El sufrimiento
A nadie le gusta el sufrimiento, pero, lo cierto, es que es inevitable. Es parte de la vida, nos acompaña casi todos los días.
Por lo tanto, os animo a que veamos su funcionalidad. ¿Para qué sirve sufrir? Seguramente os hayáis resignado ante su presencia en multitud de ocasiones.
En este artículo vamos a tratar de daros otra visión del malestar. Con esto, no pretendemos minimizar ni suavizar el impacto que pueda tener en vuestras vidas.
Cuando es prolongado en el tiempo, tiene una alta intensidad, es intrusivo, y más frecuente de lo que nos gustaría, puede resultar desgarrador. Sin embargo, en su justa medida, el panorama cambia bastante.
El sufrimiento puede ser funcional
Una adecuada dosis de malestar, puede resultar de lo más adaptativa. ¿A qué nos referimos? ¿Verdad que cuándo os sentís mal, por lo general, sirve de motivación para actuar hacia una solución?
Se me ocurren multitud de ejemplos, ya sea una ansiedad moderada que nos motiva a estudiar para los exámenes finales, un remordimiento que nos empuja a pedir perdón a nuestra pareja, así como una angustia y desesperanza que nos incita a introducir cambios más saludables en nuestra vida.
¡Eso es! El malestar, con las emociones que ello conlleva, es el antecedente para la acción. Es una brújula que nos indica hacia dónde tenemos que movernos para sentirnos mejor. Si no sufriésemos nunca, seguiríamos con patrones de conducta disfuncionales que no llevarían nuestra vida en la dirección que nos gusta.
De ahí que lo llamemos ‘desesperanza creativa’; puesto que el malestar facilita que tengamos un periodo de reflexión y que éste nos oriente a la solución.
Para terminar, insistir en que la clave es la dosis. Es decir, el malestar puede resultar funcional cuando es moderado. Pero cuando la intensidad, frecuencia y duración de este resultan muy perturbadoras, puede ser paralizante. Si crees que te encuentras en este punto, la terapia es un buen recurso. Si te lo estás pensando, no dudes en contactar con nosotros. Te esperamos en el Instituto Psicológico Cláritas.
