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DISCTJBSO

SEÑOR SENADOS POR MALLECO

PRESUPUESTOS !

=s^í;

SANTIAGO DE CHILE

IMPKENTA NACIONAL. MONEDA N.° 73


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i
DISCURSO

SEÑOR SENADOR POR M A LLECO

de 4- de diciembre de 1S05I

V.\ señor Santellfíes.—Li discusión jeneral de


la leí Je presupuestos nos ha sujeiido ¡a idea de
¡iiirrriur h ntuacion económica del país, con relación
* las entrada» i gastos de la Nación, para estimar si
i'uwjil irnos too el deber de atender a las necesidades
ijue l:i solución de nuestros compromisos nos ha de
di ;>. Mu- r nía» tarde,
Nu sigoilica esto, señor Preeidenie, que vayamos
a tcihiZdt eri ¡enera! la lei de presupuestos para 1,896,

poique, ai bien es cierto que puede hacer esto el


Congreso, no lo es menos que la lei de presupuestos
tiene una importancia capital para la marcha regular
de la Administración; de modo que, sin tomar en
cuenta la cuestión política, * la cual podría referirme,
aprobaremos el proyeeto en jeneral, por la necesidad
que hai <le subvenir a los gastos que demanda el
servicio administrativo del país.
Cualquiera que sea nuestro modo de apreciar el
rumbo impreso a los negocios políticos del Estado,
todos tenemos el mismo ínteres en el orden ecODD-
mico: el de fomentar la riqueza pública, el bienestar

i —

de los indivi
jeneral, que es la suma del bienestar
duos. Para obtener esto, ea necesario una vida finan
ciera segura, que permita al comercio un desarrollo
cilsis económicas,
progresivo, cuidando de evitar las
objetos todos ile una acertada administración de la
Hacienda pública, eje i fundamento do las demás
instituciones, por cuyo motivo debiéramos estar uni>
dos en este propósito común, ya que a todos nos
afecta la imposición de nuevas contribuciones i a
todos nos alcanzarían los efectos desastrosos de una

Yo espero, pues, que las observaciones que eBtinio


necesario hacer, merezcan especial benevolencia, i nc
Bstrañara, ciei Uniente, el Honorable Senado el temor
con que hago uso de la palabra, que antes, por el
contrario, ha de encontrarlo justificado; pirque loe
esfuerzos dedicados por personas competentes a siste
matizar nuestras finanzas lian sido tan pocos en
número como escasos en resultados: de modo que el

intento bien intencionado de iniciar el estudio de


cuestión tan compleja, me parece ya título suficiente
par? que mis honorables colegas me conccdnn su
buena voluntad.
1 esa buena voluntad i las aspiraciones constantes
de nuestro partido de buscar el equilibrio estable de
las entradas i gastos de la Nación para obtener un
sistema económico libre de incertidumbres i de con-
tinjcncias mas o menos posibles de vencer, me alen
taria para proponer una reforma mas amplia e inme
diata de nuestro sistema económico que comprendiera
la administración publica en todas sus fases,
Pero nos lo impide la escasez del tiempo, pues
fuerza es que tengamos presupuestos para 1896.
Esta sola consideración, por st bastante poderosa,
unida a las dificultades de problema tan complejo i
que presenta hoi mayores dificultades que de ordina
rio, no me permitirá tratar esta cuestión con el dete
nimiento qne, en mi sentir, merece i he de limitarme
a decir
algunas palabras fundando el concepto que
nos hemos formado de que los presupuestos se han
elevado a una suma que no eBtá en armonía con los
verdaderos intereses de la República.
He dicho que esta es tarea difícil i, en efecto, la
Comisión encargada por la lei del estudio de los pre
supuestos, no ha podido disponer de los datos i ante
cedentes mas indispensables para poder apreciar de
un modo exacto ese estado financiero
cuyo estudio
estimamos de la roas alta importancia.
La Comisión no conoció el batanee de la Hacien
da pública, correspondiente a
1894; no tuvo a la
vista la cuenta de inversión del ario anterior, ni so le
presentó la Memoria del Departamento del ramo; i
aun hoi mismo ignoramos cuánto será necesario
envía'' a Europa en el curso del ano i, en consecuen
cia, no sabemos cuál será la suma con
que se inicie
el ejercicio financiero de 1396.
Esto proviene, en mi concepto, como decía hace un
momento, de que los esfuerzos dedicados a sistemati
zar las finanzas nacionales transido tan pocos en nú
mero corro escasos en resultados, en prueba de lo cual
agregaré que, si bien se observa, veremos que del
imperte total de los egresos de la Nación, la inmensa
mayoría satisfacen gastos exijidos por servicios crea
dos por decretos o por simples flern introducidos en los
presupuestos, fuera de que no hai una sola casi de las
partidas de gastos fijos que creó el servicio a que ellas
se refieren, que no esté seguida de o tra partida destina
daa gastos variables, ampliando aquél en términos
tales que, ademas de elevar de un modo inconsulto en
muchos casos el monto de las sumas asignadas por el
lejislador al servicio de que se trata, cambia o modifica
el objeto que se tuvo en mira, en términos que podría
decirse que atravesamos por un período de prepara
ción o ensayos, al cual urje poner término, dictando
una lei que no solamente organice los servicios pá
blicos, sino también que reglamente mejor que la del
B4 la manera de formar los presupuestos.
El actual sistema tiene serios in con veniente?, no

6 —

solo enlo que he espresado, sino también en las cir


cunstancias bien atendibles de que muchos de los
aumentos que lian llevado nuestro presupuesto de
a ochenta millones de pesos, se hacen sin plan
gastos
lijo, obedecen en parte niui importante al criterio
especial del Ministro que accidentalmente sirve el
ramo, lo cual en otro sentido os pernicioso todavía;
mediante la implantación do él i de la interpretación
dada a la lei, los empleados públicos de planta
lega! eftán en
peor condición que los supernume-
rati-'i o asiiüilailní, porque no alcanza a é^tos la
prescripción establecida en el artículo 9." de la
lei de 16 de setiembre de 1884 sobie formación del
presupuesto, que prohibe alterar en ellos los sueldos
(¡jados por leyes especiales.
Yo sé, señor, que podrá decírseme que la lei citada
establece que, cnanlo la exijencia csiiaorditiaiin del
servicio público demande un aumento en la planta
de empleados fijada por una lei de efectos perma
nentes, se consultará el gasto entro las partidas va
riables del presupuesto; pero éste, que es el remedio
de una necesidad transitoria, se ha convertido en lo
normal i estable; esos gastos variables o accidentales
se convierten de hecho en fijos, constantemente ob

tienen colocación en los presupuestos i, lo que es peor,


alcanzan aumentos paulatinos e inconsiderados casi
todos los años.
Insinúo la necesidad de modificar la lei del 84 e
insisto en la urjencia de autorizar por leyes los ser
vicios administrativos, a pesar de que comprende
que una consideración total i completa de nuestra
vida económica, hecha en vista de los principios que
determina la naturaleza de las funciones del Estado,
podría llevarnos a una discusión de las teorías del
crédito i del impuesto, i por loa que deseen obstruir
esta reforma, a la cuestión política misma, de la
cual deseo apartarme en ese instante: porque, tal
como vamos marchando, llegaremos al socialismo de

Estado, con todas sus consecuencias perniciosas, i


porque con el actual sistema se hace mui difícil
bailar el limite i condiciones naturales de los
gastos
públicos en lelacion apropiada a los recursos del
Erario Nacional i a los requisitos exíjiblesa su orga
nización económica; i porque el Estado vivirá, aun
disponiendo de inmensas riquezas, casi agobiado por
atenciones i gastos de carácter transitorio,
que se
convierten en carga permanente.
Deseo que no se estime exajerado este criterio para
juzgar la foima en que son consultados algunos ser
vicios, i a tal fin voi a citar una opinión tan autori
zada como cod forme a mis ideas, porque espresa la
realidad de io que sucede.
Esa opinión se refiere, señor Presidente, a la Es
cuela de Artes i Oficios. «Si se examinan, dice ella,
los reglamentos de las distintas escuelas técnicas, se
verá que la enseñanza que se da en ellas es a la vez
técnica i práctica, i bí se toma el de la Escuela de
Artes i Oficios podrá notarse que la enseñanza teóri
ca que allí se da es mas comprensiva
que la que se
recibe en las de instrucción secundaria de segunda

Ya lo vé el Honorable Senado: In enseñanza teóri.


ca
que se da en la Escuela de Artes i Oficios es mas
comprensiva que la que se recibe en los establecí mien
tos de instrucción secundaría de segunda clase, es
decir, en los liceos de cabecera de departamento,
destinados a
preparar cursos superiores de profesiones
liberales, dice S. E. el Presidente de la República
en el preámbulo del Mensaje enviado al Senado con

fecha 10 de octubre en curso.


De aquí resulta que los sacrificios que el Estado
hace son completamente estériles; no aprovechan
ellos a las personas acomodadas, porque éstas no se
dedican a aprender oficio; no son útiles a los artesa
nos, porqvie el objeto de la Escuela ha sido desnatu
ralizado; no aprovechan, en consecuencia, la escasa
fortuna de un establecimiento en el cual, ademas de
las artes i oficio, se da una instrucción teórica mas

6 —

comprensiva que la que se recibe en la mayor parte


de los liceos de la República.
Así se esplica que de esta Escuela, cuya fundación
obedece a una verdadera necesidad, cuyos frutos de
bieran autorizar la inversión de trescientos mil peBoa
por año, no salgan mecánicos, torneros, jefes de
talleres, maquinistas, patronea de minas, electricistas,
individuos que la industria busca incesantemente i
¡jue en razón de bu importancia están llamados a
ocupar lugar preferente en el adelantamiento indus
trial del pais.
Esto que puede decirse de esa Escuela, bien podría
hacerse estensivo a los demás establecimientos de
enseñanza práctica i aun a los de instrucción secun
daria isuperior sostenidas por el Estado, en los cuales,
con diversos criterios i sin
plan fijo, se complica la
enseñanza i, con el anhelo de darles impulso, se crean

nuevas asignaturas, mayor número de cursos, i este


prurito se a las
llera hasta convertir en majisterio
sociedades de fomento fabril e industrial.
Nadie pondrá eu duda, señor Presidente, que de.
Beamos la
protección del Estado a la enseñanza; con
cedemos anualmente las sumas necesarias para ello,
porque es justo que on nuestro presupuesto de gastos
tenga la parte que le corresponde; i sí yo no hubiera
podido traer a este debate la opinión autorizada de
S. E. el Presidente de la República, a que acabo do
lar lectura, talvez no habría hecho esta observación,
temeroso que ella no sea suficiente a evitar grandes
males, pero no puedo negarse que será de alguna
utilidad.
No me detendré, pues, a examinar este caso ni
otros semejantes. Examinaré otros, acerca de los
cuales no es probable que haya aquí diferencia de
criterio i en los que el peligro de que hablaba al
comenzar, aparece ahora con toda claridad.
Con el ánimo de ir lo mas rápidamente posible,
no me detendré a examinar en detalle cada uno de
de los servicios a cargo del Estado que, en mi con-

9 —

copto, han contribuido en diversas formas


a elevar

de modoincousulto los egresos públicos; pero, como


un

importa, cuando so atraviesa una situación inconve


niente, afrontarla con franqueza i no buscar atenua
ciones engañosas que, prolongando oí mal, lo agravan,
voi a tocar algunos de ellos, aunque en forma bien

Entre esos servicios figura en primera línea la


administración de los ferroiarriles de propiedad fiscal,
construidos con el iuui jn.-ütioado propósito de fo-
mentar la riqueza pública con espeditas comunica
ciones, ájente activo para multiplicar el comercio e
impulsar el progreso materia!, porque las facilidades
de trasporte a
bajos fletes sirven admirablemente a
todaa las mas útiles manifestaciones de la actividad
humana.
Pues bien, la forma que en el servicio de los ferro
carriles destinados a tal fin se presta, no corresponde
al propósito que se tuvo en mira.

Los datos que tengo recibidos de personas veraces
í perfectamente informadas, me
permiten aseverar

que existen mas de cinco millones de tablas en las


estacionea de las líneas comprendidas entre Rublería
i Terauco, i que trascurren muchos meses sin que
algunos de sus dueños puedan obtener los carros que
necesitan para trasportarlas a los mercados de su

El precio de cada una de esas


piezas fluctúa entre
cincuenta í cinco i sesenta centavos, de modo que
descontando el flete, importan dos millones i medio-
de pesos las maderas de esta sola clase, que espuestas
al sol i a las lluvias, sufren los deterioros consiguien
tes a la intemperie n que están espuestas; i es ademas
mui apreciable el perjuicio que la privación de esos
capitales impone a la industria mas importante de
las provincias del sur de la República, laj cuales
atraviesan por una situación escepcionalrnente difícil
a causa de la mala cosecha, de la pérdida de una

10 —

parte de ella por los aguaceros de


copiosos
de la escasez de capitales.
Casi podría decirse con propiedad que son
deras las únicas producciones con que cueul
año los industriales del sur del Malleco, atendidas
las i lije lites pérdidas de cereales por efecto del mal
tiempo; i ni para trasportar esa única producción

¡No cierto que no es imajinable menor protec


es

ción, por no decir mayor abandunul


Conozco personas que tienen en activo tiabnja
hasta seis vastos establecimientos de elaborar made
ras, en los cuabs hallan trabijo gran número de ope
rarios, i sé que aquellos industriales están i-n el caso

de paralizar sus faenas; de modo que si el actual


sistema continúa, los perjuicios i los males seián
incalculables.
Los agricultores i loa industriales del sur esperan
una reacción; están halagados con la idea de que
ni
ej orai i su condición; cuanto al respecto ven, cuanto
sobre el particular oyen, lo interpretan como signo
favorable a su justo anhelo; i, sin embargo de que
tienen derecho de ser atendidos, personas conoce
doras de aquellas localidades sostienen que hai carga
botada en las estaciones para mil quinientos carros.
Ha trascurrido mas de las tres cuartas partes del
año i la crítica situación de esos industriales con
tinúa; no pueden ellos cumplir sus compiomisos, i,

un flete mayor, algo obtienen, reciben sus artículos


imposibilitados para una realización inmediata.
La jeneralidad de los establecimientos industriales
i en especial los de elaboración de maderas, tienen
empleados i operarios a contrata; están, en conse
cuencia, obligados a gastos fijos; i la falta de ele
méritos de acarreo, no solo limita el desarrollo de
esas empresas, síno que, ademas, laa espone a fracasar
por falta de mayores capitales, indispensables a toda

11 —

faena que gasta para produciri que no puede ver


salir de las estaciones sus manufacturas.
Tnubien pueden ser imputados al servicio defi
ciente de los ferrocarriles del Estado loa perjuicios
que sufre la molinería en Angol, Collipulli Lautaro,
Térmico, etc., que solo después de largas estadías
consigue, como de favor, les tiasporten sus harinas,
i suelen haceilo en carros sin techo i sin carpas, por
parajes donde llueve con frecuencia.
Lo repitn, a pesar de que tienen derecho de ser
atendidos, los industriales del sur de Malleco hacen
el papel del rústico que pinta Horacio, sentado a la
orilla del río, aguardando paciente que scabara de
correr el agua para pasar a la ribera opuesta, co

mo aquéllos están con sus maderas, viendo pasar


diariamente un tren, solo un convoi, cada veinticua
tro horas, esperando, sin que jamas les llegue el
turno deseado que les permita cumplir sus compro
misos con los mercados del centro del
país.
Por mi parte, estoi cierto de que he de encontrar
me justificado ante mis bonoiables colegas i ante el

pais, si me permito ocupar con esta cuestión algunos


instantes del tiempo, siempre escaso, de que nos e?,
dado disponer.
Son valiosísimos los intereses servidos por las
líneas férreas; es lújico
que tratemos de obtener de
ellas todo el provecho posible; estamos en el deber
de adoptar medidas que favorezcan ¡a producción
son Ioj ferrocarnles
nacional; ajentes activísimos
para estimular su desarrollo; es, por lo tanto, deber
del Gobierno i de los Poderes Públicos prestar aten
ción preferente a evitar la perturbación del servicio,
que casi esterilizan para algunas localidades los ca
pitales invertidos en ellas por el Estado.
Pero, volviendo a los gravámenes que este servicio
público impone al Erario Nacional, contribuyendo a
elevar los egresos en diversas formas, puedo decir
al Honorable Senado que, según las Memorias ofi
ciales, en ios siete años comprendidos entre 1884 i
1890 inclusive, nuestros ferrocarriles rindieron una
ganancia de 4.13 por ciento corro término medio ai
año; los* gastos de esplotacion representaban un pro
meilio de 69.671 por ciento i el producto líquido
30.328 por ciento; je iieral mente se estima en un 60
o un G5
por ciento del producto bruto los gastos de
espío: ación; parece, pues, que nuestra administración
actual es la monos económica de la que hemos teni
do o la mas dispendiosa de cuantas se conocen.
El Gobierno tiene invertido mas de 5O.O0O,0C0
de pesos oro en los ferrocarriles de propiedad del
Estado, i sabemos que esta cuantiosa suma produjo
378,468 pesos 85 centavos de 16.364 peniques en
el primer semestre de 1895, o sean 129,110 pesos
10 centavos de 48 peniques, tipo a que consideró
el capital; de modo que éstos consumen en gastos
de esputación casi todo el importe de su producto
bruto, i ademas el público présenla quejas persisten
tes por el mal servicio, todo lo cual demuestra que
hai defectos graves que urje remediar.
En ei primer semestre de 1894, esta Empresa dejó
una utilidad de un millón
quinientos sesenta i ocho
mil trescientos setenta i tres pesos sesenta i seis cen
tavo) i en igual peifodo de 1595 solo trescientos se
tenta i ocho mil cuatrocientos sesenta i ocho pesos
ochenta i cinco centavos, es decir menor en un millón
ciento ochenta i nueve mil novecientos catorce pesos
ochenta i un centavos.
El Honorable Senado sabe que, en empresas de
esta clase, es factor mui importante el tipo del cam
bio. Pues bien, el término medio del cambio en el
primer semestre de 1894, fué de 12.308, i da 15.364
enel primer semestre de 1895, lo cual agrava de un
modo bien notable el resultado adverso de este último
año, poique parte considerable de los gastos se
mui
hace en oro; i entre 16.364 i 12.368 hai un recargo
de 33.33 por ciento.
«El 1.* de enero de 1893 entró en vijencia el de
creto supremo de 27 de
junio de 1892, que alzó en

