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¿Siempre olvidas tus tareas en casa o incluso olvidas cuáles son y para cuándo debes presentarlas? ¿Tienes problemas para recordar los nombres de las personas? ¿Piensas que tienes una mala memoria? Este artículo te enseñará técnicas para ayudarte a recordar cosas que podrías haber olvidado, además de estrategias para evitar que la información importante se te escape.

Método 1
Método 1 de 5:

Recordar algo que has olvidado

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  1. Cierra los ojos, respira profundamente y relájate. Tu ansiedad por no poder recordar algo de hecho podría evitar que lo recuerdes.[1] La frustración, el pánico o torturarte por tu “mala” memoria desviará la energía mental de tu objetivo.
    • Algunas veces calmarte requiere que te alejes y hagas otra cosa. Tómate un descanso de 5 minutos para hablar con alguien, ver televisión o trabajar en otra tarea.
  2. Recrea el entorno en el que estabas cuando por primera vez hayas tenido la idea, hayas aprendido la información o la última vez que hayas perdido el objeto. Cuando hayas tenido esa idea excelente en la ducha, la idea se habrá grabado en tu cerebro junto con el contexto o el entorno (en este caso, la ducha). Esa idea ahora estará conectada con tus recuerdos de la ducha, el olor del champú, la sensación y el sonido del agua; y de esta forma, ponerte de nuevo en ese mismo entorno también te puede llevar a la información que has olvidado.[2]
  3. Un estudio reciente sugiere que cerrar los ojos puede mejorar la capacidad para recordar información.[3] La razón puede ser porque estarás eliminando las distracciones y podrás enfocarte mejor en la memoria y sus detalles.
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Método 2
Método 2 de 5:

Recordar nombres

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  1. La razón por la que olvidas los nombres no es porque seas “malo con los nombres”, es porque no escuchas completamente. Podrías estar tan emocionado o nervioso por conocer a la persona, o tan preocupado por causar una buena impresión, al punto de que tu cerebro no procesa la información importante: el nombre.[4]
    • Deja a un lado cualquier otro pensamiento, mira directamente a la persona, mírala a los ojos y escucha. Haz que recordar el nombre de esa persona sea tu prioridad número uno en el momento.[5]
  2. La repetición ayudará a cimentar esa información en tu memoria, ya que fortalecerá las conexiones neuronales en tu cerebro.[6]
    • Después de que la persona diga su nombre, repítelo y confirma que lo has escuchado correctamente. Esto puede ser especialmente útil con nombres que son difíciles de pronunciar.
    • Repite el nombre de la persona una vez más al decir algo como “Es un placer conocerte, Roberto”.
    • A medida que te alejes, repite el nombre de la persona en tu cabeza.
  3. Tu cerebro tiene una capacidad increíble de almacenar información visual. De esta forma, crear un enlace entre el nombre de una persona y una señal visual hará que sea mucho más fácil de recordar.[7]
    • Por ejemplo, si conoces a alguien llamado Pedro que tiene ojos muy azules, visualiza un billete de color azul.[8]
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Método 3
Método 3 de 5:

Recordar tareas y fechas

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  1. Configura un recordatorio en tu teléfono inteligente. Tan pronto como saques tu cita con el médico, toma tu teléfono y regístrala en el calendario. La mayoría de los teléfonos te permitirán configurar una alarma que te recuerde que tu cita se acerca: 5 minutos, 1 hora o incluso un día o una semana antes. La clave es configurar el recordatorio al momento de la cita (o al conocer el cumpleaños de alguien).
    • También puedes configurar recordatorios repetitivos. Así, si tienes que recoger a tu hermana pequeña después de la práctica de fútbol todos los martes, puedes configurar un recordatorio que se activará cada semana.
  2. ¿Alguna vez has oído hablar de alguien que se ata un pedazo de cuerda en su dedo para no olvidar algo? La idea es que la cuerda alrededor del dedo de la persona es tan extraña que le recordará lo que trata de tener presente.[9]
    • Puedes hacer asociaciones de todo tipo; de esta forma, cuanto más fuera de lo común, será mejor. Si tienes que hacer algo en tu computadora, coloca algo inusual en el teclado (como un bote de juguete o un plátano) para que recuerdes que tienes que pagar en línea tus facturas y no ver fotos lindas de gatos.
  3. Si vas al dormitorio para buscar un medicamento, repítete silenciosamente la palabra “medicamento” mientras te diriges a ese lugar. Repetir el pensamiento o la idea los mantiene activos en tu memoria a corto plazo (la cual normalmente contiene información por solo 10 a 15 segundos). Esto te ayudará a evitar el problema de entrar a una habitación y luego preguntarte “Ahora, ¿por qué vine aquí?”.[10]
    • Cuanto más accedas a un pensamiento o lo “uses”, es más probable que termine en tu memoria a largo plazo, la cual puede almacenar información de forma indefinida.[11]
    • Cantar sobre tu tarea también te puede ayudar a recordar. Elige una canción simple como “Estrellita, dónde estás” o una de tus canciones favoritas, y canta acerca de cómo vas a tomar tu medicamento.
  4. ¿Siempre olvidas tu billetera? Escribe “BILLETERA” en una nota adhesiva y ponla al medio de la puerta.[12]
    • Prueba este método cuando necesites hacer algo en tu computadora: las distracciones en una computadora son tan numerosas que es fácil dejar las tareas de lado. Pon la nota adhesiva en la pantalla y luego pásala al borde como recordatorio para mantenerte en la tarea.
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Método 4
Método 4 de 5:

