El feudalismo en Europa

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1. ¿Qué es el feudalismo?

De forma sencilla lo podríamos definir como el periodo de la historia europea caracterizado por una forma de gobierno compuesta por reyes débiles, con una economía basada en la agricultura y la ganadería, y una sociedad estamental desigualmente distribuida (privilegiados y no privilegiados). Todo este sistema económico, político y social surgió en Europa occidental entre los siglos IX y X en un contexto de crisis generalizada por las segundas invasiones bárbaras,  y donde las relaciones de compromiso mutuo entre señores feudales y vasallos  fueron la característica más importante.

Características principales del feudalismo:

Un gobierno de monarcas débiles incapaces de gestionar ellos solos su territorio. Por ello buscaron la ayuda de la nobleza para poder gobernar sus reinos.

Una economía  basada en la agricultura y la ganadería. Pero de escasa productividad, con un comercio casi inexistente debido a la inseguridad y crisis generalizada. Esto provocó el despoblamiento de las ciudades, que buscaron la seguridad del campo. Por tanto, la principal fuente de riqueza se obtenía de la agricultura y la ganadería.

Una sociedad dividida en tres estamentos cerrados, desigualmente distribuida y a los que se pertenecía por nacimiento: los que luchaban (nobles), los que rezaban (clérigos) y los que trabajaban (campesinos y artesanos).

Eje cronológico de la Edad Media
El feudalismo se desarrolló principalmente durante la Plena Edad Media (S. IX al XIV).

2. ¿Cómo surge?

Tras la muerte del emperador Carlomagno (Aquisgrán, 814), sus sucesores no supieron mantener la unidad del imperio y éste entró en rápida decadencia (Tratado de Verdún, 843). Esta debilidad fue aprovechada por los pueblos bárbaros que habitaban la periferia de Europa: normandos (vikingos) por el norte, magiares por el este y musulmanes por el sur. Esta situación dio lugar a las «segundas invasiones«, unas expediciones de saqueo, rapiña y conquista que se desarrollaron durante los siglos VIII al X en la mayor parte del territorio europeo. Este panorama provocó un clima de de inseguridad y crisis generalizada.

En este contexto, los monarcas eran incapaces de hacer frente a esta situación de inseguridad. No tenían medios para proteger a la población, recaudar impuestos y mantener un ejército. Por ello, para poder gobernar sus reinos se ayudaron de los nobles, con los que establecieron un sistema de relaciones personales llamado vasallaje. De igual manera, muchas familias buscaron la protección de los nobles que tenían castillos fortificados y ejércitos personales. Estas familias se convertirían así en siervos de unos señores (condes, duques, marqueses, etc.) que les darían protección a cambio de trabajar para él y acatar su autoridad. En definitiva, una nueva forma de vida que se generalizará en el corazón de Europa y norte de la P. Ibérica e Italia y que se llamará feudalismo.

El vasallaje fue una de las principales características del feudalismo. Unas relaciones de compromiso mutuo necesarias en estos tiempos de inseguridad.
Reinos cristianos y musulmanes en el siglo XI. Aprovechando la falta de liderazgo político y militar tras la caída del imperio de Carlomagno, los pueblos bárbaros invadieron Europa y generaron una situación de inseguridad y crisis generalizada. Esta fue una de las causas principales del origen del feudalismo. (Fuente: J. Antonio Bermúdez en Banco de imágenes del INTEF)

3. Características.

3.1 Un gobierno débil.

Durante esta etapa el poder del rey  estaba debilitado Éste gobernaba con la ayuda de su Corte (nobles, juristas, eclesiásticos, servidores y guerreros). Sus decisiones solían afectar a los territorios bajo su dominio directo. Su ejército era reducido y dependía de la ayuda de sus nobles para la defensa del reino cuando éste los requería. Su principal fuente de ingresos procedía de los feudos y de algunas ciudades, ya que no podían cobrar impuestos en los feudos de sus vasallos. En situaciones especiales, y cuando el rey lo requería, recibían ayuda económica de la iglesia o de grandes nobles.

