Editada por HODGSON & BURQUE psicólogos

Filmoterapia

Cine, coaching y psicología

“Mañana me pongo a ser feliz” y otros obstáculos que nos impiden cambiar nuestra vida

Obstaculos2Nadie dijo nunca que aprender a ser feliz fuera fácil, es un aprendizaje que necesita tiempo, persistencia y trabajo. Pero se puede lograr porque depende mucho más de nosotros de lo que pueda parecer, el problema es que es un camino serpenteante, con muchas cuestas y que encima está lleno de obstáculos. Y son esos obstáculos de los que queremos hablar hoy, de las piedras en el camino de nuestra felicidad. A lo largo de estos años en nuestra consulta de psicología hemos visto mucha gente quedarse en el camino (y también muchos otros que siguieron hacia adelante) debido a que se encontraron algunos de estos obstáculos y no pudieron superarlos. Una serie de obstáculos que no sólo nos impiden aprender a ser más felices sino que también nos impiden aprender a tomar decisiones, a tener relaciones más sanas, a realizarnos, a vivir una vida más plena o a lograr nuestras metas.

1. Creer que cambiar es algo mágico y rápido

Mucha gente acude al psicólogo esperando encontrar una varita mágica que le resuelva todos sus problemas y se frustran al saber que esto no es así. Demasiadas veces nos puede el miedo o la ansiedad de nuestros problemas y acabamos pagando mucho dinero por que nos lean el tarot, la bola de cristal o nos hagan magia negra. Incluso mucha gente va al psiquiatra esperando algo parecido, una pócima mágica que le resuelva todos sus problemas.
Pero aquí no hablamos de magia sino de algo mucho mejor, hablamos de aprender. La mala noticia de cuando aprendemos es que de primeras no es fácil y que necesita tiempo, la buena noticia es que una vez que aprendemos nos queda para siempre e incluso podemos progresar y convertirnos en unos maestros. Imagínate que aprendieses no sólo a recuperarte de una mala época en tu vida sin o que además que todo lo aprendido te sirviese para siempre y para cada día ser más feliz. Pues sí, eso se puede aprender y encima con la garantía de que la gente que aprende a ser más feliz nunca jamás vuelve a sus viejas pautas de pensamiento.

2. Procrastinar

Mañana voy al psicólogo, mañana me leo este libro, mañana me dedico tiempo para mí, mañana voy a yoga, mañana aprendo a decir que no…mañana me pongo a ser feliz. ¿Te imaginas romperte una pierna y posponer ir al médico? Pues esto es algo tan importante o más. Es cierto que cada persona tiene sus tiempos y velocidades de cambio pero acuérdate siempre de que “No dejes para mañana lo que te pueda hacer feliz hoy”.

3. No saber definir bien el problema (o la meta)

Este es el primer paso en donde mucha gente se pierde, ¿Hacia dónde voy? ¿Qué es lo que quiero? ¿Cual es mi problema? Definirlo bien es muy importante porque a partir de ahí sabrás los siguientes pasos que puedes dar.

— Gato, ¿Que camino tomo? — Eso depende de donde vayas. — No se a donde voy. — Entonces cualquier camino es bueno.

4. No priorizar

Un clásico, decir que no se tiene tiempo para trabajar en uno mismo, ya sea tiempo para ir a terapia, para meditar o para trabajar en lo que se habla en el psicólogo. En estos casos lo urgente arrasa con lo realmente importante en nuestra vida. Y en estos casos dedicar tiempo a aprender a ser feliz esta en los últimos puestos del ranking de nuestras prioridades vitales, por detrás de estar pendientes todo el día del Facebook, agobiarnos horas enteras por cosas del trabajo que pueden esperar o quedar con el pesado de Pepito (por no saber decirle que no)
En el momento que veamos lo realmente importante que es aprender a ser feliz en nuestra vida seremos capaces de encontrarle un hueco al día sea como sea. Sin prisas, sin presión, sin fecha de caducidad pero sabiendo que es algo clave en nuestra vida.

