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A) 

 VIDA EMOTIVA:
 
Cualidades: Seguro y firme en sus decisiones, voluntarioso, tenaz
(perseverante). Es auto determinado (aprende solo), optimista, audaz 
(arriesgado, atrevido), y valiente.
 
Defectos: Problemas con su carácter violento. Es porfiado (terco,
testarudo) e insensible a las necesidades ajenas. Es poco emocional, frío;
no aprecia los detalles estéticos. Carece de simpatía; es cortante (brusco),
es impetuoso (arrebatado, imprudente), violento, le disgustan las lagrimas,
es vengativo ante el que hace injusticia. Es orgulloso, le cuesta pedir
disculpas. Es excesivamente autosuficiente.
B)  SU VIDA DE RE RELACIONES
 
Cualidades: No le exige a los demás lo que él mismo no puede hacer. No
pierde el ánimo con facilidad. Es un líder lleno de firmeza. Sabe juzgar a la
gente. Logra motivar a los demás. Sabe exhortar. No se achica ante las
circunstancias.
 
Defectos: Poco compasivo (don de misericordia), toma decisiones por
otros. Cruel, cortante, sarcástico (burlón), tiende a ser dominante en un
grupo. Es arrogante (altanero, orgulloso, engreído), dictatorial (autoritario).
Usa a la gente para su beneficio, le cuesta perdonar, es vengativo. Se
inclina a ser intolerante (terco); altivo, dominador en su trabajo.
C)  EN SU TRABAJO
 
Cualidades: Es buen organizador, promotor;  posee intuición para
tomar decisiones acertadas. Reacciona rápida y decididamente ante
emergencias, es perspicaz (capaz,  prudente) y agudo (talentoso).
Nunca vacila, es sumamente práctico, sabe estimular a los demás. Se
propone metas y las alcanza.
 
Defectos: Demasiado seguro de sí mismo. Inclinado a proceder con
astucia (hipócrita, mentiroso). Porfiado (rebelde, terco) e impaciente por
los detalles. Poco analítico, fuerza a los demás a que se acomoden a su
plan. Es fastidioso, difícil de complacer; sólo tiene tiempo para sus
planes y proyectos.

SU MAYOR NECESIDAD.- Poner  al control del Espíritu Santo su


carácter violento. El Espíritu Santo puede ayudarlo a tener un corazón
compasivo, perdonador; ser menos sarcástico, dictatorial, más dispuesto
a escuchar a los otros. Ser más tolerante (comprensivo), menos
ofuscado (rebelde, terco). Saber que los demás pueden tener buenas
ideas. Ser más sensible a las necesidades ajenas, confesar su carácter
violento y su crueldad. Desarrollar su belleza interior, mediante horas de
oración y meditación en la palabra.
•QUE DEBEN MEJORAR CON LA AYUDA DE DIOS:

•NO SOLO QUERER QUE LOS DEMAS LE OBEDEZCAN SINO TAMBIEN SER OBEDIENTE
AL ESPIRITU SANTO (ZACARIAS 6:15)
•A NO TRATAR A LAS PERSONAS CON VIOLENCIA (FILIPENSES 4:5)
•A SER COMPASIVOS CON LOS SENTIMIENTOS DE LOS DEMAS (1 PEDRO 3:8)
•A NO ENCONTRAR LA TOTAL SATISFACCION DE SU VIDA EN EL TRABAJO
(ECLESIASTES 12:13)

Todos podemos ser transformados por el Espíritu.


Lo digo porque los coléricos son los que más típicamente usan un: así soy yo, Dios me creó así, ¿qué puedo hacer?
De Pablo, el colérico más famoso de la historia bíblica aprendemos que aún siendo un colérico fuerte, se puede tornar en uno
controlado por el Espíritu.

Cuando leemos la historia de Saulo/Pablo en el Nuevo Testamento aprendemos que las transformaciones y cambios
espirituales existen y son reales, tan reales que pueden provocar un giro radical en un perseguidor y convertirlo en un
perseguido y aún más sorprendente en alguien que disfruta saber que está siendo perseguido por la mis
Los coléricos (como Pablo) son líderes natos y optimistas, su mente está concentrada y llena de ideas y proyectos, sin
embargo, dentro de sus características fuertes están el ser autosuficientes, impetuosos, levantiscos (rebeldes),
propensos a ser duros y crueles, cortantes y sarcásticos, iracundos y amargados justo como Saulo de Tarso, no es malo
que seamos coléricos (es algo que no podemos cambiar) pero debemos dejar que el Espíritu Santo transforme
nuestra manera de reaccionar y relacionarnos para llegar a tener la identidad que él quiere que tengamos, es la
única manera en la que podremos agregar valor a las personas que tenemos a nuestro alrededor.

