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Escroto agudo

El escroto agudo es un cuadro sindrómico reconocido como una urgencia


urológica en la que el paciente presenta dolor intenso de aparición brusca a nivel
escrotal y en su contenido, y en la mayoría de las ocasiones con edema.
Las causas fundamentales del síndrome del escroto agudo son la torsión del
testículo, la orquioepididimitis aguda y la torsión de los apéndices testiculares, que
constituyen el 95% de los casos.
En la evaluación clínica de este síndrome es fundamental alcanzar un
diagnóstico correcto, ya que del mismo dependerá la viabilidad posterior del órgano,
con la consiguiente repercusión para el paciente desde el punto de vista de la fertilidad
así como de las posibles implicaciones médico-legales
Torsión testicular

La torsión del cordón espermático se considera una urgencia quirúrgica, ya que


si no se establece el tratamiento en un plazo de aproximadamente seis horas puede
evolucionar hasta el infarto de testículo, con la consiguiente pérdida del órgano.

Aunque los términos de torsión testicular y torsión del cordón espermático se


utilizan de forma indistinta, la torsión testicular verdadera es muy rara y tiene lugar
cuando el testículo se retuerce sobre el epidídimo a nivel del mesorquio
Incidencia
Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente durante la
adolescencia. Se calcula en 1 de cada 4.000 hombres menores de 25 años. Un segundo
pico de incidencia se presenta durante el periodo neonatal, siendo durante el mismo
predominante la torsión de tipo extravaginal. A partir de la adolescencia la incidencia
disminuye progresivamente. Suele afectar a ambos testículos con igual frecuencia.

Etiología

Existen factores anatómicos predisponentes como un gubernaculum testis


demasiado largo o inexistente, mesorquio redundante o ausente, anomalías de la unión
testículo-epididimaria o un cordón espermático demasiado largo. En la anomalía
anatómica más frecuente, denominada testículo en "badajo de campana", la túnica
vaginal visceral rodea por completo el testículo y el epidídimo, impidiendo la unión del
epidídimo a la pared escrota.

Tras un estímulo físico intenso, un traumatismo, un coito, o incluso durante el


sueño puede producirse la rotación del cordón espermático.

Formas anatomoclinicas:

Torsión extravaginal

Su presentación es infrecuente y se produce casi exclusivamente en el recién


nacido. Representa el 5 % de las torsiones. Clínicamente se manifiesta como una masa
escrotal firme y dura que no transilumina, con edema y enrojecimiento escrotal

Se debe realizar diagnóstico diferencial con la hernia inguinal estrangulada, la


vaginalitis meconial y el hidrocele a tensión. El testículo suele estar necrótico y el
tratamiento es la orquiectomía. (Huertas & Barrena, 2019)

Torsión intravaginal

Es la forma común de presentación en la adolescencia y se caracteriza por la


torsión del testículo situado dentro de la túnica vaginal. Este hecho da lugar a una
detención del retorno venoso del testiculo, lo que ocasiona una congestión y edema
intersticial del mismo. Ambos fenómenos, ocasionan obstrucción de la circulación
arterial, lo que determinará la presencia de un infarto hemorrágico con la consecuente
pérdida irreversible del órgano.

De forma típica, los testículos rotan hacia dentro cuando el paciente es colocado
en posición de litotomía.

El dolor constituye el principal síntoma de presentación y se caracteriza por ser


de aparición brusca, de gran intensidad y localizado en el hemiescroto afectado. Puede
referirse a la región inguinal o hipogastrio, simulando cuadros de apendicitis aguda,
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crisis renoureteral o gastroenteritis y puede acompañarse de náuseas y vómitos . En
casos evolucionados puede aparecer fiebre secundaria a necrosis testicular. En algunas
ocasiones la torsión se resuelve de forma espontánea, lo que explica la alta frecuencia
con la que los pacientes refieren episodios previos de clínica simila

Exploración física

El hemiescroto afectado suele presentar signos flogóticos como enrojecimiento y


edema dependiendo del tiempo de evolución. El testículo se presenta a la inspección
ascendido y horinzontalizado (signo de Gouverneur).

La elevación del testículo hacia el canal inguinal aumenta el dolor (signo de


Prehn) al contrario que en la epididimitis, en la que esta maniobra alivia el dolor. En
ocasiones puede palparse el epidídimo en posición anterior y, en casos poco
evolucionados pueden palparse las vueltas del cordón

Examenes complementarios

Ecografia-doppler testicular

Permite la visualización de la anatomía intraescrotal y su vascularización, y


puede distinguir áreas de flujo vascular intratesticular normal, aumentado o ausente.

