“Un pajarito me dijo”... es una frase usada en mi país cuando queremos contar un rumor, o mejor dicho, un chisme, sin delatar quien nos hizo partícipes de él. Pero hay muchas otras formas de abordar el tema. “Yo creía que tú sabías...”, podemos espiritualizarlo también: “hay que orar por la hermanita por lo que le pasó “. Uno de los primeros cambios que ocurrirán en nuestra vida al adquirir sabiduría, como lo menciona Proverbios, es el hacer uso de la discreción, otros le llaman prudencia. Pero, ¿qué es la discreción? Es la reserva o cautela para guardar un secreto o para no contar lo que se sabe y no hay necesidad de que los demás lo conozcan. Nuestra cultura latina es muy dada al chisme y el estar hablando de los demás. Lo triste del caso es que en su mayoría, hablamos secretos de los demás que son negativos, o exponen debilidades y defectos en ellos Lo bueno se comparte y la privacidad de cada uno también debe guardarse. Se puede destruir una vida solo con palabras. Las palabras son como flechas lanzadas, que una vez están en el aire, no tienen marcha atrás, y penetran en su aterrizaje. Cuando hablamos lo que no debemos sobre alguien, podemos disimular con la otra persona nuestra intención, pero no debemos olvidar que Dios conoce nuestro corazón. Él sabe si lo que hablamos fue consecuencia de envidias, rencores o heridas que no hayamos entregado para sanar. Actualmente, estamos viviendo tiempos donde personas se han suicidado por chismes y rumores que han circulado sobre ellos en las redes sociales. Ya no es solo lo que hablamos con otros, las redes sociales nos han complicado el asunto, multiplicando exponencialmente lo que se publica. Años atrás podías contar un chisme a alguien y se enteraban los vecinos, ahora con las redes sociales en el internet, se conoce a nivel mundial. Entiendo que la responsabilidad no sólo recae en el que publicó el original, sino en todos los que lo comparten. El ser discretos es una gran herramienta para mantener nuestro testimonio como cristianos. Lo que divulgamos de los demás muestra mi amor por el prójimo. Si conozco los mandamientos de Dios y medito en ellos todo el día, debo ser redargüida por el Espíritu Santo cuando hablo o comparto algo que raya de la discreción. Siento dolor en mi alma cuando veo como se comparten videos y noticias de pastores o Iglesias que están fuera de la voluntad de Dios, o tienen prácticas extrañas que no pasan el filtro de la Palabra, o iglesias que sólo están por dinero. Aunque son prácticas contrarias a la Palabra, publicidad negativa o positiva, son publicidad. Estamos dando a con a otros la maldad que existe y dando publicidad a lo que no vale la pena. Y no es que lo escondamos, es no perder nuestro tiempo compartiendo cosas que no edifican. Mejor seamos discretos y compartamos palabras de vida, hablemos de los testimonios que hemos vivido, que muestran que Dios es real en nuestros tiempos. Hablemos de que existe esperanza en este mundo perdido. Hagámonos disponibles para escuchar, garantizando a esas personas que somos lo suficientemente discretos para que puedan desahogarse con nosotros. Los sicólogos están llenos hoy día, en su mayoría, de personas que necesitan hablar con alguien, necesitan ser escuchados, pero quieren tener la certeza de que mantendrán sus secretos. ¿Cómo vamos a hacer la obra del Señor sanando a los quebrantados de corazón, si no pueden abrir su corazón con nosotros por miedo a que sean revelados sus más íntimos sentimientos? En un mundo que todo lo divulga y todo lo ridiculiza, que todo lo burla, nuestra discreción, por si sola, hablará de la grandeza de Dios. La verdad nos hace libres, así que conocer la verdad no nos da el derecho de acusar o criticar a otros. ¿Quieres desear discreto? Busca la sabiduría de Dios, y deja que sea el Espíritu Santo quien te dirija aún en lo que debes hablar o publicar. Si tienes dudas, utiliza el filtro que te da la Palabra: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.” Filipenses 4:8 Lo que voy a hablar o publicar, ¿es honesto? ¿Es verdadero? ¿Es amable? Utiliza el filtro y tu vida con los que te rodean será de bendición y tú serás de bendición para ellos. Oremos al Señor presentando nuestras vidas para que escudeiñe nuestros corazones y revele las intenciones que tenemos al hablar. Que podamos adoptar la discreción como parte de nuestra vida y ser de bendición a otros. Que nos ayude a que no prestemos oídos ni compartamos cosas que no pasen el filtro de Filipenses.
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AutoraMe llamo Myrnaly y resido en Ponce, Puerto Rico. Soy Cristiana, esposa, madre, y profesional. Tengo un Dios que me sostiene en Su Gracia y Misericordia, y renueva mis fuerzas cada dia. Blog Anteriores
September 2019
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