13 —

un veinticinco por ciento las tarifas de pasajes i fletes


en la red central. Se
esceptuaron de este recargo
solamente las tarifas de pasajeros de tercera clase, con
el propósito de evitar este gravamen a las clases me
nesterosas», dice, en la pajina 68, la 10.a Memoria
presentada al Ministerio de Industria por el Director
Jeneral de los Ferrocarriles del Estado.
El Honorable Señalo sabe que el 12 de agoste
próximo pasado se puso en vijencia también otro de
creto supremo,
cuya f-chi lie olvidado en este ins
tante, elevando en otro veinticinco por ciento gran
parte de laB tarifas; pues bien, mis honorables cole
gas deben saber que en ese mismo mes de agosto i

sobre los del año 1892, la Empresa perdió doscientos


cincuenta mil seiscientos nueve pesos ochenta i seis
centavos solo en agosto último.
En el mes de setiembre que acaba de
pasar, volvió
a perder la
Empresa; en este mes fueron ciento vein
tiocho rail novecientos cuarenta pesos cuarenta i tres
centavos, según nota núm. 3,210 del señor Director
al Ministerio de Industria.
Yo sé que poner remello a esta situación no es
obra de un
dia; pero es
indispensable abordar este
problema, nunca
resuelto; que la reorganización del
servicio de los Ferrocarriles del listado se haga alguna

vez, porque las dificultades que la agricultura, el co-


merciu i las industrias nacionales esperimentau con el
tardío acarreo de la carga i con las pérdidas que ésta
sufre en su trayecto, unidas al gravamen que
impnno
al tesoro público, no tienen oríjen en el servicio
mismo sino en el personal, que no aabe diaminuir los
gastos.
t Estima el Senado que nada darían de arriendo poi
la red de líneas férreas fiscales?
I si todos sabemos que, con las actuales
tarifa?, la
industria privada haria ofertas ventajosas
[cómo se
eeplican las pérdida.- 1
Habrá notado el Honorable Senado que, tratando-

14 —

se de los presupuestos, no me he referido en particu


lar a las diversas partidas que lo forman, ni menos a.
los ítem de que ca la uno de ellos consta. Para proce
der así, me creo autorizado por la circunstancia de
estar en la discusión jeneral de la lei, por una parte,
i por la otra porque, dicho con todo respeto i con
perdón del Senado, me inspira poca fé la forma en
que los presupuestos se confeccionan, ni permite ella
darse cuenta cabal de los gastos que consultan.
En prueba de esta duda o como fundamento de
ella, i ya que trato de los ferrocarriles del Estado,
solo diré que el Ümn 3 de la partida 44 consulta para
la estación de Bella Vista la suma de cien mil peso»,
i todos mis honorables colegas han podido ver en
Valparaíso que esa estación está completamente ter
minada hasta en su-j menores detalles, i como era un
tural, la Comisión Mista suprimió el ítem.
¡Desean saber los señores Senadores lo que ese
ítem significaba? Voi a decirlo en dos palabras:
Existen en las cercanías de esa estación dos man
zanas de terreno de
propiedad fiscal, cuyo valor en
conjunto se me lia dicho alcanzará a
quinientos mil
p?sos, i con la suma consultada se prefcmlia ¡i.i : i

en ellas la construcción de bodegas subterráneas


unas

i en los altos casas de


habitaciones, cuyo costo subiría
de trescientos mil pesos; i en la Comisión se aseguró
que eran destin-rdas a habitaciones de empleados, que
serán todo lo meritorios que se quiera, pero a Ice cua
les la lei no permite gratificarlos de ese modo; en
esa forma autorizábamos una inversión de cerca de
ijli-icíi'i.lns mil |i.-sos sin ij-.i,- el Confieso lo s -.":-

chara siquiera, sin que la lei ordenara la ocupación


de un lote de terrenos destinados por la lei a ser ena
jenados.
I para terminar, por ahora, con loa Ferrocarriles
del Estado, solo diié que el señor Ministro de
Obras Públicas debe averiguar el hecho siguiente:
Por decreto número 1,500, de fecha 7 de octubre
ultime, se aprobó la compra de cincuenta mil dur-

15 —

mientes i debe averiguar, repito, si es efectivo que


cuando tal compra se autorizaba existían de setenta
mil a noventa mil durmientes esparcidos en varias
estaciones de !a línea i desde tanto tiempo atrás que
están destruyéndose por la acción del tiempo, a causa
de la intemperie a que están espuestos.
Dice el artículo 3.°, inciso final de la lei de se
tiembre de 1884: «En las partidas de gastos autori
zados por leyes especiales, se espiesarán éstos, el
monto de la autorización i lo que queda por inver-

Pues bien, el proyecto de presupuestos consulta no


menos de trece millones de pesos para la ejecución
de nuevos ferrocarriles i de varias otras obras fiscales
de mas o menos importancia que, en definitiva, han
de incrementar el haber de la Nación; i yo invito a
mis honorables colegas a que rejÍ3tren ese proyecto
de lei de presupuestos que está sobre la mesa del
Senado, para que vean
que no ha sido cumplido el
piepecto legal, claro i terminante, a
que he aludido i
el cual fué sin duda consignado porque sus autores,
con
perfecta razón, pensaron que es a la R-presenta-
cion Nacional a quien corresponie decir, en cada
caso particular, sí es útil,
reproductiva o beneficiosa
la inversión de los gastos consultados.
Este es el sistema jeneral que crítico i fruto de ese
sistema también es el que solo una parte de los mu
chos millones últimamente invertidos se hayan em
pleado en obras útiles i el resto sin tino i sin pru
dencia en satisfacer necesidades ficticias.
No deseo, sin embargo, insistir en estas irregulari
dades legales, porque con mengua do otra disposición
bien comprensible que dice: «No podrá Droccderse
a la discusión do los
presupuestos B¡n haberse pre
sentado la cuenta de inversión del año anterior», la
Comisión mista se víó obligada, por la premura del
tiempo, a discutirlos presupuestos para 1896, sin
haberse presentado aun la cuenta de inversión de
1894.

16 —

El ítem 4 de ia partida 48— bajo el rubro «Edi


ficios Públicos— gastos variables» consulta ciento
cincuenta mil pesos para iniciar en 1895 la cons
truccíon do un edificio destinado a oficinas de có

rleos i otros servicios (que no se sirve especificar),


en Valparaíso, El Ítem 2 de la paitida 48, también
del presupuesto para 1896, consulta ciento cincuenta
mil pesos mas para continuar la misma construcción
se comenzó i se prosigue sin lei especial que la
que
autorice. El año pasado se aseguró en la Comisión
mista por el Ejecutivo que este edificio costaría,
terminado, trescientos cinc.enla mil pesos. Este ano
se nos dijo por el honorable señor Recahárren que
el
valor de la obra llpgaria a seiscientos mil pesos; esta
eonstrucion es de cuatro pisos sobre un terreno de
veinte metros de frente por setenta metros de fondo.
Dados estos antecedentes, no es temeíaiio pensar
presupuestos
i cuando se comenzó
dicha obra.
El Ítem 5 déla misma partida 48 del presupuesto
vijente dice:
«Para un edificio de rorrees i telégiafos en Iqui-
i el Congreso
que, veintitrés mil quinientos peso.-»;
votó el ítem dando crédito a lo que en su glosa puode
leerse: pues bien, el ítem 3 del piesupuesto para
la construc
1896, partida 43. dice: «Para continuar
ción de un edificio de correos i telégrafos de Iquique,
tieiuta i tres mil cien pesos setenta i seis centavos.»
Ya lo ve el Senado, hasta los centavos!... de lo
que invertirá en la continuación; pero ignoramos
se

todos lo que costará la teiminacion.


El detalle de los gastos consultados en los diversos
admi
ítem de cada uno de los ramos que abarca la
nistracion pública, daría márjen a observaciones de
masiado prolijas; su supone datos i
estudio cabal
medios de acción que no posee completos en este
instante el Senado; de modo que solo me referiré a

El ítem 3 de la partida 36 del Ministerio de Ha-


cienda consulta doscientos mil
pesos para la cons
trucción, en 1896, de un malecón ¡galpones para el
depósito de mercadelas en Talcahuano; para esa
misma obra ¡ bajo el mismo rubro i hasta en la misma

partida e ítem, se consultaron trescientos mil pesos


en el
presupuesto de 1895.
Los trabajos a que este ítem serefiere obedecen
a la i lea de construir mi
pueiio cí inercia! i otro
militar en la bahía de ese nombre: los
planos del
señor Krauss impondrían un desembolso de dieziocho
i medio millones de pesos como costo total, i no hai
leí al respecto.
En situación mas o menos análoga se hallan, señor
Presidente, las obras en el puerto de Constitución;
el presupuesto vijcnte consultaba cien mil peros para
iniciar los trabajos de ose puerto; pata 1SU6 se con
sultán otros cien mil pesos para inicial también
dichos trabajos, i no se sabo aun si el Congreso
¡icep
tara invertir en Constitución cinco i medio millones
que importa un estudio sobre aquel puerto.
No creo que ningún navegante, por feliz que se le
suponga, haya tenido el placer de nosotros —
tres

Había notado el Honorable Senado que no me he


ocupado de la naturaleza sino de la oportunidad de
los diversea gastos; no pertenezco al número de los
que desean la inacción, porque no desconozco la lei
que impulsa al progreso, al adelanto, al trabajo; mis
observaciones tienden a manifestar que podemos
economizar i que debemos economizar. Indudable
mente quo esta no es tarea grata, pero casi todos
hemos conoeido Ministros que mui erróneamente, en

desarrolla a los gastos públicos i con tan poca fortuna,


l'fc.-peeld 'le ui^unas '.'liras (j.ciliadas, que puedo decir:
El presupuesto primitivo elaborado en 1888 para
la canalización del Ma pocho ascendió a un millón
trescientos mil pesos, no tomando en cuenta el valor
de las espropi aciones.

1S —

El valor de esta obla hasta la fecha es de cinco


millones seiscientos noventa mil ciento setenta i dos
pesos cincuenta centavos, descompuesto como sigue;
Costo aproximativo de lus espropia-
ciones $ 1.700,000
Valor aproxímalo de la obra pro
piamente dicha 3.990,172 50

Total $ 5.690,172 50
[ todavía en el presupuesto que discutimos se
consultan otras sumas para esta obra.
I'jiin la cimisIiu líen del Instituto de Santiago, de
la K-cuela Naval i de la Escuela Militar: «Presu,
puealos primitivos del costo do estas obras no han
existido en dice la Dirección de Obras
realidad,
Púlilicas, fecha 1¡ de octubre último, i
en nota
cuestan dos millones cuatrocientos mil pesos,
como

estando inclusas aun.»


Luí id'i-iiH pi]li'ic:is terminadas por las diversas
secciones de la Direccic, de Obras Públicas en los
años 94 i 'Jñ, han importado en conjunto muchos
millones de pesos i en todas ellas han sitio elevados
los presnpue-tos de lasque existían por cambios
uripi.ados en la construcción.
A esta falta de plan, a esta carencia de unidad, a

al perjuicio que el país tiene que loa


soportir en
deterioros que reciben las obras públicas que se ini-
cnin i se paralizan después, dejándolas destruirse,
abandonadas a la acción del tiempo.
RelalivKmcnte
a este
punto puedo decir que conoz
co el detalle de los edilicios correspondientes a la
s.-ceionile arquitectura i que la? construcciones
comenzadas desde sus cimientos dicha sección por
los años 1894 i 1895
en
importaron quinientos diezi-

nado pueda formarse idea aproximada de la estension


ila'la a este ramo, creo que me le recuerde
permitiiá

19 -

que, según la última Memoria de Industria i Obras


Públicas, el valor de la terminación de las construc
ciones que desde antes de 1894 se hallan paralizadas,
alcanza a cuatro millones novecientos treinta i siete
mil setecientos veintidós pesos diezinueve centavos,
las cuales, como antes lie dicho, se dejan abandona
das a la intemperie.
Es indudable que entre las oblas iniciadas en años
anteriores, habrá algunas necesarias, otras útiles,
otras, por su naturaleza o por la forma en que se
comenzaron, serán inadecuadas; otras talvez innece
sarias o inconvenientes; pero, cualquiera que sea su
carácter, es indudable también que, dadas las circuns
tancias en que se encuentran, se comete verdadera
imprudencia en dejarlas abandonadas por emprender
otras nuevas, como la hubo en arometeilas todas a

la vez, i urje, en consecuencia, tornar a'gun camino.


Para justificar esta apreciación, me parece útil decir
que, según la memoria ya citada, presentada al
Congreso en 1894, al clasificar estas construcciones,
se estima en un millón de pesos el valor de los

edifijios que convendría enajenar; me acojo a esta


apreciación, porque seria tarea larga i pesada entrar
en un análisis minucioso o detallado de aquellas
obras i hago mérito de la opinión del señor Ministra
del ramo, porque ella caracteriza la marcha seguida
i nos permite darnos cuenta del rumbe que lle
vamos.
Durante el período que examino se lian iniciado
obras públicas que importan muchos millones, fuera
de que estudios topográficos i jeolójicos con levanta
miento de planos, que suelen resultar errados, (coma
el sondaje de la bahía de Talcabuano) para diversas
obras, se han acometido también, i todo eíto se
comienza consignando un simple ítem en el presu
puesto, sin que el Congreso pueda darse cuenta cabal
de la urje ocia del gasto, sin estudiar a fondo su
utilidad, si esjueto, si es conveniente, sin saber si
podrían admitir un aplazamiento; pero con la certeza

20 —

del
de que se convertiián en carga anual i ordinaria
presupuesto.
De aquí resulta que la lei de presupuestos que
debiera ser regla obligatoria que señala el límite de
las necesidades económicas del Estado, mareando la
i.:it:iriil( za pircii-a de ls o;. 'dios con
que será lícito ob
tenerlas, quede sujeta a continuas rectificaciones i de
absoluto se convierte su valoi en condicional o relativo.
Una actividad leflexiva i ordenada en la vida
financiera, consignada en un presupuesto bien estu
diado i fundado en leyes especiales, es garantía para
el contribuyente i restricción para los gobiernos; en
esta forma han existido en todos los países correcta
mente administrados desde el establecimiento de los
gobiernos constitucionales, i no
quisiera para el nues

tro, donde se reconoce el sistema parlamentario, que


ros limitáramos a tener, en vez de ese presupuesto,

un cómputo o gula mas o menos aproximado i de

valor pinamente condicional o relativo.


