El 6 de enero de 1838, Samuel Morse realizó la primera muestra pública del funcionamiento del telégrafo, utilizando un código de su invención que permitiría cursar los mensajes, conocido como alfabeto o código morse, compuesto por puntos y rayas que se corresponden con señales cortas y largas, respectivamente, que se emiten de forma intermitente.

En 1843 el Congreso de EEUU le concedió una asignación de 30 000 dólares para construir una línea telegráfica electromagnética que uniría las ciudades de Baltimore y Washington. El segundo cable telegráfico se extendió entre Washington y Nueva Jersey.

Al principio, las primeras líneas telegráficas enlazaron solamente estaciones ferroviarias, después se utilizaron para uso oficial de los Gobiernos y, por último, para el envío de mensajes a particulares. Una vez demostrada en la práctica la posibilidad de enviar mensajes rápidamente a grandes distancias, comenzó el rápido enlace entre diferentes ciudades de EEUU.

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