Elementos de Farmacia Teórica y
Química aplicada a la Medicina y a la Farmacia; para la Química general, el Curso
elemental de Química, segunda edición, de Mr. Regnault; para Farmacia Experimental
y Práctica, el Tratado de Farmacia esperimental del Dr. D. Manuel Jiménez; para
Botánica, Lecciones de Botánica de D. Agustín Yañez y para Materia Médica y Arte de
Recetar, el Tratado de terapéutica y Materia médica de los doctores Trouseau y Pidou,
traducido por los doctores Escolar y Cordoniu, tres tomos.107

Al igual que en el anterior período, se conferían grados de Bachiller, Licenciado y


Doctor. El grado de Bachiller en Artes o Ciencias era otorgado por la Facultad de
Filosofía y equivalía a haber cursado los estudios de enseñanza superior. Esto era
requisito para poder matricularse en cualquier facultad de las llamadas Mayores, entre
ellas la de Farmacia. Para la obtención de dichos grados los aspirantes debían de
someterse a diversos exámenes o pruebas más o menos complicadas según el grado,
siendo los de Licenciado los más difíciles. Asimismo, el aspirante debía de pagar unos
derechos a examen que eran distintos según el grado.108

Así, si el grado era de bachiller en Filosofía sesenta y cinco pesos, ciento setenta y cinco
de licenciado y doscientos veinticinco cuando era de doctor. Para el resto de facultades
esos derechos eran de ciento cuatro para bachiller, doscientos setenta y cinco para
licenciado y trescientos veinticinco para doctor.

107
DE LA PEZUELA, J., Diccionario geográfico..., Ob. cit., 1863, p. 262.
108
ARMAS, R. de, y col., Historia de la…, Ob. Cit., 1984, pp. 140-142.

95
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

De esta manera era como quedaba la universidad tras la reforma, pero la realidad era
otra, ésta no fue muy bien acogida entre la población, quizás porque, como se menciona
en el libro de Ramón de Armas, las personas nombradas por el gobernador para formar
el cuadro de gobierno eran todos peninsulares, el Rector no era natural de la isla y no
había sido elegido por el claustro universitario sino por el gobernador. Al igual que
entre los catedráticos se intentó siempre excluir a los cubanos. Se le dio preferencia
siempre a los peninsulares. Todo esto para evitar conflictos y mantener el orden, ya que
estos individuos asegurarían fidelidad a la metrópoli y el mantenimiento de la integridad
nacional. Por otro lado, este plan se había forjado a espaldas de la población cubana,
que tanto había luchado por ello. Incluso en el discurso de inauguración todo fue
encaminado a ensalzar la Corona, el agradecimiento que debían profesarles la
población, los beneficios que reportaría el nuevo plan, al igual que la necesidad de
mantener a la Universidad ajena a las inquietudes extremistas. Todo conducía a que la
metrópoli era quien había sido la principal promotora de esta transformación, cuando la
realidad era distinta, habían sido los propios cubanos los que desde tiempo atrás venían
luchando por esa reforma.

El nuevo sistema de estudios colocaba a la Universidad en total dependencia del


Gobernador de la isla, ya que esta institución quedaba sujeta a la inspección por parte
del mismo, siendo éste vice real protector del establecimiento.

El tercer período que tratamos es el coincidente con el Plan de Estudios de 1863. Por
Real Decreto de 15 de Julio de 1863 se estableció un nuevo plan de estudios que
liberaba de la Universidad todos los estudios de segunda enseñanza, creándose
Institutos de Segunda Enseñanza, en los que se expedía el título de Bachiller en Artes,
requisito que seguía siendo indispensable para comenzar los estudios en la facultad.

De acuerdo a este Real Decreto habría seis facultades: Filosofía y Letras, Ciencias
exactas, físicas y naturales, Farmacia, Medicina, Derecho y Teología, en las cuales se
ingresaría mediante matrícula, después de haber obtenido el grado de Bachiller en Artes,

96
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

o al menos certificación de haber completado los estudios de segunda enseñanza, al


igual que en planes anteriores.

Algunas de las enseñanzas impartidas en las facultades de Ciencias y Filosofía y Letras


se exigirían como preliminares para el ingreso de los alumnos en el estudio de las demás
facultades, por lo que se crearon nuevas cátedras que constituyeron las Secciones de
Ampliación (Letras y Ciencias) o Período preliminar. En la sección de Ciencias estas
cátedras fueron una de Ampliación de la Física Experimental, a cargo de Antonio Caro
y Cerecio, otra de Química General para Medicina y Farmacia, que desempeñó
Cayetano Aguilera y Navarro, y una de Historia Natural, con Zoología, Botánica y
Mineralogía con nociones de Geología, para los alumnos de Medicina y Farmacia, a
cargo de Felipe Poey y Aloy.109

Este plan establecía que la universidad había de ser sostenida por el estado, ingresando
en las arcas del Tesoro público las cantidades que a aquella habían de abonarse en
concepto de matrículas, derechos de grados y otros.110

En el gobierno y administración de este Establecimiento literario se habían conservado


los cargos de Rector, Vicerrector, y Secretario General. Se nombraba a un decano y un
secretario particular en cada facultad, y se establecía también una Junta de Decanos que
consulte al Rector en los asuntos graves y juzgue a profesores y alumnos en
determinados casos.

109
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa
1863-1871”, Revista Cubana de Farmacia, vol. 41, nº2, Ciudad de la Habana, mayo-agosto, 2007.
Disponible en URL: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
75152007000200012&lng=es&nrm=iso&tlng=es, pp. 2-3.
110
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 272, Exp.3, «Memoria acerca del estado de la enseñanza en la
Universidad de La Habana en el curso de 1868 a 1869», Habana, 1870.

97
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En 1863 la Facultad de Farmacia se desligó de la de Medicina y Cirugía de la que


dependía desde 1842. Podemos decir que, en este punto, es cuando los estudios de
Farmacia se asientan firmemente, siendo ya totalmente independientes y habiendo
tomado ya toda su forma académica.

El plan de estudios de la facultad de Farmacia estableció la obtención de los grados de


Bachiller, Licenciado y Doctor en Farmacia. Quedó estructurado de la siguiente manera,
para matricularse en la Facultad de Farmacia era necesario además de poseer el
Bachiller en Artes, haber probado académicamente las asignaturas correspondientes al
período preliminar al que aludimos anteriormente, las cuales recordaremos eran
Química General y Zoología, Botánica y Mineralogía con nociones de Geología.

Para obtener el grado de Bachiller, los alumnos tenían que estudiar en tres años al
menos, las siguientes asignaturas:

Materia farmacéutica correspondiente a los reinos animal y mineral.

Materia farmacéutica correspondiente al reino vegetal.

Farmacia químico inorgánica.

Farmacia químico orgánica.

Ejercicios prácticos de determinación y clasificación de objetos de materia


farmacéutica, y principalmente de plantas medicinales, en la forma que ordenen los
profesores respectivos.

Tras la obtención del título de Bachiller en Farmacia, el alumno podía optar al grado de
Licenciado estudiando la asignatura de Práctica de operaciones farmacéuticas y tras
justificar dos años de práctica en una oficina de farmacia, uno de los cuales podía ser
anterior al Bachillerato.

98
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Los Licenciados que aspirasen al grado de doctor en Farmacia deberían estudiar las
asignaturas de Análisis químico aplicado a las Ciencias Médicas e Historia de la
Farmacia.

Cada una de las asignaturas se daría en un curso de lección diaria, excepto las
posteriores a la Licenciatura, cuyos cursos serían de tres lecciones semanales. Las
asignaturas de Materia farmacéutica se podían simultanear en su estudio. Y no era
posible obtener el título de Licenciado siendo menor de veinte años de edad.111

Por Real Orden de 24 de Julio de 1867, la asignatura de Análisis Químico aplicado a las
Ciencias Médicas se comenzó a impartir en el cuarto año de Farmacia, en lugar de
hacerlo en el período de doctorado.112

A pesar de que en sus comienzos a la nueva facultad de Farmacia se le asignó una buena
parte del presupuesto universitario, no se cubrieron todas las necesidades iniciales.

Se establecieron, aunque modestamente, un laboratorio de química especial para esta


facultad y los gabinetes correspondientes a las asignaturas de Reconocimiento de
Drogas, Materia farmacéutica vegetal, mineral y animal y Práctica de operaciones
farmacéuticas. Muy limitado estaba todavía el número de aparatos, utensilios y
productos para las demostraciones por ser muy reducida la asignación que tenía en el
Reglamento vigente, por cuya razón había acudido el Decanato de dicha facultad en
solicitud de que se pidiera su aumento, atendiendo a que por el carácter eminentemente
práctico de esta disciplina se necesitaba de estos recursos materiales, así como también

111
Real decreto estableciendo un nuevo plan de estudios para la Isla de Cuba, Imprenta del Gobierno y
Capitanía General por S. M., Habana, 1863, pp. 21-22.
112
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, pp.8-9.

99
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

de la creación de una plaza de ayudante y de mozo de laboratorio; ambas absolutamente


indispensables al buen resultado de las clases experimentales.113

Una práctica bastante común, según nos exponen los doctores Marchante Castellanos y
Merchán González en su artículo Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad de
La Habana según el Plan de Estudios de 1863. Etapa 1863-1871, era que tras obtener el
Bachiller, los alumnos formasen una “academia” que se reunía todos los jueves lectivos
con la finalidad de discutir un aspecto de la ciencia que designaba el profesor
correspondiente. En estas academias un estudiante realizaba una disertación sobre el
tema propuesto y posteriormente el presidente de la misma nombraba seis alumnos
quienes en orden y durante quince minutos cada uno hacían reflexiones al orador sobre
ese tema. Algunos de esos temas fueron: ¿Modifica la desecación las propiedades
medicinales de las plantas?, Reglas que deben seguirse en la elección y recolección de
las plantas medicinales indígenas, Circunstancias a que debe atenderse en la elección
de la sustancia animal y mineral empleada en farmacia, Estado actual de la Química
Orgánica, entre otras.

Esto supuso una formación complementaria a la ya establecida por el propio plan de


estudios, lo que nos da una idea de la importancia dada al correcto aprendizaje de los
futuros farmacéuticos cubanos.

El primer Decano que tuvo la Facultad de Farmacia fue José Joaquín Sibón y de la
Torre, que desempeñó el puesto hasta el curso 1868-1869, a excepción del curso 1865-
1866 que fue sustituido por Joaquín Fabian de Aenlle. Desde el curso 1869-1870 ocupó
el decanato Joaquín F. Lastres. Como Secretario de la Facultad se nombró a José

113
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 272, Exp.3, «Memoria acerca del estado de la enseñanza en la
Universidad de La Habana en el curso de 1868 a 1869», Habana, 1870.

100
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Francisco Sibón y Monjuitte, quien ocupó el cargo hasta el curso 1867-1868, siendo
sustituido a partir del curso 1868-1869 por Manuel Vargas Machuca.114

Las asignaturas que hemos visto serían impartidas en el curso 1863-1864 por los
siguientes catedráticos: José Joaquín Sibón y de la Torre, Materia Farmacéutica
Mineral y Animal y Análisis Químico aplicado a las Ciencias Médicas; José Francisco
Sibón y Monjuitte, Materia farmacéutica vegetal y Ejercicios prácticos de
reconocimiento de drogas115; Joaquín Fabián de Aenlle, Farmacia Químico Inórganica
y Farmacia Químico Orgánica; Joaquín Francisco Lastres, Historia de la Farmacia y
Práctica de operaciones farmacéuticas.

Como catedráticos auxiliares, debido a la escasez de profesores en la Universidad,


figuraron a partir del curso 1866-1867: Manuel de Vargas Machuca para Farmacia
químico orgánica; Carlos Donoso para Ejercicios Prácticos de Reconocimiento de
Drogas y Fernando Valdés Aguirre para Historia de la Farmacia y Análisis químico
aplicado a las Ciencias Médicas.116

Estos puestos se mantuvieron con algunos cambios hasta el curso 1870-1871.

Este es un período, al igual que lo fue el de 1880, que estuvo marcado por los
comienzos de la independencia cubana. Coincidiendo con la insurrección en Yara en
1868 (primer choque con las tropas españolas), que fue el comienzo de una guerra que
duró diez años, el Gobernador de la Isla, Blas Villate, Conde de Valmaseda, promulgó

114
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, p. 10.
115
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 149, Exp. 35, «Hoja de servicios de J. F. Sibón catedrático de
Farmacia», 1867.
116
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, pp. 10-11.

101
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

una reforma en el plan de estudios de 1863, tal y como se recoge en el artículo sobre la
enseñanza de farmacia en la Real Universidad de La Habana durante esta época de los
ya citados Pilar Marchante Castellanos y Francisco Merchán González. Esta reforma
consistió en suprimir los estudios de doctorado para varias facultades, entre ellas la de
farmacia, con el fin de contrarrestar algunas tendencias de carácter independentista
surgidas desde la Universidad donde se comenzaban a discutir temas político sociales y
donde se dieron una serie de hechos contra el poder español.117 Pero el objetivo último
de esta reforma encubría unos fines políticos más que universitarios dada la situación
que se vivía en la isla. Fue una medida de represión pues se acusó a la universidad y al
profesorado de “convertir la cátedra de la ciencia en una tribuna revolucionaria”. Pero
esas acusaciones tenían poco sentido dado que la Universidad dependía del Gobierno de
la isla y del de la península, simplemente fueron medidas políticas. De hecho cuando
finalizó la guerra se restableció el doctorado, según R.D. de 22 de febrero de 1879,
aunque durante este período la vida universitaria se desarrolló bajo la influencia del
estado de guerra existente en Cuba. Y se reflejó también en un menor número de
estudiantes y de profesores.118Esta reforma supuso una segunda parte en el período de
1863-1880, la etapa de 1871 a 1880 [Ilu. 25].

117
En 1865 aparecía acuchillado el retrato de la Reina Isabel II que se encontraba en el interior de la
llamada aula chica de la Universidad. El Rector convocó a una reunión al Consejo Universitario para
tomar medidas drásticas al respecto. También en 1866 el Capitán General Lersundi interrumpió
bruscamente los actos inaugurales del curso 1866-1867 para hablar con las autoridades universitarias por
consentir las tendencias que se seguían en la institución y el hecho de que en el discurso inaugural no se
hiciese mención a la Reina ni a su gobierno. En MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN
GONZÁLEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, pp.
13-14.
118
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871-1880”. Revista Cubana de
Farmacia, Vol.41, Nº.3. Ciudad de La Habana, Septiembre -Diciembre 2007. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/far/vol41_3_07/far13307.htm, pp. 2-18.

102
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 25. Graduados de 1871 en la Universidad de La Habana.119

Por esta reforma la carrera de Farmacia quedaba estructurada de la siguiente forma:


seguiría existiendo un Período Preliminar o de Ampliación para los que se quisiesen
matricular en la carrera, constituido por las asignaturas de Química general, Zoología y
Mineralogía, y Botánica y Geología. Para matricularse en dicho período sería necesario
el Bachiller en Artes.

El período de Facultad comprendería el Bachillerato y la Licenciatura y se cursaría en


un total de cuatro años, constando el período de Bachillerato de tres años, en los que en
el primer año se cursaría Materia Farmacéutica animal y mineral y Materia
Farmacéutica vegetal; en el segundo año, Farmacia químico inorgánica; y en el tercer
año Farmacia químico orgánica y Ejercicios prácticos de determinación y clasificación
de objetos de materia farmacéutica. El período de Licenciatura correspondería al cuarto

119
Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm/singleitem/collection/cubanphotos/id/2387/rec/1

103
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

año y estaba formado por las asignaturas Práctica de operaciones farmacéuticas y


Análisis químico aplicado a las ciencias médicas.120

Como observamos, el Análisis Químico al desaparecer el período de doctorado, pasó a


la licenciatura y la Historia de la Farmacia fue eliminada.

Todas las asignaturas fueron de lección diaria, a excepción del Análisis Químico que se
debía impartir en lecciones alternas, todas con hora y media de duración.

En cuanto al profesorado, el cuadro de enseñanza para el curso 1871-1872, quedó


establecido de la siguiente forma: Juan Zamora y Cerezedo se encrgó de la asignatura
Materia farmacéutica animal y mineral; José Rocamora de Materia farmacéutica
vegetal; Manuel Vargas Machuca de Farmacia químico orgánica; Cayetano Aguilera y
Navarro de Farmacia químico inorgánica; José de J. Rovira de Ejercicios prácticos de
reconocimiento de drogas; Joaquín F. Lastres de Práctica de operaciones
farmacéuticas; y José de J. Rovira de Análisis químico aplicado a las ciencias médicas.
Estos cargos se mantuvieron hasta el curso 1877-1878, ya que con el restablecimiento
del doctorado en el curso siguiente, coincidiendo con el fin de la Guerra de los diez
años, se reestructuraría dicho cuadro.

El total de graduados en este período fue menor que en el de 1863 a 1871, todo ello
unido una vez más a la inestable situación de la colonia y sus luchas por la
independencia que hicieron exiliarse a muchos y a otros salir de las aulas para participar
en la contienda.

120
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 272, Exp. 4, «Expte. general de la Universidad de La Habana».
También en MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la
Farmacia en la Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871..., Ob. cit.,
2007, pp. 7.

104
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

El período de doctorado se volvió a establecer en el curso de 1878-1879, por Decreto


del Gobernador General de la Isla, Arsenio Martínez de Campos. Se restituyó el estudio
de la Historia de la Farmacia, cuya cátedra la ocuparía José de Jesús Rovira, el cual
sería sustituido en sus asignaturas por Carlos Donoso y Lardier, que en esos momentos
ocupaba el cargo de Secretario de la Facultad sin cátedra asignada.121

El cuarto y último período que tratamos corresponde, como hemos comentado, al Plan
de estudios de 1880, hasta la pérdida de la colonia española.

El Plan de Estudios de 1880 [Ilu. 26] es consecuencia del Real Decreto dado en Madrid
en 18 de Junio de 1880 por el cual se implantaba en la Isla el mismo régimen de
estudios que existía en España equiparándose dichos estudios. Este plan representó un
avance para la organización de la enseñanza en la Real Universidad de La Habana, pero
los hechos que se vivieron en el país durante los años posteriores limitaron el desarrollo
académico y científico en sus facultades. Concretamente, durante la Guerra de
Independencia de 1895 la situación en la Universidad se volvió más caótica, ya que
muchos profesores no se encontraban en activo, pues unos se habían incorporado a las
filas revolucionarias y otros habían salido del país, sucediendo lo mismo con los
estudiantes.122

121
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871..., Ob. cit., 2007, pp. 7-18.
122
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Reorganización de la enseñanza
en la universidad de La Habana según el último plan de estudios de su etapa colonial (Plan de 1880)”,
Revista Cubana de Farmacia, vol. 42, nº3, Ciudad de la Habana, septiembre-diciembre, 2008.
Disponible en URL: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
75152008000300012&lng=es&nrm=iso&tlng=es, pp. 3,9,10.

105
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 26. Graduados del año 1886. Universidad de La Habana.123

Para aplicar el Real Decreto de 18 de Junio de 1880 sobre Instrucción Pública de la Isla
de Cuba, el gobernador y capitán general de Cuba, Ramón Blanco y Erenas dispuso, con
fecha 26 de septiembre de 1880, un Plan de Estudios con carácter provisional,
estableciéndose las regulaciones definitivas del Plan de Estudios de 1880 por Real
Orden de 7 de Diciembre de 1880.124 En virtud de esta Real Orden quedaba estructurado
el régimen de estudios de la Facultad de Farmacia y del resto de Facultades por grupos
de asignaturas. En Farmacia se establecieron cinco grupos de asignaturas: un primer
grupo, correspondiente al período preliminar, con las asignaturas de Ampliación de la
Física, Historia Natural y Química general, que se estudiarían en la Facultad de
Ciencias y precederían al resto; un segundo grupo con las de Materia farmacéutica
mineral y animal y Materia farmacéutica vegetal; un tercer grupo con Farmacia
químico inorgánica; un cuarto grupo con Farmacia químico orgánica y un quinto grupo

123
Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm/singleitem/collection/cubanphotos/id/2344/rec/2
124
ARMAS, R. de, y col., Historia de la…, Ob. Cit., 1984, pp. 189, 222.

106
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

con las de Ejercicios prácticos de determinación de plantas medicinales y


reconocimiento de drogas y Práctica de operaciones farmacéuticas. Tras el estudio de
éstas y la certificación de haber hecho práctica en una farmacia, se podría obtener el
título de Licenciado en Farmacia125. Las asignaturas debían cursarse en el orden
expuesto y solo se permitía simultanear la de Ejercicios prácticos de determinación de
plantas medicinales y reconocimiento de drogas con la de Práctica de operaciones
farmacéuticas, explicándose todas ellas en cursos de lección diaria.

Para la obtención del grado de doctor126, el aspirante debía cursar y aprobar las
asignaturas de Análisis químico aplicado a las ciencias médicas e Historia de las
ciencias médicas, las cuales se impartían en cursos de lección alterna.127

125
El Reglamento de la Universidad, aprobado también por Real Orden de 7 de Diciembre de 1880,
establecía en su Título IV (De los grados), Capítulos I y II, como debía ser el tribunal y los ejercicios para
la obtención del grado de Licenciado. Los tribunales debían componerse de tres jueces, que debían estar
presentes durante los ejercicios y calificar mediante votación secreta. Para ello, el Presidente del tribunal
entregaba tres bolas a cada juez: una con una S (sobresaliente), una con una A (aprobado) y otra en
blanco (suspenso). Si éstos depositaban en la urna tres bolas diferentes, el presidente debía aprobar al
graduando. En caso contrario, se haría de acuerdo a la mayoría.

Los ejercicios para el grado de Licenciado, con excepción de los establecidos para Filosofía y Letras y
Derecho, serían dos: el primero, un examen de preguntas sobre las asignaturas cursadas, obligándose a los
graduandos de las Facultades de Medicina y Farmacia, en ese acto, a determinar objetos de materia
médica o farmacéutica respectivamente. Tras la votación del tribunal, si resultaba aprobado, el graduando
pasaba a realizar el segundo ejercicio, que para los farmacéuticos consistía en la elaboración de un
producto químico y otro farmacéutico designados por el tribunal y realizados bajo supervisión del mismo
en el tiempo que le fuera indicado, tras lo cual los jueces les harían las observaciones que considerasen
por espacio de una hora. Posteriormente el tribunal emitiría la calificación definitiva.

En Legislación de Instrucción Pública de la Isla de Cuba, primera edición, Imprenta del Gobierno y
Capitanía General por S. M., Habana, 1882, pp. 118-122. También en MARCHANTE CASTELLANOS,
P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Reorganización de la enseñanza en la universidad de La Habana...”,
Ob. cit., 2008, pp. 4-5.
126
El Reglamento de la Universidad, también estableció como debía ser el tribunal y los ejercicios al
grado de doctor. El tribunal para otorgar el grado de Doctor debía de estar constituido por cinco jueces,
que votarían de igual forma que en el caso de la licenciatura. Para los ejercicios la Junta de catedráticos
de cada facultad elaboraba una relación de 40 temas de diversas materias. El aspirante escogía uno de
ellos y preparaba un discurso, cuya lectura no podía durar más de una hora ni menos de 25 minutos.
Posteriormente debía responder a las observaciones que realizaran cada uno de los tres jueces que
nombrase el Presidente, por espacio de un cuarto de hora cada uno, defendiendo así el tema escogido.

107
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Analizando este nuevo plan de estudios no se observan muchas diferencias con los ya
vistos en cuanto a contenido, sí que se puede destacar la ausencia del grado de
Bachiller, que había quedado suprimido en todas las facultades en virtud de esta
reforma128 por innecesario, y el cambio de la asignatura Historia de la Farmacia por
Historia de las Ciencias Médicas. Esto fue debido a la aplicación del reglamento
universitario por el que se debían impartir asignaturas comunes a diferentes carreras en
una misma cátedra.129Esto nos da una idea sobre la escasez de profesorado en las
facultades.

El cuadro de catedráticos de la Facultad de Farmacia para las distintas asignaturas


durante el primer curso de aplicación del plan de 1880 quedó así: Juan L. Zamora y
Cereceda para la asignatura de Materia farmacéutica animal y mineral; José Rocamora
y Riera para Materia farmacéutica vegetal; Carlos Donoso y Lardier para Farmacia
químico inorgánica; Manuel Vargas Machuca para Farmacia químico orgánica; José de
Jesús Rovira y Barreiro para Ejercicios prácticos de determinación de plantas
medicinales y reconocimiento de drogas; Vacante la de Práctica de operaciones
farmacéuticas; Joaquín F. Lastres y Juiz para Análisis químico aplicado a las ciencias
médicas; y por último, la asignatura de Historia de las ciencias médicas que sería
impartida en la Facultad de Medicina. Como decano de la Facultad de Farmacia estuvo
el doctor Joaquín F. Lastres y Juiz.130

En Legislación de Instrucción Pública..., Ob. cit., 1882, pp. 122-123. También en MARCHANTE
CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Reorganización de la enseñanza en la universidad
de La Habana..., Ob. cit., 2008, p. 5.
127
Legislación de Instrucción Pública..., Ob. cit., 1882, pp. 25-26.
128
Éste se había suprimido ya en España en 1870.
129
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,”Los planes de estudio y el
claustro de la Facultad de Farmacia en la Real Universidad de La Habana entre 1880 y 1898”, Revista
Cubana de Farmacia, vol. 43, nº1, Ciudad de la Habana, enero-abril, 2009. Disponible en URL:
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0034-
75152009000100012&lng=es&nrm=iso&tlng=es, pp. 3-4.
130
Ibidem.

108
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A lo largo de los siguientes cursos se sucederían numerosos cambios en la ocupación de


las distintas cátedras.

Las “academias”, a las cuales hicimos mención cuando tratamos el Plan de Estudios de
1863, se seguirían manteniendo, desarrollándose de forma similar a como ya vimos,
aunque en este caso estarían integradas por los alumnos que cursasen el cuarto grupo de
asignaturas de la Licenciatura.

Durante estos años de gran agitación política y revolucionaria se sucedieron numerosos


decretos, leyes y órdenes que fueron modificando el Plan de Estudios de 1880. Entre
ellos podemos hacer referencia al decreto de 28 de Julio de 1887 por el que se reforma
la enseñanza de Farmacia en la Universidad.131

Por ese decreto los estudios de la Facultad de Farmacia fueron estructurados en tres
períodos: período preparatorio, período de licenciatura y período de doctorado. El
primero de ellos se cursaría en la Facultad de Ciencias y constando de asignaturas como
Ampliación de la Física, Química General, Mineralogía y Botánica, y Zoología. Todas
ellas constituirían un grupo, estando las dos últimas a cargo del catedrático de Historia
Natural, que las enseñaría en días alternos. En el segundo período, el de la licenciatura,
las asignaturas formarían cuatro grupos, de forma similar a lo que ya vimos con
anterioridad, constituyéndose de la siguiente manera: Un primer grupo formado por
Estudio de los instrumentos y aparatos de Física de aplicación en Farmacia, con las
prácticas correspondientes y Mineralogía y Zoología aplicadas a la Farmacia, con la
materia farmacéutica correspondiente; un segundo grupo con Botánica descriptiva y
determinación de plantas medicinales y Química inorgánica aplicada a la farmacia con
las prácticas correspondientes; un tercer grupo con Materia farmacéutica vegetal y
Química orgánica aplicada a la farmacia, con sus prácticas correspondientes y un
cuarto grupo con Análisis químico y en particular de los alimentos, medicamentos y
venenos, con las prácticas correspondientes, Farmacia práctica y legislación sanitaria y
131
ARMAS, R. de, y col., Historia de la…, Ob. Cit., 1984, pp. 188-193.

109
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Prácticas de materia farmacéutica animal, mineral y vegetal. El período de doctorado


lo formarían las asignaturas Química Biológica con su análisis e Historia crítica de la
Farmacia y bibliografía farmacéutica constituyendo un solo grupo al igual que el
período preparatorio.

Las asignaturas del período de licenciatura serían de lección diaria menos la de Estudio
de los instrumentos y aparatos de Física de aplicación en Farmacia, y la de Análisis
Químico que, como las del doctorado, serían de lección alterna.

En cuanto a los catedráticos, el decreto disponía que cada asignatura tuviera un


catedrático titular, pero el encargado de la asignatura Estudio de los instrumentos y
aparatos de Física de aplicación en Farmacia lo sería también de la de Análisis
Químico. Lo mismo sucedería para el doctorado, donde un catedrático se ocuparía de las
dos asignaturas. Y para la asignatura de Prácticas de materia farmacéutica animal,
mineral y vegetal se dispuso que fuera desempeñada por un catedrático auxiliar. El
cuadro de enseñanza tal y como quedó conformado se muestra al final de este epígrafe,
destacar, como en otras ocasiones, que se sucederían variaciones del mismo a lo largo
de los cursos siguientes de acuerdo a la disponibilidad de profesorado.

En las asignaturas de Química inorgánica, Química orgánica, Análisis Químico y


Farmacia práctica, los alumnos practicarían según dispusieran los profesores
respectivos. En la de Botánica descriptiva y determinación de plantas, se organizarían
excursiones y herborizaciones según lo planteara el profesor, de acuerdo con el Decano.

El orden a seguir en el estudio de las asignaturas quedaba minuciosamente definido,


teniendo que examinarse primero de las asignaturas del período preparatorio para lo que
era necesario el Bachiller en Artes, además de presentar un certificado de haber
aprobado oficialmente un curso de lengua francesa. En el período de licenciatura el
examen de Estudio de los instrumentos y aparatos de Física de aplicación en Farmacia

110
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

se verificaría antes del de Química inorgánica; el de Botánica descriptiva antes que el


de Materia farmacéutica vegetal; el de ésta y el de Mineralogía y Zoología aplicadas a
la Farmacia antes que el de Prácticas de materia farmacéutica; el de Química
inorgánica antes que el de Química orgánica, y el de todas las asignaturas mencionadas
antes, que el de Análisis químico y que el de Farmacia práctica.

En el período de doctorado el orden de examen era voluntario, pero para ello era
necesario estar en posesión del título de licenciado.

Para la obtención del grado de licenciado el aspirante, además de haber aprobado las
asignaturas correspondientes a este período, debía de someterse a un examen de tres
ejercicios:

1º El graduando debía responder a preguntas generales formuladas por un tribunal sobre


las asignaturas estudiadas, disponiendo cada miembro del tribunal de treinta minutos
como mínimo para la realización de las mismas.

2º Determinar en el acto las plantas medicinales y objetos de materia farmacéutica


señalados por el tribunal.

3º Practicar el análisis o reconocimiento químico de la pureza de un medicamento,


además de preparar un medicamento químico y otro galénico, concediéndose para ello
el tiempo que estimase oportuno el tribunal.

El grado de doctor era posible adquirirlo tras ser licenciado y haber aprobado las
asignaturas correspondientes a este período, teniendo que posteriormente dar lectura a
una tesis que el aspirante tendría que defender ante un tribunal, el cual realizaría las
observaciones que considerase oportunas, con una duración del acto no inferior a hora y
111
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

media. Una vez que el graduando mereciera la aprobación necesitaría, para recibir la
investidura, imprimir la tesis con las notas literales que su examen hubiese merecido a
los Jueces y los nombres de éstos, entregando treinta ejemplares, por lo menos, que
serían distribuidos por la Secretaria de la Universidad entre las facultades de Farmacia y
bibliotecas públicas.132

Este último período hasta 1898 [Ilu. 27] se caracterizó, muy influenciado por la
situación política que se vivía, por numerosos cambios entre los que destacaremos la
suspensión del doctorado en todas las facultades de la Universidad decretada el 19 de
Enero de 1892, restituido gracias a profesores y estudiantes ocho meses después;
reformas económicas que provocaron suspensión en los pagos de algunos profesores;
cátedras vacantes al estallar el 24 de Febrero de 1895 la guerra de independencia contra
España por participación en la misma, además de la considerable ausencia de
catedráticos en la facultad de Farmacia durante el curso 1897-1898, reflejo de la
agudización de la situación política en Cuba.133

Ilustración 27. Graduados de 1897. Universidad de La Habana.134

132
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 273, Exp. 46, «Expediente general de la Universidad de La Habana»,
1881/1889.
133
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,”Los planes de estudio y el
claustro de la Facultad de Farmacia..., Ob. cit., 2009, pp. 10-12.
134
Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm/singleitem/collection/cubanphotos/id/2379/rec/3

112
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Merece especial atención el hecho que el ocho de diciembre de 1892 tuvo lugar en el
Aula Magna de la Real Universidad de La Habana el acto de investidura con el título de
Doctora en Farmacia a la primera mujer cubana, María de Jesús Pimentel Peraza, pero
no fue solo la primera Doctora en Farmacia en Cuba, sino en todos los dominios
españoles, de ahí su importancia.135

La primera mujer matriculada en la facultad de Farmacia de la Universidad de La


Habana aparecía en 1883 y fue María de la Asunción Méndez de Luarca Díaz,
graduándose de licenciada en 1888.136

Estas dos mujeres no fueron las únicas farmacéuticas que figuraron durante esos años en
la Universidad de La Habana. A continuación se detallan todas las que se licenciaron en
Farmacia durante 1880-1898:

Fecha del último


137
NOMBRE Y APELLIDOS ejercicio del grado de FECHA DEL TÍTULO
Licenciado

María de la Asunción Méndez de Luarca Díaz 18 de Junio de 1888 11 de Agosto de 1892

María de Jesús Pimentel Peraza 29 de Octubre de 1889 12 de Noviembre de 1893

Adela Tarafa Acosta 17 de Junio de 1890 22 de Agosto de 1890

135
LÓPEZ ESPINOSA, J.A. “Diciembre 8 de 1892. Investidura de la primera mujer cubana con el título
de Doctor en Farmacia”, Fechas memorables, Universidad virtual de Salud, Cuba, 2006. Disponible en
URL: http://www.uvs.sld.cu/humanidades/plonearticlemultipage.2006-07-21.3804544796/diciembre-8-
de-1892-investidura-de-la-primera-mujer-cubana-con-el-titulo-de-doctor-en-farmacia
136
ORTÍZ, M. D. ,”Nuestras primeras universitarias”, Revista Cubana de Educación Superior, nº 1, 1985,
(Nº.289-3-87 de Alma Mater). Disponible en URL:
http://www.almamater.cu/sitio%20nuevo/sitio%20viejo/webalmamater/2007/univers%2007/abril/mujeres
.html
137
Durante la época colonial no todos los estudiantes que terminaban sus estudios universitarios
tramitaban de inmediato sus respectivos títulos. Aunque, en este período pudo ser debido a los críticos y
convulsos últimos años del siglo XIX, donde la población se vio envuelta en una continua lucha por su
independencia.

113
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Celia Barnet y Ruíz 17 de Junio de 1892 -----------

Estela Arroyo y López 14 de Junio de 1894 29 de Agosto de 1894

María Teresa Fernández de Velazo y Ramírez 20 de Diciembre de 1894 -----------

Adelaida Márquez y Arriaga 10 de Junio de 1895 21 de Junio de 1895

María Mercedes Sirvén Pérez Puelles 12 de Junio de 1895 7 de Agosto de 1895

María Zamora y Felipe 2 de Enero de 1896 -----------

Eugenia Capriles y Cifuentes 15 de Junio de 1896 13 de Agosto de 1896

María Francisca Caymare y Jiménez de Castro 13 de Junio de 1896 -----------

Isabel Mauri e Iglesias 20 de Junio de 1896 -----------

María Isabel Sierra Montes 12 de Junio de 1897 6 de Abril de 1899

Además de ellas, otras farmacéuticas cubanas como las hermanas Eloísa y Dolores
Figueroa y Marty graduadas en Nueva York en 1886, tramitaron la habilitación de sus
títulos por la Universidad de La Habana.138Esto queda reflejado en la Memoria Anuario
de la Universidad de La Habana del curso 1886-1887 donde en el aparatado dedicado a
las listas de certificaciones académicas personales expedidas por la secretaria general de
la Universidad durante ese curso aparecen a nombre de estas dos farmacéuticas la
expedición de certificado de examen de habilitación a fecha de 26 de octubre de
1886.139

138
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Estudiantes y graduados de
Farmacia en la Real Universidad de La Habana en el período 1880-1898: Las primeras farmacéuticas
cubanas”, Revista Cubana de Farmacia, vol. 44, nº1, Ciudad de la Habana, enero-marzo, 2010.
Disponible en URL: http://scielo.sld.cu/pdf/far/v44n1/far13110.pdf, pp.116-119.
139
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886 a 1887 que se publican con arreglo
al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1888. También en AGI/AHN de Madrid/
Ultramar, 162, Exp. 16, «Convalidación de estudios de Farmacia a E. Figueroa Marty», 1888/1890 y
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 162, Exp. 17, «Convalidación de estudios de Farmacia a D. Figueroa
Marty», 1888/1890.

114
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Una de estas primeras farmacéuticas cubanas llegó incluso a participar en la Revolución


de 1895, como fue María Mercedes Sirvén Pérez Puelles. Esta incorporación fue my
agradecida por el Jefe de Sanidad Militar y en poco tiempo fue nombrada Capitana de
Sanidad en el Rancho de Palmarito, al sur de Las Tunas, donde estableció su Botica
Revolucionaria. En 1897, fue ascendida a Comandante, grado con el que terminó la
contienda.140

Hubo pues nuevos planes de estudios y reformas, pero muy pocos medios, al menos en
lo que a Farmacia respecta para llevarlos a cabo. Esto queda reflejado en el discurso
pronunciado en la Real Universidad de La Habana por el Dr. D. Manuel Johnson y
Larralde, catedrático auxiliar de la facultad de Farmacia en la inauguración del curso
académico de 1888 a 1889. A él y a su discurso nos volveremos a referir en el capítulo
cuarto donde abordaremos de forma más ampliada el estado de la enseñanza
experimental.

El discurso comenzaba analizando el estado de la ciencia, refiriéndose a los estudios de


Pasteur y haciendo especial hincapié en todo momento de la importancia del método
experimental, como literalmente expresaba en las siguientes líneas:

«Al libre examen y a su consecuencia inmediata la experimentación, debe nuestra


época el conjunto de conocimientos que la distingue; las mil conquistas con que hoy
nos gloriamos, el imperio sobre nuestras conciencias y el dominio cada día mayor de
los elementos que nos rodean.»

«¿por qué la enseñanza verdaderamente experimental se halla en estado rudimentario


entre nosotros?¿será por la incapacidad de la raza como algunos pretenden?»141

140
RODRÍGUEZ DE CUESTA, V. E., “Mercedes Sirvén en Patriotas Cubanas”, Disponible en URL:
http://www.guije.com/libros/patriotas/sirven/index.htm
141
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886 a 1887 que se publican con arreglo
al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1888, pp. 6-7.

115
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En todo momento resaltaba la necesidad de las experiencias y observaciones para el


estudio de las ciencias físicas, químicas y naturales. La necesidad de aprender a manejar
y utilizar el microscopio y los instrumentos de peso y medida como balanza,
termómetro, barómetro, entre otros.

También criticaba la facilidad de creación de planes de estudios, de nuevas cátedras, lo


que suponía al Decano el tener que nombrar rápidamente un profesor para ella,
generalmente auxiliar interino, muchas veces sin sueldo y sin tener certeza de su
preparación y estudios para impartirla.

Como vemos, la realidad es muy distinta a lo que podamos imaginar al ver el plan de
estudios. Un orden de estudios que se dicta desde España, pero que es de difícil
desarrollo en una facultad como la de Farmacia, eminentemente experimental y que
carecía de medios para llevarlo a cabo. Y aun con esos pocos recursos, tratan de formar
en la medida de lo posible a jóvenes profesionales en un momento en que se vive en la
colonia una gran inestabilidad.

El Doctor D. Manuel Johnson lo expresaba así:

«Muchos de nuestros jóvenes conocen con extensión, tanto los trabajos de Pasteur,
como las fórmulas más complejas de la Química Orgánica; es, y lo repetimos hasta la
saciedad, que nos falta la base, que carecemos de aplicación práctica de esos estudios;
es que se pierden en flor la mayor parte de nuestras aptitudes, a menos que no
adquieran desarrollo individual en las escuelas del extranjero.»142

Otra visión de los estudios y de cómo se desarrollaba una clase, aunque de manera
teórica, nos la da el siguiente programa para la asignatura Práctica de operaciones

142
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada…, Ob. Cit., 1888, p. 12.

116
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Farmacéuticas. Materia que, después de lo que hemos explicado, parece pensar que de
práctica solo tendría su nombre.

PROGRAMA DE LA ASIGNATURA “PRÁCTICA DE OPERACIONES


FARMACÉUTICAS” (1883).

Tal como se ha expuesto, en el año de 1880 se produjo otra reforma en el plan de


estudios modificándose de nuevo la enseñanza en la Real y Literaria Universidad de la
Habana.

De este período podemos conocer algo más sobre la enseñanza de farmacia en la


facultad gracias a documentos como el expediente de oposición a la cátedra de la
asignatura de práctica de operaciones farmacéuticas, donde no solo se expone como
tuvo lugar, sino que también nos aporta el programa de la asignatura realizado por el
que fuera nombrado catedrático, el Dr. D. Joaquín Barnet y Ruíz143.

143
El Dr. Joaquín Barnet y Ruiz, nació en Matanzas el 8 de Julio de 1842. Estudió la carrera de Farmacia
en la Universidad de La Habana, licenciándose en 1864 y doctorándose tras la presentación de la tesis
“Fermentaciones” en 1897. Tras sus estudios regresó a Matanzas donde estableció su laboratorio y
Farmacia, siendo una autoridad en materia químico-farmacéutica. Fundó también en Matanzas un
establecimiento hidroterápico. Se trasladó posteriormente a La Habana donde obtuvo por oposición la
cátedra de la asignatura Práctica de Operaciones Farmacéuticas, la cual desempeñó hasta el curso 1884-
85. Colaboró en la publicación dirigida por el naturalista Felipe Poey “Repertorio Físico Natural de la
Isla de Cuba”, fue profesor de la Escuela de Agricultura y miembro de la Real Academia de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, donde participaría en la comisión encargada de redactar el
Petitorio de Farmacia, Farmacopea y Tarifa de precios de medicamentos de la Isla en 1883. Participó en
la Guerra de los Diez años. Murió el día 14 de Marzo de 1886 tras una explosión en el laboratorio donde
realizaba investigaciones científicas.

En GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos..., Ob. cit.,
1967, p. 42, y MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,”Datos biográficos de
los profesores de la Facultad de Farmacia en la Real Universidad de La Habana: Plan de 1880”, Revista
Cubana de Farmacia, vol. 43, nº2, Ciudad de la Habana, mayo-agosto, 2009. Disponible en URL:
http://scielo.sld.cu/pdf/far/v43n2/far12209.pdf, p.4.

117
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

La asignatura de Práctica de Operaciones farmacéuticas o Farmacia Práctica


estudiaba los procedimientos de obtención y conservación de los medicamentos,
juzgando aquellos y eligiendo el más conveniente.

De los tres reinos naturales y de la industria se obtenían las materias primas, pero claro,
éstas no se hallaban siempre con los caracteres requeridos, siendo necesario someterlas
a varias operaciones que tenían por objeto privarlas de las sustancias que las
impurifican. Para aplicar en cada caso los mejores medios de alcanzar este resultado era
indispensable el conocimiento de la composición química de los productos que había
que emplear. Y para determinar con fruto esa misma composición, era necesario
emplear los reactivos, los disolventes, los aparatos e instrumentos, los cuales auxiliarían
en estas investigaciones.

Así que, para establecer las reglas que constituían el Arte Farmacéutico, se requería del
auxilio de varias ciencias. La Física enseñaba las propiedades generales de la molécula,
aquellas que esta manifestaba conservando constantemente su integridad y disposición
interna. La Química daba a conocer las leyes que regían la materia, que sometida a la
influencia de los agentes, ofrecía cambios y fenómenos que modificaban la disposición
y propiedades de las partículas que la constituían. La Historia Natural ofrecía el origen
de las drogas, sus condiciones de existencia y los caracteres constantes que debían guiar
al hacer su selección. El Análisis Químico no era indispensable para determinar su
composición, pero sin su cooperación no era posible juzgar de la pureza de los
preparados, ni conocer en que casos y porqué medios se les privaría de las sustancias
que la alteraban. Tales eran las ciencias que prestaban las ideas fundamentales de la
asignatura que nos ocupa.

Los alumnos que se propusiesen dedicarse a su estudio habían tenido que cursarlas
anticipadamente en los cuatro grupos de esta misma facultad; y tendrían que llegar
nutridos de ellas a efectuar su excursión por el entonces más accesible campo de la
Práctica de Operaciones farmacéuticas.

118
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

De esta forma se nos describía la asignatura, cuya finalidad parecía ser el aislamiento de
principios activos y el estudio de los comportamientos a la hora de combinarlos entre sí
y con otras sustancias, para obtener así un buen medicamento.

Siguiendo con el programa de la asignatura, a continuación se nos detallaba la


metodología a seguir.

El método que se seguía era de tipo sintético, es decir partiendo de lo simple a lo más
complejo, de los elementos a sus combinaciones cada vez más complicadas, ya que al
autor le parece evidente que “al estudio de los cuerpos complejos debe preceder el de
los simples que lo forman”.144

Para ello, se establecía un sistema de conferencias dadas en lecciones de una hora, por
dos razones que se explican: una porque así lo mandaba el plan de estudios, y otra
porque los alumnos ya iban preparados con el estudio de Materia Farmacéutica,
Farmacia, Química y Física. Y esto hacía que prestasen mejor atención a las
conferencias orales y demostraciones gráficas, que seguir el curso estudiando solamente
las lecciones de determinados textos.

Tras la conferencia habría un diálogo de una media hora sobre los puntos explicados en
la lección con la finalidad de mantener atento al alumno, y así crear un ambiente más
distendido y relajado. Inmediatamente después concurriría la práctica en el laboratorio,
donde los alumnos aprenderían por sí mismos a disponer los aparatos, a usar los
instrumentos y obtener todos los preparados que constaban en el programa.

144
AGI/AHN de Madrid, Ultramar, 112, Exp. 3, «Provisión de cátedra de Farmacia de Universidad de La
Habana», 1883.

119
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Antes de concluir el curso, se darían lecciones de repaso en las que el profesor


examinaría a los alumnos y les explicaría aquellos puntos en los que éstos tuvieran más
problema, indicándoles el texto o textos en que habían de consultar sus dudas.

En las siguientes líneas detallamos algunas cuestiones en relación a las lecciones de las
que se componía la asignatura.

Un total de ciento veinte lecciones formaban el programa, el cual estaba muy nutrido de
lecciones donde se detallaba la disposición de un laboratorio químico y de un
laboratorio farmacéutico, para la obtención de todos los preparados de uso medicinal y
los que se habrían de emplear en las investigaciones.145 También nos encontramos con
lecciones sobre los caracteres físicos y químicos de las bases y los ácidos minerales y
orgánicos y su clasificación.

Contenidos:

«Lecciones 1 a 17: Relación de la presente asignatura con otras de la facultad;


bibliografía nacional y extranjera; principales farmacopeas en uso; método seguido en
varios países en el estudio de la farmacia práctica; clasificación metódica de los
medicamentos y formas farmacéuticas, asimismo la de las operaciones que a ellos nos
conducen; el sistema métrico nacional de pesos y medidas, y el métrico decimal.