«Vicario de Dios son los reyes, cada uno en su reino, puestos sobre las gentes para mantenerlas en justicia. (…). Dijeron los sabios que el rey es cabeza del reino, porque así como la cabeza nacen los sentidos que mandan a todos los miembros del cuerpo, por el mandamiento que nace del rey, que es señor y cabeza de todos los del reino, se deben mandar y guiar y hacer un acuerdo con él para obedecerle.»

ALFONSO X: Las Siete partidas, siglo XIII

3.2 Una economía basada en el feudo.

El feudo o señorío eran las tierras que el noble recibía del rey tras la ceremonia del vasallaje. Era lo que permitía el sustento del señor y sus vasallos. No era propiedad privada del noble, si no vinculada. Lo que significaba que poseía el derecho a explotarla económicamente y transmitirla en herencia a sus descendientes. No podía comprarse ni venderse. El señor feudal tenía el derecho de impartir justicia y cobrar impuestos (derechos jurisdiccionales). Los campesinos debían pagar tasas por el uso de las instalaciones del feudo. Y los comerciantes pagaban un «peaje» por atravesar sus dominios o cruzar sus puentes (pontazgo). Pero debía asegurar protección a los campesinos en caso de guerra o peligro.

El territorio feudal estaba compuesto por:

  • Castillo. Era la residencia del señor feudal. Vivía con sus familias, sirvientes y soldados. Estaba fortificado, poseía establos para caballos, patios para el entrenamiento de sus soldados, pozos, granero, etc. La torre del homenaje, la más protegida,  donde dormía el señor.
  • Una o varias aldeas en las que vivían los campesinos y artesanos
  • Tierras de cultivo, que se dividían en:
    • Reserva: tierras que explotaba el  propio señor feudal. Los rendimientos de la misma eran íntegramente para el señor.
    • Mansos: tierras que el señor concedía a los campesinos para que las trabajasen. A cambio, los campesinos pagaban unas rentas señoriales que podían ser económicas, parte de la cosecha o en forma de trabajo gratuito al señor (en sus tierras de cultivo o en el castillo) determinados días al año.
  • Bosques. Solían ser  de uso exclusivo del señor. Si éste lo autorizaba los campesinos podían cazar o recoger leña en él.
  • Puentes, molinos, hornos o prensa. Eran propiedad del señor, y los campesinos debían pagar por usarlo. 
El feudo era el lugar que reunía las tierras cedidas al señor, y las que éste a su vez cedía a sus campesinos para que las trabajasen. (Adaptación a partir de Jose A. Bermúdez, INTEF)

3.3 Una sociedad estamental.

Excepto el clero, era una sociedad a la que cada estamento se pertenecía por nacimiento. Estaba dividida en dos grandes grupos: privilegiados, formado por nobles y clérigos; y los no privilegiados, formados por campesinos, artesanos y comerciantes.

Cada uno de los grupos sociales medievales tenía una función muy concreta: la nobleza defendía a la población, el clero rezaba por la salvación de las almas; y los campesinos se encargaban de producir los alimentos que necesitaban todos los demás.

Rey

Era la figura más importante de la sociedad medieval. Tenía un carácter sagrado y se le consideraba elegido por Dios para dirigir a los hombres y defender la cristiandad. Era un cargo hereditario, pero debía ser confirmado por la iglesia a través de una ceremonia de coronación.

Su reino era patrimonio personal, lo que significa que lo podía dividir o unir según conveniencia. Compartía el poder con la nobleza (condes, duques, marqueses) y las autoridades religiosas (obispos y abades). Pero tenía poderes exclusivos como los de dirigir las guerras, recaudar impuestos o juzgar asuntos importantes. Para facilitar su gobierno contaba con personas o instituciones que le aconsejaban en la toma de decisiones (Consejo Real o Curia). No solían tener residencia fija, se trasladaban por los castillos del reino con la familia y su corte.

Nobleza: 

Formaban parte del grupo social privilegiado, pero no todos eran igual de poderosos. Algunos poseían grandes feudos y riquezas, mientras que otros sólo tenían sus armas y su caballo. 

