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Fuero de atracczon
en los
concursos
Sistema instituido por la ley 26.086
Suspensión. Atracción. Reglas y excepciones
Verificación con sentencia de juez extraconcursal
Prohibición de deducción de nuevas acciones
Función del síndico. Control correspectiva
Pronto pago de créditos laborales
Prólogo da
ADOLFO A. N. ROUIUQN
AL a REA
EDGARDO DANIEL TRUFFAT
Fuero de atracción
e n los
concursos
Sistema instituido por la ley 26.086
EDITORIAL
ASTREA
DE ALFREDOY RICARDO
DEPALMA
CIUDAD DE BUENOS AIRES
2007
O EDITORIAL
ASTREA
DE ALFREDO
Y RICARDO
DEPALMA
SRL
Lavalle 1208 - (C1048AAF) Ciudad de Buenos Aires
www.astrea.com.ar - info@astrea.com.ar
4 Esto sin perjuicio de que el Proyecto del Poder Ejecutivo nacional fue
la respuesta a un requerimiento de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial.
PALABILAS PRELIMINARES XIII
comercial; se merecían más: nuevos juzgados, nueva infraes-
tructura, tecnificación, asesores contables permanentes y
procesos diferenciados según X a magnitud del deudor o se-
gún se trate de una empresa o de un deudor persona física
(habitualmente un consumidor). El te6rico fundamento de
la alteración del fuero de atracción tiene mucho de discurso
apresurado, de manotón de ahogado, de "parche" de emer-
gencias.
La antedicho no significa que la mutación del h e r o de
atracción (y de la suspensi6n y de la prohibición de deduc-
ción de nuevas acciones) no tenga otros fundamentos más
valiosos y atendibles. Bálsicamente HEREDIA se ha cargado
sobre los hombros el proveer a la doctrina de tales argu-
mentos: el ejemplo del derecho comparado, la eventual de-
negación de justicia para el. justiciable obligado a litigar a
larga distancia del lugar donde debe rendirse la prueba y
con la asunci6n de gastos duplicados para hacer valer sus
derechos frente a un cesante, etcétera.
Hay en una sociedad tan particularmente demandante
como la argentina una extraña paradoja -¡una más!- y es
que, en esencia, es notablemente conservadora. Vive de-
clamando la necesidad del cambio, pero cuando éste llega,
siempre e inevitablemente es objeto de duras críticas. Pa-
recería que estamos siempre a la espera del "hada madrina"
que con un simple toque de la varita mhgica nos convierta
en "niños de verdad", mientras insultamos al destino porque
nos tenemos por simples muñecos de madera. Un pueblo
como el nuestro -capaz de encontrar dos problemas para
cualquier soluci0n- estit tan listo para exigir soluciones como
para fulminar cualquier intento de cambio que se produzca
(como si nuestros estándares fueran tan altos que jamás de
los jamases pudiéramos sentir que nos arrimamos a una so-
lución). No hay hadas madrinas fuera de los cuentos infan-
tiles. El cambio requiere un duro aprendizaje; la pelea diaria,
el esfuerzo, a veces e'l sacrificio. Exige prueba y error, co-
rrecciones y más correcciones. J5xige tenacidad.
Claro que en muchas ocasiones el cambio puede ser para
peor. Y esto sólo significa que la batalla se redoblará, que
Prólogo .........................................................................VI1
Palabras preliminares .............................. . . .................. XI
Plan de obra ................................................................. XVII
Introducción. Breve noticia histbrica ........................... 1
11
CAP~TULO
REGLAS Y EXCEPCIONES
EL CONTROL CORRESPECTIVO
Y EL IMPACTO DE LAS VERIFICACIONES
DIFERIDAS EN EL TIEMPO
.
33 El levantamiento de medidas cautelares ..............
223
3 34 . El agónico rol del comité de acreedores .............. 227
....................... 228
5 35. Síntesis conclusiva ..........*..........
dos con sus arts. 2 1 -norma analoga al art. 22, ley 19.55 1-,
132 y 133.
"Art. 21. - Juicios contra e2 conc~kr-sado. La apertura del
concurso preventivo produce:
1 ) l a radicación ante el juez del concurso de todos los
juicios de contenido patrimonial contra el concursado. El
actor podrá optar por pretender verificar su crédito confor-
me a lo dispuesto en los arts. 32 y concs., o por continuar
el trámite de los procesos de conocimiento hasta el dictado
de Ia sentencia, lo que estará a cargo del juez del concurso,
valiendo la misma, en su caso como pronunciamiento veri-
ficatorio.
2 ) Quedan excluidos de la radicacibn ante el juez del
concurso los procesos de expropiación y los que se funden
en las relaciones de familia. l a s ejecuciones de garantías
reales se suspenden, o no podrán deducirse, hasta tanto se
haya presentado el pedido de verificación respectivo; si no
se inició la publicación o no se presentó la ratificación pre-
vista en los arts. 6" a 8", solamente se suspenden los actos
de ejecucibn forzada.
3 ) La prohibicibn de deducir nuevas acciones de conte-
nido patrimonial contra el concursado por causa o título
anterior a la presentación, excepto las que no sean suscepti-
bles de suspensión segfin el inc. 1.
