El Transcurrir del Sueño

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Pedro Lastra

El Transcurrir del SueĂąo

Pinturas de Miguel Betancourt




El transcurrir del sueño Pedro Lastra Pinturas Miguel Betancourt Primera Edición: junio 2016 Portada: Miguel Betancourt SINFONÍA EN ROJO, 2016 Mixta sobre lienzo. 103x153 cm ©Pedro Lastra ©Miguel Betancourt ISBN 978-9978-45-921-8 Diseño Gráfico: Jorge Salazar Auz Edición e Impresión: Jorge Soto Mardones Editorial del Trauco Fotografías: Ronald Jones, Kira Tolkmitt, Roberto Salazar.


A MANERA DE PRÓLOGO En este libro se ha tratado de conjugar dos expresiones manteniendo sus propios códigos: la poesía y la pintura, cada uno de estos campos estéticos brindándonos su propia revelación Este es un libro en el que pervive la poesía pura, imaginativa, que se amplifica con la inclusión de la pintura del artista ecuatoriano Miguel Betancourt; asimismo, y como en un juego de espejos, la pintura se enriquece con la lectura de la poesía de Pedro Lastra, poeta proveniente de Chile, país hermano de grandes poetas. Cabe señalar que en este libro la pintura no está al servicio de la poesía, como a veces suele ocurrir con las ilustraciones que se hacen de manera ex profeso para acompañar las palabras. Aquí cada manifestación artística tiene su propia resonancia, y al relacionarse las dos expresiones salen fortalecidas y enriquecidas porque la palabra ha ampliado el horizonte de la línea y el color y, a su vez, la pintura propone nuevas evocaciones al leer cada uno de los 30 poemas de El transcurrir del sueño. Este libro, que reúne las formas y los colores creados por el pintor y las palabras del poeta, continúa una tradición de diálogo de poetas y pintores, como a mediados del siglo pasado lo conjugaran André Breton y Joan Miró, buscadores de la realización de la belleza en sus múltiples dimensiones, quienes hicieron un libro-objeto que tuviera atisbos de escultura. Para esta publicación se han seleccionado 30 pinturas del artista quiteño, de tal suerte que el lector pueda advertir las diferentes secuencias que este pintor ha desarrollado a lo largo de una treintena de años. El Editor





Poemas


AL FIN DEL DĂ?A Pues nada habrĂĄ de ser lo que fue alguna vez, mi doble cotidiano y yo, que soy su sombra, habremos de mirar al dador de la vida diciĂŠndole con la vieja y debida reverencia: los que van a morir te saludan.




MANO TENDIDA ¿Quién te exilió de mí, o me exilié yo mismo como de mi tierra? Fue un día lobo, un día tigre fue de oscuras madrigueras, o acaso un día halcón, ave de presa y no de cetrería que te diera el alcance y te trajera a mi mano tendida. Se borraron las líneas de esa mano esperándote. Hoy vuelves a grabarlas con un poco de sangre.

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YA HABLAREMOS DE NUESTRA JUVENTUD Ya hablaremos de nuestra juventud, ya hablaremos después, muertos o vivos con tanto tiempo encima, con años fantasmales que no fueron los nuestros y días que vinieron del mar y regresaron a su profunda permanencia. Ya hablaremos de nuestra juventud casi olvidándola, confundiendo las noches y sus nombres, lo que nos fue quitado, la presencia de una turbia batalla con los sueños. Hablaremos sentados en los parques como veinte años antes, como treinta años antes, indignados del mundo, sin recordar palabra, quiénes fuimos, dónde creció el amor, en qué vagas ciudades habitamos.



DATOS PERSONALES Mi patria es un país extranjero, en el Sur, en el que vive una parte de mí y sobrevive una imagen. Hace tiempo, el país fue invadido por fuerzas extrañas que aún siento venir en las noches a poblar otra vez mis pesadillas. Yo vivo también en un país extranjero en el cual me dedico a inocentes e inútiles tareas, y en el que seguramente moriré a la hora señalada, como suele ocurrirle a la gente en lo que llaman su propio país o su país ajeno, pues no hay sino distancias mayores o menores de frontera a frontera, con líneas divisorias que uno mismo dibuja. A veces yo recuerdo el país en que nací y veo como siempre sucesivos fantasmas entre los cuales fui uno más, por un tiempo que me parece muy largo y muy rápido, ahora reducido a simples años luz en la memoria de una tarde en un parque, una conversación en un bar o en la esquina de una calle cualquiera por la que pasan sombras de pájaros, voces indescifrables. En tales ensoñaciones se van uno a uno mis días, sin hacer nada que me encomiende a la posteridad.



