Dios es nuestro amparo

Por el pastor: Raúl C. Fraguela, San Miguel del Padrón, Cuba.

“Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:6-7)

Una de las más importantes promesas que Dios nos otorga, es su presencia constante. Y es que el Señor siempre se encontrará tan lejos como nosotros queramos estar de él. Si es nuestra voluntad buscarlo continuamente en oración, su presencia y cuidado serán constantes.

A pesar de esta grandiosa verdad, las angustias y problemas pueden nublar nuestra percepción de las cosas y hacer que nuestra elección sea el preocuparnos por una prueba que debemos enfrentar. Al hacerlo, olvidamos también que la preocupación sólo significa una cosa: estamos tratando de resolver por nuestros propios medios ese problema que nos aqueja, y pensamos inconscientemente que nuestras maneras tendrán mejores soluciones que las que Dios puede proveernos.

Siempre vamos a tener problemas en la vida y ahora más que nunca necesitamos en Cuba estar apegados a Dios y descansar en él. Tengo mi opinión personal de lo que está pasando en nuestro país y tú tienes la tuya, pero es Dios Todopoderoso quien tiene el control de todo. El Señor dijo en Juan 14:27: La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Una vida libre de angustias y preocupaciones sólo podrá tenerse en la medida en que asumamos otra de las promesas del Señor, la paz genuina y de calidad que únicamente él puede brindarnos. Una paz de la que gozaremos luego de poner en sus manos, de corazón, todas nuestras angustias, confiando plenamente en su poder y capacidad para ayudarnos a sobrellevar cada una de nuestras cargas.

¡No se trata de callar nuestra opinión por el miedo a la opresión o al qué dirán! Se trata de tener una posición ante la vida delante de quienes nos confrontan, pero sabiendo que es Dios el que tiene que hacer nuestra guerra. No tengo temor a expresar mi posición como cubano acerca de lo que está aconteciendo en nuestra patria, pero mi batalla la libra el Señor.

Toma esa decisión y camina confiado de la victoria que te espera junto al Señor. Declara hoy: descanso todas mis cargas en Dios porque él cuida de mí.

Recuerda… ¡Estamos bajo su amparo!

Dios les bendiga abundantemente.

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