145
Según el documento esto es así debido a la no existencia en la isla de institutos o laboratorios en los
que adquirir la práctica de los instrumentos y aparatos, tan necesario en los análisis químicos, en las
investigaciones químico clínicas y en el reconocimiento de las drogas y diversos preparados que se
adquieren para su uso en las Oficinas de Farmacia. Algo que es difícil de entender debido a la floreciente
industria azucarera, y la evolución científica paralela a la misma buscando obtener los mejores
rendimientos. Por esto cabría imaginarse la existencia de más de un laboratorio.

120
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Lecciones 17 a 78: Medicamentos de composición definida, comenzando por los


cuerpos simples y terminando con las sales formadas por los ácidos con las bases, unos
y otros procedentes tanto del grupo de los inorgánicos como del de los orgánicos.

Lecciones 79 a 88: Productos correspondientes a las funciones conocidas con los


nombres de Alcoholes, Éteres y Glucósidos.

Lección 89: Materias albuminoideas o proteicas con aplicación en la Farmacia.

Lección 90: Fermentos solubles, que tanto uso han adquirido en estos últimos tiempos,
administrándolos el terapeuta al interior para facilitar en el organismo la digestión de
ciertos principios que deben ser absorbidos.

Lección 91: Cuerpos complejos de origen pirogenado, en los que figuran en gran
cantidad los hidrocarburos, fenoles y ácido acético.

Lección 92-119: Formas farmacéuticas bajo las cuales se administran todos los
medicamentos, y entre ellas se incluyen las materias grasas ya porque algunas son
aplicadas al natural como el aceite de coco, el de hígado de bacalao etc., ya también
porque no representan especies químicas bien definidas.

Lección 120: Esta última lección está dedicada a dar consejos a los alumnos, para dar
debido cumplimiento a las fórmulas magistrales, de manera que los preparados al salir
de la Oficina de Farmacia no den lugar a dudas, malas interpretaciones y

121
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

reclamaciones desagradables de parte del paciente por las inadvertencias o ligerezas


cometidas por el farmacéutico al despacharlas.»146

Para demostrar la importancia de la presencia de este tipo de lección en el programa, el


autor expone el siguiente ejemplo:

«Preparación de una poción en que el médico asocie a un medicamento amargo el


azúcar como correctivo, pero no indicando la cantidad de éste último.

El farmacéutico al leer en la fórmula cantidad suficiente, agua edulcorada, u otra fase


conocida, le aplica por ejemplo treinta gramos de jarabe.»

Hasta aquí, nada de particular. Pero si cuando el paciente acude a retirar el


medicamento y no esta el farmacéutico, y es el ayudante quien se encarga del despacho,
y no viendo indicada la cantidad de materia azucarada aplica quince de jarabes, por
ejemplo dando por resultado una bebida de sabor más amargo, que ocasione disgustos
por cuanto el paciente supone que ha habido un error grave atentatorio contra su vida
al notar en la segunda un saber distinto de la primera.»147

En cualquier caso, tras la independencia de Cuba desapareció la Real y Literaria


Universidad de La Habana, para dar paso a la nueva Universidad de La Habana, dando
comienzo así a otro capítulo de su historia.

146
AGI/AHN de Madrid, Ultramar, 112, Exp. 3, «Provisión de cátedra de Farmacia de Universidad de La
Habana», 1883.
147
Ibidem.

122
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

FACULTAD DE FARMACIA 1885-1886

DECANO: Dr. D. Joaquín Francisco Lastres y Juiz.

ASIGNATURA CATEDRÁTICO
Materia farmacéutica mineral y animal. Dr. D. Juan L. Zamora y Cereceda.

Materia farmacéutica vegetal. Vacante.

Farmacia químico- inorgánica. Dr. D. Carlos Donoso y Lardier.

Farmacia químico- orgánica. Vacante.

Ejercicios prácticos de determinación de Dr. D. José de Jesús Rovira.


plantas medicinales y reconocimiento de
drogas.

Práctica de operaciones farmacéuticas. Vacante.

Análisis de química aplicada a las ciencias Dr. D. Joaquín Francisco Lastres y Juiz.
médicas.

Historia de las ciencias médicas. Los alumnos de esta asignatura estudiarán


con los de la Facultad de Medicina.

CATEDRÁTICOS AUXILIARES

Dr. D. Miguel de la Maza y Caraza. Secretario de la Facultad.

Dr. D. Manuel Johnson y Sarralde, (interino).148

148
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1887 a 1888 y Memoria-Anuario del de 1885 a 1886 que se publican con arreglo
al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1887.

123
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

FACULTAD DE FARMACIA 1886 – 1887 [Ilu. 28]

DECANO: Doctor D. Joaquín Francisco Lastres y Juiz.

ASIGNATURA CATEDRÁTICO
Materia farmacéutica mineral y animal.-
Mineralogía y Zoología aplicadas a la Farmacia
Dr. D. Juan L. Zamora y Cereceda
con la materia farmacéutica correspondiente.
Materia farmacéutica vegetal. Vacante.
Farmacia químico-inorgánica.- Química
Doctor D. Carlos Donoso y Lardier.
Inorgánica aplicada a la Farmacia con las
prácticas correspondientes.
Química Orgánica aplicada a la Farmacia con
Vacante.
sus prácticas correspondientes.
Ejercicios prácticos de determinación de plantas
medicinales y reconocimiento de drogas.

Estudio de los instrumentos y aparatos de Física


de aplicación a la Farmacia, con las prácticas
Dr. D. José de Jesús Rovira
correspondientes.

Análisis químico y en particular de los


alimentos, medicamentos y venenos, con las
prácticas correspondientes.
Análisis químico aplicado a las Ciencias
médicas.- Química biológica con su análisis.
Historia crítica de la Farmacia y Bibliografía Dr. D. Joaquín F. Lastres y Juiz.
farmacéutica.
Práctica de materia farmacéutica animal,
A cargo de un auxiliar.
mineral y vegetal.
Botánica descriptiva y determinación de plantas
Vacante.
medicinales.
Farmacia práctica y legislación sanitaria. Vacante.
______

CATEDRÁTICOS AUXILIARES

Dr. D. Miguel de la Maza y Caraza, (interino)

Dr. D. Manuel Johnson y Larralde, (interino)

Dr. D. José P. Alacán y Berriel (sin sueldo)

Dr. D. Alfredo Bosques y Reyes (sin sueldo)

NOTA.- Se asignan a los Catedráticos numerarios las cátedras para que fueron nombrados en
propiedad, con arreglo al Plan de Estudios de 1880 y las equivalentes que les corresponde
desempeñar, en virtud de la reforma introducida por el Real Decreto de 28 de Julio de 1887. 149

149
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886 a 1887 que se publican con
arreglo al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1888.

124
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

FACULTAD DE FARMACIA 1889 – 1890

DECANO: Doctor D. Carlos Donoso y Lardier.

ASIGNATURA CATEDRÁTICO
Mineralogía y Zoología aplicadas a la
Farmacia con la materia farmacéutica
Dr. D. Juan L. Zamora y Cereceda
correspondiente.
Materia farmacéutica vegetal. Vacante.

Química Inorgánica aplicada a la Farmacia Doctor D. Carlos Donoso y Lardier.


con las prácticas correspondientes.

Química Orgánica aplicada a la Farmacia con


Vacante.
sus prácticas correspondientes.
Estudio de los instrumentos y aparatos de
Física de aplicación a la Farmacia, con las
prácticas correspondientes.

Análisis químico y en particular de los


Dr. D. José de Jesús Rovira
alimentos, medicamentos y venenos, con las
prácticas correspondientes.
Química biológica con su análisis e Historia
crítica de la Farmacia y Bibliografía
Ilmo. Sr. Dr. D. Joaquín F. Lastres y Juiz.
farmacéutica.
Práctica de materia farmacéutica animal,
A cargo de un auxiliar.
mineral y vegetal.
Botánica descriptiva y determinación de
Vacante.
plantas medicinales.
Farmacia práctica y legislación sanitaria. Vacante.
______

CATEDRÁTICOS AUXILIARES

Dr. D. Miguel de la Maza y Caraza.

Dr. D. Manuel Johnson y Larralde.

Dr. D. José P. Alacán y Berriel.

Dr. D. Alfredo Bosques y Reyes.

Dr. D. José G. Díaz y Macías.

AYUDANTES FACULTATIVOS

Ldo. D. Nestor L. Lastres y Coppinger.150

150
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1891 a 1892 y Memoria-Anuario del de 1889 a 1890 que se publican con arreglo
al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1891.

125
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

FACULTAD DE FARMACIA 1895 – 1896

DECANO: Sr. Dr. D. Carlos Donoso y Lardier.

ASIGNATURA CATEDRÁTICO
Mineralogía y Zoología aplicadas a la Farmacia,
con la materia farmacéutica correspondiente. Vacante.
Materia farmacéutica vegetal. Vacante.

Química Inorgánica aplicada a la Farmacia, con Sr. Dr. D. Carlos Donoso y Lardier.
las prácticas correspondientes.

Química Orgánica aplicada a la Farmacia, con


sus prácticas correspondientes, y Química Sr. Dr. D. Manuel Johnson y Larralde.
biológica con su análisis.
Estudio de los instrumentos y aparatos de Física
de aplicación a la Farmacia, con las prácticas
correspondientes.
Sr. Dr. D. José de Jesús Rovira y Barreiro.
Análisis químico y en particular de los
alimentos, medicamentos y venenos, con las
prácticas correspondientes.

Práctica de materia farmacéutica animal,


A cargo de un auxiliar.
mineral y vegetal.
Botánica descriptiva y determinación de plantas
Vacante.
medicinales.
Farmacia práctica y legislación sanitaria,
Excmo. e Illmo. Sr. Dr. D. Joaquín F. Lastres y
Historia crítica de la Farmacia y Bibliografía
Juiz.
farmacéutica.
______

CATEDRÁTICOS AUXILIARES

Sr. Dr. D. Miguel de la Maza y Caraza

Sr. Dr. D. Domingo Hernando y Segui, (secretario de la facultad)

Sr. Dr. D. Santiago Regueira y Mesa (extraordinario sin sueldo)

Sr. Dr. D. Juan Aluija y Gastón (extraordinario sin sueldo)

______

AYUDANTES FACULTATIVOS

Sr. Dr. D. Alfredo Martínez y Martínez 151

151
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1897 a 1898 y Memoria-Anuario del de 1895 a 1896 que se publican con
arreglo al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1897.

126
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 28. Portada de la Memoria Anuario del curso 1886-1887. Real Universidad
de La Habana.152

152
REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura
del curso académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886 a 1887 que se publican con arreglo
al artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1888.

127
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.4. ALGUNOS DATOS DE LA FACULTAD DE FARMACIA DE LA


UNIVERSIDAD DE LA HABANA.

En las Memorias Anuario que editaba la Universidad de la Habana quedaron recogidos


de forma bastante minuciosa numerosos datos concernientes a las distintas facultades
existentes en la Habana, entre ellas la Facultad de Farmacia. Estas memorias se
editaron durante el último tercio del siglo XIX y nos permiten profundizar un poco más
en la situación académica existente.

2.3.4.1. ALUMNOS MATRICULADOS EN LA FACULTAD DE


FARMACIA. 1880-1899.

El número de alumnos matriculados es algo que aparece de forma sistemática en todas y


cada una de las Memorias Anuario desde su publicación, por lo que nos ha servido para
hacer un evolutivo del alumnado en Farmacia durante los últimos años del siglo XIX y
relacionarlo con los episodios históricos acontecidos en la isla.

CURSO ALUMNOS
1880-81 171
1881-82 159
1882-83 197
1883-84 168
1884-85 184
1885-86 184
1886-87 200
1887-88 234
1888-89 214
1889-90 223
1890-91 212
1891-92 210
1892-93 215
1893-94 219
1894-95 210
1895-96 167
1896-97 121
1897-98 115
1898-99 30

128
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En este gráfico observamos la evolución de los alumnos matriculados en la Facultad de


Farmacia de la Universidad de La Habana desde 1880 hasta 1899, de acuerdo a los
datos extraídos de las Memorias Anuarios de la Universidad de La Habana
completados con los que nos aportan los doctores Marchante Castellanos y Merchán
González en su artículo Algunos datos estadísticos de la Facultad de Farmacia en la
Real Universidad de La Habana. Período 1880-1898. Como vemos, el número de
matriculados desde el curso 1880-81 hasta el de 1887-88 va aumentando,
manteniéndose constante en torno a los 215 alumnos hasta el curso 1894-95, a partir del
cual se manifiesta una drástica disminución en el número de alumnos. Esto último
coincide con el estallido de la guerra de 1895, por lo que como ya comentásemos
tendría repercusión en la Universidad, ya que muchos alumnos se alistarían para
combatir mermando el número de matrículas durante los cursos coincidentes con la
contienda.

2.3.4.2. ALUMNOS QUE RECIBIERON EL GRADO DE LICENCIADO.


1833-1899.

Según el libro de los doctores García Hernández y Martínez-Fortun y Foyo Apuntes


históricos relativos a la Farmacia en Cuba desde el establecimiento de la Junta
Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia hasta la secularización y reforma de la
Universidad en 1842, se recibieron 128 licenciados y 34 doctores.153

De 1844 a 1862 se graduaron de licenciado 42 alumnos.154Hemos de recordar que


durante estos años los estudios de Farmacia ya estaban dentro de la Universidad pero en

153
GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos..., Ob. cit.,
1967, p.19.
154
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 272, Exp. 4. «Expte. general de la Universidad de La Habana».
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Los estudios de farmacia..., Ob.
cit., 2007, p. 8.

129
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

una Facultad de Farmacia unida a la de Medicina. A partir del curso 1863-64 la


evolución en el número de Licenciados fue la siguiente

De los cursos 1873-74, 1874-75, 1876-77, 1878-79 y 1879-80, no se disponen datos del
número de Licenciados, pero cabe pensar que serían pocos los Licenciados durante este
período dada la coincidencia con los últimos años de la “Guerra de los diez años”,
período en el cual muchos profesores abandonaron las aulas, al igual que alumnos.
Vemos como el número de licenciados en 1875-76 es muy bajo e incluso llegó a ser
nulo en el curso 1877-78.155

155
Datos extraídos de los artículos: MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,
“Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, p. 10; MARCHANTE
CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad
de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871-1880”, Ob. cit., 2007, p 12.

130
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En esta gráfica presentamos los datos de los alumnos que se licenciaron a partir de
1885, notándose un incremento en los mismos durante estos últimos años de
colonialismo español, a pesar de que como se observa hay cursos de los que no tenemos
datos. Volveremos a incidir, al igual que hiciésemos en el caso de los matriculados, en
que se puede apreciar un descenso de los alumnos licenciados durante los últimos cinco
últimos años de siglo, coincidentes con la “Guerra de independencia cubana”.156

2.3.4.3. ALUMNOS QUE RECIBIERON EL GRADO DE DOCTOR. 1833-


1899.

Ya expusimos antes que desde el establecimiento de Real Junta Superior Gubernativa


de la Facultad de Farmacia hasta la secularización de la Universidad se recibieron 34
doctores.

Los alumnos que obtuvieron el grado de doctor durante la vigencia del Plan de estudios
de 1842 fueron cuatro:

«D. Cayetano Aguilera, 29 de Junio de 1846.


D. Joaquín Fabian Aenlle, 29 de Febrero de 1848.
D. José Francisco Sibón y Monjiotti, 28 de Noviembre de 1857.
156
Todas estas cifras se encuentran reflejadas en las distintas Memorias-Anuario de la Universidad de La
Habana consultadas, que se citan en la bibliografía de este trabajo.

131
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

D. Fernando José Valdés y Aguirre, 6 de Septiembre de 1861.»157

A partir de 1863, los alumnos que se doctoraron en la Facultad de Farmacia fueron los
siguientes158:

Desde 1885 hasta final del siglo, se doctoraron los que se exponen a continuación159:

157
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 272, Exp. 4. «Expte. general de la Universidad de La Habana».
158
Estos datos se recogen en los artículos: MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN
GONZALEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, p.
10; MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871-1880”, Ob. cit., 2007, p 12.
159
Cifras extraídas de las distintas Memorias-Anuario de la Universidad de La Habana consultadas, que
se citan en la bibliografía de este trabajo.

132
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.4.4. CUADRO DE ENSEÑANZA PARA EL CURSO DE 1868 A 1869.

Exponemos a continuación un cuadro donde quedan recogidas las distintas asignaturas


para el curso de 1868 a 1869 con sus profesores correspondientes, de los cuales
hablaremos más adelante, libros de texto utilizados para la impartición de las clases, así
como los días y horario de clases.

FACULTAD DE FARMACIA160

ASIGNATURAS PROFESORES OBRAS DE DÍAS DE HORAS


TEXTO LECCIÓN
Materia Dr. D. Carlos Guibourt y Todos. 8 a 9.30
farmacéutica de los Donoso (suplte.) Bassgaña.
reinos animal y
mineral.
Id. Dr. D. José Guibourt. Todos. 6.30 a
Correspondiente al Rocamora. 8.30
reino vegetal.
Farmacia químico- Dr. D. Manuel Pelouse y Todos. 8a9
orgánica. Vargas Machuca. Jiménez.
Idem químico- Dr. D. Cayetano Pelouse y Todos. 8.30 a 10
inorgánica. Aguilera. Jiménez.
Ejercicios Chevallier. Todos. 9.30 a 11
prácticos y Dr. D. Carlos
reconocimiento de Donoso.
drogas.
Práctica de Farmacopea Todos, menos 6.30 a 8
operaciones Dr. D. Joaquín F. española y los Jueves.
farmacéuticas. Lastres Fors.
Análisis de química Tresenius. Martes, 9.30 a 11
aplicada a las Dr. D. José de J. Jueves, y
ciencias médicas. Rovira Sábado.
Historia crítico- Chiarlone y Martes, 8a9
literaria de la Dr. D. José de J. Mallecina. Jueves, y
farmacia. Rovira Sábado.

160
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 272, Exp. 3. «Expediente general de la Universidad de La Habana».

133
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.4.5. CUADRO DE ENSEÑANZA PARA EL CURSO DE 1871 A 1872.

Al igual que hiciésemos en el caso anterior, presentamos el cuadro de enseñanza para el


curso de 1871 a 1872, donde observamos la distinta distribución de asignaturas, de
acuerdo al plan vigente y la desaparición de la asignatura Historia crítico-literaria de la
farmacia.

FACULTAD DE FARMACIA161

ASIGNATURAS PROFESORES OBRAS DE DÍAS DE HORAS


TEXTO LECCIÓN
Materia Dr. D. Juan Guibourt. Diaria. 12 a 1.30
farmacéutica de los Zamora y Cerceda.
reinos animal y
mineral.
Materia Dr. D. José Guibourt. Idem. 10.30 a
farmacéutica Rocamora. 12
correspondiente al
reino vegetal.
Farmacia químico- Dr. D. Manuel Lecaná. Idem. 8.30 a 10
orgánica. Vargas Machuca.
Farmacia químico- Dr. D. Cayetano Saez Palacios. Idem. 6.30 a 8
inorgánica. Aguilera.
Ejercicios Explicaciones Martes, 8.00 a
prácticos y análisis Dr. D. José de del profesor. Jueves y 9.30
químico. Jesús Rovira. Sábados.
Práctica de Farmacopea Diaria. 6.30 a 8
operaciones Dr. D. Joaquín F. hispana.
farmacéuticas. Lastres
Análisis químico Explicaciones Lunes, 8 a 9.30
aplicado a las Dr. D. José de J. del profesor. Miércoles y
ciencias médicas. Rovira. Jueves.

161
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 272, Exp. 4. «Expte. general de la Universidad de La Habana».

134
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.4.6. BREVE BIOGRAFÍA DE ALGUNOS PROFESORES DE LA


FACULTAD DE FARMACIA DE LA UNIVERSIDAD DE LA
HABANA.

Con la intención de profundizar un poco más en la enseñanza de la Farmacia hemos


querido reflejar una breve semblanza de algunos de los catedráticos y profesores con los
que contó la Facultad de Farmacia de la Universidad de la Habana.

MANUEL L. DE VARGAS MACHUCA: Nació en La Habana, el 10 de Agosto de


1834; en 1852 se matriculó en Farmacia. Al terminar sus estudios se marchó a Francia y
bajo la dirección de Charles A. Wurtz, se consagró como un químico notable. Realizó el
doctorado en la Universidad Central de Madrid. El 24 de Mayo de 1865 fue nombrado
por el Gobernador Superior de la Isla de Cuba catedrático auxiliar de la Universidad y
desempeñó la cátedra de Farmacia Químico-Orgánica. Fue durante los cursos 1868-69
hasta 1870-71 secretario de la Facultad y, en 1871, se le designó como auxiliar interino
de Farmacia químico orgánica; catedrático “de entrada” al aplicarse el plan de 1880 y
catedrático de ascenso por Real Orden en 1884. Como ya comentásemos fue uno de los
fundadores del periódico Repertorio de Farmacia, en el cual publicó artículos como
Necesidad del estudio práctico de la Química y Las especialidades farmacéuticas y
otros trabajos originales sobre Química Orgánica e Inorgánica, entre otros. Fue socio
de mérito del Círculo de Hacendados, miembro de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País, vocal de la Junta de Sanidad, corresponsal del Colegio de
Farmacéuticos de Madrid y de la Sociedad Química de París y miembro de la Real
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana. Murió el 2 de
Agosto de 1886, donando todos sus libros a la biblioteca de la Academia de
Ciencias.162Algunos de sus trabajos en el ramo de la Química fueron: Composición del

162
Cf.: GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos..., Ob. cit.,
1967, p.42 y MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,”Datos biográficos de
los profesores de la Facultad de Farmacia..., Ob. cit., 2009, p.3.

135
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Permanganato de Potasa, Transformación del ácido Propionico en ácido Láctico, y


Acción del Amoníaco sobre el ácido Mono bromo hídrico, por citar algunos.163

FRANCISCO LASTRES Y JUIZ: Nació en La Habana el 21 de Febrero de 1835. Se


matriculó en la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Habana el 13 de
Septiembre de 1851. Se graduó de Licenciado en Farmacia en la Real Universidad de
La Habana en 1856 y de Doctor en la Universidad Central de Madrid en 1858. Habilitó
su título de Doctor en Farmacia en la Real Universidad de La Habana para ingresar
como docente en la Facultad de Farmacia. Fue catedrático suplente sin retribución de las
asignaturas Farmacia experimental y Química aplicada a la Farmacia durante los tres
cursos académicos de 1858 a 1861. Al establecerse el plan de estudios de 1863 ocupó el
puesto de catedrático interino “de nueva entrada” explicando las asignaturas Práctica de
Operaciones Farmacéuticas e Historia critico-literaria de la Farmacia. Asumió
interinamente el Decanato de la Facultad durante los cursos 1869-1870 y 1870-1871 y
fue designado para pronunciar el discurso inaugural de este último dedicado al “estudio
de la naturaleza tal como la comprendía Platón”. Importante es añadir que, en la última
parte de su discurso, declaraba una dotacion bastante deficiente de la Universidad,
concretamenete de la Facultad de Farmacia, haciendo un llamamiento a las autoridades
para una mejora de la misma:

«Finalmente, Excmo. Sr.; todavía pudiera la Universidad ofrecer mejores resultados, si


contara con los medios materiales de instrucción que exige nuestro Plan de Estudios.
Tenemos la misma ley académica que rige en la Península; pero nos faltan los recursos
de que disponen las demás Universidades nacionales. – V. E. ha podidoa preciar en su
última visita de inspección las urgentes necesidades de este Cuerpo Universitario,
necesidades que cada día son más perentorias: sobre todo, en lo tocante a la Farmacia,
la más desprovista de todas las Facultades. Para que la enseñanza pueda ser una
verdad es necesario que el estado haga ciertas erogaciones […].

163
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 168, Exp. 35. «Solicitud de gratificación de M. Vargas catedrático de
Universidad».

136
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

La Universidad espera que su petición no quedará desatendida, pues a la ilustrada


consideración de V.E. no puede ocultarse hasta que punto influye la propagación de las
luces y la difusión de los conocimientos en el bienestar y progreso de los pueblos.
[…].»164

Coinciden pues estas líneas con lo que se trató en el capítulo cuarto sobre la importancia
de buenos medios para el desarrollo de una enseñanza eminentemente experimental
como lo es la Farmacia. De nuevo, constatamos una Facultad de Farmacia con pocos
recursos para la enseñanza.

Prosiguendo su biografía, añadiremos que, en virtud de la aplicación del Plan de


Estudios de 1880 en la Isla, Francisco Lastres [Ilu. 29] fue nombrado de nuevo Decano
de la Facultad de Farmacia. En cuanto a su actividad docente, ocupó la cátedra de
Análisis químico aplicado a las Ciencias Médicas durante le referido plan. Con la
reforma de enseñanza de 1887, pasó a impartir las asignaturas de Química biológica con
las prácticas correspondientes e Historia crítica de la Farmacia y bibliografía
farmacéutica. Sin embargo, durante el curso 1888-89, fue nombrado propietario de la
cátedra de Farmacia práctica y legislación sanitaria quedando vacantes las anteriores,
asumiendo de nuevo en el curso de 1890-1891 la de Historia crítica de la Farmacia y
bibliografía farmacéutica. Paralelamente, el 30 de Octubre de 1890 era nombrado
Rector de la Real Universidad de La Habana, cuyo puesto desempeñó hasta 1898.165

164
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 272, Exp. 3. «Expediente general de la Universidad de La Habana».

165
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Joaquín Francisco Lastres y
Juiz: el primer farmacéutico Rector de la Universidad de La Habana”, Revista Cubana de Farmacia, vol.
44, nº4, Ciudad de la Habana, octubre-diciembre, 2010. Disponible en URL:
http://scielo.sld.cu/pdf/far/v44n4/far14410.pdf, p.562-563.

137
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 29. Francisco Lastres y Juiz.166

Ejerció de Juez Real para los examenes y otorgamiento de grados de la Facultad de


Farmacia y vocal facultativo de la junta encargada de la redacción del Arancel de
Aduanas en representación del Claustro de la Universidad, entre otros cargos.

Además de su actividad en la Universidad, fue socio corresponsal del Colegio de


Farmacéuticos de Granada, socio numerario de la Real Sociedad Económica de Amigos
del País, académico fundador de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y
Naturales de La Habana, donde ocupó la Presidencia de la Sección de Farmacia de la
misma, socio de mérito del Círculo de Hacendados, corresponsal del Colegio de
Farmacéuticos de Madrid y Comendador de número de la Real Orden de Isabel la
Católica.

Entre sus trabajos cabe destacar, Reseña histórica de la Farmacia en Cuba (1864),
redacción del Reglamento de medidas y pesas decimales que habían de nombrarse por
oposición en todos los ayuntamientos de la Isla (1865), Memoria acerca de las
reformas del Arancel de Aduanas respecto a los productos químicos y
farmacéuticos(1864), discurso en el aniversario de la Academia de Ciencias de La
166
Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm/singleitem/collection/cubanphotos/id/2692/rec/2

138
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Habana (1873), Memorias relativas a los derechos y valoraciones del arancel de


Aduanas, cuadros estadísticos relativos a la balanza mercantil de esta Isla y estudios
comparativos entre el Arancel vigente en la Península y el proyectado para la Isla de
Cuba, entre otros muchos.167

Participó activamente en la revista Repertorio de Farmacia, y llegó a ser presidente del


Colegio de Farmacéuticos de La Habana.168

En otro orden de ideas, podemos decir que no sólo fue importante por su labor en lo que
a la Farmacia respecta, destacó asimismo como un importante jurista, pues era
Licenciado en Derecho Civil y Canónico (1871), además de haberse Licenciado en
Filosofía en la sección de Ciencias Naturales (1870) y tener el título de Profesor
mercantil de las Escuelas Profesionales de La Habana (1866).169

JOAQUÍN FABIAN DE AENLLE Y MONGEOTTI: Nació en Jibacoa el 20 de


Enero de 1825. Se graduó de Licenciado en Farmacia y luego de Doctor en 1848. Fue
fundador de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, de la
cual fue tesorero desde su fundación. Desempeñó la cátedra de Farmacia Químico
Inórganica en la Facultad de Farmacia de la Real Universidad de La Habana, además de
la de Química general (durante tres años), la de Farmacia Teórica ( año y medio) y otras
varias por ausencia y enfermadades de sus propietarios. Fue decano de la Facultad de
Farmacia en 1865. Durante cuatro años ejerció de Juez Real delegado por el Gobierno
167
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 263, Exp. 26. «Expte. p. de J. Lastres Juiz decano de la Facultad de
Farmacia».

168
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Joaquín Francisco Lastres y
Juiz..., Ob. cit., 2010, p.566.

169
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 263, Exp. 26. «Expte. p. de J. Lastres Juiz decano de la Facultad de
Farmacia». En todo momento se han presentado los datos que aparecen en la hoja de servicios de Joaquín
Lastres y Juiz que también presentamos en este trabajo. Un estudio más detallado utilizando la
información contenida en archivos habaneros nos la presenta el artículo de MARCHANTE
CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Joaquín Francisco Lastres y Juiz..., Ob. cit., 2010,
al que ya hemos hecho algunas alusiones y que nos ha servido para contrastar y completar ciertos datos.

139
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

para examenes y grados. Estuvo dos años de vocal honorífico de la Excelentísima


Inspección de estudios. También fue miembro de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País, inspector de instrucción pública de 1848 a 1854, inspector del Instituto
de Investigaciones Químicas, vocal químico de la comisión encargada del Estudio del
Canal de Isabel II y vocal de la Comisión nombrada para el estudio de las Aguas minero
medicinales de la Isla, entre otros cargos. Publicó Apuntes para el estudio de las aguas
minero-medicinales de la Isla de Cuba y relación de todos los análisis que de la misma
se han practicado hasta la fecha entre otras obras. Murió en Agosto de 1869.170

JOSÉ JOAQUÍN SIBON Y DE LA TORRE: Nació en Cádiz en 1805. El 25 de


Enero de 1832 obtuvo de manos del Real Protomedicato el título y licencia para poder
ejercer la profesión farmacéutica. Fue nombrado catedrático de la asignatura Farmacia
elemental y teórica y Principios de Botánica aplicada a la Farmacia en 1843, siendo
catedrático “de ascenso” en 1854 y “de término” en 1862171. Por el Plan de 1863 es
nombrado catedrático de Materia Farmacéutica de los reinos animal y mineral y de
Análisis químicos aplicados a las Ciencias Médicas y decano de la Facultad de
Farmacia.172 Fue el primer decano de la Facultad de Farmacia, manteniéndose en ese
cargo hasta el curso 1868-69, a excepción del curso de 1865-66 que fue sustituido por
Joaquín Fabián de Aenlle. A partir del curso 1869-70 continuó como decano Joaquín F.
Lastres.173

Entre otros méritos, podemos constatar, que el 10 de Diciembre de 1860 fue nombrado
por el Rector de la Universidad de La Habana para formar el Catálogo científico de los
170
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 147, Exp. 14. «Nombramiento de decano de Farmacia a J. F. Aenlle».
GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos..., Ob. cit., 1967,
p.40.
171
Recordemos que los catedráticos podían ser “de entrada”, los cuales llevaban menos de 12 años de
enseñanza, “de ascenso”, que llevaban más de 12 años y “de término”, los cuales acumulaban más de 20
años de dedicados a la docencia.
172
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 81, Exp. 6. « Expte. p. de José J. Sibon decano de la Facultad de
Farmacia».
173
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, p.10.

140
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

objetos de la asignatura Materia farmacéutica vegetal; el 16 de Agosto de 1864 fue


nombrado también por el Rector para redactar el Reglamento de los Gabinetes de
Físisca, Química e Historia Natural; fue socio corresponsal del Colegio de
Farmacéuticos de Cádiz; y como catedrático de Análisis Químico aplicado a las
Ciencias Médicas le correspondió realizar los análisis químicos legales por orden de los
tribunales.174

Hijo suyo fue Jose Francisco Sibón y Monjuitte, el cual también estudió Farmacia y
defendió con éxito su tesis doctoral titulada ”Sobre la necesidad en que está el
farmacéutico en el estado actual de las ciencias, de estudiar la química toxicológica” el
23 de Noviembre de 1857. Fue catedrático de las asignaturas Materia farmacéutica
correspondiente al reino vegetal y Ejerecicios prácticos de reconocimiento de drogas y
clasificación de plantas medicinales y secretario de la Facultad de Farmacia en 1863.175

CARLOS DONOSO LARDIER: Nació en La Habana en 1826. Realizó los estudios


de Farmacia, graduandose como Bachiller en Farmacia en 1844, de Licenciado en 1845
y de Doctor en 1864 presentando la tesis “Envenenamiento por arsénico”. El 21 de
Agosto de 1865 tomó posesión como catedrático auxiliar de la asignatura Ejercicios
prácticos de reconocimiento de drogas. En el curso de 1868-69, como se muestra en el
cuadro anterior, asumió la asignatura de Materia farmacéutica de los reinos animal y
mineral. Ocupó la secretaria de la Facultad de Farmacia desde 1871 hasta 1880. El 20
de Enero de 1881 tomó posesión como catedrático “de entrada” de la asignatura
Farmacia químico inorgánica, siendo nombrado “de ascenso” el 10 de Diciembre de
1884. Fue nombrado Decano de la Facultad de Farmacia por Real Orden de 23 de
Marzo de 1891.

174
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 81, Exp. 6. «Expte. p. de José J. Sibón decano de la Facultad de
Farmacia».
175
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 149, Exp. 35. «Hoja de servicios de J. F. Sibón catedrático de
Farmacia».

141
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A mayor abundamiento, también realizó suplencias de los profesores de diversas


asignaturas: de 1849 a 1856 fue nombrado suplente de la asignatura Farmacia teórica,
realizó además la suplencia de las asignaturas Materia farmacéutica animal y mineral
por enfermedad del profesor Sibón desde el 27 de Febrero de 1869 hasta Octubre de
1870, la de la asignatura Historia crítica de la Farmacia por ausencia del profesor
Aguirre desde el 22 de Febrero al 31 de Mayo de 1869, la de Materia farmacéutica
vegetal por ausencia del Doctor Rocamora desde el 22 de Octubre de 1872 hasta el 31
de Mayo de 1873, entre otras muchas.

Pronunció la oración inaugural del curso 1883-84 versando ésta sobre la “influencia que
la Química ha ejercido en el progreso de la Farmacia”. Publicó un folleto sobre el
análisis de las aguas minero medicinales de los diversos manantiales de Santa María
del Rosario en la Isla de Cuba que practicó en unión del Doctor D. Manuel Vargas
Machuca, en el cual se demuestran las ventajas que ofrecen, por su naturaleza sulfurosas
sódicas sobre las sulfurosas cálcicas que son las más frecuentes, y también escribió un
elogio póstumo del distinguido profesor Doctor D. Manuel Vargas Machuca.

Fue miembro numerario de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales


de La Habana, de la que también fue presidente en varias ocasiones.176

JUAN L. ZAMORA Y CERECEDA: Nació en Bisjueces (provincia de Burgos) en


1843. Se licenció en Farmacia el 19 de Septiembre de 1870, doctorandose el 27 de Julio
de 1871, tras haber presentado la tesis “Composición química del aire e influencia de
este agente sobre los fenómenos de la vida y de la muerte”. El 2 de Septiembre de 1871
tomó posesión como catedrático interino de la asignatura Materia farmacéutica mineral
y animal. Por Real Orden de 7 de Diciembre de 1880 se le nombró catedrático “de
entrada” de esa misma asignatura y en Septiembre de1887 catedrático “de ascenso”.

176
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 263, Exp. 27. «Expte. p. de C. Donoso Lardier catedrático de
Universidad». MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F.,”Datos biográficos de
los profesores de la Facultad de Farmacia..., Ob. cit., 2009, p.2.

142
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

También en Diciembre de 1873 impartió la asignatura de Análisis Químico aplicado a


las Ciencias Médicas, en Enero de 1874 la de Práctica de operaciones farmacéuticas y
en Abril de 1891 la de Farmacia Químico orgánica por enfermedad del responsable de
la misma. De 1876 a 1883 fue director literario y económico del Colegio de primera y
segunda enseñanza “Santiago Apostol” de La Habana. Fue miembro de la Real
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, siendo nombrado el
16 de Abril de 1883 vocal de la Comisión que según las Ordenanzas de Farmacia
habrían de redactar la Farmacopea, el Petitorio y la Tarifa farmacéutica de la Isla de
Cuba y participó como miembro de la Comisión permanente para el estudio de la Flora
Médica e Industrial indígena.

Además de Doctor en Farmacia, también era Doctor en Ciencias, sección Físicas,


director del laboratorio químico municipal y Cruz de la Orden de Amadeo de Saboya.177

177
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 263, Exp. 28. «Expte. p. de J. Zamora Cereceda catedrático de
Universidad ».

143
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.4.7. HOJA DE SERVICIOS DE JOAQUIN LASTRES Y JUIZ178

178
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 263, Exp. 26. «Expte. p. de J. Lastres Juiz decano de la Facultad de
Farmacia».

144
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153
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.5. LA REAL ACADEMIA DE CIENCIAS MÉDICAS, FÍSICAS, Y


NATURALES DE LA HABANA.

La Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana se fundó en


1861 gracias al Dr. Nicolás Gutiérrez Hernández que, tras muchas trabas, consiguió el
establecimiento de esta institución científica. Entre sus treinta fundadores o primeros
académicos de número había catorce doctores, siendo Gutiérrez presidente y Ramón
Zambrana (profesor de medicina) el secretario. Entre el resto de cargos figuraba Joaquín
Fabián de Aenlle, catedrático de farmacia que fue seleccionado tesorero. Para Gutiérrez,
la academia era una institución que asociaba a médicos y científicos del país con el
único fin de promocionar el conocimiento y el debate científico. Había de servir de
representante de los intereses de médicos, cirujanos y farmacéuticos de La Habana y de
la isla en general, así como sus miembros debían de ser ejemplo en el ejercicio de la
profesión, textualmente dice que debían ser “apóstoles de la ciencia”. La academia
quedaría inaugurada el 19 de Mayo de 1861 en un acto público celebrado en el templo
de Santo Domingo. Ésta vino a ser un gran apoyo al movimiento científico cubano del s.
XIX.

La academia estuvo ubicada en los bajos del convento de San Agustín y, poco a poco,
fue ocupando otras dependencias del edificio, obteniendo en 1874 una zona de la parte
alta del mismo, inaugurándose un nuevo salón.

En ella se discutían temas relacionados con la Medicina, Farmacia, Química y la


Historia Natural. Contribuyó al desarrollo científico, instigando a científicos e
intelectuales a la investigación, formando en los avances y descubrimientos del
extranjero, lo cual evitó el atraso científico y fomentó el progreso. Algo verdaderamente
importante si pensamos que nos desenvolvemos en una época marcada por luchas
independentistas, reformismo y una cierta hostilidad hacia la metrópoli.

154
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

También no debemos olvidar la publicación desde el año 1864 de los “Anales de la Real
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana” [Ilu. 30], que
contribuyó a la difusión del conocimiento y donde aparecieron artículos de científicos
extranjeros, originales y traducidos, y trabajos e investigaciones sobre diversas materias.

Ilustración 30. Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales


de La Habana.179

179
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo IX,
Imprenta de Lagriffoult y Dediot, Habana, 1872.

155
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Entre los temas tratados en la Academia cabe destacar la contribución del Dr. Carlos J.
Finlay, con sus teorías sobre la propagación de enfermedades debido a vectores
biológicos. Esto supuso un gran adelanto sobre todo en el conocimiento de la
transmisión de la Fiebre Amarilla, enfermedad muy común en esas zonas tropicales.
Otros temas estarían relacionados con la higiene, la salud, la botánica e incluso
encontramos algunos eminentemente farmacéuticos como el del caso de los llamados
Polvos de Hita, un medicamento que era vendido como milagroso, pero que resultaba
ser un fraude.180Este tema hay que encuadrarlo dentro de un período marcado por la
guerra y el cólera, en el que proliferan todo tipo de curanderos y gente que se aprovecha
de estas circunstancias para hacer negocio con remedios milagrosos, siendo una de las
misiones de la academia denunciar este tipo de actividades. El medicamento en
cuestión, era descrito en la prensa como un preparado capaz de conferir a la leche de
vaca las propiedades de la leche materna, pero simplemente lo que hacía, en palabras de
su creador, era “hacer más digestiva la leche de vaca”. Se anunciaba así, según consta
en los Anales de la Academia:

«NO MÁS CRIANDERAS,


NO MÁS INDIGESTIONES,
SANA Y SEGURA LACTANCIA PARA LOS NIÑOS

PRODUCTOS QUÍMICOS
POR

RAMÓN MARÍA DE HITA

Importante, utilísimo, humanitario y económico descubrimiento, para proporcionar


tranquilidad a las madres de familia, las que no tendrán ya que lamentar las funestas
consecuencias de las indigestiones en los niños de pecho, ya bien por la lactancia con
leche de vaca, ya por las malas condiciones de las crianderas: el descubrimiento
consiste en haber encontrado una sustancia enteramente inocente QUE DA A LA LECHE
DE VACA CONVENIENTEMENTE PREPARADA, LAS CONDICIONES DE SANA, NUTRITIVA Y DE
FÁCIL DIGESTIÓN, QUE TIENE LA BUENA LECHE DE MUJER , pudiéndose criar con ella los

180
PRUNA GOODGALL, P., La Real Academia de Ciencias de La Habana 1861-1898, Madrid, 2002,
pp. 197-203.

156
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

niños desde la edad de un día hasta los tres años y más, sin que sea de absoluta
necesidad la leche de pecho, (...).»181

Los polvos eran totalmente inofensivos, contenían lactosa, bicarbonato de sodio y otros
componentes incapaces de modificar la leche de vaca para igualarla a la leche humana.

Este tema desató una crisis en la academia debido a que su creador, el farmacéutico
Ramón María de Hita y Rensoli, era miembro fundador de la academia, y ésta debía ser
ejemplo, y aunque su preparado fuera inocuo, había dado a confusión por unos
procedimientos inadecuados de divulgación que atentaban hacia la buena imagen de la
academia. El asunto fue muy discutido por la academia, hasta tal punto que le valió la
expulsión de la misma.

Otro tema farmacéutico del que se encargó la academia fueron las Ordenanzas de
Farmacia, es decir la redacción del cuerpo normativo de la actividad farmacéutica en la
isla. El académico Cayetano Aguilera redactó un proyecto de ordenanzas que se discutió
en sesiones extraordinarias celebradas entre febrero y mayo de 1880.

Como resultado de la aprobación de las mismas, y para cumplimentar una serie de sus
artículos, habría que proceder a la realización de un Petitorio de Farmacia, una
Farmacopea y una Tarifa:

«Art. 27. Será incumbencia de la Academia de Medicina de La Habana cuidar de la


formación, relación impresión y venta del Petitorio, Farmacopea y Tarifa con arreglo a
lo que se prescribe en los artículos siguientes.

Art. 28. Redactará dichas tres obras oficiales una comisión de cuatro Médicos
académicos de número y cuatro Farmacéuticos con botica abierta en la misma capital.
181
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo VIII, Imp.
de Lagriffoul y Dediot, Habana, 1871, pp. 168, 182.

157
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Los cuatro vocales médicos serán elegidos por la Academia y los cuatro Farmacéuticos
nombrados por el Gobernador General a propuesta por la Junta Superior de Sanidad.
Será Presidente de la Comisión el mismo que lo sea de la Academia de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales, y Secretario el vocal de menor edad.

Art. 29. Los trabajos de esta comisión serán examinados y discutidos por la Academia.
A las sesiones en que se examinen o discutan estos trabajos tendrán derecho de asistir,
con voz deliberativa, los vocales de la Comisión que no fueren académicos.

Art. 30. Aprobados por la Academia, el Petitorio, la Farmacopea y la Tarifa, pasarán a


la Junta Superior de Sanidad, la cual dará su dictamen, y en su vista resolverá el
Ministerio de Ultramar.

Art. 31. Aprobadas dichas obras por el Ministerio de Ultramar, se pasarán a la Real
Academia de Medicina de La Habana para que proceda a su impresión y expendición.

Art. 32. Cubiertos los gastos de redacción, los de impresión y demás materiales,
quedarán a favor de la Real Academia de Medicina de La Habana las utilidades, que
invertirá en la adjudicación de premios, o en otros objetos propios de su instituto,
dando cuenta justificada de todo al Gobierno General de la Isla.»182

Para llevar a cabo esta tarea y tal como indicaban las propias ordenanzas, se nombró
una comisión constituida por el presidente de la academia e integrada por cuatro
vocales médicos y cuatro farmacéuticos: Juan Zamora Cereceda, Joaquín Barnet,
Antonio González Curquejo y Ramón Botet. Esta comisión en sucesivas reuniones fue
redactando distintos documentos que formarían parte de la que sería la Farmacopea
Oficial de la Isla de Cuba.

Según consta en los Anales de esta Real Academia, se estableció un Plan para la
redacción de la Farmacopea.

182
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo XIX,
Imp. “La Antilla”, Habana, 1882, pp.471-472.

158
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En virtud de este plan, la Farmacopea se dividiría en tres grandes secciones: Sustancias


medicinales, tal como procedían de la naturaleza, sin preparación, Especies químicas de
composición definidas y Medicamentos simples y compuestos elaborados a partir de las
anteriores; debería incluir los medicamentos nuevos cuya eficacia fuera bien conocida;
eliminar de la terapéutica los medicamentos sin actividad; utilizar para todas las
fórmulas el sistema decimal; expresar las cantidades de las fórmulas en números
sencillos, enteros en letras y cifras para evitar errores; la lengua de texto sería la
castellana, pero se expresaría en latín los nombres de cada sustancia y se insertarían
tablas de interés científico entre otras directrices.

Para la redacción de los artículos constituyentes de la misma también se dictaminaban


ciertas pautas, así quedaban divididos estos artículos en: Productos naturales, los cuales
se deberían designar consignando clase, orden, género, especie, autor de la especie,
nombre vulgar, familia y sinonimia, además de hacer mención a sus usos medicinales y
conservación entre otros; Preparados químicos puros, en los que se debía de hacer
constar su fórmula, métodos de obtención y al igual que en caso anterior su utilidad
medicinal y otros aspectos; Preparados químicos míxtos o impuros y Preparados
galénicos, en la exposición de estos últimos figuraría su fórmula, modus faciendi,
caracteres de especial importancia, usos médicos y farmacéuticos con expresión de sus
dosis máximas, conservación o reposición, observaciones particulares y antídotos en las
sustancias venenosas.183

A pesar de todo el esfuerzo, ésta jamás llegó a ver la luz debido a que se declaró
obligatoria en las provincias de ultramar la sexta edición de la Farmacopea Española,
con lo cual el trabajo de la comisión dejó de tener sentido y ésta se disolvió. Esta no
sería la única asignación de tareas decepcionantes que sufriría la academia, ya que
habría otras pero de índole médica.

183
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo XXI,
Imp. “La Antilla”, Habana, 1884, pp. 255-265.

159
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.5.1. ALGUNOS TEMAS SOBRE MEDICAMENTOS QUE SE


DISCUTIERON EN LA ACADEMIA.

Profundizando en estos aspectos, en los Anales de la Real Academia de Ciencias


Médicas, Físicas y Naturales de La Habana encontramos, además de lo ya mencionado,
otras discusiones y exposiciones sobre medicamentos, terapéutica y farmacología.

Entre ellos podemos destacar algunos temas destinados a poner de manifiesto la


verdadera identidad de ciertos remedios de dudosa composición y propiedades, los
cuales eran evaluados por una “Comisión de Remedios nuevos y secretos”, que a tal
efecto existía en la Academia.

