En medio de crecientes deserciones, dos facciones rivales de la guerrilla de las FARC se enfrentaron entre sí, dejando como resultado dos guerrilleros muertos, lo cual es una clara violación del alto el fuego que indica que el movimiento guerrillero se está desarticulando, a pesar de que el proceso de paz ha entrado en su fase de implementación.

El acuerdo de paz firmado entre el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en noviembre de 2016 no está avanzando según lo planeado. Actualmente los guerrilleros deberían estar en las zonas de concentración (llamadas Zonas Veredales Transitorias de Normalización) bajo la supervisión de Naciones Unidas, y preparándose para entregar sus armas y comenzar programas de capacitación y educación para su reinserción a la vida civil. Sin embargo, los retrasos del gobierno para definir dichas zonas y construir la infraestructura básica para los guerrilleros están generando más deserciones y desarticulaciones al interior de las FARC.

El 10 de enero, se informó sobre un combate en el municipio de San Vicente del Caguán, en el sur del departamento de Caquetá. Fuentes de la Defensoría del Pueblo indicaron que guerrilleros del Frente 14 de las FARC y de la Columna Móvil Teófilo Forero intercambiaron disparos, lo que dejó como resultado dos rebeldes muertos.

Las fuerzas armadas confirmaron que dicho enfrentamiento se presentó y emitieron un comunicado: “Es una violación al cese el fuego por parte de las FARC usar sus armas, así sea en contra de una disidencia propia [y es] obligación de la fuerza pública perseguir a todo aquel que cometa delitos”.

La facción disidente mencionada en el comunicado es el Frente 14, el cual, bajo el liderazgo de Wilson Peña Maje, alias “El Mojoso”, al parecer se ha pronunciado en contra del acuerdo de paz. El Frente 14 es una de las más poderosas unidades combatientes del Bloque Sur de las FARC (una de las seis divisiones de combate del ejército guerrillero).

La otra facción involucrada en el enfrentamiento, la Columna Móvil Teófilo Forero, es una unidad de “fuerzas especiales” de la guerrilla. Durante el fallido proceso de paz (entre 1999 y 2002), la columna Teófilo Forero estuvo a cargo de la seguridad del Secretariado, el órgano de gobierno de las FARC. Esta polémica columna también ha sido vinculada a varios ataques importantes en diversas partes del país, entre ellos el atentado contra el club social más exclusivo de Bogotá, El Nogal, que fue destruido por un coche bomba en febrero de 2003, dejando como resultado 36 muertos y unos 200 heridos.

La deserción de miembros del Frente 14 es la más reciente de una larga lista de unidades guerrilleras que se han negado a adherirse al acuerdo de paz. InSight Crime ha registrado facciones disidentes en las siguientes unidades: el Primer Frente en Guaviare, que se declaró disidente en julio del año pasado y que ha acogido a elementos disidentes de la guerrilla en los Llanos Orientales de Colombia. Ha atraído a combatientes de los frentes 7, 43 y 16, que operan en los departamentos de Guaviare, Meta, Vichada y Guainía. En Chocó, elementos del Frente 57 se han dispersado; en Nariño, miembros del Frente 29 y de la Columna Móvil Daniel Aldana han sido disidentes; en Antioquia, combatientes del Frente 18 han abandonado una de las zonas de preconcentración; y, además del Frente 14 en Caquetá, hay informes de miembros del Frente 49, que opera junto con el 14, que también se han negado a obedecer las órdenes del comandante en jefe de las FARC, Rodrigo Londoño Echeverri, alias “Timochenko”.

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Análisis de InSight Crime

La magnitud de las deserciones en las FARC no se hará totalmente evidente hasta que el gobierno defina por completo las zonas de concentración, y los guerrilleros que se han acogido al acuerdo se trasladen a ellas. Hay cierta controversia en torno al número de guerrilleros que irían a dichas zonas de concentración. InSight Crime cree que la guerrilla de las FARC, incluyendo a todos los milicianos, tiene casi 30.000 miembros. Las milicias fueron mencionadas específicamente en el acuerdo de paz y también deberán entregar sus armas.

Las FARC tienen tres tipos de milicias: las milicias bolivarianas, que son guerrilleros que viven en las comunidades locales pero han recibido entrenamiento militar y llevan a cabo ataques y asesinatos; las milicias populares, responsables de la logística y del acopio de inteligencia, y el Partido Comunista Clandestino Colombiano, conocido como PC3, que es una organización puramente política. Aunque en el acuerdo las FARC se comprometieron a desmovilizar a todos sus miembros, incluyendo a los milicianos, en realidad sólo la milicia bolivariana se trasladaría a las zonas de concentración. La mayoría de los frentes tienen dos milicianos bolivarianos por cada guerrillero raso.

Dado que hay unos 7000 guerrilleros rasos, el número total de insurgentes que entrarían a las zonas de desmovilización ascendería a los 20.000. Fuentes del Ministerio de Defensa hablan de menos de la mitad de esa cifra que se trasladarían a las zonas de preconcentración. Ello significa que la tasa de la disidencia podría ser de entre 40 y 60 por ciento. En los procesos de desmovilización anteriores, como el del Ejército Popular de Liberación (EPL) en 1991 y el de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en 2006, la tasa de deserción o disidencia fue de alrededor del 20 por ciento.

