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Pioderma gangrenoso

El pioderma gangrenoso es una patología inflamatoria con etiología inmunitaria que cursa con úlceras cutáneas dolorosas.

Habitualmente en un 50% de los casos se relaciona con una enfermedad sistémica, las más frecuentes son la enfermedad inflamatoria intestinal y la artritis reumatoide. 

Puede aparecer de forma espontánea o en zonas que han sufrido pequeños traumatismos o cirugía, lo que se conoce cómo el fenómeno de patergia. 

Se presenta típicamente con la aparición pústulas eritemato-violáceas únicas o múltiples, con borde violáceo infiltrado y que progresa rápidamente a úlceras necróticas que evolucionan a úlceras con material esfacelado y bordes socavados. 

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Pioderma gangrenoso. Borde eritemato-violáceo, con tejido necrótico y material esfacelado.

Precisamente es el fenómeno de patergia desencadenado tras la realización de una biopsia, la que nos hace sospechar de que estamos ante un pioderma gangrenoso, y es que tras la realización de la misma o una debridación cortante se produce un empeoramiento rápido de la herida. 

Hablamos de una entidad de etiología inmunitaria, por lo que un repaso a la historia clínica del paciente con antecedentes de enfermedad inflamatoria intestinal, artritis o síndromes linfoproliferativos ya nos debe dar la voz de alarma, principalmente para no realizar debridación cortante, contraindicada en este tipo de lesiones. 

A nivel histológico encontraremos un marcado infiltrado inflamatorio neutrofílico, formando un gran absceso que ocupa la dermis y se extiende incluso al tejido celular subcutáneo. La epidermis suele estar ulcerada, y en fases iniciales puede haber un marcado edema en la dermis papilar. 

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Biopsia pioderma gangrenoso.  Se trata de una biopsia de un borde de la úlcera, se observa un infiltrado inflamatorio denso en dermis con neutrófilos.

La biopsia nunca será concluyente, pues este tipo de infiltración neutrofílica la podemos ver en otras entidades como la úlcera de Martorell, pero junto a la historia clínica, la rápida progresión, el fenómeno de patergia, nos puede hace dirigir nuestra mirada hacia el pioderma gangrenoso.

Siendo su etiología inmunitaria, su tratamiento será a base de fármacos inmunosupresores. 

Para las úlceras utilizaremos apósitos que promuevan la cura en ambiente húmedo, que faciliten el desbridamiento autolítico del tejido necrótico y esfacelos, a fin de prevenir y controlar la sobreinfección, reducir el dolor y favorecer la cicatrización. Antibióticos tópicos como la sulfadiazina argéntica pueden ser de utilidad para evitar la sobreinfección.

Se debe evitar en todo momento un desbridamiento cortante por lo comentado anteriormente, el fenómeno de patergia, el cual desencadenará una exacerbación del proceso inflamatorio que propiciará un rápido crecimiento de la úlcera. 

Opcionalmente se puede utilizar inmunosupresores locales como corticoides o tracrólimus tópico en lesiones superficiales y en pacientes cuyas comorbilidades supongan un riesgo para la utilización de inmunosupresores sistémicos.