DRAGO DE GRAN CANARIA (DRACAENA TAMARANAE)

17 May, 2017

Texto y fotos de Salvador González Escovar.

Dracaena tamaranae o drago de Gran Canaria, es una especie vegetal endémica de la isla de Gran Canaria, emparentada con el drago, Dracaena draco, y otras especies de Dracaena del este de África. Desde 1972 (Günther Kunkel) se han identificado ejemplares de drago en Gran Canaria con ciertas peculiaridades. Estos inicialmente fueron identificados como ejemplares de Dracaena draco. Sin embargo, un estudio más detallado y su cultivo permitieron reconocer que se trataba de una especie diferente. Fue descrita por primera vez en 1998 por F. Marrero, A. Almeida, R.S. & Gonzalez-Martín.

Descripción:

Este drago tiene hojas rígidas, acanaladas, aguzadas hacia la punta y de un color más azulado y grisáceo que las de D. Draco. Su porte es menos denso y ramificado, alcanzando más de 8 metros de altura. La corteza es amarillo-grisácea y algo lustrosa. Las inflorescencias, de color verde blanquecino, se disponen en una inflorescencia ramificada de hasta 80-100 cm de larga. Las semillas son globosas y ligeramente comprimidas de unos 6-7 mm de diámetro.

Muestra similitudes con especies del este de África, como Dracaena ombet y Dracaena schizantha, y de Arabia, como Dracaena serrulata. Se cree que la especie podría haber llegado a Canarias durante el periodo Mioceno.

Familia: Agavaceae.

Género: Dracaena.

Se trata de una variedad de drago descubierta mucho antes de que fuera descrita como nueva especie endémica de Gran Canaria en noviembre de 1999. Presenta marcadas diferencias con sus parientes más cercanos, el conocido ‘Dracaena draco’, con el que se había confundido hasta ahora, dada la inaccesibilidad de los escasos ejemplares existentes en la Isla. De hecho, se conocía la presencia de dragos silvestres en Gran Canaria desde principios de los años 70 del siglo XX. Fue descubierto por Kunkel en los riscos y escarpes del suroeste grancanario, sin que, como se ha dicho antes, hasta 1998 se confirmara que se trataba de una especie diferente.

Diferencias con Dracaena draco: Hojas acanaladas, de color más azulado y grisáceo, aún en ejemplares juveniles. Inflorescencia más ramificada. Flores con diferentes características. Rutas y semillas más pequeñas. Guarda mayor similitud con especies del este de África y Arabia, mientras que D. draco las tiene con el drago de la isla de Socotra, en el Océano Índico.

Distribución y hábitat:

Los dragos encontrados están en el suroeste de la isla de Gran Canaria, en zona más xérica de la habitual para Dracaena draco.

El drago de Gran Canaria se ha descrito como propio de las comunidades vegetales termo-esclerófilas, de la región tropical-subtropical. Son realtivamente xerofilos, habitando zonas con precipitaciones de entre 200 y 500 mm anuales. Los ejemplares encontrados se localizan en las zonas geológicamente más antiguas de la isla, en riscos y paredes de barrancos del sur y suroeste de la isla, generalmente inaccesibles. Estas zonas albergan restos de sus ecosistemas originales: sabinar y jarales. En ellas convive con especies como sabinas, jaguarzos, acebuches, pinos, etc.

Se encuentra en peligro de extinción y figura en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

Cultivo:

Debido a la escasez de ejemplares aún no es posible su cultivo fuera del ámbito científico. Se recomienda, sin embargo, no introducir ejemplares de D. draco en la zona susceptible de albergar o ser reforestada con esta especie.

Taxonomía:

Dracaena tamaranae fue descrita por Marrero Rodr., R.S.Almeida & Gonz.-Mart. y publicado en Botanical Journal of the Linnean Society 128: 294. 1998.1.