RELECTURA DE VIAJE A LA ÚLTIMA ISLA Hace justo diez años Javier Lentini y yo éramos inmortales: en las últimas horas del verano hablamos largamente de los viejos amigos y recordamos de paso a los muertos. Alrededor veíamos amables cosas, rostros familiares invitando a un regreso en otras estaciones. La memoria, Javier, fue nuestro fuerte en esa buena andanza, las palabras convocaban parecidos recuerdos, coloridos objetos de un calidoscopio fijado en un instante de realidad. Rodeados por ella bebimos nuestro vino, hicimos planes para los días próximos, pensábamos que el poema y el viaje iban a repetirse como en el vasto espejo de Paracelso. Pero el calidoscopio se movió más aprisa cambiando las imágenes, y es ahora un espacio donde ya no te encuentro. No en ese espacio, sino en otras islas dices que al fin comprendes la lluvia y el paisaje.

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PLINIO REVISITADO Yo también, Cayo Plinio, me admiro como Ud. cada día de las grandes y pequeñas costumbres de la naturaleza. Tal vez si Ud. volviera, Cayo Plinio, vería nuevas cosas y una sola costumbre, porque la muerte sigue igual.

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REIVINDICACIÓN DEL ASTROLABIO El astrolabio ha caído en desuso y hoy todos celebran la eficacia de los instrumentos modernos. Yo sostengo que se trata de un error lamentable en el que los antiguos no cayeron jamás (el sol era un pretexto). Aunque no lo dijeran no ignoraban que el astrolabio mide la altura del amor, de las estrellas que su poder instala en el espacio.

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ACCIĂ“N DE GRACIAS Me alcanzaron los dĂ­as para encontrar algunas palabras que me hablaron de ti en lugares distantes, inquietas soledades.



COPLA Dolor de no ver juntos lo que ves en tus sueĂąos



AURORA BOREAL Fugacidades, iluminaciones: tiempo del agua en la clepsidra y de la arena en su cristal, voz del amor y de la mĂşsica, y los regresos del silencio que viene y va por la memoria, esa penumbra donde ocurren fabulaciones de la arena como el amor, como el silencio, como la mĂşsica y el agua.

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BALADA Perch ´i´nospero di tornar giammai, ballatetta, in Toscana Guido Cavalcanti Pues cada uno tiene su Toscana a la cual sabe como Cavalcanti que no regresará, que busque en su memoria la música de un álamo en la tarde, el destello de una hoja al caer sobre la hierba húmeda, el pasaje de un pájaro de altura que atraviesa sin fin la misma nube, aves música nubes extraviadas desde hace mucho tiempo allá lejos en región de penumbra o desdicha.

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LEVE CANCIÓN Mientras espero tu llegada las aves sobrevuelan el jardín silencioso: ellas también te esperan, con sus alas dibujan tu figura y te veo venir por un claro del bosque junto al agua real encantada por pájaros más veloces que el sueño. 29



VIOLA D’AMORE A Irene Mardones Campos Ella vino y se fue como la juventud, se la tragó la tierra o la deshizo el sueño que arma con una mano y con otra desarma sus paisajes veloces llenos de dulce engaño, de oasis mentirosos donde nadie transcurre sino la pasajera que se pierde en la niebla de cada amanecer. Pero el sueño no duerme como sueña el durmiente, un ángel traicionado ya no sabe por quién y envejecido por la sombra de días que ha olvidado: es una eternidad la de ese instante y un espacio sin término el lugar en que habita.