5. Metas rígidas, el miedo a equivocarse y el perfeccionismo

Muchas veces tenemos en mente una meta (ganar autoestima, quitarse la ansiedad o superar un duelo) pero la enfocamos con rigidez, obsesionados de conseguir esa meta sea como sea. Este perfeccionismo no ayuda nada al cambio porque cada vez que nos equivoquemos corremos el riesgo de hundirnos y no seguir intentándolo, además generaremos una presión que nos bloqueará aunque leamos todos los libros del mundo o vayamos 100 horas a la semana al psicólogo.
Hace tiempo que en consulta no hablo de “Deberes” para casa, sino de “Quereres”. Como buen aprendizaje, crecer como persona o superar los problemas que uno tiene conlleva cometer errores porque sin ellos no aprendemos. Cambiar y crecer consiste en tres pasos hacia adelante y uno hacia atrás, un buen síntoma de que uno está aprendiendo (y mucho). Y por cierto, cambiar también es tener presente de que el viaje (en este caso a la felicidad) es mucho más importante que el destino (llegar a ser feliz)

6. La incertidumbre de lo nuevo

Muchas veces mantenemos viejas pautas de pensamiento sólo por la seguridad que nos da seguir esa pauta. Podemos tener actitudes realmente destructivas, dolorosas y que nos creen mucha infelicidad pero las seguimos teniendo porque estamos muy comodones con ellas.
Cuando aprendemos a cambiar y a romper esas viejas pautas, de repente tenemos nuevas sensaciones, pensamientos, reacciones, conductas. Ya no veremos de la misma manera a la gente que nos rodea, al pasado, al futro, al presente…Nuestro cerebro se pondrá en alerta y nos creará una inseguridad muy alta por miedo al cambio y a lo que no conoce.
Ante este dilema tenemos dos caminos, seguir en nuestra zona de confort con las antiguas pautas de pensamiento tan predecibles a pesar de todo el dolor e infelicidad que eso conlleva. O salir de esta zona de confort aprendiendo nuevas actitudes y enfoques sobre la vida que aunque nos puedan generar incertidumbre al comienzo pero que están más que demostradas que me darán felicidad, éxito, realización y libertad en la vida.
Aquí también tenemos que recordar que esta etapa de “alerta” suele durar poco si uno es consciente de ella y continua hacia adelante. La gente que le gusta viajar sabe que al comienzo de un viaje le puede llegar una sensación extraña o incluso inquietud por lo diferente, pero pronto lo convierte en la excitación de lo nuevo, de todo lo maravilloso que tiene por delante. Te proponemos que también hagas lo mismo, que seas el viajero de tu vida.

(Genial video sobre las zonas de confort y como salir de ellas)

 

7. Hay que saber aprender

Este punto es importante, si tú vas a clase de inglés y te insisten que hay que practicar mucho pero el método de estudio es erróneo y te explican mal la gramática o el vocabulario. Pues no aprenderás como debes.
Dos puntos clave aquí, elije un buen método de aprendizaje (elige un buen terapeuta, buenos libros o un buen método) y dos, síguelo (en todo lo que puedas) al dedillo porque aunque vayas a la mejor academia de inglés del mundo pero no practicas ni haces lo que te dicen en clase, seguramente tampoco aprenderás bien.

8. Cambiar puede ser molesto al principio

Aprender cualquier cosa cuesta, eso está claro, y además al principio lo normal es que nos sintamos torpes e inseguros. Cuando aprendemos inglés y lo hablamos, pasamos una época en donde nos sentimos muy inseguros, extraños y hasta “tontos” al hablar de esa manera. Nos puede pasar también cuando aprendemos a pintar, a coser o a patinar. Y obviamente nos pasa también cuando aprendemos a ser más felices.
Si sabemos que esta sensación molesta es parte de un buen aprendizaje nos irá bien. Necesitamos tiempo y mucha práctica para sentirnos cómodos y seguros pero finalmente lo integraremos de manera muy natural.

 

9. No crear hábitos

Crea tus hábitos y tus hábitos te crearán a ti. Aprende a lavarte los dientes y nos podrás estar sin lavarte los dientes. Aprende a ver toda la tarde la tele y no podrás estar sin ver la tele toda la tele. Aprende a ser feliz y no podrás estar sin ser feliz.
Pues sí, aprender a ser feliz es un hábito y necesitamos crearlo. Tiempo y trabajo. Tiempo y mucho trabajo, eso es lo que se necesita para crear un hábito. Y cuanto más le dediquemos más lejos llegaremos. De eso no hay ninguna duda, si alguien quiere aprender a lavarse los dientes, no va a tener mucho éxito si se lo lava de vez en cuando, sin regularidad, sin crear una rutina. Ser feliz es igual, por mucho que de vez en cuando leamos un libro o vayamos a una terapia, o somos regulares o no crearemos el hábito más poderoso de nuestra vida: ser felices.