4 ) El mantenimiento de las medidas precautorias tra-
badas, salvo cuando recaigan sobre bienes necesarios para
continuar con el giro ordinario del comercio del concur-
sado, cuyo levantamiento, en todos los casos, es decidido
por el juez del concurso, previa vista a1 sindico y al embar-
gante.
5) Cuando no procediera pronto pago de los créditos
de causa laboral por estar controvertidos, el acreedor debe
verificar su credito conforme al procedimiento previsto en
los arts. 32 y SS. de esta ley. Los juicios ya iniciados se
acumularán al pedido de verificación de crkditos. Quedan
exceptuados los juicios por accidentes de trabajo promovi-
dos conforme a la legislación especial en la materia".
"Art. 132. - Fuero de atracción. La declaración de quie-
bra atrae al juzgado en el que ella tramita todas las acciones
judiciales iniciadas contra el fallido por las que se reclamen
BREVE NOTICIA H I S T ~ R I C A 7
13 - PZOITMAN
RIVERA - VITOLO,Reformas a la ley de concursos y quiebras.
Ley 26.086, p. 17.
18 FUERO DE ATRACCI~NEN LOS CONCURSOS
tados sin tocarle una coma, y con promesa de una ley recti-
ficatoria que nunca llegó a exceder el nivel de proyecto, a
cambio de la gentileza ministerial de cumplir con el deber
republicano de dar explicaciones sobre otras cuestiones a
esa misma Cámara.
SUSPENSI~N. ATRACCI~N. PROHIBICI~N
DE D E D U C C I ~ NDE NUEVAS ACCIONES
1. CAMB~US
DE PARADIGMAS CONCURSALES
EN UN MUNDO EN CAMBIO
- BLANCO,
7 TRAPANI Suerte del comité pvovisorio de ameedores, U ,2006-
C- 1452.
La escritura del Dios, en "El Aleph".
8 BORGES,
26 FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
3 . DESAF~OS
QUE PLANTEA EL CMBZO ACELERADO PROPIO
DE ESTOS TIEMPOS EN LA MATERIA QUE NOS OCUPA
El atroz redentor h z a m s
habanera madre del tango, el candombe" (BORGES,
Mom32, en "Historia universal de la infamia", 1935).
24 A veces los historiadores se entretienen postulando "contrafactuales":
iQutr hubiera ocurrido si Washington hubiera sido derrotado por los ingle-
ses?; ¿qué hubiera pasado en la Argentina si el 17 de octubre de 1945 hubie-
ra sido reprimido por el ejército? En general se advierte que no hubiera pa-
sado nada muy distinto: Lincoln o Kennedy, por ejemplo, igual hubieran
sido líderes de su país -pero no con el título de presidente sino como virrey
o primer ministro del "Dominio de Américaw-. A la respuesta local, hay
quien postula que Perón hubiera llegado igual a la presidencia, pero en 1952
con Solano Lima de vicepresidente. Ver, sobre el punto, Historia virttaal,
bajo la direcci6n de NIALL FERGUSQN. El "contrafa~tual"sobre Lincoln o
Kennedy es del propio NMLLFERGUCON: Epilogo: urra historia virtual, 1646-
1996, donde imagina -además- que el primer ministro Kennedy malamente
derrotado en las elecciones de 1968 por un Richard Nixon con mandato para
terminar con la guerra de Vietman, "con aspecto muy demacrado dej6 bien
en claro su resquemor: 'Si hubiera muerto de un tiro en 1963', exclam6, 'hoy
seria un santo'. Pese a que, como sostiene DLANE KUPIZ,a Kennedy no le fal-
taba razón, su comentario fue universalmente ridiculizado en ese momento".
El "contrafactual" sobre Perón es de TORRE:LCL Argentina sin el pemnismo.
¿Qué: hubiera ocuwido si hubiese fracasado el 17 de octubre?
Son muy pocos los hechos que por sí mismos hubieran cambiado total-
mente la historia: si los bravos padres jesuitas que resistieron junto con los
ejércitos guaranies la embestida bandeirante en Mbororé (la batalla más im-
portante de la historia argentina -1 1 al 161311641-) hubieran sido vencidos,
este trabajo versaría sobre algún punto de la nueva ley de concursos brasile-
ña y estaría escrito en portuguks. Hay por cierto algunas hip6tesic "contra-
factuales" que provocan terror: por ejemplo, que el régimen nazi hubiera lle-
gado primero a tener la bomba atómica.
SUSPENSI~N. A T R A C C I ~ N . D E D U C C I ~ NDE NUEVAS ACCIONES
29 BARREIRO - TRUFFAT,
Los procesos conctarsa!es no se agotan en los regidos
por la ley 24.522, ponencia en V Congreso Argentino de Derecho Concursa1 y
IIi Longreso Iberoamericano sobre la Insolvencia, en "Derecho concursa1 argen-
tino e iberoamericano", t. 1, p. 55 a 58.
30 Agregamos, pero ello es objeto de desarrollo a E o largo de toda esta
obra, que en verdad son "tres" las reglas básicas de la concursalidad -según
lo vemos-, pues es menester garantizar el control correspectivo.
