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Un sistema económico que no responde al merito

Alejandro Kaffati

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Honduras acuño como propia una Ley de Salario Mínimo mediante el Decreto 103–73 de 1973 donde en su Art. 2 se menciona de forma textual: El Salario Mínimo es irrenunciable, por tanto, no podrán pagarse sueldos o salarios inferiores a los que se fijen de acuerdo con esta Ley ni podrán ser disminuidos mediante contratación individual o colectiva u otro pacto cualquiera. En este sentido, desde hace 45 años Honduras determina, en una negociación con representantes de los trabajadores, empresarios y gobierno, un salario mínimo. EL mismo, está en base al sector económico que se dedique la empresa y/o industria y el número de empleados que la misma posea. Es importante mencionar que el sector maquila, bajo argumentos de se competitivos internacionalmente, posee sueldos y salarios diferenciados.

En este sentido, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y la Dirección General de Salarios; Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca es la actividad económica con mayor cantidad de población ocupada, trabajando en ella 1,294,551 personas; paradójicamente, dicho sector es el que posee menores sueldos y salarios ofreciéndole a los hondureños, en promedio, 6,633.96 Lempiras en 2018. En este mismo sentido, Comercio por mayor, por menor y reparación de automotores y motocicletas junto a Construcción son los sectores que (donde laboran la mayor cantidad de hondureños) mejor paga, ofreciendo, en promedio, 9,313.19 Lempiras.

Fuente: Elaboración propia con datos de Instituto Nacional de Estadísticas y la Dirección General de Salario

De centrarse en la Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples (EPHPM) 2018 del INE y de tomar el total de personas que declararon ingresos por nivel educativo, tendríamos que, el ingreso promedio de las personas que poseen estudios superiores es de 13,809 Lempiras a nivel nacional, siendo el sector público el que mejor remunera la inversión realizada por las personas en educación, ofreciendo sueldos y salarios promedio de 15,970 Lempiras. Las personas que poseen estudios secundarios y primarios nada más devengan, en promedio, 6,692 y 3,811 Lempiras respectivamente. Contradictorio al objetivo bajo la cual se crea la Ley de Salario Mínimo en nuestro país.

Fuente: Elaboración propia con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples, LXI 2018

De desglosarse por la principal ocupación de las personas que declararon ingresos en el pasado 2018, tenemos que el 94.44 % de los que se dedican a la Agricultura, y trabajadores calificados agropecuarios, forestales y pesqueros [1] son trabajadores por cuenta propia (informales), de igual forma, el 50.04% de las personas que ingresan en la categoría: Trabajadores de los servicios personale y vendedores de comercio y mercados [2] se dedican a la economía informal. En términos absolutos, 1, 585, 398 personas trabajan por cuenta propia en las 5 principales categorías de ocupación del país, es decir, el 47.59% de las personas ocupadas laboran en la informalidad.

Fuente: Elaboración propia con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Encuesta Permanente de Hogares de Propósitos Múltiples, LXI 2018.

En síntesis, si la economía condiciona el acceso a los escasos puestos de trabajo formal (por la escasez de industrias que demanden una oferta de trabajo) y si el sistema educativo multiplica los títulos educativos (como lo hace el actual sistema de educación nacional) –y por tanto se expande las expectativas de éxito–, el riesgo de desempleo es elevado y, por lo mismo, el de dimisión escolar es alta. La legitimidad del sistema está siendo cuestionada y la política pública vedette del Estado está en camino de convertirse en una “gigante de pies de barro”; donde se realizan esfuerzo importante para la “universalidad de la educación” en el país, pero sin verdaderos planes educativos y de inversión formulados según las necesidades de cada una de las regiones del país. Además, Honduras posee un sistema de remuneración anti-meritocrático donde no genera incentivos suficientes al estudiante para seguir con sus estudios, puesto que, legalmente, la empresa puede ofrecer, independientemente de los años de escolaridad, un salario mínimo a quien tenga o no estudios ; violentando los derechos económicos y sociales de los hondureños.

Notas

[1] Según la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO) de la OIT, este grupo de ocupados está integrado por: Agricultores y trabajadores calificados de explotaciones agropecuarias con destino al mercado; Trabajadores forestales calificados, pescadores y cazadores; Trabajadores agropecuarios, pescadores, cazadores y recolectores de subsistencia

[2] Según la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones (CIUO) de la OIT, este grupo de ocupados está integrado por: Trabajadores de los servicios personales, Vendedores, Trabajadores de los cuidados personales, Personal de los servicios de protección

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