Gran cambio vemos en Pablo, aunque la Biblia no nos deja ver más allá en la vida de Pablo antes de llegar a ser
el Gran apóstol Pablo que conocemos nosotros, sin duda alguna con lo poco que logramos ver antes de la llegada
de Jesús a su vida, vemos que también era una persona sumamente cuadrada en su forma de pensar, una
característica típica de los coléricos es que ellos no cambian su forma de pensar muy fácilmente, no por nada
llegó a ser Fariseo de Fariseos (Filipenses 3:5), cuando un colérico se centra en algo, puede llegar a cerrarse a
todo aquello que esté fuera de lo que está pensando él y tomar como la única verdad su criterio.
Es por esto que cuando son guíados por el Espíritu son soldados defensores de la justicia y fieles
apologetas de la Verdad.
Los cristianos coléricos tienen una gran debilidad a mostrar bondad y compasión, generalmente son
inflexibles y les cuesta dar segundas oportunidades, por algo Pablo estaba en el momento que se apedreo
a Esteban apoyando y muy probablemente participando de esto.
Vemos incluso a un Pablo, en Hechos 20 cuando no le dio la oportunidad a Juan Marcos de seguir junto a
él (por no poder hacer las cosas a su ritmo), los coléricos generalmente no gustan de la compañía de
aquellos que no actúan o piensan con igual fervor que ellos. Cuando se empecinan en hacer algo, aún
cuando haya advertencias de no hacerlo, lo hacen. Entre más oposición más dedicación tienen. Una gran
desventaja de esto es el gran problema que tienen de aceptar sus errores o de someterse a autoridades que
les guíen en amor a cambiar, todos cometemos errores, todos necesitamos de misericordia y gracia y
Pablo nos da una gran lección después acerca de esto y lo impresionante de la historia es ver como el
mismo Pablo discutió contra los fariseos y luchó por mostrar misericordia y amor, habló de sostener y dar
segundas oportunidades, habló de gracia, todo siendo un colérico, la gran diferencia: guiádo por el
Espíritu.

¡Cuidado! Nosotros podemos estar actuando de manera muy colérica, siendo sabios en nuestra propia opinión, queriendo tener la
razón en todo y no permitiendo al Espíritu trabajar en nosotros de manera personal.
“Al negarnos a cambiar, perpetúa nuestra inmadurez espiritual y limitamos el uso que
Dios quiere darle a nuestras vidas”
Los coléricos disfrutan de hacer las cosas solos, por su disciplina generalmente son muy buenos en lo que hacen
pero llegan a alimentar su ego a tal manera que no sienten la necesidad de depender del Espíritu Santo o del
poder de Dios sino de su propia fuerza e inteligencia, de su lógica (la cuál creen es la correcta) esto es
altamente peligroso, la misma Biblia nos enseña que no hay nada tan perverso como el corazón humano y que
hay de aquel que se vuelve sabio en su propia opinión.

La única manera en la que un colérico reconozca que necesita ayuda y dependencia del Espíritu Santo es
cuando es humillado por las circunstancias (es por esto que Jesús escogió la manera que escogió para
presentarse a Pablo) de otra manera no lo
reconocen, pero una vez logran ser convencidos de su necesidad, se aferran a ella y al Espíritu como única fuen
te de sabiduría y guía.
Hay que reconocer que son personas disciplinadas y casi siempre logran lo que quieren, no por una inteligencia superior sino porque les es más
fácil trazar una meta y no salirse de ella.
Pablo conocía la importancia de tener dominio sobre sus pensamientos y es por esto que estaba tan determinado a que la carne no lo gobernara,
una de las debilidades de los coléricos es “parecer hombres de fe” cuando en realidad solo están confiando en sí mismos.
El Espíritu lo que hace en nosotros es glorificarse en las debilidades de nuestro temperamento, mantenemos nuestra base, pero el Espíritu se
encarga de que tus debilidades sean utilizadas para glorificar al Rey.
Los coléricos son los únicos a los que realmente no les importa lo que digan los demás, ellos determinan sus normas de vida y establecen lo que
es correcto y lo que no y empujan a todo el que se encuentre a su alrededor a ellos, sus normas de vida, completamente peligroso si no están
siendo guiados por el Espíritu.

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