FUERO DE ATRACCI~NEN LOS CONCURSOS
34 - ROITMAN
RIVERA - V~TOLO,
Reforma a la ley de concursos y quiebras.
Ley 26.086, p. 19.
SUSPENSI~N. ATRACCI~N. D E D U C C I ~ NDE NUEVAS ACCIONES 63
chos emergentes de la sentencia obtenida ("titulo verificato-
rio"); b) para intimar el cumplimiento del concordato bajo
apercibimiento de quiebra (art. 64, LCQ) si el deudor incu-
rriera en mora en su cuota concursal, y c ) para hacer valer
cualquier derecho potencialmente menoscabado por algdn
intento del debitor de cumplir en extensión diversa, o sin
los intereses debidos, etcétera.
No es menos cierto que la política legislativa hacia los
síndicos no brilla por el intento de hacer apetecible tal co-
metido. A los síndicos se les exige título de grado y expe-
riencia y se los insta a obtener un posgrado con rango de
especialización (art. 253), se les impone un durisimo ré-
gimen de responsabilidad disciplinaria (art. 255), se les
recargan tareas con informes tan urgentes como complejos
(art. 16) -lo que también los expone a potencial responsa-
bilidad patrimonial-; se les redujeron en su hora las esca-
las arancelarias (arts. 264 y 265) y, aunque les aumentaron las
tareas, se mantuvieron las parámetros antiguos. Ha habi-
do una explosión en la anotacidn de síndicos para recientes
cuatrienios; pero ello es atribuible -nos parece- más al
escenario desesperante de los tiempos posdefault que a una
vocaci6n rediviva por desempeñar el rol sindical (habría
que ver qué ocurre en tiempos más calrnos como los actua-
les).
Los síndicos trabajan en miras a una regulación futura
-s610 asistidos por las gotas de agua en el desierto que
constituyen los "aranceles"- y deben en ese interin mante-
ner una estructura física (art. 275, inc. 7) y altísimos están-
dares de actuación. Más de una vez, especialmente en las
quiebras, aunque también se han dado casos en concursos
poco significativos, los tribunales han pretendido de ellos
que "adelanten fondos" para alguna diligencia (p.ej., publi-
cidad de una subasta de bienes), cuando obviamente tal
pretensión es inconstitucional (arg. art . 19, ley suprema).
Es verdad que a los sindicas les costar&conseguir letra-
dos que los representen en jurisdicciones alejadas y en
procesos donde, aun gananciosos, difícilmente perciban ho-
norarios (cabe señalar que el caso del ejemplo citado ante-
riormente es un supuesto de paradigmática invocacibn del
beneficio de litigar sin gastos). Agrkgase a ello que imagi-
FUERO DE ATRACCI~NEN LOS CONCURSOS
nar que los agentes fiscales asumirán tal cometido (art. 258,
párr. 2') -con alguna meritoria y solitaria excepción, que
siempre las habrá- es un argumento tan fácil como de im-
posible concreción práctica; demasiado trabajo en múltiples
otros temas tienen los fiscales como para dictaminar al
modo del art. 56 en juicios por daños y perjuicios (esto, cla-
so está, en tanto se acepte que el cometido del sindico no
debería exceder del antedicho).
Estamos ante la cuadratura del círculo. La ley 24.522
eligió que todos esos riesgos y esfuerzos pesaran sobre el
sedicente acreedor; la ley 26.086 los ha transferido al órga-
no sindical.
Una vez más se siente aquí (la ley 26.086 ha tenido la
virtud de hacer muy patente tal necesidad) lo imprescindi-
ble de diferenciar procesos concursales segun su magnitud.
En alguna ocasión hemos propuesto con BARREIRO y LORENTE
##
la necesidad de diferenciar entre "megaconcursos", gran-
#<
des concursos", concursos típicos" y "pequeños concursos".
También proyectamos un texto legal que previera un proce-
dimiento formulario para los concursos mínimos (los con-
cursos de con sur nido re^)^^. Por cierto, no sería igual la si-
tuaciOn en un megaconcwrso -tal vez con establecimientos
o actividad esparcida por toda la República-, donde no se-
ría ilbgico pensar que tales costos de representacibn sindi-
cal debieran ser asumidos por el concursado, que el concur-
so típico de una pequeña empresa textil del conurbano
(donde la mayor molestia y complejidad del sindico sería
seguramente asistir a audiencias de vista de causa ante los
tribunales de San Martín o Morón). Pero esta discrimina-
ciOn no existe en la ley. El no frustrar el sistema depende-
rá de la lucidez de los jueces (y el ejercicio lógico de las fa-
cultades previstas por el art. 274, LCQ) y del sentido común
y posibilidades de los propios concursados -primeros inte-
resados, en tanto sean deudores de buena fe, en la interven-
36 ROUILLON,
Régimen de concursos y quiebras, p. 94.
SUSPENCI~N. ATRACCI~N. D E D U C C I ~ NDE NUEVAS ACCIONES 67
Al establecer la ley la prohibición de deducir nuevas ac-
ciones, solo puede referirse a potenciales reclamos aún no
iniciados. Obviamente, aquello que todavía no comenzó a
existir como juicio (es una mera posibilidad de juicio) mal
podría ser suspendido o atraído.