Etimología:

Dracaena: nombre genérico que deriva del griego drakaina = “dragón” refiriéndonos a la “Dracaena draco”. Este árbol en la población local de la Islas Canarias, fue considerado un dragón y le atribuyeron propiedades mágicas.

Tamaranae: relativo a Tamarán, nombre aborigen atribuido a Gran Canaria.

Con toda seguridad son muy pocos los canarios y por ende los surgrancanarios que tienen conocimiento de que, refugiados en los riscos más inaccesibles del sur de la isla, quedan los únicamente 79 ejemplares que existen en el mundo en estado silvestre del Dracaena tamaranae, una nueva especie de drago, que fue descrita por primera vez en 1998 por Aguedo Marrero, Rafael Almeida y Manuel González Martín.

Es por todo ello que siguiendo la filosofía de nuestro blog, exponemos estas breves líneas con el fin de difundir este descubrimiento y sensibilizar a los lectores, sobre el valor del mismo.

Aunque los especÍmenes ya eran conocidos desde hacía tiempo, se observó que eran diferentes de los de la especie habitual de las islas, la dracaena draco, el drago común, especie mundialmente conocida.

Así, en la década de los 60 del pasado siglo los grupos montañeros Grupo Universitario de Montaña y Grupo Montañero de San Bernardo los habían localizado en los barrancos del sur y suroeste de la isla, lo que comunicaron a Günther Kunkel, el célebre naturalista y botánico alemán, quien los dio a conocer en distintas publicaciones de 1972 y 1973, aunque como hemos indicado, identificándolos con el drago común.

Hasta la fecha se conocía la existencia de cinco especies distintas de dragos, que únicamente sobrevivían en estado silvestre en las islas de la Macaronesia y en el noreste de África, en el entorno del Mar Rojo y en la isla de Socotora en el Océano Índico, en el borde oriental del continente.

Es en 1762 y 1767 es cuando el célebre naturalista Linneo describe al que conocemos como drago común. Las otras cuatro especies de dragos se describen en la segunda mitad del s. XIX, resultado de las diversas exploraciones realizadas en el este de África, consecuencia de la expansión colonial inglesa en plena época victoriana, que alcanzó en esas fechas su máximo apogeo.

El drago común, que también recibe otros nombres en castellano como dragón, drago macaronésico, drago canario, drago de África, dragonero, árbol de la sangre de drago, árbol del drago o árbol gerión es un árbol que puede alcanzar alturas hasta de 15 y 20 metros, bastante escaso en su medio natural y que vive en los archipiélagos de la Macaronesia: en las islas de Cabo Verde, Canarias y archipiélago de Madeira.

Poco antes de darse a conocer el drago grancanario, se había descubierto en 1996, una subespecie del drago común en Marruecos, donde se localizó, refugiado en inaccesibles riscos del Anti-Atlas Marroquí, al igual que el drago de Gran Canaria.

Este descubrimiento replanteó a su vez el origen de unos dragos existentes en Gibraltar, que se creían llevados allí desde las islas, de los que actualmente se sospecha que pudieran ser un remanente de poblaciones silvestres habidas en tiempos pasados y se les encuadra dentro de la subespecie marroquí que recibe el nombre de científico de dracanea draco aigal

Lo paradójico del drago de Gran Canaria, es que tiene más similitudes con los dragos del Océano Índico, que se encuentran a muchos miles de kilómetros, que con los del drago común de la Macaronesia.

Este hecho refrenda un origen único de estas especies calificadas en otra época de antidiluvianas, origen que se debió situar en el actual desierto del Sahara, en otros tiempos constituidos de selvas y bosques de laurisilvas.

Fotos tomadas en los Andenes de Cortadores (Barranco de Arguineguín) y en jardín canario Viera y Clavijo.

INFORMACIÓN Y TEXTO OBTENIDO DEL JARDÍN CANARIO VIERA Y CLAVIJO, DE WIKIPEDIA Y DE PABLO GUEDES GONZÁLEZ.

 

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