Esta expresión es muy usada para dar a entender qué hay varias formas de ver las cosas, que depende del punto de vista algo puede verse bueno o malo, o que para algunas personas algo que es totalmente inservible, para otras tiene un valor preciado. Por eso también es que nos dicen qué hay que ponernos en los zapatos de las otras personas, con el fin de alcanzar a ver cómo las visualizan ellos y tratar de entenderlos, no necesariamente para estar de acuerdo, pero por lo menos para ver sus razones y comprenderlos y así ser más tolerantes. Pero desafortunadamente esto solo sucede en el mundo perfecto, en la mayoría de ocasiones cada uno intenta imponer su forma de pensar y ve como un adversario al que lo haga de una manera diferente. Solo basta observar la polarización que existe ya sea por religión, política o hasta por los deportes.
En el cambio que estamos viviendo de gobierno, en donde los que antes eran el partido de gobierno ahora son las oposición y viceversa, se puede observar este concepto de relatividad, lo que antes era malo para los de la anterior oposición, ahora ya no es tan malo, o es hasta bueno ya que lo están proponiendo ellos. Un ejemplo es la reforma tributaria, que antes era considerada como un despropósito porque afectaba el bolsillo de todos, pero ahora es dicen que es más que necesaria para poder cumplir con parte de las promesas de campaña. Igual sucede con la repartición de puestos que se está presentando para estructurar todo el aparato del gobierno, que antes lo llamaban mermelada, pero ahora simplemente es la unión de fuerzas políticas para lograr ese gran pacto nacional.
Cuando se es trabajador en una empresa, a veces se anhela tener su propio negocio, para no tener que reportarle a ninguna persona, lograr la independencia económica, pero cuando se es empresario, a veces se aspira a poder tener una fuente de ingresos estable, un trabajo que brinde mayor seguridad y no la incertidumbre frecuente de buscar clientes para generar facturación. En las empresas, es común que los colaboradores critiquen al grupo de liderazgo por la forma de llevar las compañías, de las decisiones que toman y los resultados que se obtienen. Pero estos mismos colaboradores, cuando tienen la oportunidad de escalar posiciones y llegan a alguna de estos roles de liderazgo y tienen que tomar las mismas decisiones, las justifican porque son necesarias para el correcto funcionamiento de la organización.
En este tema de relatividad también se ve una especie de amnesia selectiva, si en algún momento se dijo o pensó de alguna manera, ahora, cuando se encuentra en otra posición, ya no existen recuerdos de esos tiempos, por lo que no se considera que se esté contradiciendo o yendo en contra de creencias anteriores. De esta forma se asegura que siempre la razón esté de su lado, o al menos eso es lo que se piensa.
La ventaja de relativizar las cosas, es que pueden ser malas o buenas, dependiendo de cómo las queramos ver, del momento o situación en que estemos, ya está en nosotros en cómo hacerlo, por lo menos en eso no dependemos de los demás.
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