¿Es posible, a partir de estas observaciones elementa-
les, concluir que cuando la ley excluye ciertas situaciones
de "los efectos antes mencionados'kcorresponde discriminar
si los supuestos previstos como exceptuados se refieren a
ambos subuniversos (tanto a las acciones promovidas, cuan-
to a las acciones a promoverse) o sólo a alguno de ellos?
Tras un enorme esfuerzo (alguien dirá "forzamiento") inter-
pretativo, creo que podría arribarse a tal conclusi0n.
El problema finca en que el legislador mezcló sin clari-
dad casos donde la excepción es a toda la triada, con casos
donde la excepción es s61o a las dos primeras normas bási-
cas (suspensión - atracción).
Tiene razón ROUXLLON cuando advierte que, en principia,
la ley genera una excepción omnicomprensiva. En ausencia
de otros datos que permitan una interpretacibn distinta, de-
berá estarse a esta (es casi una contradicción terminológica)
excepción general.
De esta manera, en el caso de los incs. 1 y 3 no hay
más remedio que concluir que los procesos allí mentados, o
las posibles acciones que se deduzcan según tal esquema,
están exceptuados tanto de la atracción, cuanto de la sus-
pensión e , incluso, de la prohibicidn de deducir nuevas ac-
ciones. Lo atinente a la expropiación, a las relaciones de
familia, a las ejecuciones de garantías reales o a los casos
en que el concursado sea parte de un litisconsorcio pasivo
necesario, esta fuera de la regla general (está alcanzado por
la plena excepcion que consagra el art. 21 en su párr. 2").
Hay algo, sin embargo, que "cruje" en el inc. 2. Allí se
mencionan "los procesos de conocimiento en trámite" y "los
juicios laborales", generando la idea de que el legislador
pretendió discriminar entre los primeros (que quedan aco-
tados a la característica de "estar en trámite") y los segun-
dos (que no tienen tal limitación).
Se dirá que este argumento es muy endebIe no sOlo por
el defectuoso empleo de términos del legislador (la mencióln
68 FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
DE PINA- FRAGAPANE,
1' BAUZA El sindico como parte necesaria, "Revista de
Derecho Concursal", t. VI, en prensa.
FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
12 HEREDIA,
Tratado exegético áe derecho concursal, t. 1, p, 558.
REGLAS Y EXCEPCIONES
Ir
Citamos a ESPARZA: NOSparece interesante reseñar, aun-
que sea sucintamente, la postura que los autores RICHARD,
MALDONADO y ALVAREZsostienen en su obra, pues allí podemos
leer que 'no es una excepci6n propiamente dicha, ya que s6-
lo se suspenden los juicios de contenido patrimonial. En la
clasificacibn que efectúa ALSINA,los juicios de familia, de es-
tado, los que sustentan acciones de contenido personalisirno,
no se suspenden, porque no tienen contenido patrimonial, tal
como surge de la inteligencia de los arts. 22, 112, inc. 1, y
136 de la ley de concursos, por lo que las normas podrían
haber omitido esta supuesta excepción, ya que no sería tal"'13.
El mismo autor apunta, sin embargo, lo siguiente: "Lo
primero que debemos decir es que el legislador falencia1
(tanto el de la ley 19.551, como los posteriores, y funda-
mentalmente el de la ley 24.522) no ha tenido una clara y
definida postura en este tema (complejo y difícil) de las re-
laciones entre derecho concursal y el derecho de familia
(tanto en su faceta extrapatrimonial como patrimonial, la
cual obviamente tiene una injerencia a la hora de la falen-
cia). En efecto, por un lado edicta que todo lo referido a
las '. .. relaciones de familia.. .' parecerian estar totalmente
sustraídas al juez del concurso, pero luego como muestra
de esa indefinicidn (llamémosle politica) regula en mate-
ria de alimentos que '... $610 corresponde reclamar en el con-
curso el crédito por alimentos adeudados al fallido antes de
la sentencia de quiebra. ..' (art, 156, LCQ), sugerente dispo-
sición (que aunque redundante si la miramos a travds de
los arts. 32 o 200, LCQ) adquiere una mayor significacióln
si el prisma es a través de los arts. 2 1, inc. 2, o 132 de la
LCQ. Tambien las disposiciones de los arts. 108, incs. 3 y
4, de la LCQ, las cuales parecerían reafirmar el primado de
la legislacibn concursal y su magistratura por sobre el dere-
cho de familia. Primer tema que dejarnos señalado, la falta
de una clara y definida política legislativa al respecto, la
cual obviamente genera que el juzgador deba crear juris-
prudencia al respecto y las ldgicas inseg~ridades"~~.
16 RUB~N,
Créditos con garantia especial y procesos concursales en la ley
24.522, LL, 1996-C-1422.
REGLAS Y EXCEPCIONES 93
inc 2, proyectado preveia: "la radicacih ante el juzgado de
concurso de todos los juicios suspendidos según el inciso
anterior y de los de ejecución prendaria e hipotecaria cual-
quiera sea la jurisdicci6n en que tramiten".
