Enamorarse de la vida

De todas las actitudes, habilidades y cualidades que pueda tener una persona no conozco nada tan poderoso como ese talento que desarrollan las personas de enamorarse de lo que hacen: de su trabajo, del café que toman con el vecino, de sus amigos, de su familia, del lugar donde viven…

Puede sonar romántico, fantástico o soñador… lo cierto es que quién no sabe cómo hacerlo, no se lo permite y/o vive pensando que esto no va con él/ella esto le parecen cursilerías.

Sin embargo esta actitud de enamorarse de la vida que tienen algunas personas hace que estas personas enamoren. Tal cual. Cuando una persona se enamora de su pareja vive un estado de vitalidad y energía diferente. Desde fuera a esa persona se la ve bella, decidida, confiada… Lo mismo sucede en el trabajo, con los amigos, etc.

En mi vida tengo la suerte de conocer y trabajar con personas enamoradas de su profesión, de su familia, de la música, del baile, del arte… Gente que se entusiasma con lo que hace y que entusiasma a los otros con la manera en que lo vive, lo cuenta, lo comparte… Ante eso uno no puede hacer otra cosa sino contagiarse tan fuerte que acaba enamorándose de la persona y de lo que esa persona hace!

Además hay una diferencia considerable entre quién se apasiona con lo que hace y el que no como vivir el presente, ser agradecido con las cosas que le pasan en la vida, valorar lo que tiene y poseer una ilusión por seguir avanzando, conociendo, viviendo experiencias… También capacidad para enfrentar las adversidades como desafíos y como oportunidades para el crecimiento, agradecer las experiencias coincidan o no con sus expectativas, incorporar los errores como necesarios, etc.

Una de las consecuencias inevitables de realizar terapia es enamorarse si cabe más de la vida. Acompañar a las personas en este proceso es uno de los privilegios que me ha ofrecido la vida. Saber que, de alguna manera, has acompañado a otra persona en su camino en la vida y que has contribuido a su crecimiento es un verdadero lujo.

Las personas que acuden a consulta… ellas también se enamoran de la vida. Creo que todas las personas alguna vez en la vida sufrimos desengaños, sentimos decepción, perdemos el encanto o la ilusión…y que la terapia es tan valiosa y ofrece tantas posibilidades que es un error enfocarla hacia lo que algunos llaman “locura”, “anormalidad” o “patologías”.

Como no podía ser de otra manera, “enamorarse de la vida” es una de las cosas que mantiene viva la pasión e inyecta la energía necesaria para enfrentar las situaciones con ilusión y confianza. Como dice Mario Benedetti…si el corazón se aburre de querer ¿para qué sirve?

Un saludo y feliz fin de semana!