Debe, en conciencio, la lei de presupuestos con
tener en detalle la organización i el límite de todos
los servicios de! Hitado; i en el que discutimos hai
mu:lia^ partidasque representan millones con una'glo
sa tan jenérica que parece calculada para quedar libres
do las observaciones de la Coito de Cuentas, tribunal
establecido al efecto de que la aprobación de los
representantes del paia i la sanción que el Jefe del
Estado dan al presupuesto, convirliéndolo en lei,
después de realizado, se convierta en cuenta razonada
de los gastos i recursos públicos, mediante el juzga
miento de dicho tribunal,
La condición mas interesante de todo presupuesto
es la exactitud do sus guarismos i la lealtad en au

formación; que no se disfracen loa gastos, que no se

violenten o exajeren los ingresos.


De que es oportuno ver si en el período
manera

comprendido en los últimos cinco años han llenado es


tas condiciones de exactitud los presupuestos votados.
El siguiente eafado manifiesta los

i j !

f- H
1 1 5
r*>

S SS SggSSElgS
O
i i

o
135,704. 56,928. 93,0 180, 215,0 20, 0 1.429,065 24,0 1. 0, 1
&
3

1 ! 1 IffPfl
O. z

SSSo lo |
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1 50 , 0 140, 80, 0 ioá.js2;
o

i
1
1.04, 21,75
3

1 -

í 3 .3 1 í i
1

¿(tí
— 22 —

El cuadro anterior demuestra que los suplemen


tos concedidos a la lei de presupuestos importan
i aun
22.773,762 pesos 10 centavos de 19 peniques;
cuando esta cifra autoriza por sí sola la afirmación
de que dicha lei no ha sido estudiada con el deteni
miento que ella merece, hai que completarla con

otro cuadro que contiene los


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¡ :; * ¡Ü ,
-
,.1 3

■H¿ ¿¿ £ 5 ¡5 .5 o ! 3
.nteriores resulta el siguiente
Las partidas de la lei do presupuestos consultadas
en libras esterlinas, i los suplementos i gastos autori

zados por leyes especiales en oro de 24d i en los afioa


de 1893 i de 1894, reducidas a moneda coiriente al
tipo medio del cambio 14J i 12J, respectivamente,
darían los siguientes guarismos en los cinco a5os que
comprende el cuadro anterio:

1 Presupuestos Supl™.!..
»ÍS»
1889'
1890]
1892 (321.728,887 07 22.773,762 19 30.138,164.22

1894 ¡
1
De modo que, en moneda nacional, los
guarismos
que representan las leyes de pr ¡supuestos, suplemen
tos ellas concedidos i autorizaciones conferidla por
a

leyes especiales, en los cinco años indicados dan un


total de trescientos setenta i cuatro millones seiscien
tos cuarenta mil ochocientos trece
pesos -cuarenta i
ocho centavos votados por el
Congreso en dicho pe
ríodo.
El total de las entradas ordinarias en el mismo
período es el siguiente:
»
;o so to t£> re

¡ 1
"

i
"

Papel-mond
1
Ürode'.l
S Cambio medio
£
<

1
26.80,347 19.72,5481»
i
i
i
autorizados
91.278,430 7.310, 65
gastos por
el Congreso ha
1

$ 374.640,813.48
in el período que las rentas ordi
narias de la Nación alcanzaron
solo a
343.501,509.99
Saldo S 31.141,303.49
-2J-
Esto manifiesta lo que me permití insinuar, a saber,
roa atrevo
que los presupuestos no se estudian porque
a creer que se habrían otorgado tales autorizaciones

en exceso de las entradas con un cabal conocimiento

El señor líarros Luco.— (I loa buques que se

han adquirido cuánto cuestan!


El señoi San felices.— ll cuánto ímpoitan loa
empréstitos levantados!
El señor Barros Luco.— Precisamente con ese

objeto se han levantado; para atender a los gastos


estraordinarios.
El señor Santelices.— Yo solo he tomado en

cuenta las rentas ordinarias....


El señor Barros LUCO— ¡Cómo pretende el
señor Senador sacar de las rentas ordinarias los gastos
que se han hacho en la Marina?
El señor Satltelices. —
No lo pretendo señor; lo
que digo es que solo he tomado en cuenta las rentas
ordinarias i entre ellas no están comprendidos loa
empréstitos levantados.
El señor Barros Luco— En «1 total de los
gastes a que alude Su Señoría están comprendidoa
los gastos de la Marina; en eso no se fija Su Señoría,
El Befior Santelices.— Pero en el total de las
entradas no están los empréstitos.
El total de lo invertido con arreglo al presupuesto,
suplementos i leyes especiales, es el siguiente:
1 i s 1
$

ío 62.08, 5 52.93,804 73.64,81 75062,37 59.30,14


85 58 61 17 57

p i

w i

rs c CAMBIO MEDIO

s ¡
1
1 I

I 2 p

$ s ¡ 1

De la primera observación puede deducirse la di


cuitad de reducir los gastos públicos mientras m
tiempo pasemos dándole tan crecido desarrollo; i
la segunda, consecuencia lejítima es la necesidad ii

29 —

periosa de eatudiar mejor la lei de presupuestos i la


urjencia que hai de reorganizar los servicios adminis
trativos estableciéndolos por leyes especiales que
consulten la justa re mu no ración a que son acieedoies
loa buenos servidores del pais, en óideu a la irapur
tuneia de las funciones iiuw desempeñan.
Deliberadamente lie compiendido un período de
varos años en estis li jeras observaciones, porque no

he tenido el propósito de hacer cargo personal algu


no, sino combatir una que considero fatal,
práctica
dañina en sumo grado a los intereses de la Repú
blica, i que amenaza conveitiise en sistema i cuya
especial gravedad puede llegar a predisponer la opi
nión de los que no nos conocen, dar pábulo a que se
piense que hacemos piesupuestos para la esportacion,
con mengua del prestijio tradicional de probidad
administrativa que ha sido en todo tiempo justa
causa de orgullo del sentimiento nacional.
Para ser exacto es necesario agregar que en la
suma total, considerada como egresos ordinarios en

la cuenta de inversión, están comprendidas diversas


cantidades destinadas a cancelar deudas de! Estado.
Esas partidas, segun los datos que me ha sido
posible obtener, en el escaso tiempo que he podido
dedicar al estudio de este negocio, son ias siguientes:

1.' La lei de 11 de junio de 1889 or


denando cancelar el saldo de la
deuda interna contraída para la
construcción del ferrocarril de San
tiago aQuillota $ 322,000
2.' Lei de 25 de enero de 1890, que
autoriza la amortización estraordi-
naria de la deuda interna de! 60/o.. 3.151 100
3." La cancelación hecha en 1892 de
obligaciones contraídas en el año
de ]891
9.500,000

Tenemos un total de $ 12.973,100



30 —

deja reducidos trescientos cuarenta i seis mi


a
que
treinta i un
llones novecientos nueve mil seiscientos
i ocho centavos los gastos ordinarios
pesos setenta i
efectuados con cargo al presupuesto, suplementos
leyeB especiales dictadas en los cinco años.
del presupues
Viniendo ahora a las cifras jenerales
el ánimo lo rápi
ir mas
to para 1896 i con
voi a referirme
siemprejdo
los datos oficíalos,
a
damente posible,
i no
todos en la parte
habiéndolos encontrado
Ministro en la última
espofút.™ firmada por el señor del Mensaje
Memoria del ramo, tomaré los números
leido por su Excelencia el Presidente de la Repú
blica el 1." de junio último.
al presente año
Los cálculos del mensaje respecto
de 1895 pueden condensarse así:
La existencia en fin de 1894, segur, el lialance,
moneda
deducido el fondo de conversión, asciende,
en

i en oro de 1S, a
corriente, a 10.494,050 pesos,
7.136,964 pesos 47 centavos,
o sea, 17.633,014 pesos
47 centavos.

Hai que deducir:


Por devolución do
depósitos € 6.100,000

P°ga!^aS..P.0,:..Pa: 9*5,000
l_ 7.025,000

SalJo $ 10.608,014 47
Entradas calculadas'.' 75.0-21,000

$ 85.629,000
78&a3'000
Presupuesto
Sobrante » ™*6.000
Esta sobrante de 7.046,000 pssos está considerado
en
para 18ü6; pero en mi concepto debe eliminarse
atención a
que hoi existe ya:
A deducir del sobrante:
— 31 —

2.061,115 O,
5„p,e„,n.o,?.G'..™iM.,¡n....$
„ i, Justicia e Instruc
ción 500,000
22,500 libras esterlinas, primer tri
mestre, Hacienda 390,000
tri
5,2,500 libras esteilir.as, primer
mestre, Guerra i Marina 340,000

0 sea un total de t 5.801.749 69

[ el saldo que representa 1.244,250 pesos 31 cen

tavos no existiiá ciertamente el 31 do diciembre


próximo, poique liai varios suplementos pendientes
de la aprobación del Congreso; porque en lo que resta
del año se pedilán otros nuevos; porque solo a la
Municipalidad de Santiago Be habian entregado,
hasta el 31 de octubre próximo pasado, 800,547
de la policía
pesoa 38 centavos para el sostenimiento
de seguridad, sin autorización del Congreso.
I para pensar, señor Presidente, que en lo que
resta del año se invertirán solo, entre suplemcntoa i

leyes especiales, los 443,702 pesoa 93 centavos que

quedan i que no se consumirá mas que esa suma me


fundo en que hemos tenido en el curso de 1895
varias crisis ministeriales tan prolongadas como labo
riosas, que a no haber existido ellas, téngolo yo por
cierto, habitamos llegado a 1896 en déficit.
Dejo, pues, eliminado el sobrante; salvo que pu
diera provenir él de otras cansas no contemplabas
por el Ejecutivo, como ser, falta de inversión de
algunas partidas, i no sé cómo explicarme la frase
del mensaje que dice: «El presupuesto de gastos para
aquel año (1S96), formado ya i de que mui en breve
seos dará
conocimiento, importa aolo 74.104,000'
pesos, esto es, 4.479,000 pesos menos que el del aña
corriente^, cuando como lo dice el informe déla
houorable Comisión mista: «A petición de Iob Mi-
presupuesto que coi
responde a los diversos Ministe
rios. Aumento total: 5.342.Í30 pesos.» De modo
que envez de ser menor
que el aprobado para 1894,

I no debe olvidar la Cámara que el proyecto de


presupuestos enviado por si Ejecutivo cu 1 (SO-1 para
1895 importaba solo 67.470,S40 pesos 1 centavo de
18d i que el Congreso elevó is. suma a 78.482,041
pesos 24 centavos, es decir, en 11.011,201 pesos 23

proyecto de la Comisión sufra aumentos i justificaría


también la actitud que asumo en este instante.
En resumen, señores Senadores, si las entradas
para 1896 importaran 80.000,000 peso», el presu
puesto ,le ¡•i-tos presentado por la Comisión llega a

78.510,969 pesos, sin haber consignado en él varias


partidas cuyo monto sumarán algunos millones mas

de ineludible inversión.
Desde luego, el artículo 54 de la lei de 22 de
diciembre de 1S91 impone al Tesoro Nacional la
obligación ilc coneuriir anualmente al sostenimiento
de las municipalidades con una cantidad igual al
monto de la que paguen los contribuyentes poi
impuesto de haberes, i paráoste efecto se pondrá,
dice el presupuesto aprobado por la asamblea de
electores, en conocimiento del Congreso i del Presi
dente de la República.
Pues bien, de los. datos llevados a la Comisión
Mista por el honorable señor Reca barren en su ca
rácter da Ministro del Interior, resulla que la canti
dad total consignada en I03 estado? enviados por las
comunas les daiia derecho a percibir del Tesoro pú
blico 1.945,513 pesos 83 centavos en un semestre,
O sea 3.891,087 pesos 66 centavos en el año; i, sin
embargo de ser clara la disposición citada, i de que
ademas de ella existe la prescripción contenida en el
— 33 —

artículo 3 ° de la lei de 16 do setiembre de 1884,


ordenando que los gastos de administrado., pública
Be fijen anualmente en la lei de presupuestos, este
eatá conaignado en el
gasto de cargo al E-tado no
presupuesto para 1896.
La mayuri» de la Honorable Comisión no desco
noció la obligación del Estado, pero creyó que este
punto debió ser materia de
una lei
especial a fin da
estudiar detalles; de modo que es evidente que existe
una en el proyecto que discutimO', la cua]
omisión
mas que la diferencia que hai
importa por sí sola
entradas i gastos calculados.
entre las
Totalmente destruida por el fuego la oficina de la
Dirección de Obias Públicas, se
perdieron planos i
antecedentes indispensables para la ejecución de
Varias obras que, contratadas en los últimos meses,
porque hubo que rehacer los planos, no se termina
rán en 1895 i una parte de bu costu se baiá efwtivu
en 1896. El ítem 4 solo, de la partida 38 del Minís-

térro de Obras Públicas de 1895, consulta 330.000


pesos para la construcción de trece puentes, i el tlem
6 de la misma partida 150,000 pesos también para
puentes en los lugares en que ¡os vecinos contribu
yan con un veinte por ciento, Para pagar estas obras
nada se ha consultado tampoco en el presupuesto
del 96. ,
La reedificación del palacio del Congreso que deba
¡nieiarae el año entrante i que impondrá un crecido
desembolso, no tiene asignada auma alguna.
Parece que será un hecho la compra por el Estado
del Ferrocarril de Coquimbo i para la reparación de
él— que »egun los datos de mi honorable amitfo el
señor Walker Martínez, impondrá un
gasto de
3.373,332 pesos 52 centavos— tampoco se ha con-
BUltailo suma alguna; i todos sabemos que en el es-
talo en que esa línea i su material rodante se en

cuentran, no
pueden prestar al tráfico, a la induatria
i al comercio los servicios que de ella reclaman.
Los falloa de los Tribunales Arbitrales internado-

34 —

nales impondrán también algnn desembolso de cargo


«! Erario público i el presupuesto para 1896 no lo
toan, en cuenta absolutamente
Es un hecho, señor, que consultada en el presu
puesto la primera partida a que me he referido, es
decir, la subvención que e! Estado está obligado a
dar a las doscientas cincuenta i dos comunas en que
está dividido el territorio, desaparece el saldo favo
rable al cálculo de las entradas con relación a los
gastos para el año próximo. Esta sola consideración
me evita el apieciar en números el desembolso qu«

(Kijiuarán en 1896 cada una de las otras cuatro par


tidas mas que dejo enumeradas, sin que por esto esté
lejos da la virdad una auma que en conjunto alcance
B cinco millones de pesos.
I si todo esto es verdad, i si todavía recordamos
que han sumado varios millones los suplementos con
cedidos anualmente al presupuesto en el peiíodo que
esbozo, es, pues, indudable que llegaremos al fin del
año venidero en situación contraria a la que contem
pla el Mensaje de S. E. el Piesidente de la Repúbli
ca cuando, refiriéndose al año próximo do 1896, dica:
SDe esta manera puede esperarse que el servicio
financiero de 1896 se cierre con un sobrante de

13.442,000 pesos»; esto sucederá aun cuando la ea-


porlacion de salitre llegue a veintiséis millones de
quintales.
No me incumbe en esto momento estudiar si debe
o no autorizarse el empréstito por seis millones qui
nientas mil libras solicitado por el Gabinete anterior;
no es mi intento hacer una
esposiciuii económica al
respecto, pero tratándose de tantos millón??, ocupa
dos como estamos en la discusión jeneral de los pre
supuestos i en especial de los
eg-esos que debemos
considerar i eran de cargo a él, importa conocerla
opinión del honorable señor Ministro de Hacienda
al respecto; porque si Su Señoría estima necesaria
operación financiera, si que debe realizarla
esa cree

por su monto total, no debimos dieimularnos que



35 —

ella nos impondrá un desembolno entre intereses


i amortización de mas o menos 325,000 libras, o sea
4.333,332 peso.-. 25 centavos de nuestra actual mo-
ned-, fiuiM que ha de llevarse al total do los gastos
del E-ta.lo.-n 1Í96.
'
E:i mi concepto, esta pregnnta ti^ne alguna im-
portmici i, p'.rque, si contraemos nuevos
compro'
rniho», interesa que el pais sepa si en las rentaa
ordinarias hai recursos s-ilicientes para atenderlos,
ailenias ile cubrir el crecimiento iiiuiol.i lo que se ha
dado al pienupoest» o si tendremos qui> recurrir a
fuentes especiales, s¡ no Re rimiuimiyt-i) los gastos
mo hKi-ari lo los servicios
quo hoi ion dispendiosos i
que podrían ser económicos.
I estimo que esa economía es fácil, aunque sea
necesario, por otra parte, aumentar la remuneración
de empleados, que hoí tienen injustamente rebajados
bus sueldos
fijados por leyes especiales con relación a
un tipo de cambio mui
superior al actual. No en
tiendo las economías de los presupuestos con estas
rebajas injustas i odiosas, que, por otro lado, aun en
conjunto, son casi insignificantes en consideración a
lasque deben hacerse reorganizando i suprimiendo
muchos otio-i servicios de dudosa necesidad.
El artículo 5.° de la lei de 28 de mayo del año en
curso, ordena que se destinen a la amortización es-
traordinaria de la deuda esterior de la República, las
sumas
que el Fisco perciba desde el 1," do junio de
1896 por las obligaciones que a fav«r del Tesón
Público firmen los bancos por el importe de sus
billetes pagados por el Fisco. Sin embargo, el pro
yeclo de lei de presupuestos tampoco consulta suma
alguna para este objeto, i el Senado sabe que hai
obl.g.ciones firmadas afavor del Fisco por esta causa;
t no se diga
que éstos, por ser gastos especiales de
conversión, que so atienden con fondos a ello desti
nados, no deben tomarse en consideración en los
presupuestos, porque la lei del 84, tantas veces
citada, contiene el precepto terminante de que los

36 —

gastoa de la Administración deben ser consultados


en la lei de
presupuestos. I esa lei no hace ni podría
hacer distinción entre gastos ordinarios i estraordina-
ríos; pues que en ella misma se ordena que dehen
anotarse tanto los gastos variables como los fijos i loa
autorizados por leyes especiales con el monto de la
autorización i lo que queda por invertirse.
El Ejecutivo ha pedido e! despacho de la lei de
jubilaciones a los empléalos separados en 1891;
aprobada ella impondrá, como es debido, un grava-
El proyecto dal Gobierno sobre organización de la
Guardia Nacional, despichado ya por una Cámara,
también elevará los egresos de 1896.
Señor Presidente ya lo habrán observado mis ho-
Dorables colegas: en medio de la oscuridad porque
atravesamos se alcanza a ver sin embargo, que no ha
dominado el espíritu de previsión; se equivocaría
quien creyera que a los presupuestos tan elevados
nada habrá que agregar después; no puede encontrar
se una compensación a la alta cifra de los ptesupues

tos diciendo que se ha tratado de prsvenir los gastos


i dejar lo mónoa posible a las eventualidades ik-i
porvenir.
El señor Iteyes (Presidente).— Como va a darla
hora en que debesuspenderse la sesión, podrá conti
nuar Su Señoría a
segunda hora.
El señor Su ntelicea.— Está bien, señor Preai-

El señor Beyes (Presidente).— Se suspendo la

Se suspendió l-i s/r¡inn.