 El caso del Jarabe Pectorial cubano y el Rob depurativo realizados por el


profesor Gandul.

Sobre estos preparados la “Comisión de Remedios nuevos y secretos” de la Academia


presentó informe en la sesión del día 29 de Junio de 1870. En él se hacía constar la
solicitud a la Academia por parte de su inventor, el profesor Gandul, de hacer públicas,
a través de los Anales de la Academia, las fórmulas de estos preparados para que los
médicos pudiesen prescribirlas con total confianza, debido a que bajo el amparo de la
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales gozarían de una acreditada robustez
científica. Sus fórmulas eran las siguientes:

«JARABE PECTORIAL CUBANO


Pencas de zábila (Aloe spicata)…………………………….. 12 kils.
Platanillo de Cuba (Matico. Piper elongatum)…………….. 8 ,,
Hojas de Yagruma (Cecropia palmata)……………………... 8 ,,

160
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Corteza de cuajaní (Prunus occidentalis)…………………... 8 ,,


Azúcar blanca……………………………………………….. 20 kils.
Bromuro de amoníaco………………………………………. 0-250.
Hágase según arte.

ROB DEPURATIVO DE GANDUL


Zarzaparrilla de Honduras………………………………….5 kils.
Lúpulo……………………………………………………….....2-500
Corteza de tengue (Viga aurea)………………………..…..2-500
Raíz de ateje (Cordia collococca)………………………….3 ,, ,, ,,
Raíz de tábano (Pavonia typhaloea)………………………3 ,, ,, ,,
Resina de Guayaco…………………………………………..0-40
Ioduro de potasio………………………………………….....0-200
Azúcar blanca………………………………………………...15 ,, ,, ,,
Hágase según arte.»184

A partir de ahí, la Comisión destinada a tal efecto, procedió a analizar minuciosamente


ambos preparados.

Sobre el primero, el Jarabe Pectorial cubano, lo primero que denotó la Comisión es que
cuando estudiaron el prospecto que acompañaba al jarabe, encontraron que en él se
decía que su fórmula no era secreta pues había sido publicada en la revista farmacéutica
“La Emulación” y que la mayor parte de sus componentes eran vegetales procedentes
de la propia Isla, que gozaban de virtudes eminentemente curativas en las enfermedades
del pecho. Al acudir los responsables de la Comisión a la fórmula publicada en dicha
revista encontraron que ésta era la siguiente:

184
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo VII, Imp.
“La Antilla”, Habana, 1870, pp.132-133.

161
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«JARABE PECTORIAL CUBANO


Higos…………………………………........ 1 kg
Pasas…………………………………....... id. id.
Ciruelas pasas…………………….….......id. id.
Nafé de Arabia (Hibiscus esculentus)… id. id.
Chichicate ( Urtica baccifera)…………. id. id.
Azúcar blanco…………………………..... id. id.
Hágase un jarbe que marque 34º en caliente.
Dicho jarabe contiene, según el Dr. Gandul, unos cinco centigramos de iodoformo por
cada 30 gramos.»185

Debida a estas diferencias la Comisión decidió adquirir varios frascos de jarabe en


distintas oficinas de farmacia y determinar su composición verdadera. Los describían
así:

«Dichos frascos estaban cubiertos, primeramente, por una envoltura de papel verde al
parecer de Scheele, lustrado, en la que se halla el nombre del medicamento y sus
indicaciones terapéuticas; rota esta, aparece un prospecto-instrucción que rodea
inmediatamente a un frasco de vidrio blanco común, de forma prismático-rectangular,
de 19 centímetros de largo, incluso el cuello, por 7 y medio de ancho, una capacidad de
un cuarto de litro y un peso neto de 250 gramos; en una de cuyas caras se encuentra
una etiqueta que expresa poco más o menos lo de la envoltura exterior, y en la opuesta
el nombre del producto sacado en relieve sobre el cristal: se hallan obturados por un
tapón de corcho superficialmente provisto, esto es, sin comprender todo el reborde, de
un lacre translúcido de color rojo claro. El contenido resultó ser efectivamente un
jarabe perteneciente a la clase de los hidrólicos, en cantidad ponderal de 300 gramos,
de color pardo oscuro por reflexión, amarillento por refracción, de olor y sabor sui
generis, análogo al de ciertos hidrosacarolados que por la temperatura que sufren en

185
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. Cit., 1870, p.134.

162
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

su preparación, invierten el azúcar cristalizable, dando origen al desarrollo del ácido


melásico; su densidad resultó ser de 40º Beaumé a 32º cent. Sometido a los
procedimientos analíticos, presenta las siguientes reacciones […].»186

Tras la realización de las distintas determinaciones, procedieron a formular el jarabe


según la primera fórmula expuesta, no la publicada en la revista y, aparte de la
complejidad que les supuso tras proceder con él a las mismas pruebas analíticas que en
el adquirido en la oficina de farmacia, resultaron no coincidir.

En cuanto al segundo de los remedios, aunque la Comisión pudo conocer dónde se


había publicado su fórmula, pues era en la misma revista que la anterior, no consiguió
dar con el preparado en ninguna oficina de farmacia. De ésta exponía la poca novedad
de un producto cuyos componentes se venían usando en la práctica desde hacía mucho
tiempo.

Por lo demás, aclaraba la Comisión ambas fórmulas poseían errores, que harían a los
médicos desconfiar de ellas:

«Se confunden en ellas nuestro Platanillo de Cuba con el Matico de la América del Sur,
bajo la denominación de Piper elongatum, perteneciente hoy a extraño género, siendo
así que el Matico es una especie exótica muy distinta: bajo el nombre de Platanillo de
Cuba se conocen los Artanthe adunca, geniculata, Swartziana, scabra y verrucosa, con
especialidad la primera, que es la que generalmente se encuentra en el comercio de
herboristería. En lo que hace a la Yagruma, el autor habrá querido referirse
probablemente a la especie peltata L., bien distinguida ya de nuestro vulgo con el
dictado de “hembra”, y la destinada en este caso a usos medicinales; distinción
necesaria de hacer, por cuanto esta especie, cuya acción terapéutica guarda analogía
con la de la Digital, no es igual en su manera de obrar a la que se conoce generalmente

186
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. cit., 1870, pp.135-136.

163
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

con el nombre solo de Yagruma, dicha a veces “macho” por oposición (Didymopanax
undulatum Pers.). Finalmente: es original la asignación genérica y específica que se da
al Tengue en la fórmula del Rob […], como todos tenemos entendido, nuestro Tengue
es la Poeppigia procera Poepp. […].»187

La Comisión determinó desestimar la solicitud del profesor Gandul de la inserción de


las fórmulas en los “Anales”, ya que los remedios se encontraban en una situación
irregular, tras los estudios realizados. Por otro lado, la Academia tras la valoración y
análisis de los medicamentos daba a conocer la realidad verdadera de los mismos e
instaba al profesor Gandul a justificarse sobre lo demostrado.188

 Antiodontálgico fabricado por D. Camilo González y García.

En este otro caso su autor solicitaba expender este específico de su invención contra los
dolores de muelas. Sus componentes eran la mirra, azafrán, alcanfor, clavo, alcohol y
cálculo biliar de toro. La Academia, tras su valoración, concluía en que el citado
remedio no constituía un específico, ni siquiera un compuesto de mediana importancia,
ya que no se entendía que acción podía tener sobre la neuralgia dental el cálculo biliar
de toro, no teniendo tampoco el resto de sustancias ninguna acción directa sobre esta
afección. Por otro lado, aclaraba que la ley entonces vigente no permitía que los
particulares pudiesen expender al público medicamentos de ningún tipo.

Así expresaba el Secretario de la citada Comisión de Remedios nuevos y secretos su


opinión acerca de este tipo de preparados:

187
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. cit., 1870, pp.138-139.
188
Ibidem.

164
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«La Academia luchará, dice el Dr, Navarro, hasta que logre hacer desaparecer de
nuestros periódicos esa lista de sustancias, con las cuales se logra explotar la
credulidad del público en perjuicio de la verdadera ciencia y de la salud y la vida de
millares de individuos.»189

La Comisión dictaminó: 1º Que no podía autorizarse la venta del pretendido específico,


porque las sustancias que lo componían no eran las llamadas a combatir la enfermedad
contra la cual se pretendía emplearlo.2º Que, aún dado el caso que alguna influencia
pudiera tener, sería demasiado débil para lograr la curación; y 3º Que, aunque esa
sustancia llenara las condiciones científicas, no podría concederse a González el
permiso, por no haber justificado ser farmacéutico con establecimiento abierto, a
quienes únicamente la ley concede este derecho.190

 Polvos y elixir dentífricos compuestos por Doña Josefina Cariboni.

En este caso su autora solicitaba del Gobierno General permiso para expenderlos al
público.

La Comisión, atendiendo a la composición de uno y otro producto en los cuales no se


hallaba ninguna sustancia que los hiciera recomendables, y sí la piedra pómez, que
formaba parte de los polvos haciéndolos perjudiciales para la buena conservación de la
dentadura, exponía: 1º Que el elixir por ser análogo a los conocidos hasta la fecha,
permitía que pudiera expenderse en los establecimientos de Farmacia, y no por la
autora, a quién como particular le estaba prohibido por la legislación vigente; 2º Que los
polvos por ser perjudiciales a la buena conservación de la dentadura, debían prohibirse,
aun como objeto de tocador, y 3º Que debían prohibirse los pomposos anuncios que

189
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo XIII, Imp.
“La Antilla”, Habana, 1876, pp.250-251.
190
Ibidem.

165
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

hacía del elixir, por no corresponder éste a las virtudes que se le atribuían;
absteniéndose igualmente de invocar el nombre de la Real Academia en los anuncios de
dicho elixir.191

 Remedio de una Curandera

Sobre el exámen físico-químico de un remedio ocupado a Doña Adelaida Oniliaski,


debido al expediente que contra se instruye en el Gobierno General por intrusa en la
ciencia de curar.

El remedio se trataba de un un frasco con un líquido cuyo contenido resultó ser la


“Poción Antiasmática de Aubreé”, compuesta de raíz de polígala, yoduro de potasio,
jarabe de opio, aguardiente, tintura de cochinilla y agua.

Tras análisis y estudio farmacológico, la Sección de Farmacia concluía: 1º Que el


líquido contenido en el frasco remitido por el Gobierno no era otra cosa que la poción
antiasmática de Aubreé. 2º Que dicha preparación estaba compuesta de las sustancias
que indicaba su autor, aunque los experimentos practicados hacían sospechar que
presentaba más cantidad de Polígala que la señalada. Y 3º Que siendo elevada la dosis
del yoduro potásico en la poción de Aubreé, solo debe prescribirse por indicación
facultativa, y es peligroso para la salud pública que personas ajenas a la ciencia de curar
empleen medicamentos que en determinadas circunstancias puedan ser perjudiciales y
hasta nocivos.192

191
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. cit., 1876, pp.477-478.
192
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, tomo XVII,
Imp. “La Antilla”, Habana, 1880, pp.142-143.

166
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Además de lo ya expuesto, se discutieron otros temas de interés farmacéutico por sus


connotaciones farmacológico botánicas, valgan de ejemplo el dedicado al Eucalipto
(Eucalyptus globulus), del cual se trataron desde su aclimatación, descripción y
aplicaciones a la industria, hasta su utilidad para la Medicina, considerado como un
medio de saneamiento de terrenos que ofrecían condiciones palúdicas y pestilenciales.
Se señalaban su composición química, dando gran valor a la esencia purificada de dicha
planta, el eucaliptol, dotada de propiedades antisépticas, sus formas de preparación y
efectos en el hombre.193Y también a la Corteza de la Yaba (Andira inermis) de la que
se decía que podía usarse como antihelmíntica en forma de polvo o extracto acuoso,
variando las dosis del polvo de 5 decigramos a 1 gramo y la del extracto acuoso de 5 a
10 centigramos.194

Como hemos observado, la Academia jugó un papel muy importante en la transmisión


del conocimiento científico, organización de la profesión farmacéutica y consulta para
los farmacéuticos hasta la instauración del Colegio de Farmacéuticos de La Habana que,
como ya estudiamos, agrupó a los profesionales de la Isla, constituyendo su órgano de
representación y velando por un correcto ejercicio profesional.

2.3.6. LAS ORDENANZAS DE FARMACIA DE 1883.

Como hemos introducido en el apartado anterior, fue la Academia de Ciencias Médicas,


Físicas y Naturales de La Habana la encargada de establecer unas Ordenanzas del
ejercicio farmacéutico en la Isla, así por Real Orden de 4 de Enero de 1883 quedaban
promulgadas las Ordenanzas para el ejercicio de la profesión de Farmacia y comercio
de drogas y plantas medicinales [Ilu. 31]. Estas Ordenanzas no fueron más que una
extensión a la Isla de las Ordenanzas de 1860 vigentes en la Península, con las
adaptaciones correspondientes.

193
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. cit., 1876, pp.111-112.
194
Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas..., Ob. cit., 1876, pp. 400-401.

167
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 31. Ordenanzas para el ejercicio de la profesión de Farmacia (1883).195

Las Ordenanzas constaban de ocho capítulos y ochenta y ocho artículos, además de tres
catálogos referentes a artículos medicinales el primero, sustancias venenosas las del
segundo y de las plantas medicinales no venenosas cuya venta era libre. Un reglamento
algo más extenso que el peninsular, el cual poseía diez artículos menos.

En sus capítulos se ocupaba de la clasificación de los géneros medicinales y de las


personas que deberían venderlos, haciendo hincapié en todo momento que el profesional

195
Ordenanzas para el ejercicio de la profesión de Farmacia y comercio de drogas y plantas
medicinales, Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S. M., Habana, 1883.

168
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

capacitado para la venta y elaboración de los medicamentos era exclusivamente el


farmacéutico, siendo la venta de los productos químicos, plantas medicinales, drogas y
demás materias primas constituyentes del medicamento, de libre comercio por
drogueros y herbolarios o yerberos. También establecía que el ejercicio profesional se
debía hacer en una botica, donde se describía el procedimiento administrativo de
apertura de la misma (instancia al alcalde acompañada del título de Farmacéutico, plano
de la botica y catálogo de medicamentos), además de cómo debía rotularse y la
necesaria tenencia de un sello donde quede patente la identidad del titular, que el
farmacéutico debía estampar en las recetas que dispense, medicamentos, así como en
botes, vasijas, cajas que contuvieran medicamentos (algo bastante parecido a lo que
sucede en nuestros días). Destacamos en este ámbito el artículo noveno, en el que a
diferencia con las ordenanzas españolas, se permite que el farmacéutico pueda vivir en
local distinto al de la botica en el caso en que tuviese una causa justificada, pero
siempre dentro de la misma población donde tuviera su botica abierta. Se dejaba
bastante claro que el farmacéutico no podía tener más de una botica y que el ejercicio de
la Farmacia era incompatible con el de la Medicina, igual que ocurre en la actualidad.196

Es curioso resaltar un hecho que no aparece consignado en el reglamento cubano, quizás


por la escasez de profesionales y la improbabilidad de que se pudiese dar el caso, que es
lo establecido en el artículo catorce de las ordenanzas españolas, donde se reflejaba que
el farmacéutico no podía establecer o regentar botica en un pueblo donde hubiese un
solo médico o cirujano ligado por parentesco de consanguinidad o afinidad de primer
grado al mismo.197

Otra de las adaptaciones de las Ordenanzas españolas a la isla de Cuba es lo que se


refleja en el artículo dieciocho de las Ordenanzas habaneras:

196
Ordenanzas para el ejercicio de la profesión..., Ob. cit., 1883, pp. 4-8.
197
CHIARLONE, Q., MALLAINA, C., Historia de la Farmacia, 2ª edición, Imprenta de José M.
Ducazcal, Madrid, 1865, p. 904.

169
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«Art. 18. Los Farmacéuticos, únicos autorizados para la venta de remedios y


medicamentos, podrán anunciar éstos en periódicos de su especialidad y también en los
que no lo sean, siempre que en su espíritu y redacción se sujeten a las formas serias y
sencillas que prescriben el decoro y dignidad profesionales.»198

Vemos como se permitía incluir anuncios de medicamentos en cualquier periódico,


siempre que el anuncio se redactase correcta y profesionalmente. En el caso español, las
Ordenanzas son un poco más estrictas, permitiendo solamente el anuncio de
medicamentos en periódicos especializados en materia sanitaria:

«Art. 21. Se prohíbe a los farmacéuticos, únicos autorizados para la venta de remedios
y medicamentos, el anunciar éstos en periódico alguno que no sea especial de
medicina, cirugía, farmacia o veterinaria.»199

A mayor abundamiento, en el artículo veinticinco de las Ordenanzas cubanas


observamos otra diferencia con la metrópoli, fruto de las particularidades de la Isla, que
era la regulación de las medicinas que se habían de tener en los Ingenios azucareros,
motor económico del país, las cuales correspondían a las de primera necesidad, surtidas
en todo momento por un farmacéutico con oficina abierta.200

Otros aspectos que eran tratados en sus capítulos fueron: la formación de un Petitorio,
Farmacopea y Tarifa Oficial, trabajo encomendado a la Real Academia de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, como ya vimos en el apartado anterior; la
inspección de boticas; la regulación del comercio de droguería; la inspección de géneros
medicinales en aduanas; la venta de plantas medicinales; y, por último, las penas contra

198
Ordenanzas para el ejercicio de la profesión..., Ob. cit., 1883, p. 9.
199
CHIARLONE, Q., MALLAINA, C., Historia de la..., Ob. Cit., 1865, p. 905.
200
Ordenanzas para el ejercicio de la profesión..., Ob. Cit., 1883, p. 10.

170
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

el incumplimiento de las Ordenanzas. Todos estos aspectos fueron literalmente calcados


de las Ordenanzas ya existentes en la Península.

Nos detendremos en el último capítulo, dedicado a las infracciones contra los que no se
ajustasen a lo establecido en las Ordenanzas, para hacer notar la incursión de algunos
artículos más, respecto a los existentes en España, especificando algunos casos.

Entre las infracciones que hacía referencia, podemos resaltar entre otras, que el
farmacéutico consintiera que se diera consulta pública o secreta por parte de algún
médico en su oficina de Farmacia, imponiéndole por ello multa pecuniaria; que el
farmacéutico tuviese medicamentos mal preparados, alterados o en mal estado,
pudiéndosele clausurar la botica; la asociación de un farmacéutico y un médico con la
finalidad de beneficiarse económicamente sobre recetas y medicamentos que
dispensasen; la prohibición de ejercer la abogacía a cualquier farmacéutico con oficina
de farmacia abierta al público, aunque tuviese título legal para ello; y la obligación del
farmacéutico de someterse a la visita de su oficina de Farmacia por un inspector. Los
encargados de vigilar el cumplimiento de estas normas serían los Subdelegados de
Farmacia201, mientras que en España también se hacía partícipe a las Academias de
Medicina, aunque en Cuba la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales
también ejerció, como hemos visto, un papel muy importante a través de su sección de
Farmacia en la observancia de una correcta praxis profesional.

Una vez más y con bastante demora, se establecieron las mismas disposiciones que en la
Península para la ordenación de la profesión farmacéutica en la Isla, aunque con ciertos
matices. No podemos alcanzar a conocer el grado de cumplimiento que hubo hacia las
mismas, dadas las circunstancias políticas de inestabilidad vividas en el último tercio de
siglo, pero sirvieron una vez más para consolidar el ejercicio profesional en Cuba.

201
Ordenanzas para el ejercicio de la profesión..., Ob. cit., 1883, pp. 20-25.

171
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.3.7. PUBLICACIONES SOBRE FARMACIA EN CUBA.

Existen algunas publicaciones sobre Farmacia y Medicina en la segunda mitad del s.


XIX que no debemos dejar en el olvido porque constituyen un testimonio inestimable de
todos los hallazgos, avances, investigaciones y opiniones sobre estas materias en dicho
siglo. Hay antecedentes y obras de grandes personalidades, sobre todo de la medicina
cubana, como el Doctor Carlos J. Finlay o Tomas Romay, quienes ya en el s. XVIII
habían escrito sobre sus estudios acerca del “vómito negro” o Fiebre Amarilla, y son
auténticos precursores de una bibliografía científico-médica que se irá poco a poco
consolidando con todas las revistas que aparecieron en esta segunda mitad del s. XIX.202

Destacaremos algunas que, por su interés, consideramos más importantes: Una de ellas
es La Emulación [Ilu. 32], una revista creada hacia 1863 y que, hasta 1867, se
publicaron artículos de científicos de la propia Isla y del extranjero, biografías de
químicos, farmacéuticos o naturalistas. También hallamos temas sobre enfermedades
como el Cólera o la Fiebre Amarilla, o bien otros como terapéutica e higiene. Esta
revista dedicaba una sección, bajo el nombre de “Dispensario Farmacéutico”, a la
difusión de novedosos preparados medicinales publicando sus fórmulas, preparación e
indicaciones. Como ejemplo, reproducimos la sección correspondiente al número quinto
de esta publicación, de Junio de 1863, donde se constatan cuatro preparados, algunos de
notable uso en el extranjero:

«DISPENSARIO FARMACÉUTICO

Jarabe sedativo para la dentición

Azafran...........................................10 gramos

202
LÓPEZ ESPINOSA, J. A., “Revistas médicas surgidas en Cuba durante la sexta década del S.XIX”,
Revista Cubana de Salud Pública, Vol. 25, Nº 1 Enero-Junio 2000. Disponible en URL:
http://www.bvs.sld.cu/revistas/spu/vol26_1_00/spu10100.htm.

172
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Vino blanco generoso.....................250 idem.

Miel blanca.....................................550 idem.

Póngase a macerar el azafrán en el vino por espacio de seis ú ocho días, fíltrese y
agréguese la miel.

Este melito se emplea en fricciones sobre las encías, cinco o seis veces al día, para
facilitar la dentición en los niños y preservarlos de convulsiones.

Tintura febrífuga de Warburg

Aloes............................................................4 gramos.

Raíz de cedoaria.......................................... idem. idem.

Raíz de angélica........................................... 10 centígramos.

Alcanfor........................................................ idem. idem.

Azafran......................................................... 15 idem.

Alcohol a 36º................................................ 100 gramos

Sulfato de quinina........................................ 2 idem.

Para tomar á la dosis de veinte gramos al día. Esta preparación es muy usada en
Alemania y especialmente en Austria, y goza de gran reputación como febrífuga según
los testimonios de Pach, Azelt y Bikert.

Tintura contra las fiebres intermitentes

Aloes............................................................. 45 gramos

Alcanfor........................................................ 6 idem.

Corteza de naranja....................................... 250 idem.

Raíz de énula................................................ idem. idem.

Alcohol rectificado....................................... 7500 idem.

Sulfato de quinina........................................ 125 idem.

Láudano de Sydenham.................................. 45 idem.

Dosis: ocho gramos antes del acceso. Esta tintura es usada en el hospital de Viena
como uno de los más eficaces febrífugos.

173
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Litontrítico de Palmieri

Azufre sublimado................................ 30 gramos.

Agua de brea....................................... 500 idem.

Hágase hervir el azufre con el agua de brea y manténganse en ebullición hasta que el
líquido adquiera un color rojo de rubí; decántase después y guárdase para el uso.-
Dosis: quince o veinte gotas por día como remedio y diez gotas como preventivo.

Este medicamento, dice un autor, goza de gran reputación en Italia como específico
contra las afecciones litiásicas de los riñones, como parece haberlo demostrado en
muchos casos, bien sea que determine la desagregación de los cálculos, o bien que
ocasionando la dilatación de los uréteres y de la uretra, ha producido la expulsión
directa de aquellos cálculos poco voluminosos.»203

Ilustración 32. Membrete del periódico “La Emulación” (1863).204

203
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 147, Exp.14, «Nombramiento de decano de Farmacia a J. F. Aenlle».
En este legajo se encuentra un ejemplar de La Emulación. Periódico mensual de Farmacia, Química e
Historia Natural Médicas y Toxicología, concretamente el número quinto del tomo primero de Junio de
1863.
204
Ibidem.

174
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Repertorio de Farmacia fue otra revista que comenzó a publicarse a partir de 1880 hasta
1885. En ésta escribieron numerosos farmacéuticos y médicos, sobre distintos temas de
interés. También de esa época fueron los Anales del Colegio de Farmacéuticos de La
Habana (1880-1884), como ya cometamos en el anterior capítulo. Curioso es el Boletín
de la Farmacia El Amparo, aparecido en 1884 y hasta 1910 donde el propietario de
dicha farmacia, Anselmo Castells Berri anunciaba distintos productos farmacéuticos
fabricados en su farmacia, además de distintos artículos sobre terapéutica de revistas
extranjeras.205

Otras fueron Repertorio Médico Farmacéutico y de Ciencias Auxiliares que apareció en


1890 y el Boletín del Colegio de Farmacéuticos de La Habana de 1895 que
contemplaba la situación de la Farmacia en Cuba y en España como ya se mencionó.
Traemos también a estas líneas algunas más generales o médicas como El Estímulo,
Anales de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana y la
Gaceta de Ciencias Médicas, entre otras.

205
LÓPEZ ESPINOSA, J. A., “Contribución a la historia de la bibliografía farmacéutica cubana”,
Universidad virtual de Salud, Junio, 2003. Disponible en URL:
http://educacionmedica.pri.sld.cu/datas/historia/farmaceutica.html.

175
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.4. CAPÍTULO CUARTO: LA IMPORTANCIA DEL


LABORATORIO EN LA ENSEÑANZA DE
FARMACIA EN CUBA.

176
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

El siglo XIX es sin duda, en el aspecto científico, el siglo de la experimentación, es un


período de cambio en el pensamiento científico. Esto es necesario asociarlo a cuatro
acontecimientos fundamentales que se venían fraguando desde finales del S. XVIII y
que se consolidan ya en el XIX: la implantación de la química moderna, el nacimiento
de la Farmacología, la extracción de alcaloides y demás sustancias presentes en los
vegetales y la elaboración de medicamentos sintéticos como consecuencia del desarrollo
adquirido por la Química orgánica.206Estos avances y hallazgos hacen a la ciencia
alejarse del modelo anterior basado en las percepciones de los sentidos.

Esteva de Sagrera aclara que en todo este cambio interviene el laboratorio como lugar
donde se fraguan todas estas averiguaciones, permitiendo así desvelar los misterios de la
naturaleza. En él se sintetizan productos biológicos, se aíslan los principios activos de
las plantas, los alcaloides, y demás compuestos, que serán de mayor efectividad que los
extractos de plantas utilizados hasta la época. Pero sin duda, como ya dijimos, todo esto
se ve apoyado por los progresos en Química, Física, Fisiología, Anatomía entre otras.
Es la época de científicos como Dalton, Avogadro, Bichat, Darwin, Sertürner, Pasteur y
otros muchos. Continúa Esteva de Sagrera comentando que es el siglo en que el hombre
comienza a desvelar los misterios creados por Dios y que ya será imparable, lo que en
nuestros días ha llevado a estudios bioéticos para evitar que la tecnología atente contra
la dignidad de los seres humanos.207

Este apartado tiene su punto de partida o toma su idea del discurso pronunciado en 1888
por el Dr. D. Manuel Johnson [Ilu. 33], catedrático auxiliar de la Facultad de Farmacia
de la Universidad de La Habana, al que ya hicimos mención en el capítulo anterior. Su
discurso tiene la peculiaridad de hacer bastante hincapié en la importancia de la
enseñanza experimental en la formación de nuevos profesionales farmacéuticos, y de
una dotación adecuada de los laboratorios para poder llevarla a cabo, algo que al parecer
de lo que extraemos del discurso era bastante deficiente, y que contrasta con la cantidad
de material y elementos que parecen tener los distintos gabinetes según consta en
206
RODRÍGUEZ NOZAL, R., GONZÁLEZ BUENO, A.: Entre el arte y la técnica. Los orígenes de la
fabricación industrial del medicamento, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Madrid, 2005,
p. 31.
207
ESTEVA DE SAGRERA, J.: Historia de la Farmacia. Los Medicamentos, la riqueza y el bienestar,
Masson, 2005, pp. 249-257.

177
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

diversas relaciones que aparecen en los anuarios. De ahí que, en numerosas ocasiones,
nos refiramos al mismo, o tomemos fragmentos que nos puedan ayudar a tener una idea
más clara del auténtico estado de la enseñanza de Farmacia de la Cuba decimonónica, y
concretamente del último tercio de siglo.

Ilustración 33. Dr. D. Manuel S. Johnson y Larralde (1860-1922).208

2.4.1. DESCRIPCIÓN DE ALGUNOS ELEMENTOS Y OBJETOS DE


LABORATORIO.

En las distintas relaciones que se ofrecen en el punto cuarto, nos aparecen gran cantidad
de elementos del reino vegetal, y en menor medida algunos otros del reino animal y
mineral.

De todos es sabido que la farmacia desde antaño ha estado ligada a la botánica, a las
plantas, de donde se han obtenido distintos remedios para curar la enfermedad. En el
Renacimiento, y gracias al descubrimiento de América, se dan a conocer a Europa
nuevas especies botánicas que suponen una ampliación del arsenal terapéutico existente,
y una fuente de riqueza para numerosos comerciantes que hacen grandes fortunas

208
DELGADO GARCÍA, G., Relieve de Historia Médica Cubana, Cuadernos de Historia de la Salud
Pública, nº 99, 2006. Disponible en URL: http://bvs.sld.cu/revistas/his/his_99/his0799.htm

178
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

gracias al comercio con estos nuevos productos traídos de ultramar y que mejoran el
pronóstico de algunas enfermedades.

Son muchos los que viajan a América para ir poco a poco catalogando la flora allí
existente, describiéndola y analizando las propiedades curativas de muchas plantas
utilizadas ya por los indígenas. Otros, sin embargo, como Nicolás de Monardes (1493-
1588), médico sevillano, realizó una obra que tuvo mucho predicamento donde se
recogen la descripción y propiedades de la riqueza vegetal americana titulada “Historia
medicinal de las cosas que se traen de nuestras Indias Occidentales y que sirven de uso
en Medicina” sin ni siquiera haber cruzado el Atlántico, gracias a que todas estas
plantas llegaban de América al puerto de Sevilla. Además, aprovechó esta circunstancia
para comerciar con estas drogas y conseguir grandes dividendos, que le hicieron
enriquecerse en alto grado.209

Aunque no solo fue Monardes quien describió o catalogó plantas traídas de distintos
puntos de América. En el siglo XVIII se realizó una expedición botánica a la isla de
Cuba, entre otras, bajo el mando del médico Martín de Sessé, y a la que se llamó
“Expedición botánica de las Islas de Barlovento”.

Otros estudios sobre la flora cubana fueron llevados a cabo por el médico Baltasar
Manuel Boldo (1746-1799). Éste partió hacia Cuba con el Conde de Mopox y otros
naturalistas, uniéndose en La Habana a la expedición de Sessé. Fruto de su trabajo se
remitieron a España numerosos dibujos y plantas herborizadas.

Con estos antecedentes describiremos algunas de los elementos del Reino vegetal del
Laboratorio de Farmacia.

GUAYACO: El Guayaco o también llamado Guayacán, Guaiacum officinale, es un


árbol de unos doce metros de altura perteneciente a la familia de las Rutáceas que
habitualmente se emplea en ebanistería. Su resina de color rojo oscuro, aromática
amarga se emplea en medicina como sudorífico muy activo.

209
ESTEVA DE SAGRERA, J.: Historia de la Farmacia. Los Medicamentos…Ob. Cit., 2005, pp. 168-
171.

179
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

El Doctor Carbonell en su libro nos lo describe así:

«GUAYACUM: Palo Santo: Es un árbol llamado por Linneo Guayacum officinale, que
habita en la América, de que se usan, el leño, la corteza, y la resina: el leño es sólido,
mas pesado que le agua, de color box por defuera, negro por adentro, de un olor
resinoso suave, de un sabor algo acre: la resina es árida y fuerte, de color obscuro
verdoso, acre, y sin olor particular: las cortezas deben elegirse delgadas, leñosas,
cenicientas, manchadas, y de sabor amargo.»210

Sus aplicaciones en la terapéutica fueron diversas, Monardes ya hablaba en el siglo XVI


de sus propiedades contra la sífilis o mal de bubas, aunque en el XIX ya se emplearon
los tratamientos mercuriales, pero seguía apareciendo como tratamiento vegetal para la
misma en algunos libros.

Otras de sus propiedades más utilizadas en este siglo fueron como estimulante,
diaforético, antigotoso y antirreumático.

ESTORAQUE CALAMITA: Se trata de otro árbol de unos cuatro o seis metros de


altura, con tronco torcido del que se extrae mediante incisiones un bálsamo muy oloroso
utilizado en perfumería y medicina. Su denominación botánica es Styrax officinalis.

El Doctor Carbonell en su obra hablaba también del Estoraque líquido, el cual asimismo
fue utilizado en la Facultad de Farmacia de la Universidad de La Habana. Nos los
refería así:

«STORAX CALAMITA: Estoraque: Es una substancia resinosa que contiene ácido


benzoico, grasienta, obscura, interpuesta de muchos granitos blancos, de olor suave;
procedente de un árbol llamado por Linneo Styrax calamita, que habita en el Oriente:
debe despreciarse la que es negra, y á manera de salvado.

210
CARBONELL, F., Elementos de Farmacia fundados en los principios de la Química moderna, tercera
edición, Barcelona, 1805, p. 31.

180
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

STYRAX LIQUIDA: Estoraque líquido: Es una substancia resinosa, de la consistencia


de la trementina, de color gris, de olor semejante al estoraque calamita; procedente de
un árbol, llamdo por Linneo Liquidambar Styraciflua, que habita en la América
Septentrional. Lo que tenemos en el comercio con el nombre de Estoraque líquido
parece ser una mezcla artificial de estoraque, de sal de amoniaco, vino y aceite
espesados.»211

Según el libro de López Piñero: “los componentes del estoraque son parecidos a los de
los bálsamos del Perú y de Tolú; es decir, ácido benzoico y cinámico. Por tanto, es un
excitante del sistema mucoso y así se le ha venido administrando en afecciones
catarrales crónicas (vías respiratorias, urinarias, intestinales, entre otras). Se ha
empleado también en forma de ungüentos para las heridas y llagas gangrenadas o
necrosadas por su poder antiséptico. En la actualidad, como ya dijimos, se utiliza en
perfumería.”212

LEÑO SASAFRÁS: Según el Doctor Carbonell se trataba de una raíz entre color
blanco y encarnado, ligera y de sabor suave, cubierta de una cubierta hongosa;
procedente de un árbol llamado Laurus Sassafras, que habitaba en América. Nos citaba
que debía elegirse reciente, muy odorífera y de sabor agradable.213

Esta planta ya la descríbia Monardes en el siglo XVI añadiendo que se trataba de un


árbol del tamaño de un pino mediano y bastante similar a él, cuyas ramas superiores
formaban una copa con raíces superficiales que favorecía el que se pudiese arrancar con
facilidad.

Fue utilizada en el siglo XIX como sudorífico y caminativo.

Reino animal:

211
CARBONELL, F., Elementos de Farmacia…Ob. Cit.,1805, p. 43.
212
LOPEZ PIÑERO, J. M., FRESQUET FEBRER, J. L., LÓPEZ TERRADA, M. L., PARDO TOMÁS,
J.: Medicinas, drogas y alimentos vegetales del Nuevo Mundo. Textos e imágenes españolas que los
introdujeron en Europa, Ministerio de Sanidad y Consumo, 1992, p. 330.
213
CARBONELL, F., Elementos de Farmacia…Ob. Cit., 1805, p. 41.

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CASTÓREO: Sustancia crasa, untuosa, de color castaño, aspecto resinoso, y olor


fuerte y desagradable, segregada por dos glándulas abdominales que tiene el castor. Su
aplicación tradicional en la farmacia fue como antiespasmódico

En esta fórmula magistral del siglo XIX se constata su uso como antiespasmódico:

«POLVO ANTIESPASMÓDICO
Polvo de castóreo………………..5 g
Polvo de canela………………….1 g
Polvo de azúcar…………………10 g
H.s.a. 20 paquetes.»214

PROPÓLEO: Sustancia cérea con las que las abejas bañan las colmenas o vasos antes
de empezar a obrar.

La farmacia experimental se valió para sus hallazgos y aislamiento de principios activos


del laboratorio químico, el cual sigue siendo de gran utilidad en nuestros días. A
continuación describiremos brevemente alguno de los utensilios que formaban parte del
mismo, así como algunas sustancias utilizadas.

APARATO DE MARSH: Se trata de un aparato para determinar arsénico, cuyo


fundamento es la formación de arseniuro trihídrico, cuando el hidrógeno se halla en
contacto con el arsénico combinado con oxígeno.

Rafael Saez y Palacios en su Tratado de química inorgánica teórico y práctico lo


describe así: «El aparato de Marsh, tal como le dio a conocer su autor, es un tubo de
centímetro de diámetro, encorvado en forma de U, de brazos desiguales, apoyado en un
sostén adecuado. El brazo más corto está provisto de una guarnición metálica con una
llave, que permite dar salida al gas, cuando se ha producido lo suficiente para que
quede libre una lámina de zinc que se halla colocada en este mismo brazo por efecto

214
DUJARDIN-BEAUMETZ, G., IVON, P., Formulario práctico de Terapéutica Farmacológica, Ed.
Bailly-Bailliere e hijos, Madrid, 1894, p. 105.

182
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

del hidógeno que se produce por el contacto del líquido que se ensaya, mezclado
previamente con ácido sulfúrico, cuyo gas impele el líquido al brazo más largo.»215

Ilustración 34. Aparato de Marsh.216

LAMPARA DE BERZELIUS: Se trata de un instrumento utilizado para el análisis


químico de una muestra por vía seca, es decir por medio de la acción del fuego.
«Se compone de una caja (e) llena de aceite con dos aberturas (c, d), cerradas a
tornillo, una para una mecha y otra para la introducción del aceite. Se adapta a un pie
vertical (a,b) con movimiento de ascenso y descenso.»217

215
SAEZ S. PALACIOS, R., Tratado de Química Inorgánica teórico y práctico aplicada a la medicina y
especialmente a la Farmacia, tomo segundo, Ed. Bailly-Bailliere, Madrid, 1869, p. 143.
216
Ibidem.
217
MONLAU I SALA, J., Programa de un curso de Historia Natural para uso de los Institutos de
Segunda Enseñanza y Escuelas Normales, 3ª ed., Tip. de J. Oliveres y Monmany, Barcelona, 1870, pp.
295-296.

183
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 35. Lámpara de Berzelius.218

Y entre las sustancias:

SANDARACA: Resina amarillenta que se saca del enebro, de la tuya articulada y de


otras coníferas. Se emplea para barnices, y también se usa en polvo bajo el nombre de
grasilla.

CURCUMA: Sustancia resinosa y amarilla que se extrae de la raíz de una planta


procedente de la India llamada Curcuma longa. Toma color rojo sanguíneo por acción
de los álcalis y sirve de reactivo en química y en tintorería para teñir de amarillo.

INDIGO: Pasta que se hace de las hojas del añil, de color azul oscuro, con visos
cobrizos. Se saca de tallos y hojas por maceración en agua.

El añil es una planta perenne de la familia de las papilionáceas, de tallo derecho, hojas
compuestas, flores rojizas en espiga o racimo, y fruto en vaina arqueada con granillos
lustrosos, muy duros, parduscos o verduscos y a veces grises.

Sobre el cultivo y la fabricación del añil en la isla de Cuba encontramos información


muy exhaustiva en las “Memorias de la Institución Agrónoma de La Habana”,

218
MONLAU I SALA, J., Programa de un curso de Historia…, Ob. Cít., 1870, p. 296.

184
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concretamente en la tercera y que fuera escrita por Don Ramón de la Sagra en 1834.
Comienza así:

“El valor del añil y sus vastas aplicaciones en las artes, recomendaban suficientemente
su cultivo en la Isla de Cuba, cuyos terrenos producen dos especies silvestres de la
planta que le suministra. Estas circunstancias fueron reconocidas e indicadas en
diversas épocas, y las corporaciones de la Habana, que desde sus primeras actas
ofrecieron al público testimonios irrecusables de su ilustración y patriotismo,
procuraron fomentar el cultivo del añil en este suelo.”219

2.4.2. CONSIDERACIONES ACERCA DE LA ENSEÑANZA EXPERIMENTAL.

“Todos los portentos que nuestra imaginación recuerda, bajo cualquier orden científico
que se consideren, han tenido por origen la observación y la experiencia; el modesto
laboratorio de principios de este siglo, el completo y fastuoso de nuestros días, han sido
el punto de partida de los progresos realizados (…).”220

Basándonos, como ya se citó en la introducción, en el discurso del Dr. Johnson y


Larralde [Ilu. 34], comprenderemos el estado de la enseñanza experimental en Cuba a
finales del diecinueve, y la importancia de ésta en la preparación de futuros
profesionales farmacéuticos.

219
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 63, exp. 14, «Expte. p. de R. de la Sagra, director del Jardín
Botánico», Memorias de la Institución Agrónoma de La Habana por Don Ramón de la Sagra. Memoria
Tercera, Habana, 1834, p. 73.
220
Real Universidad de La Habana, «Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura del curso
académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886 a 1887 que se publican con arreglo al
artículo 106 del reglamento universitario», Habana, 1888, p. 7.

185
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Ilustración 36. Portada del discurso de Dr. D. Manuel Johnson y Larralde.221

En los planes de estudios de Farmacia en Cuba durante el s. XIX, siempre estuvieron


presentes las prácticas en el laboratorio. De hecho, como se observa en el apartado
siguiente, los materiales y utensilios de los mismos parecen ser abundantes, por lo que
cabría esperar una buena adquisición por parte de los alumnos de la destreza y habilidad
en la práctica de su futura profesión. Sin embargo, la realidad era bien distinta, algo que
queda manifiesto en las palabras del Dr. Johnson:

« (…) nuestros gabinetes carecen de lo indispensable y en su formación no ha presidido


una idea lógica y completa. No se me diga que en alguno de ellos hay un microscopio,
un polarímetro, un aparato de análisis elemental o una trompa para hacer vacío;
porque donde figura un microscopio, si este no lo constituye tan solo la caja donde
estuvo guardado, no se hace uso de él porque faltan oculares u objetivos o porta-
obgetos; donde hay, como sucede en algún gabinete, tres polarímetros apenas hay uno
completo; donde hay un solo volumenómetro, alguna mano atrevida le dio pintura
haciendo imposible girar sus llaves; (…) en una palabra, porque si al visitar nuestros
gabinetes se deslumbran los profanos al ver encerrados en estantes los estuches y
aparatos, la vista del perito nota que a este falta una llave; que en el de allá están rotos
los tubos de comunicación; que los lentes no dan paso a la luz; que las gomas hace

221
Real Universidad de La Habana, «Oración inaugural pronunciada… Ob. Cit., 1888.

186
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años perdieron su elasticidad y que faltan objetos tan primordiales y necesarios como
tubos de goma y vidrio; tapones de corcho y de goma, limas, tijeras y cuchillos
apropiados, sin cuyos útiles es imposible trabajar.»222

Esto hacía que la enseñanza fuese muy teórica, y que la única práctica que recibiese el
alumno fuera la mera observación del desarrollo de una experiencia por parte del
profesor cuyos conocimientos en muchas ocasiones no estaban a la altura del cargo que
ostentaban, como sucedía para la asignatura “Estudio de los instrumentos y aparatos de
Física de aplicación a la Farmacia, con las prácticas correspondientes”, creada a finales
del s. XIX. En dicha asignatura:

«El profesor, forzando quizás sus aptitudes para este orden de estudios, explicará como
deben hacerse tales y cuales operaciones; pasándose el curso académico sin llevar a
cabo una manipulación siquiera y los alumnos al examinarse en Junio o Septiembre no
sabrán manejar un barómetro ni aplicar en la práctica las leyes de la Física; pero el
legislador y el país creerán que esa enseñanza, de la que esperaban resultados
positivos, ha sido una verdad, quedando tan satisfechos de su incompleta obra.»223

Un «sistema de resultados idénticos, al que se propusiese hacer jinetes hábiles y


sufridos enseñando a los alumnos a montar en caballos de madera».224

Y sin esta valiosa práctica los jóvenes no podían «hacer nada mejor con sus
conocimientos de Física, Química y Análisis, que olvidarlos por completo».225

Esto demuestra la importancia del laboratorio en la enseñanza de la Farmacia, ya no


solo en el siglo diecinueve sino también en la actualidad.

222
Real Universidad de La Habana, «Oración inaugural pronunciada… Ob. Cit., 1888, p. 10.
223
Real Universidad de La Habana, «Oración inaugural pronunciada… Ob. Cit., 1888, p. 10.
224
Real Universidad de La Habana, «Oración inaugural pronunciada… Ob. Cit., 1888, p. 9.
225
Ibidem.

187
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2.4.3. ALGUNAS RELACIONES DEL MATERIAL DE LABORATORIO DE LA


FACULTAD DE FARMACIA DE LA HABANA (S.XIX).

LABORATORIO DE FARMACIA*

Nómina de los objetos y aparatos pertenecientes a este Gabinete.

Ranunculáceas

Anémona pulsatilla. - Eléboro negro. – Delfina. - Aconitina.

Magnoliáceas.

Anís estrellado. – Malambo. - Esencia de anís estrellado.

Menispermáceas.

Coca de Levante. - Raíz de Colombo.

Papaveráceas.

Opio de Egipto, Smirna y Constantinopla. – Colcleína. - Morfina. – Acetato e


hidroclorato de morfina.

Poligáleas.

Poligálea de Virginia. – Ratánea.

Auranciaceas.

Esencia de azahar, limón y naranja. – Ácido cítrico.

Gutíferas.

188
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Bálsamo maría. – Tacamaca. – Canela blanca. – Goma guta.

Ampelídeas.

Tártaro crudo ó sea crémor impuro.

Ruláceas

Guayaco. – Quasia amarga. – Corteza de cimarrona. – Esencia de ruda.

Terbintáceas.

Trementina común. – Idem. Purificada. – Copal. – Idem. De Levante. – Resina de


limón. – Cornicabra. – Mirra.

Leguminosas.

Bálsamo del Perú. – Idem. Tolú. – Hematina. – Brasilina. – Corteza de moruro. – Sen
de España y de Levante. – Folículos de sen. – Goma arábiga. – Senegal y tragacanto. –
Sandalo rojo. – Catecu. – Habey macho y hembra. – Semillas de Guatemala. – Corteza
de Tengue. Gomo-resina de Drago. – Legumbre de Cassia-vera.

Rosáceas.

Amigdalina.- Raíz de tormentilla. – Esencia de rosas. – agua de Laurel-cerezo.

Granáteas

Raíz de granado.

Mirtáceas.

189
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Esencia de Cayeput. – Idem. de clavo.

Cucurbitáceas.

Coloquíntidas.

Umbelíferas.

Goma-resina gálvano. – Idem idem sagapeno. – Idem idem asafétida. – Idem idem
amoniaco.

Rubiaceas.

Quina amarilla. – Idem. roja. – Idem. calisaya. – Idem. piton. – Cainca. – Goma quina. –
Quinina bruta. – Idem. pura. – Sulfato de quinina básico. – Idem idem neutro. –
Valerianato de idem. – Lactato idem. – Citrato idem. – Iodrinato idem. – Ferrocianato
idem. – Emetina pura e impura. – Cafesina. – Cinchonina.