10. Las actitudes erróneas suelen darnos beneficios secundarios

Una de las claves del libro de Wayne Dyer, TUS ZONAS ERRÓNEAS, es su reflexión sobre cómo es posible seguir manteniendo actitudes tan erróneas y que nos hacen tan infelices. Son los beneficios secundarios de nuestras pautas de pensamiento lo que nos atan a ellas. Por ejemplo , alguien con un fuerte victimismo y que ha llegado a caer en una depresión puede seguir así por los beneficios secundarios que esto le conlleva, por ejemplo sentirse el centro de atención de todo el mundo, que le cuiden, que se quite responsabilidad de sus problemas. Así podríamos explicar porque seguimos siendo perfeccionistas, dependientes emocionalmente o con miedo a hablar en público. Ser conscientes de estos beneficios secundarios nos ayudará a trabajarlas luego y poder cambiar de actitud ante la vida.

11. La culpa y el miedo

Dos emociones que nos inmovilizan tremendamente, la culpa por cosas pasadas que no nos permite avanzar y el miedo a dar los pasos necesarios en nuestra vida para sentirnos mejor

12. Las ideas irracionales a veces están muy enraizadas

Este obstáculo también es muy importante, muchas veces tenemos actitudes erróneas muy metidas en nuestro cerebro y hay que darles mucha caña. Son suciedades en nuestras gafas de la felicidad que llevan tanto tiempo ahí pegadas que parecen que forma parte de nosotros. A veces incluso pensamos que es normal pensar así y no somos conscientes de ellas. Otras veces estas ideas tan enraizadas son debidas a una fuerte educación o a traumas muy fuertes. Es cierto, a veces hay actitudes que nos pueden costar más cambiar pero con trabajo y persistencia también podemos acabar hasta con estas “suciedades de la felicidad”

(El elefante encaddenado, un bonito cuento de Jorge Bucay sobre la inmovilización en la vida)

13. Los autoengaños

El cerebro puede ser muy puñetero y hacernos caer en trampas constantemente para no cambiar, de ahí los autoengaños. Si el perfeccionismo te está arruinando la vida y creándote mucha ansiedad puedes caer en el autoengaño de decirte que este es el único camino correcto. O seguir con una relación muy tóxica para ti y decirte día tras día que todo cambiará mañana. Ser conscientes de cuáles son nuestros problemas, actitudes erróneas y autoengaños es una manera muy eficaz para poder trabajarlos luego.

14. No ser consciente de los avances… y hundirse ante los retrocesos

Para cambiar hay que motivarse, y para motivarse hay que ver los avances. Por mínimos que sean, hay que agarrarlos como oro en paño y seguir luchando por ese camino. Por otro lado los retrocesos son normales en cualquier aprendizaje o evolución, no nos podemos hundir que tengamos uno y tenemos que verlos como oportunidades para seguir aprendiendo y mejorando. De nuevo aquí recordamos los tres pasos hacia adelante y uno hacia atrás. Motivémonos mucho con los tres pasos hacia adelante y aprendamos aún más con el paso hacia atrás.

15. Boicotearse

A veces creemos que no merecemos cambiar y nos boicoteamos constantemente. Debido a una baja autoestima, al miedo al cambio, a la culpa o a otras causas, consideramos que no merecemos mejorar y nos saboteamos constantemente, incluso de manera inconsciente.
La solución en este caso es aprender a ser conscientes de estos boicots autodestructivos y sobre todo, identificar el origen de los mismos para de esa manera poder trabajarlos y seguir creciendo y mejorando.

21 obstaculos que nos impiden cambiar y aprender a ser más felices en la vida16. Falta de motivación y de perspectiva

A veces conocemos nuestra meta pero el camino para alcanzarla puede convertirse en un verdadero suplicio. Es como si te dicen que puedes aprender inglés pero aprendiendo todo de memoria, a lo bestia, sin recompensas, sin ver ni un solo beneficio. Hay que tener muy presente la utilidad a corto, medio y largo plazo de hecho de cambiar (por ejemplo, si cambio podré bajar la ansiedad en el trabajo, ganar autoestima y ganar bienestar en la vida).Si uno recuerda constantemente todos estos beneficios, se motivará con más fuerza para cambiar, desde la persistencia y la lucha constante.