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PRESENCIA DEL AMOR El tiempo del amor es el presente el presente que todo lo contiene la aparición real de tu alma y tu cuerpo lo ilusorio de ti tu encantamiento también tu lejanía a veces sólo un nombre y una voz que yo escucho claramente a mi lado ¿es un sueño es un pájaro o el rumor de una fuente? Y aunque estés o no estés sueño y pájaro y fuente han detenido el tiempo como en la vieja escena contada en una fábula. Gran desdicha tu ausencia que yo procuro en vano conjurar como ves con pobres artes de imaginación la pequeña moneda que le es dada al hombre solitario que te hace vivir en su memoria como a una gacela perdida en el bosque y encontrada en la noche del regreso: porque fuiste quien eres de una vez en una hora de esplendor no abolido una hora que siempre es el presente y es todos los momentos como tú siempre igual a sí misma.



POR LOS POETAS PERDIDOS Nosotros disputamos a otros reinos sus nombres, a otros dioses sus cuerpos siempre ardientes que arrastraron los sueños, el amor, cuanto existe más acá del abismo, abrimos las ventanas de ese reino y hablamos con la voz del hermano perdido, nosotros, que hoy amamos las mismas criaturas, las terribles, veloces criaturas del mundo.


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PALABRAS A VÍCTOR JARA Deja pasar los años, Víctor Jara, en el tiempo que viene nadie recordará al oscuro hombrecillo que ordenó que murieras ni a los que dispararon contra ti: ya sus almas se pudren o se queman, da lo mismo porque el infierno es el olvido. Pero tú cantarás, cantarás para el día más alto y la memoria y entonces sí, tu nombre alumbrará una calle, una plaza de aldea a la que irá mi madre otra vez con sus flores y luciérnagas y tú y yo como ayer sabremos por qué cantas y tu voz llena de nuevo el aire de palomas.

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EL TRANSCURRIR DEL SUEÑO El transcurrir del sueño, la vida inseparable que hace más llevaderos los días terrenales.



ABRE LAS PUERTAS AL SILENCIO Abre las puertas al silencio. No temas, no invadirá tu casa, no es la muerte que ronda por aquí como ladrón de noche, es siempre el buen amigo, el esperado a la hora del árbol a quien oye crecer, y viene a protegerte de todo mal.

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SEMEJANTE A LOS DÍAS SON LOS SUEÑOS Semejante a los días son los sueños: ellos no se repiten, una pequeña piedra en el camino, una voz no esperada, la confusión de un nombre al cruzar una calle, los transfigura. Y en cuanto a cosas reales, resistentes al sueño de la muerte, no hay nada que decir.




ALGO NOS HAN DEJADO LOS DIOSES DESDEÑOSOS Con muy menudos diezmos y salarios escasos nos pagaron los dioses las devociones largas y vigilias: días veloces y el amor veloz, esas fugacidades.

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MIRO FOTOGRAFÍAS DE HACE AÑOS Miro fotografías de hace años que se alargan un siglo en la memoria, pues estamos en el invierno del 81: grupos amigos, rostros que sonríen al vacío y la nada de su encuadre, imperceptiblemente y lentamente se animan, se deslizan por una puerta que es todo el espacio en busca de otras voces no olvidadas o de lugares pródigos donde instalar ahora el escenario para este desencuentro que ya no tendrá fin.

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PERSISTIRÁ LA MÚSICA, DIJERON Persistirá la música, dijeron, pero la antigua gente de los libros, nuestros viejos maestros, han de ser olvidados, así como la amada bendición de las eras sólo será visible en cambiantes imágenes. Estaba escrito en el aire del tiempo, no en páginas ni en letras duraderas pues el sueño de Gutenberg fue también nuestro sueño por demasiados años, y ha llegado la hora del continuo, incesante fluir que anime todo cuanto quede en nosotros del fervor de la vida.

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DESDE ESTA ZONA DE PENUMBRAS VEO Desde esta zona de penumbras veo pasar tu imagen lenta y nítida, lejos por el cielo de una ciudad donde sé que no estás, y es tu imagen real que se acerca otra vez a la tierra y llega a mí como si fueras una transparencia.