Valeriáneas.

Raíz de valeriana. – Esencia de valeriana.

Compuestas.

Árnica montana. – Enula campana. – Bardana. – Guaco. – Semilla alazor. – Tusílago. –


Escorzonera. – Santónico. – Esencia manzanilla. – Santonino. – Lactucario.

Estiráceas.

Benjuí. – Estoraque calamita.

Jazmíneas.

190
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Maná canelón. – Idem meloso. – Manito.

Apocíneas.

Habas San Ignacio. – Nuez vómica. – Estricnina. – Brucina. – Hidriodato de estricnina.


– Acetato de id. – Nitrato idem.

Gencianeas.

Canchalagua. – Centaura. – Genciana. – Gencianino.

Convulvuláceas.

Raíz de jalapa. – Mechoacan. – Escamonea. – Jalapina.

Borragíneas.

Raíz cinoglosa. – Idem anensa. – Pulmonaria. – Sinfito.

Solanáceas.

Atropina. – Belladona. – Beleño.

Escrofularia.

Digitalina.

Labiadas.

Esencia de alhucema. – Idem de tomillo. – Idem romero. – Idem salvia. – Idem orégano.
– Idem mejorota. – Idem menta. – Idem toronjil.

Poligóneas.

191
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Estracto de Wero. – Bistorta. – Corteza de Wero. – Ruibarbo de Australia.

Lauríneas.

Leño sasafras. – Esencia de idem. – Canela de Ceilan. – Esencia de canela.

Miristíceas.

Manteca espesa de nuez vómica. – Esencia de id. – Nuez moscada (macías.)

Daneas.

Daneas Mecereon.

Euforbiáceas.

Goma laca natural. – Idem euforbio. – Corteza-cascarilla. – Aceite croton. – Tapioca.

Urtíceas.

Lúpulo.

Amentáceas.

Populo balsámico. – Salicina. – Estoraque líquido.

Coníferas.

Bálsamo de Canadá. – Sandaraca. – Incienso. – Enebro. – Sabina. – Teta de pino. –


Trementina de Venecia. – Pez de Borgoña. – Miera. – Esencia de sabina. – Idem de
enebro.

192
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Piperíteas.

Piperino. – Esencia de cubeba. – Cubeba.

Orquídeas.

Salep.

Amóneas.

Raíz de galanga. – Idem cedoaria. – Arroz-root.

Irídeas.

Hermodátiles. – Lirio de Florencia.

Asparagíneas.

Raíz de China verdadera.

Asfodéleas.

Escila marina. – Acíbar.

Colchicacéas.

Cebadilla. – Semilla de colchico. – Eléboro blanco. – Veratrina.

Quenopodio.

Barrilla.

Cupalífera.

193
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Agallas de la India. – Idem de Alepo. – Tanino.

Helechos.

Helecho macho.

Líquenes.

Líquen Islándico. – Idem pulmonario.

Setas.

Centeno atizonado. – Ergotina.

Algas.

Líquen blanco. – Coralina de Córcega. – Agarico blanco. – Agarico.

Reino animal.

Resina animal. – Coral. – Castóreo. – Propóleo. – Estearina. – Cetina. – Carbón animal.

Reino mineral.

Sulfato de hierro artificial. – Idem idem manganeso. – Idem magnesia. – Idem zinc. –
Idem id. Mercurio. – Sub-sulfato de mercurio. – Sulfato de sosa. – Idem de cobre. –
Súlfuro de arsénico. – Id. De mercurio. – Nitrato de potasa. – Idem. de plata
cristalizado. – Subnitrato de bismuto. – Cloruro de antimonio. – Id. de bario. – Clorato
de potasa. – Bitartrato de potasa. – Tartrato neutro de potasa. – Idem de potasa y
antimonio. – Idem de sosa y potasa. – Idem de amoníaco. – Idem de magnesia. –
Arsénico de sosa. – Valerianato de zinc. – Ioduro de potasa. – Protoioduro de mercurio.
– Bioduro de idem. – Bicromato de potasa. – Carbonato de sosa. – Bromuro de hierro. –

194
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Azogue. – Iodo. – Hierro reducido por el hidrógeno. – Limaduras de acero. – Potasa


cáustica. – Oxido blanco de zinc. – Idem idem de antimonio. – Acido bórico. – Idem
tártrico. – Idem nítrico. – Idem maniático. – Idem acético. – Agua destilada. – Alcohol
de 36º. – Una caja de mineralogía.

Utensilios.

Cuatro frascos bitubulados de diversos tamaños. – Ocho tubos de cristal surtidos. – Un


tubo de porcelana. – Cinco balones pequeños de cristal. – Ocho embudos de cristal de
diferentes tamaños. – Un embudo de cristal con llave. – Uno idem de guta-percha. –
Dos idem porcelana pequeños. – Dos probetas. – Seis copas reactivos. – Dos pesa-
licores. – Tres medidas de cristal surtido. – cuatro crisoles surtidos. – Dos morteros de
composición pequeños. – Un soplete. – Diez cápsulas porcelana surtidas. – Tres
espátulas elásticas. – Una idem de cristal. – Una balanza de media libra con su marco. –
Dos manos papel de filtro. – Dos sostenes de madera. – Uno de hierro. – Tres hornillos
de reverbero pequeños. – Una regilla de hierro. – Dos triángulos de idem.226
*(1869 – 1870).

LABORATORIO DE QUÍMICA.*

Relación de los objetos que lo constituyen.

10 Retortas cerradas.
22 Idem tubuladas.
8 Matraces.
12 Balones cerrados.
16 Idem con tubulares.
3 Frascos de 4 bocas.
7 Idem 3 idem.
2 Idem 2 idem.
9 Campanas surtidas.

226
AHN de Madrid/ Ultramar, 272, Exp.3, «Memoria acerca del estado de la enseñanza en la Universidad
de La Habana en el curso de 1868 a 1869», Habana, 1870.

195
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

4 Provetas sin pié.


6 Idem con idem.
2 Aparatos de lexiviación con llaves.
2 Idem sin ellas.
5 Medidas graduadas.
1 Embudo con llave.
14 Idem sin ella.
74 Copas para ensayos.
14 Vasos de precipitación.
8 Cápsulas de porcelana.
4 Retortas de porcelana.
8 Idem de barro.
16 Crisoles barro de París.
40 Idem idem refractario.
2 Hornos de copela.
1 Idem para evaporación.
1 Idem de reverbero.
3 Morteros de porcelana.
1 Idem de mármol.
1 Mortero de hierro.
1 Idem de vidrio.
1 Recipiente florentino.
1 Alambique pequeño de cobre.
1 Prensa de percusión.
12 Triángulos de hierro.
12 Discos de idem.
4 Tinajas de idem de diferentes formas.
1 Fuelle de mano.
2 Chimeneas de hierro en forma de campana.
3 Cacerolas de cobre.
1 Caja de idem.
3 Sostenes grandes para aparatos.
6 Idem chicos.

196
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1 Idem para embudos.


18 Tablillas para sostenes.
1 Gasómetro para quemar gases.
4 Tubos de porcelana.
6 Pipetas de vidrio de diferentes formas.
3 Tubos de seguridad sin bolas.
4 Idem de idem con idem.
2 Idem idem con bolas para análisis, de Liebig.
2 Sifones con depósito de aire.
1 Idem con tubo de aspiración.
2 Tubos gruesos para los sonidos armónicos.
3 Tubos para montar aparatos.
30 Tubos doblados en diferentes formas.
1 Balanza para análisis con su mesa.
1 Idem forma común.
1 Idem de plataforma.
1 Cajón para carbón.
1 Pala de hierro para idem.
1 Baño hidroneumático.
1 Idem hidrárgico-neumático.
1 Aparato de cobre para trasegar gases.
1 Fragua de hierro portátil.
1 Depósito para agua.
1 Lámpara de esmaltar.
4 Escaparates con puertas de vidrio para guardar productos.
2 Idem idem de madera.
1 Idem sin puertas.
1 Mesa de laboratorio con nueve cajones.
3 Idem de pino.
1 Tornillo de banco.
3 Aparatos con tablas para poner producto.
2 Idem para copas.
1 Entarimado de pino.

197
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1 Verja de hierro y madera.


1 Mesa larga para las demostraciones del profesor.
1 Idem de pino con cajones.
26 Pomos de 2 onzas con bases orgánicas.
53 Idem de 4 idem con disoluciones y reactivos.
10 Idem 1 libra con ácidos.
10 Idem de 4 idem con repuesto de idem.
2 Idem de alcohol.
1 Idem de 4 onzas con fósforo.
1 Idem con opio.
1 Idem con cianuro de potasio.
1 Idem con ioduro de idem.
1 Idem con cloruro de platino.
1 Idem con idem de oro.
1 Idem con nitrato de plata cristalizado.
1 Idem con potasio.
1 Idem con sodio.
1 Idem con potasia caústica.
1 Idem con ácido agallico.
1 Idem con idem tánico.
1 Idem con azúcar.
1 Idem con cloro.
1 Idem con clorato de potasa.
1 Idem con agua destilada.
1 Garrafon con idem.
1 Pomo con éter sulfúrico.
1 Pomo con iodo.
1 Idem con bromo.
1 Idem con colodión.
1 Idem con platino metálico.
1 Idem con sándalo rojo.
1 Idem con laca carminada.
1 Idem con resina euforbio.

198
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1 Idem con alcanfor artificial.


1 Idem con semillas de bálsamo del Perú.
1 Idem con estoraque calamita.
1 Idem con nuez vómica.
1 Idem con cavalonga .
1 Idem con raiz de cúrcuma.
1 Idem con estafosagria.
1 Idem con hipecacuana.
1 Idem con con copal de Campeche.
1 Idem con succino.
1 Idem con nuez vómica raspada.
1 Idem con semillas de Avignon.
1 Idem con tornasol.
1 Idem con cochinilla.
1 Idem con amianto.
1 Idem con sangre de Draco.
1 Idem con raiz de Turbit.
1 Idem con archiote.
1 Idem con cebadilla.
1 Idem con almácigo.
1 Idem con sandaraca.
1 Idem con raiz de jalapa.
1 Idem con maná.
1 Idem con manito.
1 Idem con esperma.
1 Idem con alcanfor.
1 Idem con goma-laca.
1 Idem con índigo.
1 Idem con goma-guta.
1 Idem con nuez de agallas.
1 Idem con idem de idem en polvo.
1 Pomo con benjuí.
1 Idem con azúcar de trapos.

199
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

34 Idem de diferntes tamaños con resinas y aceites fijos y volátiles.


20 Idem con sulfatos.
4 Idem con sulfitos.
2 Idem con fosfatos.
40 Idem de varios tamaños con diferentes preparativos y disoluciones.
8 Idem con borax y boratos.
8 Idem alumbre en diferentes estados.
7 Idem con varias féculas y dextrina.
10 Idem con gelatinas y gomas.
14 Idem con muestras de metales.
20 Idem con disoluciones de ácidos orgánicos.
12 Idem con diferentes disoluciones.
12 Idem con sulfuros de varios metales.
12 Idem con cloruros.
17 Idem con óxidos y peróxidos.
24 Idem con nitratos.
18 Idem de acetatos.
12 Idem de carbonatos.
54 Idem vacíos de á 1 onza.
60 Idem vacíos de á 4 onzas.
15 buretas graduadas.
1 Cápsula de platino.
1 Crisol de idem.
1 Cápsula de plata.
2 Eudiómetros.
1 Lámpara de Berzelius.
1 Aparato para reconocer la falsificación de las harinas.
1 Aparato para el arsénico.
1 Clorímetro.
1 Lacto-densímetro.
2 Sopletes de vejigas.
17 Probetas graduadas sin pié.
2 Morteros de ágata.

200
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1 Goniómetro de uso.
3 Termómetros de operaciones.
1 Aparato de Marsh para el arsénico.
3 Morteritos de pórfido.
1 Modelo de locomotora actuante.
1 Idem de prensa hidráulica.
1 Idem para la extracción del oxígeno.
1 Idem para el potasio.
36 Tubos para ensayos.
12 Limas y escofinas para arreglar y perforar corchos.
1 Aparato para filtrar los líquidos densos.
2 Termómetros para operaciones.
6 Areómetros, pesa-ácidos, leche, alcohol, sales etc.
Dos espátulas de porcelana.
Tres cajas copelas.
Treinta crisoles de tierra blanca con tapa.
Doce retortas surtidas de porcelana.
Doce idem de barro.
Diez y seis crisoles de porcelana con tapa.
Cuarenta y ocho escarificadoras de barro.
Un laminador completo.
Cuatro tarros para precipitados.
Una balanza de análisis.
Una máquina.
Dos libras de ácido sulfúrico puro.
Dos cápsulas de platino con 38 onzas peso.
Trece crisoles de idem con tapa con 23 onzas peso.
Veinte cápsulas idem chicas con 6 onzas.
Una lámina idem con 2 libras peso.
Varias piezas sueltas con peso de 3 onzas.
Un termómetro diferencial.
Un microscopio.
Un barómetro de viaje.

201
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Tres carreteles de hilo de cobre.


Una bomba para inyecciones.
Un sacarímetro completo.
Cuarenta pomos calibrados tapa al esmeril.
Un lente mineralógico.
Tres probetas graduadas, con pié.
Tres campanas graduadas.
Tres eudiómetros.
Ocho areómetros.
Un pluviómetro simple.
Dos gasómetros metálicos.
Un crisol de hierro.
Un hornillo rectangular.
Uno idem de copela.
Uno idem abierto.
Seis sostenes de madera.
Seis pinzas de madera.
Setenta y cinco libros mercurio metálico.
Veinticuatro fiolas surtidas.
Dos recipientes florentinos.
Doce embudos de llave surtidos.
Veinticinco cápsulas de porcelana surtidas.
Sesenta embudos de vidrio surtidos.
Cinco copas grandes para experimentos.
Dos alambiques de vidrio.
Cuarenta y ocho cristalizadotas surtidas.
Diez y ocho probetas con pié.
Diez y ocho idem sin pié.
Treinta y dos vasos para filtraciones.
Siete campanas de vidrio sin boton.
Seis idem idem abiertas medianas.
Cuatro idem idem grandes.
Cuarenta y ocho retortas tubuladas chicas.

202
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Diez y ocho probetas con pié tubuladas.


Cuarenta y ocho pomos tubulados.
Sesenta copas chicas para experimentos.
Tres mazos de tubos de vidrio.
Dos resmas de papel de filtro.
Seis alargaderas.
Cuarenta y ocho balones de vidrio surtidos.
Cuarenta y ocho matraces tubulados.
Veinte tubos de porcelana surtidos.
Ciento cincuenta pomos con diversos productos.
Doscientos pomos vacíos de vidrio con tapa esmerilada.
Dos escaparates de pino para productos.
Un escaparate de caoba.
Un portatubos para 12 tubos.
Siete triángulos de hierro.227

*(1869-1870).

Hemos presentado relaciones de material del curso de 1869-1870. Como se puede


apreciar son bastantes los utensilios y elementos los que forman parte de ambos
laboratorios, incrementándose en cursos posteriores como es el caso del curso de 1870-
1871, donde solo la nómina de los objetos minerales del gabinete de Farmacia asciende
a 494, siendo también muy numerosos los del laboratorio de farmacia Química-
Orgánica y Análisis Químico. Lo mismo sucede cuando consultamos el “Inventario de
los aparatos, utensilios y productos químicos existentes en el laboratorio de Análisis
Químico aplicado a las Ciencias Médicas, y de Química Orgánica perteneciente a la
Facultad de Farmacia”, curso de 1888-1889 donde la relación de útiles es interminable
completándose con una descripción bastante exhaustiva del mobiliario. Sin embargo, de
acuerdo al discurso del Dr. Johnson, el material es bastante defectuoso, pero sí se
observa un incremento en el número, lo que nos inclina a pensar que, con el paso de los
años, la que fuera una Facultad ligada a la de Medicina y al cabo del tiempo

227
AGI/AHN de Madrid/ Ultramar, 272, Exp.3, «Memoria acerca del estado de la enseñanza en la
Universidad de La Habana en el curso de 1868 a 1869», Habana, 1870.

203
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

independiente, intentó mejorarse cada curso un poco más, aunque no llegase, según lo
que hemos detallado, a conseguirlo del todo.

204
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.5. CAPÍTULO QUINTO: EL JARDÍN BOTÁNICO


DE LA HABANA Y LA ENSEÑANZA DE LA
BOTÁNICA.

205
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.5.1. LOS JARDINES BÓTANICOS COMO INSTITUCIÓN CIENTÍFICA.

Los primeros jardines botánicos denominados hortus medicus, hortus academicus o


jardines de plantas medicinales surgieron muy ligados a la medicina y a la farmacia
pues su objeto era auxiliar en el estudio y la enseñanza de la materia médica y de
abastecer a las boticas de simples. Con el descubrimiento de América fueron lugares de
cultivo y estudio de las nuevas especies vegetales que albergaba el Nuevo Mundo.

Se tiene constancia de la existencia de jardines de este tipo en la Edad Antigua, en


Egipto y China. Se considera que los chinos fueron los creadores de los primeros
jardines botánicos, que contenían plantas recolectadas de interés económico y
medicinal. Pero no es hasta el siglo XVI cuando se comienzan a fundar poco a poco
numerosos jardines botánicos en Europa extendiéndose así en los siglos sucesivos.228

El primer jardín botánico fue llamado orto botánico y fue creado en Pisa en 1543 por el
primer Gran Duque de Florencia Cosme de Médicis, el cual estuvo bajo la dirección de
Luca Ghini. En 1545 se inauguró otro en Padua por orden de la república de Venecia y
fue su primer director Anguillara, y otro más en Florencia en 1556 fundado por Luca
Ghini tras el establecimiento del de Pisa229. También cabe destacar el de Bolonia
(1568), París (1597), en el cual se cultivaron por primera vez plantas americanas, y el de
Montpellier (1598). En España, se creó en 1555 reinando Felipe II, el jardín botánico de

228
RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, M., Martín Cárdenas, el eximio botánico y naturalista de América,
Plural editores, Bolivia, 2005, p.450. Este autor refiere que estos jardines botánicos egipcios aparecen
erigidos junto a palacios reales, así destaca los jardines reales de Thotmes III del año 1000 a.C., situados
cerca del templo de Karnak, de los cuales nos dice estar organizados en avenidas de palmeras, pérgolas de
vistosas enredaderas y fuentes de agua.
229
DE P. MELLADO, F., Enciclopedia moderna. Diccionario universal de literatura, ciencias, artes,
agricultura, industria y comercio, tomo quinto, establecimiento tipográfico de Mellado, Madrid, 1851,
pp. 675-677.

206
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Aranjuez con aplicación a la Medicina, a instancias del célebre naturalista Andrés


Laguna.230

Esta institución ha estado muy ligada a la universidad, de hecho algunas han poseído su
propio jardín para el estudio de la botánica. En Cuba, el jardín botánico nació a
expensas de la Sociedad Económica de Amigos del País con esa filosofía pero con un
trasfondo económico y agrícola, en el sentido de que fuera un lugar de estudio de las
plantas para conseguir una mejora en el cultivo de la caña de azúcar y de esta manera
rentabilizar la producción. Aunque, poco a poco, se fue transformando en un lugar muy
ligado a la universidad y la difusión del conocimiento.

En general, la utilidad de este establecimiento ha ido cambiando, si bien a comienzos de


su existencia estuvo muy vinculado al cultivo de plantas ornamentales y medicinales,
durante la época de los grandes descubrimientos desarrollaron un papel muy importante
en el estudio de gran cantidad de plantas con fines industriales y de uso alimenticio, al
igual que a nivel agrícola para mejorar la producción, calidad y rendimiento de las
cosechas, siempre sin perder el carácter científico propio del mismo.

Actualmente los jardines botánicos se caracterizan por exhibir colecciones científicas de


plantas vivas, que se cultivan con la finalidad de su conservación, investigación,
divulgación y enseñanza. 231

230
MARTÍNEZ GARCÍA, C., Drogas importadas desde Nueva España (1689-1720). Estudio estadístico
farmacoterapéutico, Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1991, p. 21.
231
MARZOCCA, A., Nociones básicas de taxonomía vegetal, Ed. IICA, Instituto interamericano de
cooperación para la agricultura, San José, Costa Rica, 1985, p. 199-202.

207
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.5.2. ANTECEDENTES DEL JARDÍN BOTÁNICO DE LA HABANA.

Las referencias iniciales sobre la creación de un Jardín Botánico en la isla de Cuba,


aunque más concretamente en la Habana, aparecen unidas a una pequeña y poderosa
élite de personas vinculadas al mundo del azúcar. Este nuevo grupo social floreció a
finales del siglo XVIII cuando Cuba debido a la revolución esclava en Saint Domingue
(1791) se convirtió en uno de los mayores exportadores de azúcar. Este hecho fue clave
para el despegue económico, cultural y científico de la isla. Esta oligarquía ocupó
también importantes cargos a nivel político dada su posición económica y social, y fue
promotora de un desarrollo científico al servicio de la industria azucarera. Así, bajo el
mandato de gobernador de D. Luis de las Casas y Aragorri (1790-1796)232, se fundó la
Sociedad Patriótica de La Habana (1793), a semejanza de las existentes en la península,
con el fin de desarrollar, promover, investigar y debatir los conocimientos culturales de
la época, y entre cuyos socios figuraron personalidades como Tomas Romay, Francisco
Arango, Mariano Espinosa entre otros. También otra institución que se creó a su amparo
fue el Real Consulado de Agricultura y Comercio (1794) y especial mención merece
como elemento de expresión y de instrucción el “Papel periódico de la Havana”, que
nació en 1790 y que recogió noticias sobre los avances técnicos y científicos.

Fue Francisco Arango y Parreño233, miembro de esa élite, vinculado a la nobleza cubana
y perteneciente a la Sociedad patriótica de la Habana, quien en su “Discurso sobre la

232
D. Luis de las Casas, nació en Sopuerta (Vizcaya) en 1745, combatió en Portugal, fue alto oficial en
Nueva Orleans, apoyo a Catalina de Rusia contra los turcos en Crimea, paseó por París, participó en una
expedición española contra Argel, en el bloqueo de Gibraltar, y la conquista de Menorca, fue Gobernador
de La Coruña, mariscal de campo y gobernador de Orán. En Junio de 1790 ocupó la Capitanía General de
la isla de Cuba. Realizó numerosas obras públicas, gobernó de forma realista y audaz y promovió la
cultura y economía en la isla. Extraído de Cecilia ARROZANERA, El Roble y la Ceiba: historia de los
vascos en Cuba, Bilbao, Ed. Txalaparata, 2003. Véase también Jacobo DE LA PEZUELA, Diccionario
geográfico, estadístico, histórico de la isla de Cuba, Tomo 1º, Imprenta del establecimiento de Mellado,
Madrid, 1863.
233
Francisco Arango y Parreño, nació en La Habana el 22 de mayo de 1765. Cursó estudios de
Humanidades en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio. En 1781 ingresó en la Facultad de Leyes de
la Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de la Habana, en la que obtuvo el título de Bachiller en
Derecho Civil en 1786. Doctorado en Derecho en la Academia de Jurisprudencia de Santa Bárbara, en

208
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Agricultura en la Habana y medios de fomentarla” (1792) escribió sobre la necesidad


del conocimiento de la Botánica, la Física Natural y la Química por su posible
aplicación en el sector azucarero favoreciendo así el crecimiento económico de la isla.

También en este mismo documento volvió a hacer hincapié en la creación de una


cátedra de Física Natural, una buena escuela y laboratorio químico y un Jardín
Botánico, de forma que todo esto sirva para perfeccionar los conocimientos de la
agricultura.234

Por otro lado en 1793, recogiendo las ideas de Francisco Arango, Nicolás Calvo de la
Puerta y O´Farrill, presidente de la Sociedad Patriótica, propuso bajo el patrocinio de la
misma, crear escuelas de Física, Química, un Gabinete de Historia Natural y un Jardín
Botánico entre otros, todo ello siempre a beneficio de la industria azucarera para
prosperidad de Cuba.

En todo momento se denota por parte de este grupo de acaudalados señores del azúcar
una preocupación y demanda de una formación en las materias de más aplicación a la

España en 1787. Desde Madrid, colaboró fervientemente para la fundación de la Sociedad Económica de
Amigos del País (también conocida como Sociedad Patriótica). Director y creador del Real Consulado de
Agricultura, Industria y Comercio. Además, se desempeñó como Consejero de Indias e Intendente de
Haciendas. En 1805 fue nombrado asesor de la Factoría del Tabaco. Oidor honorario de la Audiencia de
México (1810). En 1811 se le concedieron los honores de ministro del Supremo Consejo de Indias.
Diputado por La Habana a las Cortes Constituyentes de 1814. Árbitro de la Comisión Mixta (1819) que
se ocuparía de la cuestión de la trata de esclavos. En 1825 se le dio la comisión de redactar el plan de
estudios que debía regir en la Isla. Recibió el título de Prócer del Reino en 1834. Fue colaborador del
"Papel Periódico de La Havana" Murió el 21 de marzo de 1837. Extraido de Biblioteca digital de cuba
(Biblioteca Nacional de Cuba José Martí), literatura cubana, Arango y Parreño, Francisco. Disponible en
URL: http://bdigital.bnjm.cu/index.php?secc=autores&author=79. Además, véase BACHILLER Y
MORALES, A., Apuntes para la historia de las letras y de la Instrucción Pública en la Isla de Cuba,
tomo III, Imprenta del Tiempo, Habana, 1861, p. 11.
234
Extraído del libro de Puig-Samper, Historia del Jardín Botánico de la Habana pág. 28 donde se
recogen textualmente fragmentos del Discurso sobre la Agricultura en Cuba y medios de fomentarla de F.
Arango. También se puede consultar el Discurso completo en Obras de Don Francisco Arango y
Parreño, tomo I, Biblioteca de clásicos cubanos, nº 22, Ed. Imagen contemporánea, La Habana, 2005,
pp.144-198. Disponible en URL:
http://bdigital.bnjm.cu/secciones/literatura/autores/79/obras/arango1_todo.pdf

209
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

producción azucarera. Estas preocupaciones por una adecuada preparación serán las que
poco a poco llevarían a Cuba los aires ilustrados de otros países convirtiendo la primera
mitad del S.XIX en un período de esplendor a nivel cultural y más aún económico.

Fueron las exploraciones naturalistas lo que contribuyó de forma notable a ir


paulatinamente dando forma a estas ideas, conocer los recursos naturales de la isla y
formar los primeros especialistas en historia natural. De esta forma no podemos dejar de
mencionar las actividades científicas del médico Martín de Sessé235 en Cuba y la
Comisión Real de Guantánamo, coordinada por el Conde de Mopox y Jauco236 y que
contaría con la presencia del botánico Baltasar Manuel Boldo. Destacar que durante la
estancia de Sessé en La Habana, Nicolas Calvo le pidió instrucciones para la creación
de un Jardín Botánico que la Sociedad Patriótica de La habana, como hemos
comentado, tenía intención de establecer. Sessé ya había proyectado la creación de un
Jardín Botánico en México, así que proporcionó el reglamento y plan de enseñanza del
mismo237, para que sirviese de modelo al de la Habana. Éste propuso también la idea de
formar un discípulo en el campo de la botánica, algo que según él sería beneficioso en
cuanto al desarrollo de la medicina y agricultura. Se acordó que fuera el médico José

235
«Médico y primer botánico nombrado en 1787 con cargo de director de la expedición científica de
Nueva-España, que por orden de Carlos IV dio principio a más extensos viajes en el año 1795 con el
objeto de examinar las producciones naturales de aquel país, cuyo primitivo idioma conocía Sessé
perfectamente. También era director del Jardín Botánico de Méjico, fundado en 1788 (...). Durante ocho
años, empezados en 1795 y terminados en 1804, recorrió la expedición una distancia de mil leguas,
desde el cabo de Arenas, en la costa meridional de Nicaragua, hasta la embocadura del río Hiaqui, en el
golfo de California (...). La expedición exploró además la entrada del Príncipe Guillermo, la bahía de
Bucarelli, las islas de la reina Carlota y Nurka, el estrecho de Juan de Fuca y la península de California
en el Océano Pacífico, y en fin, las islas de Cuba y Puerto-Rico en el Atlántico. Fruto de estos viajes fue
un considerable herbario, que vino a parar en el año 1820, al Jardín botánico de Madrid (...)». En
COLMEIRO, M., La Botánica y los botánicos de la península Hispano-Lusitana. Estudios bibliográficos
y biográficos, Imprenta y estereotipia de M. Rivadeneyra, Madrid, 1858, pp. 184-185.
236
GOMIS BLANCO, A., “Las ciencias naturales en la expedición del Conde Mopox a Cuba“, en DÍEZ
TORRE, A. R., MALLO, T., PACHECO FERNÁNDEZ, D., ALONSO FLECHA, A., La ciencia
española en ultramar. Actas de las I Jornadas sobre “España y las expediciones científicas en América y
Filipinas”, Ed. Doce Calles, Madrid, 1991, pp. 309-319.
237
Estaba adaptado del establecido en el Real Jardín botánico de Madrid, redactado por Casimiro Gómez
Ortega. Véase GÓMEZ DE ORTEGA, C., Curso elemental de Botánica, dispuesto para la enseñanza del
Real Jardín Botánico de Madrid. Parte teórica, segunda edición, Imprenta de la Viuda e hijo de Marín,
Madrid, 1795.

210
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Estévez. Sessé también propuso que formase un curso de botánica adaptable a las
plantas del país y sugería la utilización del Curso Elemental de Botánica de Casimiro
Gómez Ortega adaptándolo a las plantas de Cuba, hasta que se formase una flora cubana
y se pudiese realizar un curso específico para la nueva escuela de Botánica de La
Habana.238

En definitiva, estas fueron las bases para el establecimiento, ya en el S.XIX, del que
sería el Jardín Botánico de La Habana.

2.5.3. FUNDACIÓN DEL JARDÍN BOTÁNICO DE LA HABANA.

El Jardín botánico de La Habana se fundó el 30 de Mayo de 1817, gracias a la llegada a


La Habana en julio de 1816 del nuevo Intendente de Hacienda, Alejandro Ramírez 239, el
cual a su llegada fue nombrado presidente de la sección de Educación de la Sociedad
Económica, tomando mucho interés por la creación de una cátedra de Física vegetal y
Botánica y buscando un terreno donde poder llevar a cabo el desarrollo de las mismas.

En las Memorias de la Real Sociedad Económica de La Habana, en el extracto de las


tareas de la sección de educación, se recoge la formación del jardín botánico, gracias al
intendente Ramírez:

238
PUIG-SAMPER, M.A., VALERO, M., et al. Historia del jardín botánico de La Habana, Ed. Doce
Calles, Madrid, 2000, pp. 45-47, 59.

239
Alejandro Ramírez (Alaejos, Valladolid, 1777, La Habana, 1821) antes de su llegada a La Habana
había desempeñado cargos en Guatemala en las secretarías del Real Consulado y Capitanía General.
Manifestó en todo momento interés por la cultura y la ciencia, así entre éstas destacamos la introducción
en Guatemala de la Yerba de Guinea para pastos, la caña de Otahiti para los ingenios azucareros, especias
y el árbol del pan. En sus viajes reunió conocimientos especiales, se perfeccionó en los idiomas
extranjeros y cultivó las letras. Fue intendente de Puerto Rico. En Cuba, animó constantemente todo
género de enseñanza comenzando por la primaria hasta la Universitaria, y además del establecimiento de
un jardín botánico, cooperó en la formación de cátedras de química, anatomía, cirugía, al igual que en la
creación de una escuela de Dibujo y Pintura, entre otras. En BACHILLER Y MORALES, A., Apuntes
para la historia de las letras y de la Instrucción Pública en la Isla de Cuba, Habana: Cultural S.A., 1936,
pp. 60-70.

211
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«Botánica

Dado impulso a este ramo por el Sr. D. Alejandro Ramírez como presidente de la
Sección de Educación, y habiendo reunido después el encargo de director de este
cuerpo patriótico, ha procedido por ambos títulos a la formación de un jardín botánico
junto al paseo extramuros, en cuya conclusión se trabaja con empeño para no retardar
a esta Sociedad la satisfacción de tener un establecimiento meditado de antemano, por
la convicción de sus grandes utilidades.»240

Y en números posteriores de las mismas Memorias de la Sociedad, se expone en un


discurso titulado Papel presentado a la Sección de Educación, sobre el establecimiento
de un jardín botánico, la importancia del establecimiento de un jardín botánico para el
estudio de la riqueza del reino vegetal a través de la botánica y su utilidad a médicos,
cirujanos, farmacéuticos y a la agricultura, así como la formación de una cátedra de
Botánica en el mismo entre otros. Reproducimos a continuación una parte del
documento:

« Entre las obras y establecimientos públicos que deben emprenderse o crearse en La


Habana ¿a cuál convendrá dar la preferencia por su mayor necesidad y ventajas, y por
la facilidad y oportunidad de su ejecución?

Son muchos y todos muy recomendables los establecimientos benéficos que exige la
sociedad general para la felicidad de los que la componen (...). Tal es el que voy a
proponer, no porque no se haya pensado ya por el ilustrado amigo que nos preside en
esta sección, sino porque juzgo interesa mucho deshacer las preocupaciones que tienen,
cuando no todos, la mayor parte de los facultativos, y aun otros que no lo son. Es, pues,
el estudio de la Botánica y sus utilidades que pretendo demostrar, lo que me mueve a
este escrito (...).

240
«Extracto de las tareas de la sección de Educación, leído por su secretario en juntas generales de la real
Sociedad, celebradas en diciembre del año próximo pasado de 1817» Memorias de la Real Sociedad
Económica de La Habana, La Habana, núm. 13, 1818, p. 10.

212
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

La medicina, aquella dulce consoladora del hombre en la dolencia, debe su principio


únicamente al reyno vegetal, pues de él sacaron los primeros que intentaron curar los
auxilios que necesitaron, y a él debió también sus progresos cuando la medicina fue la
ocupación del hombre observador. Así es que los antiguos médicos fueron a un tiempo
herbolarios, farmacéuticos, químicos, y por decirlo de una vez filósofos que nada
despreciaron examinar de cuanto nos presenta pródigamente la naturaleza. En los
tiempos presentes hecho de cada ramo un estudio separado, como únicamente al que
trata del lucro sin mucho trabajo, vemos contentarse al médico con saber distinguir los
síntomas de cada dolencia, y mandar aplicar al enfermo lo que los antiguos nos
dejaron escrito de las virtudes de los entes de los res reinos, dejando a los
farmacéuticos al cuidado de reunirlos y conservarlos para cuando se les pida; pero
ignorando unos y otros si es precisamente lo que se desea aquello que con nombre de
tal encuentran los unos en sus libros y los otros tienen acopiados en sus oficinas. Esto
obligo a decir a un sabio cincuenta años ha, que el gusto a la historia natural iba a
pasos gigantes a su decadencia, porque está reducido a la milésima parte de los que
debían trabajar en ella, principalmente en nuestra España en el que el médico tiene a
menos se le llame boticario, y éste que se le llame herbolario; dejando a un ignorante
hombre de campo el cuidado de recoger los simples y traérselos para ser vendidos bajo
su palabra; pues es muy fácil equivocar una planta con otra por su aspecto exterior, sin
conocer los caracteres que constituyen la que se busca.

No hay alguno de los grandes médicos de la antigüedad que no viese como


absolutamente inherente a su facultad el conocimiento de las plantas, y así las
buscaban ellos mismos para aplicarlas a sus enfermos (...).»241

Como observamos, se elogia la importancia del conocimiento de las plantas para el


ejercicio de la medicina, criticando no obstante el desconocimiento y desinterés de
médicos y farmacéuticos en el estudio y dedicación a la botánica que lleva a dejar en
manos de un hombre de campo la recolección de los simples necesarios para la

241
«Papel presentado a la Sección de Educación, sobre el establecimiento de un jardín botánico»
Memorias de la Real Sociedad Económica de La Habana, La Habana, núm. 21, 1818, pp. 294-302.

213
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

elaboración de medicamentos, siendo muy fácil confundir las plantas para quien no es
experto en la materia.

Así vuelve a recalcar la necesidad para el médico a la hora de recetar de un buen


dominio de la botánica y su nomenclatura para evitar confusiones en sus tratamientos
prescritos:

«Abrirá un facultativo un libro de materia médica y hallará seguramente multitud de


simples que convienen a cada una de las enfermedades; mas estos simples están
designados con los nombres que les han impuesto los botánicos, y aunque los recete, si
no les conoce, está expuesto a recibir del boticario uno que él cree equivalente, u otro
que juzga ser el mismo pedido (...)»

«Si los médicos tuvieran conocimiento de la Botánica y demás ciencias naturales y


hubieran sido farmacéuticos, conocerían a primera vista las drogas, y las
preparaciones o combinaciones que se nos traen por el comercio, bajo la buena fe nada
experimentada de los que forman las facturas de tales materias.»242

Finalmente, y como ha descrito Puig-Samper en su libro Historia del Jardín Botánico


de La Habana, el documento continúa explicando el establecimiento ya de una cátedra
de Botánica en el jardín, para la cual indica que era necesario adquirir las obras de
Tournefort, Linneo, Jussieu, Lamarck, el curso botánico de D. Casimiro Gómez de
Ortega y el de Cavanilles, ambos utilizados para enseñanza en el Real jardín botánico de
Madrid. Así como la obra periódica “Almacen de Curtis” en la que se hallaban las
plantas conocidas hasta la época dibujadas y pintadas al natural, sin dejar la Flora
peruana y chilense de Hipólito Ruíz y José Pavón.

242
Ibidem.

214
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Para sufragar gastos de la cátedra y pagar al catedrático se estableció que, como ésta iba
a ser de interés a médicos, cirujanos y farmacéuticos, se establecía que médicos y
cirujanos tenían que estudiar botánica para presentarse a examen del Protomedicato, del
que formaría parte el nuevo catedrático, dejando cada uno de diez a doce pesos. Los
farmacéuticos pagarían dos pesos mensuales por el derecho a poder consultar a la
cátedra en el ejercicio de su profesión. Y además se pedirían fondos al Real Consulado
por la utilidad y beneficio de esta ciencia para comerciantes en la búsqueda de materias
primas vegetales, hacendados y labradores.243

Termina el documento notificando el lugar donde se había instalado el jardín, que fue el
Campo de Marte y su director, José Antonio de la Ossa:

«La Sección de Educación y su presidente el Sr. intendente D. Alejandro Ramírez, que


no perdonan medios para fomentar y contribuir a todo lo que interesa al bien público,
han aprobado el establecimiento de un jardín botánico y actualmente se está
construyendo en el Campo de Marte; siendo su director el Sr. Oficial real honorario D.
José Antonio de la Ossa.»244

De José Antonio de la Ossa245 conocemos en su mayoría lo referente a su actividad


como responsable del jardín botánico [Ilu. 35], así lo atestiguan documentos como el
manuscrito Noticias de las plantas cultivadas y espontáneas que hay en el día en el

243
PUIG-SAMPER, M.A., VALERO, M., et al. Historia del jardín..., Ob. Cit., 2000, p.79. El documento
continua haciendo mención a la construcción, refiriendo materiales y personal para la misma, y
financiación mediante suscripciones individuales de aficionados como sucedía en algunos jardines de
Norteamérica.

244
«Papel presentado a la Sección de Educación, sobre el establecimiento de un jardín botánico»
Memorias de la Real Sociedad Económica de La Habana, La Habana, núm. 21, 1818, p. 302.
245
Dirigió el jardín botánico durante siete años tras su fundación y realizó una importante labor
contribuyendo al desarrollo del mismo. Conto con la ayuda de un jardinero francés. De su persona el
intelectual cubano José Antonio Saco decía que era «constante en sus trabajos, prolijo en sus
investigaciones y dedicado por largos años al estudio de la botánica». (“El primer Jardín Botánico”. Mi
País. Disponible en: http://mipais.cuba.cu/cat.php?idcat=48&idpadre=45&nivel=2).

215
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Jardín Botánico de La Habana, clasificadas según el sistema de Linneo, que se


encuentra en el Archivo General de Indias, Santo Domingo, leg. 1714. En él se recogen
todas las actividades acontecidas por La Ossa, al igual los problemas surgidos y un
inventario de todas las plantas del jardín en 1821.246

En cuanto al estudio de la Botánica, La Ossa indicaba que se daría una hora de estudio
práctico todos los días laborables, en verano por la tarde y en invierno por la mañana,
pero volvía a incidir como ya se haría anteriormente en la necesidad de un fondo
bibliográfico constituido por libros y láminas de Lamark, Jussieu, Cavanilles, Jacquin,
Plumier, la Flora Peruana, lo que hubiera escrito de la flora mexicana, entre otros.

246
HERRERA OLIVER, P.P., “The first botanic garden of havana and José Antonio de la Ossa”,
Fontqueria , nº42, 1995, pp. 173-189. Disponible en URL:
http://bibdigital.rjb.csic.es/Imagenes/P0731_42/P0731_42_177.pdf . En este artículo, en su anexo I, se
encuentran transcritas algunas de las cartas y documentos, al igual que un mapa del jardín, contenidos en
el Archivo General de Indias, Santo Domingo, legajo 1714.

216
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 37. Plano del Jardín Botánico de La Habana.247

247
AGI/AHN de Madrid/Mp – Santo Domingo, 736, «Plan y distribución del Jardín de La Habana»,
1821.

217
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Para ello ya se había construido una casa de madera donde estaría la sala de
demostraciones, la biblioteca y las habitaciones de los profesores y del jardinero,
aunque posteriormente fue derruida, construyéndose una más amplia y de mampostería.

La cátedra no pudo abrirse debido a problemas económicos en la financiación del jardín,


que el propio La Ossa denunciaba, ya que decía no habérsele pagado nada, a pesar de
afanarse en la conclusión del jardín y haber tenido que comprar él mismo algunos
libros.248

2.5.4. LA BOTÁNICA AGRÍCOLA EN EL JARDÍN.

A José Antonio de la Ossa, le continuó en la dirección del jardín botánico Ramón de la


Sagra, el cual también fue nombrado catedrático de Historia Natural 249. Hay que
destacar que el jardín botánico durante este período experimentó un cambio en cuanto a
las primitivas ideas de su concepción. En España la restauración de la Constitución de

248
PUIG-SAMPER, M.A., VALERO, M., et al. Historia del jardín botánico de La Habana, Ed. Doce
Calles, Madrid, 2000, pp.82,91,94. Puig-Samper en un artículo titulado “Las primeras instituciones
científicas en Cuba: El Jardín Botánico de la Habana” también hace referencia en la descripción del jardín
al lugar donde se dieron las clases de Botánica: “En la entrada se levantaban dos pilastras, que más tarde
se coronaron con jarrones de piedra y se unieron con una viga en la que se realizaría la inscripción
«Jardín Botánico» y pasada ésta dos pequeños arriates para el cultivo de flores, con estatuas que
representaban la primavera y el otoño. Asimismo se había construido en esta primera zona la casa
destinada a las lecciones de Botánica, seguida de dos más para los sirvientes del Jardín”. Ya vimos
cuando tratamos del plan de estudios para farmacia propuesto por la Real Junta Superior Gubernativa de
Farmacia que las clases de Botánica eran en el jardín botánico. He aquí la importancia del Jardín Botánico
de la Habana como institución docente en la formación de farmacéuticos en la isla. Vease NARANJO
OROVIO, C., Cuba, la perla de las Antillas: actas de las I Jornadas sobre “Cuba y su Historia”, Ed.
Doce Calles, Madrid, 1994, pp. 18-33.
249
Ramón de La Sagra fue nombrado catedrático de Historia Natural en La Habana el 16 de Noviembre
de 1822, cátedra que tendría como finalidad enseñar botánica aplicada a la agricultura, en base a las
nuevas disposiciones de la Dirección General de Estudios del Reino. De la Sagra llegó a Cuba el 4 de
Agosto de 1823 para dar cumplimiento a sus obligaciones de instalar la nueva cátedra en La Habana. Las
clases no se iniciarían hasta el 10 de octubre de 1824 debido a problemas administrativos. La Sagra
también criticó mucho el estado en el que estaba el jardín y proponía que la distribución que debía darse
al jardín debía estar dirigida a la enseñanza de la ciencia, al cultivo y la aclimatación considerando al
jardín botánico una dependencia de la cátedra. En Miguel Angel PUIG-SAMPER, VALERO, M., et al.
Historia del jardín botánico de La Habana, Ed. Doce Calles, Madrid, 2000, pp.105-118.

218
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Cádiz, tras el pronunciamiento de Riego en las Cabezas de San Juan daba origen a lo
que conocemos como el Trienio Liberal (1820-1823), y con ello una visión más práctica
de esta institución botánica.

De esta manera, durante la dirección de La Sagra, el jardín pasó a tener una función más
orientada hacia el mundo agrícola, con una finalidad de mejorar los cultivos y obtener el
mayor rendimiento de los mismos.

La creación de la cátedra de Historia Natural, llamada en la práctica de Botánica


Agrícola, supuso un plan de enseñanza inspirado en el jardín botánico de México, de
tipo linneano y similar al que se daba en Madrid, en cual se especificaba la enseñanza
teórico práctica, las demostraciones, herborizaciones, exámenes, ejercicios, así como la
necesidad de reducir de momento, como ya comentábamos, la enseñanza a la botánica
agrícola, aspecto muy importante para la riqueza del país. Se exigía al profesor
mantener correspondencia con el Real jardín Botánico de Madrid, con otros de Europa y
con los propios corresponsales del de La Habana. El catedrático además debería
propagar plantas y semillas recibidas en el jardín, formar catálogos y herbarios,
presentación de memorias sobre el estado del jardín y publicación de monografías entre
otras.

Se expediría el título de botánicos a los que presentaran certificación de haber sido


examinados y aprobados en botánica, de gran importancia para los que estudiasen
cualquiera de los tres ramos de la medicina (medicina, cirugía y farmacia).

La Sagra en su discurso de apertura de la cátedra justificaba la creación de la misma


debido a la necesidad de introducir nuevos y variados cultivos y también para cimentar

219
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

los principios para el desarrollo de una agricultura racional y la creación de una escuela
de agricultura en La Habana.250

El propio La Sagra en 1824 publicaba el libro Principios Fundamentales para servir de


introducción a la Escuela Botánica-Agrícola del Jardín Botánico de La Habana.
Dispuestos para la Cátedra del Establecimiento por su profesor Don Ramón de La
Sagra [Ilu. 36], que habría de servir como guía a los alumnos que asistiesen a la
mencionada cátedra. Así lo manifestaba en el prólogo:

«Me decido a publicar este sucinto tratado, porque sin él no progresaría la estudiosa
juventud que me favorece con su asistencia a mis lecciones. El plan de la Cátedra
nuevamente establecida, exigía un testo particular, y los jóvenes no tienen ninguno. Yo
les ofrezco éste como una prueba del cariño que les profeso.»251

Ilustración 38. ”Principios Fundamentales para servir de introducción a la Escuela


Botánica-Agrícola del Jardín Botánico de La Habana. Dispuestos para la Cátedra del
Establecimiento por su profesor Don Ramón de La Sagra.”252

250
PUIG-SAMPER, M.A., VALERO, M., et al. Historia del jardín..., Ob. Cit., 2000, pp. 120-121.
251
DE LA SAGRA, R., Principios Fundamentales para servir de introducción a la Escuela Botánica-
Agrícola del Jardín Botánico de La Habana. Dispuestos para la Cátera del Establecimiento por su
profesor Don Ramón de La Sagra, Imprenta la Amistad, Habana, 1824. Prólogo.
252
Ibidem.