Sabido es que la ley 24.522, en su redacción original,
mantuvo la solución de compromiso de la ley 22.917. R u s f ~
dice: "lo primero que hizo fue extender el injusta régimen
de excepción de las ejecuciones prendarias o hipotecarias a
todas las ejecuciones de créditos con garantía especial"".
Proveyó, sin embargo, una notable modificación: sujetó ta-
les ejecuciones al fuero de atracción, es decir que, también
en el concurso preventivo, éstas debían continuar su trami-
taci6n o ser promovidas por ante el magistrado concursal.
La clara letra de la ley no fue óbice para que la Corte
Suprema de Justicia de la Nación entendiera todo lo con-
trario y fijara un enfoque interpretativo que abrogó -por
imperio de su ejemplaridad- la mentada soluciijn.
Señalaba ROUILLON, con pesar evidente -por participar
de la interpretacidn adecuada del dispositivo contenido por
41
el art. 21- pero con remarcable prudencia: Una interpreta-
ciOn de los ines. 1 y 2 del art. 21 de la ley concursal, destaca
que la regla general y primera, hoy, es el fuero de atraccibn
intenso del concurso preventivo, que abarca a todos los jui-
cios de contenido patrimonial contra el concursado, cuyas
únicas excepciones legales son las mencionadas en la pri-
mera frase del inc. 2 citado: 'quedan excluidos de la radica-
ción ante el juez del concurso los procesos de expropiación
y los que se funden en las relaciones de familia'. Esta tesis
asigna a la segunda frase del mismo inciso la significaciun
que surge de la lectura de su propio texto, esto es, reglar la
posibilidad de continuación o de iniciación de las ejecucio-
nes de garantías reales después de haberse presentado el
pedido de verificación respectivo, y nada más, ya que nada
hay en dicha frase que autorice a suponer que están exclui-
das del actual, e intenso, principio de radicación ante el
juez concursal. Es la interpretacidn que hemos sostenido y
que compartimos con una porción significativa de tribunales
22 El mercader de Venecia.
SHAKESPEARE,
23 Obviamente la idea es metafdrica -es impensable que el objeto de
este contrato no repugne al art. 953 del Cód. Civil y que no lo hiciera a
principios básicos aun en la dura República de Venecia en el Prerrenaci-
miento; y además tiene indeterminación del objeto vulnerando el principio
de especialidad-. Se diría, además, que no había traslacidn de la cosa, o
sea que -de haber sido posible el desaguisado- hubiera sido una "prenda
sin desplazarniento", lo que no existía. Pero no es menos cierto que en
aquellas dpocas lo que hacía las veces de los actuales registros públicos
eran los notarios y que Shylock se cuidó de dar resguardo notarial a1 com-
promiso de Antonio.
24 El infame juego de palabras del dux a instancias de Porcia-, esto es
"ni una gota de sangre", es el paradigma del derecho ritual mas rígido e in-
humano (aunque, en el caso, empleado para una causa teóricamente noble).
Así como Shylock es el paradigma del "abusador de derecho", aunque en su
auxilio hay que recordar las humillaciones previas y el rapto -consentido por
ésta- de su propia hija Jessica, la solución ducal sólo se sostiene para solaz
de un público fh-eamente antisemita como el de la Inglaterra isabelina, que
no quería la justicia sino la humillación del prestamista. Probablemente
SHAKESPEARE, moroso consuetudinario y pedigüefio tenaz, estuviera proyectan-
do sus propios deseos con relación a aquellos a los que debía fondos que no
quería restituir.
98 FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
s ~ s p e n d e r s e " ~Adunarnos
~. a la argumentaciíin del citado
profesar, la previsión del art. 125: clave de bóveda de todo el
sistema concursal.
Ya adelantamos que, salvo las ejecuciones de garantias
reales, en la quiebra es aplicable el art. 21 bajo el régimen
allí previsto.
Esto debería llevar a concluir que es indiferente el de-
creto de quiebra (de nuevo, con la salvedad de la presencia
del síndico -a su vez exceptuada en los juicios que se fun-
den en relaciones de familia-) en los juicios de expropia-
ción, en los juicios que se funden en relaciones de familia,
en los procesos de conocimiento en tr8mite, en los labora-
les y en los procesos respecto de los cuales el quebrado
ocupe el lugar de litisconsorte pasivo necesario.
Sin embargo, el decreto de quiebra será harto relevante
para las siguientes personas.
a) Quienes estuvieran ejecutando una sentencia o pre-
vieran ejecutarla.
b) Quienes estuvieran ejecutando algún título que con-
tara con tal vía o pensaran hacerlo.
c ) Quienes estuvieran ejecutando garantías reales o tu-
vieran en miras ejecutarlas.
d ) Quienes tuvieran la intención de promover juicio de
conocimiento (no laboral), aun cuando ya hubiera inicia-
do trámite de mediación -en la jurisdicción donde es recaudo
previo-.
Es muy dudoso determinar si la remisión al régimen
11
allí previsto" incluye lo atinente al dies a quo, pero nos in-
clinamos -ante la falta de especificaciones del texto- por la
afirmativa.