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NO VUELVAS AL PASADO No vuelvas al pasado, nadie te espera allá. Más temprano que tarde te dirá la sirena con su canto dulcísimo: —Ven aquí, ven aquí, encontrarás el reino perdido de tu fábula, la amistad y el amor de los días sin fin, mira estos bellos lienzos tendidos para ti, este es el paisaje y el lugar que te esperan y esas figuras son las que buscas en sueños. Todo eso oirás, y suaves músicas de nostalgia y regreso. La sirena (su nombre es tentación) no se irá de tu lado, repitiendo su canto. No escuches. Ha llegado la hora de la verdad: no hay ensalmo que valga. El hoy es aún hermoso. Yo sé lo que te digo.

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GLOSA LIBRE DE UN PASAJE DE HENRY DAVID THOREAU Aunque todos en este pueblo aplaudan y celebren y me acusen de obstinada porfía por desobedecer la costumbre y la ley del estado que obliga a celebrar y aprobar lo que todos aprueban, yo seguiré negándome a tales exaltaciones, y no me siento réprobo ni acreedor a castigo, aunque sé que no tengo sino una sola razón a mi favor, ni menor ni mayor que otra cualquiera esgrimida en mi contra, y eso será mi fuerza y mi verdad: sentir que así pervive la mayoría de uno.

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ERÓSTRATO ENTRE NOSOTROS En el año 356 antes de Cristo, y en Éfeso, Eróstrato incendió el templo de Artemisa para que su nombre nunca fuera olvidado en sus días ni en las edades por venir. Ese crimen estremeció a los griegos Y el rey ordenó que el nombre de Eróstrato no fuera pronunciado ni recordado por nadie en parte alguna del país, cruelmente agredido en la fe y el fervor hacia la diosa de la Naturaleza. Murió Eróstrato, y entonces su presencia fantasmal y secreta se deslizó en las sombras, penetró en la memoria de hombres y mujeres e hizo su hogar en todos los hogares de Éfeso. Los padres contaban a sus hijos lo ocurrido en un tiempo que siempre regresaba, y estos lo repitieron de año en año, y así fue familiar de un mar a otro el nombre abominable y la figura: ‘’Este era Eróstrato’’, decían ‘’y quemó nuestro templo para ser de esta historia y de todo lugar’’. La prohibición duró, pues, pocos días: la magnitud del daño y la obstinación que lo animara fue más fuerte que todos los decretos, y por obra de los mismos y sufrientes seguidores de la adorable diosa,

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Eróstrato consiguió su propósito, y su nombre pervive en todas partes, fue leyenda en las voces de una fama sombría, leída en pergaminos y en minuciosos libros, en diccionarios y en enciclopedias. *** En mi país, el Palacio de Gobierno, llamado La Moneda, no era como el templo de Artemisa, sino modesta réplica de otros y lejanos edificios magníficos, pero era el Palacio de Gobierno, y también fue incendiado por orden de un Eróstrato ay!, cercano a nuestras vidas, y a quien sus enconados enemigos y víctimas recuerdan y execran y tienen cada día en su memoria, haciendo de su nombre el Santo y Seña de su permanencia en una aborrecida casi inmortalidad. (Septiembre 2015)

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"EL VERDADERO MOMENTO" No interrumpo esta ceremonia de sombras muy laboriosas que vienen y van en busca de una llave para abrir el cuarto oscuro de guardar y saber cรณmo fue el entonces y el allรก de sus espejismos.

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LA CIUDAD SIN TI Y la ciudad sin ti se ha ido sin saber cómo ni cuándo a años luz de este tiempo terrenal. Se fue, se nos perdió y ahora está lejos en la región del nunca más y de las horas del alguna vez. Me dices que ella gira, y esto es cierto, entre aires neblinosos traspasados de imágenes que otras manos movieron, no las nuestras.

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VISITANTE Alguien llama a la puerta, Y luego sigue ahí, más allá de nosotros pero inmóvil, sin gesto alguno, ni airado ni amistoso, al modo en que se acercan las personas de un sueño a reclamar su sitio y su dominio; entonces qué podemos hacer sino invitarlo a recorrer la casa, y enseguida caminar junto a él acordando sus pasos y los nuestros uno a uno.

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OFRENDA MUSICAL TĂş eres aquel bosque en primavera tan hermoso de ver y de sentir, eres muchos caminos dibujados finamente en la niebla, cambiantes, sigilosos, que anuncian de hora en hora un distinto destino.