Los hombres se dedicaban principalmente a la guerra.  Desde niños servían a las órdenes de otro noble como pajes o escuderos, y de esta forma aprendían las técnicas del combate. Cuando alcanzaban la mayoría de edad eran armados caballeros en una ceremonia sencilla. En caso de guerra , el rey los convocaba y éstos acudían con su mesnada. Al finalizar la guerra nobles y guerreros volvían a sus feudos. Mientras no había conflictos los caballeros entrenaban continuamente. Principalmente a a través de  torneos, mediante los cuales se conseguía respeto y prestigio. También cazaban a caballo y practicaban la cetrería.

Las mujeres debían casarse y tener hijos para asegurar el linaje familiar. Eran matrimonios concertados por sus familias previamente. Una vez casadas dirigían el servicio, educaban a los hijos pequeños, tocaban música o tejían. Obedecían a su marido y no solían abandonar el castillo. Las que quedaban solteras solían ingresar en un monasterio. 

Clero: 

Durante la Edad Media, la mayor parte de los habitantes de Europa eran cristianos, y sus creencias condicionaban la espiritualidad de las personas y organizaban su vida diaria. El principal dirigente de esta institución era el Papa. Gobernada un Estado propio (Estados Pontificios), poseía sus propios ejércitos, pero tenía escaso poder militar. Ejercía gran influencia entre los monarcas, podía excomulgarlos, lo que significaba que sus súbditos quedaban liberados del juramento de fidelidad y los reyes quedaban sin el amparo de la iglesia. Este grupo se dividía en el alto clero (cardenales, obispos, abades, etc.) y tenían los mismos privilegios que la nobleza; y el bajo clero formado por sacerdotes rurales, monjes, frailes, etc.) y tenían una vida similar a la de los campesinos.

Por debajo del Papa estaba el clero regular y el clero secular:

  • El clero secular lo formaban los sacerdotes, párrocos, obispos y cardenales, y eran los que atendían a los creyentes.
  • El clero regular estaba integrado por las órdenes religiosas de frailes, monjes y monjas. Dedicaban su vida al trabajo y a la oración en los monasterios o en los conventos. Cada orden estaba dirigida por el abad principal y por los superiores que dirigían los monasterios

Parroquias y monasterios se organizaban como unos territorios feudales más. Tenían sus propias tierras y siervos que las trabajaban con las mismas obligaciones.

“El orden eclesiástico no compone sino un solo cuerpo. En cambio la sociedad está dividida en tres ordenes. Aparte del ya citado, la ley reconoce otras dos condiciones: el noble y el siervo, que no se rigen por la misma ley.
Los nobles son los guerreros, los protectores de las iglesias. Defienden a todo el pueblo, a los grandes lo mismo que a los pequeños y al mismo tiempo se protegen a ellos mismos. La otra clase es la de los siervos. Esta raza de desgraciados no posee nada sin sufrimiento. Provisiones y vestidos son suministrados a todos por ellos, pues los hombres libres no pueden valerse sin ellos. Así pues, la ciudad de Dios, que es tenida como una, en realidad es triple. Unos rezan, otros luchan y otros trabajan. Los tres ordenes viven juntos y no sufrirían una separación. Los servicios de cada uno de estos ordenes permiten los trabajos de los otros dos. Y cada uno a su vez presta apoyo a los demás. Mientras esta ley ha estado en vigor el mundo ha estado en paz”.

Monje ADALBERÓN: Carmen ad Robertum regem francorum, año 998

Campesinos: 

Representaban la mayor parte de la población. Dentro de este grupo se podían distinguir:

  • Campesinos libres. Eran propietarios de sus tierras (alodios).Podían abandonar el feudo y podían tomar decisiones personales sin consultar al señor. Trabajaban los mansos del feudo y pagaban una renta al señor, y el diezmo (décima parte de la cosecha) a la iglesia. Además, debían ofrecer al señor los primeros frutos de las cosechas (primicias) y pagar por utilizar las diferentes instalaciones del feudo: molino, horno, prensa, bosque, etc. Debían también obedecer las órdenes del señor y acatar su justicia, ayudar a mantener el castillo y trabajar gratuitamente al señor algunos días al año en lo que requiriera.
  • Siervos, no tenían libertad personal. Su condición pasaba de padres a hijos. No podían abandonar el feudo ni casarse sin su permiso. Debían trabajar gratuitamente para el señor (en el campo o en el castillo), a cambio éste les daba cobijo y alimento. 

