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Decálogo del mal INteriorista, infografía diseñada por Iván Cotado sobre errores a evitar INterioristas hay muchos. Decoradores más, arquitectos a patadas y cuelgacuadros por castigo. Yo diría que incluso muchos de ellos son buenos profesionales, con talento, disposición y diligencia. Sin embargo, el espacio que separa la profesionalidad de la excelencia no es línea sino muro. Y mientras unos pocos consiguen saltarlo otros muchos no hacen más que darse nobles cabezazos de castigo.

Cómo no, acepto bofetadas defensivas y contraaltaneras, pero ya se sabe, opinar es así de sencillo, más que diseñar.

Y mientras uno continúa aprendiendo del camino, al menos ha de tener claro a dónde se dirige, o a dónde quiere dirigirse: yo hacia el infinito y más allá, que diría el gran Lasseter.

Vamos a ello. Este es mi Decálogo del mal INteriorista.

No es un buen INteriorista…

1) No eres un buen INteriorista si entregas a tus clientes Proyectos de INteriorismo cuando ellos solo buscan soluciones a sus problemas.

2) No eres un buen INteriorista si vendes tu creatividad al mayor rapel. Antes de hacerte rico vendiendo has de merecerlo creando.

3) No eres un buen INteriorista si aceptas imposiciones de plazos temporales. Tu musa aparece cuando le viene en gana, no cuando quiere el cliente.

4) No eres un buen INteriorista si regalas tu talento. Si el talento te permite comer se convierte en pasión, si no es así tan solo será un trabajo.

5) No eres un buen INteriorista si solo haces INteriorismo. La innovación creativa viene de afuera, la endogamia disciplinar solo trae ceguera y autocomplacencia.

6) No eres un buen INteriorista si no te manchas los zapatos. El papel lo aguanta todo, es la obra la que te pone los pies en el suelo.

7) No eres un buen INteriorista si solo piensas en estética. La belleza no tiene padres, es efímera, voluble y relativa. Debes perseguir objetivos concretos, funcionales, estratégicos y viables (form follows function).

8) No eres un buen INteriorista si solo piensas en términos de calidad. La calidad se presupone, es inherente al talento y la experiencia. Es la singularidad la que te despojará del cómodo abrigo de mediocridad.

9) No eres un buen INteriorista si te complicas. Solucionar problemas sumando recursos es fácil, lo difícil y recomendable es hacerlo restando (less is more).

10) No eres un buen INteriorista si no eres valiente, y sin embargo humilde. El ególatra diseña con un «porque sí», el buen INteriorista con un «por qué no».

No sé si están todos los que son, pero desde luego son todos los que están. No he pretendido darles orden, simplemente han surgido así. Entre otras cosas porque no creo que ninguno sea más importante que otro sino que, sencillamente, o tiendes a todos o tiendes a cero. Es decir, o tiendes a infinito o no eres un buen INteriorista.

¿Y tú? ¿Qué piensas? Sí, tú que estás leyendo. No me creo que no tengas tus propios principios, ¿cuáles son? Seguro que dicen mucho de ti como profesional. Me encantaría que llenaras los comentarios con ellos. Adelante…

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