Atención: Pesadillas o ‘Sueños Angustiosos’ pueden ser un aviso de demencia

El sueño es uno de los requisitos naturales para que el cuerpo descanse y se reprograme. No obstante, las pesadillas en adultos de mediana edad, podrían ser un factor de riesgo y un indicador de posible demencia a futuro.

Alexander Triana Yanquén

    Atención: Pesadillas o ‘Sueños Angustiosos’ pueden ser un aviso de demencia

    Recientemente el investigador del estudio de cohortes, Abidemi Otaiku, BMBS, de la Universidad de Birmingham (Reino Unido); publicó un estudio en la revista The Lancet eClinicalMedicine, bastante amplio en el que se concluyó que los adultos sanos de mediana edad que tenían pesadillas al menos una vez a la semana eran cuatro veces más propensos a experimentar un deterioro cognitivo durante la década siguiente, y los adultos mayores tenían el doble de probabilidades de ser diagnosticados con demencia, en comparación con sus compañeros que nunca tuvieron pesadillas



    La frecuencia de las pesadillas podrían "identificar a las personas que tienen un alto riesgo de desarrollar demencia en el futuro, varios años o décadas antes de que surjan los problemas de memoria y pensamiento característicos", dijo a Medscape Medical News el investigador del estudio Abidemi Otaiku. También añadió que “éste sería el momento óptimo para que los médicos intervengan para intentar frenar o prevenir el desarrollo de la demencia".



    Sueños angustiosos y el desarrollo cognitivo



    Hablar de la enfermedad de Parkinson (EP), es asociar el tema con los sueños angustiosos. Se entiende como un declive cognitivo más rápido y con un mayor riesgo de demencia en pacientes que padecen EP, aunque se desconoce si lo mismo ocurre en individuos de la población general.



    Ante este paradigma que presenta la ciencia, Otaiku examinó los datos de tres cohortes basadas en la comunidad en los Estados Unidos. Incluyendo a 605 adultos de mediana edad (entre 35 y 64 años) a quienes se les hizo un seguimiento de hasta 13 años y a 2.600 adultos de 79 años o más, con un control de observación de hasta 7 años. Todos considerados cognitivamente normales y sanos al inicio del estudio.



    Los resultados arrojados consisten en la prevalencia de sueños angustiosos recurrentes, entendidos como los que ocurren "una vez a la semana o más", siendo así que  fue mayor en la cohorte de mayor edad en comparación con la cohorte de mediana edad (6,9% frente a 6,0%, respectivamente).



    Otras investigaciones coinciden demostrando que los sueños angustiosos se mantienen relativamente estables durante los primeros años de la vida adulta, aumentando progresivamente su prevalencia desde la edad media hasta la edad avanzada. 



    Tras considerar todas las variables, una mayor frecuencia de sueños angustiosos se asoció de forma lineal y estadísticamente significativa con un mayor riesgo de deterioro cognitivo en los adultos de mediana edad (p = 0,016), y un mayor riesgo de demencia en los adultos mayores (p = 0,001). En comparación con los adultos de mediana edad que nunca tuvieron pesadillas, los que declararon tener una o más pesadillas semanales tenían un riesgo cuatro veces mayor de sufrir deterioro cognitivo (odds ratio ajustado [aOR], 3,99; IC del 95%, 1,07 - 14,85).



    El estudio refirió que los adultos mayores que tenían una o más pesadillas semanales tenían un riesgo más de dos veces mayor de desarrollar demencia (aOR, 2,21; IC del 95%, 1,35 - 3,62).



    Días tempranos y Género 



    La investigación evaluó por sexo y descubrió que los sueños angustiosos fueron asociados de forma fuerte y significativa con el deterioro cognitivo y la demencia en los hombres, pero fue lo contrario en las mujeres.



    El investigador Otaiku dijo que sospecha que algunos individuos en la fase preclínica de la demencia tienen "una sutil neurodegeneración que se produce con el tiempo en el lóbulo frontal derecho: el área del cerebro que ayuda a reducir las emociones negativas mientras estamos despiertos, y también mientras soñamos". Esto podría provocar "depresión y ansiedad durante el día, y pesadillas y malos sueños durante la noche", puntualizó.



    No obstante, es posible tratar el deterioro cognitivo y retrasar o prevenir la demencia, mediante tratamiento de las pesadillas frecuentes, añadió Otaiku. Para ello el uso de prazosina (medicamento para intervenir las pesadillas) ha demostrado prevenir el deterioro de la memoria y reducir la generación de amiloide B en estudios preclínicos de la enfermedad de Alzheimer: "Se trata de una perspectiva apasionante, pero aún es pronto y habrá que investigar si el tratamiento de las pesadillas puede ayudar a reducir el riesgo de demencia", concluye Otaiku.



    ¿Esta investigación es creíble?



    Según la doctora María C. Carrillo, directora científica de la Asociación de Alzheimer, quien no participó del estudio, declaró para Medscape Medical News, que: "Se trata de una investigación creíble y coherente con la realidad de la demencia… que concuerda con la idea de que los trastornos del sueño pueden ser un factor de riesgo, o una señal de advertencia del deterioro cognitivo".



    Carrillo asegura que lo novedoso del estudio es que los investigadores examinaron los sueños angustiosos, y no las alteraciones y trastornos del sueño más físicos, como el insomnio o la apnea: "Sin embargo, las pesadillas pueden perturbar el sueño de la misma manera que lo hacen estos trastornos al despertar a las personas en medio de la noche", dijo la doctora. 



    "Investigaciones anteriores han señalado que las pesadillas son indicativas de posibles cambios en el cerebro que pueden preceder a otras demencias como la enfermedad de Parkinson. Se necesita más investigación para averiguar qué ocurre exactamente en el cerebro durante las pesadillas que pueda contribuir a este mayor riesgo", concluye y puntualiza la directora María C. Carrillo.



    Fuente: Medscape.com



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