O sea que a y b podrían proseguir con la ejecución has-
ta el inicio de la publicación edictal, con todos los riesgos
apuntados anteriormente, en orden a la potencial negacióln
de entrega de fondos cuando ella no hubiera sido dada por
el juez natural "antes" del inicio de la publicación de edic-
tos. No podrán, en cambio, promover ejecuciones a partir
del decreto de quiebra.
y art. 134, ley 24.522). La ley trata de evitar supuestos de duda sobre la
complaciente formación de un tribunal posterior a la quiebra, máxime ante
el interés colectivo en el reconocimiento de los créditos. Por ello, el princi-
pio es que las cláusulas compromisorias son ineficaces e inaplicables cuando
han sido estipuladas con anterioridad a la declaracidn de falencia, excepto
que a1 momento de decretarse la quiebra se hubiere constituido e1 tribunal
de Arbitras o arbitradores" (ZAMUDTO - GERSCOWCH, Concursos, p. 167).
36 CAIVANO, Arbitraje, p. 67.
REGLAS Y EXCEPCIONES
ducida del art. 247, LCT) son las razonables en caso de con-
curso preventivo o quiebra; o si debería pensarse en números
más módicos, pero de efectivo cobro, para la emergencia
-sin perjuicio de que luego se reclamaran las eventuales di-
ferencias que previera la legislacihn-.
9 16 LITISCQNSORCIOPASIVO NECESARIO
O juicio
53 B A ~ I REl , continuado en sede extrafia:la opcidn de continuar,
"Revista de Derecho Concursal", t. VI, en prensa.
54 De nada le serviría al deudor quedarse agazapado a Ia espera del ven-
cimiento del plazo de perención. En tal caso no correspondería decretarla
FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
59 Arg. art. 4", párr. lb, del Cód. Proc. Civil y Com. de la Nación, y nor-
mas simiIares de los códigos locales (por analogía).
El auténtico núcleo duro de la reforma emergente de la
ley 26.086 pasa por articulas (por intentar articular) un me-
canismo de pronto pago que, en verdad, garantice a los tra-
bajadores la citada preferencia temporal.
No es objeto de estas líneas el análisis del "nuevo pron-
to pago" en sí, sino del impacto de la citada ley sobre el ré-
gimen de atracción, suspensión y, en última instancia, so-
bre el mecanismo verificatorio.
Sin embargo, para quien -como es nuestro caso- ha in-
cluido el pronto pago laboral entre los mecanismos de ad-
misi6n al pasivo concursall (siguiendo sobre el punto una
consolidada línea interpretativa que arrancó con RIVERA~
-en conocido contrapunto con FERRER~- y que fue acompa-
ñada por M A F F ~ Aquien
~ , aprovechó para quejarse del inge-
nuo texto legal entonces vigente), parece menester efectuar
algún análisis del nuevo régimen, al menos en lo que apor-
ta al tópico verificatorio.
Aclaramos, aunque no hace falta, que empleamos el ter-
mino %erificatorio" de moda general. No estamos mentan-
1 TRUFFAT,
Procedimientos & admisión al pasivo concursal, p. 143 y SS.
k m , Instit~1cionesde derecho concursal, t. 1, p. 240.
3 FBRRER,Las relaciones laborales en 10s pmcedimientos concursales. La
wtseva normariva ivitroducida por la ky 24,522, "Revista de Derecho Privado y
Comunitario", 1996. no 10, Concursos y quiebras 1, p. 129.
4 MAEF~A,Vkrificucidn de créditos, p. 479.
146 FUERO DE ATRACCI~NE N LOS CONCURSOS
R Q ~ L O Rdgiwren
N, de concursos y quiebras, p. 80.
8 Como con precisibn apuntó HEREDIA, en su exposición en las Primeras
Jornadas de Derecho Empresario Econ~imico,Universidad Católica Argenti-
na, Facultad de Derecho, Departamento de Posgrado y Extensión Juridica
(16 y 17/61/06), como integrante del panel sobre "Alcances de la reforma dis-
puesta por la ley 26.086'' q u e cornpartia con el suscripto-, para el deudor se
trata de una auténtica "confesión". Y esto coadyuva claramente a la auto-
maticidad del pago.
FUERO DE ATRACCI~NEN LOS CONCURSOS
3 2 3 . NATURALEZA
J U R ~ D I C AY TRAMITE DEL INCIDENTE
DE V E R I F I C A C I ~ NPROMOVIDO POR QUIEN
CUENTA CON SENTENCIA PRONUNCIADA
EN SEDE DISTINTA DE L.A CONCURSAL
DE PINA- FRAGAPANE,
27 BAUZA El sindico como parte necesaria, "Revista de
Derecho Concursal", t. VI, en prensa.
174 FUERO DE ATRACCI~NEN LOS CONCURSOS
5 30. DERECHOS
DEL ACREEDOR CONCURSAL
QUE CONTINÚA EL JUICIO
1 MOLINA SANDOVAL,
COS~USy honorarios en la reforma concursa1 de la ley
26.086, ponencia en VI Congreso Argentino de Derecho Concursa1 y IV
Congreso Iberoamericano sobre la Insolvencia, "Libro de ponencias", t. 111,
p. 507 y siguientes.
