¿Qué hacer frente al bullying? (3º Parte)


  1. Principios para una estrategia exitosa.

Según Christian Berger existe evidencia que muestra que las intervenciones más efectivas para hacer frente al bullying son aquellas que se focalizan en la prevención de la violencia, y más aún en la promoción de una convivencia positiva y una cultura escolar del buen trato y el respeto. No obstante, generalmente las instituciones escolares buscan desarrollar estrategias para abordar el bullying una vez que éste ya está presente en la institución; así, se constituyen en medidas reactivas, más que proactivas. No existe una única intervención frente al bullying que haya demostrado efectividad en todos los contextos. Esto supone que cada institución escolar debe identificar aquellas estrategias que sean consistentes con su propuesta educativa (Berger & Lisboa, 2008; Orpinas & Horne, 2006). No obstante lo anterior, existen ciertos principios que debieran regir cualquier intervención en esta línea y que fundamentan estrategias exitosas a nivel mundial (Smith, Ananiadou & Cowie, 2003):

a. Intervenciones globales e integrales: Las estrategias para abordar el bullying debieran ser parte de una estrategia mayor para favorecer relaciones positivas en el contexto escolar, y no exclusivas a situaciones puntuales de violencia.

b. Duración de la intervención: Como objetivo final se espera que las estrategias desarrolladas se institucionalicen. Para que ello ocurra es importante que la intervención se sostenga en el tiempo y cuente con espacios reales dentro de la cultura institucional.

c. Apoyo en evidencia empírica: Es importante que las estrategias se sustenten en evidencias concretas de la institución. En este sentido, es de gran importancia realizar procesos diagnósticos para conocer cómo se da el fenómeno en la institución, pero también para conocer la opinión de toda la comunidad educativa.

d. El involucramiento de toda la comunidad educativa: El éxito de una intervención depende en gran medida del grado de validación y adhesión al interior de la institución. En este sentido, el esfuerzo invertido por la institución y por el equipo de gestión es de gran relevancia, tanto en términos de motivación, participación y recursos.

e. Comprehensividad: Las intervenciones deben ser parte de un proyecto o plan educativo mayor que les dé sentido. Así, las intervenciones más exitosas con aquellas que combinan acciones de prevención universal, promoción de una convivencia sana, intervenciones selectivas específicas, procesos de monitoreo y evaluación. En otras palabras, las intervenciones debieran ser ecológicas, es decir, actuar en los distintos niveles de la organización social (a nivel individual, de curso, y de institución como totalidad).

f. Población objetivo: Se ha planteado que las intervenciones en este tema son más efectivas cuando se implementan desde edades más tempranas, probablemente porque los estudiantes menores están más dispuestos a aceptar la autoridad del profesor y son menos críticos ante actividades curriculares.

g. Integrar los programas en contextos naturales (no limitarlos a la sala de clases).

En concreto, y siguiendo una lógica ecológica, algunas orientaciones concretas para abordar el bullying y la violencia en las escuelas incluyen, en un nivel individual, el trabajo individualizado con los agresores y las víctimas, focalizado hacia una reorientación de la justicia restaurativa, fortaleciendo el establecimiento de relaciones basadas en el respeto y la consideración mutuas.

Asimismo, el trabajo en resolución de conflictos de manera no violenta, y la identificación y manejo de las emociones, especialmente aquellas asociadas con la culpa, vergüenza, y sentimientos de minusvalía es sumamente importante. A nivel grupal las intervenciones debieran orientarse hacia un manejo adecuado de las relaciones interpersonales, como generar espacios de encuentro diversos que dificulten el establecimiento de estereotipos, la generación de comunidades curso que velen por el bienestar de todos sus miembros, y favorecer un cuestionamiento respecto del rol que tanto individual como grupalmente pueden jugar en relación a estas dinámicas. Por último, a nivel institucional se considera la inclusión en su gestión y currículo trabajos sobre ética, así como sobre equidad e igualdad, tolerancia y respeto por la diversidad, y la inclusión en las prácticas cotidianas de trabajo en equipo, cooperación, y otras instancias que generan el conocimiento de los otros rompiendo con prejuicios y preconceptos.

  1. Cómo saber si un alumno sufre Bullying

Siguiendo a Isabel Méndez Benavente nos da las siguientes sugerencias:

a. Como padres debemos estar atentos a:

  • Cambios en el comportamiento del niño. Cambios de humor.
  • Tristeza, llantos o irritabilidad.
  • Pesadillas, cambios en el sueño y /o en el apetito.
  • Dolores somáticos, dolores de cabeza, de estómago, vómitos.
  • Pierde o se deterioran sus pertenencias escolares o personales, gafas, mochila, pantalones rotos, pérdida del estuche, etc. de forma frecuente.
  • Aparece con golpes, hematomas o rasguños, dice que tiene frecuentes caídas o accidentes.
  • No quiere salir, ni se relaciona con sus compañeros.
  • No acude a excursiones, visitas, etc., del colegio.
  • Quiere ir acompañado a la entrada y salida
  • Se niega o protesta para ir al colegio.

b. Indicios: como educadores atentos a:

  • La relación de los alumnos y alumnas en los pasillos y en el patio, en el recreo, en el comedor, etc. No olvidemos que los peores momentos se sufren cuando los profesores no están presentes.
  • Las “pintadas” en las puertas de baños y paredes (Qué nombres aparecen habitualmente).
  • La no participación habitual en salidas del grupo.
  • Darle importancia a las risas o abucheos repetidos en clase contra determinados alumnos o alumnas
  • El hecho de pirar en algunos alumnos puede indicar que no quieren acudir por miedo y que no se atreven a decirlo, sobre todo cuando ese absentismo sea de un alumno que pira solo
  • Estar atentos a aquellos alumnos que sean diferentes. Por su forma de ser o aspecto físico.
  • Se queja de forma insistente de ser insultado. Agredido. Burlado…
  • Si comenta que le roban sus cosas en el colegio o si cada día explica que pierde su material Les faltan materiales. Libros…
  • Con frecuencia investigar los cambios inexplicables de estados de ánimo. Tristeza. Aislamiento..del alumno o alumna. La aparición de comportamientos no habituales. Cambios en su actitud: se muestra triste. Poco comunicativo. Lágrimas o depresión sin motivo aparente
  • Escasas o nulas relaciones con los compañeros/compañeras.
  • Evidencias físicas de violencia y de difícil explicación, moratones. Rasguños o cortaduras cuyo origen el niño no alcanza a explicar, ropa rasgada o estropeada. Objetos dañados o que no aparecen.
  • Quejas somáticas constantes del alumno. Dolores de cabeza, de estómago o de otro tipo cuya causa no está clara;
  • Accesos de rabia extraño
  • Variaciones del rendimiento Con pérdida de concentración, Aumento del fracaso
  • Quejas de los padres que dicen que no quiere ir al colegio.

c. Algunos consejos prácticos que los chicos espectadores deben saber:

  • ¿Sabías que si alguien que esté presenciando una agresividad dice «¡Basta ya!», en la mitad de los casos se termina la agresividad? Eso es difícil de hacer, pero es importante Estarse ahí parado y no hacer nada es aprobar la agresividad. Eso te iguala al agresor mismo.
  • Decirle al agresor que pare, Por ejemplo: «¡para, ya está bien!». «¡Eso no es gracioso!». «¿Te gustaría que alguien te hiciera lo mismo?» Haz que el agresor sepa que lo que está haciendo es estúpido y malo.
  • Si sientes que no puedes decir nada, vete del sitio y díselo al adulto más cercano, Haz que vaya a ayudar, ¡Eso no es acusar!
  • Si ves a alguien que sufre una y otra vez las agresiones de otros, sea esa persona tu amigo, hermano o compañera de clase, puedes hacer mucho para terminar esa situación.
  • Si el colegio tiene un programa de informe de agresiones, como una línea de teléfono especial o un «buzón de agresores», o un email, úsalo.
  • Si el acosado no quiere hablar con nadie, ofrécele hablar con alguien en su nombre.
  • Involucra tanta gente como puedas, incluso a otros amigos o compañeros de clase, a padres, maestros, orientador o director. no uses violencia contra los agresores ni trates de vengarte por tu cuenta. Es posible que por hablar o ayudar a alguien, hayas hecho que el agresor quiera irse contra

d. Algunos consejos de urgencia para las víctimas

  • Ignora al agresor, como si no lo oyeras, ni siquiera lo mires.
  • no llores, ni te enfades, ni muestres que te afecta, Eso es lo que el agresor pretende, no le des esa satisfacción. Aun si te sientes verdaderamente mal, no dejes que se te note. Más tarde podrás hablar o escribir sobre tus reacciones.
  • Responde al agresor con tranquilidad y firmeza. Di, por ejemplo: «¡no!» «Eso es lo que tú piensas.»
  • Si puedes, trata de ironizar o tratar con humor lo que te diga. Por ejemplo. «¡Qué pantalones más ridículos!» y tú dices «¡Gracias! Me alegra que te hayas dado cuenta.»
  • Aléjate o corre si es necesario si crees que puede haber peligro. Aléjate de la situación. Vete a un sitio donde haya un adulto.
  • Si eres una víctima permanente de los agresores, «lo más importante» que tienes que hacer es: hablar con un adulto.
  • Comienza con tus padres. Eso no es «acusar». Es pedir ayuda a las personas que te quieren cuando de verdad las necesitas. Haz que tus padres lo hablen con alguien del colegio, no con los padres del agresor
  • Si sientes que no les puedes contar a tus padres o que tus padres no te apoyan de la manera que necesitas, habla con otro adulto en quien confíes: un maestro, el director, el orientador. Si no quieres hablar de ello con nadie a solas, lleva un amigo, hermano. Te ayudará mucho llevar a alguien que haya visto cuando te agreden.
  • Haz que al adulto le quede claro que esa situación te afecta profundamente. Especialmente si eres víctima de «agresiones verbales», porque muchos adultos no consideran graves las agresiones verbales. La realidad es que esta clase de agresiones es la que más puede hacer daño.
  • Si sientes que no puedes decirle a nadie, trata de escribir una carta contando lo que te sucede. Dásela a un adulto en quien confíes y guarda una copia para ti.
  • Y siempre recuerda:
    • Tú no tienes la culpa de ser agredido.
    • Tú no tienes que hacer frente a esta situación sólo
    • Recuerda que no eres el del problema. Es el agresor el que tiene el problema.
    • Trata a los demás como quieras que te traten a ti. Ayuda al que lo necesite, y cuando tú necesites ayuda, alguien te ayudará.

Es por ello fundamental que entre todos tratemos de hacer prevención, manejando toda la información que podamos y sobretodo transmitiendo esa información tanto en la familia como en el centro no debemos olvidar que el “acosador de hoy puede ser el maltratador de mañana” y que nuestra obligación como padres, profesores y profesionales es evitar que la violencia germine en nuestros niños.

Bullying-consejos-para-los-padres
Imagen: infografiasdelperu.blogspot.com
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Acerca de Lic AUS Prof Jorge Luis Prioretti

Licenciado en Organizaciones sociales y culturales - USAL. Analista universitario en sistemas - UTN. Profesor Sup. Filosofía y Cs. Educación.
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Una respuesta a ¿Qué hacer frente al bullying? (3º Parte)

  1. patricia dijo:

    Excelente material !!!!!!!

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