Recordar en la escuela

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  1. Si estudias para una prueba que se realizará en una sala silenciosa con un reloj que hace tictac, será más fácil recordar la información si estudias en un entorno similar, por ejemplo, en una biblioteca o sala de estudio.[13]
    • Trata de no estudiar en el sofá o sentado en tu cama, ya que probablemente darás la prueba en un escritorio.
  2. Esto significa que separarás una información en pedazos más pequeños (por ejemplo, el número 8374668809 quedaría 837 466 8809). Puedes recordar mejor la información en grupos más pequeños que como una secuencia larga, o por cada información individual.[14]
    • Identifica las similitudes más notorias en la información que tratas de memorizar (por ejemplo, una fecha o ubicación importante) y clasifica la información restante bajo esos títulos.[15]
  3. Los dispositivos nemotécnicos son trucos que se utilizan para organizar la información en enunciados, imágenes o palabras fáciles de recordar. Un dispositivo nemotécnico es El Gato Blanco De Fiona, el cual presenta las notas musicales de una clave de sol (EGBDF) en un enunciado simple.
    • Hay formas casi ilimitadas de crear dispositivos nemotécnicos. Trata de inventar rimas, acrónimos o una imagen visual fácil de recordar.
  4. En vez de atiborrar todo en una sola sesión maratónica que puede agotar tu cerebro, programa dos sesiones de estudio con un descanso a la mitad. Puedes obtener el doble de información en dos sesiones de estudio de 3 horas que en una sesión de estudio de 6 horas.[16]
  5. Simplemente leer la información no siempre es suficiente, ya que también deberás darle sentido.[17] Resumir requiere que pienses en lo que acabas de leer, lo simplifiques a lo esencial y vuelvas a aprenderlo.[18]
    • Cuando hayas terminado de leer, trata de ver el tema desde la perspectiva más amplia (este es un libro sobre historia) y luego sigue limitándolo (este es un capítulo sobre la Segunda Guerra Mundial, esta es una sección sobre la Batalla de las Ardenas) hasta que examines las lecciones importantes, los temas y los hechos que debes aprender (esta fue la última gran ofensiva alemana, las bajas masivas destruyeron al ejército alemán).[19]
    • Si no deseas marcar tu libro de texto, resume cada párrafo en un cuaderno. Incluso puedes arrancar esa página y llevarla en tu bolsillo para estudiar sobre la marcha.
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Método 5
Método 5 de 5:

Mejorar tu memoria

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  1. Caminar, correr, saltar en un trampolín o lo que sea que eleve tu ritmo cardíaco también hará que tu cerebro esté en plena forma. Una razón es que el ejercicio lleva oxígeno rico en nutrientes al cerebro, lo cual ayuda a que funcione mejor.[20]
    • Los estudios muestran que los efectos del ejercicio en el cerebro son acumulativos. Es decir, si haces ejercicio de forma regular, verás mejores resultados en vez de si solo haces ejercicio de forma ocasional.[21]
  2. Cuando se trata de mantener agudo el cerebro, la gente por lo general piensa de inmediato en hacer crucigramas o sudoku; sin embargo, estos “ejercicios cerebrales” en realidad son menos eficientes para retar al cerebro que mantener una conversación. Una conversación obliga a escuchar, absorber información y a procesarla para formar una respuesta.[22]
  3. Cuanto más a menudo haces algo, menos desafiante se vuelve. Si puedes decorar un pastel sin siquiera pensarlo, requerirá muy poco trabajo de tu cerebro. Para ejercitar y desarrollar tus habilidades mentales, deberás presionar a tu cerebro.[23]
    • Asegúrate de estar genuinamente interesado en esas nuevas actividades. Fingir interés no retará a tu cerebro.[24]
  4. Nuestros cerebros están codificando (o formando recuerdos) durante nuestras horas de vigilia y son vulnerables a todo tipo de distracciones. Hasta que tu cerebro no pase esa información nueva a la memoria a largo plazo, las distracciones cotidianas pueden producir pérdida de la información. El sueño es el entorno perfecto para que tu cerebro procese y convierta tus recuerdos nuevos en información a largo plazo.[25]
    • Tomar una siesta entre las sesiones de estudio es una buena manera de dejar que tu cerebro absorba todo lo que acabas de aprender.
  5. Si siempre olvidas dónde has puesto las llaves, prueba este truco: la próxima vez que las pongas en algún lugar, observa dónde las has puesto y después imagina que explotan.[26] Este truco aprovecha la capacidad de nuestro cerebro para retener gran cantidad de información visual.
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Acerca de este wikiHow

Bryce Warwick, JD
Coescrito por:
Especialista jurídico y presidente de Warwick Strategies
Este artículo fue coescrito por Bryce Warwick, JD. Bryce Warwick es actualmente el presidente de Warwick Strategies, una organización con sede en el Área de San Francisco que ofrece tutoría privada personalizada y alta calidad para GMAT, LSAT y GRE. Bryce tiene un doctorado en Derecho de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington. Este artículo ha sido visto 15 613 veces.
Categorías: Pasatiempos
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