EL CONTROL CORRESPECTIVO
puede existir algun argumento válido -en tanto traído por los
cautelantes- que justifique el mantenimiento de la medida.
Es muy dificil pensar en algún fundamentó en abstrac-
to. Acotamos que será común, sin embargo, solicitar que
el levantamiento no tenga Iugar mientras el debitor esté en
condiciones de desistir per se el concurso o, incluso, con la
conformidad de la mayoría de los acreedores (art. 31).
Véase que resulta aceptable rendirse frente al criterio de
mayorías para arribar a un concordato que mutará el título
de los acreedores de causa o título anterior, no sólo porque
se presume que los m6s siempre elegirán lo mejor, sino
también porque nadie podrál someter a otro a una regla
más gravosa que la autoimpuesta (art, 5 6 ) . La moralidad
intrínseca de la soluciOn que viene de un acuerdo de mayo-
rías se sustenta en tal criterio: el art. 56 garantiza la par
condicio creditorum Entra clases y ningún acreedor puede ve-
nir, con su conformidad, a colaborar en que se establezca un
régimen que afecte el derecho de los otros acreedores en gra-
do diverso a la afectación a la que se somete (esto, claro está,
con las variaciones provenientes de la existencia de subpro-
puestas donde no hay agravio mientras el derecho de elegir
sea parejo y no se pretenda imponer opciones de hierro). La
conformidad mayoritaria en el desistimiento del art. 31 de
la LCQ en nada disminuye o afecta el derecho de quienes la
prestan; pero podria dañar gravemente a quien no habién-
dola prestado hubiera sido privado, por vía de levantamien-
to, de una medida cautelar que aseguraba sus derechos.
Así pues, consideramos que prima facie el levantamien-
to no debería tener lugar antes de la ocasión del art. 42 de
la LCQ, salvo el supuesto de auténtica urgencia y necesidad
evidentes para el concurso. Este criterio que aquí se expo-
ne ya había sido adelantado por R u B ~ Npero
~ ; su actualidad
se ha potenciado atento el nuevo régimen legal.
Saber poner la cuestión en su justo quicio será el modo
para que el nuevo inc. 4 del art. 21 sea visto como lo que es
"en abstracto": un avance, para evitar que los pícaros de
siempre tomen ventaja que nadie ha querido concederles.
Art. 4 " - Pueden ser objeto de expropiacibn todos Ios bienes conve-
nientes o necesarios para la satisfacción de la "utilidad pública", cualquie-
ra sea su naturaleza jurídica, pertenezcan al dominio público o al dorni-
nio privado, sean cosas o no.
Art, 5 ' - La expropiación se referirá especificamente a bienes deter-
minados. Tambikn podrA referirse genéricamente a los bienes que sean
necesarios para la construcción de una obra o la ejecución de un plan o
proyecto; en tal caso la declaracibn de utilidad pública se hará en base a
informes técnicos referidos a planos descriptivos, análisis de costos u
otros elementos que fundamenten los planes y programas a concretarse
mediante la expropiación de los bienes de que se trate, debiendo surgir la
directa vinculacibn o conexión de los bienes a expropiar con la obra, plan
o proyecto a realizar. En caso de que la declaración genérica de utilidad
pública se refiriese a inmuebles, deberán determinarse, ademfis, las dis-
tintas zonas, de modo que a falta de individualización de cada propiedad
queden especificadas las Areas afectadas por la expresada declaracibn.
Art. 6'- Es susceptible de expropiación el subsuelo con independen-
cia de la propiedad del suelo.
Igualmente son susceptibles de expropiación los inrnuebles sometidos
al régimen de propiedad horizontal.
Art. 7'- La declaración de utilidad publica podrá comprender no so-
lamente los bienes que sean necesarios para Iograr tal finalidad, sino tam-
bién todos aquellos cuya razonable utilización en base a planos y proyec-
tos específicos convenga material o financieramente a ese efecto, de modo
que se justifique que las ventajas estimadas serán utilizadas concretarnen-
te en la ejecución del programa que motivó la declaración de utilidad pú-
blica.
Art. 8'- Si se tratase de la expropiación parcial de un inmueble y la
parte que quedase sin expropiar fuere inadecuada para un uso o explota-
ción racional, el expropiado podrh exigir la expropiacibn de la totalidad
del inmueble.
En los terrenos urbanos se considerarán sobrantes inadecuados los
que por causa de la expropiación quedaren con frente, fondo o superficie
inferiores a lo autorizado para edificar por las ordenanzas o usos locales.
Tratándose de inmuebles rurales, en cada caso serán determinadas
las superficies inadecuadas, teniendo en cuenta la explotaci6n efectuada
por el expropiado.
