Autor: Sobreviviente del Holocausto "Cuando nace un niño judío no sé qué hacer con él: no puedo dejar al bebé en libertad, pues no existen los judíos libres; no puedo permitirles que vivan en el campamento, pues no contamos con las instalaciones que permitan su normal desarrollo; no sería humanitario enviarlo a los hornos sin permitir que la madre estuviera allí para presenciar su muerte. Por eso, envío juntos a la madre y a la criatura".
Podrías soportar la idea de tan sólo escuchar esto? O de vivirlo en el momento que mucha gente del holocausto estuvo ahí, perdiendo así a muchos de sus familiares, amigos, o simplemente gente de su misma raza. Joseph Mengele, un hombre lleno de maldad, sin corazón, sin sentimientos. Su apodo lo decía todo: “El Ángel de la muerte”. Él participó en varios frentes durante la Segunda Guerra Mundial pero después de ser herido en una pierna fue declarado no apto para volver a luchar frente a las tropas contrarias. Pero por desgracia este hombre que al parecer no poseía mucha razón al pensar, fue trasladado a un campo de concentración en Auschwits. En este lugar fue dónde Mengele comenzó sus experimentos brutales con las personas, cosas impresionantes, con las que ellos podrían haber deseado morir en ese momento y no sufrir por largos ratos de tiempo. Una vez más sentimos un hoyo en el estómago al saber cómo eran torturadas las personas de todo tipo de edades, y la impotencia que nos causa saber que con tan sólo mover un dedo se decidía una vida entera, sin importar nada. Este hombre, si es que se le podía llamar así torturaba a las madres que acaban de dar a luz vendándoles el pecho para que no pudieran amamantar a sus bebés; después recopilaba todos los datos referentes a la muerte por inanición de las pequeñas criaturas, también torturaba a los gemelos ya que eran su gran obsesión, una vez intentó cambiar el color de los ojos mediante inyecciones directas en estos de diversas sustancias químicas. Realizó amputaciones de un gemelo para injertalas en el otro. Intentó crear siameses uniendo las venas de los hermanos gemelos. También trató de cambiar el pelo mediante inyecciones subcutáneas extremadamente dolorosas y en algunas mujeres en distintas etapas de embarazo, las operó sin anestesia, para extraer el producto y analizar el desarrollo de los fetos. Personas como Mengele no debieron de haber existido nunca, ya que ninguna persona con conciencia puede disfrutar del dolor de los demás torturándolos sin ninguna razón. Es por eso que los tiempo deben cambiar de manera positiva, y todos debemos practicar la tolerancia, para que NUNCA más se vuelvan a repetir situaciones tan deprimentes como ésta.
Gracias.
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