Alcanza una sensibilidad del 90% y una especificidad del 100%. La ausencia de
flujo arterial es típico de la torsión, mientras que la hipervascularización es típica de
lesiones inflamatorias. En casos de duda diagnóstica es la técnica de elección.
Tratamiento

El tratamiento es quirúrgico y una vez exteriorizado el testículo y reducida la


torsión, debe valorarse el cambio de coloración del mismo tras su calentamiento con
suero fisiológico, desde el tinte cianótico del testículo isquémico, hasta el color
nacarado habitual de la albugínea testicular. En el mismo acto operatorio debe realizarse
la orquidopexia con el objetivo de impedir la recidiva del cuadro.

Debe realizarse también la fijación del testículo contralateral ya que la causa


anatómica que predispone a la torsión del cordón espermático es bilateral en más del
50% de los casos. Cuando el testículo está necrótico se debe realizar una orquiectomía.

Torsión del apéndice testicular


Apéndice testicular o hidátide de Morgagni constituye la segunda causa por
orden de frecuencia del escroto agudo en la edad pediátrica, con una edad de
presentación entre los 7 y los 12 años.
Por un mecanismo de rotación se puede producir un estrangulamiento del
pedículo vascular, produciendo una torsión del anejo de tipo hemorrágico o trombótico
dando lugar a un cuadro de escroto agudo.
Los apéndices testiculares rudimentarios que pueden sufrir torsión son cuatro:
1. La hidátide sésil de Morgagni o apéndice testicular es un resto del conducto
mulleriano, está presente en el 90% de los testículos y su torsión es responsable del
90% de las torsiones de los apéndices.
2. La hidátide pediculada de Morgagni o apéndice epididimario es un resto del
conducto de Wolf y representa solamente el 7% de los apéndices torsionados. Se
sitúa en la cabeza del epidídimo.
3. El órgano de Giraldes o paradídimo derivado de la parte inferior del conducto de
Wolf. Situado en el cordón espermático.
4. El conducto aberrante del epidídimo (Vasos aberrantes de Haller) son también
restos wolffianos pero rara vez están presentes y muy pocas veces se torsiona. Se
sitúa en la cola del epidídimo.
Clínica: El cuadro clínico se caracteriza por la presencia de un dolor de
comienzo súbito, menor que la torsión del cordón espermático, sin gran afección del
estado general, sino más bien una sensación de malestar de los pacientes.
Exploración física: Se palpa una masa localizada entre el testículo y la cabeza
del epidídimo. En ocasiones puede apreciarse el signo del punto azul que es
patognomónico de esta afectación. En casos evolucionados el importante edema escrotal
que provoca puede impedir su palpación, por lo que el diagnóstico diferencial con la
torsión testicular se hace más difícil. La transiluminación puede mostrar un “punto
azul”, que corresponde a la hidátide necrótica y es el punto de mayor dolor a la
palpación.

Diagnostico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Ecografía Doppler testicular:
puede ser de gran utilidad para establecer el diagnóstico diferencial con la torsión
testicular al objetivarse flujo intratesticular normal e importantes signos de edema en el
polo superior del testículo.
Analítica: Es rara la aparición de leucocitosis, al contrario que en la epididimitis
y en la torsión testicular. El sedimento urinario habitualmente es normal.
Gammagrafía isotópica testicular: puede ser útil para distinguirlo de la torsión
testicular, no así de la orquioepididimitis en la que también se aprecia un área de
captación aumentada.
Tratamiento
Si el diagnóstico clínico de la torsión del anexo está claro no es necesaria la
exploración quirúrgica, por lo que el tratamiento es sintomático, a base de analgésicos y
antiinflamatorios. Habitualmente el cuadro álgico e inflamatorio remitirá en unos 5-7
días. Si tras la valoración clínica existen dudas diagnósticas, está indicada la
exploración quirúrgica (Blum Peña & Cordero Ocampo, 2011).

Bibliografía
Blum Peña, R., & Cordero Ocampo, F. (2011). Escroto agudo y su manejo. Revista médica de
Costa Rica y Centroamérica, LXVIII (597), 159-162.

Huertas, L., & Barrena, D. (2019). Escroto agudo. Pediatría Integral, 283-291.

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