InSight Crime habló con dos milicianos de las FARC. Ambos dijeron que dentro del movimiento había graves divisiones. El primero, un miembro del Bloque Magdalena Medio, señaló que había profundas desavenencias entre los jefes políticos, muchos de los cuales llevan años viviendo fuera de Colombia, y los combatientes rasos, que han debido hacer frente a los combates y los bombardeos aéreos.

“Los jefes políticos están tomando todas las decisiones, y a los combatientes se les ha exigido callar y obedecer las órdenes”, dijo el miliciano.

Otro miliciano, “Juan”, quien ha trabajado con los bloques Sur y Oriental, dijo que se estaba perdiendo la fe en el proceso debido a la misma naturaleza del acuerdo (que él considera un “sometimiento”), a los retrasos en la ratificación del acuerdo y al caos actual sobre el establecimiento de las zonas de concentración.

“Si ni siquiera pueden organizarlas [las zonas], ¿cómo van a implementar el acuerdo? Santos solo quiere quitarnos las armas y ya”, dijo.

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Juan señaló además que el número de comandantes guerrilleros que se están pasando al grupo de los disidentes está creciendo. El disidente de mayor antigüedad en la organización, Miguel Botache Santanilla, alias “Gentil Duarte”, es un miembro muy respetado en el movimiento y podría convertirse en el líder de la “continuidad” de las FARC.

“Él es un luchador y un buen estratega militar, pero es callado y no es político, y como tal puede no ser lo suficientemente carismático como posible remplazo del líder de las FARC, Timochenko”, dijo Juan.

Cinco comandantes guerrilleros ya han sido expulsados del movimiento, entre ellos Gentil Duarte. Los otros son: Géner García Molina, alias “Jhon 40”; Luis Alfonso Lizcano Gualdrón, alias “Euclides Mora”; Ernesto Orjuela Tovar, alias “Giovanni Chuspas”, y Miguel Díaz San Martín, alias “Julián Chollo”. A esta lista se agrega al parecer el jefe del Frente 14, “El Mojoso”. Juan dijo además que Gustavo González López, alias “Rambo”, jefe de la Columna Móvil Daniel Aldana, en el departamento de Nariño, al sur del país, también había escapado con dinero y armas y se encontraba en Ecuador, atento a ver cuántos llegan a las zonas de concentración.

Varios altos comandantes de las FARC han sido destituidos o castigados por presuntas infracciones, lo que ha creado aún más resentimiento entre las filas rebeldes. Entre quienes han sido sancionados, según fuentes de las FARC, se encuentran: José Benito Cabrera Cuevas, alias “Fabián Ramírez”, que en alguna ocasión fue el jefe militar del Bloque Sur; Luis Eduardo Marín, alias “Rafael Gutiérrez”, que solía ser el jefe del Frente 45; Édgar Salgado Aragón, alias “Cadete”, jefe del Frente 27, y Rigoberto Lozano, alias “Víctor Tirado”, que alguna vez fue el comandante de la Columna Móvil Yarí, y quizás más adelante del Frente 62.

Otro temor expresado por la fuente de la guerrilla en su conversación con InSight Crime está relacionado con el asesinato de los líderes comunitarios de izquierda. El año pasado fueron asesinados unos 52 activistas de izquierda, muchos de ellos vinculados al partido Marcha Patriótica, que, según documentos incautados a las FARC, tiene vínculos con el movimiento guerrillero. En la década de los ochenta, durante otro proceso de alto el fuego y búsqueda de la paz, las FARC crearon un partido político, denominado Unión Patriótica (UP). Unos 4000 miembros de este movimiento político fueron asesinados, entre ellos un candidato presidencial. Las FARC temen que lo mismo podría ocurrir esta vez, después de que entreguen sus armas y salgan de sus refugios en las selvas y montañas.

La desintegración de las FARC va a complicar aún más el panorama criminal en Colombia. Algunos de los guerrilleros conservarán su ideología marxista y su fachada insurgente. Es posible que otros se vinculen al Ejército de Liberación Nacional (ELN), que, aunque ya inició conversaciones preliminares para un proceso de paz, todavía está en el campo de batalla y se demoraría años para llegar a un acuerdo de paz. Muchos otros se unirán a otras estructuras criminales o incluso iniciarán las suyas, con el fin de apropiarse de las operaciones de drogas, extorsión y minería de oro que las FARC han controlado por mucho tiempo.

Después de la desmovilización de las AUC surgió una nueva generación de grupos criminales, a las que el gobierno denominó “Bacrim” (de “bandas criminales”). Colombia necesita prepararse para el surgimiento de la “Farcrim”. 

Jeremy McDermott is co-founder and co-director of InSight Crime. McDermott has more than two decades of experience reporting from around Latin America. He is a former British Army officer, who saw active...

10 respuestas a “Se resquebraja la unidad de las FARC en Colombia”