A SEGUNDA HORA

El señor Reyes (Presidente). —


Continúa la
eesion.
Puede seguir en el uso de la palabra el señor Se
nador por Malleco.
-
37 -

E! señor Satltclíces. Me ocupaba, cuando se


suspendió la sesión, de principiar a analizar nueva


mente el mensaje de S. E, el Presidente de la Repú
blica, con relación a las entradas que probablemente
había en 1896.
«Esas entradas, dice el mensaje, se han apreciado
sobre reducida hase en la suma de 80.500,000 pesos,
cantidad que, agrególa al sobrante qae se catada
qiied'-rá en 1695, peimitiria disponer de un total de
87.649.C00 pesos.
Ya he, mostrado que se ha invertido el sobrante
calculado.
Üe los iogresis que la contabilidad fiscal llama
rentas nacionales o entradas ordinarias, debemos
deducir el importe de los censos redimidos en arcas

nacionales, pues las sumas


que por esta causa recibe
el Tesoro Público imponen al Estado un
gravamen
permanente de cargo al piesupue.sto; ellas son el re-

En 1889 entraron por censos 499,816 pesos 31 cen

tavos; solo 107,962 pe-os 26 centavos en 1890; en


1892 se percibieron 415 441 pesos 57 centavos; en

1893,113,028 pesos 24 centavos, i finalmente, en

1894, se
entregaron 260,221 pesos 46 centavos; lo
que forma un total de 1.396,469 pesos 84 centavos,
considerado como cnt-ada ordinaria.
Los capitales acensuados a cargo del Fisco sumaban
19 972,509 pesos 87 centavos el 31 de diciembre de
1894, e
imponen un
gravamen anua! al pais de
310,000 pesos; este gravamen será progresivo tal cual
está dispuesto, i e! servicio de esta deuda, cuyos eapi,
tales se estiman como renta
ordinaria, tienen que au
mentar en los
proporción a
capitales que se
reciben,
en todo lo cual hai una manifiesta irregularidad que
no necesita demostración.
Otra de las partidas concurren a formar las
que
rentasorlinariaa es la venta de bienes nactonaW
poreste capílulo se han obtenido en los años 1889
653,902 pesos 23 centavos; 1890 44i,903 pesos 20

38 —

centavos; 1892 1 201.220 pesos 76 centavos; 1893


2.400,580 pesos 91 centavos; 1891 1.782,193 pesos
65 ceniavos, o sea en
conjunto la suma de 6.479,800
pesos 75 centavos, que, en mi concepto, no pueden
considerarse en el carácter que les asigna el presu
puesto.
Tenemos, en consecuencia, que sumando los valores
por censos redimidoseon el producto de las ventas de
bienes nacionales, dan un total de 7.876,270 pesos 59
centavos, que es
prudente i lójíco eliminar de las en
tradas ordinaiias, en el período que antes examiné;
pero, limitando mis observaciones alano próximo de
1896, veo
que en el resumen de las entradas figuran:
Venta de bienes nacionales $ 2.000,000
Redención de censos, e te 400 000

Osean $ 2.400,000
que si no es correcto estimar como rentas ordinarias,
en ningún caso será licito ni regular invertir en los
gastos ordinarios de la Nación.
«El comercio internacional de la Repuhl'ca, 'üce el
mensaje.ascendióen 1893a U0 480,988 pesos de 38
peniques cada uno, que es el tipo a loptado en con
formidad a la lei
para las operaciones i datos estadís
ticos de nuestras aduanas. En esa suma cones|i lie-
ron a la importación 08.235,874 pesos i 72.245,114

pesos a la exportación.
»En el movimiento comercial de 1894 estas cifras
se
iep,eseot.an por un t.oialdo 1 26.52 t.OoÜ p.-s,,s,de
los cuulessolo 51.483,616 pesos pertenecen a I» im
portación i 73.040,420 p-soB a la exportación. S o>un
se ve, mientras el valor de los ailíudos extranjeros
introducidos al pais, disminuye en mas de un 20 por
ciento, la espi rtacion de nuestros product 'S se man

tiene igual con corta diferencia. El exceso le la es-

portaeion sobre la importación alcanza a ¡7 556,304


pesos, cantidad que corresponde a 37.964,364 pesos
de nuestra moneda legal.»

39 —

))La del salitre, el mas


producción importante de
nuestros artículos de importación, quo llegó en 1893
a 20655,161 quintaiei españoles, ha subido a
23.810,283 quintales en 1894. El incremento do-
consumo i la elaboración conexpondiente a las nue
vas oficinas ya instaladas o próximas a instalarse, au
torizan para esperar que la producción en el presente
año no baje de 26 millones de quintales, apreciación

que se confirma con el movimiento de loa meses ya


trascurridos.»
No puedo tener la satisface* m de estar de acuerdo
con el Jefe del E-t.ido, que estima
que alcanzará a
veintiséis millones d quintales la producción del sa
litre en el año pióxim ■; i, aun cuando seria mui grato
para mí que hechos futuros correspondieran a las es
peranza que en el porvenir cifra S. E. al Presidente

de la República i que su confianza en la situación


tuviera ancha i sólida base, participo de los temores,
de las dudas i de los recelos de que, en jeneral, se
hacen eco la prensa, el comercio i la sociedad, todos
los cuales encuentran menos satisfactorio el presente
i minos claio el porvenir.
La última Memoria de Hacienda dice en la
pajina
LXXV, refirié.idose al salitre:
íA consecuencia del exceso en la p'oduccvm, los
> precios del silitre han tenido que deprimirse hasta
& el punto de haberse realizado ventas en Europa a
» 7s6dÍa5a3den nueatra Costa»
I mas adelante, en la
LXXVII agrega:
pajina
«En vsta del aumento de la pr,..Jucciou del nitra-
to, que no e4'í en ntacion eon el con*um>:, se h» ini-
ciado nuevamente la idea de restablecer la combina
ción salitrera, con el objeto de limitar i
propoicionat
esta producción. Al efecto, en los
primeros meses de
este año se formuló un
proyecto de convenio para
limitarla a
23.500,000 quintales españoles, dejando
a la junta directiva déla Asociación Salitrera I» fa.
cuitad de aumentar este límite si el consumo así
lo
exijia; pero como estos acuerdos no
pueden llevarae
a cabo sin el consentimiento unánime de los produc
tores, se encontró tropiezo para su inmediata icali-

qneza pública i el inteies fiscal, en mas de una oca

sión se han suscitado prote-Us contra ellas »


Antes de que hubiera llégalo a 7s 6J on
Europa
binacion salitrera, que somete a la industria a reglas
artificiales, enderezadas esclusivamento a alzar los
precios de venta del articulo, i después de dejar
constancia de que en 1892 el consumo ciel salitre en

había sido en 1891, decía la Me


Europa menor que
moria de Hacienda de 1893, páj. LXXVI Jo si
guiente:

ras, cuando dice que en la elaboración de 23.778.413


quintales españoles se han
ocupado en 1894, 18,092
hombres, i en 1886, cuando la producción cía da
9.641,000 quintales eBpañoleB se emplearon solo
4,500 operario,.; de manera que en 1894 s.> produjo
1,314 quintales por trabajador contra 2,156 que
antes se elaboraban.
Si f .«tus datos, consignados en documentos oficiales,
de oríjen tan elevado, no están
equivocados; sí ellos

i

41 —

obedecen a un criterio de verdad i de cabal conoci


miento de lo que ocurre, no es de esperar que pueda
aumentar tanto la esportacion del salitie i con ella
los derechos fiscales en 1896.
Por otra parte losprincipales artículos de nuestra
esportacion nacional, ademas de Bar limitados, alean
zan
precios bajísimos en los mercados extranjeros: el
cobre chileno estuvo, hace poco, a 37 libras la tone
lada de 2,219 libras inglesas: boi no vale mas de 44
libr-s; el trigo importa en Inglaterra 26 (helines por
quarter de 500 lineas inglesas, lo que calcui.do equi
vale a 4 pesos 50 centavos
por hectolitro. A formar.
las fifias de nuestras esportaeiones si estenor, solo
concurrieron con 9 100,046 pesos lo* producios de la
agricultura en 1894, es decir, 2.525,728 pesos menos
que en l»93.
El trigo esportado en 1882 alcanzó a un valor de
6.649,348 pesos;diez años después, en 1892. n« liba
ba ni a esa suma, porque solo representaba 6.196 457
pesos; el año 1884 valia 6.267,572 n-sos el misino
cereal enviado al 6.082 901
extranjero, i peso- en
1893; i si comparamos a 1S84 con
1894, veremos
que en el primero de estos dos años salió del
país
trigo ,-w valor de 4.345,616 pesos, i en el año ante-
ñor, o sea en 1894, únicamente 3,302,114
[.esos.
Revela esta disminución constante
que, si hai
serios motivos do sobre el porvenir el
aprensiones
esta<lo de nuestra
agncult ra no puede consol ai nos.
Si comparamos la esportacion de cobre diez años
Da crin la del último período, veremos im„ en 1882
valia 6,639,348 pe-os contra 6. 196.457 p-*.™ en 189>-
en 1863, 6.26"\572 pesos; i en 1893. 6 082<iQl oe-!
pesos; i e„ ,| a„„ 1894 J*L
so-, -n 1884, 4.345.61S
3.302,014
*
pesos, lo cual
dejará Bal'loa favorable.
demuestra que eaU ^fúet
.mpobrcdniint,, ,], |„ „,„, .'mpl..
a. „r,,i„„„n n,c¡„„,|
Q,„,p,t„„|„ ,,„ n|
„p„It„]o, ,,
„tnilj '
ano 1894 lo, d.I ,a„ 1893
immmm

„o ,ol„ .» ,1 tob„ ¡
,„,„,„,'.„„„ " ™
, ,

42 —

también en la plata pina i en barra, en el carbón de


piedra i en las suelas. I note la Cámara que si toma
Dios en
conjunto nuestra esportacion en 1894, pres
cindiendo de los productos de la minería i de la
agricultura, el valor de todos ellos no excede de
1.614,094 pesos, como se ve en la pajina Ll de la
Última Memoria de Hacienda.
Sccotn estos datos, en ¡os cuales están comprendí-
dos 707,000 pesos, valor do reesportaciones, no nos
quedan sino los productos de la agricultura i de la
'

ería para saldar nuestros consumos; los productos


agii-o las, en
lugar c ,« anm sntar han dismim ij.lo, i si
que da diez años acá nos
favoli, ble también 1 1 tacion del cobre, veremos
e.JH,, :1
resultado de est ib datos
que tu -, es muí h.,la;
i que el horizonte tiene sombras quo el Gabinete
debe considerar en 1 a foriu ación del presupm isto para
LS'Ui.
L. al canzó 1894 a la som a de se-
espoitacion ■
■n

ten tu i dos HllllolICS ita i dos mil cual. oeienlos

veinte pesos, i todos saberu os que uno de lus mas po


deio-i. S elementos q rta gran

Cifra ( sel valor del i del yodo. zz


En el año último la esp litación del salitre subió a :

Veiliti noveci entos cuarenta í s iete mil


un valor de t
i
quintales «sí ,COi.
pimien
tus tr ce pesus, i la del iodo a 323,278 kilogramos
es l ■los en tres r: ullonei 3 trescientos tieíi ta i dos
un ¡¡

mil tecíe.ntos oche uta ,.c sos, de modo que el valor


m-

de est ,s dos sustanc i ns nos dieron el 66,70 p< r ci.nto


de la. ■spoi-tuciou j. le', pais i no pare. :e lójíeo
contar el valoi total de est: .s esportaciones pal acubiír
e es notorio que de las
e'n'T
Et.
doiuij:diados en el n 1ÍS i q ue a
i
en

a
actividad,
chilenos
éstas
o a

no
el afio
est

corrí
ra

ispoudió
93,
lije ros

mas del 36 por cien lo de I a


producción total
La circulación u ie.Ulic.1 facilita las transacciones
,

43 —

a plazo el estranjero, por cuanto desaparecen las


con
variaciones inherentes al ré|imen del papel que afec
tan los valores de una manera bien sensible, las tran
saceioues a plazo o sea el cielito fomenta el comercio
de importación; si nuestras esportadunes no aumen

tan, no se necesita ser agorero de ma'a ventura para

afirmar que, hajo las condiciones de competencia de


los cuales el
que nos hallamos con otros países en
arrendamiento de capitales es mas barato, el empleo
de máquinas está mas generalizado i reducidos los
cifras saldremos airosos si no
precios a tan hajas, no
consultamos con pru leticia en el presupuesto de
gastos públicos toda economía compatible con nues
tra cultura i con el progreso de la Repuhlica.
La vida de los Estados está sujeta a accidentes i
a visicitinles que pueden afectar hondamente su sis
tema rentístico i comercial i que hacen mucho mas
intensas i apremiantes las necesidades públicas, cala
midades éstas que no pneden dominarse siempre con
los recursos de un sistema tiihulario; i, por ordenada

triotismo i la previsión lo aconsejan, a imitación de


antiguos naciones, guardar tesoros en los tiempos de
bonanza o en las épocas de paz.
En vistade esta situación,
esperamos que el nuevo
Gabinete propondrá en la discusión particular del
proyecto d» piesiipuestos las modificaciones que son
necesarias para introducir en él economía- útiles en el
sentido de ui.a prudente administración de los
cauda
les púMicop,
En orden a los servicios
públicos
i a ía forma en
es el Gobierno que solicita autorización para haeai
se consultan; de
loa gastos que en el presupuesto
manera que es el Gobierno
también quien está en
i
mejor situación para proponer reducciones; si, pesar
a
el
de ser el Gobierno quien administra, p-op mgu
nombramiento de una comisión queestudie la adrai-
este
uistracion de las líneas Tencas fiscales, es porque
ramo de la administración pública ha decaido mas
tanto que necesita un Temedroespe-
que otio alguno,
deba
Señor Presidente, al Honorable Senado, que
le ruego que medite
aceptar o ne^ar esta indicación,
en las consecuencias que resultarían acojerla
de no
de un
i de autorizar, con su voto, la continuación
en la mala forma que
servicio público tan importante
hoi se hace.
no
En cuanto al monto jeneral del presupuesto,
no
si Sus amulas
piensen los señores Ministros que nose traza 1111
i la i-iii-i i!iv -i i el j''|f-cnl ivo plan
a hacerle
sistematizar la Hacienda pública, vaya
para acción
tiene una
en breve tiempo el Congreso, .pie
bren es cierto
m,B ,„s,va fiscalizadoia.de revi-ion. M

de las facultades del otro poder,


que d-c.de
acerca

i le pone tasa
le tija atribuciones en
Por eslo el señor Ministro de Hacienda tomaia
particular de los
la discusión
eneuta en
r11^"1^'^
dándose cuenta cabal de nuestra -iuiuci. "!ll','"|™
debe proponer las economías necesanasi conipalioies
con el progreso del pais.
E-ii. iu.. .ler.tr., déla soma de sesenta millones

tidÍJdH8»Tguna,"e.ll« será lijóla por el G-binef, tenien


fundamento el estudio hagan los mismos
do por que
señores Ministros. I tem-o derecho a esperar esto,
del
porque conesponde al Gobierno la formación
se liana
presupuesto, poique la administración públn-a
íntimo contacto con el pais; porque debe
conocer
en

sus necesida les i sus recursos, i tiene facultades,


i
datos i medios de acción que se hallan a au cargo

45 -

que son indispensables para apreciar la importancia


fué
El actual proyecto de lei de presupuestos
formado por un Gabinete, otro Gabinete
concurrió a
muí sus-
la Comisión Mista a pedir modificaciones
es una tercera cmubi-
tancialesen esa lei, i, por fin,
del
Daciou ministerial la que hoi, po' intermedio
sefi.,1 Ministro de Hacienda, se presenta al
Honorable
aprobación. En tales condiciones,
Senado a
pedir su

aiu lijar suma alguna, el señor Ministro verá lo que


estime necesario proponer en la discusión particular
el
d-1 presupuesto, que es regla obligatoria para
Gobierno i no para el Estado, no para el Congreso
que es soberano.