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Los autores


PEDRO LASTRA Pedro Lastra (Quillota, Chile, 1932), poeta, ensayista y profesor de literatura. Estudió en la Universidad de Chile, en la que realizó trabajos de docencia e investigación entre 1961 y 1972. Desde ese año, y hasta 1994, fue profesor de literatura hispanoamericana en la Universidad del Estado de Nueva York en Stony Brook. En 1995 fue designado Profesor Emérito de esa Universidad. Actualmente dirige la revista de la Universidad Católica de Chile Anales de Literatura Chilena. Es Profesor Honorario de las universidades de San Marcos (Lima, Perú) y San Andrés ( La Paz, Bolivia). En 2009 recibió un doctorado Honoris Causa en la Universidad Ricardo Palma, de Lima. Es miembro de número de la Academia Chilena de la Lengua desde el 2011. Como ensayista y editor ha publicado estudios sobre literatura colonial, el siglo XIX hispanoamericano y acerca de diversos escritores contemporáneos, incluidos en libros como Relecturas hispanoamericanas (1987), Leído y anotado (2000) y Sala de lectura (2012). Sus poemas han aparecido en España, Italia, Estados Unidos, Grecia y en varios países hispanoamericanos. Una muestra de su obra de creación y de crítica se encuentra en Obras selectas ( Santiago, 2008). Sus publicaciones poéticas más recientes son: Por los poetas perdidos (Quito 2010), Al fin del día (2013) y Transparencias (2014). Su Poesía completa ha sido editada este año por la Universidad de Valparaíso. El año 2015 recibió el Premio Internacional de Ensayo “Pedro Henríquez Ureña”, otorgado por la Academia Mexicana de la Lengua. En 2016 el Fondo de Cultura Económica, de Chile ha publicado Una vida entre libros: Letras de América , volumen que contiene una selección de su trabajo crítico y ensayístico.


©Frank Sánchez

MIGUEL BETANCOURT Miguel Betancourt, Quito, 1958. En 1976-77 asiste a talleres en el Milwaukee Art Museum. En 1988 es invitado por el Departamento de Estado a una gira cultural en EUA. En este mismo año recibe del British Council una beca de pintura, Slade School of Fine Art, Londres. Participación en exposiciones: XLV Bienal Internacional de Venecia, 1993; Legados del Magma, Museo de Canberra, 2000; Ecuador más allá de los conceptos, Roma, 2012; Pabellón Latinoamericano de Arte, Beijing, 2013; Ecuador in Focus, sede de la OFID, Viena, 2014; seleccionado para la VI Bienal Internacional de Arte de Beijing, 2015. Finalmente, desde el 2008 su obra se inscribe en una muestra colectiva itinerante por varios países, Imago Mundi, patrocinada por la Fundación Benetton. Ha recibido varios reconocimientos como el Premio Pollock-Krasner, de la fundación homónima, Nueva York, 1993. Miembro fundador del movimiento Art Résilience , Bateau-Lavoir, Paris, 2014. Su obra se encuentra en publicaciones como: Betancourt, libro de Paradiso Editores, 1996; Nuevos Cien Artistas, Diners, Quito 2001; Ojo Latino, Milán, 2008; Imágenes a Trasluz, CCE, Quito, 2014.



ÍNDICE Al fin del día..............................................................................................10 Mano tendida............................................................................................13 Ya hablaremos de nuestra juventud.......................................................14 Datos personales.......................................................................................16 Relectura de Viaje a la última isla..........................................................18 Plinio revisitado........................................................................................21 Reivindicación del astrolabio..................................................................22 Acción de gracias......................................................................................25 Copla..........................................................................................................27 Aurora boreal............................................................................................29 Balada.........................................................................................................31 Leve canción..............................................................................................33 Viola D´amore..........................................................................................35 Presencia del amor....................................................................................36 Por los poetas perdidos............................................................................38 Palabras a Víctor Jara...............................................................................41 El transcurrir del sueño...........................................................................43 No vuelvas al pasado................................................................................57 Glosa libre de un pasaje de Henry David Thoreau.............................59 Eróstrato entre nosotros.........................................................................61 El verdadero momento............................................................................65 La ciudad sin tí..........................................................................................67 Visitante.....................................................................................................71



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