220
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En el texto nos definía que el estudio de los vegetales es el sentido de la botánica en su


sentido más estenso, y que el autor emplearía las teorías de De Candolle en su libro para
el estudio de las distintas divisiones de la botánica:

«Reconozcamos primero estas divisiones, siguiendo al sabio profesor de Ginebra, Mr.


De Candolle, y adoptando sus mismas frases, ya porque la tal clasificación está
espresada de una manera inmejorable, y ya porque corresponde exactamente a la
doctrina sentada en el plan de estudios aprobado para la Cátedra del Jardín-botánico
de La Habana.»253

Así, proseguía incidiendo en la bondad del estudio de la botánica para la práctica de


diversas profesiones, entre ellas la farmacia, cuyos estudios, como ya vimos, estaban
regulados por el protomedicato:

«Las personas que asistan a las lecciones oirán las doctrinas de la ciencia
fundamental, aplicables a la agricultura, a la medicina, a la economía y a la industria.
El labrador y el artista, el médico y el farmacéutico, adquirirán conocimientos
esenciales a su carrera, que podrán aplicar de un modo seguro y ventajoso en la
práctica de sus respectivas profesiones. Cuando estos principios se hayan introducido y
generalizado, el Jardín-botánico, protegido por dos corporaciones ilustradas, se
dedicará principalmente a las interesantes y útiles aplicaciones del cultivo y
aclimatación.»254

Aunque siempre dando su mayor importancia a la botánica agrícola:

253
DE LA SAGRA, R., Principios Fundamentales para servir..., Ob. Cit., 1824. Introducción.
254
Ibidem.

221
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«La Botánica, pues, es una ciencia fundamental, cuyos principios y descubrimientos


aplica el hombre a sus diversas necesidades. La primera de estas aplicaciones, y la más
directa, constituye la botánica agrícola.»255

A partir de 1827 las actividades de La Sagra quedaron plasmadas en su obra Anales de


ciencias, agricultura, comercio y artes. A través de ellas se puede conocer las tareas
desempeñadas en el jardín botánico. Éste realizó algunas modificaciones en el trazado
del antiguo jardín con la finalidad de darle un carácter más agrícola al mismo según las
necesidades de los hacendados cubanos.

En esta obra vuelve a insistir en sobre el carácter agrícola del jardín:

«Ocuparé solo la benévola atención de V. E. y V. S.S. de los resultados conseguidos por


el estudio, la observación y el cultivo y que son aplicables al progreso de la
agricultura e industria cubana.»256

En ella quedaron reflejadas anotaciones sobre plantas tales como la caña de azúcar,
cacao, tabaco, vainilla, café, añil, entre otras. También figuran análisis de tierras,
fisiología vegetal y es destacable el interés de La Sagra por la ejecución de una Flora
Cubana:

«FLORA CUBANA

Mi profesión no me disculparía jamás si descuidase la reunión de materiales para una


obra semejante, y al intento me he puesto con el ilustreMr. De-Candolle, cuyas sabias

255
Ibidem.
256
DE LA SAGRA, R., Anales de ciencias, agricultura, comercio y artes, tomo segundo, Habana, 1828,
pp. 161-177.

222
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

indicaciones aclaran todas mis dudas. Mis frecuentes salidas al campo cuando otras
ocupaciones me lo permiten, han enriquecido mi herbario, del cual remito
sucesivamente a aquel distinguido profesor, que en Ginebra examina mis notas y
publica las descripciones abreviadas en la grande obra que ha emprendido y de la cual
existen impresos tres volúmenes. De esta suerte no se retarda la publicación de las
especies nuevas, y se almacenan, digámoslo así, los materiales que sueltos pudieran
perderse y que en herbario sería imposible resguardar mucho tiempo en este clima de
la voracidad de los insectos.»257

También recogían una lista de los señores que habían procurado objetos al jardín, tales
como semillas, maderas, plantas y herbarios, al igual que la lista de las sociedades y
jardines en correspondencia con el de La Habana, entre los que figuraban el Real Jardín
Botánico de Madrid, jardín de aclimatación de Sevilla, jardín y Sociedad económica
gaditana, jardín de aclimatación de Barcelona, Real jardín de plantas de París, Sociedad
Real de horticultura de París, jardín imperial de S. Petesburgo, jardín Real de Munich,
herbario de S. M. el Rey de Prusia, Sociedad horticultural de Nueva York, además de
otros establecimientos culturales.

Destacaremos que, a pesar de la concepción eminentemente agrícola de la botánica, La


Sagra en los anales anteriormente mencionados dedicaba un apartado a la botánica
médica, al igual que aparecen anotaciones de tipo médico farmacéutico en las
exposiciones que hacía sobre algunas especies vegetales. A mayor abundamiento
podemos comentar los estudios acaecidos en la época sobre las virtudes medicinales de
algunas plantas:

ÑANGUE: Era el nombre que en Cuba se daba a diversas plantas del género Datura,
concretamente se habían utilizado en Europa las hojas de Datura stramonium [Ilu. 37]
contra el asma que procedía de una irritabilidad nerviosa, de un estado espasmódico de
las vías aéreas, o de una tumefacción de su membrana mucosa. La forma de utilizarla
257
DE LA SAGRA, R., Anales de ciencias, agricultura..., Ob. Cit. ,1828, p. 172.

223
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

era en fumigaciones, fumándola en pipa, como si fuera tabaco. Así, los que estuviesen
habituados a fumar podrían comenzar con dos pipas al día, y los que no, con tres medias
pipas en el mismo tiempo, suspendiendo el tratamiento cuando el enfermo sintiese
vértigos o incomodidad. Al cabo de algunos días se aumentaría la dosis, y la
enfermedad quedaría resuelta o al menos aliviada a los quince días.

En Cuba este medicamento se conocía desde hacía tiempo, según narra el propio autor,
usándose indistintamente las hojas del verdadero estramonio, como las del D. fastuosa o
la del chamico258. La forma de emplearla era en cigarrillos con las hojas medio secas,
fumándose tres, cuatro o más al día según el capricho o la resistencia del enfermo.

258
El chamico o floripondio es el nombre que se da en Cuba a la Brugmansia arbórea, originalmente
Datura arbórea.

224
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 39. Datura stramonium.259

259
DESCOURTILZ, M.E., Flore pittoresque et médicale des antilles, ou traité des plantes usuelles des
colonies fraçaises, anglaises, espagnoles, et portugaises, tome troisieme, parís, 1827, p.104.

225
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

MADAR DE LA INDIA: Era la designación India para la raíz pulverizada de la


Asclepia gigantea, planta de la familia de las Apocinaceae, conocida en Cuba como
algodón de seda. Se utilizó para el tratamiento de diversas afecciones de la piel. La
describen como un tónico poderoso y alterante, que gozaba de virtudes estimulantes
muy pronunciadas y combinado con el opio tenía propiedades diaforéticas. También se
empleaba para la sífilis, la lepra, las erupciones cutáneas crónicas, la hidropesía, el
reumatismo, la solitaria y las fiebres intermitentes, pero las enfermedades donde era más
eficaz eran las elefantiasis y la lepra.

QUIMBOMBO DE LA JAMAICA O YERBA DEL SAPO: Era el nombre que daban


los cubanos a la semilla de la planta conocida con el nombre de Hibiscus abelmoschus.
Los ingleses la emplearon para destruir las polillas y conservar telas y pieles a las cuales
dejaba un agradable olor a almizcle. Se le atribuía la virtud de curar infaliblemente la
mordedura de reptiles, sin exceptuar las picaduras de los insectos y la mordedura de un
perro con la rabia.

El modo de administrar la semilla consistía en hacer mascar al enfermo doce o veinte


granos y hacerlos tragar con un poco de agua. También se podía en agua una vez
machacada. Se debía administrar a los primeros síntomas del envenenamiento,
llegándose hasta los trescientos granos si el veneno era violento. Esta planta, nos
remarca el autor, se cultivaba en el Jardín botánico de La Habana en cantidad suficiente
para ser distribuida, y era de fácil cultivo.

RAÍZ DEL GRANADO: Se promovía su cultivo en grande en el jardín botánico de La


Habana, debido a sus propiedades contra la tenia o gusano solitario. El modo en que se
preparaba era el siguiente: se tomaban onza y media o dos onzas de raíces secas y se
hacían hervir en dos libras de agua hasta que se redujeran a doce onzas. Se daban dos
onzas de este cocimiento al enfermo de media en media hora, y generalmente el gusano
era expelido doce horas después de la primera botella.

226
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Si uno o dos días no eran suficientes, se podía repetir el mismo remedio cuatro o cinco
días seguidos, pero si el paciente sentía vértigos, malestar o dolor intestinal debía
suspenderse. También podía emplearse la corteza de la raíz del granado en polvo, en la
dosis de un escrúpulo por día para los niños y de dos escrúpulos para los adultos, de
media en media hora.260

En los anales de Diciembre de 1829, encontramos de nuevo un informe sobre las tareas
del jardín botánico, donde hace un pequeño bosquejo sobre los cultivos del jardín
botánico donde reflejaba tareas con plantas de importancia eminentemente agrícolas,
algunas ya mencionadas, tales como la vainilla, el pimiento, tabaco, añil, grosella,
cereza de las Antillas, goma elástica, entre otras. Realizaremos especial mención a la
aguedita, de la que nos refiere su uso para el tratamiento de las fiebres intermitentes. A
continuación, se reproducen las observaciones de La Sagra sobre esta planta:

«Aguedita.- Árbol indígena; de la familia de los Terebintos, del género Brucea, si no es


que merezca formar uno nuevo como he consultado a Mr. De-Candolle de Ginebra, y
que provisionalmente llamaré Brucea havanense. Es notable por el amargo de sus
hojas y corteza, que en otra planta del mismo género procede de la Brucina, una de las
bases salificables nuevamente descubiertas en los vegetales, de acción venenosa, muy
análoga a la Strichnina: pero en la planta Aguedita, el pricipio amargo es empleado
con el mejor écsito para cortar las fiebres intermitentes. Es probable que contenga la
quinina a la chinchonina: las disoluciones tratadas con el ácido nítrico concentrado,
ofrecen el color amarillo. Cincuenta partes de corteza pulverizada, me han dado 8 de
estracto por medio del agua hirviendo, y 6 otras 50, por el alchol también hirviendo:
los estractos tienen un color negruzco, quizás por haber sido hechos en vasos abiertos,
y atraen la humedad. Son los que están al vista.

260
DE LA SAGRA, R., Anales de ciencias, agricultura..., Ob. Cit., 1828, pp. 109, 296-299.

227
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

He formado un vivero de la Aguedita, vegetal tan interesante, y he remitido cortezas a


Europa para que sean analizadas con precisión.»261

El mismo documento terminaba comentando la correspondencia con jardines y


sociedades de Europa, y particularmente el envío de plantas vivas y semillas a España.

No dejare de mencionar la aprobación por Real orden de 22 de abril de 1829 del


establecimiento en las cercanías de La Habana de una Institución Agrónoma o escuela
práctica de agricultura, la cual la dirigiría La Sagra, y serviría para experimentar
cultivos y poder formar a los jóvenes para que fueran capaces de regir y administrar las
fincas de la isla, mediante la realización de tareas de agricultura rural, de forma similar
a los establecimientos del mismo tipo que existían entonces en Europa.

La institución se situó en terrenos en la falda de la loma del Príncipe, conocidos como


Molinos del Rey, constituyendo el primer cultivo que en ella debía ensayarse el añil.262

2.5.5. EL JARDÍN BOTÁNICO Y LA FARMACIA.

La Sagra estuvo al frente de las dos instituciones hasta 1835.263A partir de esta fecha la
dirección interina del jardín pasará a manos de Pedro Alejandro Auber, al cual ya nos

261
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 63, Exp. 14. «Expte. p. de R. de la Sagra, director del Jardín
Botánico.», Anales de ciencias, agricultura, comercio y artes, núm. 30, Habana, 1829, pp.177-185.
262
DE LA SAGRA, R., Memorias de la Institución Agrónoma de La Habana, Memoria primera,
Imprenta de Palmer, Habana, 1834, pp. 1-2. La institución agrónoma surge para introducir en la isla una
enseñanza agrícola para así poder potenciar la agricultura y la industria rural ya que existía una falta
importante de conocimientos, a través de estas memorias quedaron reflejados los trabajos realizados por
La Sagra, sin descuidar los que ya venía haciendo en el Jardín botánico, como su curso de Botánica.

Sobre el cultivo del añil también hace un estudio muy exhaustivo en la tercera memoria de la institución.
Véase AGI/AHN de Madrid/Ultramar 63, Exp. 14. «Expte. p. de R. de la Sagra, director del Jardín
Botánico.».

228
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

referimos en capítulos anteriores al hablar del plan de enseñanza establecido para la


Farmacia por la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia.

Auber obtuvo la plaza de catedrático de Botánica en 1835, según lo establecía la Real


Junta Superior Gubernativa de Farmacia, dando mucha importancia al jardín como
centro de enseñanza para los alumnos que estudiaran farmacia. Si La Sagra había
dirigido todos los estudios de Botánica, como hemos visto, hacía la agricultura y mejora
de cultivos, Auber encaminó sus enseñanzas hacia una botánica médica y farmacéutica.

En su discurso inaugural de la cátedra en 1837 se refería a la importancia de los


conocimientos de Botánica para los farmacéuticos:

«Componiéndose la mayor parte de los remedios que emplea la medicina de sustancias


sacadas del reino vegetal, y siendo tan diferentes las propiedades de las plantas en
general como la de cada una de las partes de que se componen, es indispensable que
los que se encargan de la preparación de estos remedios posean a fondo la ciencia que
suministra reglas seguras para distinguir unos de otros los vegetales; pues de otro
modo se expondrían a continuos desaciertos, y en esta materia hay pocos que dejen de
ser graves y trascendentales.(…)

En caso muy diferente se halla el farmacéutico de las zonas equinocciales donde


escasean los medios de instrucción y hasta parece imposible la adquisición de algunos
de ellos.»264

263
En 1835 La Sagra partía de Cuba con la intención de preparar la edición de su Historia física, política
y natural de la isla de Cuba, en la que recogió sus tareas en el jardín botánico de La Habana y todas sus
experiencias y observaciones al igual que todo lo que había realizado durante su estancia en La Habana.
Los tomos IX, X, XI, XII (atlas de botánica) de la obra están dedicados a los estudios botánicos. Se
dirigió a Estados Unidos y París con fines científicos. Muestra de las anotaciones de estos viajes
podemos hacer referencia a su libro: Cinco meses en los Estados Unidos de la America del Norte desde el
20de Abril al 23 de Septiembre de 1835.Diario de viaje, Imprenta de Pablo Renouard, París, 1836.
264
Memorias de la Real Sociedad Económica de La Habana, segunda serie, tomo II, Imprenta del
Gobierno y de la Real Sociedad por S. M., Habana, 1846, pp.100-105. También en Miguel Angel PUIG-
SAMPER, VALERO, M., et al. Historia del jardín..., Ob. Cit., 2000, p. 181.

229
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Sus ideas eran las del estudio de las plantas (los simples) de la isla debido a que en ellas
encontrarían las sustancias para el tratamiento de afecciones que eran más usuales en
ese territorio, había que aprender a clasificarlas y describirlas, caracterizar las familias,
los géneros, las especies para que no se cometiesen equivocaciones, pues, decía, que los
nombres vulgares podían variar de un sitio a otro. De esta forma podría establecerse una
materia médica y una farmacopea cubana:

«El conocimiento de nuestros simples es tanto más importante, cuanto que la mayor
parte de los exóticos que se emplean diariamente en las farmacias, por lo mismo que
proceden de climas templados, son dotados en general de virtudes poco enérgicas y por
consiguiente poco apropiadas a la agudeza de la mayor parte de las enfermedades que
nos afligen; y si a esto se agregan las averías que más o menos experimentan en la
travesía y la pérdida de sus principios volátiles por la desecación, resulta que pocos
son los efectos que de ellos se deben esperar, y la urgencia de sustituirles los simples
indígenas a medida que se vayan conociendo sus virtudes.»265

Auber en su discurso comentaba la dificultad de la aclimatación en el jardín botánico de


algunas plantas europeas provenientes de zonas frías, debido a las condiciones
climáticas de la isla, donde no llegaban a crecer bien, teniendo los jardines europeos
bien aclimatadas las plantas que según él empleaba el arte de curar, no teniendo ningún
problema en su identificación y manejo el farmacéutico. Estas plantas que no se
conseguían aclimatar eran la que se empleaban más a menudo en las oficinas de
farmacia, ya que la mayor parte de facultativos se habían formado fuera, y éstas eran
plantas cuyas propiedades ya se tenía constancia desde hacía siglos266. Así era necesario
que los nuevos farmacéuticos que se formaran en la isla debieran tener noción de esas

265
Ibidem.
266
Ya se comentó en capítulos anteriores, la necesidad de profesionales formados en la propia isla debido
a la presencia en mucho casos de charlatanes o curanderos, o bien escasos profesionales venidos de
España, de ahí que mencione el autor del discurso que los profesionales estaban más acostumbrados a
trabajar con los remedios vegetales que crecían en Europa, que eran con los que se habían formado. Fue a
partir de la instauración de la Real Junta Superior gubernativa de Farmacia cuando comenzó una
formación reglada de la Farmacia en la isla como ya vimos.

230
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

plantas para que cuando llegasen del extranjero no las confundieran, para ello era
necesario aclimatarlas y formar a los alumnos en su conocimiento:

«Resulta que el médico, tanto como el farmacéutico, debe poseer a fondo la fitografía,
si quiere caminar con acierto en sus averiguaciones, que sus observaciones y
esperimentos a provechen á la ciencia que cultivan, que se puedan repetir en otras
partes para corroborarlos ó rectificarlos, y que se estienda á toda la Isla el beneficio
del remedio nuevo y fácil de encontrarse en todos sus puntos, que la reflexión ó la
casualidad le haya proporcionado.»267

Continuaba describiendo las distintas ramas que englobaba la ciencia de la Botánica


refiriéndose también a las propiedades y usos de las plantas, ahí se reflejan una vez más
sus ideas de un jardín orientado a la medicina y a la farmacia:

«La botánica no se limita ciertamente a la determinación de las especies, géneros,


familias y clases, pues gracias a los trabajos de Grew, Malpighi, Sennebier, Bonnet,
Duhamel, Saussure, Knight y otros muchos sabios distinguidos a cuya cabeza siempre
se ha colocado el gran Linneo, abraza también la descripción de los órganos de que se
hallan dotados los vegetales, el examen de las funciones que desempeñan, la influencia
del suelo y del clima en su desarrollo, los medios discurridos para modificar los
productos, las asociaciones de las plantas, sus simpatías y antipatías, su repartimiento
sobre la superficie de la tierra, y las épocas de su aparición en el globo, sus usos sus
propiedades y cuanto tiene relación con los vegetales.»268

Es interesante destacar los objetivos que planteaba para la cátedra y curso de Botánica
que estaría centrada en lo concerniente a la farmacia en su mayoría, como el mismo
expresaba:
267
Memorias de la Real Sociedad Económica..., Ob. Cit., 1846, pp.100-105.
268
Ibidem.

231
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«El objeto de esta cátedra se ciñe a lo que más conexión tiene la farmacia: sin embargo
me estenderé algo más sobre la anatomía vegetal, porque en ella encontraremos
fecundos recursos para la determinación de familias, fundadas muchas de ellas en la
presencia ó falta de algún órgano ó en su situación. De paso daré a conocer algunos
fenómenos fisiológicos demasiado interesantes para que puedan pasarse en silencio; y
así tomando la planta en su primera edad, seguiremos los progresos de la vegetación y
la iremos acompañando en todos los procesos de su existencia, hasta que alcanzando
su perfección, produzca los gérmenes que deben perpetuar la especie y coronar la obra
de la naturaleza.

En la segunda parte del curso recapitularemos los conocimientos adquiridos en la


primera y los aplicaremos a la clasificación de las plantas, principal objeto de nuestros
estudios. Mucho nos quedará aun por saber para que poseamos la ciencia en toda su
extensión.»269

Todo esto es así, debido a que la Real junta Superior gubernativa de la facultad de
farmacia, estableció tres cátedras para el estudio de la farmacia, entre las cuales estaba
la Botánica, ocupada por Auber, cuyas clases tendrían lugar en el jardín botánico.

Además la propia Junta pidió establecer un Colegio de Farmacia270 en terrenos del


Jardín Botánico. En él se daría cabida a las clases de las cátedras de Farmacia Teórica,

269
Memorias de la Real Sociedad Económica..., Ob. Cit., 1846, pp.100-105.
270
En España en 1801 por Real cédula dada por Carlos IV a 28 de septiembre de dicho año se dispuso la
creación de Colegios de Farmacia bajo la dirección y sostenimiento de la Real Junta Superior
Gubernativa de la Facultad de Farmacia, encargándose éstos de las enseñanzas. En las Ordenanzas de
Farmacia españolas de 1804 quedó definido que los estudios de Farmacia se realizarían en Colegios de
Farmacia creados para tal fin. En primer lugar se fundaría el Real Colegio de Farmacia en Madrid, que
serviría de ejemplo para sucesivos Colegios que se establecerían en otros puntos de la península. Éstos
estarían dirigidos por la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia en los aspectos económicos y
literarios. Además, en cada Colegio de Farmacia habría un Jardín Botánico de plantas oficinales
preferentemente, un Gabinete de Historia Natural y un Laboratorio.

A semejanza del caso español, en Cuba se estableció en 1833 la Real Junta Superior Gubernativa de la
Facultad de Farmacia de la isla de Cuba, institución reguladora de todo lo concerniente a la profesión
farmacéutica. En su reglamento, adaptado de las Ordenanzas españolas de 1804, quedó establecido un
plan de estudios, pero en ningún momento aparece referencia a la creación como en Madrid de un
Colegio de Farmacia que sirviese como modelo, simplemente trata la existencia de tres cátedras,

232
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Química y Botánica, esta última ya existente. La Junta solicitaba unos terrenos baldíos
de jardín botánico al no haber suficiente espacio en los edificios ya existentes en el
mismo, pero la solicitud fue denegada.271En la siguiente carta, que reproducimos a
continuación, queda reflejada la problemática sobre el establecimiento del Colegio de
Farmacia en terrenos del jardín botánico:

«El Gobernador Capitán General de la Isla de Cuba en carta de 6 de febrero de 1838,


nº492,

Farmacia Teórica, Química y Botánica, aunque en su artículo doce se hacía mención a los Colegios de
Farmacia, dando por hecho que la Junta fundaría dichos centros, así decía:

«Los colegios de esta facultad que la Junta estableciere e igualmente todos los individuos de ella,
obedecerán puntualmente las órdenes de esta en cuanto pertenezca a la profesión, en atención a que no
podrá darlas en contrario a lo que disponen estos estatutos.» (AHN, Ultramar, 14, Exp.16, «Reglamento
para la Dirección y Gobierno de la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia», Habana,
1834).

De todo esto se desprende que en Cuba existieron las tres cátedras pero cada una en lugar distinto y no
bajo un mismo techo (Colegios de Farmacia) como en el caso español, aunque, como hemos visto, se
intentó la creación de un Colegio de Farmacia en el Jardín Botánico con la finalidad de reunirlas en un
centro común. A mayor abundamiento, revisando el libro de los doctores García Hernández y Martínez-
Fortún y Foyo Apuntes históricos de la Farmacia en Cuba, encontramos más claro esto a lo que nos
referimos, ya que ellos en su investigación nos hablan que las primeras clases de Botánica se dieron en el
jardín Botánico y con posterioridad en el mismo edificio de la Universidad donde existía un Jardín que la
Junta consideró apto, y que la cátedra de Farmacia Teórica se ubicó en el Seminario San Carlos de La
Habana. También nos refieren que con posterioridad algunas cátedras se trasladaron a una casa situada en
la Calzada de Galiano esquina a Neptuno, en la que permanecieron hasta 1842, año en que dicho
inmueble paso a formar parte de los fondos de la Universidad. Esto mismo lo volveremos a mencionar en
un contexto más amplio en el capítulo siguiente dedicado a comparar la Farmacia decimonónica de
España y Cuba.
271
El conde de Villanueva, Claudio Martínez de Pinillos, intendente de Hacienda, de la cual dependía el
jardín botánico, fue el promotor del ferrocarril en Cuba y su interés era situar la terminal del mismo en los
terrenos del jardín Botánico. Esto no era bien visto por el general Tacón según sus ideales de trazado de la
ciudad, hasta tal punto que se llegaron a sugerir otros terrenos para establecer la mencionada terminal,
pero tras la marcha del general Tacón y su sustitución por Joaquín de Ezpeleta el Conde de Villanueva
consiguió por Real Orden de 23 de Abril de 1838 que se autorizase el traslado de la terminal a los
terrenos del Jardín Botánico, de ahí las negativas al establecimiento del Colegio de Farmacia en parte de
esos terrenos, ya que esto hacía situar al Jardín como un establecimiento científico ya muy vinculado a la
Farmacia. En Miguel Angel PUIG-SAMPER, VALERO, M., et al. Historia del jardín botánico de La
Habana, Ed. Doce Calles, Madrid, 2000, pp. 182-183. El propio Ramón de La Sagra también en su obra
Historia física, económico-política, intelectual y moral de la Isla de Cuba, París, 1861,donde narraba su
último viaje a Cuba en Agosto de 1859, hace mención en la página 7 a como se encontró lo que el dejara
siendo un jardín botánico, que a continuación reproduzco: “Solo una excepción, produciendo un
sentimiento de pena, hizo contraste con mi fundada alegría; cuando al atravesar la Alameda y el Campo
de Marte, hirió mi vista el desagradable aspecto del sucio aglomeramiento de almacenes y barracas que
ocupa en el día, el terreno del antiguo jardín botánico que yo dejara plantado de lindas alamedas y
floridos vergeles.”

233
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Cumpliendo con la Real orden de 25 de Noviembre de 1836 (resolución anterior)


remite el expediente instruido sobre la conveniencia de edificar el Colegio de Farmacia
en un pedazo de terreno inculto del Jardín Botánico de aquella Capital. En dicho
expediente obran en sentido opuesto los informes de la parte de la Hacienda pública, y
los de la Junta Gubernativa de Farmacia: aquello son de la contaduría general de
ejército, del Tribunal mayor de Cuentas, del fiscal de Hacienda, y del Intendente; y en
ellos se manifiesta que el terreno donde se halla formado el referido Jardín botánico, es
de propiedad de la Hacienda, y espone concepto el Intendente D. Alejandro Ramírez
cedió en su tiempo una porción a la Sociedad patriótica para plantar el jardín
botánico; que ya la misma Sociedad tiene establecida allí una cátedra de botánica, y
que en el mismo terreno se estableció primero el teatro del Diorama y ahora acaba de
construirse el nuevo teatro público, y sería un mal el destinar la reducida porción que
queda a Colegio de farmacia, cuando éste puede edificarse en cualquier otro punto
menos principal de la Ciudad. En el informe de la Junta de farmacia se encarece la
conveniencia de colocar las otras cátedras de la facultad en el mismo punto donde está
la de botánica, y en un punto tan céntrico para comodidad de los alumnos.

El Gobernador Capitán General en vista de tan opuestos pareceres expresa el suyo


diciendo, que el Colegio de farmacia puede establecerse en cualquier otro terreno de
menos valor que el que ocupa el Jardín botánico, que la enseñanza de dicha facultad,
que es lo que importa , puede tener lugar en alguno de los establecimientos públicos
con el ahorro del costo material del edificio; y que el espresado jardín botánico, que
hasta ahora no ha producido ninguna utilidad, sino crecidos gastos al Erario, tiene la
situación más ventajosa para el repartimiento en pública subasta de los solares de que
consta, lo que produciría cuantiosas sumas a la hacienda pública.

Notas

La Sección teniendo presente, que así de este expediente como de otros, resulta que la
Junta de Farmacia carece de los fondos necesarios para construir un Colegio, y más si
se ha de comprar el área o solar que hoy sube mucho en la Habana por el aumento de
población, opina como el Capitan General que puede establecer sus Cátedras por
ahora en algún edificio apropiado que aunque no esté en el centro de la Ciudad, o bien
en alguno de los establecimientos públicos. Es de parecer pues que V.M. pueda así

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resolverlo: y con respecto a la idea de proporcionarse ingresos al erario con el


repartimiento de los solares que hai en el Jardín botánico, si es del agrado de V.M.
podrá darse conocimiento de ello al Ministerio de Hacienda, para que por él recaiga la
resolución que más convenga.»272

Durante la dirección de Auber al frente del jardín éste fue trasladado al terreno
extramuros, denominado Molinos del Rey273, donde como sabemos quedó establecida la
Institución Agrónoma. Esto ocurrió a mediados de 1839 cuando los terrenos del antiguo
Jardín botánico pasaron a disposición de la Real Junta de Fomento.

En cuanto a la cátedra de botánica, tal como nos comenta Puig-Samper en su libro, fue
trasladada a una casa con jardín en el barrio de Monserrate que la Real Junta Superior
Gubernativa de Farmacia adquirió para que no se interrumpiera la actividad docente de
la misma y dar apertura lo antes posible al nuevo curso de Botánica dirigida siempre a
la farmacia y a la medicina, con la idea de realizar una farmacopea cubana, como ya
expresáramos, donde los remedios clásicos fueran sustituidos por plantas autóctonas de

272
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 9, Exp. 13, «Creación de colegio de Farmacia en terrenos del Jardín
botánico».
273
En el Diccionario, geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba de Jacobo de la Pezuela,
p.154, encontramos una descripción de la nueva ubicación del jardín: “El Jardín Botánico ocupa todo el
espacio comprendido entre la quinta, su jardín reservado y la línea de la alameda de Tacón, de la cual le
separa de E. a O. un largo enverjado de hierro sobre zócalo de piedra con asientos. Su superficie figura
un ángulo irregular de 500 varas en los lados, cuyo vértice termina en la tercera glorieta de la Alameda,
atravesándolo de S.O. a N.E., el área del ferro-carril de La Habana. Está abierto al público. Se ha
enriquecido con casi todas las plantas forasteras que podían vegetar en aquel suelo. Su terreno, antes
erial y pantanoso, empezó a convertirse poco a poco desde 1837, en un solar cubierto de arbustos,
céspedes, grutas y saltadores de agua, procedente de la Zanja Real, que corre muy cerca por su N. y
surte también al estanque del jardín de la casa-quinta. Además de las calles secundarias que cruzan por
entre los cuadros sembrados, le atraviesan dos vías principales perfectamente terraplenadas y arenadas
que conducen desde la quinta a las dos plazas o glorietas circulares de la alameda de Tacón que están
más inmediatas. Este es el paseo más frecuentado en la capital, por los altos funcionarios y por el mismo
capitán general. Para la dirección y cuidado del Jardín Botánico hay un encargado con 900 ps. fs.
Anuales y un jardinero con 300, que residen con alojamiento gratuito, en una casa aportalada y dividida
que está al S. de la de recreo. Para gratificación del mismo jardinero y gastos materiales de 16 negros
emancipados destinados a los dos jardines y a la limpieza y conservación de la quinta, se presupusieron
3.372 ps. fs. para 1862.” También nos hace un breve recorrido histórico de la institución.

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allí. Así consiguió que los farmacéuticos le enviasen plantas oficinales con indicaciones
sobre sus nombres y usos, para poder demostrar los mismos experimentalmente. A su
vez se estableció en el nuevo emplazamiento del jardín una cátedra de botánica agrícola.

Auber siguió con las labores de formación del nuevo jardín, consiguiendo plantas
medicinales no solo para éste, sino también para el de la propia escuela de botánica de
la Junta, la cual se trasladaría de nuevo una vez finalizado el nuevo jardín de la Quinta
de los Molinos.

Auber estuvo al frente de la institución hasta 1843. Le continuó en la dirección


interina274 del jardín su hijo Emilio Auber de Noya, al cual había cedido la cátedra de
botánica tras la reforma universitaria de 1842, pasando ésta a depender de la
Universidad y no de la Real Junta Superior Gubernativa de Farmacia como hasta
entonces había sucedido.

En 1855 la institución pasaba a depender de nuevo de la Sociedad Económica habanera,


y se constataba un estado bastante descuidado del jardín, esto coincidía con el cese de
Ramón de la Sagra como director del mismo en 1856.

En 1863 se decretó el nuevo Plan de Instrucción Pública de la Isla de Cuba, en el que


ya la Facultad de Farmacia se independizaba por completo de la de Medicina, como ya
tratáramos en capítulos anteriores, y que trajo también una reorganización del jardín

274
Hablamos de dirección interina, al igual que con Pedro Alejandro Auber debido a que La Sagra , según
nos narra Puig-Samper en su libro, estaba ausente pero seguía ostentando el título de director de la
institución. Emilio Auber perteneció también a la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y
Naturales de La Habana, que como ya comentamos se fundó en 1861 de manos del doctor Nicolás José
Gutiérrez.

236
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

botánico.275 Así, por Real Orden, nº 337 de 23 de Diciembre de 1865 se dispuso lo


siguiente:

Que el Jardín Botánico y todo lo perteneciente a él formase parte de las escuelas


profesionales.276

Que el director de éstas fuese el jefe inmediato del jardín, estando a su cargo la
inspección, administración y gobierno del establecimiento.

Que para los trabajos prácticos, cuidado del jardín, formación de catálogos, museo y
herbario se conservase la plaza de jardinero mayor dotada con 1800 escudos.

Que se crease una plaza de portero-jardinero dotada con 800 escudos anuales para
dirigir los trabajos de los 16 emancipados que se empleaban en las labores del jardín.

275
PUIG-SAMPER, M.A., VALERO, M., et al. Historia del jardín..., Ob. Cit., 2000, pp. 189-206.
276
La reforma de la instrucción pública de 1863, fue una adaptación de la Ley General de Instrucción
Pública establecida en la península en 1857 (“Ley Moyano”). Según este Plan de 1863, la enseñanza de la
Isla quedaba dividida en: Primera enseñanaza, dividida en elemental y superior, la cual se llevaría a cabo
en Escuelas de Primera Enseñanaza; Segunda enseñanza, que comprendía estudios generales (Gramática
latina y castellana, Doctrina cristiana e Historia sagrada, Principios y ejercicios de Aritmética, Nociones
de Geografía descriptiva, Principios y ejercicios de Geometría, Elementos de Física y Química, Nociones
de Historia Natural, entre otros) y estudios de aplicación a las profesiones industriales (Agricultura, Artes
industriales y Comercio), estableciéndose para el estudio de la misma Institutos de Segunda enseñanza en
distintos puntos de la Isla; y, enseñanza correspondiente a las distintas Facultades (Filosofía y Letras,
Ciencias exactas, físicas y naturales, Farmacia, Medicina, Derecho y Teología) y superior (Ingenieros de
Caminos, Canales y Puertos, Ingenieros de Minas, de Montes, Agrónomos, Industriales, y las carreras de
Bellas Artes, Diplomacia y Notariado) y profesional (Veterinaria, Profesores Mercantiles, Náutica,
Maestros de Obras, Aparejadores y Agrimensores, y Maestros de Primera enseñanza), creándose para esta
última distintas Escuelas Profesionales. En Real decreto estableciendo un nuevo plan de estudios para la
Isla de Cuba, Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S. M., Habana, 1863.

237
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Que se asignasen 2000 escudos anuales para satisfacer las necesidades del
establecimiento.

Que continuasen figurando en los presupuestos sucesivos la cantidad de 6744 escudos


consignados para el pago de los 16 braceros empleados en los trabajos.

En las Disposiciones reglamentarias para el régimen interior del Jardín Botánico de La


Habana anexo a las Escuelas Profesionales de la misma, encontramos en su punto doce
las competencias que serían asignadas al catedrático de Botánica y en el veintidós
hacían referencia a la creación de un gabinete botánico, el cual sería de gran utilidad en
el aprendizaje y enseñanzas de la botánica:

«12ª Al Catedrático de Botánica de las Escuelas Profesionales y Preparatoria para


carreras superiores le corresponde:

1º Clasificar las plantas y dirigir todos los trabajos facultativos del Establecimiento
indicando al Jardinero mayor el sistema de cultivo que ha de emplear en las plantas
cuya reproducción se desee.

2º Cumplir y hacer cumplir a los empleados y dependientes las presentes disposiciones


y todas las demás órdenes superiores que se le comuniquen por el Gefe del
Establecimiento.

3º Distribuir las horas de trabajo y señalar todas las operaciones que hayan de
egecutarse en el establecimiento por los jardineros y demás empleados.

4º Proponer al Director de las Escuelas cuanto crea conveniente al establecimiento.

5º Presentar a la Dirección de las Escuelas cada año una memoria acerca de los
trabajos que se hayan practicado.

6º Establecer la correspondencia científica por conducto de las Escuelas Profesionales


con los Directores de los demás Establecimientos de Botánica y con los naturalistas

238
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

españoles como etrangeros a fin de proporcionarse el mayor número de plantas posible


y estar al nivel de los conocimientos modernos en la Ciencia Botánica.

7º Proponer al Director de las Escuelas las horas en que ha de estar abierto el Jardín.
(...)

22º Se establecerá en el Jardín un Gabinete botánico enriqueciéndose también con


dibujos, representaciones plásticas de aquellos objetos naturales que no pueden
adquirirse por el Jardín a cuya naturaleza no permita conservarla.»277

Posteriormente, al refundirse las Escuelas profesionales en el Instituto de segunda


enseñanza se dispuso en Agosto de 1869278 que se incorporase al instituto el jardín
botánico, cuya dirección continuó a cargo del mismo director, que pasó a serlo del
instituto.279

En Junio de 1872 se decretó que el jardín se incorporase a la universidad y el dos de


julio del mismo año tomaba posesión de su dirección Antonio Blanco Fernández
profesor de Botánica y decano de la facultad de ciencias. En Abril de 1873, nuevamente
cambiaría la dirección del establecimiento, pasando a manos de Cayetano Aguilera,
decano de la Facultad de Farmacia.

El estado del jardín, que desde hacía tiempo ya no era muy bueno, parecía ser en ese
momento deplorable, tal y como data en el acta suscrita por los catedráticos Poey,

277
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 226, Exp. 7, «Expediente general del Jardín Botánico de La Habana».
278
A partir de 1869 habría muchos cambios, ya que coincidiría con la Guerra de los Díez años, durante la
cual muchos científicos se exiliarían y otros lucharían en la misma, disminuyendo así la actividad
científico cultural en la isla.
279
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 226, Exp. 7, «Expediente general del Jardín Botánico de La Habana».
La Sociedad Económica, tras la incorporación del jardín al Instituto de segunda enseñanza, intentó que se
le restituyera en la propiedad del jardín, así se acordó en sesión de 17 de Junio de 1870, pero debido a la
carencia de fondos para su manutención, la resolución del gobernador fue negativa hacia la Sociedad.

239
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Cañizares y Aguilera al hacerse cargo este último de la dirección del jardín. En ésta se
comentaba que los terrenos se hallaban empobrecidos; los cuadros destruidos por
abandono unos y por inundación otros, ocupados por plantas inútiles que habían ido
creciendo a la ventura sin orden ni concierto al igual que en un bosque; las plantas sin
limpieza ni poda, descuidadas; aperos que consistían en dos bombas de riego
completamente inutilizadas y restos de algunas azadas; los edificios eran dos barracas
de madera llenas de goteras y con las puertas y ventanas en mal estado; algunos libros
en un mueble de caoba sin cerradura; mesas rotas; un cenador octogonal a la entrada del
jardín cuyas puertas están inutilizadas; y, por último, terminaba haciendo referencia al
personal diciendo que consistía en tres negros emancipados, un capataz y un jardinero
mal retribuido. No se encontraban tampoco en el establecimiento, ni inventario, ni libro
de cuentas, documentos, apuntes ni contratos.280

Este era el estado de un jardín que durante sus primeras décadas había gozado de
esplendor y servicio a la ciencia.

Por orden del gobierno de 2 de Octubre de 1874 el Jardín botánico pasó a ser
dependencia de la Inspección General de Montes [Ilu. 38] y se determinó que su
dirección y administración estuviesen a cargo del ingeniero inspector, Francisco de P.
Portuondo. Pero, el decano de la Facultad de Farmacia que desempeñaba, en aquel
entonces, el cargo de director del jardín a través del rector de la Universidad, quiso dejar
sin efecto esta orden reclamando la dirección y administración del establecimiento,
alegando que al hacer la entrega del jardín a la Inspección de Montes quedaba un vacío
en la Universidad para las prácticas de Botánica, tan importantes en la formación de los
farmacéuticos.

280
Ibidem.

240
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 40. Plano del Jardín Botánico de La Habana. Inspección General de


Montes.281

Esta pretensión fue desestimada por el gobernador general en Junio de 1875, reiterando
éste el cumplimiento de la suprema disposición, puesto que al estar la dirección del
jardín a cargo de la Inspección, esto no constituía ninguna traba a que se pudiese visitar
el establecimiento y estudiar las plantas por cualquier corporación.

Debido a la supresión el 31 de Marzo de 1876 de la Inspección General de Montes se


hizo entrega del jardín, así como de su mobiliario y material a la Inspección General de
Obras públicas, haciéndose cargo de nuevo la Inspección General de Montes una vez

281
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 226, Exp. 8. «Se pide establecer campos elíseos en el Jardín
Botánico».

241
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

restablecida ésta el 18 de Mayo de 1876, quedando entonces el jardín a cargo del jefe de
la Inspección Ernesto Ruíz Melo, el cual realizó muchos esfuerzos por devolver al
jardín el esplendor de tiempos pasados. Éste realizó trabajos de clasificación de las
especies existentes en el mismo, arregló y limpió los cuadros y divisiones del jardín, al
igual que los paseos y calles despejándolos de malas hierbas, dotó de nuevas
herramientas para los trabajos, semilleros, entre otros. También, y con el objeto de que
el jardín botánico cumpliese con su labor de facilitar el conocimiento y estudio de la
flora cubana, proveer de la ilustración y adelantos científicos, así como aclimatar
especies importantes por su utilidad o belleza proyectó ampliar el catálogo de especies
del establecimiento.282

Finalmente, tras este devenir de cambios, en 1886 el jardín pasaría de nuevo a manos de
la Universidad de La Habana, ya esta vez de forma permanente:

«El Gobernador General de la isla de Cuba en carta oficial nº 1673 de 24 de Agosto de


1886 expone que el Rector de la Universidad al dar cuenta de un acuerdo de la
Facultad de Ciencias en comunicación de 9 de Junio de dicho año ha solicitado que el
jardín Botánico de la expresada Capital pase a ser dependencia del centro
universitario por reportar esta medida beneficios positivos para la enseñanza de las
asignaturas respectivas de las Facultades de Ciencias, Medicina y Farmacia y la de
Botánica elemental del Instituto de 2ª enseñanza que dependiendo actualmente de la
Inspección general de Montes aquel jardín juzgo oportuno oir su informe acerca del
particular y resultando éste favorable a la moción formulada por el rectorado y
teniendo en cuenta además las conveniencias que han de resultar con esta concesión
tanto para la enseñanza como para la misma dependencia que ha motivado la petición
ya por las mejoras que indudablemente recibirá por la acertada Dirección facultativa
que ha de imprimirle la persona del Claustro universitario que, a propuesta del
Rectorado se nombre para la misma como porque las necesidades serán mejor
atendidas con los recursos que puede dedicarle la Universidad procedentes de su

282
Ibidem.

242
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

material científico y considerando también las ventajas que reportará con la


importancia de un Jardín en estas condiciones que podrá ser visitado por el público en
determinados días satisfaciendo las exigencias de su cultura y la del ornato dada su
posición inmediata a uno de los principales paseos de la Capital, ha creído conveniente
atendidas las razones y a espera de la resolución del Gobierno de S.M. dispone que el
Jardín Botánico pase a ser desde luego dependencia de la Universidad.»283

Como vemos, el hecho de que el jardín pasase a la universidad sería muy beneficioso
para las enseñanzas en distintas facultades, en nuestro caso la Botánica en la Facultad de
Farmacia. A mayor abundamiento, indicaremos que en este mismo documento se hace
mención y se reconocen las mejoras realizadas en la institución durante su dirección por
la Inspección de montes.

El Jardín continuará dependiendo de la universidad hasta el final del siglo, lo que daría
cierta estabilidad al establecimiento y a los estudios en él realizados.

Durante estos últimos años del siglo XIX y tras la vinculación del jardín a la
universidad, se seguirían haciendo estudios para componer una Flora cubana284,
destacaremos en este sentido los trabajos de los profesores Manuel Gómez de la Maza y
Alfredo Ángel Bosque y Reyes.

283
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 167, Exp.44, «Solicitud de que el Jardín Botánico pase a la
Universidad».
284
El interés de componer una Flora cubana estuvo presente desde la primeras expediciones científicas
así como durante todo el desarrollo del Jardín botánico, pero es quizás la Real Academia de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales de La Habana fundada en 1861, la que a través de algunos de sus miembros
promueve más activamente la publicación de una Flora cubana donde se constataran las plantas de la isla
y sus aplicaciones médicas, así queda constancia en los trabajos de Adolfo Sauvalle, Tomás González
Delgado y José Eduardo Ramos, publicados en los Anales de la Academia.

243
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Manuel Gómez de la Maza [Ilu. 39] fue catedrático de Fitografía en la Facultad de


Ciencias de la Universidad de La Habana, realizó una tesis sobre la Flora cubana y
entre sus publicaciones cabe destacar su Diccionario Botánico de los nombres vulgares
cubanos y puerto-riqueños y una obra de índole farmacéutica titulada Ensayo de
Farmacofitología cubana, además de artículos en revistas científicas de tipo médico
farmacéutico (Revista de Ciencias Médicas, Revista Enciclopédica de Ciencias
Médicas, Físicas y Naturales de la isla de Cuba, y Crónica médico-quirúrgica de La
Habana. Revista mensual ilustrada de Medicina, Cirugía, Farmacia y Ciencias
Auxiliares).

Ilustración 41. Manuel Gómez de la Maza.285

Describiremos algunas de las utilidades farmacéuticas de las plantas estudiadas por


Gómez de la Maza en su Ensayo de Farmacofitología, que nos ofrecen una percepción
sobre la terapéutica de la época:

YAGRUMA HEMBRA: Cercropia peltata. Urticaceae. Es originaria de América


tropical. «El Dr. Vildósola, Revista de Ciencias Médicas, Habana, estudiando las
propiedades medicinales de esa planta, obtuvo un alcaloide nuevo, la Cowleyina,
dedicado al Doctor A. Cowley.

285
Disponible en URL: http://www.ecured.cu/index.php/Manuel_G%C3%B3mez_de_la_Maza

244
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Actualmente, el Ldo. E. Suzarte prepara un Pectoral antiasmático, que tiene por base el
extracto fluido de Yagruma hembra.»

CAISIMÓN: Piper Umbellatum. Piperaceae. Originaria de la América cálida. «Semillas


madurativas; pulverizadas y mezcladas con el polvo de los talomas del Gengibre son un
tanto revulsivas. De ellas se extrae una esencia con propiedades semejantes a las del
Anís estrellado, y que, a la dosis de 4 á 8 gotas, es útil en el escorbuto y en la atonía
digestiva, lo mismo que el polvo de dichas semillas y la infusión de las hojas.»