I Sesión 2 -± en 5 ele diciembre de 18951

El ceñir Sftntelwes Debo comenzar, señor


Presidente, por agradecer al honorable señor Mioistro


de Obras Públicas la bondadosa oferta que Su Seño
ría se ha servido hacerme de dar en la discusión
particular del presupuesto informaciones detalladas
acerca de cada uno <ie¡ los puntos que mui somera-

Ministro, temo que no me será posihle aprovecharla

por cuanto mi ánimo ha sido tan solo tomar parte


eu la disctt'ion jeneral del presupuesto para hacer
observaciones encaminadas a disniinuirsu monto que
estimo incompatible con los intereses de la República
tal como loa entiendo, i respetando el criterio de los
honorables miembros del Congreso i de la Comisión
Mista que no piensan como yo,
Con el ánimo de desvirtuar la mala impresión que
alguna* de mis observaciones ha podido producir en
el ánimo del Honorable Senado, dice el señor Minis
tro, que ha usado de la palabra i en su diacuTBj ha
tocado tres puntos.
Ea el primero e! relativo a la Escuela de Artes i
Oficios, establecimiento del cual ha dicho Su Señoría
la enseñanza que allí se
que yo estimo inconveniente
da. El futnlamsnto de las reflexiones que al respecto
hice fué, como lo recordarán mis honorables colegas,
de
la opinión autorizada i para mi mui respetable
S. E. el Presidente de la República, consignada
en

mensajo pasado a esta


un documento público, en un

misma Cámara fecha 10 de octubre próximo


con

descansa todo mi raciocinio


opinión
pasado. En esa
la enseñanza en la Escuela de Artes,
i no
a
respecto
sabia que el honorable señor Ministro estuviera en
desacuerdo con su Excelencia.
Por ee-to no estimé necesario agregar otras opinio
nes, a pesar de que habría podido traer la del señor
Prieto honorable antecesor de Su Señoría, consigna
da en 23 déla Memoria del ramo corres
'la pajina
Escuela
pondiente 1894 en los siguientes términos:
a

solo había noventa


de Artes i Olidos fa fin del año
i seis los que en loa exámenes obtuvieron
(alumnos),
un resultado mui puco eatistactnrio.Ti
cuidado
Seria conveniente, señor, que se tuviera
oficiales firmados por
de impedir que en documentos
datos como oste,
los señcres Ministros vieran la luz
nue si no son exactos, inducen
en error; per., como
vo creo uue lo el sefim Ministro ha de escusarme
son,
las otras dos que
Bi entre laopinión da Su Señoría i
he citado, me a.-ojo al mayor número. _

de
El señor Fernández Alhano (Ministro
Yo podría dar sobre este
Industria .Obra, Pública.-).

satisfactoria a Su Señor a.
particular una esplicaeio- del
Santel 'ices.— Espero la palabra
El s..ñ.,r

86
J^seíiT Fernandez Albuno (Ministro de
1.a M.-n.o.ia del señoi
Industria i Ornas Públicas). —

Prieto corrcepordia a la época de la traslación de la


a otro local, lo que esplica
el por qué de tan
Escuela
ha reorga
escaso número de alumnos. Después se la
he indicado.
nizado i puede admitir el número que
ha bastado ton breve
El señor Santcllces -¡,1

A

47 —

tiempo, señor,para que llegue a ser una notabilidad


cuya nombradla ha llegado hasta Panamá i cuya
excelencia hinra a la América del Sur, como dice el
honorable señor Ministro de Obras Públicas!
En realidad, si eso ha sucedido, merece su fama.
El señor Fernández Albano (Ministro de
Indust-ia i Obras Públicas). La Memoria a que se

refiere el señor Senadores del 93.

El señor Santelice».— W 94, señor Ministro.


El señor Fernandez Albano (Ministro de
Industria i Obras Públicas).— Es publicada en el 94,
pero se lefiere a hechos del 93.

El señor Santelices. De todas maneras,


— re

sulta que el establecimiento que en el 93 presentaba


exámenes poco satisfactorios, ya en el 94 era una
notabilidad que podia honrar a un continente. Per
mítame Su Señoría que lo ponga en duda.
Dice la míame Memoria timiada por el señor
Prieto; pajina 28, línea 22— «...seria acaso de una
» utilidad incalculable enviar por algún tiempo a su

f> actual director a estudiar los establecimientos ana


» h'gos de Europa i Estados Unidos, a fin de implan-
» tar en el nuestro las mas adelantadas reformas de
» la enseñanza industrial.» El director de uu esta
blecimiento capaz de homar un continente necesita ir
a estudiar
para refoimar en él la enseñanza!... O esta
no es serio o el establecimiento no está en el estado

que el entusiasmo patriótico del honorable Ministro


lo pinta en este instante.
iDice Su Señoría que cuatrocientos individuos soli
citan seralumnos i que esto es prueba de que la
Opinión pública aprecia la Escuela ne Artes i Oficios;
pues el año 93 hubo quinientos aspirantes i en
bien,
ese año, se confiesa por el honorable Ministio, estaba

mal la Escuela.
Agrega Su Señoría que el año 93 estaba
en tras

lación la Escuela, i en la paj. 18 de la Memoria sus


crita por el mismohonorable señor Fernández Albano,
a 1895,- encuentro: «La Escuela ha
correspondiente
_
48 —

» funcionado durante los años 1893, 94 i 95 en este


» local.» Esto, en verdad, no se comprende....
Pasandoa otro
punto, el señor Ministro al propo
nerse desvirtuar el cargo que en la sesión pasada tuve
ocasión de hacer a la Empresa de los Fenocarriles
del Estado relativo a la compra inconsulta de cin
cuenta mil durmientes para proseguir los trahajos en
algunas lineas en
construcción, parece que Su Señoría

Mi discurso ha sido publicado por la mayor parte


de los diaiios; por el puede verse que el cargo que yo
hacia no era e! que ha entendido el honorable Minia
tro de Obras Públicas. Yo dije que me par.ciu ver
daderamente estraño que se hubieran comprado
durmientes para las líneas en construcción, i.aV/cic/r;
una entidad inmensa de ese material en ca*i todas

las e*tai;iimes, abandonados a la lluvia í a la intempe


rie. I que seguramente la Empresa, al ordenarla

iynoraba tn absoluto esta circunstancia; lo que a mi

me permite esta espresíou, la mas parlamentaria que


be podido encontrar en la administración de este

importante ramo de los servicios públicos.


Respecto a un tercer caigo que tuve la honra de
hacer en la sesion^pasada, i que se reñere a trabajos
de terminación que faltan todavía por hacer en la
estación de Bella-Vista, yo no he dicho si los fondos
necesarios a este objeto fueron consultados o no por
el Congreso. Lo que yo he aseverado es que al Con
greso se le han pedido cien mil pesos con el pretesto
de concluir la estación de Bella-Vista, que co.ua
deben saberlo los señores Senadores, está terminada
hasta en sus menores detalles; cuando el objeto ver
dadero df, e>os fondos es construir en dos manzanas
de terrenos fiscal, situarlos en las iniu-'tiac.ones le la
estación numbrada, casas para empléalo» i bodegas
subterráneas ocupando con esos edificios tureuosque
ya debían haberse enajenado,

49 —

De modo, pues, que la de cien mil pesosque


suma

se dice que van a ser invertidos en la conclusión de


la estación de Bella-Vista que, como he dicho, está
terminada hasta en sus menores detalles, con sus
rejas pintadas, sus lanzas doradas i sus galerías de
cristales con todos sus vidrios puestos, va a ser des
tinada, en realidad, en un trabajo riel cual no se ha
dado cuenta al Congreso i en el cual se van a gastar
no menos de ochocientos mil pesos: quinientos mil
pesos jue seria el valor de los terrenos que el Fisco
ya debía haber vendido, i trescientos mil pesos que
costará el edificio,
&\ señor Fe mándeos Albano (Ministro de
Obras Públicas).— El honorable Sanador por Mal leca
padece un error al asegurar que está enteramente
concluida la estación de Bella-Vista; el objeto de la
suma de cien mil pesos a que Su Señoría se ha refe

rido, es construir bodegas subterráneas de que carece

Entiendo que la glosa de este ítem espresa clara


mente la inversión quo se va a dar a la suma que se

consulta.
El señor Santelices. —
El
presupuesto de] 96
no lo dice, hoooiable señor Ministro; puede Su Se
fioría comprobarlo.
La estación está absolutamente terminada hasta en
sus menores detalles; bí se pretende convertirla en
estación de carga en vez de ser de pasajeros ea cosa
diversa; nunca se ha dicho tal cosa al CoiígreBoni creo
i aun cuando flouvinierano auto
que esto convenga,
rizaría ello la edificación de casas para empleados.
Sostengo todavía que solo desoues del último
de S. E. el Presidente de la República al sur se
viaje
ordenó hacer, en forma conveniente, e] sondaje de
[a bahía de Talcahuano, trabajo que debió ser la base
de toda obra en aquel puerto; de modo que tampoco
hai rectificación.
De modo, pues, señor Presidente, que quedan en
pié los tres cargos que con respecto al Ministerio de

50 —

Obras Públicas me permití hacer i que elijió Su


Señoría para desvanecer.
Ahora, con relación al Ministerio de Hacienda, diré
que escuché, en la sesión pasada, con atención la
respuesta que se sirvió dar el honorable Ministro
del ramo a las observaciones que estimé oportuno
hacer sobre la situación económica del pais i con
«notívn de la discusión jeneral de los presupuestos
para 1896.
Desde el principio de esta discusión ha procurado
apoyarlas refl xíones que dejo entregadas a la be
nevolencia del Honorable S-uadoen la necesidad de
reorganizar los servicios públicos, porque considere
tan grandes loa peligros de retardarla, que me creo
obligado a aprovechar la oportunidad que la discu
sión de Iob presupuestos ofrece para cumplir con e]
deber que la situación i la marcha de los negocios
del Estado imponen a los que formamos parte del
Congreso.
El señor Boss. —El Congreso no ha despachado
ningún proyecto en éste sentido.
El señor Santedces.— Exacto, señor Senador;

El señor BoSS.— Los pésimos reglamentos de


imbas Cámaras son los que obstruyen su despacho.
Así es inútil presentar proyectos.
El señor Santeliees. Siempre se puede hacei

lo que se desea, señor Senador; ahora, que no Be haga


siempre lo que mas conviene a los intereses del pais,
no lo discuto con Su Señoría. El caso es
que necesi
tamos i debemos hacer algo mui pronto.
Con malos reglamentos se ha administrado mejor
en otra época.
Sin duda que es tarea ímproba la de introducir un
Orden completo, creando reglas de administración ds
la Hacienda Pública; pero esa tarea es mas propia
del ijecutivo que del Congreso, La Comisión de

51 —

ambas Cámaras, que con tal objeto por algún tiempo


funcionó, prestó Útiles servicios proponiendo útiles
reforman; pero, sin cooperación etica?, del Gobierno,
quedaron en proyecto varias ideas; i esa cooperación
es mas necesaria aun cuando se trata de la reducción

de los gaBtOs ordinarios.


Como lo ha recordado el honorable Ministro hai
pendientes de la aprobación del Congreso varios
proyectos do lei que, reorganizando algunos servicios
públicos, consultan economías cuantiosas i era de
pensar que el Ejecutivo no acepta esas ideas, puesto
que no ha gastado empeño en que se conviertan en

leyes. Podía asimismo fundarse esta creencia en la


circunstancia mui atendible de que creados algunos,
talvez los mas, de los servicios que se reorganizan,
por simples ítem o partidas del presupuesto, no se ha
intentado siquiera, por el Gobierno, al formar el
presupuesto para el año siguiente, amoldar, a las
ideas contenidas en aquellos proyectos, los servicios
indicados, cuya forma i cuya existencia nace i depen
de del mismo
presupuesto,
El señor llosa. Precisamente sobre esta materia

presenté al Gobierno un proyecto que el Congreso


no ha podido o no ha querido despachar.
El señor Santellces —'I es de lei, señor Sena
dor, que se de proveer siempre i en todo caso
hayan
los innecesarios que vacan por fallecimiento
empleos
o
separación del empleado que los servia? Por quÓ
no se ha ido poco a poco, ajusfando el número de
empleados a las necesidades que deban satisfacer.
La declaración del honorable señor Ministro de
que ése también es su anhelo, es una garantía; fío en
la palabra ele Su Señoiía ¡ dejo este punto.
Estimarnos indispensable hacer economías; hemos
demostrado la necesidad do hacerlas para que no
resulte exceso sobro las entradas; por tal causa las
pedimos al Gohierno i le otnrgamna la ocasión de
proponerlas dentro de una suma
compatible con nues

tra cultura i con los intereses de! país.



52 —

'Hai nada mas razonable


que pedir economías?
(Puede haber nada mas injusto que rehusar el
derecho de proponerlas)
Hai apuro, se nos dice;
pues bien, yo concedo que
ea un mal
lejislar apresuradamente: pero hai también
necsidad de reformar i los reformadores tienen que
lejislar de prisa, cuando los gobiernos no han lejislado
a tiempo. Si hace un mee hubiera habido a la cabeza
del Gobierno hombres que presentaran el presupues
to, que pidieran el despacho de él, no tendríamos
que apresurarnos ahora.
¡De quién es la culpa, si no hemos tenido todavía,
ni hai trazas de que podamos tener el debate minu
cioso a que da márjen esta lei, a que debe someterse
aquí esta leí, cuya presentación compete al Ejecutivo
as: como le compete presentar la cuenta de inversión
de los fondos destinados, para los gastos de la admi
nistración pública!
Está el Gobierno dividido en varios ministerios;
cada uno de ellos dispone de empleados para formal
el cálculo de loa gastos i con datos suficientes sobre
éstos, i los que posee acerca de las lentas disponibles
se forma mejor que aquí el cuadro jeneral.
La vida activa del Estado tiene la misma condición
de unidad que la actividad individual,
Deben formarse i presentarse en conjunto los ni'
gresos con los egresos, aunque correspondan a diversas
necesidades, a distíntOB tamos de la administración,
para formarse concepto claro de la Hacienda pública;
por abo el Ministro de Hacienda fiíma el mensaje
proponiendo los egresos, calculando los ingresos;
entonces el desarrollo de todos los
detalles, la aplica
ción del pensamiento
corresponden a ese mismo po
der, en el cual existe la autoridad que tuvo la inicia
tiva, que debe hacer que el presupuesto sea Uno
llevando a un total determinado los
gastos i a otro
los egresos.
La cuestión de presupuestos afecta
virtuaimente
tada la política; el Poder Lejislativo tiene
en sus

53 —

manos toda la soberanía, vota los impuestos i por


intermedio del Ejecutivo es el poder que fija aquéllos
i distribuye los gastos; yo no conozco facultades
sociales, yo poderes Bociales que no estén
no conozco

de algún modo ligados con el presupuesto, porque


todos ellos tienen su aspecto económico; asimismo,
yo puedo decir que en ese orden económico no conozco
tampoco opinión que esté mas formada i arraigada en
la conciencia i en el ánimo del pueblo, que la opinión
contra el aumento de las contribuciones,
Ahora bien, señorea Senadores, si el presupuesta
de gastos no se limita como es debido al presupuesto
de entradas, si no se comprenden en él todos los
egresos, si no se estudia como es debido, viene el
desequilibrio i con él la imposición de nuevos im
puestos o la agravación ríe los existentes.
Esto seria un mal, i nosotros deseamos evitar al
pais ese mal i por eso pedímos economías en loa

Oiljen de gastos es la
percepción misma de loa
ingresos; con tal fin se crearon las tesorerías naciona

les destinadas cobrar las contribuciones. Nuestro


a

sistema de impuestos flécales está reducido a su mas


simple espresion; porque laa contribuciones agrícolas,
¡nobiliaria i de patentes son hni municipales; se ha
suprimido el estanco, la contribución de herencias,
do alcabalas i otras qie impooian laboriosos trabajos,
i sin embargóla planta de empleados en las tesorerías
fiscales se mantiene igual. Parece que pesara el alivio
que la renta del salitre ha permitido a nuestro siste
ma tributario, cuando se elevan tanto Icib gastos que
hacen pensar en el restablecimiento de contribuciones
como lo insinúa
suprimidas, en la pajina 28 la última
Memoria de Hacienda.
Solo así, es decir, pensando en imponer contribu
ciones antes que en reducir gastos, se esplica el
mantenimiento de la misma planta de empicados que
podrían pasar a prestar buenos servicios a otras ofici
nas públicas. Pero si la tarea de disminuir el presu-

54 —

pueato se considera impracticable por los que tienen


el deber de ejecutarla, debo confesar que es obra de
provisión el mantenimiento del numeroso personal a,
que me refiero, aun cuando sea una triste previsión,
porque se futida en la eapectativa de nuevos impues
tos que significarán menos holganza si no mayor an

gustia para el pueblo.