17. Pensar que no se puede cambiar

Esta idea irracional seguramente sea una de las piedras más grandes que se encuentra la gente en el camino. Pensar que nuestro problema es algo genético, que somos demasiado mayores para cambiar o incluso ver algo demasiado místico en un posible cambio son algunas de las idas irracionales más típicas. Incluso hay gente que lleva tanto tiempo pasándolo mal que piensa que es imposible cambiar.
A la gente que entra por la puerta de la consulta la primera vez siempre les doy la enhorabuena y les digo que ya llevan el 50% del camino recorrido. La razón es porque al entrar al psicólogo (o a hacer coaching, meditar o yoga) están diciendo: “Estoy convencido de que algo podré cambiar en mi vida, quizás con ayuda de alguien pero depende de mí ese cambio”

18. Pensar que cambiar no depende de nosotros

Otro clásico que nos inmoviliza, pensar que nuestra felicidad depende de tener éxito, pareja, trabajo, dinero, hijos, coche, perro, gato, loro o peces de colores nos aboca al fracaso. La felicidad depende muchísimo de nosotros, más de lo que creemos. Por lo tanto, si seguimos con esta ecuación, nuestra infelicidad no dependerá de no tener éxito, pareja, trabajo, dinero, hijos, coche, perro, gato, loro o peces de colores…Dependerá de nosotros. Y salir de ella será entonces nuestra responsabilidad.

19. El lastre del pasado

Otro clásico lastre que hace daño es estar atado al pasado con esposas y grilletes. Traumas, educación, padres, relaciones pasadas, pérdidas, malas decisiones, errores, momentos pasados de ansiedad…Nos agarramos a ellos y no nos soltamos ni de broma.
Recordemos que podemos cambiar en el AQUÍ y en el AHORA. Nadie niega que a veces cuesta un poco más, pero todo con trabajo y creencia en el presente se puede superar. Si soltamos el pasado ( y lo aceptamos) subiremos como si de un globo se tratase hasta nuestro presente y hasta nuestra felicidad.

PASADO

20. Las dependencias

A veces tenemos fuerte dependencias afectivas que son obstáculos en nuestro camino, sobre todo cuando no somos conscientes de ellas y consideramos que eso es lo normal. Nosotros cambiamos, aprendemos nuevos enfoques, nuevos recursos y de repente todo esto choca con las relaciones de dependencia afectiva que tengamos u corremos el riesgo de inmovilizarnos. Pueden ser las relaciones con nuestros padres, amigos, pareja o hijos pero de nuevo esto tiene solución, primero ser consciente de lo que está ocurriendo y luego trabajar esas dependencias para que nos sean nunca más obstáculos en nuestro camino

21. Las etiquetas destructivas

“Soy un fracasado” “Es que tengo ansiedad”, “No valgo nada” ”Soy un enfermo” ”No puedo cambiar”…Estas son algunos ejemplos más escuchados en las consultas de psicología, etiquetas que nos hemos puesto en nuestra vida y que son como murallas gigantescas que nosotros mismos nos ponemos por delante para no poder cambiar. Cojamos un pico y una pala y reventemos de una vez esos muros que tanto daño nos hacen.

 

Categoría: Recursos psicológicos

Etiquetas: Actitudes negativas, Atreverse al cambio, Crecimiento personal, Felicidad, Infelicidad, Recursos psicológicos, Reflexiones terapeuticas, Renovacion y transformacion, Terapia cognitiva

Etiquetas de cine: Especiales

Más artículos de la misma categoría

Cuando el WhatsApp perjudica seriamente la salud afectiva

El WhatsApp (y otras aplicaciones estilo Line o Telegram) se está convirtiendo en una de las mayores fuentes de estrés, enfados, angustias y conflictos para las parejas. Lo estamos comprobando día tras día […]

10 maneras divertidas de enseñar mindfulness a los niños

Los niños son los que más atención plena y mindfulness realizan del mundo, son los verdaderos maestros de vivir el presente, de eso no hay ninguna duda. Fluyen magistralmente cuando juegan, ríen mucho […]

7 comentarios

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Para poder enviar comentarios debes ser mayor de 16 años y aceptar nuestra política de privacidad.