Su forma de vida no era fácil. Vivían en pequeñas aldeas de viviendas muy pobres, hechas de adobe, madera y cañas. Con una sola habitación en la que toda la familia comía y dormía. Los campesinos producían todo lo que necesitaban (autosuficientes). Su alimentación no era buena, lo que cualquier enfermedad o calamidad en el campo podía provocar la muerte.  

El trabajo en el campo era duro. Todos colaboraban. Sus herramientas eran muy rudimentarias y sus técnicas muy arcaicas. No había abonos, lo que obligaba a utilizar sólo la mitad de las tierras de cultivo para no agotarlas. Practicaban la rotación bienal, cultivando una mitad de la tierra y dejando la otra mitad en descanso o barbecho. En consecuencia la productividad era baja. Cultivaban trigo y centeno para hacer pan (alimento principal), y cebada para fabricar cerveza. También plantaban judías, lentejas, garbanzos, hortalizas, vides y otros frutales. Algunos criaban gallinas, corderos, cerdos o terneros lo que les permitía una dieta más variada.

3.4 Una religión cristiana muy influyente.

A lo largo de la Edad Media el cristianismo se convirtió en la religión mayoritaria de Europa occidental. La iglesia contribuyó en estos territorios a formar una civilización común. Y a lo largo de los siglos XI y XII esta cristiandad fue ampliando sus fronteras hacia el norte y el este de Europa.

La iglesia ejerció una enorme influencia en la vida diaria de las personas.  Las principales razones fueron:

  • La iglesia era el edificio más importante en cualquier aldea o ciudad. Sus campanas marcaban el ritmo de la vida diaria(ceremonias y festividades): anunciaba los matrimonios, defunciones, alertaba del peligro, convocaba asambleas, etc. Marcaba las fechas importantes como la misa de los domingos, Navidad, Pascua, Semana Santa, etc.
  • Poseía una gran influencia como institución medieval. Era propietaria buena parte de las tierras y de muchos edificios (monasterios, conventos, iglesias…) de los que obtenían importantes rentas y beneficios. De sus feudos obtenían rentas (derechos señoriales), cobraba el diezmo a los campesinos y recibía donaciones de feligreses. Gran parte del clero disfrutaba de una gran nivel de vida.  
  • Los cristianos debían cumplir con sus obligaciones religiosas como la de rezar, ir a misa los domingos, ayunar en Cuaresma, confesarse, cumplir las penitencias impuestas, etc. Debían practicar la caridad, llevar una vida ejemplar, donar bienes a la iglesia o peregrinar a lugares santos como Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela. Ayudaba a los pobres, cuidaba de los enfermos en los hospitales y enseñaba en las escuelas de los monasterios y obispados.

En el contexto de la iglesia medieval existieron dos formas de entender sus principios. Unos que defendían la tendencia a la purificación, la piedad  y la vuelta a los principios de pobreza originales. Y otro más acomodado expuesto a la progresiva relajación y apego a las riquezas y poder terrenal. De los primeros surgieron las órdenes religiosas. Encargadas de recoger y difundir una vida  de crecimiento espiritual y alejada de las tentaciones mundanas. La más importante fue la de los benedictinos, fundada por San Benito de Nursia en Italia en el siglo VI y que se extendió por toda Europa.

La vida en los monasterios y conventos estaba dedicada a la meditación y la oración. Se situaban en lugares aislados para facilitar la tranquilidad de los monjes y monjas. Además del rezo en ellos se trabajaba el huerto y se atendía a los pobres y enfermos. En ellos había escuelas en las que se enseñaba a leer y a escribir, se aprendían materias científicas y se transmitían los principales saberes. El latín continuó siendo la lengua principal de la transmisión cultural y religiosa.

En las bibliotecas de los monasterios algunos monjes copiaban manuscritos  y los decoraban con pequeñas miniaturas. Gracias al trabajo de estos monjes copistas se han podido recuperar textos griegos, romanos y medievales que se hubieran perdido para siempre. Los monasterios fueron los centros de estudio más importantes hasta la creación de las Universidades en el siglo XII.

Monjes realizando labores de copia de manuscritos en el «scriptorium». Era un trabajo lento y minucioso. (Fuente: Biblioteca del Monasterio de San Lorenzo del Escorial.)

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