Todavía en orden a algunos servicios puedo decir
to siguiente:
Desde la partida 26 hasta la 53 inclusive del
Ministerio de Instrucción Pública, encuentro consul
tados 1.154,100 pesos para gastos en treinta liceos
provinciales de hombres, sin que detalle alguno per
mita apreciar ni fiscalizar el gasto; algo análogo
sucede con los 1.872,500 pesos que cuestan al año
las escuelas primarias, partidas 59 a 134, pues el
presupuesto aolo dice cuánto se invertirá en cada
departamento,
[De qué datos se valdría en este momento el
Honorable Senado para saber si es excesiva la pri
mera suma, i deficiente, escasa, la segundal ¡De qué
datos, digo, se valdría, que lio estén mas completos

en el Gabinete del Ministerio de] ramo) [ si esto es


efectivo, no es cierto que es el señor Ministro quien
está en
mejor situación para proponer una enmienda
alproyecto ríe lei de presupuestos, l, por consiguiente,
aceptar debe esta fórmula como la mas conducente
al acierto i a la brevedad del debate.
Esta falta de datos dificulta mucho la labor del
Parlamento i tiene para el Congreso serios inconve
nientes que por cierto no se pudrían justificar con el
mayor trabajo que deben necesariamente imponer al
Gabinete.
Un detalle tan pequeña en sí mismo como efecti
vo, probará a la Cámara la cautela con que se invier
ten los fondos del Estado.
Eo la Memoria presentada al Ministerio de Indus
tria dando cuenta de las necesidades de la Escuela
de Artes i Oficios, encuentro en el presupuesto da

55 —

gastos para 1896, partida B, que cada catre de fierro


para los alumnos cuesta al Fisco veinticinco pesos; i
mis honorables colegas saben que la Intendencia
Jeneral del Ejército pulió propuestas para la provisión
de cuatrocientos trece catres Je ¡ierro para el uso del
Ejército, i que el 19 de octubre próximo pasado ae
le ofrecieron por diez industriales a un precio que
fluctúa entre siete pesos treinta i cinco centavos i
doce pesos cincuenta centavos. De mudo que la pro
puesta m'is eitbi-ta era ciento por ciento mas baja que
lo que el Estaco pana
El señor Beeábárren. Yo esplicaré —
a Sti
Señoría el por qué de ese mayor costo.
Estoi de aeueido con Su Señoría; pero se ha erei-

para las camas de los alumnos i eso encarece loa

El señor Satltelíces.— Agradezco a Su Señoría


la interrupción porque ella me proporciona el placer
de sacarle de un error.
y.l precio de los catres, que he darlo, es sin som
mieres; los sommirts cuestan quince pesos mas, de
mo to que el catre completo importa cuarenta
peso,».
Vea Su Señoría el detalle a
que me he referido.
El señor Becabárren —
Entonces no he dicho

nada.
El señor SantelÍee.t. H\n la interrupción del

honorable Senador por Arauco yo no habría aludido


a 1< s sommieres, porque no me opongo a que se les

den a los alumnos como tampoco me opondría a que


se Jes dé cortinas si se esliman necesarias.

Mi .bservaciou esotra:
La industria privada ofrece artículos por la mitad
de lo que, al Estado le carga un establecimiento fiscal
qne funciona en terreno i edificio de propiedad déla
Nación, que elabora sus aitefactos con caj.iial que el
Erario público le suministra sin cargo de interés, con
herramientas pertenecí antes al Estado, con maestioa
i profesores costeados por el país i en el cual son de
miento indicado se hacen los gastos de instrucción
en los liceos i en las escuelas, es indudable quo no
se realizaiá el programa de prudencia i de
progreso
que deseamos i que peimitiiia darmas ensanche a la
instrucción con el mismo dinero que hoi se gasta;
porque no pedimos economías en el sentido rio supre
siones, sino en el de una prudente administración de
los caudales públicos.
En este mismo sentirlo quiero llamar la atención
del Honorable Senado hacia lo que respecto a las
obras marítimas que se hacen en Iquíqu» dice la
Memoria mensual correspondiente al mes de octubre
próximo pasado:
I '. le que se dieron las líneas de la darsenita
-

para lanchas, conforme al proyecto del señor G P,


de Cordemoy, fué voz unánime en Iquique que las
dimensiones consultarlas en el proyecto estaban mui
lejos de llenar la necesidad que se trataba de satis
facer.
»La rlaisenita, en efecto, solo podia abrigar unas

ciento cincuenta einhaica eiones menores, siendo que


su número alcanza hoi a juinientas.

»Se llegó a te-er tan, bien que el agua confinada


en la darsenita, sin mas c

tetros de ancho, no podría


renovarse sino parcial me n te, aumentando de dia en

dia las causas


que la c onvertirian en un
foco de
in'alubridad i de in/eccu
»P«ro la deterr luíante que liízo pensar en
causa

un, modificación radical riel trazarlo de la darsenita

fueron las bravezas de mar que tuvieron lugar en


julio Í en agosto del presr
RKstes bravezas dejare n de manifiesto:
»1.<- Que el principal i uconveniente, o sea el peli-
gro que existe para las e: jibarcacíones menores, Jan-
chas i botes, al pasar del continente a la ¡sla i recí-

57 —

procamente, lejos de atenuarlo la construcción de


molos avanzados en el mar, los agravarían considera
blemente;
»2.° tjue la altura de los molos i malecones pro
yectados era a todas luces demasiado baja, s;endo
preciso un) 1 1 tirar su altura i, consiguientemente, su
espesor, lo lo lo cual aumentaría el presupuesto en

unos 150,000 p-sos


»Esa lusuticieniuade altura fué, ademas, recono
cida por la cupitaiiía de puerto i a su vez por Ja
Comandancia Jeneral de Marina.
(Fir'iiH.lo.l Por el jefe de la segunda sección,

Ficto)- K'ein.» Esto no necesita comentarios.


Kl s-ür Fernández Albano (Ministro de
Industria i Obras Publicas). ¡Ese documento ha
Bido publicado en ol Diario Oficial, señor S nador)
El señor SaUteliees til, señor Ministro, está

inserto en la pajina 2,345 del Diario Oficial, corres


pondiente al 20 de noviembre próximo pasado,
número 5,264 del año XIX ríe dicha publicación i
95 riel siglo
El señor Fernández Albano (Ministro de
Industria i Obras Públicas). Es a los trabajos de

Iquique a los que se refiere ahora Su S-ñuría, i yo


pinina darle Una esplicacion satisfactoria.
El sen,,. Santetirex.—fnM
El señor Fernández Albano (Ministro da
Industria i Ubras Públicas). Antea so r.feria al

dique de Talcahuano i manifesté que Su Señoría


estaba equivocado en sus apreciaciones.
El señor Saufelices Exacto; antes me referí

a aquella obra j,i desea acaso Su Señoría que solo


sobre hable) Su Señoría no desvaneció mis
ella

apreciaciones i yo dejó probado que decia la verdad


i que el dique i demás constiuccionea sometidas a la
fuerza del mar ae habían hecho, se habían llevado a
cabo sin sondajes previos.
I como no es posible analizar en detalle todo el
presupuesto, i como parece no se desea que conti-

58 —

núe analizando las construcciones ai de las obras ma


teriales pasamos a cualquiera de loa servicios públi
cos, estimo que con fundamento se podría preguntar:
(tiene el Senado los datos necesarios para apreciar
debidamente el gasto que imponen)
La partida 37 del presupuesto de Hacienda para
el año pióximo, consulta 203,820 pesoa para la De
legación Fiscal de Salitreras, i como única informa
ción ilustrativa agrega el proyecto en debate «sin —

variación» de modo que en 1895 se consultó igual


En 1S94 se invirtieron en ese servicio importan


tísimo 196,000 pesos; puea bien, en conformidad a
la lei de 29 de noviembre ríe 1893,fueron subastadas
en
junio i octubre de 1894 i en mayo de 1895, 28
oficinas i 14 estaeanientoa salitreros con un valor de
1.805,884 libras esterlinas 20 chelines. I-.I valor de
las restantes comprendidas en la lei citada importan
próximamente un millón de libras esteilinas, ain
contar algunos terrenos de importancia secundaria;
de modo que la propiedad fiscal a
cargo de dicha
Delegación es hoi la tercera parte de tu que era el
año ai.terior, i el servicio impone el mismo desem
bolso o al menos la partida se mantiene igual.
Contestando el honorable señor Minialio de Ha
cienda a las observación es que me permití hacer
relativas a oís cinco últimos años, creyó Su Señoría
solo a los gastos consulta
que me había referirlo tan
dos en los presupuestos, omitiendo lo invertido en
sse mismo peifodo de tienijio; hoi, sí Su Señoría se
ha lomado la molestia de ver los datos publicados
total de lo invertido
por la prensa, habrá notado que el
en papel-moneda i en oro fué también tomado en

En seguirla de esta observación ».e sirvió aseverar


el honorable señor Mri.istroque si bien eran efectivos
los datos por mí traídos, no lo era menos quediirsnte
el peiíodo de tiempo que examino, la deuda pública
había disminuido.

59 —

Yo siento tener que hacer a este respecto una


rectificación al honorable señor Ministro.
Kecoidará el Honorable Senado que mis observa
ciones comprendieron los años 1889, lt-90, 1892,
1893 i 1894; pues bien, al comenzar el 1889 era el
siguiente el estado de la deuda pública;
ESTADO DE LA DEUDA PÚBLICA EN 31 SE DICIEMBRE

Exterior
Titulas délas deudas Saldo 31 /12/8S

Empréaiítu le 1843 al 3
por ciento
de ínteres $ 257,500
Id. de 1885 al 4£ por ciento de
Ínteres 3.980,000
Id. de 1886 al 'l.1. por ciento de
ínteres 29.738,500
Id. de 1887 al l.\ por ciento de
ínteres 5.772.000

$ 39.748,000
Interior
Emisión fiscal $23.687.91(3
Empréstito de 1882 896,200
Bonos de] ferrocarril de Santiago a

San Femando 896,000


Id. del ferrocarril de Llai-Llai a

San Felipe 616,500


Id. del ferrocairil de San Femando
a Cínico 874,000
Id. del ferrocarril de Santiago a

Quíllota 414,000
Deuda interior del 3 por cieuto,... 2.600,125
Redención de censos )
Censos trasferidos en 1888, valor M7.537.355 28

5 47.522,096 28
Resumen

4, 21
Toul d. I. d.ad. infrio.
con.»
.522^)96
h. visto l.Cam.r,
D. la.l.nd. inteiior q,.e,
alcanzaba acnar.nt. i >irt. "¡I1"™*^"™,0."™
tidoa rail noven
saldo sobrante de los años anf
rio-
podría deducir t ,1
Exislencia de 1888
fsor.ua. ..$
. 773,101 11
c.j. en
s bancos.
7092,<06 92

1
D.p,,i,.,.pl..o.nl..b,nco,... «W»89
Letra- por cobra, 03
Remesas en transito

San,, en Míete. » S7.36 1 .SB-J 95


■ 1.160380 29
En oro en ««ropa .

6,
Pesos faBrtes en tesorerías.
.....^ .........

.efnt.. ocho
p„t„ de oro d». mil
de 1
„„„s ochen» i no centavo.
treinta i tres mil novecien
pista
tos noventa i ocho paosveinl-
t,„ cent.vo. en 1. Cea de Mo-
^ m ^

Suma dispcrible, ówTF^M


81
üM¡8.oi.n..c„n...elP.,d(p..t.)
al
Auttepo mismo (oro)
1.6.9,«1|
',,.,, ,«

íUcíne. pendiente. (Comi.ati.) 1


¿
«

¡¡
En otras oficinas. n_l_
8 32.398,071 92
considerarse
De modo que la deuda interior podría
ciento veinticuatro rail
redui-ila a quince millones
seis centavos, permane
veinticuatro pesos treinta i
treinta i nueve millonea
ciendo la deuda esterior
en

ocho mil
setecientos eua.enla i pesos
de octubre de 1895
La deuda pública en 3
era:
p 8f ap sosad
|
fegl-opFS
3.80,5 28.56,0 5.37,0 7.520, 8.902, 73,50 3.12,0 9.50, í i
p g i ap sosad

punv opiijag
|¡||1||| ,i 1 8
ta

p bi sp sosar!

111--- ; s
5
3 E68 l-»Pl«3

*_§5_S§3gg i S
M rsn.í.pL.s g~
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ap ódij; .*,«., „««*»,,

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Q ■~r
1 =
s
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1 H M i i i
'' F
-■

¡
_ 62 —

No se toman en consideración los vales de Teso


ester
rería emitidos en Euroi» por 1.177.O0O libras
del primero i
linaspagaderos con las obligaciones
mtere*
de salitreras que no ganan
segundo remate la deuda actual
Como se ve en el cuadro anterior,
27
del pais en el esterior importa 181.550,621 pesos la
18 i su s. rvicto anual en
centavos de peniques, 27 cen-
misma moneda asciende a 9.562,731 pesos

la
El siguiente cuadro contiene

Deuda pública interior con interés el 3 lie octu


bre de 1895

Deuda doi' 3 por' 'JOO.. 2 388 360 06

< 22 360.869 93 « 903,000


„ „ ;. i. ,,,.„. i.e.toiiur en
latl.ii.iaesioiio.,.
3 de octubre
En consecuencia
de 87.98 de 48 peniques l
1,500 pesos oro
llllimo, era
interés aleanz.b. »
1, deuda interior que gana
oe 1R0 ofis ueaoe 93 centavos.
De modo que aun

cuan" se ha'an
acumulado de b,. fondo- p.»
p.if
la deuda publica -n ve. o.
.1 pago del papel moneda,
lia aumentado cn-i erublenieii c
Ber menor
del Inlenor).-
El señor Remito (Miniara
iMe nermito una iniairiipcion Ho Señoilal
mucho gusto, seno.
B.eüo, Smiíeíices.-Con
M'ET.'eno, Ile,l)¡/I> (Ministrn del Inte rior).-M«
ha com
parece que el hoi'oiable sabor Sensdor no

Minis
bien a mi honorable colega el señor
prendido
tro ileHacienda. .