PALTANILLO DE CUBA: Piper obtusum. Piperaceae. Endémico en la isla. «Es el


Platanillo de Cuba más comúnmente empleado en la confección del Jarabe pectoral
cubano de Gandul, cuya fórmula es:

Pencas de Sábila (ALOE VULGARIS, Lamark)........................ 12 kilos

Platanillo de Cuba (PIPER OBTUSUM, C. Cand)....................

Hojas de Yagruma hembra (CERCROPIA PELTATA, Lin.)... aa 8---

Corteza de cuajaní ( PRUNUS OCCIDENTALIS, Sw.)...........

Azúcar Blanca............................................................................. 20---

Bromuro de amoníaco................................................................. 250 gramos.»

CERILLO DE LOMA: Berberis fraxinifolia. Berbereas. Endémico de la isla. «En la


corteza y raíz existe una materia amarga, amarilla, común a otras plantas, la Berberina
o Xantopicrita, encontrada también en el Ayúa o Ayuda. Como planta amarga, el
Cerillo de loma es febrífuga, poseyendo además, la propiedad de ser purgante.»

CACALOTE, DIBIDIBÍ, GUATAPANÁ: Caesalpinia pinnata. Eucaesalpinias.


Endémica en la isla. «El zumo de las hojas tiernas, machacadas, aunado a una ligera

245
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

cantidad de sal común se usa en los campos como colirio para disolver las deiversas
especies de catarata. Tal tratamiento da el resultado nulo que fácilmente se comprende
tratándose de una afección que exige la intervención quirúrgica.

Las legumbres encierran mucho tanino y su infusión produce una tinta muy negra,
usada en tintorería.»

CEREZO MACHO, CEREZO SILVESTRE, PALO DE CAJA: Trichilia trifoliata.


Trichileas. Originaria de la América cálida, cultivada en Cuba. «Poderosísimo
emengogo, cuyas hojas y flores producen muy fácilmente el aborto y la muerte, en
medio de grandes dolores y de terribles metrorragias. Igualmente es abortiva su raíz, a
la par que purgante. Esta planta casi siempre se ha empleado con un fin criminal, de
resultado funestísimo.»

ESCOBA AMARGA, ARTEMISILLA, CONFITILLO: Parthenium hysterophorus.


Heliantheas. Originaria de la América tropical. «Según el Dr. Ulrici, de la Habana, este
amargo, posee un alcaloide, la Partenina. Posteriormente, mejor examinado este
cuerpo, ha sido desechado, apareciendo, como sustituto, la Partenicina del mismo
autor. Dá buen resultado como febrífugo y contra las neuralgias craneales. Al decir de
Corre & Lejanne, loc, cit, 27, la planta posee las propiedades del Ajenjo, pero
mitigadas y su jugo es útil tópicamente contra las úlceras tuberculosas o sifilíticas que
constituyen el Pián, a menos que esta dolencia no sea una forma de la Micosis
fungoidea, como opina la gran mayoría de los dermatólogos modernos.»286

286
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 170, Exp. 1. «Provisión de cátedra de Fitografía de Universidad de la
Habana». Entre las plantas descritas hemos hecho mención a alguna con principios activos amargos,
hago nota a esto debido que encontramos entre estos documentos un artículo en la Revista Enciclopédica
de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de la isla de Cuba dedicado al estudio fitográfico de las plantas
que suministraban medicamentos amargos por ser “los más útiles agentes terapéuticos que ofrece este
país” haciendo un estudio minucioso de las plantas cubanas con estos agentes terapéuticos.

246
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Alfredo Ángel Bosque y Reyes fue catedrático de Botánica descriptiva y determinación


de plantas medicinales de la Facultad de Farmacia y pronunció el discurso inaugural del
curso académico 1893 a 1894 en el que hacía un breve recorrido por los estudios de
Botánica en la isla, acercándonos a la verdadera situación de la misma y del jardín
botánico, pieza clave para el estudio de las plantas.

En su discurso hace referencia al mal estado del jardín botánico para la enseñanza, a
pesar de los arreglos realizados en años anteriores:

«Al penetrar en nuestro pacífico “Jardín botánico”, engalanado soberbiamente con


atributos de Marte, la decepción embarga al más despreocupado y ajeno a las ciencias.
Desde la caseta destinada a cátedra, hasta los límites de su terreno yermo, todo acusa
lamentable escasez.

En este Jardín cuya descripción renunciamos a hacer, y donde faltan cosas tan
primordiales como los semilleros, existe, rara avis in terris, una modestísima
biblioteca botánica.

¿Podrán explicarse sus deficiencias, por la falta de material para llenar las
necesidades de un verdadero “Jardín botánico”?»287

Su programa para la asignatura presentado en las oposiciones a catedrático de Botánica


descriptiva y determinación de plantas medicinales nos introduce en cómo se diseñó el

287
BOSQUE Y REYES, A.A., Discurso pronunciado en la Real Universidad de La Habana por el doctor
Don Alfredo Ángel Bosque y Reyes, Catedrático numerario de Botánica descriptiva y determinación de
plantas medicinales en la solemne apertura del curso académico de 1893 a 1894. Real Universidad de la
Habana. Oración inaugural pronunciada en la solemne apertura del curso académico de 1893 a 94 y
Memoria-anuario de de 1891 a 92 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento
universitario, Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1893.

247
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

estudio de esta materia y qué conocimientos eran necesarios para los futuros
farmacéuticos de esa época.288

En él explicaba que se describirían los grupos más importantes del reino vegetal,
refiriéndose a su importancia exclusivamente bajo el punto de vista de su utilidad para
las ciencias médicas, pues siendo estos estudios de aplicación a la Farmacia era lo que
debía fijar la atención. Los estudios botánicos al ser eminentemente prácticos -de ahí la
importancia de un jardín botánico en buenas condiciones- , no se lograrían con una serie
de conferencias teóricas y como la mayor parte de las plantas consignadas en la
Farmacopea Española, en el Codex medicamentarius y en las obras de texto, no se
daban en la isla, habría que recurrir a la Flora indígena sin dejar de resaltar las plantas
exóticas que no se cultivasen en el país.

El programa de la asignatura constaba de noventa lecciones, y durante el curso se


realizarían herborizaciones y determinación de plantas medicinales, al igual que el
estudio fitográfico de las plantas.

A la definición de la asignatura y sus relaciones con las otras ramas de la Botánica


seguirían breves consideraciones sobre la vegetación de Cuba y sobre los de la
península y Puerto Rico, para dar a conocer después los elementos que podían servir al
farmacéutico en los ejercicios prácticos de determinación de plantas. Las clasificaciones
más notables formuladas por diversos autores serían objeto de estudio comparativo en
cuatro lecciones destinadas una de ellas al desarrollo del método Van Tieghem 289 que

288
Lo que recogemos acerca de la asignatura Botánica descriptiva y determinación de plantas
medicinales, trata simplemente de lo establecido por el profesor Ángel Bosque y Reyes en su programa
presentado durante la oposición a la cátedra de dicha asignatura. Esto fue la configuración teórica para la
asignatura, pero desconocemos si en la práctica fue así aplicada, ya que estos últimos años se
caracterizaron por una inestabilidad política que desembocaría en la guerra de independencia de Cuba de
1895.
289
Clasificación de las fanerógamas basada en las características del óvulo.

248
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

adoptaría por hallarse bastante ajustado a la teoría de la evolución morfológica del reino
vegetal y por su admirable sencillez y facilidad.

Emplearía ocho lecciones en el examen de las obras descriptivas que constituirían un


elemento absolutamente indispensable para el botánico. El alumno debería dominar en
todos sus detalles la nomenclatura empleada en ellas, así como todas las generalidades
referentes a las mismas. Al propio tiempo se consideraba de absoluta necesidad el
conocimiento de las Floras y obras generales más importantes. Se enseñaría al alumno
el manejo de numerosas obras y a comprobar las ventajas de unas sobre otras en
determinados casos, aprovechando la selecta biblioteca, única en su género en la isla del
botánico E. Ramos, el cual a sus sólidos conocimientos teóricos aunaba siete lustros de
práctica.

Era indispensable que el alumno recorriera con el profesor los campos para realizar
herborizaciones y colecciones botánicas, al igual que se acostumbrara a la
determinación de las plantas que iba recolectando. Con este sistema no olvidaría nunca
los caracteres de las plantas que observaría a diario y sabría formar un juicio crítico de
los procedimientos propuestos para la desecación y conservación de las especies
vegetales después de las numerosas experiencias verificadas en el transcurso del año.
Estos trabajos proporcionarían al alumno mayor solidez en sus conocimientos. Además
las semillas recolectadas servirían para enriquecer la colección de la Facultad de
Farmacia y dotar al jardín botánico de numerosas especies vegetales.

El resto de lecciones estarían dedicadas al estudio descriptivo de las familias


comenzando por las correspondientes al tipo Thallophitas para terminar en las
fanerógamas más superiores las Compuestas.

249
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

El método practico y el doble objeto de la asignatura obligaba a repartir los días hábiles
de la semana en lecciones de Fitografía con herborizaciones y ejercicios de
determinación de plantas.

Las lecciones comprenderían los siguientes temas entre otros:

«Lección 1ª: Botánica o Fitología. Objeto de esta ciencia - Sus ramas – Botánica
fisiológica dividida en Morfología, Anatomía, Teratología, Fisiología, Organogenia y
Nosología – Botánica sistemática que se divide en Glosología, Taxinomía o Taxonomía
y Fitografía – Botánica topográfica que comprende la Geografía botánica y la
Botánica fósil – Botánica aplicada y su división – Concepto importancia y verdaderos
límites de la asignatura de Botánica descriptiva y determinación de plantas
medicinales.

Lección 2ª: Número de plantas conocidas. Consideraciones acerca de la vegetación de


la Península Ibérica, Islas de Cuba y Puerto Rico – Elementos que se necesitan al
llevar a cabo la determinación de plantas – Conocimiento de las clasificaciones y de
las obras descriptivas – Utilidad de las colecciones de plantas. Empleo de instrumentos
y utensilios – Aplicación del microscopio compuesto.

Lección 3ª: Clasificaciones empíricas – Clasificaciones racionales y su división –


Consideraciones acerca de las clasificaciones usuales o prácticas – Clasificaciones
artificiales. Ligera reseña histórica – Sistema sexual de Linneo. Fundamentos
enumeración y caracteres de sus clases y órdenes. Crítica de esta clasificación.
Modificaciones propuestas por el español Cavanilles (1803) y el portugués Brotero
(1804).

Lección 4ª: Clasificaciones naturales – Importancia de los trabajos de Lobelio (1540) y


de sus precedentes hasta A. L. de Jussieu. Gerarquía de los caracteres. Definición
subordinación y enlace de los diversos grupos o asociaciones de plantas establecidos
por los botánicos – Exposición y crítica del método desarrollado por el mismo De

250
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Jussieu en su Genera plantarum (1789). Reforma de esta clasificación llevada a cabo


por A. P. de Candolle.

Lección 5ª: Idea general de las clasificaciones naturales de Reichembach (1830-32),


Endlicher (1836-40), Prongniart (1843), Linley (1845), Bentham y Hooker (1862-80),
Sachs (1868), Planellas (1884) y Hockel (1886) = Árbol genealógico de los vegetales –
Su indicación por Sachs – Esquema adoptado por Planellas = Importancia de los
trabajos de Vesque sobre el empleo de los caracteres anatómicos en la clasificación de
los vegetales.

Lección 6ª: Clasificación de Van Fieghen adoptada en el presente programa.


Existencia de cuatro tipos – Thallophitas dividido en dos clases = Hongos con las
órdenes Myxomicetos – Oomicetos – Ustilagineos – Uredineos – Basydiomycetos y
Ascomycetos = Algas con los órdenes Ceyanophyceas – Chlorophyceas, Pheophiceas y
Florideas – Muscineas dividido en os clases = Hepáticas con las órdenes
fungermamineas y marchantineas = Musgos con las órdenes Sphagnineas y Bryineas –
Criptógamas vasculares dividido en tres clases = Filicineas con las órdenes Helechos –
Marattineas e Hydrpteridias = Equisetineas con los órdenes Equisetineas isisporeas,
Equisetineas heterosporeas (...).»290

En estas líneas hemos advertido un programa de estudio muy completo para el alumno,
ya que contaba con numerosas lecciones y en el que la práctica era indispensable. Ahora
bien desconocemos hasta qué punto se pudo llevar a cabo, dado que el estado del jardín
botánico no era el más adecuado y los laboratorios de la facultad bastante limitados.

Ángel Bosque y Reyes fue catedrático durante los cursos de 1891 a 1892 y de 1893 a
1894 según consta en las Memorias–Anuario de la Real Universidad de La habana
quedando luego esta cátedra vacante, quizás a causa de la agitada situación política que
se vivía en la isla.

290
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 170, Exp.3. «Provisión de cátedra de Botánica de Universidad de La
Habana».

251
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Como hemos observado a lo largo de nuestra descripción, el jardín botánico [Ilu. 40]
jugó un importante papel en el aprendizaje y enseñanza de la Botánica en la isla, a
semejanza de los establecidos en otras colonias y en la metrópoli, contribuyó al estudió
de la botánica agrícola, de tanta importancia para una industria y una economía basadas
en la producción en su gran parte azucarera, además de sirvió de ornato para disfrute de
los habitantes la capital, pero lo más importante para nuestro trabajo es que fue un
centro muy vinculado a los estudios de Farmacia desde la reglamentación y ordenación
de los estudios farmacéuticos en Cuba, donde el estudio del mundo vegetal ha tenido
siempre un peso considerable, ya que las plantas han sido una fuente inagotable de
remedios para sanar muchas dolencias, y de ahí la importancia de su aclimatación y
estudio, no solo de las que se utilizaban en otros países, sino de las endémicas de Cuba
para así poder formar profesionales farmacéuticos propios que supieran conocer y
aprovechar la riqueza vegetal de la isla.

252
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 42. Jardín Botánico de La Habana. 1885.291

291
La Ilustración Cubana. Revista decenal. Nº 15. Mayo 1885, p. 120. Disponible en URL:
http://merrick.library.miami.edu/cdm4/document.php?CISOROOT=/chc9998&CISOPTR=595&CISOSH
OW=594&REC=1

253
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.6. CAPÍTULO SEXTO: UNA COMPARATIVA


ENTRE LA FARMACIA CUBANA Y ESPAÑOLA
DEL S. XIX.

254
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A lo largo de esta memoria hemos referido lo que fuera la farmacia cubana durante el
s.XIX, época en la que despegó notablemente. Ahora nos disponemos a analizar la
influencia de la metrópoli en una de sus últimas colonias como fue Cuba, buscando
similitudes y diferencias entre la evolución de la farmacia española a lo largo del s. XIX
y la transposición de estos adelantos a la isla de Cuba, más concretamente a La Habana
centro político, económico y cultural de la isla.

No nos cabe duda que el modelo de farmacia va a ser el mismo, de hecho a lo largo de
este estudio queda reflejado como los mismos organismos reguladores de la farmacia de
la metrópoli van llegando a la colonia, aunque con cierto retraso, quizás por la situación
política que se está viviendo en España292 o bien por el abandono y la falta de atención
por parte de los gobiernos españoles a la que estaría destinada a ser una de las últimas
posesiones en ultramar poniendo fin al gran imperio español. También llegan las
mismas disposiciones en cuanto a instrucción pública y planes de estudio pero
adaptados a las circunstancias de la isla, ya que durante el último tercio del s.XIX se
continuarán numerosas luchas por la independencia, que condicionarán en gran medida
el ambiente científico y cultural en Cuba, ya que muchos científicos, profesores se
marcharán al exilio o bien otros comprometidos con la lucha por la independencia se
alistarán y participarán en la misma, viéndose afectada la universidad, y concretamente
la facultad de farmacia, que es lo que nos ocupa, con un menor número de profesores y
alumnos.

292
El siglo XIX en España viene marcado por un continuo cambio, comenzando por una guerra de
independencia de la invasión francesa que dejará al país devastado, una vuelta a la monarquía absoluta
tras el regreso de Fernando VII, el trienio liberal tras la sublevación de Riego y vuelta a la constitución de
1812, la restauración del absolutismo durante la década ominosa, la regencia de María Cristina, las
guerras carlistas, el tortuoso reinado de Isabel II hasta la revolución de 1868, el reinado de Amadeo de
Saboya y el establecimiento de la Primera República, para culminar con la Restauración borbónica en
1874 tras el pronunciamiento del general Martínez Campos. En VALDEÓN, J., PÉREZ, J., JULIÁ, S.,
Historia de España, Ed. Austral, Madrid, 2009, pp. 369-450.

255
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Pretendemos con este capítulo complementar el estudio hasta este punto acercándonos a
la realidad de la Farmacia en la isla, mirando ahora hacia España e intentando advertir
su desarrollo comparándolo con la evolución de la misma en la metrópoli.

2.6.1. LA FARMACIA EN ESPAÑA EN EL S. XIX.

Es de sobra conocido que en España la institución encargada de planificar, regular e


inspeccionar las profesiones sanitarias, entre ellas la farmacia, hasta el s. XIX fue el
Real Tribunal del Protomedicato creado por los Reyes Católicos en 1477.

La Farmacia en España comienza a considerarse una profesión liberal cuando en 1650


Felipe IV la considera un arte científico igual a la medicina, hasta entonces constituía un
gremio más cuyo aprendizaje era al lado de un boticario ya establecido. En 1778 se
produce otro salto cuando Carlos III dispone en el tribunal del Protomedicato audiencias
separadas para la Medicina, Cirugía y Farmacia dirigiéndose y gobernándose por sí
misma cada una de estas facultades. Pero han de pasar algunos años hasta que en 1799
Carlos IV suprimiera la autoridad jurídica que gozaban las tres facultades de Cirugía,
Medicina y Farmacia, creándose la Junta General de Gobierno de las facultades de
Medicina y Cirugía, extinguiéndose así el Protomedicato y mandando celebrar una
Concordia entre la Junta y los Boticarios de Cámara nombrados por su Majestad. Tras la
aprobación de la Concordia [Ilu. 41] se dictan las primeras Ordenanzas de Farmacia por
Real resolución de 8 de Marzo de 1800.293

293
FOLCH JOU, G. y col., Historia General de la Farmacia. El medicamento a través del tiempo, Vol. 2,
Ed. Sol S.A., 1986, p.665. LÓPEZ DÍAZ, M.T., MARTÍNEZ GARCÍA, C., Las enseñanzas de Farmacia
en la Sevilla del s. XIX, área de cultura del excelentísimo ayuntamiento de Sevilla, 1999, pp. 19-23.

256
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 43. “Concordia y Reales ordenanzas para el régimen y gobierno de la


Facultad de Farmacia, formadas con conocimiento de la Real Junta general de
Gobierno de la Facultad reunida.”294

En dichas Ordenanzas quedó establecida la Junta Superior Gubernativa de la Facultad


de Farmacia disponiendo que la Farmacia se gobernara de forma independiente a la
Facultad reunida:

294
Concordia y Reales ordenanzas para el régimen y gobierno de la Facultad de Farmacia, formadas
con conocimiento de la Real Junta general de Gobierno de la Facultad reunida, Imprenta de la viuda de
Ibarra, Madrid, 1800.

257
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«La Farmacia se gobernará independiente y separada de la Facultad reunida, según


los estatutos que formen los Xefes de ella con conocimiento de la Real Junta general de
Gobierno de la Facultad reunida, para que no haya contradicción alguna al régimen y
prerrogativas de ésta.»295

Entre sus funciones estaría la vigilancia de que la dispensación de medicamentos


simples y compuestos recayera solo en los farmacéuticos, que especieros y drogueros
vendiesen al por mayor los simples, y sería la encargada de conceder los títulos de
Licenciado, nombrar inspectores farmacéuticos y regular las inspecciones o visitas a las
boticas decidiendo sobre la impresión de obras farmacéuticas, entre otros cometidos.

En cuanto a las enseñanzas de Farmacia, se establecía que era necesario para poder
ejercer la profesión limpieza de sangre, fe de bautismo, tener el bachillerato en Artes y
haber estudiado dos años en cualquiera de los Reales Colegios de la Facultad reunida,
con lo que se obtenía el título de Bachiller en Química. Tras lograr el título de Bachiller
el aspirante podía optar al de Licenciado en Farmacia realizando dos años de práctica
con Boticario aprobado que tuviese botica abierta y presentándose a examen. Además se
podía obtener el grado de Doctor en Química tras recitar de memoria y en latín un tema
farmacéutico.

Las Ordenanzas disponían que los exámenes para los que no quisiesen ir a Madrid
tendrían lugar en los colegios de la Facultad reunida por los catedráticos de Farmacia y
Botánica, siempre que éstos fuesen farmacéuticos, sino la Junta nombraría
farmacéuticos al respecto, y un farmacéutico más propuesto por la Junta. En Madrid
tendrían lugar en la Real Botica siendo examinados por el catedrático de Farmacia del
Colegio San Carlos de la Facultad reunida Don Juan Sánchez y Sánchez y por los dos

295
Concordia y Reales ordenanzas para el régimen y gobierno..., Ob. cit., 1800, p.2. También podemos
encontrar estas disposiciones en el apéndice del libro de Quintin CHIARLONE, MALLAINA C., Ensayo
sobre la Historia de la Farmacia, Imprenta de Santiago Saunaque, Madrid, 1847. Este libro es
considerado como la primera obra escrita en España sobre Historia de la Farmacia.

258
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

farmacéuticos examinadores del Protofarmaceuticato ya extinguido, Don Casimiro


Gómez Ortega y Don Pedro Gutiérrez Bueno.

En el año 1801 por Real cédula dada por Carlos IV a 28 de septiembre se dispuso la
creación de Colegios de Farmacia bajo la dirección y sostenimiento de la propia Junta,
encargándose éstos de las enseñanzas y de otorgar los títulos de Bachiller y Doctor en
Química y de Licenciado en Farmacia.296

Por Real Cédula de S.M., en 1804 se aprobaron las nuevas Ordenanzas de Farmacia que
introducirían modificaciones a las de 1800, concretamente en lo referente a los estudios
y títulos. Se establecieron los títulos de Bachiller y Doctor en Farmacia junto al de
licenciado en virtud de la Real cédula de 1801 y para consolidar el establecimiento de
los Colegios de Farmacia como centros de enseñanza, se dedica el capítulo tercero de
las mencionadas nuevas ordenanzas, titulado “De los Reales Colegios de Farmacia, de
los Catedráticos, y enseñanza que ha de haber en ellos, y de las circunstancias de los
alumnos para matricularse, y estudios que deberán hacer”. Así se mandó establecer un
Colegio de Farmacia en Madrid que sirviese de modelo o referencia a los que después
se abriesen en otros puntos de la península:

«Para que tengan pronto las benéficas intenciones de S.M. en esta parte es su Real
voluntad que desde luego se erija un Real Colegio de Farmacia en Madrid; el qual
servirá de norma para los demás que sucesivamente se fueren estableciendo según
conviniere en otros Pueblos del Reyno que el Rey tuviese a bien señalar, para que se
difundan en todos los de sus Dominios los verdaderos conocimientos de esta Facultad,
después que por la inmediata inspección y observación del de Madrid, de que

296
FOLCH JOU, G. y col., Historia General de la Farmacia..., Ob. Cit., 1986, p.667. LÓPEZ DÍAZ,
M.T., MARTÍNEZ GARCÍA, C., Las enseñanzas de Farmacia..., Ob. Cit., 1999, p. 24. Novísima
recopilación de las leyes de España, dividida en XII libros mandada formar por el Señor Don Carlos IV
Tomo IV, Libros VIII y IX, Madrid, 1805, p. 110-111.

259
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

privativamente cuidará la Junta, se haya puesto la enseñanza baxo el sistema posible


de perfección.»297

En el capítulo cuarto se trataba sobre cómo se obtendrían los títulos de Bachiller,


Licenciado y Doctor en Farmacia, estableciéndose tres cursos teóricos y examen para la
obtención del título de Bachiller, completándose éste con dos años de prácticas se
podría optar al de licenciado aprobando el examen teórico y práctico y se llegaría al
grado de Doctor mediante exposición de memoria de un tema farmacéutico y respuesta
a dos preguntas formuladas por los doctores asistentes.

En otros capítulos se tratarían las inspecciones o visitas a boticas, las instrucciones que
habrían de seguir los visitadores, todo lo referente a la ordenación de las boticas de los
Reales ejércitos y armadas, y todo lo relativo al ejercicio profesional en cuanto a sus
competencias y las de los especieros y drogueros.

Estas ordenanzas de 1804 estuvieron presentes hasta 1811, año en que las Cortes de
Cádiz restablecían de nuevo el Protomedicato con sus tres audiencias. En 1814, tras el
regreso de Fernando VII y el retorno al absolutismo, se restableció de nuevo la Junta
Superior Gubernativa de Farmacia.

En 1815 se crearían tres nuevos Colegios de Farmacia, además del Real Colegio de
Farmacia de San Fernando establecido en Madrid: Colegio de San Victoriano en
Barcelona, San Carlos en Santiago y San Antonio en Sevilla.298

297
Real cédula de S.M. y señores del consejo por la que se aprueban y mandan observar las nuevas
ordenanzas formadas para el régimen y gobierno de la Facultad de Farmacia, Imprenta Real, Madrid,
1804, p. 8.
298
LOPEZ DÍAZ, M. T., Patrimonio científico de la Universidad de Sevilla, Universidad de Sevilla,
2005, p. 49. ESTEVA DE SAGRERA, J.: Historia de la Farmacia..., Ob. Cit., 2005, p.361.

260
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Cinco años después y a consecuencia del pronunciamiento de Riego y comienzo del


“trienio constitucional” se restablece el Tribunal del Protomedicato. Las Cortes en 1821
decretan el Reglamento general de instrucción pública, desaparecen los Colegios y se
reúnen los estudios de Farmacia con los de la Facultad reunida, creándose la Escuela
Especial de la Ciencia de Curar. Restablecida de nuevo la autoridad de Fernando VII en
1824299 se anulan todas las disposiciones del período constitucional restituyéndose la
Junta Superior Gubernativa de Farmacia y recobrando su actividad solo los Colegios de
Farmacia de Madrid y Barcelona, desapareciendo los de Sevilla y Santiago.

Por Real decreto de 25 de Abril de 1839 son suprimidas las dos Juntas Superiores de
Medicina y Cirugía y de Farmacia, e incorporadas sus atribuciones docentes a la
Dirección General de Estudios.300 Así consta en su artículo primero:

«Quedan suprimidas las Juntas superiores de Medicina y Cirugía y la de Farmacia,


pasando el cuidado de estas Facultades, y cuanto tiene relación con ella, a cargo de la
Dirección general de Estudios.»301

En 1843, por decreto de 10 de octubre, se suprimieron los Colegios de medicina y


cirugía y se crearon dos grandes Facultades de Medicina, Cirugía y Farmacia en Madrid
y Barcelona.

299
En esta época se establece el Plan Calomarde, para “contener los estragos que hacen todavía las
máximas revolucionarias” consiguiendo depurar la enseñanza de doctrinas anárquicas e irreligiosas. El
plan se desarrolla en la «Real Cédula de S. M. y Señores del Consejo por la cual se manda observar en
todas las universidades y demás establecimientos literarios del Reino el nuevo plan general de estudios
inserto en ella», Imprenta Real, 1825.
300
PESET REIG, M., PESET REIG, J.L., La universidad española ( siglos XVIII y XIX), despotismo
ilustrado y revolución liberal, Ed. Taurus, 1974, p. 418.
301
Colección de órdenes generales y especiales relativa a los diferentes ramos de la instrucción pública
secundaria y superior desde 1º de Enero de 1834 hasta fin de Junio de 1847, Tomo I, Imprenta Nacional,
Madrid, 1847, p. 51.

261
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Dos años más tarde se aprueba por Real decreto de 17 de Septiembre el Plan general de
estudios de las enseñanzas secundaria y superior, conocido como plan Pidal, por ser
ministro de Fomento Pedro José Pidal en aquel momento. Este plan establece una
uniformidad y centralización de la enseñanza universitaria y será retocado en varias
ocasiones hasta desembocar en la ley de Moyano de 1857.

Durante la vigencia del mencionado plan de estudios, se separaron definitivamente los


estudios de Farmacia de los de Medicina estableciéndose las Facultades de Farmacia de
Madrid y Barcelona y se reformaron los estudios de Farmacia al entrar en la
universidad, comprendiendo ahora una duración de cinco años. En 1850 se creó la
facultad de Farmacia de Granada y en 1857 la de Santiago.

En noviembre de 1855 se promulgaba la Ley General de Sanidad, en la que en su


capítulo XIV dejaba claro que la dispensación de los medicamentos tanto simples como
compuestos solo la realizarían los farmacéuticos en sus boticas, exigiendo receta médica
para todos aquellos que la necesitasen, las cuales no podrían tener abreviaturas,
tachaduras o enmiendas. Se prohibía la venta de medicamentos secretos. El capítulo
XV, entre otros, también hacía alusión al farmacéutico, siendo éste el encargado de la
inspección aduanera de géneros medicinales.302

Como ya comentamos, en el año de 1857 se promulgó la Ley General de Instrucción


Pública siendo ministro de Fomento Claudio Moyano Samaniego, que en palabras de
Puerto Sarmiento “pretendió estabilizar el continuo tejer y destejer de los planes de
estudio y profundizar en el espíritu centralizador y dirigista del plan Pidal”303. La Ley
Moyano se puso en práctica en el curso 1857-58. De esta reforma destacar que
estableció el título de farmacéutico habilitado para quienes no quisieran realizar las

302
FOLCH JOU, G. y col., Historia General de la Farmacia..., Ob. Cit., 1986, p. 668.
303
PUERTO SARMIENTO, F. J., El Mito de Panacea. Compendio de Historia de la Terapéutica y de la
Farmacia, Ed. Doce Calles, Madrid, 1997, p. 600-601. También en LÓPEZ PIÑERO, J.M., La ciencia
en la España del S.XIX, Ed. Marcial Pons, Madrid, 1992, p. 174-175.

262
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

prácticas establecidas por el plan de estudios, el cual posibilitaba para ejercer solo en los
pueblos (duraría una año), y el de Licenciado en Farmacia, que posibilitaba ejercer en
todo el país.

El 18 de abril de 1860, la reina Isabel II firmaba las nuevas Ordenanzas para el


ejercicio de la profesión de Farmacia, comercio de drogas y venta de plantas
medicinales304. Su capítulo primero se dedicaba a la clasificación de los géneros
medicinales y de quien había de ocuparse de su venta:

«Artículo 1º. Para los efectos de estas ordenanzas se dividen los géneros medicinales en

1º Medicamentos, que son las sustancias simples o compuestas, preparadas ya y


dispuestas para su uso medicinal inmediato.

2º Drogas, objetos naturales y productos químicos empleados como primeras materias


en la preparación de los medicamentos.

3º Plantas medicinales indígenas.

Art. 2º La elaboración y venta de medicamentos corresponden exclusivamente a los


farmacéuticos aprobados y con título legal para el ejercicio de su profesión (…).»305

Continuaba ocupándose del ejercicio de la Farmacia, que se realizaría en una botica y de


todo lo concerniente a su apertura, obligaciones del farmacéutico, medicamentos a
dispensar, al igual que en otros capítulos se trataban temas como las inspecciones de
boticas, atribuciones de los drogueros y herbolarios, normas para la actuación del
farmacéutico en las Aduanas, formación, redacción y venta del Petitorio, Farmacopea y

304
En la Revista Farmacéutica española, periódico de intereses generales para la clase farmacéutica
(1861), se hizo una revisión crítica de estas ordenanzas en varios de sus números. Muchos aspectos que
se citan en las mismas continúan vigente en nuestros días.
305
CHIARLONE, Q., MALLAINA, C., Historia de la..., Ob. cit., 1865, p. 902.

263
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Tarifas oficiales (que se otorga a la Academia de Medicina)306, terminando con tres


catálogos: el primero dedicado a los objetos naturales, drogas y productos químicos que,
por ser exclusivamente medicinales solo podían venderlos drogueros al por mayor y sin
preparación alguna; el segundo dedicado a sustancias consideradas venenosas; y el
tercero a las plantas medicinales no venenosas cuya venta era libre. Posteriormente se
dictarían nuevas disposiciones, que ratificarían o aclararían aspectos de estas
ordenanzas sin introducir modificaciones sustanciales. Como ya vimos en el capítulo
tercero estas Ordenanzas se trasladarían a Cuba en el año 1883 adaptándolas a las
características de la Isla.

En 1866 se modificó de nuevo el plan de estudios por Real Decreto de 16 de


Noviembre de Manuel Orovio suprimiéndose el año preparatorio en la facultad de
Ciencias y quedando ahora configurada la carrera de Farmacia en cuatro años. Este es
un plan que consideraba a la Universidad como un centro expendedor de títulos donde
primaba garantizar un mínimo de conocimientos para poder realizar el ejercicio
profesional. El profesor Puerto Sarmiento lo considera el plan más desafortunado de la

306
El Capítulo tercero se dedicaba a regular sobre estos tres libros que debían poseer todas las oficinas de
Farmacia y de los que anteriormente se había ocupado el Colegio de Boticarios, sí que su redacción
estaría realizada según el artículo 34 por una comisión de cuatro médicos académicos de número y cuatro
farmacéuticos, dos catedráticos de la facultad de Madrid y los otros dos farmacéuticos con botica abierta
en la misma capital. En cuanto a los libros, quedan definidos así:

«Con el nombre del Petitorio, un catálogo de las sustancias simples y medicamentos oficinales de
utilidad más conocida y mejor esperimentada en la práctica médica, así como de los instrumentos, vasos
y aparatos más indispensables para su preparación, que deberá poseer como minimun toda botica con
despacho abierto al público, igualmente que las boticas de los hospitales.»

«Con el título de Farmacopea española se publicará también un libro oficial, en el que no solamente se
consignen las reglas y preceptos que deben observarse en la preparación de los medicamentos oficinales,
sino los demás principios e indicaciones propias de tales códigos, para que sirva de norma y pauta
obligatoria en la elaboración de los preparados galénicos o de composición no definida, y de guía en la
de los químicos o de composición definida.»

«Se publicará por último una tarifa oficial que fije el maximun de los precios a que puedan espenderse
las sustancias y los medicamentos comprendidos en el petitorio, y establezca bases generales para la
tasación de los no comprendidos en dicho catálogo, tomando en cuenta todos los casos y
circunstancias.»

En CHIARLONE, Q., MALLAINA, C., Historia de la…, Ob. Cit., 1865, pp. 906-907.

264
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

historia de la enseñanza farmacéutica buscando un aspecto legitimador de un futuro


ejercicio profesional y no un correcto aprendizaje científico de los profesionales.307

Con la llegada de La Gloriosa en 1868 se volvió a proclamar la libertad de enseñanza y


de cátedra, se restablece la Ley Moyano sobre las facultades universitarias y en cuanto a
los estudios de Farmacia el plan de 1858. Durante este período florecieron las llamadas
Escuelas Libres de Farmacia gracias a los derechos concedidos a Ayuntamientos,
Diputaciones y particulares para poder fundar este tipo de establecimientos bajo sus
propios fondos. Así aparecieron cinco Facultades Libres de Farmacia: dos en Sevilla,
una sostenida por la Diputación (1870-1875) y otra por el Ayuntamiento (1873-
1874)308, una en Gerona, una en Valencia y otra en Cádiz. Por Real decreto de 29 de
Julio de 1874 se impuso que estos centros hubieran de someterse a las mismas
disposiciones que los centros estatales, siendo el Gobierno el que tomara el mando en
cuanto a lo económico, administrativo y de los estudios. Esto hizo que no pudiendo
afrontar esto dichas Facultades Libres, éstas terminasen por desaparecer en el año
académico de 1874-1875.

Con la llegada de la Restauración borbónica, se irían sucediendo distintos planes de


estudio. En cuanto a la Farmacia habría que esperar hasta el año 1886, que gracias al
plan de Montero Ríos los estudios de Farmacia experimentarán una gran modernización
intentando dar un sentido práctico y de investigación a las asignaturas, aunque motivos
presupuestarios limitaron esta reforma. Este plan se mantendría hasta entrado el S. XX
con pequeñas modificaciones. A mayor abundamiento destacar que por Real decreto de
12 de abril de 1896 serían aprobados los Estatutos para el régimen de los Colegios
Farmacéuticos declarándose la obligatoria colegiación para el ejercicio de la profesión y
que debido a la polémica suscitada quedó sin efecto, regulándose esto entrado ya el
S.XX.

307
PUERTO SARMIENTO, F. J., El Mito de Panacea..., Ob. Cit., 1997, p. 600-601. También en LÓPEZ
PIÑERO, J. M., La ciencia en la España..., Ob. Cit., 1992, p. 174-175.
308
Sobre las Facultades Libres de Farmacia de Sevilla se realiza un estudio minucioso en el libro de
LÓPEZ DÍAZ, M.T., MARTÍNEZ GARCÍA, C., Las enseñanzas de Farmacia…, Ob. Cit., 1999.

265
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

2.6.2. LAS INSTITUCIONES FARMACÉUTICAS ESPAÑOLAS EN CUBA EN


EL S.XIX.

2.6.2.1. EL REAL TRIBUNAL DEL PROTOMEDICATO.

A Cuba llegaron, aunque de forma tardía, las instituciones establecidas en la metrópoli,


las cuales debían de extenderse a todos los territorios ultramarinos. A nivel sanitario, la
primera que se establece es el Real Tribunal del Protomedicato que, como comentamos,
en España se establece en 1477 al amparo de los Reyes Católicos.

Aunque nuestro trabajo se centra en el S. XIX, al hablar de esta institución en España


como en Cuba, no debemos dejar a un lado hacer un pequeño desarrollo de la misma y
su funcionamiento a ambos lados del Atlántico, para ir entresacando algunas
diferencias, aunque centrándonos en el tribunal cubano. Para ello, utilizaremos de hilo
conductor el trabajo de Gardeta Sabater sobre el modelo del Real Tribunal del
Protomedicato en la América Española.

El Real Tribunal del Protomedicato Americano quedó instituido en el año 1570 cuando
se otorgó el título de Protomédico General de todas las Indias al doctor Francisco
Fernández, quién efectuó su tarea en Nueva España (actual Méjico).309

En general, la metrópoli estableció en sus colonias las mismas instituciones presentes en


la península. En este caso es manifiesto el interés de la Corona por la regulación
sanitaria en ultramar para dotar sus territorios de médicos debidamente preparados.
Pero, resulta obvio pensar que debido a la gran distancia que separaba España y
América la comunicación entre ambas fuese lenta, lo que provocaba un cierto desfase en
todos los asuntos respecto de la península y que las instituciones llegasen de forma más
tardía.

309
PUERTO SARMIENTO, F. J., El Mito de Panacea..., Ob. Cit., 1997, p. 262.

266
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Otro aspecto a considerar es el hecho de que el Protomedicato Americano poco a poco


se iría distanciando del Castellano, dadas las particularidades y necesidades de las
colonias, así como las modificaciones que se van realizando en el mismo a través de las
Leyes de Indias, lo que le daría una configuración particular y una entidad propia.

Siguiendo estas Leyes de Indias en la parte referente al Protomedicato podemos


establecer cinco diferencias sustanciales respecto del funcionamiento del tribunal
español.

En primer lugar destacaremos que existieron dos clases de Protomédicos, los generales
y los no generales, cuyas obligaciones eran en algunos aspectos distintas a los de la
península. Así donde llegasen tenían que informar de todos los Médicos, Cirujanos,
Herbolarios, españoles, e indios, y otras personas que pudiesen saber o conocer de
medicina y tomar relación de todas las hierbas, árboles, plantas y semillas medicinales
que hubiera en la Provincia donde se encontrasen. Al igual que la experiencia que se
tenía en el uso de estas medicinas, como se cultivaban y en qué lugares crecían. Debían
enviar a España todas las medicinas, hierbas y semillas que encontrasen en estas nuevas
tierras y que allí no hubiese.310

En segundo lugar, y quizás la diferencia más notable, fue la Ley dada por Felipe IV en
Zaragoza el nueve de Junio de 1646, en la que mandaba fusionar en la misma persona el
cargo de Protomédico y Catedrático de Prima de las facultades de Medicina de las
Universidades de Méjico y Lima, algo que nunca existió en la península. Así consta:

310
Recopilación de las Leyes de los Reynos de las Indias mandadas imprimir, y publicar por la magestad
católica del Rey Don Carlos II. Nuestro Señor, Por Julián de Paredes, Madrid, 1681. Libro Quinto, Título
Seis. De los Protomédicos, Médicos, Cirujanos, y Boticarios. Disponible en el Archivo digital de la
legislación en el Perú: http://www.congreso.gob.pe/ntley/LeyIndiaP.htm.

267
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«Es nuestra merced, y voluntad, que el Protomedicato de la Nueva España esté unido, y
anexo a la Cátedra de Prima de Medicina de la Universidad de Mexico, y que su
jurisdicción se extienda a la Puebla de los Angeles, y Puerto de la Veracruz, con todo
lo demás, que se comprehende en el nombre de Nueva España: y el Protomedicato de
Perú, Panamá, Portobelo, y lo que se comprehende en el nombre de Provincias del
Perú, este de la misma forma unido a la Cátedra de Prima de Medicina de la
Universidad de Lima. Y mandamos, que los Catedráticos de Prima por el tiempo que
regentaren estas Cátedras, sean Protomédicos, y presidan a las juntas, y concurrencias,
y hagan todo lo demás, que pertenece al exercicio de Protomédicos (...)»311

Esto nos indica la centralización de todos los aspectos médicos y sanitarios en la figura
del Protomédico, también debido a la escasez de facultativos existentes en tierras
americanas en los primeros siglos de colonización. En Cuba, ya vimos que hasta la
llegada del primer protomédico a La Habana, predominaba, al igual que pasó en otras
regiones, la presencia de gente que curaba sin ninguna preparación.

En tercer lugar, mencionar la presencia desde mediados del siglo dieciocho de


subdelegaciones del tribunal castellano en distintos puntos de la península. En América
se establecieron tribunales subdelegados pero sujetos a la jurisdicción de los Generales.
Se extendieron partiendo de los tribunales generales radicados en el virreinato de Perú y
en Nueva España. Estableciéndose posteriormente estos tribunales subdelegados como
independientes en las capitales de los virreinatos, capitanías generales o reinos con
autonomía.

En cuarto lugar, otra de las diferencias entre ambos tribunales fue su jurisdicción. En
España quedaba claro que la jurisdicción del Protomedicato español abarcaba cinco
leguas en torno a la Corte, luego se amplió a todo el reino quedando fuera algunas
regiones con fueros propios. Las Leyes de Indias recogían lo siguiente:
311
Ibidem.

268
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«Es nuestra voluntad, que sean obligados a residir en una de las Ciudades en que
hubiere Audiencia, y Chancilleria, qual escogieren los dichos Protomédicos, y han de
ejercer el oficio en aquella Ciudad, con cinco leguas alrededor, y no fuera de ellas, y
no han de visitar, ni usar de jurisdicción, ni hacer llamamiento fuera de las cinco
leguas, aunque podrán examinar, y dar licencia a las personas de las dichas
Provincias, que de su voluntad vinieran para este efecto al Lugar donde residieren de
asiento, no embargante, que sean de fuera de las cinco leguas (...)»312

Aunque aparentemente hay una similitud con lo establecido en la metrópoli, la realidad


fue, según las investigaciones de Gardeta Sabater, que la jurisdicción de los
protomédicos fue especificada en cada título, abarcando en algunos casos las cinco
leguas y extendiéndose a toda la provincia o el reino en otros.313

Por último, y en quinto lugar, resaltar otra gran diferencia que separa definitivamente al
tribunal Americano, que fue el hecho que en 1780 en América no se implantasen las tres
audiencias (Medicina, Cirugía y Farmacia) en las que quedaba dividido en tribunal del
Protomedicato en España y a partir de ese momento no sufriera las reformas realizadas
en la metrópoli. Esto se atribuye entre otras cosas a la escasez de profesionales. En 1798
el tribunal americano deja de tener carácter de órgano supremo, ya que se contempló la
posibilidad de recurrir las sentencias ante otros tribunales de carácter superior.314

El Tribunal del Protomedicato de La Habana es un caso particular de este modelo de


tribunal establecido en América. Como ya comentamos en capítulos anteriores, hasta el

312
Ibidem.
313
GARDETA SABATER, P., “El Nuevo modelo de Real Tribunal del Protomedicato en la América
española: Transformaciones sufridas ante las Leyes de Indias y el cuerpo legislativo posterior”,
DYNAMIS, Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Ilus., 16, 1996, pp. 237-259. Disponible en URL:
http://ddd.uab.cat/pub/dynamis/02119536v16p237.pdf
314
Ibidem.

269
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

establecimiento de tribunal propio La Habana dependía del Protomedicato de Nueva


España, pero a veces las autorizaciones para ejercer la medicina eran emitidas por los
cabildos o ayuntamientos. Fue Felipe IV quien en 1634 establece Protomédico en La
Habana en la figura de Muñoz de Rojas, pero tras su muerte en 1637, desaparece.
Habría que esperar a la llegada de Francisco Teneza (1695) para que quedase
establecido el Protomedicato habanero definitivamente en 1711.

En la figura de Teneza encontramos una particularidad clave de este tribunal y de las


necesidades de profesionales en la isla. A pesar de la importancia en el desarrollo que
tuvo la fundación de la Real y Pontificia Universidad de La Habana en 1728.

Teneza no era médico, y sin embargo debido a las necesidades de establecer un tribunal
en la isla, y dado que el puesto había quedado vacante desde que falleciese Muñoz de
Rojas, supo hacer valer sus méritos y sus labores asistenciales en su travesía de Cádiz a
La Habana, e incluso su título de familiar del Santo Oficio (1699), que le valieron para
que el Ayuntamiento solicitara al Rey el nombramiento de Protomédico y se
estableciera el tribunal. Un tribunal cuyo Protomédico era una persona sin formación
académica en medicina.

Así, en palabras de Santovenia: El ayuntamiento de La Habana, que con tanto interés se


había ocupado en recomendar la creación del Real Tribunal del Protomedicato en la
capital de Cuba, tuvo, por la índole de sus atribuciones, el privilegio de registrar el
título expedido por Felipe V a favor de Francisco Teneza y satisfacer el trámite relativo
al formal establecimiento de la nueva oficina de gobierno y justicia en resguardo de la
salud humana.315

315
SANTOVENIA, E. S., El Protomedicato..., Ob. cit., 1952, pp. 31-32.

270
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Pero claro, en esa época no abundaban los facultativos médicos en una isla que hasta
finales de siglo XVIII y principios del XIX no conocerá gran progreso, de ahí que los
facultativos prefieran ejercer en países más ricos, y abundasen prácticos y curanderos.

El establecimiento del tribunal y la Universidad supusieron un paso importante, así


posteriormente a Teneza ocuparon cargos de Protomédicos distintos médicos cubanos,
algunos de ellos catedráticos de la Facultad de Medicina, doctores Ambrosio Medrano y
Herrera, José de Arango Barrios y Siscara, José Melquiades Aparicio y Cruz y Julian
Recio de Oquendo, entre otros.316

En cuanto a su jurisdicción, fue similar a sus homólogos ya existentes, pero se


presentaba un problema, su competencia fuera de la ciudad de La Habana y del
territorio de ella dependiente, así según nos refiere Santovenia en su libro sobre el
Protomedicato de La Habana en ciudades como Santiago de Cuba llegaban facultativos
de España cuya capacidad para ejercer venía dada por licencias o títulos que nada tenían
que ver con el Tribunal del Protomedicato de La Habana o por dictámenes de profesores
locales.317

Esto nos demuestra una vez más la diferencia de este tribunal respecto al tribunal
castellano, y cómo se adaptó a las circunstancias propias de la colonia.

