Acepta su llamado

Juan 15:16 NVI

“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”.

Al escuchar hablar a personas religiosas nos encontramos con cosas que detienen el fluir del Espíritu Santo en nuestras vidas, debido a conceptos y pensamientos que son humanos y no principios del Reino, por ejemplo, recibir a Cristo en el corazón es el mejor negocio que podemos hacer, ya que con el sólo hecho de aceptarle como nuestro Señor y Salvador, nos hacemos por Su gracia y misericordia dignos de ser llamados hijos de Dios, así como somos absueltos de nuestros pecados y recibimos la salvación, y luego con el sólo hecho de guardar Su palabra y seguir Sus instrucciones estamos listos para recibir de forma sobrenatural y sobreabundante la bendición del Cielo.

Dejemos de lado todos los pretextos que podamos tener para no servirle al Señor, olvidémonos de nuestros fracasos anteriores y de los errores que hayamos podido cometer, porque ahora somos hombres nuevos y libres, equipados con lo necesario para hacer frente a lo que sea y con un corazón de siervo en constante formación que nos lleva a estar siempre prestos para la obra del Padre. No hay ninguna razón válida para quitar la mirada de nuestro gran Dios, Él nos ha llamado y tiene un propósito importante con cada uno de nosotros, conoce todo de nosotros y aún así nos escogió porque nos ve como nadie más puede hacerlo, con ojos de amor infinito.

Acepta tu llamada y explótalo al máximo, el camino no será fácil pero Cristo siempre estará contigo, porque el fruto que debes tener para el Señor no debe estar en lo natural, sino que al contrario se debe mirar con los ojos de la fe, y será el Padre quien disponga todo para que tu trabajo fuerte, perseverancia y constancia, den como resultado no lo que tu esperas para tu vida, sino lo que nuestro amado Dios quiere para nosotros.

Reto del día: Agradezcamos al Señor por Su infinito amor hacia nosotros, porque tal vez no somos conscientes del potencial que ha puesto en nuestras manos, pero si disponemos humildemente para que Él sea quien nos guíe en el desarrollo de nuestros dones y talentos, veremos grandes cosas ocurrir en nuestras vidas.