Ministro no ha
Entiendo que el honorable señor
deuda d-l p.i. h. dismi
...»•.«> q«e «•
pretendido Scfioila ha dicho, o ha
nuí lo- creo que lo que Su
honorable Senador por lia.
querido decir, „ que el
tenido presente que muchas
_
63 —

sumas apuntadas por el honorable señor Senador se


habían invertirlo en pagar deudas antiguas.
E-to no
quiere decir
que no se
hayan contraído
nuevo» empiéstitos, i, por consiguiente, se hayan
aumentado Jas deudas nacionales.
Entiendo que es ésto lo que ha querido manifestar
mi honorable colega el señor Ministro de Hacienda.
El señor Santelíees.— Agí adezeo la esplicacion
de] honorable Ministro del Interior, i celebro
que Su
Señoría reconozca la electividad del hecho que yo
observaba en la última sesión.
El señor Benjlp* ^Ministro del InteriorV—
Efectivamente, señor Senador, nuestras lleudas na
cionales han aumentado por haberse contraído nuevos

empiá-liios.
Peio estos empréstitos no tenian por objeto aten
der necesidades jenerales de los servicios públicos,
los cuales se han satisfecho con las entradas de cos
tumbre le la Nación, sino en Berviuios verdaderamente
estraordinarios.
El señor SanteltCes Me parecid entender

ayer al honorable Ministro de Hacienda que Su Se-


fioiía afirmaba categóricamente que la deuda pública
había disminuido; esa aseveración nos llamo la aten
ción a varios. Por lo demás, be sirio tan leal i tan
prolijo al examinar la deuda pública que enumeré
detalladamente los empié-titos cancelados, los cuales
Bumau cantidades mui infeiioree a las nuevas deudas

Continúo, señor.
En el cuadro que comprende la deuda esterna, está
incluirlo;pero sin sumarlo con los guarismos anterio
res el provecto de empré-tito informado
ya por la
Dtra Cámara i reducido a 4.000,000 de libras estéril-
ñas, cantidad que el honorable señor Ministro de Ha.
eienda declaró ayer que bastaría para las necesidades
apremiantes.
En tal caso el capital adeudado
por el pais al es
tranjero, alcanzaría a 234.617,274pesos 67 cenlavos

64 —

de 18 peniques, i su servicio anual a 1 2.229,397 pesos


93 centavos.
De modo que, si suponemos realizado el empréstito
i resumimos en una Bola pai tida las deudas interiores
i estertores que ganan interés i en otra el seivicio
anual que por intereses i amortizaciones ellas impo
nen, tendríamos:

Capital $ 256 978.144 60


Servicio 13 132,397 93

Quedaremos, en consecuencia, comprometidos al


abono de los intereses convenidos i a la amortización
0 reintegro de los capitales a
pré.-tainn í los
tomados
futuros presupuestos de la República gravados con
13.132,397 pesos 93 centavos pur este solo capítulo,

año 1870, suma


que será cubierta con la exactitud!
empeño, como
quiera que en ello están interesados

del pais i los principios de moialidad i de justicia, de


cuya observancia nos corresponde dar ejemplo.

Es cieito que el particular que acude al ciédito


puede convertirlo en oríjen de renta i modo de ad
el Estado no se haya en este caso, porque
quirir; pero
el crédito no alcanza a ser en su mano instrumento
de producción directa, no solo no logra que el capital
recibido le produzca interés, sino que,
a préstamo
como en al caso de los ferrocarriles, a que ¿ntes me

referí, toma forma de conBiimo.


Como el el el Es
particular, en
ej¿mplo propuesto,
tado ejerce industria; perú laB condiciones de su
una

administración, que no insistiré en analizar, no con

sienten que los resultarlos que lealizan los


obtenga
particulares,por lo cual es grave i merece llamar la
atención del Honorable Senado la cifra con que, pol
un plazo mas o menos largo, quedarán giavados loa
futuros presupuestos de la República.

65 —

Sesión QT en 11 de diciembre tle 1805

El señor Lazcano
(více-Presidente). Entran —

do en la orden del
dis, corresponde al Senado conti
nuar
ocupándose de la discusión jeneral del proyecto
de presupuestos.
Puede usar de la palabra el honorable Senador
por Malleeo, que quedó con ella en este negocio.
El señor Santelices. —
Muí pocos minutos tan
solo, señor Presidente, ocupaié la atención del Hono
rable Senado, porque en época tan avanzada del año
no se alcanzará a
sacar, prolongando este debate, todo
el fruto que él debiera producir, como quiera que se
trata de una cuestión de vital
importancia para el
país.
Por otra parte, el señor Ministro de Industria i
Obras Públicas ha tenido a fren aceptar la indicación

que me permití formular, para que el Honorable


Senado acuerde nombrar una comisión de su seno
que estudie la marcha de la administración de los
ferrocarriles del Estado, le dé cuenta de ella i que
ademas consigne en un proyecto de lei las mejoras
que podrían consultarse, que es todo lo que he pro
puesto al respecto, i con el fin de correjir lo malo
que hoi exista i de evitar para el futuro lo que con
tanta razón decia, replicándome eí honorable señor
Ministro de Hacienda, a saber, que, careciendo de
unidad se presta, esa administración, a la deacompa-
jinacion i al derroche económico.
El honorable señor Ministro de Hacienda agregó
que, en orden a economías podíamos confiar en que,
no solo se harán cuantas permitan el servicio público

i las obras en construcción, sino que procurará el


Gabinete dejar sin inversión todas aquellas partidas
que no sean indispensables, para lo cual militan en
el concepto de Su Señoría, ademas de los fundamen
tos que me
permití dar, otras razones que a™.onrejan
las economías; porque cabalmente el peor momento
para dar desarrollo a los gastos públicos, es cuando

66 —

una nación está empeñada en real'zar la importantí


sima operación del pago de su papel-moneda, de
manera, pues, que veo con satisfacción que estol de
acuerdo con Su Señoría en este punto.
Concurre también conmigo el honorable señor
Ministro de Hacienda en que es necesario modificar
el cálculo para fines de 1896; porque la esportacion
del salitre será menor, i acepta Su Señoría el informe
de la Comisión mista que elimina el sobrante limi
a ochenta i dos millones de
tando pesos, los recursos
de que se podrá disponer para los gastos do 1896, i
no ka sido negada por t?» Señoría la enumeración que

hice respecto a partidas omitidas en el presupuesto i


que suman varios millones de ineludible inversión en
el año próximo, de modo que estoi autorizado para
pensar que el señor Ministro, por diplomacia, como
antes dijo el honorable señor Barros Luco, calla;
pero otorga: si no es así, dígalo francamente Su Seño
ría, el señor Ministro, a quien consta que son gastos
ordinarios loa omitidos en el proyecto de lei de pie-
supuestos para 1896 que discutimos.
Sin embargo, tuve el sentimiento de escuchar qUB
el honorable Senador por Tarapacá, que usé de la
palabra antes que el señor Ministro, piensa que deba
en mis cálcu
aceptar el que he sufrido un desengaño
los económicos, porque cree Su Señoría habrá en el
año que vieno un sobrante aproximadamente igual
al calculado para este año por S. E. el Presidente de
la República.
Francamente, señor, el solo hecho de que Su Se

noria, el honorable Senador por Tarapacá, crea esto,


no es motivo para que yo cambie esa opinión fundada
en datos i antecedentes completos i que he exhibido
pródigamente.
lío sé, señor Presidente, si después del discurso
del honorable Ministro de Hacienda, pronunciado a
continuación del que el Senado oyó al señor Süíadoi
de Tarapacá, mantenga éste su primera opinión, a
saber, de que habrá un sobrante al terminar el año

67 —

1896, porque lo Idjico seria qua Su Señoría la recti


ficara; pero si la mantiene, no estrañará ciertamente
Su Señoría el que yo prefiera acojerme a la autoridad
del señor Ministro de Hacienda, el cual refiriéndose
al mayor desembolso que ese año impondrá dijo tea
tualmente: «Este aumento de gastos (se refería a un
gasto de seis millones mas ó menos); no puede, por
otra parte, desequilibrar el presupuesto de 1896, por
que una cantidad equival rnlí o /aai/nr '/<■/ pruupmsto
de obras piíblicas—qiK ahora esta consultada en la
lei de presupuestos se pagará con fondos del em~

pré*!itr, !\iija a/i/urt;'.ta~^n est'i pendiente en la Ilono


rabie Cámara de Diputados.»
Saldando los déficit del presupuesto con el emprés
tito, es incuestionable que no resultará desequilibrio
entre las entradas i los gastos, i en tal caso hasta po
dría también tener el gusto de tjnedar de acuerdo con
mi honorable amigo, el señor Senador de Tarapacá.
El honorable Senador estrañó en mí la frase relativa
a la lealtad en la formación del presupuesto, porque

talvez Su Señoría no se fijó en que el pensamiento qua


espresé está claramente esplicado en el período inme
díatamente siguiente, cuando dije que me referia a
los cinco año últimos i que iba a averiguar si en ese
período nuestras leyes de presupuestos habían llena
do las condiciones de exactitud exijibles en un pre
supuesto bien estudiado i fundado en leyes especiales;
ei en esto se hubiera fijado me halaga la esperanza de
que mi frase no habría llamado la atención de Su Se
ñoría,
Por lo demás, señor Presidente, yo siento que el
honorable Senador por Tarapacá no haya encontrado
otro medio de desvirtuar las observaciones qae he
hecho relativas al estado económico del pais, que re
currir a una declamación tan jeneral i tan común en
estos casos relativa al perjuicio que resultarla al pais
abatiendo su crédito i declinando, en consecuencia, el
cambio internacional.
Tengo plena certeza, señor Presidente, de que el

68 —

honorable Senador por Tarapacá está íntimamente


convencido del noble propósito que me guia....
El señor Barros LUCO. Exacto, señor; así es.

El señor Santelices.— Gracias, señor, propósito


que es precisamente el contrario del que Su Señoría
insinuó o dejó comprender.
Su Señoiía creia también que yo había sufrido un
error al hacer los cálculos económicos para el año en

trante, porque, según Su Señoría, habria para ese año


un sobrante mas o menos igual al que indicaba en su

Mensaje el Presidente de la República,


El señor Barros LUCO.— Yo me he leferido
al año corriente.
i-.l señor Santellees. Yo he tomado de la re

lación de El ferrocarril las propias palabras de Su


Señoiía.
El señor Barros LUCO. Respecto del año
— en

trante, acepto el informe de la Comisión.


Eso es lo que he dicho.
El eeñor Santelices.— De manera entonces
entre
que, respecto del año 96, no hai contradicción
la opinión del honorable Senador por Tarapacá i los
cálculos que yo me he permitido formular.
Esto ya es algo, i si por este buen camino continúa
Su Señoría llegaremos a estar de acuerdo.
Después de esta declaración estimo que puedo
dejar este punto i volver a las ideas que comenzaba
a desarrollar; diré que mis observaciones tienden
precisamente a mantener nuestro crédito, evitando
gastos exajeradoe.
Debería, por consiguiente, sin las palabras que Su
Señoría ha pionunciado hoi que acepto i agradezco,
debería dígo, rechazar, señor Presidente, la insinua
ción que pudieía de* prenderse de las palabras del
honorable Senador por Tarajiacá, relativas a la altura
a
integridad en
que conviene mantener el crédito de
la República.
^Convino acaso, alguna vez, otra cosa!

69 —

¡.Quién pudo aconsejar, jamas por jamas, diversa


norma de conducta!
Estudiar los presupuestos para conocer nuestra
situación i para ponerlo remedio, es obra patriótica,
actos de esta especie antes que amenguar el crédito,
lo elevan, porque decir la verdad nunca perjudica;
la administración de la Hacienda ;úl.li',i n '.¡ene ■

por base el disfraz ni el disimulo, asi como la justi


cia no consiste
guardar silencio,
en ni en reservas

que pueden llamarse prudentes i


que no son en
realidad sino medios que mantienen la impunidad
do la falta; i esto que puede decirse con razón de la
justicia puede tener aplicación en el particular asunto
que tratamos, con la circunstancia mui especial que
las observaciones producidas no son sino deducciones
de datos estadísticos publicados por Ministros que
deben saber lo que hacen, en documentos oficiales
de todos conocidos.
Buscamos el equilibrio del presupuesto; para alean-
zar ese fin lo discutimos, esta es una
práctica neta
mente republicana, i para llegar de un modo acertada
a la solución que buscamos, pedímos economías.

Pr icedemos a-í, porque e.= un


pvindpio avr-ii-ua lo
í netamente confirmado por los hechos que el buen
orden i la economía dan crédito.
Entre tanto la falta de plan, la carencia de estu
dios, la vaguedad laioenlable, la oscuridad, el caos
que lia dominado en lo que se quiero llamar nuestro
orden económico, quita autoridad a la palabra del
gobierno, eficacia a su iniciativa, i on consecuencia
el pais sufre el daño, porque el desprestijío pone su
acción en riesgo de un fracaso lastimando ese crédito

Por mi parte, declaro con perfecta sinceridad


que estimo un deber nuestro decir toda la verdad
para evitar al pais males que no siempre aprecia de
bidamente por varías causas la opinión pública i que
si disimulara es» verdad, en todo el curso de mi vida
sentiria pesar sobre mi espíritu la responsabilidad de

70 —

un acto negativo que el honorable señor Senador


parece querer compartir con nosotros.
Varaos por diverso camino; pero nuestro intero
es el de elevar al primer rango el crédito de Chile.
En orden al tipo del cambio internacional diré
solo que no es necesario creer, como lo han sostenido
Bustraet
alguno--,que el comercio esté empeñado en
de nuestra circulación las pequeñas monedas de oro
que se han lanzado en íeemplazo del papel inconver
i
tible que al convencimiento que al estranjero se
supone de la próxima fuga del circulante metálico
obedece el aumento considerable de mercaderías que
hoi existe i que es causa del incremento en la renta
de aduanas; pero sí creo que en el mundo de la pro
ducción tan activo, tan lleno de vida, la máquina
economiza, fuerzas materiales, mejora las condiciones
físicas del trabajo, centuplica la producción, estrecha
en su alrededor el mercado de consumo ¡ el comer-

do, se buscan mercados nuevos i Chile, donde por


la inseguridad del tipo del cambio podian ser ruinosos
los envíos, vuelve a ser objeto de atención preferente
del fabricante i del productor,
Si al aumento de las importaciones, consecuencia
de esta evolución natura!, no corresponde un aumen
to en las esportaciones, el pais no alcanzará a pagar
con productos el valor do sus consumos, entre los
cuales puede inclunse el servicio de la deuda ester
na; i hoi que estamos en el comienzo de esta doble
corriente, interesa sobremanera, en orden a ellas, i
debe sai objeto ríe sil atención preferente el estudio
de nuestra actual tarifa aduanera i los medios que se
piense poner en juego para conseguir que no sea tan
subido el arrendamiento de los capitales de que la
industria nacional ha menester para sustraerla, en
cuanto es dabh> ¿entro de la libertad comercial bien
entendida, a los efectos perniciosos de una lucha con
paisas mas ricos i adelantados que el nuestro.
Toco este punto, señor, porque como miembros del
Congreso estamos en el deber de darnos cuenta cabal

71 —

del estado económico del pais; si los que abrigamos


desconsoladoras dudas por la marrhaque se imprime
a Jas finanzas estamos en un error, tendremos
gratí
sima satisfacción oyendo las opiniones del Gobierno,
viéndolas desvanecerse; i si por la inversa, hai moti
vo para esperar un porvenir oscuro o cargado de
nubes, i hai razón
para ello poique hemos dado un
desarrollo exajerado a los gastos públicos, i que mar
chamos por mal camino, el Honorable Senado me
escusará de haber ocupado su atención, porque habrá
sido justificada mi insistencia, porque se podrá
enmendar el rumbo, porque así contribuiremos a la
emancipación económica i al bienestar social del pue
blo, que no se encierra en una fórmula,
pero que es
al resultado de la buena administración de los cau
dales públicos.
I también me observó el honorable Senador
que
se habla incrementado el poder naval de la
Repú
blica, i yo puedo responder a Su Señoría que no sé
ni necesitamos saber cuánto importan los barcos
adquirirlos; pero sí Bé e importa tenerlo presente que
desde 18"9 hasta 1894, la renta del salitre i del iodo
nos ha producido doscientos cuarenta i cinco millo

nes ciento cincuenta i cinco mil trescientos cincuenta

i cuatro pesos i que en 31 do diciembre de 1894 la


lleuda pública se habia elevado haBta ser doscientos
veinte millones novecientos cincuenta i tres mil cua
renta ¡ dos pesos, de la moneda actual.
El detalle de la renta de salitre e iodo es el
siguiente:
= L~

Manteniendo el propósito que insinué al comen


zar de ver
pronto aprobados
en jeneral los
presu
puestos, i cuando tengo todavía muchos otros
aun

datos i apreciaciones que podía ser útil conocer,


dejo
la palabra, señor Presidente.
El señor Santelices. —
Siento, Be ñor Presidente,
verme
obligado a el propósito que habia
quebrantar
hecho de no volver
ocupar Ja atención del Honora
a
ble Senado con esta cuestión;
pero mui a mi pesar
a ello el honorable
me
obliga Senador qne me ha
precedido en el uso de la palabra, i por esto procuraré
ser brevísimo.
Per su parte, Su Señoría, se ha creído llovió ■

también a hablar por que lía notado en mi discurso


el propósito de dar a entender que los cálculos hechos
por el Gobierno i consignados en el mensaje de Su
Excelencia eran demasiado optimistas.
Notó también el honorable Senador de Tarapacá
que refiriéndose, el que a
habla,
una partida del
presupuestó —
la relativa a la casa de Correos de
Valparaíso- i a otra destinada a la estación de Bolla-
vista en el mismo puerto di yo a entender que

parecia se trataba de ocultar el costo i fin u objeto de


las obras.
Finalmente, en propuso el señor Sanador establecer
que la situación económica del pais es bastante
satisfactoria i nos ha dejado comprender que funda
Beta opinión en el informe de la Honorable Comisión
Mista, a que tengo el honor de pertenecer, por que
esta Comisión elevó el monto de Jos presupuestos

para 1896.
Como las finanzas de la República están intima
mente ligadas con la situación económica del pais,
comenzaré por los cálculos relativos a la esportacion
del salitre en el año próximo, esportacion quo ferma
la base de las rentas nacionales.
El señor Senador por Tarapacá acepta el cálculo
de la Comisión Mista, i como
según ese
cálculo, las
entradas para 1896 son de ochenta i dos millones i
los gastos de setenta i ocho millones quinientos mil
ademas hai varias
pesos, i como partidas quo importan

74 —

diezdoce millones que no están consultadas en ese


o

presupuesto, es evidente que habrá déficit.