Las atribuciones del Protomedicato de La Habana alcanzaban a los boticarios, pues el


tribunal sería el encargado de examinarlos, vigilar la venta de medicinas, además del
intrusismo profesional por parte de los médicos, entre otras misiones.

316
ROSELL PUIG, W., GÓMEZ MARTÍNEZ, M., PANEQUE RAMOS, E. R., “Real Tribunal del
Protomedicato de La Habana”, Educación Médica Superior ,20(2), 2006, p. 5. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/ems/vol20_2_06/ems09206.htm
317
SANTOVENIA, E. S., El Protomedicato..., Ob. cit., 1952, p. 36.

271
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Durante el primer tercio del S. XIX, la regulación de la sanidad y concretamente de la


Farmacia en Cuba, estuvo en manos del Protomedicato, hasta su clausura en 1833. En la
península, sin embargo a partir de 1800, la entidad reguladora de la profesión
farmacéutica sería la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, la
cual se establecería de forma similar en La Habana a partir de 1833, como ya pudimos
ver.

2.6.2.2. LA JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE FARMACIA.

La Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia, como es sabido, quedó


establecida en España en el año 1800 como se desprende de las Ordenanzas del citado
año, mientras que en Cuba se estableció en 1833 tras la desaparición de un
Protomedicato muy decadente e ineficaz.

Ésta es la segunda institución de carácter farmacéutico que se va a instalar en La


Habana, en línea con su homóloga española establecida treinta y tres años antes. Si bien,
en España durante algunos períodos y debido a los avatares políticos por los que pasa el
país fue interrumpida su función restableciéndose el Protomedicato, en Cuba gozaría de
continuidad hasta el año 1842.

La importancia de esta institución radica en que sería la encargada, tanto en España


como en Cuba, del establecimiento de unos estudios de Farmacia con un carácter
parauniversitario y regularía todas las competencias relativas a la profesión en
exclusiva.

En España, la Junta Superior Gubernativa de Farmacia, va a sentar las bases del modelo
liberal de ejercicio profesional. De esta forma, durante su presencia se implantó la
libertad de instalación de farmacias para todos los titulados de los Colegios de
Farmacia, se derogó la necesidad de tener veinticinco años para examinarse en 1822 y

272
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

en 1833 se dejó de exigir el certificado de limpieza de sangre. De esta forma, la


Farmacia se apartaba del modelo gremial. También este organismo mantuvo el ejercicio
profesional diseñado por las Ordenanzas de 1800 y 1804.318

Comparando lo establecido para la Junta Superior Gubernativa de Farmacia española en


las Ordenanzas de 1804 y el reglamento establecido para la misma en Cuba,
encontramos algunas diferencias. La metrópoli erige en sus colonias los mismos
organismos que en España, con la misma filosofía pero en consonancia con las
particularidades de estos territorios ultramarinos. De ahí, que en la cédula de erección
de la Real Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia de La Habana
quedase bien reflejado la independencia de ésta respecto a la existente en España. Ya en
su primer artículo encontramos diferencias en cuanto a su composición: la Junta
habanera estuvo formada por tres vocales y un secretario, mientras que la Junta española
se componía de siete vocales, siendo su presidente el Boticario Mayor y sus directivos
seis Boticarios de Cámara. El resto de artículos concernientes al Capítulo Primero
(sobre la Junta y sus atribuciones) es prácticamente igual en ambos documentos,
destacar que en La Habana la Junta establecería subdelegados, doctores en Farmacia en
los pueblos que se creyeran convenientes cuyas obligaciones estarían sujetas en todos
los ámbitos a lo que marcase el reglamento. Esto no sucedió en España.

En los aspectos relacionados con la secretaría de la Junta y atribuciones del secretario,


los caudales y su administración, las visitas a boticas e instrucciones a los visitadores,
las disposiciones son prácticamente idénticas. Resaltar que en el reglamento cubano se
hace mención a los sueldos y emolumentos de los vocales de la Junta y sus empleados
dedicando a esto un capítulo319, sin embargo ésto no es tratado en las Ordenanzas

318
PUERTO SARMIENTO, F.J., El Mito de Panacea..., Ob. Cit., 1997, p. 586.
319
Esto es tratado en el Título Segundo del Reglamento habanero, donde se deja claro que los
componentes de la Junta y los visitadores no cobrarían sueldo hasta que estuviesen cubiertas las
atribuciones que tenía la Junta, como era la de crear una cátedra de Farmacia, otra de Química y el Jardín
Botánico, entre otras. A la única persona que se pagaría sueldo en ese momento sería al secretario y de
acuerdo a su trabajo y gastos, al igual que al bedel que se designase. En los Anexos puede consultarse el
Reglamento completo.

273
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

españolas. Por lo demás, encontramos en el documento español un capítulo dedicado al


régimen que debía observarse en las boticas de los Reales ejércitos y Armadas, algo que
no aparece en el documento cubano.

Analizando el resto del contenido de ambas, la gran diferencia la encontramos en lo


tocante a las enseñanzas. En el documento español se hacía una reglamentación y
referencia a cómo iba a quedar definida la formación científica de los futuros
profesionales de manera muy exhaustiva y detallada, mientras que en el caso cubano
queda bien definida, pero comparándola no es tan minuciosa como en las Ordenanzas
españolas.

En las Ordenanzas españolas quedó definido que los estudios de Farmacia se realizarían
en Colegios creados para tal fin. En primer lugar se fundaría el Real Colegio de
Farmacia en Madrid, que serviría de ejemplo para sucesivos Colegios que se
establecerían en otros puntos de la península. Éstos estarían dirigidos por la Real Junta
Superior Gubernativa de Farmacia en los aspectos económicos y literarios y contarían
con dos catedráticos y otros dos sustitutos, para así garantizar la enseñanza diaria. Los
catedráticos se encargarían de la docencia, exámenes y de la dirección literaria y
económica del centro pero dependiendo de la Real Junta Superior Gubernativa de
Farmacia. Un catedrático se encargaría de la enseñanza de Historia Natural (Botánica,
Zoología y Mineralogía) y el otro de la enseñanza de Química y Farmacia, debiendo
ambos formar un curso elemental de cada asignatura que serviría de texto a los alumnos.
Las Ordenanzas describen qué se debía de enseñar en cada una de las cátedras de forma
muy precisa.320Además, en cada Colegio de Farmacia habría un Jardín Botánico de
plantas oficinales preferentemente, un Gabinete de Historia Natural y un Laboratorio.

320
En la Cátedra de Historia Natural se enseñaría el sistema de Linneo, describiendo las sustancias que
tienen uso en la Medicina, sus diferencias, medios de conocerlas, y una idea general de lo que se entendía
por métodos botánicos. Se realizarían ejercicios prácticos en el jardín botánico examinando las plantas
medicinales, e instruyendo el profesor sobre sus usos, virtudes, tiempo de recolección y modo de
desecación de las mismas. Explicaría la historia natural, animal y mineral, dando a conocer las partes de
los animales, tierras, piedras, fósiles, cortezas, frutos, semillas, gomas y resinas, entre otros.

274
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

En el reglamento habanero, quedó establecido un plan de estudios, como ya pudimos


observar en el capítulo correspondiente, pero en ningún momento aparece referencia a
la creación como en Madrid de un Colegio que sirviese como modelo, simplemente
trata la existencia de tres cátedras, Farmacia Teórica, Química y Botánica (no Historia
Natural como en Madrid). Si que deja claro cómo estarían estructuradas las clases, pero
no menciona tan exhaustivamente el contenido a enseñar, aunque de lo que se desprende
de las materias para la oposición a catedrático, podríamos pensar que los libros que se
deberían manejar serían los mismos que en la península. Si que en el artículo doce del
reglamento se hacía mención a los colegios, dando un poco por hecho que la Junta
fundaría dichos centros, así decía:

«Los colegios de esta facultad que la Junta estableciere e igualmente todos los
individuos de ella, obedecerán puntualmente las órdenes de esta en cuanto pertenezca a
la profesión, en a tención a que no podrá darlas en contrario a lo que disponen estos
estatutos.»321

También tenemos constancia del intento de formación de un Colegio de Farmacia en


terrenos del Jardín Botánico de La Habana donde ya existía la Cátedra de Botánica,
como pudimos ver en el anterior capítulo, cuya petición fue denegada. Por otro lado, en
el artículo de Armando Rangel Rivero titulado Notas sobre la Farmacia cubana, el

En la Cátedra de Química se explicarían los Elementos de Lavoisier dando a conocer las sustancias
elementales o simples y sus combinaciones y mezclas, alteraciones de los vegetales y animales por el
fuego, la fermentación y la putrefacción, realizando experiencias que tengan relación con las operaciones
farmacéuticas.

Por último, en la de Farmacia se seguirían los Elementos de Farmacia de Carbonell y del Diccionario
elemental de Hernández de Gregorio.

En «Real cédula de S. M. y señores del consejo por la que se aprueban y mandan observar las nuevas
ordenanzas formadas para el régimen y gobierno de la Facultad de Farmacia», Imprenta Real, Madrid,
1804, pp. 9-10.
321
AGI/AHN de Madrid/Ultramar, 14, Exp.16, «Reglamento para la Dirección y Gobierno de la Real
Junta Superior Gubernativa de la Facultad de Farmacia», Habana, 1834.

275
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

autor nos habla que durante la presencia de la Real Junta Superior Gubernativa de
Farmacia “para instruir adecuadamente al personal farmacéutico, ya que no existía la
Facultad de Farmacia en la universidad habanera, se crearon dentro de la Facultad
Escolástica o Pedagógica tres cátedras”322. De todo esto se desprende que existieron
las tres cátedras pero cada una en lugar distinto, según su contenido y no bajo un mismo
techo como en el caso español, aunque se intentó la creación de un Colegio de Farmacia
en el Jardín Botánico. Profundizando y, revisando el libro de los doctores García
Hernández y Martínez-Fortún y Foyo Apuntes históricos de la Farmacia en Cuba,
encontramos más claro esto a lo que nos referimos, ya que ellos en su investigación nos
hablan que las primeras clases de Botánica se dieron en el jardín Botánico y con
posterioridad en el mismo edificio de la Universidad donde existía un Jardín que la
Junta consideró apto, y que la cátedra de Farmacia Teórica se ubicó en el Seminario San
Carlos de La Habana. También nos refieren que con posterioridad algunas cátedras se
trasladaron a una casa situada en la Calzada de Galiano esquina a Neptuno, en la que
permanecieron hasta 1842, año en que dicho inmueble pasó a formar parte de los fondos
de la Universidad.323

En ambos casos quedan bien establecidos los procedimientos de oposición para la


dotación de las cátedras.

En cuanto al plan de estudios, en las dos circustancias quedaron estructurados en tres


años teóricos y dos prácticos, cursándose las asignaturas en el mismo orden, con la
peculiaridad de que en La Habana el primer año lo constituye el estudio de la Botánica y
en Madrid la Historia Natural, que englobaba Botánica, Zoología y Mineralogía.
Superando los tres cursos y un examen se graduarían de Bachilleres en Farmacia. Para

322
RANGEL RIVERO, A., “Notas sobre la farmacia cubana”, Asclepio, 1991, 43(2), p.106.
323
GARCÍA HERNÁNDEZ, M., MARTÍNEZ FORTUN Y FOYO, S., Apuntes históricos..., Ob. cit.,
1967, pp.18-20. También en MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Los
estudios de Farmacia en Cuba desde 1833 a 1863”, Revista Cubana de Farmacia, v.41, n.1, Ciudad de La
Habana, ene-abr. 2007, pp. 2-3. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/far/vol41_1_07/far11107.htm

276
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

la obtención del título de Licenciado serían necesarios dos años de práctica y un


examen. Los años de práctica en España se podían realizar en los laboratorios de los
mismos colegios o con boticarios aprobados. En Cuba, la práctica se realizaría solo en
una botica. Una particularidad de la isla es que no era necesario tener veinticinco años
cumplidos, como sucedía en España, para obtener el título de Licenciado, bastaba con
tener veinte. Al igual que para concurrir al grado de Doctor en Cuba debían de pasar dos
años después de haber obtenido el de Licenciado, algo que no sucedía en el ámbito
español.

Los exámenes para la obtención de los distintos grados quedaron muy bien definidos en
las Ordenanzas españolas, mientras que en el documento cubano se hacía mención pero
no se reflejaba en qué consistían.

Otro aspecto interesante son los requisitos necesarios para ingresar a estudiar Farmacia.
En España eran requeridos fe de bautismo, información de limpieza de sangre,
certificación de buena vida y costumbres y haber estudiado Gramática latina, Lógica y
Matemáticas (indispensables para comprender la Química). De esto último se le hacía
examen al aspirante al ingreso y si éste demostraba su aptitud se le concedía el grado de
Bachiller en Artes y era admitido. En el caso cubano, en ningún momento aparecen la
necesidad de presentar tales documentos, que recuerdan a los requeridos por el
Protomedicato, únicamente era requisito, y así aparece en el artículo noventa y cinco del
reglamento, que para entrar a estudiar botánica se debía de haber cursado filosofía hasta
concluir la física. Podemos intuir, en línea con lo comentado al inicio, que en el año de
instauración de este organismo en La Habana, en España se habían derogado ya algunos
de los requerimientos necesarios que constaban en las Ordenanzas de 1804 dando un
aire más liberal a la profesión, de ahí que al realizar el reglamento desaparecieran estos
requisitos.

Hemos observado que, pese a que la constitución de este organismo se fundamenta en


su homologo español, cómo existen evidentes diferencias en consonancia con las

277
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

distintas épocas de establecimiento de ambos organismos y la diferencia de desarrollo y


medios de la metrópoli y la colonia antillana.

2.6.2.3. LA UNIVERSIDAD: FACULTAD DE FARMACIA.

La Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana se fundó en 1728,


siendo Cuba la tercera colonia en poseer Universidad. Los estudios de Farmacia durante
casi la totalidad de la primera mitad del S. XIX van a estar regulados por los organismos
ya vistos, configurándose poco a poco hasta llegar a la Universidad. En España sucede
prácticamente lo mismo. En Cuba, ya comentamos, que la trayectoria de la Universidad
durante la época colonial se podía estructurar en cuatro períodos, coincidentes con las
reformas más importantes de los planes de estudio. En lo que respecta a la Farmacia, fue
quizás la reforma del plan de estudios de 1842 la más importante.

La reforma de 1842 dio forma académica a los estudios de Farmacia, que por primera
vez entrarían en la Universidad tras la secularización de la misma. Los estudios de
Farmacia se incluyeron dentro de la Facultad de Medicina, de cuyo claustro pasaron a
formar parte los hasta entonces profesores de la Real Junta Superior Gubernativa. El
decano de la Facultad de Medicina durante los años 1842 a 1859 (José de Lletor y
Castroverde) tuvo bajo su responsabilidad las carreras de Medicina, Cirugía y Farmacia,
las cuales en la práctica funcionaban como facultades independientes y eran conocidas
como facultades médicas.324El plan de estudios, como ya vimos, constaba de pocas
asignaturas y poseía asignaturas coincidentes con las de la Facultad de Medicina.

Esta situación tan peculiar ha sido la causante, en palabras de los doctores Marchante
Castellanos y Merchán González, de que en ciertas publicaciones se afirme que la
Facultad de Farmacia fue una de las creadas por la reforma de la enseñanza de

324
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Los estudios de Farmacia..., Ob.
cit., 2007, p. 5.

278
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1842.325Pero, no sería hasta 1863 cuando aparecería una Facultad de Farmacia


autónoma e independiente de la Facultad de Medicina.

En España, sin embargo la entrada de los estudios de Farmacia en la Universidad es un


poco más tardía. En 1845, los Colegios de Farmacia de Madrid y Barcelona se
incorporaban a la Universidad como facultades Mayores. Posteriormente, en 1850 se
crearía la facultad de Farmacia de Granada y en 1857 la de Santiago. Podemos decir,
que en este caso la incorporación es en todo momento como facultad independiente a la
de Medicina, no como en el caso de La Habana, lo que se podría asemejar al
establecimiento en 1863 de la facultad de Farmacia en la Universidad de La Habana.
Pero, el período de 1842 en la Farmacia habanera podríamos definirlo como una
transición de los estudios de Farmacia hasta la configuración de una verdadera facultad
de Farmacia en 1863, fruto quizás de una secularización de la Universidad donde se
daría cabida a los avances científicos y tecnológicos de la época, en contraposición a
España donde los estudios Universitarios eran ya de carácter estatal.

Es en la segunda reforma del plan de estudios de la Universidad de La Habana (1863)


cuando queda establecida definitivamente la Facultad de Farmacia, la cual tuvo su
origen en la Ley de Instrucción pública dictada en España en 1857 conocida como Ley
Moyano.

2.6.2.4. OTRAS INSTITUCIONES CIENTÍFICAS.

En Cuba como en España existieron distintas instituciones de carácter científico en la


que participaron activamente farmacéuticos y que contribuyeron en este ámbito de la
Farmacia a una difusión y mejora del conocimiento entre los profesionales de la época.

325
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F., “Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana..., Ob. cit., 2007, p. 1.

279
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

A lo largo de nuestro trabajo hemos tratado dos por considerarlas de interés para la
Farmacia, como fue la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La
Habana y el Jardín Botánico.

En España durante el siglo XIX existieron numerosas, instituciones, corporaciones,


sociedades y academias de carácter médico farmacéutico. Este fenómeno alcanza su
mayor expresión sobre todo a en la segunda mitad del siglo XIX, y surgió de forma
similar en otros países. El asociacionismo fue influenciado debido al notable desarrollo
de la ciencia y la técnica durante esta época. En estas corporaciones e instituciones
existió un gran interés por la ciencia y la profesión que estaba presente en sus estatutos,
reglamentos y artículos periodísticos.

A partir de 1845, con la reforma de la Universidad, fue está quién se encargaría de la


investigación, por lo que esta parte de la que se ocuparon algunas de estas corporaciones
disminuyó notablemente y en la gran mayoría de los casos en éstas asociaciones se
realizarían debates sobre distintas cuestiones de interés científico o análisis de las
nuevas ideas, así como la emisión de informes y dictámenes sobre temas de diversa
índole.

Según Poder Arroyo Medina en su artículo titulado Asociacionismo médico


farmacéutico en la España de la segunda mitad del siglo XIX existieron tres tipos de
asociaciones, aquellas que se ocuparon de temas científicos y profesionales, las que
tuvieron solo fines profesionales y las que trataron solo lo científico.

De las muchas que existieron, sirvan de ejemplo de ámbito farmacéutico, la Sociedad


Farmacéutica de Socorros Mutuos (1845), el Instituto Farmacéutico Aragonés (1851),
la Asociación Farmacéutica española (1867), el Ateneo Médico Farmacéutico del
Hospital Nacional (1873),la Asociación Farmacéutica Matritense (1878) entre otras,

280
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

además de la fundación desde mediados de siglo XIX de los colegios profesionales


farmacéuticos de distintas regiones.326

Destacaremos el Real Jardín Botánico de Madrid, por analogía al jardín habanero


tratado en uno de nuestros capítulos. Esta institución tiene su origen en el año 1755,
antes que su análogo habanero y, en palabras de Benito del Castillo García puede
considerarse como el primer centro docente superior de Farmacia327. En ambos casos
fue el centro donde se impartió la Botánica, asignatura crucial para el farmacéutico, de
hecho los jardines establecidos en las colonias tomaron de referencia el madrileño
siendo los textos y los cursos los mismos que los empleados en el de Madrid. Está
institución fue muy importante para la corona española tanto en la Habana como en
otras colonias ya que sirvió de lugar de aclimatación y estudio de las plantas
identificadas en las distintas expediciones científicas, cuyas semillas y algunos
ejemplares serían remitidos al de Madrid para el estudio y difusión de los nuevos
hallazgos botánicos.

2.6.3. LOS ESTUDIOS DE FARMACIA EN ESPAÑA Y EN CUBA EN EL


S.XIX.

En este apartado abordaremos un estudio pormenorizado sobre los distintos planes de


estudios establecidos en España y en Cuba desde que la Farmacia entró en la
Universidad, analizando las asignaturas y demás concerniente a estos estudios. También
nos referiremos a las publicaciones farmacéuticas aparecidas a un lado y a otro del

326
ARROYO MEDINA, P., “Asociacionismo médico farmacéutico en la España de la segunda mitad del
siglo XIX”, Asclepio, Vol. XLIX - 2 -, 1997, pp. 45-66. Disponible en URL:
http://asclepio.revistas.csic.es. Véase la tesis doctoral de la misma autora titulada Asociciones y
corporaciones en España durante la segunda mitad del siglo XIX, 1994, disponible en la web de la
Universiad Complutense de Madrid: http://eprints.ucm.es/3808/.
327
DEL CASTILLO GARCÍA, B., “Evolución de los planes de estudio de Farmacia en España”,
Edusfarm, Revista d’educació superior en farmacia, nº 0, 2006, p.2. Disponible en URL:
http://www.publicacions.ub.es/revistes/edusfarm0/documentos/50.pdf.

281
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Atlántico como fuente de formación y de expresión científica de los farmacéuticos


españoles y cubanos.

2.6.3.1. PLANES DE ESTUDIO Y ASIGNATURAS.

A lo largo de este trabajo hemos mencionado los distintos planes de estudio que se
sucedieron desde la creación de la Universidad de La Habana. En España, como
sabemos, se sucedieron también distintos planes de estudios desde que la farmacia
entrase a formar parte de la Universidad.

En 1842 en Cuba, entraron en la Universidad los estudios de Farmacia aunque


vinculados a los de Medicina al no existir todavía facultad específica de Farmacia. En
España las primeras Facultades de Farmacia se crearon en 1845 al amparo del Plan
Pidal. El plan de estudios para Farmacia en esta época establecía cinco años de
formación, estudiándose el primer año Mineralogía y Zoología aplicadas a la Farmacia
con los tratados correspondientes de materia farmacéutica. En el segundo año, Botánica
aplicada a la Farmacia y Materia farmacéutica correspondiente. En el tercer año,
Química Inorgánica y Farmacia química operatoria dependiente de la misma. En el
cuarto año, Química Orgánica y Farmacia química operatoria dependiente de la misma.
Y el quinto año, práctica en todas las operaciones farmacéuticas. Este plan difería un
poco del estudiado para Cuba, aunque las materias fueron las mismas, Botánica,
Química y Farmacia teórica y experimental, si bien el cubano estaba estructurado en dos
años de teoría y dos de práctica, no siendo tan completo como en el caso español y muy
vinculado a la facultad de medicina, como ya incidiéramos. Quizás en un empeño por
formar rápidamente profesionales de la propia isla y garantizar una sanidad adecuada.

En España debido a la Ley General de Instrucción Pública de 1857 conocida como Ley
Moyano se vuelvió a modificar el plan de estudios de la Facultad de Farmacia quedando
la distribución de los estudios de la siguiente forma:

282
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

«PRIMER AÑO

Química, que se cursará en la facultad de Ciencias.

Historia natural, en la misma.

SEGUNDO AÑO

Aplicación de la Mineralogía y Zoología a la Farmacia, con su Materia farmacéutica


correspondiente, lección diaria.

Práctica de oficina farmacéutica.

TERCER AÑO

Aplicación de la botánica a la farmacia, con su Materia farmacéutica correspondiente,


lección diaria.

Práctica de oficina farmacéutica.

CUARTO AÑO

Farmacia químico-inórgánica, lección diaria.

Práctica de oficina farmacéutica.

QUINTO AÑO

Farmacia químico-orgánica.

Práctica de oficina farmacéutica.

Con los estudios y práctica arriba señalados se recibirá el grado de Bachiller, y se


estará en aptitud de aspirar al título de Farmacéutico habilitado.

SEXTO AÑO

Práctica de las operaciones farmacéuticas, y principios generales de Análisis químico,


lección diaria.

283
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Concluidos y probados estos estudios y práctica, los alumnos podrán recibir el grado
de Licenciado.»328

Como vemos, tras esta nueva modificación se requerirían seis años para obtener el título
de Licenciado, apareciendo la modalidad de Farmacéutico habilitado, título que según el
artículo treinta y siete de dicha ley daba derecho a ejercer en pueblos que no superasen
los cinco mil habitantes. El grado de doctor también podía obtenerse tras cursar en un
séptimo año la asignatura de Análisis químico aplicado a la Medicina y a la Farmacia,
parte inorgánica con sus ejercicios prácticos y en un octavo año Análisis químico de
aplicación, parte orgánica con sus ejercicios prácticos correspondientes e Historia
critico-literaria de la Farmacia.

En Cuba, esta reforma se traduciría años más tarde en el Real Decreto de 15 de Julio de
1863 por el cual se establecía un nuevo plan de estudios para la Universidad de La
Habana y se constituía la Facultad de Farmacia, independiente ya de la de Medicina. Si
comparamos el decreto español con el de 1863 de Cuba, apreciamos que en el segundo
en lo que a la Facultad de Farmacia respecta y a sus asignaturas, no hacía distinción tan
minuciosa de lo que se ha de estudiar año por año, sino que simplemente establecía que
para comenzar a estudiar es necesario el Bachiller en Artes y unos conocimientos
previos probados académicamente de Química e Historia Natural que equivaldrían a los
dos primeros años que establecía la Ley Moyano. Para la obtención del título de
Licenciado era necesario haber estudiado al menos en tres años, las asignaturas que ya
vimos en el capítulo segundo, correspondientes a Química orgánica, inorgánica, Materia
farmacéutica, entre otras. Asignaturas similares a las que se establecía su estudio desde
tercero a quinto en el plan español para obtener el grado de bachiller. Si que en el caso
cubano no aparece el título de farmacéutico habilitado, solo el de licenciado, pudiéndose

328
Secretaria General de la Universidad Central, Ley de Instrucción Pública y Programas de Estudios. Ley
de Instrucción Pública, sancionada por S.M. en 9 de Septiembre de 1857, Imprenta Nacional, Madrid,
1857, p. 81-82. Disponible en URL:
http://books.google.es/books?id=032XB2NOdsYC&pg=PA3&dq=ley+general+de+instruccion+p%C3%
BAblica&hl=es&ei=XBuYTv_BD8KWOqPVqYkK&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=9&ved
=0CGAQ6AEwCA#v=onepage&q=ley%20general%20de%20instruccion%20p%C3%BAblica&f=false

284
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

obtener tras el de Bachiller, cursando la misma asignatura correspondiente al caso


español. De igual forma, la configuración de asignaturas para la obtención del grado de
Doctor fue la misma, incluyéndose por primera vez la Historia de la Farmacia, en ambos
casos.

En esencia, los planes eran muy similares, se trataba de una mera trasposición de lo
fijado en la Ley Moyano.

Continuando con nuestro análisis, en España se volvería a cambiar el régimen de


estudios a mediados de 1866 fruto del establecimiento del conocido como Plan Orovio,
el cual suprimiría el año preparatorio y quedando la carrera de Farmacia configurada en
cuatro años en los cuales se estudiarían las siguientes asignaturas: Primer año: Botánica
Farmacéutica, Materia farmacéutica mineral y animal y Materia Farmacéutica
correspondiente a partes y productos vegetales. Segundo año: Farmacia químico
inorgánica. Tercer año: Farmacia químico orgánica. Cuarto año: Práctica de
operaciones farmacéuticas, y Ejercicios de determinación y clasificación de objetos de
farmacia y plantas medicinales. En el programa de doctorado figuraría la asignatura de
Química biológica.329

Dicho plan estaría vigente durante poco tiempo, porque como ya comentamos, en 1868
debido a los cambios políticos sufridos en España, que culminarían con el
destronamiento de Isabel II y el comienzo del Sexenio democrático, se restablecía la
legislación de 1857 con algunas modificaciones. Si bien lo más característico de este
período es la apertura de las Escuelas Libres de Farmacia.

En Cuba, a pesar de los cambios surgidos en España no se modificaría el plan de 1863.


La modificación más notable del plan de estudios de 1863 tuvo lugar en 1871. Esta
reforma fue debida a los acontecimientos políticos que se estaban sucediendo en la isla,

329
LÓPEZ DÍAZ, M.T., MARTÍNEZ GARCÍA, C., Las enseñanzas de Farmacia..., Ob. Cit., 1999, p. 30.

285
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

pues en 1868 había comenzado la primera guerra por la independencia que duraría diez
años. La principal limitación de esta reforma a la Universidad de La Habana fue la de
suprimir el grado de Doctor en todas las Facultades, a excepción de la de Teología, los
cuales se deberían de cursar en las Universidades de la Península, grado que se adquiría
con objeto de dedicarse al profesorado. El plan establecido tras la reforma de 1871 es
muy parecido en cuanto a estructura y asignaturas al dispuesto en España en 1866 por
Manuel Orovio. Los estudios de Facultad comprenderían el período de Bachillerato y
Licenciatura pues el período de doctorado queda suprimido en Cuba durante esta época,
estructurándose la carrera en cuatro años, con una distribución de asignaturas
prácticamente similar a lo prevenido para España, destacando solamente la ausencia el
primer año de la asignatura Botánica farmacéutica, aunque si figuraba Materia
farmacéutica del reino vegetal, al igual que la presencia en el tercer año de la asignatura
Ejercicios de determinación y clasificación de objetos de materia farmacéutica, similar
a la cursada en España en el cuarto año y la presencia en éste último de la asignatura
Análisis químico aplicado a las ciencias médicas, anteriormente en el período de
doctorado. 330

A mayor abundamiento, cabría resaltar que, de igual forma que en España existieron
Escuelas Libres de Farmacia, en Cuba no se tiene constancia de la fundación de este
tipo de instituciones. Esto nos lo aclara un poco más el expediente sobre la solicitud de
convalidación del título de farmacéutico de D. Hermenegildo Vila y Saliete obtenido en
la Facultad Libre de Farmacia de Gerona, la cual fue desestimada por no haberse hecho
extensivas a los dominios de ultramar las reformas en la enseñanza introducidas en la
península:

«A consecuencia de una instancia presentada por D. Hermenegildo Vila y Saliete al


Rector de la Universidad de La Habana, pidiendo la incorporación del título de
Licenciado en Farmacia que le fue concedido por la Universidad Libre de Gerona,

330
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la Farmacia en la
Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871-1880”. Revista Cubana de
Farmacia, Vol.41, Nº.3. Ciudad de La Habana, Septiembre -Diciembre 2007. Disponible en URL:
http://bvs.sld.cu/revistas/far/vol41_3_07/far13307.htm, p.7.

286
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

consultó aquel Rector al Gobierno superior civil de la Isla de Cuba, y este a la vez al
supremo Gobierno, qué validez han de tener en la Isla de Cuba los grados obtenidos en
los establecimientos Libres de la Península. La sección después de meditado
detenidamente este asunto; y considerando que por repetidas disposiciones esta
prevenido que no se entiendan vigentes en Ultramar las leyes y decretos que
expresamente no hayan sido con aquel objeto a los referidos dominios; y resultando
que las reformas introducidas en la enseñanza pública de la Península no se han hecho
extensivas a Ultramar donde siguen en su fuerza y vigor los planes de estudio de
antiguo establecidos, es de opinión que no procede la incorporación del grado de
Licenciado en Farmacia que solicita D. Hermenegildo Vila y Saliete, a menos que
previamente no la incorpore en algunas de las Universidades públicas de la Península,
o se someta ante la Facultad correspondiente de la Habana, a los ejercicios prescritos
en el plan vigente en la misma.(…)»331

La recuperación del grado de Doctor de nuevo en la Universidad de La Habana, vendría


de manos de una nueva reforma en el plan de estudios coincidiendo con el fin de la
Gran Guerra (1868-1878). Fue la reforma de 1880, a la que ya hiciéramos referencia
con anterioridad. De nuevo se volverían a realizar cambios en el orden de estudios de
las asignaturas de la carrera de Farmacia y se estructuraría la enseñanza por grupos de
asignaturas. Aunque la transformación más importante se realizó en 1887, en la cual se
hizo una reforma con el objetivo de rediseñar las carreras de Farmacia y medicina en la
Universidad de La Habana, sucediéndose algunos cambios hasta fin de siglo fruto de la
agitada situación política acontecida durante este último período colonial, que alcanza
su máxima expresión en la guerra de 1895.

331
AGI/AHN de Madrid/Ultramar 162, Exp. 32, «Convalidación de estudios de Farmacia de H. Vila
Saliete». En MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHÁN GONZÁLEZ, F.,” Enseñanza de la
Farmacia en la Real Universidad de La Habana según Plan de Estudios de 1863. Etapa 1871-1880”, ob.
Cit., también se cita esto mismo en virtud de las disposiciones reflejadas en la Memoria acerca del Estado
de la Enseñanza en la Universidad de La Habana en el curso 1877-1878, en la cual se recoge la orden
desestimando la instancia elevada por D. Hermenegildo Vila y Saliete.

287
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Por otro lado, los planes de estudios en España se irán sucediendo desde la Restauración
(1874), destacando a nivel farmacéutico los planes de Ángel Carvajal y Fernández de
Córdoba de 16 de Enero de 1884 y el de Alejandro Pidal y Mon de 18 de Agosto de
1885, que buscaban una formación más científica y práctica, pero por razones
económicas no se llevaron a cabo. La modificación más notable fue en 1886 con el plan
de Montero Ríos, por el cual se suprimió la asignatura de Instrumentos y aparatos de
física de aplicación a la Farmacia con las practicas correspondientes, el Análisis
Químico pasó a formar parte de la Licenciatura y no del doctorado, donde había estado
anteriormente, introduciéndose en este período la Química biológica, y la asignatura de
Prácticas de operaciones farmacéuticas se convertiría en Farmacia Galénica y
Legislación sanitaria. Este plan se mantendría hasta final del S.XIX con pequeñas
reformas en el mismo.332

2.6.4. PUBLICACIONES FARMACÉUTICAS.

A mediados del siglo XIX la Farmacia va adquiriendo cada vez más carácter científico y
eso se traduce en investigación, nacimiento de asociaciones como ya vimos y también
de una literatura de carácter científico divulgativo donde se diera a conocer los avances,
no solo a nivel local, sino también los surgidos en otros puntos de Europa o del mundo.

Las revistas, periódicos y demás publicaciones servirían al farmacéutico para una


continua puesta al día sobre temas muy puntuales relacionados con su disciplina, en un
momento donde cada vez más comienza a entreverse y a tomar protagonismo la
fabricación industrial del medicamento debido a los avances en investigación química,
síntesis de compuestos y aislamiento de alcaloides.

Ya pudimos ver que en Cuba surgieron algunas publicaciones de manos de


farmacéuticos amantes de su profesión en colaboración con médicos de la talla de

332
LÓPEZ DÍAZ, M.T., MARTÍNEZ GARCÍA, C., Las enseñanzas de Farmacia..., Ob. Cit., 1999, p. 34.

288
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Tomás Romay, donde se difundían los adelantos más significativos en medicina y


farmacia acontecidos en otros países. En España desde mediados del siglo XIX sucede
lo mismo siendo el primer periódico profesional el editado por los burgaleses Carlos y
Florentino Mallaina titulado El Mensual Farmacéutico (1842)333. Otras publicaciones
fueron El Restaurador Farmacéutico (1844) dirigido por el farmacéutico progresista
Pedro Calvo Asensio; La Revista Farmacéutica Española [Ilu. 42], cuya administración
estaba en la Botica de Canudas, Barcelona; La Farmacia española (1869) fundada por
en farmacéutico Pablo Fernández Izquierdo y que constituiría el órgano oficial del
Colegio de Farmacéuticos de Madrid, el cual también publicaría la revista Los Avisos en
1877, revista dirigida a profesionales sanitarios y que contó en su redacción con
médicos, farmacéuticos y veterinarios334; La Reforma de Ciencias Médicas (1871) y El
Semanario Farmacéutico creados por Ricardo Sábada; La Farmacia Moderna
publicada por Luis Siboni y Angel Bellogin en 1890 entre otras publicaciones de índole
médico sanitario.335

Fue una época de esplendor en cuanto a publicaciones se refiere a un lado y a otro del
Atlántico, ya que en ambos casos las representación es muy nutrida a pesar que, sobre
todo el último tercio de siglo, fue para ambas partes un momento de marcada agitación
política y en el caso de Cuba lucha por la independencia, lo que nos da idea de las
inquietudes científicas de los profesionales farmacéuticos de Cuba y de España.

333
De este periódico se conservan números ejemplares en el Archivo de la Diputación Provincial de
Burgos.
334
Sobre esta revista y concretamente sobre el tema Hidroterapia y Farmacia se puede consultar la tesis
de la Doctora María del Carmen Canseco González titulada Hidroterapia y farmacia a través de la
revista "Los avisos", disponible en la página web de la Universidad Complutense de Madrid:
http://eprints.ucm.es/12307/.
335
PUERTO SARMIENTO, F.J., El Mito de Panacea..., Ob. Cit., 1997, pp. 576-577.

289
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 44. Revista Farmacéutica española.336

336
Revista Farmacéutica española, periódico de intereses generales para la clase farmacéutica, Año IV,
num.73, Barcelona, 1863. Disponible en URL:
http://books.google.com/books?id=Ky3jy3nf2p0C&printsec=frontcover&dq=revista+farmaceutica+espa
%C3%B1ola&hl=es#v=onepage&q&f=false

290
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

3. CONCLUSIONES

291
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

1. La presencia española – de todos sabido hasta 1898– dotó a la isla de los organismos
e instituciones que van apareciendo en España en este siglo, al menos, en lo que a la
farmacia corresponde. Aunque irán llegando con una cierta demora, aun así le permitirá
en esta centuria estar más avanzada que sus naciones vecinas en cuanto a los estudios
universitarios propiamente dichos, la ordenación de la profesión y a otros aspectos.

2. Durante este siglo, y sobre todo en su segunda mitad, hay un gran auge de la
profesión farmacéutica, porque gracias al establecimiento de la Universidad comienzan
a formarse farmacéuticos en la propia isla, aumentando su número y resolviéndose así
los problemas de curanderismo, intrusismo profesional y escasez de farmacias, entre
otros, ya que hasta entonces los farmacéuticos existentes habían venido de España o
tenían que formarse fuera. Éstos ejercerán una labor sanitaria muy importante en un
período marcado por conflictos. Todo va a ir paralelo a la evolución socio-económica y
científica que se va ir experimentando en Cuba fundamentada en el desarrollo de la
industria azucarera y que culminará con un sentimiento de nacionalidad, una antipatía
hacia lo español y, finalmente, su independencia.

3. La enseñanza de una disciplina experimental como es la Farmacia, necesita la


presencia en todo momento del laboratorio donde el alumno pueda adquirir la destreza
necesaria para realizar las distintas preparaciones que le sean requeridas. Por ello, la
práctica aparece reflejada en todos los planes de estudio de Farmacia en Cuba en la
época que estamos tratando, empero, al profundizar un poco en el estado de esta
enseñanza, nos damos cuenta que aunque nos pudiera parecer, debido a la dotación
teórica cada vez mejor de los laboratorios, de bastante calidad en apariencia, resulta ser
pésima, dado que los laboratorios no están en tan buenas condiciones como cabría
esperar de lo que se desprende de las relaciones de material.

Asignaturas, entre ellas, “Práctica de operaciones farmacéuticas” (1883), donde se hace


indispensable el uso del laboratorio, parece inconcebible que se pudiese enseñar, dada la
precariedad de los mismos, circunstancia que fuera denunciada por el Dr. Johnson en su
aludido discurso.

292
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

4. El laboratorio es considerado una pieza fundamental para la enseñanza correcta de la


Farmacia en la Cuba decimonónica, pero éste no está a la altura de las circunstancias, lo
que conlleva una mala preparación de los alumnos que solo con el mero conocimiento
teórico, no serán capaces de desempeñar su oficio, lo que generó una denuncia y
protesta hacia el gobierno de la isla reclamando una mayor inversión en enseñanza, para
crear así un colectivo científico bien preparado, que favorezca al desarrollo de la isla, y
evitar que éstos se tengan que desplazarse a otros países buscando una mejor
preparación.

5. La presencia de España en la isla intentó equiparar la enseñanza a la de la península


pero no se ocupó de dotarla de los recursos necesarios para una formación de buena
calidad, quizás por la preocupación de controlar y hacer frente a los alzamientos
independentistas con el fin de no perder, como ocurrió finalmente, su más preciada
colonia de ultramar; la isla de Cuba.

6. Las expediciones científicas, como la de Martín de Sessé o la del Conde de Mopox


llevadas a cabo durante los últimos años del siglo XVIII constituyeron la base para el
establecimiento a principios del siglo XIX del Jardín Botánico de La Habana,
proveyendo de las primeras nociones botánicas sobre la flora cubana y asentando los
principios para el estudio de la Botánica en la isla. Gracias al establecimiento del jardín
habanero se creó una cátedra de Botánica, lo que permitió desde entonces una
formación más adecuada a médicos y farmacéuticos, entre otros profesionales, en la
determinación de plantas, así como en el conocimiento de sus virtudes medicinales y
aplicaciones terapéuticas.

En otro orden de ideas podemos decir que el jardín botánico jugó un importante papel
en el aprendizaje y enseñanza de la Botánica en la isla, a semejanza de los establecidos
en otras colonias y en la metrópoli, contribuyendo al estudió de la botánica agrícola, de
tanta importancia para una industria y una economía basadas en la producción en su
gran parte azucarera, además de sirvió de ornato para disfrute de los habitantes la
capital. Pero lo más importante, a nuestro juicio, es que fue un centro muy vinculado a
los estudios de Farmacia desde la reglamentación y ordenación de los estudios

293
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

farmacéuticos en Cuba, con el objetivo de formar a profesionales farmacéuticos propios


que supieran conocer y aprovechar la riqueza vegetal de la isla.

7. El estudio a nivel médico farmacéutico de las plantas indígenas de la Isla, su


aclimatación en el jardín botánico y el envío de semillas y de las propias plantas para
cultivarlas en España, supuso un enriquecimiento del arsenal terapéutico y la
Farmacopea, disminuyendo la importación de otras de otros países y poseyendo más
recursos para tratar distintas afecciones.

8. Comparando lo sucedido a un lado y a otro del Atlántico, se puede evidenciar el


paralelismo de instituciones, ordenación, reglamentación e instrucción, en lo que a la
Farmacia respecta, aunque siempre acomodándolas a las necesidades de la Isla y en
muchos casos con no tanto desarrollo como en la península. Esto supuso un avance
considerable para Cuba, que durante el siglo XIX y sobre todo en su primera mitad
vivió con esplendor su más notable progreso en distintos aspectos, pero
fundamentalmente en el ámbito científico, donde destacaron importantes personajes a
este nivel.

9. La creación de instituciones como el Jardín botánico (1817), la Real Junta Superior


Gubernativa de la Facultad de Farmacia de La Habana (1833), la Real Academia de
Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1864), el Colegio de
Farmacéuticos (1880), entre otras de índole diversa, pero con un ideal común, el
progreso, permitieron un enriquecimiento en distintos campos, química, botánica,
farmacología, medicina, una mejora en la preparación a futuros profesionales
farmacéuticos y médicos, además de un mejor control y ordenación del ejercicio de
estas facultades.

10. El S.XIX en Cuba, último siglo de la presencia de España en la Isla, supuso para la
Farmacia de la Isla su verdadera estructuración y asentamiento como una disciplina
científica experimental con un adecuado Plan de enseñanza y un ejercicio profesional
reglado, desterrando prácticas y terapéutica, en muchas ocasiones, con dudosa
evidencia clínica. Todo ello de una forma más modesta que en la Península, debido a la
falta de suficientes recursos para poder llevar a cabo una correcto aprendizaje y a los

294
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

conflictos en los que se vio envuelta la Isla para lograr su independencia durante la
segunda mitad del siglo.

A pesar de todos los inconvenientes, fue una época donde a la sombra de la riqueza de
la producción azucarera, se forjó un interés científico, cultural y literario, intentando
conseguir en todo momento un desarrollo para Cuba similar al de otros países.

Finalmente, podemos evidenciar que hemos constatado una influencia notable de la


ordenación farmacéutica peninsular pero marcada por las circunstancias de la propia
Isla y que poco a poco iría adquiriendo entidad propia.

295
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

4. ÍNDICE DE ILUSTRACIONES.

Ilustración 1. Ingenio azucarero “Flor de Cuba”.1857. .................................................. 17

Ilustración 2. Plano de La Habana S.XIX. ..................................................................... 19

Ilustración 3. Plaza de Armas. La Habana. 1839............................................................ 20

Ilustración 4. Teatro de Tacón. La Habana. 1839. ......................................................... 20

Ilustración 5. Soldados Mambises. ................................................................................. 24

Ilustración 6. Caballería del Ejército del Gral. Gómez - Remedios, Cuba ..................... 26

Ilustración 7. Tomás Romay. .......................................................................................... 30

Ilustración 8. Real Casa de Beneficencia y Maternidad de La Habana. ......................... 34

Ilustración 9. “Quinta Garcini”. Siglo XIX. ................................................................... 37

Ilustración 10. Farmacia “ La Reunión”. Siglo XIX. ..................................................... 46

Ilustración 11. Anuncio Drogueria “Sarrá”: “La Mayor del Mundo”. ........................... 46

Ilustración 12. Vista actual de la farmacia “La Reunión” restaurada. ............................ 47

Ilustración 13. Interior actual de la farmacia “La Reunión” restaurada. ........................ 47

Ilustración 14. Anuncio de “Magnesia Sarrá”. ............................................................... 48

Ilustración 15. Museo Farmacia Taquechel. ................................................................... 49

Ilustración 16. Interior de la Farmacia Taquechel. ......................................................... 50

Ilustración 17. Botica “Triolet”. ..................................................................................... 53

Ilustración 18. Interior de la botica “Triolet”. ............................................................... 54

Ilustración 19. Portada del Discurso leído en el Colegio de Farmacéuticos de La Habana


por el Dr. D. Antonio de Gordon y Acosta. 1895. .......................................................... 57

Ilustración 20. Hospital de Mujeres San Francisco de Paula. ........................................ 66

Ilustración 21. Hospital de Nuestra Señora de las Mercedes. ........................................ 68

Ilustración 22. Plano del Hospital Civil “Ntra. Sra. De las Mercedes”. ......................... 69

Ilustración 23. Tarifa de los precios a que hayan de venderse los medicamentos simples
y compuestos en las oficina de Farmacia de la Isla de Cuba (1834). ............................. 82

Ilustración 24. Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo de La Habana. ............. 93

296
José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

Ilustración 25. Graduados de 1871 en la Universidad de La Habana........................... 103

Ilustración 26. Graduados del año 1886. Universidad de La Habana. ......................... 106

Ilustración 27. Graduados de 1897. Universidad de La Habana. ................................. 112

Ilustración 28. Portada de la Memoria Anuario del curso 1886-1887. Real Universidad
de La Habana. ............................................................................................................... 127

Ilustración 29. Francisco Lastres y Juiz........................................................................ 138

Ilustración 30. Anales de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de


La Habana. .................................................................................................................... 155

Ilustración 31. Ordenanzas para el ejercicio de la profesión de Farmacia (1883). ....... 168

Ilustración 32. Membrete del periódico “La Emulación” (1863). ............................... 174

Ilustración 33. Dr. D. Manuel S. Johnson y Larralde (1860-1922). ............................. 178

Ilustración 34. Aparato de Marsh ................................................................................. 183

Ilustración 35. Lámpara de Berzelius ........................................................................... 184

Ilustración 36. Portada del discurso de Dr. D. Manuel Johnson y Larralde. ................ 186

Ilustración 37. Plano del Jardín Botánico de La Habana. ............................................. 217

Ilustración 38. ”Principios Fundamentales para servir de introducción a la Escuela


Botánica-Agrícola del Jardín Botánico de La Habana. Dispuestos para la Cátedra del
Establecimiento por su profesor Don Ramón de La Sagra.” ....................................... 220

Ilustración 39. Datura stramonium. ............................................................................. 225

Ilustración 40. Plano del Jardín Botánico de La Habana. Inspección General de Montes.
...................................................................................................................................... 241

Ilustración 41. Manuel Gómez de la Maza. .................................................................. 244

Ilustración 42. Jardín Botánico de La Habana. 1885. ................................................... 253

Ilustración 43. “Concordia y Reales ordenanzas para el régimen y gobierno de la


Facultad de Farmacia, formadas con conocimiento de la Real Junta general de
Gobierno de la Facultad reunida.” .............................................................................. 257

Ilustración 44. Revista Farmacéutica española............................................................. 290

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5. APÉNDICES

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5.1. REGLAMENTO PARA LA DIRECCIÓN Y


GOBIERNO DE LA REAL JUNTA
SUPERIOR GUBERNATIVA DE LA
FACULTAD DE FARMACIA.