En el supuesto de avenimiento, las partes de común acuerdo determi-
narán la superficie inadecuada, a efectos de incluirla en la transferencia
de dominio; en el juicio de expropiaci6n dicha superficie será establecida
por el juez.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
T ~ W LVO
DEL PROCEDIMIENTO JUDICIAL
PLAZO DE LA EXPROPIACI~N
DE LA EXPROPZACI~N
IRREGULAR
Art. 51. -Procede la acción de expropiación irregular en los siguien-
tes casos:
a) Cuando existiendo una ley que decIara de utilidad pública un bien,
el Estado lo toma sin haber cumplido con el pago de la respectiva indem-
nizacibn.
b) Cuando, con motivo de la ley de declaracibn de utilidad pública,
de hecho una cosa mueble o inmueble resulta indisponible por evidente
dificultad o impedimento para disponer de ella en condiciones normales.
c) Cuando el Estado imponga al derecho del titular de un bien o cosa
una indebida restricción o limitación, que importen una lesión a su dere-
cho de propiedad.
Art. 52. - No corresponde la acci6n de expropiación irregular cuando
el Estado paraliza o no activa los procedimientos despuks de haber obte-
nido la posesión judicial del bien.
Art. 57. - Cuando por razones de utilidad pública fuese necesario el uso
transitorio de un bien o cosa determinados, mueble o inmueble, o de una
universalidad determinada de ellos, podrá recurrirse a Ia ocupaci6n tem-
poránea.
Art. 58. - La ocupación temporanea puede responder a una necesidad
anormal, urgente, imperiosa o súbita, o a una necesidad normal no inminente.
.........................................................................................................................
Art. 65. -El procedimiento judicial establecido para el juicio de ex-
propiación es aplicable, en lo pertinente, al juicio de ocupación temporá-
nea normal.
.........................................................................................................................
LEY 26.086"
MODIFICACIÓN DE LA LEY 24.522
OIT 173"
CONVENIO
PROTECCI~NDE LOS CRÉDITOS LABORALES
E N CASO DE INSOLVENCIA DEL EMPLEADOR
DISPOSICIONES GENERALES
RANGODEL PRIVfLEEIO
Art. 9" - El pago de los crkditos adeudados a los trabajadores pos sus
empleadores, en razón de su empleo, deber8 ser garantizado por una ins-
tituci6n de garantia, cuando no pueda ser efectuado por el empleador de-
bido a su insolvencia.
Art. 10. - A los efectos de la puesta en aplicación de esta parte del
convenio, todo miembro podra adoptar, despuks de consultar a las organi-
zaciones de empleadores y de trabajadores más representativas, las medi-
das apropiadas para evitar posibles abusos.
Art. 1 I . - 1) Las modalidades de organización, gestibn, funcionamien-
to y financiacidn de las instituciones de garantía deberán ser determina-
das de conformidad con el art. 2".
2) El p8rrafo precedente no obsta a que un miembro, de conformi-
dad con sus caracteristicas y necesidades, permita que las compañías de
seguros proporcionen la protección mencionada en el art. 9 O , siempre que
ofrezcan garantías suficientes.
Art. 12. - Los crkditos laborales protegidos en virtud de esta parte del
convenio deberan cubrir, al menos:
a) los salarios correspondientes a un periodo determinado, que no
deberá ser inferior a ocho semanas, precedente a la insolvencia o a la ter-
minación de la relacidn de trabajo;
b) las sumas adeudadas en concepto de las vacaciones pagadas co-
rrespondientes al trabajo efectuado en un período determinado, que no
deberá ser inferior a seis meses, precedente a la insolvencia o a la termi-
nación de la relación de trabajo;
C) las sumas adeudadas en concepto de otras ausencias retribuidas
correspondientes a un período determinado, que no deberá ser inferior a
ocho semanas, precedente a la insolvencia o a la terminación de la rela-
ción de trabajo, y
d) las indemnizaciones por fin de servicios adeudadas a los trabaja-
dores con motivo de la terminación de su relación de trabajo.
Art. 13. - 1 ) Los créditos laborales protegidos en virtud de esta parte
del convenio podrhn ser limitados a un monto prescrito, que no deberá
ser inferior a un mínimo socialmente aceptable.
2) Cuando los créditos protegidos estén limitados en esa forma, aquel
monto se deberá reajustar cuando proceda, para mantener su valor.
DISPOSICIONES COMPLEMENTARIAS
SE PRESENTA
Proveer de conformidad,
SERA JUSTICIA
ALVAREZ, EDUARDO O,, El acreedor laboral y el proceso universal en la recien-
te modifi~acidnde la. ley de concursos y quiebras, LA, 2006-C-1171,
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continuar, Rosario, Zeus, "Revista de Derecho Concursal", t. VI, en
prensa.
- La nueva verificacidn no tardía (nunca es tarde cuando el juicio no
atraido es bueno), ponencia presentada en VI Congreso Argentino de
Derecho Concursal y IV Congreso Iberoamericano sobre la Insolven-
cia, ' l i b r o de ponencias", t. 111, p. 137 y siguientes,
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Societaria Errepar", nov. 2005, no 216, p. 1349.
BARREIRO, MARCELO G. - TRVFFAT,E. DANIEL,El litisconsorcio pasivo necesa-
rio: jexcepcidrt al principio general?, ponencia en VI Congreso Argentino
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vencia, "Libro de ponencias", t. 111, p. 161.
- Los procesos concursales no se agotan en los regidos por la ley 24.522,
ponencia en V Congreso Argentino de Derecho Concursal y 111 Con-
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