I no olvide el Honorable Senado que esas partidas,
de ineludible inversión, corresponden a gastos ordi
narios del año próximo, como son el servicio del
nuevo empréstito, la subvención a las municipalida

des, la reedificación del Congreso, etc., etc.


El señor Bat'i'OS LUCO. Eso es partiendo del

antecedente de que la esportacion de salitre se límite


a veinticuatro millones de
quintales.
El señor Sailtelices.—l.* esportacion de salitre
está calculada en veintiséis millones por la Comisión;
■sí es que no parte de ese antecedente.
El señor Barros Luco. Sostengo que

parte
de ese antecedente; la Comisión rebaja la renta del

Belitre; Su Señoría filmó ese inf »rme í uno de loe


motivos que lie tenido para apoyarlo él la
es ver en

firma de Su Señoría que es para mi de mucha con


fianza.
El señor Santelices.— Aun cuando lo sostenga
Su Señoría, no por eso será cierto, pues la verdad es
lo que yo afirmo, a saber, que la Comisión Mista acep
tó el cálculo de entradas presentado por el ejecuti
vo estimando en 11.960,000 de quintales métrico» la

esportacion del salitie, lo que equivale a 26.000,000


de quintales españoles.
Agradezco al honorable Senador que haya aludido
a que yo firmo el informe de la Comisión por el
se sirvió acompañar esta
concepto benévolo con que
alusión; pero me
permito pensar que Su Señoría no

ha estudiado mucho eBe informe.


Al hacer esa alusión, parece que Su Señoría ni ha
leido siquiera dicho informe, que a haberlo leido
todo, habria encontrado en él la siguiente frase:
ilConio queda dicho, el presente informe es tolo el
6 resultado de las opiniones de la mayoría de la Co-
» misión: sus miembros se reservan naturalmente la
6 libertad de acción que les asiste para proponer en

la Cámara las medidas que juzguen encaminadas a

75 —

S realimr las economías a que la Comisión habría

S propendido en la revisión del proyecto.»


La opinión de la mayoría de la Comisión, entre las
cuales tengo el honor de contarme; fué que con venia
hacer economías, etc.
Acostumbrado Su Señoría a verme figurar entre
la minoría, talvez pensó por eso que estuve en desa'
cuerdo con !a Comisión; pero no fué así, felizmente
en este caso la
mayoría deseaba conmigo las econo-
No sé como podría desprenderse del informe de
la Comisión, que es alhagador, el estado económico
del pais cuando dice:
«La situación creada por los nuevos servicios a
S que es preciso atender, el en-timienfi/ iitu*ita.b.> '¡un
» se lia dadw al presupuesto i las circttU'tanrias niü-
» mas que motivan ei.V imnt-nlo, sonfactores que la
& Comisión no ha he diado en olvido al hacer el
» examen del proyecto.
}>En vista de ellos ha creido que no es oportuno
S> comenzar ahora algunas obras dispendiosas i de

& rar en el proyecto de! Ejecutivo varias partidas,


6 que no han sido aceptadaB. No ha dado cabida
» tampoco a la creación de nuevos servicios i esta
la blecimientos, que, si bien son útiles o necesarios,
» su implantación no revisté caracteres de inmedita
» e imprescible necesidad i ha tratado, por último,
S de limitar los gastos, en cuanto es
posible, a las
> necesidades mas premiosas do la administración,
jiSín embargo, i a
pesar de haber procedido en sus

j> acuerdos con toda escrupulosidad, la Comisión ha-


una revisión del
» bría deseado Icar.-r proyecto que le
» h.nhiera permitido eliminar todo gasto que, a SU
& juicio, fio no '''if-nu'-nf-i indispensable,
•■■ ■■'■■-
paro
& ha tenido que desistir de este propósito a fin de no
de! presupuesto en el Con-
> retardar la discusión
# greso.»
La Comisión aceptó, como lo he dicho, el que la

76 —

de
esportacion del salitre alcanzara a 26.000,000
quintales españoles; pero esta opinión que yo respeto,
no me obliga a pensar lo mismo que mis honorables
mí estar
colegas, por mas gralo que hubiera sido para
de acuerdo Sus Señorías: en este punto es cierto,
con

no pertenezco a
la mayoría de la Comisión.
hablando do las entradas pata 1896
Ahora bien,
la sesión del
dijo el señor Ministro de Hacienda en
4 del presente: . . ,

«En lo que hai una diferencia (se refería a las


mensaje), es el sobrante calculado paia
p cifras del
en
ni menos por
» 1896; pero no es ello por equivocación
ha
> exajeracion, sino perqué la situación comercial
ramo oe
5, cambiado últimamente en un impoitanle
cuantiosas entradas a
í, e.-rpoitacion ipje proporciona
*
>laearcu fiscales.
^Quiero referirme a la esportacion del salitre.
contar con una
¡.E-presó el mensaje que se podia
» /.p.j,-tae.í-n de 11.010.000 T,intahs mvUim, p«i-
'
I-, ílwloccinn nue licorosamente
i sedes-
esa era la deducción que
,,.<,

3> que n?
1
de la situación coniermal .-,"«",
■'

> prer.dia d.-ji P"


señor Snit. íes
IL tal sueite quo el honorable
dicho b?mi,„o,»»íc„„
itS,nepíbiút - r , '■

algo dina M mas o mino, jnmiino


I le la

de rc.lt
I °„ consideración que en las probsbilid.de.
•! año 1896, 1. <y.|»I™>.-i..ii «'><" ">,
, z.ree, par.
la producción, oeosse-
» que time por objeto limitar
s inri uo eoníar ccn ios cáletelos de <*/>. .i-líteiei:, i peí
uno
*
* éoneioniente de sus respectivos derechos, CM

he de lO.rM.QW >)»■■■
„,„,„},„, 7 reeela n,

, rales meiríeos.»
el honorable Senador, el señor Ministro
v, 1„ ,e

Su S.ñ„rl. a creer que .obie


pi.ns. yo i llega
como
S. E. habiia dicho algo aproximado a lo
este punto
si hoi tuviera que escribir el men
que yo le espresé
el
saje,de modo que tni calculo esta amparado por
pres'tijioahora
*
del G.bioef.
lo. ocasionara
. .

el, ejercicio
. .

P„o a gastos que



77 —

financiero de 1896, i puedo repetir que ninguno de


los ítem que enumeré como de ineludible inversión ha
sido contradicho por el honorable Senador de Tara
pacá, de modo que puedo dar por sintado que Su
Señoría los acepta i el Senado sabe que en conjunto
bsos ítem suman
13.000,000 de pesos o mas.
Como deseo ir lo mas rápidamente posible, no in
sistiré mas sobre este punto fuera de que con lo
dicho hai bástanle para establecer que habrá déficit
al fin de 1896 por mas que Su Señoría so empeñe en

asegurar que existirá sobrante en dicha fecha.


No me detendrá tampoco en comprobar con nue
vos
datos, que los que tengo en la mano, la asevera
ción que hice do que los presupuestos tienen una
redacción calculada, al parecer, para sustraerlos de
las observaciones de la Corte de Cuenta?; pero como
Su Señoría ha querido esplicar el enorme gasto que
impondrá el edificio de Correos de Valparaíso dicien
do que se ha pensado después instalar otro servicio
en esa
construcdon, solo agregaré que la circunstan
cia apuntada no ha cambiado las dimensiones del
terreno, el cual tiene veinte metros de frente por
setenta metros de fondo.
El Ejecutivo aseguró el año pasado en la Comisión
Mista de Presupuestos que esa obra costaría
350,000
pesos, i. el honorable Ministro del Interior, señor Re-
cabárren, nos dijo este año en la misma Comisión
quo ese costo alcanzaría a 600,000 pesos,
Cuando yo di estos datos, estaba aquí presente, en
su carácter de Senador por Arauco, el honorable
señor Reeabárren i no me rectificó, Í yo declaro al
honorable Senador por Tarapacá que, en este caso,
solo acepto rectificaciones del honorable Senador por
Arauco.
También se ha referido el honorable Senador
por
Tarapacá a la circunstancia do haber traído yo datos
retrospectivos, refiriéndome a un período de tiempo
anterior en a'guna de las observaciones que me per
mití formular; pero £u Señoiía debe advertir que

78 —

hice esto criticando iin sistema que estimo pernidoso


a los intereses de la
República i que tiene oríjen en
hechos pasados, de modo quo me creo autorizado
para tomar el camino que he seguido, i si sostengo
que ese camino es bueno i conducente al logro de
nuestros deseos, es porque cuanto conozco de la
historia de los últimos tiempos, en orden al estado
financiero del pais me ha convencido de que es llega
do el momento de emprender una reforma sustancial,
i yo sé que si prescindo de la historia me privo de la
esperieneia i me espongo mas fácilmente al error.
Prueba también lo que aseguré respecto a la glosa
de los ítem del presupuesto el siguiente detalle carac
terístico:
El ítem 3 do la partida 45 del presupuesto vijente
del Ministerio da Obras Públicas, dice:
^Estaciones, Bellavista: bodegas, oficims, contadu
ría, inspección, cien mil pesos.»
Yo pregunto ahora al Honorable Senado si con
Bsta glosa alguien pudo entender que se trataba de
edificar casas para empleados en un terreno destinado
por la loi a servendido; i si es efectivo que esto no
se entiende, tengo razón para criticar la forma en que
se hace el presupuesto.
Diga ahora el Senado si con esta redacción puede
entenderse que se trata de construir una estañan en
una manzana do terreno destinada por lei a venderse,
estación para la carga, como ha dicho el señor Minis
tro de Obras Públicas, en un punto inadecuado de la
ciudad i en el cual existe concluida hasta en sus me
nores detalles una estación para pasajeros, que es la

único que allí conviene.


Dejando estas irregularidades, ocultaciones o como

quiera llamárseles, paso a otra cosa.


Ha dicho el señor Senador por Tarapacá que su
fin primordial al entrar en esta discusión ha sido
demostrar el estado floreciente de nuestras relaciones
comerciales i el buen estado financiero del pais.
En contestación a esta aseveración i para compro-
bar que no es
progresiva Ja mafeha de la industria
nacional, bastará comparar la i sumas que representan
la esportacio n de nuestros productos en algunos
*
añas.
ESPORTACIO LID RE

1864... 27.242,853
1867... 30.636,930
1872... 37.122,400
1873... 38,268,795
1876... 37.771,139
1889... 27.561,940
1890... 27.243,722
1892... 27.281,518
1893... 27.079,781
1894.., 23.980,127

Esta triste estadística es una verdadera revelación


del estado industrial del pais; ella prueba que millo
nes de hectáreas están sin
cultivo, que hai minas
abandonadas, que ricos mantos de carbón no se es
pidan; que si hubiéramos gastado mejor nuestro
dinero, habríamos visto creciente el bienestar social
de las clases trabajadoras.
I es de notar que en el período comprendido entre
1864 i 1876 la agricultura carecía del valioso con-

tinjente que después han venido a prestarle las líneas


férreas de Santiago a Melipilla, de Pelequen a Peu
mo, de Victoria a Tcmuco, de Angol a Traiguea, de
Palmilla a Aleones, de Parral a Cauquénes,
de
Huasco a Vallenar, de Co/giio a Mulchen i
algunas
secciones de otras; como asimismo que los avalúos se
hadan en moneda fuerte.
Eíta es la esportacion libre, sin tomar en cuenta
el salitre, como he dicho antes

El señor Gandar Illas.—Pero, en esa época",


todo lo qua iba a Tarapacá se contaba como esporta
cion, i ahora ni.
El señor Santelices.
¡I cuál es la población

de Tarapacá para saber el consumo que tienel


El señor Gandarillus.— Eso no se
puede
El señor Santelices. Yo cieo que el valor de

esa
esportacion no alcanzará a cinco millones de pesos.
El señor Barros Luco. Pasa de diez mi

llones.
El señor Santelices. —Aunque pasara; siempre
quedaríamos en peor situación que antes, porque
tendríamos una diferencia de veintiséis a treinta i
siete millones.
El señor Gandar illas. Estamos —
quebrados,

El señor Santelices.— Es indudable, señor Se

nador, que las industrias del pais están en mala


situación.
El honorable Senador de Maule me observa que
han disminuido las cifras que representan nuestra
al estranjero, porque hoi figuran entre el
esportacion
comercio de cabotaje los valores enviados a Tarapacá;
no representa un produc
pero olvida Su Señoría que
to nacional el importe del ganado arjenlino que se
envía al litoral del norte.
Esa importación da los valores siguientes en cada
uno de los años que se espresan.
1889 $3,363,515
1890 4.322,815
1891 5.066,700
1892 5310,087
1893 4.717,836
L894 (No se ha publicado).
Es desconsolador tener que exhibir estos datos,
claramente que ni aun produci
porque ellos revelan
mos lo necesario para nuestro propio consumo, la

cual, porlo monos, no es signo del progreso industrial

que rosados colores quiso pintarnos el honorable


con

Senador de Tarapacá en la sesión anterior.

i

81 —

I con respecto a la industria nacional todavía, es

de noUr que, la sgi .cultura ;e ha agiava.lo con fuer


tes deudas en los últimos años, como lo cotu prueba
si incremento de la deuda hipotecaria, manifestarte
por el cuadro que sigue:
DEUDA HIPOTECARIA

1876 é 21.800,000
1881 31.400,000
1886 48900,000
1887 58.600,000
1892 117,100,000
1894 185,000,000
Yo espero, señor Presidente, que la exhibido» .le
sstos datos no me hará merecedor de nuevo
del cargo
honorable Senador por Tura para, porgue ellos están
publicados en documentos oficiales que se
reparten
ampliamente, que sonde tudos conocidos i quo re
produce la prensa diaria.
Voi a concluir, señor Presidente.
Los antecedentes espuestos dan derecho para
pedir
que los señores Ministros mediten, i quo mediten ecu

Dígannos Sus Señorías si su patriotismo no siente


como sentimos nosotros, que es un mal pura ]!h };,,._
publica el haber creado una seiie de servicio* de Ju
doka utilidad, prodigando en mantenerlos los dineros
públicos; dígannos todavía si no es necesario cambiar
de rumbo para que no se recuerde con envidia aque
llos tiempos en que el Eraiio Nacional contaba con
escaso; i-ecu-snü, poique cían
tiempos du .-obiiclad
de sobiicdad administrativa.
política,
Las enervaciones espuestas son rnaa que suficien
tes para dejar justificada la nesecidad de las reforma;
he indicado, necesidad n.jerite i que cada dia se
que
hace sentir mas. He ¡ndicnlo muchas, peio de cierto
la menor parte de aquellas tiiodilicaciiOi".-, i.ccl'siií.ui

82 -

en el presupuesto. Cumplimos con el deber de señalar


al Ejecutivo los peligros de.que estamos amenazados
i los perjuicios que se están ocasionando al pais con
el sistema económico que representan ellos. Nonos
afectará, pues, la responsabilidad por la situación
que pueda producirse.

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