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5.2. PETITORIO FORMADO POR LA REAL


JUNTA SUPERIOR GUBERNATIVA DE LA
FACULTAD DE FARMACIA DE LA ISLA DE
CUBA ARREGLADO A LA ÚLTIMA
EDICIÓN DE LA FARMACOPEA
ESPAÑOLA. (1834).

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5.3. ORDENANZAS PARA EL EJERCICIO DE LA


PROFESIÓN DE FARMACIA Y COMERCIO
DE DROGAS Y PLANTAS
MEDICINALES.1883.

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5.4. REFORMAS EN LA FACULTAD DE


FARMACIA. 1887.

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AHN - Ultramar, 162, Exp.14- Reformas en la facultad de farmacia (1887)

Hay un sello de oficio año 1886-87 = Facultad de Farmacia = Decanato =Don Miguel
de la Maza y Caraza = Secretario de la Facultad de Farmacia Sª = Sres que asistieron =
Sr. Decano = Dr.= Donoso, Dr.= Rovira = Dr. Zamora = Dr. Jonson = Dr. Alacan = Dr.
Maza = Srto. = Certifico que en el libro primero de actas de esta facultad a fojas ciento
ochenta y cinco, consta la que a continuación se transcribe = En la Habana a veinte de
Septiembre de mil ochocientos ochenta y siete = reunidos en el decanato de la facultad
los Sres. Profesores que al margen se expresan, previa citación del Sr. Decano se dio
lectura al acta de sesión anterior, relativa a la toma de posesión del Catedrático auxiliar
honorario D. José P. Alacan y fue aprobada. Seguidamente se leyó una comunicación
del Gobierno General que a la letra dice = Por la Secretaria del Gobierno General con
fecha tres del corriente se comunica al Iltmo Sr. Rector lo que sigue = Exmo e Iltmo Sr.
Rector = Tengo el honor de remitir a V. E. I. un ejemplar de la Gaceta Oficial del
primero del actual en que se halla inserto el Real Decreto de veinte y ocho de Julio
último sobre reformas en la Facultad de Farmacia de esta Universidad. Y de orden de
S.S.I. lo traslado a V. S. con inclusión de la Gaceta que se cita para su conocimiento y
efectos del cumplimiento del Real Decreto que se menciona = Dios guarde a
V.S.m.a.=Habana Septiembre ocho de 1887= El Secretº Gral Juan Gómez de la Maza =
Hay una Rúbrica = Sr. Decano de la Facultad de Farmacia. A continuación el Sr.
Decano dijo que próximo a plantearse en esta universidad la reforma en los estudios
farmacéuticos corresponde al Decano que tiene la honra de dirigirse a sus apreciables
compañeros hacer algunas observaciones encaminadas a armonizar los estudios de
nuestra facultad con las cuatro Universidades de la Península donde se cursa la
Farmacia = nadie podrá poner en duda las grandes ventajas que reportará a los estudios
farmacéuticos en estas provincias el sentido y carácter eminentemente práctico que
caracteriza al Plan que empezará a regir en el curso académico de 1887-88. También es
cierto que ha existido siempre en las altas esferas del Gobierno Supremo el constante
propósito de unificar la legislación académica en todas las corporaciones docentes de la
monarquía = Respetando los derechos adquiridos por los escolares matriculados con
arreglo al Real Decreto de trece de Agosto de 1880. Las facultades de Farmacia de
Madrid , Barcelona, Granada, y Santiago desde luego han puesto en vigor el nuevo Plan
contribuyendo con esta acertada determinación a dar mayor solidez a la enseñanza
farmacéutica en la metrópoli. Estudiando con debido detenimiento el nuevo Plan puede
observarse, que solo se aumentan dos asignaturas que no existían en el Plan de 1880,
que son Estudio de los instrumentos y aparatos de Física de aplicación a la Farmacia,
con las prácticas correspondientes y Botánica descriptiva y determinación de plantas
medicinales y estas asignatura pueden o no estudiarlas los escolares de 1880 porque con
arreglo a la nueva reforma es potestativo en los alumnos que están en el período de la
licenciatura aceptar el nuevo orden en sus estudios o sui el Plan que regía en la época de

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su ingreso en la Facultad = Las demás asignaturas son las mismas que las existentes con
denominaciones distintas, excepción hecha de la Materia farmacéutica vegetal que ha
conservado el mismo nombre. La Mineralogía y Zoología aplicada a la Farmacia con la
materia Farmacéutica correspondiente, es análoga a la Materia Farmacéutica animal y
mineral. Lo mismo puede decirse respecto a las asignaturas que descansan en las
esencias fisico-químicas como la Química Inorgánica aplicada a la Farmacia que son
completamente equivalentes a la Farmacia químico inorgánica y Farmacia químico
orgánica. Los ejercicios de determinación de objetos de materia farmacéutica y
reconocimiento de drogas, vine a ser la misma cosa que prácticas de materia animal,
mineral y vegetal. En el régimen anterior los materiales farmacéuticos no podían
estudiarse en toda su extensión sin conocer las ciencias que los suministraban, el nuevo
Plan corrobora este criterio que es el que existe en los planes de estudios referentes a la
Farmacia de Francia, Bélgica, Alemania y demás naciones adelantadas = Los alumnos
de Prácticas de operaciones farmacéuticas estudiaban los productos químicos o de
composición definida en las asignaturas de Farmacia químico inorgánica y orgánica así
es que sus perjuicios para los matriculados de este año estudiarán con más extensión la “
Farmacia práctica o galénica y Legislación Farmacéutica que en el próximo curso con
sobrado fundamento será de lección diaria por ser una de las más importantes de la
carrera y en la que fundan los profesores de farmacia su estado civil, y siendo como la
clínica para los Médicos, constituye la base del ejercicio profesional = El análisis
químico aplicado a la ciencias médicas se ha dividido en la reforma próxima en dos
asignaturas = Análisis químico y en particular de los alimentos, medicamentos y
venenos con las prácticas correspondientes de la Licenciatura y Química biológica con
sus análisis del doctorado. Era completamente imposible que en lección alterna pudiera
darse el Análisis químico aplicado a las ciencias médicas en toda su extensión y solo
podía explicarse la parte correspondiente a la aplicación a la Farmacia, a la Toxicología
y a la Higiene de modo que los alumnos nada pierden al contrario ganan la práctica de
esa asignatura que ahora se realiza en los días alternos no lectivos = Expuestas todas las
ventajas que adquieren los alumnos con el planteamiento del nuevo Plan sin lastimar los
derechos adquiridos de los matriculados de 1880, podrá comprenderse sin violencia el
porqué ha sido puesto en ejercicio en el curso académico próximo pasado en las cuatro
universidades de la Península donde se cursa la Farmacia, y hubiera sido ridículo que
rigiera conjuntamente con el nuevo el Plan de 1880 existiendo entonces catedráticos
para una misma asignatura con diferente nombre, y para que no se de el caso que un
escolar trasladado de la península no encuentre aquí las mismas asignaturas es
conveniente a todas las luces ponerlo en ejercicio desde luego como se ha hecho en la
Madre Patria = Un catedrático según nuestro reglamento no puede explicar más de seis
lecciones semanales y si por una ficción legal se le encargase de la misma asignatura
con distinto nombre o por dar más o menos extensión a un particular de la misma,
tendría que haber dos inscripciones de matrícula para una misma cosa, y si cada
estudiante se matriculaba ya en uno o en otro Plan había que asignarle las
correspondientes gratificaciones a los profesores que las desempeñaban. Tampoco está
completo el cuerpo de Profesores para llevar a cabo este orden de cosas la Facultad de

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Farmacia como todas las de esta Universidad está en cuadro y meritaria los dos Planes
en vigor un gran aumento en el personal cuyos gastos no serían aprobados ciertamente
por el Gobierno Supremo y lo más lógico y prudente es que sigamos el orden que han
establecido las Universidades de la Península. Después de una sostenida discusión la
Junta acepto las razones expuestas por el Sr. Decano por que comprendiendo el nuevo
Plan todas las asignaturas del antiguo en nada se lastiman los derechos de los alumnos
de 1880. El Sr. Decano continuo = Existe otro particular importante que se somete a la
aprobación de los Sres. Profesores = La primera disposición general de la nueva
reforma dice que empezará a regir desde el curso próximo de 1887 a 1888 siendo
obligatorio para los alumnos que ingresen en la Facultad y para los de el Doctorado. La
primera agrupación respecto al orden metódico de los estudios en la Facultad de
Farmacia por el Plan anterior, estaba constituida por el período preparatorio que siempre
se ha cursado en la Facultad de Ciencias, y hoy el primero de la Facultad de Farmacia
abraza el estudio de los Instrumentos de Física y la Mineralogía y Zoología aplicada a la
Farmacia. Como dice el nuevo Plan que s obligatorio a los alumnos que ingresan en la
Facultad no estando consideradas las asignaturas del período preparatorio como de
Farmacia, deben los alumnos que han probado las asignaturas de la Facultad de
Ciencias ingresar desde luego en el primer grupo de la nuestra. No es posible considerar
hoy como pertenecientes a la Farmacia asignaturas que son comunes a los escolares de
Medicina y Ciencias, todas las asignaturas de la Facultad están bajo la dependencia de
los Decanos respectivos y si el Sr. Decano de Medicina ni el que expone, pueden ejercer
jurisdicción sobre los Catedráticos de Ciencias que explican tres períodos preparatorios
para las respectivas Facultades. Los Catedráticos del período preparatorio se mueven en
una esfera independiente y es violento considerarlos como adscritos a las Facultades de
Medicina y Farmacia. Por lo tanto los alumnos que el año próximo pasado probaron las
asignaturas de la Facultad de Ciencias deben ingresar este año en el primero de la
Facultad correspondiente al nuevo Plan. Aun en la misma Facultad de Ciencias los
alumnos del período preparatorio mientras no lo concluyen no pertenecen a sección
determinada de las tres en que se divide aquella Facultad. La Junta acordó por
unanimidad que los alumnos que en el curso pasado probaron el año preparatorio
ingresen desde luego en el primer grupo del nuevo Plan. Después el infrascrito
Secretario leyó el adjunto cuadro correspondiente a las categorías de los Sres.
Catedráticos y las equivalencias del Plan de 1880 comparadas con la reforma vigente.
Abierta discusión sobre el particular el Sr. Decano agregó que las asignaturas de las
cuales son titulares los Sres. Donoso y Zamora vienen a ser las mismas con diferentes
denominaciones ; pero no acontece lo mismo con la del Dr. Rovira = “ Ejercicios
prácticos de Plantas medicinales y Reconocimiento de Drogas” que ha sido dividida en
dos a saber Práctica de materia farmacéutica animal, animal, mineral y vegetal
equivalentes a Reconocimiento de drogas y Ejercicios prácticos de plantas medicinales
unidos con la Botánica descriptiva. Esta última asignatura correspondiente al segundo
grupo no puede tener escolares y la Práctica de Materia farmacéutica animal, mineral y
vegetal tiene que ser desempeñada por un auxiliar con arreglo al artículo tercero del
Real Decreto de 28 de Julio ppdo. Además el Dr. Rovira ha sido Catedrático de Análisis

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químico por espacio de nueve años y el Decano tiene que subordinar su criterio a la
idoneidad de los profesores que han de desempeñar las cátedras para que la enseñanza
pueda darse con el esmero debido. Añadió el Sr. Decano que se había hecho cargo de
las dos Cátedras de Química biológica con sus análisis y de Historia crítica de la
farmacia por que siendo por el Plan anterior Catedrático del período del Doctorado
opinaba que debía continuar en el mismo período que el Análisis químico biológico era
una parte de la asignatura de la que era titular y que había sido también el primer
Catedrático de esta Universidad de Historia crítica de la Farmacia por el Plan de 1863 y
que su programa de esta asignatura era el que había regido todo el tiempo que se cursó
la misma hasta el año 1871 que fue cuando se suprimió el Doctorado. Que al hacerse
cargo de dos asignaturas en vez de una que tenía anteriormente lo efectuaba en obsequio
de la enseñanza = El Dr. Rovira hizo presente que en el reparto de las asignaturas venia
a salir perjudicado por tener una clase alterna mas que los otros profesores y que así
como se ha encomendado a un auxiliar las Prácticas de las materias podía pedirse al
Supremo Gobierno que se encomendase la Cátedra de Instrumentos de Física a otro
auxiliar y de esta manera quedaban todos los Profesores en igualdad de circunstancias.
El Sr. Decano hizo presente que el Sr. Rovira tenía razón pero por Real orden de 7 de
Julio de este año y que se había hecho extensivas a estas Provincias, la Cátedra de
Instrumentos y Aparatos de Física tenía que ser desempeñada por el Catedrático de
Análisis químico. Terminado este incidente la Junta aprobó en todas sus partes la
distribución de las Cátedras según consta en el cuadro a que se ha hecho referencia y al
mismo tiempo acordó que el Sr. Decano fuese encargado de consultar las dudas que se
susciten en la aplicación del nuevo Plan para que se sirva de resolverlas el Gobierno
Supremo de conformidad con lo dispuesto en la segunda de las disposiciones generales
del Real Decreto de 28 de Julio último. Seguidamente hizo uso de la palabra el Dr.
Zamora para proponer al claustro se pidiese al Gobierno Supremo que teniendo en
cuenta los servicios que tiene prestados a esta Facultad el Dr. Maza, como Catedrático
auxiliar que ha desempeñado por espacio de siete años cátedra y como ayudante y
secretario de la misma se le conceda la propiedad de la cátedra de Materia farmacéutica
vegetal, conviniendo la Junta en hacer la exposición propuesta por el Dr. Zamora. Y sin
otro particular que resolver el Sr. Decano dio por terminada la junta – Habana 20
Septiembre de 1887 = El Decano Dr. Joaquín F. Lastres = Hay una rúbrica = El
Secretario Dr. Miguel de la Maza = Hay una rúbrica = Es copia de que certifico de su
original = El Secretario General Dr. J. Gómez de la Maza = Rubricado = Hay un sello
que dice “Real Universidad de la Habana” =

Es copia

El Jefe de la Sección de Fomento.

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5.5. DISCURSO DE PRESENTACIÓN Y DE


GRACIAS EN LA INVESTIDURA DE
DOCTORA DE MARIA DE JESUS
PIMENTEL Y PERAZA.

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Discurso de presentación del Dr. Práxedes Alacán Berriel, tutor de María de Jesús
Pimentel y Peraza.

«Excmo. e Iltmo. Sr. Rector:


Ilustre Claustro:
Señores:

Para la historia de la Farmacia en Cuba, en cuanto a la serie no interrumpida de sus


legítimos representantes, en cuanto a los que, con brillantez los unos y modestamente
los otros, han venido y vienen divulgando sus importantes enseñanzas, que tanto sirven
a la Medicina, para la realización de los humanitarios fines que noblemente persigue,
el día de hoy resulta memorable, de aquellos que el destino colora de rosa en los
registros del tiempo; porque hoy por vez sin precedente aspira la hermosa y la buena
compañera que la providencia, en su bondad infinita, otorgó al hombre, a cubrir su
encantadora e inteligente cabeza con la morada borla de los Doctores en Farmacia.

Y por cierto, Excmo. Sr. y Sres. que la mujer que este día de recordación gratísima
honra a su sexo, proveyéndole de la mayor de las distinciones académicas en el campo
de los estudios farmacéuticos no puede ser, para ese levantado objeto, ni más meritoria
ni más digna. Porque mi apadrinada, la Srta. Da María de Jesús Pimentel y Peraza no
vino a estas aulas a suplicar honores en la ciencia a título de mujer, por ser la mujer
quien es, dueña y señora del que es señor y dueño de las cosas de la tierra.

Lejos, muy lejos de ella pretensión tan abusiva. Lejos, muy lejos de ella el propósito de
tan disculpada injusticia. Llegó aquí para luchar, sin concesiones, al igual que sus
compañeros, con decisión, con entusiasmo, por la conquista de la verdad científica; y
así luchando sin vacilaciones, sin tibiezas, sin desmayos, triunfó con toda legitimidad
en su noble empeño. Si saber queréis los sobresalientes que esmaltan su brillante
carrera universitaria, os bastará contar sus actos académicos.

Ciña pues -porque el derecho lo exige, no porque la galantería lo recomiende- las


sienes de mi inteligente apadrinada, como recompensa en justicia a sus relevantes
méritos, el birrete morado, símbolo del supremo magisterio en la ciencia gemela de la
Medicina, con la que libra a diario recias batallas con la muerte por la vida del
hombre.

Hacedlo así -yo os lo suplico- Excmo. Sr. en virtud de las superiores facultades que os
han sido delegadas. Y bienvenida sea al Claustro ilustre de la Universidad de La
Habana la benemérita adolescente, distinguida tres veces, por su virtud, por su belleza
y por su talento, a quien con el mayor de los honores apadrino, la primera mujer que se
titulará Doctora en Farmacia en todos los dominios españoles.

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He terminado.»337

Discurso de gracias de María de Jesús Pimentel y Peraza.

«Excmo. e Iltmo. Sr. Rector:


Ilustre Claustro:
Señores:

Desde aquel día de grandes esperanzas en que llegué a las puertas de este santuario
donde vosotros, apóstoles de la enseñanza, explicáis inspirados los misterios de la
ciencia; desde aquel día en que niña aún, pero ya instintivamente idólatra del progreso,
vine a pediros un puesto en estas aulas, laboratorio de la idea; desde aquel día en que
comencé a vivir con vuestras señorías la vida de la ciencia, la vida de la fraternidad
que se respira en estos claustros, templos levantados a la ilustración; desde aquel día,
en fin, de santas aspiraciones, hasta el de hoy de ardientes alegrías en que me habeis
honrado con la suprema de las distinciones académicas, alzándome hasta vosotros, los
maestros, y abriéndome un sitio entre los propagadores de la verdad científica, hora
por hora y momento por momento he recogido de este ilustre instituto beneficios que no
debo olvidar y que nunca olvidaré; beneficios que me constituyen en deudora de tal
reconocimiento, que me acompañará hasta el sepulcro, hasta donde alentará también
en mí el delicioso recuerdo de esta Universidad querida, teatro de mis afanes y madre
cariñosa que se goza en recompensar con largueza los desvelos de sus hijos.

Y si a vosotros, mis maestros venerados, os debo inmensa e imperecedera gratitud,


débola también al joven catedrático que se ha dignado presentarme ante este Claustro
benemérito, a recoger el lauro por el que he venido aspirando.

Gratitud para todos guardará mi corazón, que no conoce el olvido de los beneficios; y
al daros testimonio público de esta mi gratitud en cumplimiento de la ley universitaria,
y al decir mi adiós de despedida a estas aulas que siempre recordaré cariñosamente,
debo prometeros y os prometo que llevaré impresos en mi alma los saludables consejos
que de vuestros labios con avidez he recogido y que procuraré hacerme digna del alto
honor con que me habéis distinguido.

He dicho.»338

337
LÓPEZ ESPINOSA, J.A. “Diciembre 8 de 1892. Investidura de la primera mujer cubana con el título
de Doctor en Farmacia”, Fechas memorables, Universidad virtual de Salud, Cuba, 2006. Disponible en
URL: http://www.uvs.sld.cu/humanidades/plonearticlemultipage.2006-07-21.3804544796/diciembre-8-
de-1892-investidura-de-la-primera-mujer-cubana-con-el-titulo-de-doctor-en-farmacia. También en
MARCHANTE CASTELLANOS, P., MERCHAN GONZALEZ, F., “Estudiantes y graduados de
Farmacia en la Real Universidad de La Habana en el período 1880-1898: Las primeras farmacéuticas
cubanas”, Revista Cubana de Farmacia, vol. 44, nº1, Ciudad de la Habana, enero-marzo, 2010, pp.111-
124. Disponible en URL: http://scielo.sld.cu/pdf/far/v44n1/far13110.pdf.
338
Ibidem.

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

5.6. REGLAMENTO DEL COLEGIO DE


FARMACÉUTICOS DE LA HABANA. 1880.

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José Manuel González de la Peña Puerta La Historia de la Farmacia Cubana decimonónica

COPIA DEL EXPEDIENTE PROMOVIDO POR DON JOSÉ SARRA, LICENCIADO


EN FARMACIA, SOLICITANDO AUTORIZACIÓN PARA ESTABLECER EN
ESTA CAPITAL UN “COLEGIO DE FARMACIA” Y QUE SE APRUEBE EL
REGLAMENTO QUE PRESENTA POR EL CUAL HA DE REGIRSE EL
REFERIDO COLEGIO.1880.

Excelentísimo Señor Gobernador General = Don José Sarrá, Licenciado en Farmacia


establecido en la calle del Teniente-Rey a V. E. respetuosamente expone:= Que
deseando los farmacéuticos de esta ciudad constituir un Colegio, con el fin de mejorar el
estado científico y material de la profesión de Farmacia en esta Isla, se han reunido
diferentes ocasiones previo permiso de la Autoridad local en los salones de la Real
Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales y habiendo formulado, discutido y
aprobado el Reglamento que ha de trazar su marcha y modo de ser.= A V.E. acude
suplicándole el que suscribe, como Presidente interino de dicho Colegio en proyecto
para que se sirva aprobar el referido reglamento que se acompaña conceder la
autorización definitiva para el establecimiento del referido Colegio que tan excelentes
resultados se propone.= Es gracia que no duda obtener de V.E.= Habana diez y siete de
Mayo de mil ochocientos ochenta.= Excmo. Señor= José Sarrá.= Hay una rúbrica.

Proyecto de Reglamento para el Colegio de Farmacéuticos de La Habana:

CAPÍTULO PRIMERO

Del objeto y organización del Colegio.

Art. 1. El Colegio de Farmacéuticos de La Habana, es una asociación científica de


profesores de Farmacia y sus ciencias auxiliares, cuyo objeto es promover y propagar
los adelantos de dichas ciencias, velar por el buen orden en el ejercicio de la profesión y
contribuir al decoro y prosperidad de la clase farmacéutica.

Art. 2. Se pondrá bajo la protección de S.M. el rey Don Alfonso doce y en su augusto
nombre del Excmo. Señor Gobernador y Capitán General, quien será su presidente nato.

Art. 3. Los individuos de este Cuerpo, que serán en número indeterminado, se dividirán
en colegiales de número, corresponsales, de mérito y honorarios.

Art. 4. Los individuos de número serán profesores académicos residentes en la


provincia de La Habana, ora ejerzan o no la facultad, y se dividirán en fundadores y
titulares; fundadores los que se hayan inscrito antes de la sesión inaugural y titulares los
que en lo sucesivo fuesen admitidos por el Colegio. Deberán pagar a su ingreso la
cantidad de cuatro pesos, dos reales fuertes, contribuyendo además con uno mensual,
para los gastos de la Corporación.

Art. 5. Socios corresponsales serán los que residiendo fuera de la provincia, quieran
coadyuvar a los fines de este Instituto y sean así mismo admitidos por la Corporación.

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Éstos no pagarán nada a su ingreso, pero habrán de contribuir a los gastos generales con
la pensión mensual de medio peso fuerte.

Art. 6. Socios de mérito serán aquellas eminencias en cualquier ramo de las ciencias
farmacéuticas o sus auxiliares, que sean propuestos en la forma que previene este
Reglamento.

Art. 7. Socios honorarios serán los que hayan prestado servicios extraordinarios al
Colegio y sean aceptados por el mismo en la forma anteriormente expuesta.

Art. 8. La admisión de individuos de todas clases se verificará del modo siguiente. En


Junta general serán propuestos al Colegio mediante petición suscrita y firmada por tres
individuos de número que manifestarán en ella las circunstancias que ameriten su
aceptación sobre cuyo punto no habrá discusión; pero se anotará lo que ocurra y quedará
la propuesta sobre la mesa a fin de que se enteren e informen los individuos que lo
deseen. En otra Junta general se volverá a leer dicha propuesta y se votará secretamente
la admisión en Junta de gobierno, debiendo ser acordada por la mayoría de votos
presentes sin contar con los firmantes de ella. Si se aprobase el secretario comunicará su
resultado y procederá a las demás diligencias convenientes, oficiando al interesado y
pidiéndole respuesta de aceptación, puesto que, sin cumplir este requisito no podrá
ingresar en el Colegio, donde admitido se participará al gobierno General para su
aprobación. Si no fuesen admitidos no se volverá a tratar del asunto hasta pasado un
año.

Art. 9. En vista de la aceptación del colegial y previa la del Gobierno se procederá a


extender el título que se enviará al interesado con el Reglamento, entendiéndose que
renuncia a ser ingreso en el Colegio aquel que sin causa justificada no manifieste su
conformidad en el término de dos meses, desde que reciba el nombramiento. El nuevo
individuo de número en la primera Junta a que concurra será presentado al Colegio por
uno de los antiguos, que designará el Presidente, el cual lo dará a conocer, le
conformará su admisión con encargo de acatar el Reglamento, invitándole a tomar
asiento entre sus compañeros.

Art. 10. Los Colegiales de número que trasladen su residencia fuera de la provincia de
La Habana no perderán por eso su categoría en la Corporación, aunque serán
considerados mientras tanto como corresponsales. Los de esta clase que fijen su
residencia en la provincia, ingresarán en la de número si así lo pidiesen con solo la
presentación consiguiente y el pago de la cantidad estipulada en el Reglamento.

Como por la secretaria se ha de llevar un registro general de los colegiales admitidos y


asistentes estarán éstos obligados a avisar las variaciones de sus circunstancias para las
rectificaciones que correspondan.

Art. 11. Para funcionar el Colegio habrá una Junta de gobierno que tendrá a su cargo la
dirección y parte administrativa, secciones de colegiales que discutirán sobre los asuntos
cuyo informe les corresponda y Juntas generales para deliberar y resolver cuanto se

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hiciere a nombre de la Corporación según las atribuciones que cada cual tenga
asignadas.

CAPÍTULO SEGUNDO

Junta de gobierno.

Art. 12. La Junta de gobierno, o sea la Mesa, que es la encargada del régimen interior y
administrativo del Colegio ejercerá sus atribuciones desempeñando cada individuo de
ella su respectivo cargo en la forma que expresan los artículos siguientes, no pudiendo
celebrar sesión si no se reúne la mayoría de sus individuos incluso en ella el Presidente
y el secretario y quienes le sustituyan en el acto mismo.

Esta Junta estará obligada a someter a la deliberación del Colegio todos los asuntos
extraordinario que se promuevan y los corrientes de que se ocupe, previo el informe de
las secciones correspondientes. Se compondrá de once individuos que son: Presidente,
Vice-presidente, Secretario, Vice-secretario, Secretario de la Correspondencia,
Bibliotecario, Conservador de los gabinetes, Tesorero, y una comisión de publicaciones
compuesta de tres individuos. Estos cargos serán gratuitos y honoríficos y se renovaran
cada dos años, debiendo recaer en Colegiales de número.

Art. 13. Reunido el Colegio en Junta general a principios de Mayo, procederá desde
luego a elegir la Junta de gobierno, mediante votación secreta y en acto separado para
cada individuo; pero el Colegio podrá adoptar la elección en totalidad o para cada clase
de cargos según acuerde en el acto, especificando el orden que han de tener en ellos los
respectivos candidatos.

Art. 14. El que reuniese la mayoría absoluta de votos quedará elegido; cuando ninguno
se halle en este caso se hará nueva votación entre los que hubiesen tenido mayor
número de votos y cuando resultare empate decidirá la suerte.

Art. 15. Cualquiera de los individuos de la Junta de gobierno saliente, podrá ser
reelegido para el mismo cargo que ejerció u otro; pero tendrá derecho a renunciar en
seguida o durante el año. A los demás elegidos no se les admitirá la renuncia sino por
causas de absoluta imposibilidad a juicio del Colegio, el cual procederá en la Sesión
inmediata al reemplazo consiguiente en ambos casos.

Art. 16. El Presidente como principal encargado de hacer observar este Reglamento y
los acuerdos del Colegio en todas sus partes, procurará aprovechar las ocasiones
favorables de dar a conocer la existencia de este Cuerpo facultativo, promoviendo
cuantos actos conduzcan a manifestar su importancia e interés por los asuntos que
afecten a la clase farmacéutica o sean de su competencia, haciendo guardar el orden
oportuno en el establecimiento. Sus atribuciones son: convocar y presidir las Juntas

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tanto generales como de gobierno; ordinarias y extraordinarias; entenderse de oficio con


las Autoridades por conducto del Secretario en todos los asuntos concernientes al
Colegio, dando cuenta al mismo y obrando sus acuerdos; firmar los títulos,
libramientos, cartas de pago y demás escritos que causen obligación a nombre del
Colegio y por último representarlo en cualquier acto o comisión a que fuere invitado.

Art. 17. El Vice-presidente sustituirá al Presidente en las mismas atribuciones que a éste
correspondan, y en falta los Presidentes de las secciones en el orden de numeración que
señala el artículo respectivo.

Art. 18. El Secretario general extenderá y autorizará las convocatorias y actas de las
Juntas generales y de gobierno; llevará la correspondencia del Colegio con sujeción a
los acuerdos del mismo, firmado por si la que se dirija a sus individuos o a particulares;
legalizará los títulos, cartas de pagos y demás documentos que se expidan a nombre del
Colegio: tendrá a su cargo el archivo y dará cuenta a la Junta de gobierno y en su
oportunidad a la general del movimiento del personal y asuntos que se despachen,
encargándose de insertar los parte oficiales que se publiquen en el periódico de la
Corporación, redactándolos de una manera sucinta. También estará en cargado de reunir
los datos necesarios para los méritos de ingreso, biografía y estadística de sus
individuos según las notas que reciba, así como de presentar en la sesión solemne una
reseña de los trabajos del Instituto durante el año anterior, siendo además miembro nato
de la Comisión de publicaciones.

Art. 19. El Vice-secretario suple y auxilia al Secretario en todos casos.

Art. 20. El Secretario de la correspondencia será el encargado de todos los asuntos


propios de su cargo.

Art. 21. Al Bibliotecario corresponde ordenar la biblioteca, formar los catálogos de los
libros y documentos que se le confíen dando cuenta anualmente y procurando aumentar
el departamento a su cargo por todos los medios posibles.

Art. 22. Corresponde al conservador de los gabinetes el orden y custodia de éstos y de


todos los objetos en ellos depositados, formando los catálogos oportunos, todo lo que
tendrá a disposición de los colegiales, estando absolutamente prohibido, el sacar fuera
del Colegio ningún objeto.

Art. 23. El Tesorero recauda los fondos del Colegio, paga los gastos del mismo con el
visto-bueno del Presidente e intervención del Secretario; presentará todos los meses en
Junta de gobierno una nota de los ingresos y gastos habidos en el anterior, rindiendo
anualmente su cuenta general justificada para someterla a la aprobación del Colegio.

Art. 24. La Comisión de publicaciones, cuyo Presidente nato es el Secretario general,


tendrá a su cargo la elección de los materiales que hayan de ver la luz pública y la
revisión y corrección de estilos de todos los trabajos y documentos que emanen del
Colegio.

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CAPÍTULO TERCERO

De las secciones.

Art. 25. Para facilitar los trabajos del Colegio se agruparán los individuos de número en
tres secciones designadas; Científica, Económica y de Vigilancia, que serán formadas
anualmente en Junta general sin perjuicio de las comisiones extraordinarias que el
Colegio determine por especial acuerdo en caso de trabajos determinados.

Art. 26. Corresponde a la Sección Científica los asuntos de este género relativos a la
facultad y sus ciencias auxiliares, procederá al estudio y análisis que hubiere lugar
respecto a los nuevos descubrimientos en las ciencias farmacéuticas indicando sus
aplicaciones a la profesión y a la sociedad; ordenar los actos académicos del Colegio,
formando los programas correspondientes a los premios que se acuerden; ejecutar los
análisis que ocurran; evacuar las consultas que pudieran hacerse, emitiendo los
dictámenes y certificaciones a nombre de la Corporación.

Art. 27. Corresponde a la Sección Económica informar toda clase de cuentas y


presupuestos que presente la Mesa a la deliberación del Colegio; proponer las mejoras
que considere útiles para aumentar los recursos de la Corporación y contribuir a su
decoroso sostenimiento; elaborar los productos que por ella se designen y gestionar
dentro y fuera del Colegio por los beneficios económicos de los farmacéuticos.

Art. 28. Corresponde a la Sección de Vigilancia, informar sobre todas las necesidades
que se notaren en la práctica de las ciencias farmacéuticas, respecto de su estudio,
códigos, petitorio, tarifa y demás datos que se requieran para su aplicación social;
promover la represión de los abusos que se observaren y de las intrusiones que la
perjudiquen; auxiliar a los delegados del Gobierno y proponer desde luego al Colegio
los medios de corregir todos, los males que se noten y que perjudiquen al decoro y
prestigio de que debe gozar toda la clase.

Art. 29. Las Secciones elegirán entre sus individuos, Presidente, Vice-presidente,
Secretario, Vice-secretario y tres vocales que se renovarán anualmente por mitades; los
individuos que pertenezcan a la Mesa no podrán ser elegidos para estos cargos. Cada
Secretario en su Sección respectiva levantará actas de sus Juntas y acuerdos, procurando
reunir los documentos que conduzcan a su mejor inteligencia acompañándolo al
dictamen resultante, el que firmará con el Presidente.

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CAPÍTULO CUARTO

De las Sesiones.

Art. 30. Las Sesiones del Colegio se dividirán en ordinarias, extraordinarias y solemnes.
Las primeras se celebrarán el primer domingo de cada mes, con la concurrencia por lo
menos de la Tercera parte de los individuos de número que residan en la Habana. Dado
caso de no haber quórum se citará para el Domingo siguiente y entonces se verificará la
reunión con el número de colegiales presentes siempre que así lo determine la mayoría o
decisión del Presidente si hubiere empate.

Art. 31. Las Sesiones del Colegio se dividirán también en económicas o de gobierno y
científico-literarios.

Art. 32. En las Económicas se trataran de los asuntos meramente económicos y de buen
gobierno del Colegio. En las científico-literarias se leerán, expondrán y discutirán las
memorias y los demás asuntos científicos que se presenten a la Corporación.

Art. 33. Las decisiones económicas serán privadas; las científico-literarias serán
públicas fuera de los casos en que el Colegio acuerde lo contrario.

Art. 34. A las Sesiones de gobierno serán convocados los individuos de número y
corresponsales que se hallen en la Habana, con especificación del asunto de que haya
que tratarse; y si son científico-literarias se convocarán también a los honorarios y de
mérito. Todos tendrán voz y voto y no se eximirán de expresarle cuando corresponda;
pero ningún individuo podrá asistir a la discusión de asuntos en que esté interesado
personalmente, los cuales se acordarán en votación secreta.

Los colegiales de las otras provincias podrán asistir a las Sesiones cuando le sea posible
sin previa convocatoria.

Art. 35. Las sesiones principiarán con la lectura del acta del anterior en la que constarán
una lista nominal de los individuos que concurrieron y de los que se excusaron;
aprobada el acta con observaciones o sin ellas, se dará cuenta de la correspondencia del
Gobierno y de las Autoridades; de las comunicaciones dirigidas por individuos
pertenecientes o no al Colegio; de las observaciones , memorias y obras impresas o
manuscritas que se hubiesen presentado leyéndose enseguida las providencias adoptadas
en materia de orden y de administración; los informes de las Comisiones y demás
asuntos que ocurran, terminándose el acto por las elecciones cuando llegase la época de
verificarlas, en sesión privada. Este orden podrá alterarse cuando las circunstancias lo
exigieren a propuesta de tres individuos previa votación.

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Art. 36. Corresponde al Presidente abrir y levantar las Sesiones; dirigir la discusión
disponiendo el modo de tratar los asuntos y suspendiéndola cuando sea conveniente;
fijar la cuestión llamando al orden; conceder la palabra alternativamente en pro o en
contra por el turno en que hubiese sido pedida; cortar toda discusión acalorada y hacer
que se observe el Reglamento.

Art. 37. El Secretario dará cuenta de los negocios presentando todos los antecedentes
que convenga y exija su resolución; anotará el acta con la mayor exactitud, extractando
en ella los dictámenes e informes que se lean, haciendo conectar las proposiciones
aunque no hubiesen sido tomadas en consideración, las cuales guardará como
documentos necesarios; expresará el número de votos en las votaciones secretas y las
listas individuales en las nominales.

Art. 38. Los dictámenes e informes se tomarán o no en consideración procediéndose a


su discusión en seguida a menos que algún colegial pidan que quede sobre la mesa.

Art. 39. Presentada toda proposición que deberá hacerse por escrito y apoyada acto
continuo por su autor, se preguntará si se toma o no en consideración y si lo fuese
pasará a donde corresponda para emitir dictamen sobre ella a menos que sea declarada
urgente en cuyo caso se procederá a su discusión inmediata en Sesión pública o secreta
según su naturaleza.

Art. 40. Las indicaciones que son las proposiciones escritas o verbales que tienen por
objeto sugerir una idea para facilitar la resolución de un asunto que se esté discutiendo o
proponer el curso que se le debe dar, se discutirán y votarán en el acto lo mismo que las
mociones.

Art. 41. No se podrá discutir ningún dictamen ni informe sin que esté presente alguno
de los individuos que lo hayan firmado. Los autores de votos aparte podrán encargar su
defensa a otro colegial si no pudiesen concurrir, teniendo entendido que no es un
obstáculo para su discusión el que sus ausencias no haya quien las sostenga ante la
Junta.

Art. 42. Todo colegial tiene derecho durante la discusión de un asunto:

1º A que se pregunte si el punto está suficientemente discutido, después que se haya


hablado por lo menos dos veces en pro y dos en contra o nadie quiera usar de la palabra.

2º A que se dé lectura de cualquier documento relativo al asunto de que se trata u otro


análogo.

Art. 43. También tendrá derecho todo colegial a que se conceda la palabra fuera de
turno:

1º Para una cuestión de orden.

2º Para una indicación.

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3º Para una cuestión incidental.

4º Para presentar por escrito una enmienda o adición; cuyos asuntos serán preferidos al
principal de la discusión en el orden que se han indicado.

Art. 44. Las cuestiones de orden las decidirá el Presidente por si en caso de pertenecer a
sus atribuciones; de lo contrario abrirá discusión sobre ellas para resolverlas en el acto
por la Junta. Los demás incidentes mencionados, después de apoyados por su Autor se
preguntará si se toman en consideración, discutiéndose enseguida si lo fueren o pasando
a informe de quien corresponda.

Art. 45. No se concederá la palabra más de una vez a ningún individuo sobre un mismo
asunto sino en el caso de no haber quien la pida o después de haber hablado otros dos en
igual sentido; pero si se concederá para rectificar hechos o deshacer equivocaciones.
Los autores de proposiciones y los firmantes de dictámenes, podrán hablar cuantas
veces crean necesario sin consumir turno, siempre que haya quien hable en contra o
pida la palabra en tal sentido.

Art. 46. Declarado un punto suficientemente discutido se procederá acto continuo a su


votación, la cual podrá ser ordinaria, nominal, o secreta. El primer método será el
general para todos los asuntos y se entenderá por levantados o sentados; el segundo
cuando lo pidieran tres colegiales y se verificará pasando lista el secretario para que
contesten sí o no; y el tercero tendrá lugar en elecciones de cargo y en los asuntos
personales según lo dispuesto en el Reglamento y se llevará a cabo por medio de
papeletas o bolas marcadas.

Art. 47. El Secretario hará el escrutinio en todas ocasiones cuyo resultado publicará
declarando aprobado o no el punto discutido según la mayoría de votos conformes.
Cuando un asunto tuviese dos o más partes será votada cada una de ellas por separado.

Todo individuo que se halle presente después de una votación ordinaria acabada de
publicar podrá salvar su voto contrario pidiendo que conste en acta, pero sin fundarlo en
motivo alguno.

Art. 48. Todos los años habrá una sesión solemne que se celebrará en el aniversario del
establecimiento del Colegio. Comenzará con un breve discurso del Presidente alusivo al
acto; en seguida, leerá el Secretario el resumen de los trabajos realizados durante el año
y después uno de los colegiales nombrados de antemano, bien hará el elogio de algún
colegial cuyo nombre merezca ser inscrito en la Sala de Sesiones o bien leerá una
memoria sobre el tema científico que a voluntad elija. Últimamente se conferirán los
premios y menciones honoríficas correspondientes al período anterior, terminado el acto
con la lectura por el Secretario del programa de los premios para el año entrante.

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CAPÍTULO QUINTO

De los fondos del Colegio.

Art. 49. Los fondos con que el Colegio deberá atender sus gastos son los siguientes:

1º La cuota de entrada que será de cuatro pesos dos reales fuertes.

2º La mensual que será de un peso fuerte para los numerarios y medio peso para los
corresponsales.

3º Los derechos de regularización de honorarios, en virtud de mandato individual.

4º Los demás recursos que el Colegio arbitre en virtud de un acuerdo.

5º El producto de la venta de aquellas preparaciones individuales de difícil elaboración


que se acuerde expender por el Colegio.

6º La mitad de los honorarios que devenguen las consultas y demás trabajos que se
hagan por conducto del Colegio, pues la otra mitad se dividirá entre los que formen la
comisión que hayan practicado el trabajo.

7º Los legados, presentes, donativos, eta. que en metálico o en especies se hagan al


Colegio.

Art. 50. Los gastos del Colegio serán aquellos que el Tesorero presupueste y que la
Corporación acuerde.

CAPÍTULO SEXTO

De los premios.

Art. 51. Si hubiese algún remanente después de cubiertos los cargos, se destinará para
los premios anuales que se acuerden. En el caso de no haber remanente el importe de
estos premios se cubrirá con una prestación voluntaria entre todos los Colegiales.

Art. 52. Los premios serán honoríficos y pecuniarios, o bien una y otra cosa a la vez,
según lo creyere conveniente el Colegio.

Art. 53. Estos premios se obtendrán por medio de actos académicos o de concurso,
presenciados por la Corporación en la forma que se acuerde para cada vez en Junta de
gobierno.

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Art. 54. Los tribunales para juzgar los certámenes serán nombrados según el modo que
para cada caso se requiera, verificándolo como aconseje la mayor justicia y
conveniencia para que todo se lleve a efecto con estricta imparcialidad.

Art. 55. Dispuesto que sea el concurso a los premios, la Mesa procederá a la publicación
de su anuncio en los mismos términos que lo hacen todas las Academias.

Art. 56. Adjudicados los premios se notificará a los interesados para que éstos lo
reciban en la Sesión solemne por si mismo o por delegados que pertenezcan al Colegio.

Art. 57. A más de los premios anteriormente citados que se adjudicarán en consejo
general, habrá para los Señores Colegiales, los que a continuación se expresan:

1º Todo colegial que en el curso de cada año presente obras o disertaciones originales
que merezcan la aprobación del Colegio, tendrá derecho a un título de mención
honorífica, que se adjudicará previo informe de la Sección científica.

2º Todo colegial que dentro de igual período procure acrecer los recursos de la
Corporación por medio de donativos o libros y demás objetos útiles al Colegio, tendrá
derecho a otro título como el anterior, previo informe de la Sección económica.

3º Todo colegial que en el referido plazo haya logrado que desaparezcan intrusiones en
el ejercicio de la facultad o contribuido a que se corrijan faltas y abusos en el mismo,
tendrá derecho a un título igual que los anteriores, previo informe de la Sección de
vigilancia.

4º Los colegiales que obtengan una de las referidas distinciones, serán preferidos en
igualdad de circunstancias a otros individuos para adquirir los premios que adjudique la
Corporación en concurso general, guardando también el primer orden los que más
títulos de mención honorífica posean.

CAPÍTULO SÉPTIMO

Disposiciones generales.

Art. 58. Todos los individuos del Colegio están obligados al cumplimiento de este
Reglamento en la parte que le corresponda; a desempeñar los cargos par que fuesen
nombrados; a someterse a las decisiones de la Corporación en asuntos de su
competencia y a contribuir al decoro propio del ejercicio de la facultad.

Art. 59. Si lo que no es de esperar algún individuo cometiese faltas impropias de la


dignidad de la profesión o del Colegio, éste podrá acordar lo que tenga por conveniente
ya sea la amonestación ya la expulsión del colegial según el caso.

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Art. 60. El Colegio de Farmacéuticos se instalará por ahora en el local de la Real


Academia de Ciencias Médicas, en virtud de la concesión otorgada por la misma,
entendiéndose que tan pronto como sus fondos lo permitan se instalará en local aparte y
propio.

Art. 61. El Colegio de Farmacéuticos de La Habana tendrá un sello que estampará en


sus documentos, así como también un distintivo que se acordará en Junta general.

Art. 62. También tendrá un órgano de publicidad, donde se inserten sus actas y aquellos
trabajos que acuerde la Comisión de publicaciones.

Art. 63. Aprobado que sea este Reglamento por el Gobierno de S. M. no podrá alterarse
parcial ni totalmente sino por acuerdo de la mayoría absoluta de los Colegiales y previa
la aprobación oportuna.

Habana, de Mayo de mil ochocientos ochenta.= Manuel V. Machuca.= Hay una


rúbrica.= José de J. Rovira.= Cayetano Aguilera.= Hay una rúbrica.= El Secretario.=
Licenciado José Delgado Carabot.= Hay una rúbrica.= 339

339
AGI/AHN de Madrid, Ultramar, 167, Exp. 51, «Creación de un Colegio de Farmacéuticos en La
Habana».

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REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1888 a 1889 y Memoria-Anuario del de 1886
a 1887 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Habana, 1888.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1890 a 1891 y Memoria-Anuario del de 1888

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Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1890.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1891 a 1892 y Memoria-Anuario del de 1889
a 1890 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Habana, 1891.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1893 a 1894 y Memoria-Anuario del de 1891
a 1892 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1893.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1894 a 1895 y Memoria-Anuario del de 1892
a 1893 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1894.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1895 a 1896 y Memoria-Anuario del de 1893
a 1894 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1895.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1896 a 1897 y Memoria-Anuario del de 1894
a 1895 que se publican con arreglo al artículo 106 del reglamento universitario»,
Imprenta del Gobierno y Capitanía General por S.M., Habana, 1896.

REAL UNIVERSIDAD DE LA HABANA, «Oración inaugural pronunciada en la


solemne apertura del curso académico de 1897 a 1898 y Memoria-Anuario del de 1895
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